Batalla de Medellín (28 de marzo de 1809)

Antecedentes

El TG Gregorio García de la Cuesta, había reunido detrás del Guadiana los restos del ejército de Extremadura. El general español tuvo que crear un ejército a partir casi de cero. Aunque ya había lidiado con un parecido problema, desde junio del pasado año con el ejército de Castilla, aquí la situación era peor, mucho peor. La junta de Extremadura no le había recibido bien. La Central, como se ha visto, había delegado en la de Extremadura y el general dependía de esta para movilizar hombres, vestirlos, alimentarlos e instruirlos en el plazo más breve posible porque los ejércitos franceses aparecerían pronto. Todos eran conscientes que la retirada enemiga era momentánea y obedecía a una táctica de asegurar el terreno ganado. Había poco tiempo y Cuesta intentó aprovecharlo.

Desde Mérida, su primera medida fue recoger a todos los dispersos y retroceder hasta Badajoz, al pensar que la vanguardia de Lasalle proseguiría desde Miajadas hasta dicha ciudad.

El 28 de diciembre solo disponía de 900 hombres y 11 piezas de artillería. Al día siguiente, la Junta de Extremadura le puso oficialmente al mando de su ejército, pero no lo aceptó hasta que tuvo Real Orden en confirmación del nombramiento.

Su segunda medida fue reunir a todos los hombres que estaban en Zalamea. En Badajoz, la recogida de los diversos restos elevó el número de hombres a 6.000, sin contar aún a los provenientes de Zalamea. El 11 de enero, pudo enviar una vanguardia de 5.000 hombres a Trujillo, con Henestrosa al frente. Allí comprobó que las fuerzas francesas eran reducidas, las atacó y las obligó a replegarse hasta Almaráz.

Una vez reforzado, Henestrosa volvió a batir a la escasa fuerza francesa de Almaráz y recuperó el puente el 29 de enero. Entonces, las avanzadas de Cuesta se establecieron en Navalmoral, con su cuartel general en Jaraicejo. Siguió una pausa de mes y medio, que Cuesta aprovechó para asegurar la disciplina y reponer el vestuario y armamento de sus hombres.

A principios de febrero, Cuesta contaba con unos 15.000 hombres, disparándose las necesidades urgentes de comida y vestuario. La junta de Extremadura había encargado a su ministro de Hacienda, José Chone de Acha, que recaudase 8 millones de reales y organizase en los diversos pueblos y municipios la contribución de provisiones. A mediados de marzo, Cuesta disponía a mediados de marzo de 18.500 de infantería, 2.200 de caballería, y 576 de artillería con 30 piezas de campaña, entre los que figuraban numerosos reclutas ni siquiera uniformados. Por primera vez en la guerra aparecieron unidades de caballería españolas procedentes de la división del Norte (Dinamarca) a las que se les habían proporcionado caballos. Desplegó sus fuerzas en:

• DI de vanguardia de Henestrosa recibió la misión de conservar el paso de Almaráz y, para oponerse al previsible flanqueo de su posición desde el Este.
• DI-1 del duque del Parque se ubicó en Mesas de Ibor.
• DI-2 de Francisco Trías en Fresnedoso, al sur de la primera.
• DI-3 en reserva bajo el marqués de Portago, en Deleitosa donde estaba ubicado el cuartel general del ejército.
• Caballería en Jaraicejo, al sur de Mirabete.

Víctor disponía del CE-I, reforzado por DCL-1/R del general Lasalle, la DD-1/R de Latour-Mabourg, y la DI-3/IV de Leval. Contaba con 72 piezas de artillería entre las que figuraban 6×6 obuses y 12×24 cañones de asedio; 6×2, 12×8; 6×6 y 14×4 cañones de campaña.

Acción de Mesas de Ibor (16 de marzo de 1809)

A mediados de marzo, la DD-1/R de Latour-Mabourg apareció ante Almaráz, acompañada por unidades de ingenieros y zapadores, para construir un puente de pontones, que facilitase el paso de la artillería del general Senarmont y la columna de víveres, bagajes y municionamiento. Pero antes, era necesario ocupar la otra orilla del Tajo. Con este objetivo el 15 de enero, la DCL-1 de Lasalle y DI-3/IV alemana de Leval cruzaron el Tajo por Talavera sin oposición, y recorrieron la orilla izquierda, río abajo, hasta Puente del Arzobispo. El 16 de marzo, la DI-1/I de Ruffin y la DI-3/I de Villatte también habían cruzado con el propio mariscal Víctor.

Avanzaban por caminos estrechos, solo aptos para infantería y caballería. El día 16 de marzo, la DI-3/IV de Leval que encabeza una larga columna, estableció contacto en Peraleda de San Román, con la línea de vigilancia española, que se replegó sobre su DI-1 al oeste del barranco del río Ibor, donde el duque del Parque se aprestaba a la defensa. Simultáneamente, la DI-3/I de Villatte se aproximaba a Fresnedoso, defendido por DI-2 de Trías. En segundo escalón, la DI-1/I de Ruffin apoya el esfuerzo de Leval.

Por parte española, la DI-3 de reserva de Portago, se aproxima a Mesas de Ibor para sostener a la DI-1 de Parque.

El duque del Parque había dispuesto de tiempo suficiente para preparar su defensa en el único paso obligado para el enemigo, apoyada en los contrafuertes de Ibor. Incluso, tras penosos esfuerzos pudieron llevar 6 piezas de artillería a las alturas de la posición, que se habían arrastrado desde Deleitosa por caminos casi impracticables. Aunque de composición heterogénea, su infantería comprendía unidades, como BI-IV Guardias españolas, los BIs II y IV de Guardias Valonas y 2 BIs del RI Jaén, además RC Infante y el RH Extremadura. En total poco más de 5.000 hombres.

El mariscal Víctor progresa por la orilla izquierda del Tajo, y desde Bohonal, apercibido de la presencia española, desplegó en dos columnas:

• Hacia Fresnedoso la DI-3/I de Villatte, apoyada por la DCL-1/R de Lasalle.
• Hacia Mesas de Ibor la DI-3/IV alemana de Leval apoyada por la DI-1/I de Ruffin.

Esta vez correspondió a los alemanes encarar la parte más difícil de la jornada. Las tropas españolas cerraron en Mesas de Ibor el único camino que lleva a la orilla izquierda del puente de Almaráz, al otro lado del cual aguarda el convoy de artillería y pertrechos. No había posibilidad de maniobra porque el río Ibor cruza el camino y al otro lado había unas pendientes cubiertas de grandes rocas donde se habían apostado los españoles, abrigados por una excelente defensa natural. El ataque frontal era inevitable. Había que atravesar el río Ibor, progresar cuesta arriba y atacar a los españoles, emboscados y protegidos entre las rocas.

Los voltigeurs de Leval fueron desalojando a los infantes ligeros españoles, que lentamente retroceden hacia el río Ibor. A la derecha del ataque desplegó la BRI-II/3/IV de Schaeffer (RI de Francfort y RI-4 de Hesse), en la derecha la BRI-I/3/IV de Werle (RI-2 de Baden y RI-4 de Nassau); y en reserva la BRI-III/3/IV de Chasse (RI-2 y RI-4 de Holanda).

Al llegar al barranco del río Ibor la resistencia española era más firme, su paso conllevó considerables bajas alemanas. Pero al descrestar el primer barranco apareció formada la DI-1 del duque del Parque, al este de Mesas de Ibor. Ambas líneas chocaron frontalmente, mientras la DI-1/I del conde Ruffin permanecía en retaguardia.

La caballería española amagó una y otra vez el ala izquierda de Leval y el RI-2 de Badén se vio obligado a formar en cuadro. Pero ante la evidente superioridad del enemigo, el duque del Parque cedió paulatinamente terreno, replegándose para evitar verse desbordado por su derecha. La retirada se realizó a través de otras dos pequeñas montañas cubiertas de rocas, que permitieron frenar a los alemanes.

Finalmente, el duque del Parque consiguió retirarse a una posición atrincherada, previamente preparada al oeste de Mesas, que también goza de un terreno cubierto de rocas. Los 6 cañones allí emplazados comenzaron a disparar sobre los alemanes, que no obstante se recobraron de la sorpresa inicial y formaron columnas para dar el asalto. Los preparativos duraron una hora, que Víctor aprovechó para desayunar.

El atrincheramiento que cerraba el puerto entre Mesas y Valdecañas, era un paso obligado que debía tomarse al asalto. Fueron precisas dos horas de combate, valor y bajas. El BIL de voltigeurs debía atacar una montaña desde la que los españoles lanzaban grandes rocas hacia la división.

El general Schaefer se puso a la cabeza de su brigada, el RI de Franckfort, sin hacer un solo disparo, cargó a la bayoneta.

Algo más tarde atacó BRI-I/3/IV de Werle por el centro, sería RI-4 Nassau el que sufrió mayor número de bajas. La artillería española abrió fuego a 500 pasos sobre las cabezas de las columnas; con un solo disparo abatirían al abanderado y a 16 soldados. Pero la superioridad numérica se impuso al fin. El RI-2 de Badén por la izquierda y los demás por la derecha consiguieron tomar la posición y capturar la artillería española, que no había podido retirarse por lo escabroso del terreno. El repliegue español se realizó en buen orden.

La DI-1 del Parque se retiró hacia Deleitosa con una de las piezas artilleras, apoyada por la DI-3 de Portago, pero sin perder de vista al enemigo, que no presionó. Las bajas y la fatiga se habían hecho sentir entre los alemanes, cuyas bajas fueron 498 (17 oficiales, 60 suboficiales y 421 de tropa), de los cuales 70 fueron muertos.

Los españoles tuvieron 600 bajas, las Guardias Españolas perdieron 107 hombres.

Simultáneamente, la DI-3/I de Villatte apoyada por la DCL-1/R de Lasalle atacó en Fresnedoso a la DI-2 de Trías, que cedió la posición y se repliega a Jaraicejo. Trías se unió la noche del 18 al duque del Parque en Deleitosa.

Acción de Valdecañas (19 de marzo de 1809)

Recuperado del enorme esfuerzo del día anterior, el CE-I continuó su progresión hacia Valdecañas. Sorprende que Víctor no relevara a la DI-3/IV alemana por la DI-1/I de Ruffin, pero lo cierto es que la mantuvo siempre en primer escalón, incluso en la batalla de Ocaña, hasta su desaparición como unidad operativa.

La DI-1 de Parque que estaba en retirada, aprovechó lo quebrado del terreno para ganar tiempo y obligaron a desplegar continuamente a Leval, con la BRI-I/3/IV de Werle de frente y BRI-II/3/IV de Schaeffer de flanco, manteniendo la BRI-III/3/IV de Chasse de reserva. Que lanzaron un ataque siendo rechazados, pero sería la llegada de la DI-3/I de Villatte y DCL-1/R de Lasalle, quienes terminan de provocar la nueva retirada de los españoles, que no estaban dispuestos a dejarse envolver en una posición sin ningún valor.

Henestrosa, con su flanco derecho al descubierto, ya no podría impedir el paso del río y se retiró hacia Trujillo a la cobertura de retaguardia del ejército de Extremadura.

Una Cía del RI-2 de Badén, llegó a Almaráz con 150 hombres, que al parecer tomaron por sorpresa el puente, por donde cruzó el ejército francés.

El día 19 de marzo, prosiguió la retirada española hacia el sur, protegido por la DI de vanguardia Henestrosa y el ejército francés entró en Trujillo, saqueando la ciudad.

BRCL de Beaumont marchaba en vanguardia con el RC-5 de cazadores a la cabeza, cuando se encontraron con 40 carabineros reales, persiguiéndoles inmediatamente, mientras los perseguían fueron emboscados por la caballería española que estaba escondida formada, cargando contra los 450 cazadores que estaban desorganizados por la persecución, en el combate tuvieron 80 bajas.

Acción del Berrocal (20 de marzo de 1809)

El puerto de Santa Cruz, a 14 km de Trujillo, no era considerado por Cuesta como una posición ventajosa para retrasar a los franceses, ya que podía ser rodeado por ambos flancos. Decidió continuar la retirada y maniobrar con la caballería, para retrasar el avance francés.

Durante la retirada, la caballería española al mando del general Juan de Henestrosa fue asignada a la retaguardia. Por otro lado, el general Lasalle lideró la persecución francesa por delante de su DCL, que estaba formada por el RC-5 y RC-10 de cazadores, el RH-2 y el RD-9.

El 20 de marzo se produjo un primer enfrentamiento en Berrocal entre los RC-5 de cazadores y los carabineros españoles. Los carabineros fueron repelidos con grandes pérdidas por los soldados de caballería franceses que perdieron 10 muertos y 15 heridos.

Acción de Miajadas (21 de marzo de 1809)

La DCL de Lasalle siguió persiguiendo a los españoles, el RC-10 de cazadores bajo el mando del coronel Jacques Gervais Subervie, marchaba en vanguardia y llegó cerca del pueblo de Miajadas, sin sospechar la presencia de la retaguardia española. Al ver este regimiento aislado del resto, Henestrosa puso un pequeño destacamento de caballería frente a Miajadas para atraer a sus oponentes y escondió sus propias unidades, el RD Almansa y el RC Infante, a cada lado del camino. Subervie se metió en la trampa y cargó contra los pocos jinetes españoles colocados fuera del pueblo. La caballería española en emboscada cargó de inmediato y rápidamente superó al RC-10 de cazadores que sufrió pérdidas significativas durante la lucha desigual. Entonces, Henestrosa pudo retirarse sin ser atacado por Lasalle, que acababa de llegar al campo de batalla con el resto de su división.

Al final de la acción, el RC-10 de cazadores tuvo 63 muertos y 70 heridos según fuentes anglo-españolas. Mientras que los autores franceses dieron 62 muertos, incluido un oficial. Se pueden estimar entre 130 y 150. Las bajas españolas fueron despreciables.

Batalla de Medellín (28 de marzo de 1809)

Despliegue de fuerzas

Cuesta llegó a Medellín el 22 de marzo, a las dos de la madrugada, y permaneció hasta el 24. Luego se trasladó al este desde Medellín a La Serena, donde el 27 de marzo se le unió el duque de Albuquerque al frente de una fuerza de 4.500 infantes y 250 jinetes. Esto le dio a Cuesta un total de 19.000 infantes, 3.000 de caballería y 30 cañones, que decidió que eran suficientes para permitirse arriesgarse en una batalla y aguardó con su ejército formado en tres columnas entre el río Guadiana y el arroyo Ortiga, al este de Don Benito:

• Columna derecha bajo el teniente-general Eguía con 7.536 infantes en 11 BIs y 956 de caballería en 8 ECs:
  • DI-3 del marqués de Portago con 5.285 efectivos en 7 BIs: RI Badajoz (2, 1.900), RI-2 voluntarios de Madrid (1, 1.000), RI-3 voluntarios de Sevilla (1, 800), RI Murcia (1, 500), RI de Córdoba (1, 330), BI provincial de Cádiz (1, 755).
  • DI del Ejército de Andalucía bajo el duque de Alburquerque, con 2.251 efectivos en 4 BIs: RI-2 de Marina (1, 1.000), Tercio Unido de Castilla (1, 200), BIL tiradores de Cádiz (1, 651), y BIL Campo Mayor (1, 400).
  • Caballería 956 efectivos en 8 ECs: RC Rey (4, 516), RC cazadores de Andalucía (2, 240), RC cazadores de Llerena (2, 200).
  • Intervalo: RH de Extremadura (4, 410).
• Columna centro bajo Francisco Trías con la DI-2 con 6.691 infantes en 10 BIs:
  • DI-2: RI Irlanda (2, 1.211), RI-2 de Mallorca (2, 1.460), RI-2 de Sevilla (1, 400), BIL-2 voluntarios de Cataluña (1, 700), RIL tiradores de Mérida (1, 1.170), RIL Valencia-Alburquerque (1, 500), RI-2 milicias de Badajoz (1, 500), RI milicias de Toledo (1, 750).
  • Intervalo: RC de cazadores Reales de España (?).
• Columna Izquierda bajo el teniente-general Cuesta, jefe del Ejército:
  • DI-1 del duque del Parque con 6.091 infantes en 10 BIs: Guardias Españolas (1, 352), Guardias Valonas (2, 1.750), RI Jaén (2, 879), RI voluntarios de Osuna (2, 895), RI milicias de Burgos (1, 510), RI milicias de Guadix (1, 755), RI milicias de Salamanca (1, 950).
  • DI de Vanguardia de Henestrosa con 4.253 efectivos en 5 Bóns: BG del General (895), BG Provinciales (679), RIL de Antequera (1, 893), RIL de la Serena (1, 1.168), RIL voluntarios de Plasencia (1, 950).
  • Reserva: BG de Zayas.
  • Caballería con 1.030 efectivos en 10 Escóns: RC Infante (4, 300), RD Almansa (4, 530), RC cazadores de Toledo (2, 200).

El resto de la caballería estaba en misión de cobertura para ocultar el despliegue.

El mariscal Víctor había comenzado su campaña con 22.000 hombres (15.000 de infantería, 5.500 de caballería, 60 cañones y 1.600 artilleros). Había seguido a Cuesta por las montañas entre el Tajo y el Guadiana. Cuando descubrió que Cuesta se había ido a Medellín, Víctor había dejado 4 BIs y RCs para vigilar puntos clave en la carretera principal, quedando solo con 13.000 infantes, 4.500 jinetes y 50 cañones.

El campo de batalla de Medellín era un triángulo de tierra bordeado por el río Guadiana al norte y el Hortiga al oeste, con Medellín en el extremo noroeste del triángulo, en la orilla occidental del Hortiga.

En la mañana de la batalla, los franceses se asentaron alrededor de Medellín, mientras que los españoles se acercaron desde Don Benito, al sureste. Tanto Víctor como Cuesta estaban dispuestos a arriesgar una batalla. Aunque eran superados en número, el ejército de Víctor era el mejor organizado, tenía más experiencia y estaba mejor armado, y era superior en caballería. La única ventaja numérica de Cuesta estaba en infantería, pero esta se componía de reclutas y los hombres que habían sido derrotados Gamonal y el paso de Somosierra. La única ventaja de la posición española era que los franceses luchaban de espaldas al río Guadiana. Si los españoles pudieran ganar el día, su victoria sería completa.

Víctor colocó toda su caballería en las alas reforzadas con infantería y las DIs en el centro:

• Ala izquierda la DCL-1/R de Lasalle con 1.380 efectivos en 10 Escóns: RH-2 (1, 120), RC-5 de cazadores (3, 449), RC-10 de cazadores (3, 465), y RC-26 de cazadores (2, 346). RI-2 de Baden de la BRI-I/3/IV.
• Centro la DI-3/I de Villatte con 5.489 efectivos en 12 BIs:
  • BRI-I/3/I de Pacthod con RIL-27 (3, 1.655) y RI-94 (3, 1.352).
  • BRI-II/3/I de Puthod con RI-63 (3, 1.119) y RI-95 (3, 1.363).
• Ala derecha la DD-1/R de Latour-Maubourg con 1.572 efectivos en 10 EDs: RD-2 (3, 453), RD-14 (1, 200), RD-20 (3, 283), y RD-26 (3, 536), con el RI-4 de Nasau de la BRI-I/3/IV y 10 cañones.
• Reserva en Medellín la DI-1/I de Ruffin con 5.380 efectivos en 9 Bóns:
  • BRI-I/1/I de Lefol con RIL-9 (3, 1.589).
  • BRI-II/1/I de Barrois con el RI-24 (3, 1.913) y el RI-96 (3, 1.878).

La DI-3/IV de Leval, había sido empleada asegurar las comunicaciones. La BRI-I/3/IV de Werle (RI-2 de Baden y RI-4 de Nassau), fue empleada para reforzar las alas. La BRI-II/3/IV de Schaeffer (RI de Francfort y RI-4 de Hesse) encargada de las comunicaciones. La BRI-III/3/IV de Chasse (RI-2 y RI-4 de Holanda) se quedó en Mérida.

Si este era un despliegue extraño, las fuerzas de Cuesta estaban en una posición aún más inusual. Para asegurarse de que no pudiera ser flanqueado, Cuesta desplegó su infantería en una sola delgada línea, de 6 km de largo y solo 4 hombres de profundidad y se dividió en 5 DIs (de izquierda a derecha: Henestrosa, Del Parque, Trias, Portago y Albuquerque). Para que los españoles ganaran tenían que evitar que los franceses encontraran huecos en esa línea, porque no disponía reservas. Si la caballería francesa envolvía los flancos del ejército de Cuesta, se produciría una derrota desastrosa.

Desarrollo de la batalla

Al principio, el plan de Cuesta parecía estar funcionando. La artillería española bien asentada abrió fuego contra los franceses, produciéndose un duelo artillero con la francesa, mientras la infantería ligera de ambos bandos en formación de guerrilla, intercambian disparos.

A partir de las dos de la tarde, cuando Cuesta dio la orden de atacar, la lucha se recrudeció. Ambos contendientes refuerzan su línea de guerrillas a su frente, que se tirotean sin descanso. Cada artillería no cesa de batir la línea contraria que soporta impávidamente las bajas continuadas. Por su parte, la caballería francesa aguardaba su oportunidad para cargar, pero no lo realizaría a menos que los batallones españoles hubieran perdido su cohesión.

Cuando los dos ejércitos estuvieron más próximos, Latour-Mabourg creyó que había llegado su ocasión y ordenó cargar al RD-2 y RD-14 sobre la DI-1 del duque del Parque, que estaba en el centro-izquierda. La carga fracasó por la descarga de la batería que estaba en el centro de la línea y porque los batallones que estaban situados al lado aguantaron firmemente, abriendo un intenso fuego que obligó a retroceder a los dragones. Estos dejaron expuesto el flanco de los 2 BIs del RI-4 de Nassau y a la artillería que estaban situados en el centro de la línea de Latour-Mabourg.

A causa de esta acción, Víctor se vio obligado a retrasar su línea para enlazar con la DI de Villatte, situada detrás. La retirada de Latour-Mabourg se verificó sin romper su orden, pero bajo el fuego de los tiradores españoles que avanzan adelantados.

La operación prosiguió mientras la caballería francesa amagó cargas una y otra vez para facilitar el repliegue de su infantería, que tiene que cubrir unos 5 km hasta alcanzar la meseta de Retamosa, al este de Mengabril.

En la retirada francesa y avance español, la movilidad táctica de la artillería francesa, mucho mejor dotada de ganado orgánico para el transporte que la española, que carecía de él, y que debía contratarlo para las marchas en los pueblos de su paso. En el campo de batalla mover las piezas “a la prolonga”, es decir tirando con cuerdas los artilleros y sirvientes, por lo tanto, el tener que cambiar de posición era una operación lenta y engorrosa.

La batalla se decidió por la izquierda española. Allí Víctor había instalado una batería de 10 cañones, protegida por los 2 BIs del RI-4 de Nassau de Latour-Maubourg, reforzado un BI del RI-94 y un BG, con la caballería protegiendo su flanco. Por primera vez la línea francesa estaba alineada y sólidamente asentada.

El general Cuesta se apercibió de que la clave, no residía en el centro, sino en la derecha enemiga, en la meseta de Retamosa; donde se ha había asentado la batería de 10 cañones, por lo que envió a la infantería de Henestrosa y del Parque a atacar esos cañones junto con la caballería de la izquierda.

A las 16:00 horas, a pesar del fuego de los 10 cañones franceses, la infantería española avanzó y creó muchos problemas para los hombres de Latour-Maubourg, que formaron en cuadros ante la proximidad de la caballería española y, en consecuencia, tenían una potencia de fuego limitada al frente. Los españoles liderados por el coronel de Zayas al frente del BG de reserva, que avanzó sobre la batería francesa a la cabeza de la columna de granaderos, amenazaba con capturar los cañones franceses, cuyos sirvientes ya habían comenzado a huir.

Para evitar la caída de la batería, Latour-Maubourg envió a sus dragones al ataque. Cuesta, que mandaba la izquierda, respondió ordenando a 3 los regimientos de caballería española (RC Infante, RD Almansa y RC cazadores de Toledo) que contraatacaran a los franceses. La caballería española avanzó una corta distancia hacia los franceses, y luego dio media vuelta y huyó sin haber disparado un solo tiro, casi cabalgando por delante de Cuesta durante su huida.

La huida de la caballería española dejó al descubierto el flanco izquierdo de la línea española. Latour-Maubourg envió 3 de sus RDs para atacar a la infantería de Henestrosa y Del Parque por el flanco, y toda el ala izquierda española colapsó. La mayoría de los supervivientes de la infantería española procedían del ala izquierda.

Un colapso similar ocurrió en la derecha española. Mientras Latour-Maubourg iniciaba su carga, Lasalle que había sido reforzado con 7 BIs de Villatte, y una vez que vio la huida española hacia el oeste, también ordenó un poderoso contraataque en el extremo derecho de la línea española, donde su caballería avanzaba por el río Guadiana. El RH-2 atacó a la al RC de cazadores de Andalucía, armados con lanzas, pero muy inferiores en número, los españoles vieron grupas y huyeron arrastrando a los otros regimientos restantes (RC Rey y RC cazadores de Llerena), que huyeron del campo, dejando expuesto el flanco derecho del ejército español.

Una vez más, los franceses pudieron atacar a la infantería española de flanco con la caballería y de frente con los nuevos BIs, el general Trias cayó mortalmente herido. El comandante español de la derecha, el duque de Albuquerque, lo hizo mejor que sus equivalentes en el ala izquierda, logrando organizar cierta resistencia a la caballería, pero los españoles fueron atacados por la retaguardia por la caballería de Latour-Maubourg, recién llegados después de derrotar la izquierda española.

Secuelas de la batalla

El resultado fue una masacre. Al menos 7.500 soldados españoles murieron en la batalla, y la mayoría de esas bajas fueron sufridas por la infantería de la derecha. Algunos batallones intentaron ponerse de pie y luchar, y fueron prácticamente aniquilados, mientras que la caballería francesa no ofreció cuartel durante la persecución. Los franceses tomaron al menos 1.850 prisioneros y 20 de los 30 cañones de Cuesta. Las pérdidas francesas fueron mucho menores, aunque probablemente no tan bajas como el total de 300 muertos y heridos que dio el mariscal Jourdan. Parece más probable una cifra de entre 1.000 y 2.000, ya que los franceses tuvieron una carga de caballería rechazada por la artillería y habían realizado una larga retirada de combate.

A raíz de la batalla, Cuesta se retiró a Monesterio, a medio camino entre Medellín y Sevilla. Curiosamente, su posición con la Junta Central mejoró después de Medellín, ya que a pesar de la derrota y las grandes pérdidas, su ejército había presentado una lucha mucho más creíble que en la mayoría de las batallas recientes. A mediados de abril le habían llegado suficientes refuerzos para que el ejército de Extremadura volviera al mismo tamaño que tenía antes de la batalla.

Víctor ganó muy poco con su victoria. La segunda parte de sus órdenes había sido la captura de Badajoz, cerca de la frontera con Portugal, y luego esperar noticias del mariscal Soult, que se creía que avanzaba hacia Lisboa. En lugar de hacer esto, Víctor puso a sus hombres en campamentos en Mérida y Medellín. Permaneció en Extremadura hasta mediados de junio, momento en el que estaba claro que la campaña de Soult en Portugal había salido muy mal. Arthur Wellesley había tomado el mando en Portugal, había obligado a los franceses a retirarse a través de las montañas de regreso a Galicia y ahora amenazaba con invadir España. Víctor y su ejército eran necesarios alrededor de Talavera.