Campaña de Soult en Portugal (1809)

Antecedentes

Napoleón antes de marcharse había dispuesto la invasión de Portugal, para ello Soult con el CE-II ocuparía Oporto que debería tomado antes del 5 de febrero y Lisboa antes del 16 de febrero.

El ataque a Lisboa sería sincronizado por el CE-I de Víctor que se encontraría en Mérida y con la DI-2/I de Lapisse y la BRCL de Maupetit que se encontraría en Ciudad Rodrigo avanzaría en dirección Abrantes. Los movimientos de Víctor y Bessières estarían estrictamente condicionados por la recepción de noticias sobre el progreso de Soult.

Una vez tomado Lisboa, los ejércitos entrarían en Andalucía y tomarían Sevilla.

Los restos del desventurado ejército de la izquierda de La Romana, había huido hacia la provincia de Orense, estaba totalmente desorganizado.

El 26 de enero de 1808, Soult recibía en Ferrol la orden para la expedición a Portugal, y por esa fecha La Romana se movía hacia el Alto Támega desde el Miño.

El general Bernardino Freiré de Andrade, recibió el 28 de enero la orden de mandar todas las fuerzas de la provincia del Miño y de Oporto. Debía ocupar las posiciones que juzgase más propias para favorecer la defensa de la provincia del Miño o la entrada por Tras-os-Montes. Teniendo a la vista siempre la necesidad de cubrir y defender la ciudad de Oporto.

Las fuerzas verdaderas con que contaba Freiré en los comienzos de su mando eran: RI-21 (684), RI-6 (?) y RI-18 (600), 1 BI del RI-9, RA-4 (160) con 8×6 y 6×3 cañones, además de 8 RIs de milicias sin armas y en un lamentable estado, a excepción del RI de Villa do Conde.

En Tras-os-Montes, el 24 de febrero, tenía 2 RIs (2.800 hombres); 5 RIs de milicias, de los cuales estaban armados solamente 2.500 hombres; 50 caballos, que al cabo de pocos días se inhabilitaron y de algo de artillería.

En el entretanto, el duque de Dalmacia (Soult) reunía en Santiago su CE-II a principios de febrero. En Santiago de Compostela permaneció hasta el 9 de febrero, a fin de reparar los carruajes de su artillería, esperar la incorporación de algunos destacamentos y proveer a sus tropas de calzado. Y para acelerar sus operaciones destacó a La Houssaye a Salvatierra y a Franceschi-Delonne a Vigo y Tuy.

Ocupadas las plazas españolas del río Miño y sabiendo Soult que los portugueses habían llevado a la orilla izquierda la mayoría de los barcos, quiso cruzar el río aprovechando las barquitas de pescadores de la Guardia, capaces solo de transportar 300 hombres. Pero cuando que los botes llegaron al punto de embarque, no pudieron hacerlos remontar la corriente del Miño, fue preciso transportarlos por tierra, esquivando los fuegos del fuerte portugués de Insua. Estas dificultades, sumadas a los malos caminos y a las inundaciones producidas por las lluvias, retrasaron el paso del río hasta el día 15 de febrero.

A la una de la madrugada del 15 de febrero, 300 cazadores mandados por el general Thomiéres, se embarcaron en la flotilla, cuyo mando se confió a un marino tan experto como el capitán de fragata Lallemand. La expedición debía descender por el Miño, bordeando su orilla derecha, y enseguida cruzarlo frente a Campo-Saúcos. Los RIs franceses estaban dispuestos y preparados para embarcar sucesivamente en las unidades de la flotilla, aumentadas con los que encontraría la primera expedición en la margen izquierda. Apenas llegada la flotilla al centro del río, se separaron sus unidades; tres solamente consiguieron desembarcar en la playa de Camerido, los 35 hombres que llevaban; los otros, arrastrados por la corriente y tras angustiosos trabajos, lograron volver al punto de salida, perseguidos por los vigilantes soldados portugueses y por la artillería de los fuertes de la orilla izquierda. En cuanto a los franceses que pisaron tierra lusitana, cayeron prisioneros del pueblo y de los soldados que mandaba el Tcol Champalimaud.

Tras esta infructuosa tentativa, el mariscal Soult tomó inmediatamente la resolución de entrar en Portugal por la provincia de Tras-os-Montes. Al efecto, dispuso la marcha para Orense por la margen derecha del río Miño.

Marcha de Soult de Tuy a Orense

Por el levantamiento de los patriotas gallegos, Soult comenzaba a tener dificultad con sus comunicaciones a Pontevedra y Santiago, lo mismo en su primera línea de operaciones que en su retaguardia.

Urgía castigar a los guerrilleros gallegos. El 16 de febrero mismo, el ejército francés inició su marcha hacia Rivadavia.

La DD-3/R de Lahoussaye seguía el camino próximo a la derecha del río, y la de Heudelet, el que a través de las montañas marchaba más al norte.

Tanto uno como otro, particularmente Lahoussaye, en Mourentan y Cequeliños, tuvieron que luchar contra los guerrilleros gallegos, que aprovechando el conocimiento de las montañas y barrancos, los acosaron. La acción de Francelos, frente a Rivadavia, fue la más sangrienta, pero poco podían hacer un grupo de aldeanos para detener al mejor ejército del mundo en ese momento.

Pero el mariscal Soult se impuso a los desfallecimientos y temores que predominaban en gran parte de sus subordinados, y cumpliendo las órdenes del Emperador, no titubeó en realizar la invasión, para la cual, solamente se reservó la artillería más ligera, compuesta de 20 piezas de a 4 y de a 8, más 4×6 obuses.

Aparte de la amenaza de los guerrilleros, tenía que enfrentarse a la acción de las fuerzas organizadas, que hacia el Támega y por la frontera, tenían los generales La Romana y Silveira. Entre el 3 y el 4 de marzo, las fuerzas de Soult reanudaron su marcha hacia la frontera portuguesa, por el mejor camino que entonces, al igual que hoy, existe para llegar a la plaza de Chaves, que pasa por Allariz, Ginzo de Limia y Verín.

La Romana tenía dos líneas de acción: la más popular era luchar a todo trance, con los procedimientos adecuados a la situación, esto es, inquietando y desangrando sin cesar al enemigo, dando caza cuando se pudiera, y cuando no apelando al ardid y a la sorpresa. García del Barrio, de temperamento más sosegado, se unió al propósito del general en jefe de evitar toda lucha, deslizándose por la frontera hacia Castilla, para caer sobre las comunicaciones generales con el centro de la Península, hacia el territorio del Bierzo.

A pesar de la diligencia con que procuró realizar su operación, el ímpetu de los jinetes franceses de la DCL-2/R de Franceschi, ocasionó el encuentro de La Trepa, que le costó 300 bajas, sin evitar por ello detener ni una hora a los invasores.

Esta retirada de los españoles, llevaba aparejada la de la vanguardia de Silveira, mandada por el Tcol Pizarro, establecida en la frontera hacia el río Támega, operación que verificó ciñéndose a las órdenes que tenía y tras un ligero combate. Quedaba franca la entrada de Portugal para Soult, sin que las excelentes posiciones que ofrecían las cuencas de los ríos Arnoya, Limia y Támega, desde Orense a Verín, le costaran apenas una baja.

Su prudencia, no obstante, le hizo acondicionar el viejo castillo de Monterey y el convento inmediato, donde dejó un depósito y un hospital, custodiados por un fuerte destacamento.

Entrada de Soult en Portugal

Reconociendo la gravedad de la situación, Silveira decidió abandonar a los ciudadanos de Chaves en su loca y temeraria resolución de defender la plaza, marchando el día 7 de marzo a acampar con las fuerzas que disponía en alturas de la sierra de Santa Bárbara, cercana a Chaves.

El siguiente día 8 de marzo, Silveira realizó un reconocimiento de las avanzadas del ejército francés, hacia las proximidades de Coimbra, regresando por Chaves, donde procuró convencer a los fanatizados patriotas de la imposibilidad de la defensa.

El día 9 de marzo, Silveira volvió a la plaza, donde convocó en consejo de guerra, en el cual se decidió la imposibilidad de la defensa, no llegando a levantar acta del acuerdo por tocar a rebato en aquel instante por causa de la aproximación de los franceses.

En aquellos instantes también el capitán de ingenieros José María, amotinó a la tropa y al pueblo, diciendo que la plaza era defendible, y distribuyendo a la vez entre las masas las armas tomadas en el parque.

Ante tal anarquía, Silveira regresó al campamento de Santa Bárbara, dejando el gobierno interino de la plaza al Tcol Pizarro. La plaza fue invertida seguidamente por los franceses.

Soult mandó al campamento de Santa Bárbara un ofrecimiento de rendición de la plaza al general Silveira, que fue rechazado, diciendo que rendición de la plaza de Chaves, competía a su gobernador.

Chaves cayó en poder de las tropas francesas, sin resistencia alguna, después de dos días de bombardeo de la artillería, el 12 de marzo. Silveira decidió reconquistar Chaves, y de esta manera dejar aislado a Soult.

Mientras Soult seguía el avance hacia Braga, Silveira marchaba desde Villa Pouca a su antiguo campamento de Santa Bárbara el día 19 de marzo, invistiendo la ciudad de Chaves; donde Soult había dejado guarnición francesa y lusitana, desde el día 21 de marzo, con los RI-12 y RI-24, 4 RIs de milicias y el BIL de cazadores de Montealegre, viéndose los franceses obligados a acogerse en el fuerte de San Francisco, abandonando la villa a Silveira, después de tener 300 muertos y 200 prisioneros. El 25 de marzo, capitulaba el fuerte, entregándose 1.400 prisioneros, 80 caballos y la artillería que poseía.

La influencia de este hecho, tendría una influencia extraordinaria en la campaña.

Marcha de Soult a Braga

Soult aceleró su avance a Oporto, ya que tenía un considerable retraso respecto al plan previsto. Dos caminos que se presentaban al mariscal para marchar sobre Oporto.

El de la orilla izquierda del río Támega, que era el más franco y el mejor. Le obligaba a pasar por Villarreal, teniendo que recorrer una zona donde se vería obligado a cruzar el Támega por el puente de Amarante, que podría constituir un serio obstáculo para el avance, si los portugueses lo fortificaban convenientemente.

El otro camino de Chaves por alturas de Barroso, salvaba el cruce del Támega y le llevaba directamente a Braga, ciudad que ofrecía recursos propios y desde la cual podría acercarse al río Miño, donde contaba con recursos y cuya línea nunca dejó de atender. Por lo que se decidió por este camino.

Inició la marcha con la vanguardia la DCL-2/R de Franceschi-Delonne, apoyado por la infantería de Foy y seguido por el grueso del CE-II, mientras que flanqueaba por la izquierda Mermet y Lorges fueron destacados hacia Villa-Pouca, centro de operaciones de Silveira.

Se toparon con alguna resistencia en los desfiladeros de la Cabreira, por Salto, Ruivaes y Salamonde, pero carecieron de importancia y no consiguieron detener a los franceses. Solamente en la desembocadura del barranco de Vendas Novas fue donde Silveira obligó a desplegar a la DI de Mermet, pero no constituyó dificultad para los franceses; las jornadas, del 14 al 17 de marzo, pasaron sin incidentes dignos de mención.

El general Freiré tomó medidas acertadas para ir retardando y castigando en su avance a los franceses, evitando toda batalla campal. Fue asesinado el 17 de marzo por soldados campesinos portugueses, porque tenían la impresión de “que estaba traicionando su causa” al no enfrentarse a los franceses. El mando de los 4.000 hombres fue entregado a un oficial de Hannover, Christian Adolph Frederick Eben, conocido como el barón Eben, este para evitar que le sucediera lo mismo que a Freiré decidió presentar batalla a los franceses.

El 17 de marzo, el ejército francés llegó a tomar posición en las alturas de Carvalho (aldea portuguesa). Podía ver al ejército portugués dispuesto en orden de batalla en las montañas frente a Braga.

El 18 de marzo, para invadir la derecha francesa, los portugueses ocuparon el pueblo de Linoso, un pueblo que fue tomado por los franceses el 19 de marzo.

Batalla de Braga o de Lanhozo (20 de marzo de 1809)

Las fuerzas portuguesas contaban con unos 25.000 hombres, era un cuerpo de tropas muy heterogéneo, ya que incluía algunas tropas de línea y una mayoría de milicias y ordenanzas. De estos últimos, solo alrededor de 1/3 tenían armas de fuego y las ordenanzas no tenían municiones para realizar más de tres disparos por arma. De las fuerzas regulares que se había podido reunir, estaban presentes 1 BI del RI-9 de Viana, el BI-II de la Leal Legião Lusitana, elementos de los RI-6 y RI-18 ambos de Oporto; entre 15 y 20 piezas de artillería (el número varía en las descripciones) con unos 160 artilleros; unos 2.000 hombres en total.

Las fuerzas portuguesas se extendían entre el Ponte de Prado, al norte de Braga y con un puente sobre el río Cávado, y la línea de alturas del Monte Valongo en la carretera que conectaba Guimarães con Braga. En medio, estaba la línea de alturas del Monte Adaúfe, en la carretera que unía Chaves con Braga. Monte Valongo era el puesto de más difícil acceso. Frente a estas posiciones estaban las aldeas de Carvalho d’Este y Lanhoso. Cerca del pueblo de Carvalho d’Este existía un terreno elevado que fue ocupado por alguna artillería y 994 tropas de las tropas de línea.

El 17 de marzo los franceses lanzaron un primer ataque contra las posiciones avanzadas en Carvalho d’Este y fueron repelidos. Al día siguiente, se lanzó un nuevo ataque, pero también fue repelido. El 19 de marzo, los franceses lograron oponerse al dispositivo portugués. El 20 de marzo estaba presente todo el ejército de Soult, con la excepción de la DI-1/II de Merle. Soult no esperaba encontrar una gran resistencia y, por lo tanto, decidió lanzar un ataque frontal en lugar de flanquear las posiciones porque creía que el enemigo huiría en cuanto se acercaran los soldados franceses.

El 20 de marzo a las 7 de la mañana, el ejército francés se puso en orden de batalla. Soult disponía una fuerza con unos 3.000 jinetes y 13.500 infantes y 1.400 de artillería y trenes con 58 piezas y desplegó:

• Ala izquierda con las DI-2/II de Mermet y la DLC-2/R de Francesqui:
  • DI-2/II de Mermet con 5.459 efectivos en 15 Bóns: RIL-31 (4), RI-47 (4), RI-122 (4), RI-2 Suizo (2) y RI-3 suizo (1).
  • DCL-2/R de Francesqui con 1.120 efectivos: RH-1, RD-8, RD-22 de cazadores, RC de cazadores hannoveriano.
• Centro con la DI-3/II de Delaborde y la BRD-I/4/R de Fournier:
  • DI-3/II de Delaborde con 4.954 efectivos en 11 Bóns: RIL-17 (3), RI-76 (4), RI-86 (3) y RI-4 suizo (1).
  • BRD-I/4/R de Fournier con 800 efectivos (RD-13 y RD-15) de la DD-4/R de Lorge.
• Ala derecha: DI-4/II de Haudelet con 3.158 efectivos: RIL-14, RI-22, RI-32 y RI-82.
• Reserva la BRD-II/4/R de Vialannes con 800 efectivos (RD-22 y RD-25) de la DD-4/R de Lorge.

A las 07:30 horas, la DI-3/II de Delaborde se movió en dirección a las líneas enemigas sin responder a su fuego. Esta marcha atrevida, el orden y la regularidad de los movimientos, intimidaron a los portugueses.

Delaborde, apoyado por los dragones de Lahoussaye, atacó el centro de la posición portuguesa, a ambos lados del camino que cruzaba el Monte Adaúfe. La infantería de Mermet y la caballería de Franceschi atacaron las laderas boscosas de Monte Valongo en el ala sur de la posición. La DI-4/II de Heudelet en el norte atacó el terreno elevado sobre el Cávado con la BRI-I/4/II (RIL-14 y RI-22) y dejó la otra BRI-I/4/II (RI-32 y RI-82) como reserva para el ejército.

Las posiciones defensivas fueron conquistadas con cierta facilidad aunque ofrecieron mayor resistencia en las posiciones atacadas por Heudelet (al Norte) y, principalmente, en las laderas del Monte Valongo donde había más obstáculos físicos.

Las fuerzas portuguesas abandonaron posiciones, dejando un elevado número de muertos en el terreno. Eben informó que sus fuerzas sufrieron 1.000 muertos; Soult mencionó del lado portugués 4.000 muertos, unos 400 prisioneros y 17 cañones. La persecución solo terminó más allá de Braga. Los franceses sufrieron 40 muertos y 160 heridos.

Cruce del río Ave

El 25 de marzo, Soult inició el movimiento hacia Oporto, dejando la DI-4/II de Heudelet en Braga. Esta fuerza proteger a los enfermos y heridos que allí se encontraban, así como algunos suministros y defender la retaguardia de Soult contra las fuerzas del general José António Botelho de Sousa y Vasconcelos que operaban en la región norte de Minho. El camino todavía tenía un obstáculo: Río Ave.

El río Ave pasa a unos 6 km al norte de Guimarães y tiene un afluente, el río Vizela, que pasa 3 km al norte de Negrelos. Luego pasa por Santo Tirso, Barca de Trofa y Ponte do Ave. Al norte de Guimarães y Negrelos y en los pueblos señalados existían puentes y vados que permitían el cruce de río Ave y el río Vizela. Estos pasos estaban defendidos por ordenanzas de la región, muchas de ellas supervivientes de la batalla de Braga o Lanhozo. Consciente de la ocupación francesa de Braga, el obispo de Porto envió refuerzos para guarnecer las posiciones de Trofa y Ponte do Ave.

Para llegar a Oporto, Soult dividió sus fuerzas en tres rutas: la primera fue de Barcelos a Oporto y cruzaba el río Ave en Ponte do Ave; la segunda fue de Braga a Oporto y cruzaba el río Ave en Barca de Trofa; la tercera iba de Braga a Guimarães cruzando el río Ave al norte de Guimarães, y de esta ciudad a Santo Tirso, pasando por Negrelos, donde cruzaba el río Vizela; de Santo Tirso iba directo a Oporto. Los dos primeros itinerarios se materializaban por buenos caminos que permitían el movimiento de tropas, artillería y trenes con facilidad. Por eso era por donde se esperaba que pasaran los franceses y así fue a los respectivos pasajes del Ave donde se enviaron refuerzos. El tercer camino era de mucha menor calidad, por lo que se asumió que los franceses no lo utilizarían.

Las fuerzas portuguesas que custodiaban los pasos, puentes y vados en Negrelos, Santo Tirso, Barca de Trofa y Ponte do Ave, estaban principalmente guarnecidos por ordenanzas que se apresuraban voluntariamente a defender esas posiciones con todas las deficiencias de armamento, organización y disciplina de estas tropas irregulares. Sin embargo, no les faltaba determinación. Es muy difícil, si no imposible, determinar su número. Los refuerzos enviados desde Oporto fueron artillería y milicias.

Para la marcha hacia Oporto, Soult decidió dividir sus fuerzas en tres columnas:

• BRD-I/4/R de Fournier con 800 efectivos (RD-13 y RD-15) de la DD-4/R de Lorge, fue enviada a explorar el valle de Cávado entre Braga y Barcelos, tenía la tarea de avanzar por la carretera más occidental, de Barcelos a Oporto por Ponte do Ave.
• DD-3/R de Lahoussaye iría por la carretera de Braga a Porto vía por Barca de Trofa seguida por las DI-3/II de Delaborde y DI-1/II de Merlé y Soult con su estado mayor.
• DCL-2/R de Franceschi y la DI-2/II de Mermet siguieron el camino a través de Guimarães.

La DD-3/R de Lahoussaye salió de Braga el 23 de marzo hacia Famalicão. Al día siguiente hizo un primer intento de cruzar la presa de la Barca de Trofa, pero encontró una fuerte resistencia por parte de las tropas de la milicia que habían sido enviadas allí desde Oporto, con algo de artillería y fuertemente apoyado por las ordenanzas de la región. Al no haber podido controlar la presa, Lahoussaye lanzó un nuevo ataque el día 25 con el mismo resultado. El día 26, el propio Soult lanzó un ataque fallido. No dispuesto a perder hombres en tales batallas, Soult dirigió a sus tropas río arriba hasta el puente de San Justo cerca de Santo Tirso. Las fuerzas irregulares que estaban allí, sin embargo, ofrecieron una fuerte resistencia.

La DI-2/II de Mermet y la caballería de Franceschi cruzaron el río Ave por el puente al norte de Guimarães y la resistencia que encontraron fue eliminada con cierta facilidad. Se dirigieron hacia el sur y una fuerza avanzada ocupó el puente norte de Negrelos, sobre el río Vizela, pero en la noche del 25 al 26, la población de ese lugar logró expulsar a los franceses hacia la margen norte. El puente fue reconquistado el 26 por la BRI-I/2/II de Jardon (de la DI-2/II de Mermet) que perdió la vida allí. Una vez conquistado el puente, la caballería de Franceschi se dirigió hacia Santo Tirso en reconocimiento a la carretera que iba hacia el oeste por la margen sur del río Ave. Al llegar a ese pueblo, atacaron el flanco de las fuerzas que defendían el Ponte de San Justo y que luego se vieron obligados a retirarse.

Sin embargo, en el itinerario más hacia el oeste, la BRD de Lorges también encontró dificultades en Ponte do Ave y Soult destacó en su apoyo algunas fuerzas. Los defensores, al enterarse de que los franceses habían cruzado el río más arriba, decidieron retirarse a Oporto. Soult tenía el camino libre de obstáculos para Oporto. El día 27 por la mañana tuvo a la vista las obras defensivas de la ciudad.

Primera Batalla de Oporto (28 de marzo de 1809)

Las fuerzas portuguesas presentes en la defensa de Oporto rondarían los 25.000 hombres, pero el valor de este número no se correspondía en modo alguno con cifras tan elevadas. De estas fuerzas, poco más de 4.000 eran fuerzas regulares; entre dos y tres mil eran milicias que no tenían armas de fuego para todos; y entre quince y diecisiete mil eran ordenanzas, de las cuales solo unos siete mil tenían armas de fuego de diferentes calidades y el resto utiliza picas u otros medios similares. La tropa de línea tenía poco entrenamiento y el resto a veces eran grupos muy indisciplinados. Además de estas fuerzas, estuvieron presentes muchos habitantes, que espontáneamente decidieron unirse a los defensores.

Las fuerzas regulares que participaron en la defensa de Oporto eran: RI-6 de Oporto (2), RI-18 de Oporto (2), RI-21 de Valencia (1), RI-9 de Viana (1), restos del BI-II de la Legión Leal Lusitana, y parte del RC-12 de Miranda.

Las fuerzas francesas que ocuparon la ciudad de Oporto fueron las mismas que invadieron Portugal a principios de marzo, es decir, el CE-II sin la DI-4/II de Heudelet, y la BRD-II/4/R de Vialannes (RD-22 y RD-25) de la DD-4 de Lorge, que se habían quedado en Braga. Al llegar a Oporto, Soult tendría 17.000 hombres disponibles, de los cuales 3.500 eran de caballería. En cuanto a la organización militar había 39 Bóns, 24 Escóns y 25 piezas de artillería.

En la ciudad de Oporto se había construido una línea defensiva que iba desde el fuerte de São João Baptista da Foz hasta la capilla de Bonfim. Desde el inicio de la invasión, toda la población había trabajado en las obras de fortificación, bajo la dirección de ingenieros británicos y portugueses. La línea de la colina, que al norte de la ciudad estaba ubicada a menos de 1 km de las casas vecinas, estaba fortificada con 12 reductos provistos de artillería de posición. Los huecos entre los reductos se cerraron con empalizadas y trincheras. Más al oeste, donde la línea de la colina era menos pronunciada, el frente fue continuado por un foso profundo, la construcción de fortificaciones y 4 reductos. Esta línea terminaba en los muros del fuerte de São João da Foz. Este fuerte también conectaba, hacia el norte, con el Castelo do Queijo. Las calles principales se atrincheraron para servir como una segunda línea de defensa, y en el sur del Duero, en los terrenos de la Serra do Pilar Convento, una batería se colocó dominando el puente y la ciudad entera. La conexión con la orilla sur se realizó a través del puente de barcazas, que tenía una longitud de casi 200 metros.

La línea defensiva se dividió en tres sectores:

• Sector central estaba a cargo del brigadier Caetano José Vaz Parreiras.
• Sector oeste estaba a cargo del brigadier António José de Lima Barreto.
• Sector este estaba a cargo del general António Marcelino da Vitória.

Las tropas regulares se dividieron entre los tres sectores y formaron la reserva para cada uno de ellos.

La artillería tenía casi 200 bocas de fuego de varios calibres y estaba dispuesta a lo largo de todo el frente. Con una gran falta de personal especializado, las baterías de artillería fueron, en muchos casos, tripuladas por milicias.

Soult envió propuestas para la rendición de la ciudad al obispo de Porto, que fueron rechazadas. Ante la determinación de los portugueses de defender la ciudad, Soult preparó el ataque para el día siguiente 29 de marzo. Se hicieron reconocimientos durante los cuales los puestos avanzados portugueses fueron expulsados y se ocuparon dos bastiones que estaban frente a las líneas. Las fuerzas francesas se distribuyeron de la siguiente manera:

• Ataque al centro de la posición se atribuyó a la DI-2/II de Mermet apoyada por una BRD de la DD de Lahoussaye.
• Ataque de la derecha (oeste), el ataque estaba a cargo de la DI-1/II de Merle y de la otra BRD de la DD de la Lahoussaye
• Ataque de la izquierda (este) estaba a cargo de la DI-3/II de Delaborde y la DCL-2 de Franceschi.

Soult ordenó a sus divisiones de los flancos atacar mientras el centro permanecía en posición. Esperó que las posiciones atacadas fueran reforzadas a expensas de las fuerzas de las posiciones centrales y así debiliten ese sector. El ataque se lanzó a las 07:00 horas y ambas fuerzas, la DI-1/II de Merle en el oeste y la DI-3/II de Delaborde en el este, progresaron bien y comenzaron a tomar posiciones portuguesas. El comandante del sector central, el brigadier Parreiras, decidió enviar fuerzas a ambos sectores laterales para tratar de evitar que se rompieran las líneas defensivas y con esta acción, como esperaba Soult, debilitó su sector. Luego se lanzó el ataque francés contra el sector central, el cual, debilitado, fue roto con relativa facilidad permitiendo que la DI-1/II de Mermet ingresar en la ciudad rumbo rápidamente al río.

Las fuerzas portuguesas en los flancos, viendo que no había posibilidad de mantener sus posiciones, comenzaron a retirarse. En el sector occidental, la orden de retirada le costó la vida al brigadier Lima Barreto, al igual que le había ocurrido al general Bernardim Freire de Andrade, en Braga. Muchos huyeron por el río, otros lograron ir al norte por el mar y, en el sector este, el general Vitória se retiró por la carretera Valongo hacia el interior, aun combatiendo las fuerzas que lo perseguían. Muchos combatientes y una parte importante de la población que se había quedado en la ciudad se dirigieron al puente de las lanchas para cruzar a la margen sur, en ese momento el puente cedió dando lugar al desastre que mató a varios cientos de personas. Por la resistencia ofrecida, la ciudad fue saqueada con tanta violencia que mereció la crítica de algunos franceses.

Soult capturó un escuadrón de buques de guerra españoles y 30 buques mercantes. Los franceses también encontraron grandes arsenales de provisiones militares británicas. En la batalla y el asalto a la ciudad, los franceses tuvieron 72 oficiales y 2.000 de tropa entre muertos y heridos. Los portugueses perdieron alrededor de 8.000 muertos y 197 cañones capturados.

Al siguiente día de ocupar la ciudad, reparado ya el puente, avanzó hacia el Sur el general Franceschi con su caballería ligera y algunas compañías de cazadores, marchando en la dirección de Coimbra. Desde Villa-Nova da Gaya y Grijó, la DI Mermet apoyaba este movimiento, que fue felizmente obstaculizado por la DI portuguesa mandada por el coronel Trant, de la cual formaba parte un cuerpo académico que llevaba 4 piezas de artillería. Las operaciones de Trant dieron por resultado contener el avance de Franceschi en el Vouga, acosándole sin cesar y estorbando el que pudiera llegar hasta Coimbra y comunicarse con Víctor por la baja Beira.

El general Caulaincourt, con su brigada de dragones, más el RIL-17, se destacó a Peñafiel para observar las márgenes del río Támega; pero ocupando Silveira Amarante y conociendo el estado del levantamiento nacional en aquella comarca, Soult reforzó el destacamento con la brigada Foy y dio el mando de todas estas fuerzas al general Loison.

Silveira, cumpliendo las órdenes de Beresford, había ocupado los pasos del río Támega con fuerzas y vigilaba activamente los movimientos de Loison, en cuanto este quiso acercarse al río, fue atacado por Silveira el día 9 de abril, viéndose obligado a replegarse á Baltar, entre Peñafiel y Oporto.

El 12 de abril, se supo en el cuartel general de Soult la reconquista de Chaves por el general portugués.

El general Heudelet, desde Braga, y después de evacuar los enfermos y heridos sobre el depósito general de Oporto, marchó con su división y la del general Lorges hacia el río Miño para abrir las comunicaciones con Tuy; la reunión de estas fuerzas se realizó en Barcellos el 6 de abril y el 7 marcharon sobre Puente de Limia, donde las milicias y paisanos hicieron una buena defensa, dirigidos por el brioso general Botelho que, después de hacer lo humanamente posible, se retiró con sus débiles fuerzas a Labruja.

El día 9 de abril, Heudelet prosiguió su avance hacia el río Miño, llegando el 10 de abril frente a la plaza fronteriza de Valença. La guarnición y los aldeanos de los contornos habían ido a reunirse en la orilla derecha del río con los españoles que bloqueaban Tuy. Y el gobernador de Valença, no teniendo ni tropas, ni subsistencias, entregó la plaza.

Lamartiniére que había sido dejado por Soult en Tuy con la artillería pesada, el depósito general de enfermos y de heridos y toda la impedimenta mayor, llevaba 40 días buscando recursos. Como hacia Tuy habían ido afluyendo destacamentos, columnas volantes, rezagados y enfermos, existían 4.500 hombres cuya manutención se hacía difícil. Para remediar este inconveniente, decidió que el jefe de batallón Chalot, con una columna de 1.300 hombres, saliese para Vigo, con objeto de buscar provisiones y poner en condiciones de defensa la ciudad. Pero la acción acertada del infatigable Morillo y de los patriotas lograron apoderarse de la ciudad, obligando a Chalot a una capitulación poco honrosa.

La situación de Soult en Oporto se deterioraba día a día.

Defensa del Puente de Amarante (18 de abril al 2 de mayo 1809)

Soult de acuerdo con las órdenes de Napoleón, tenía que continuar su marcha hacia Lisboa. Antes de retomar su avance, tenía que contactar con la DI-2/I de Lapisse, que estaba en Salamanca, que pertenecía al CE-I del mariscal Víctor, que se encontraba en Mérida y que debería enviar una columna de tropas por el valle del Tajo hacia Lisboa cuando Soult se acercase a la capital portuguesa. Este avance obligaría a las fuerzas defensoras a dividirse y favorecería el ataque desde el Norte.

La cooperación entre el CE-I de Víctor y el CE-II de Soult dependía de los contactos que se establecieran que permitieran coordinar el avance de ambas fuerzas. Estos contactos se establecerían a través de la DI-2/I de Lapisse que tenía su cuartel general en Salamanca. Lapisse había recibido instrucciones de capturar las plazas de Ciudad Rodrigo y Almeida y avanzar sobre Abrantes. A esta fuerza, sin embargo, se le oponía Robert Wilson, al frente de una fuerza de unos 1.500 hombres, la mayoría de la Legión Leal de Portugal, de la que era comandante. Debido a su acción, Lapisse no pudo ocupar Almeida y el contacto con el CE-II fue más difícil.

Cuando Soult entró en Portugal y ocupó Chaves, el general Silveira se retiró hacia Vila Real, y volvió a ocupar Chaves después de que Soult avanzara hacia Braga y, después de que el grueso de las fuerzas francesas avanzara hacia Oporto, se preparó para recuperar esa ciudad. El desenlace de la Primera batalla de Oporto, el 29 de marzo, lo llevó a dirigirse hacia Amarante. Ocupó la margen izquierda del río Támega y protegió los puentes y vados con obstáculos para evitar que los franceses avanzaran sobre Trás-os-Montes. Por un lado, dificultaba aún más el contacto de Soult con las tropas francesas en la región de León y Castilla y, por otro, suponía una amenaza para el flanco del CE-II. Antes de trasladarse a Lisboa, Soult necesitaba neutralizar esta amenaza.

Las fuerzas portuguesas, al mando del general Silveira, eran muy heterogéneas. Un conjunto de unos 10.000 efectivos en los que había fuerzas regulares de infantería, caballería y artillería, cazadores, algunos elementos de la Legión Leal Lusitana, RIs de milicias, y ordenanzas, muchos civiles armados que decidieron unirse a este organismo y hasta 2 Cías de eclesiásticos. En las tropas de las milicias y las ordenanzas, así como en la población que se les sumaba, había una parte importante que no contaba con armas de fuego y muchas de las que poseían estaban obsoletas. Así, hubo un gran número de combatientes incapaces de enfrentarse a las tropas francesas.

En la defensa del Puente de Amarante estuvieron presentes las siguientes unidades regulares: RIs 2, 18 y 24; RCs 6, 9 y 12; RAs 1 y 4; Legión Leal Lusitana (60 hombres). RIs de milicias de Basto, Braga, Canaveses, Chaves, Gestaçô, Guimarães, Lamego, Miranda y Vila Real.

Los franceses comenzaron empeñando una BRC y, a medida que surgían las dificultades, aumentaba el número de personas en esta acción. En total, alrededor de 9.000 hombres estaban presentes a lo largo de la línea de Támega, 1.500 de los cuales eran de caballería. Estas fuerzas constituían casi el 43 % del personal disponible para Soult. Las unidades francesas fueron las siguientes, en el orden en que se desplegaron:

• BRD-I/3/R Caulaincourt, de la DD-3/R de Lahoussaye.
• BRI-I/3/II de Foy, de la DI-3/II de Delaborde
• BRI-I/3/II de Arnaud, de la DI-3/II de Delaborde.
• BRD-II/3/R de Marisy, de la DD-3/R de Lahoussaye.
• BRI-II/2/II de Sarrut, de la DI-1/II de Merlé.

El mando pertenecía a distintos despachos en función de las fuerzas que iban apareciendo. Empezó a pertenecer al general Caulaincourt con la BRD-I/3/R, hasta que apareció la BRI-I/3/II de Foy. A partir de entonces, el mando de estas fuerzas fue asignado al general Louis Henri Loison. Con la presentación de la BRI-I/3/IIl de Arnaud, se completa la DI-3/II del general Delaborde, este tomó el mando de todas las fuerzas. Con la llegada de la BRD-II/3/R de Marisy, se completó la DD-3/R de Lahoussaye. El mando de las fuerzas siguió perteneciendo a Delaborde hasta la conquista del puente.

Soult ordenó a la BRD-I/3/R de Caulaincourt marchar hacia Amarante para garantizar la posesión de los puentes sobre el río Támega. Salieron de Oporto el 30 de marzo, pernoctaron en Valongo y, el 31, entraron en Penafiel. El 1 de abril se dirigieron a Marco de Canaveses donde reconocieron y atacaron el puente que estaba defendido por unas 2.000 ordenanzas con 3 piezas de artillería. Tras dos horas de combate, los franceses fueron repelidos con unas 80 bajas y regresaron a Penafiel.

Mientras tanto, el general Silveira se dio cuenta de que las fuerzas francesas en Oporto, tras la salida de varios destacamentos (al sur del río Duero, al norte, hacia Vigo y hacia Amarante), habían disminuido sus efectivos. Por tanto, decidió colocar parte de sus unidades al oeste del río Támega. Por otra parte, las fuerzas de Caulaincourt, en Penafiel, estaban diariamente plagadas de guerrilleros portugueses, lo que llevó al oficial a solicitar refuerzos a Soult.

El 7 de abril, BRI-I/3/II de Foy y 2 piezas de artillería se unieron a Caulaincourt y el general Loison fue nombrado comandante de esa fuerza. El 9 de abril, Loison envió dos fuerzas de reconocimiento, una en dirección a Canaveses, que no pudo cruzar el puente como ya había sucedido, y la otra con unos 1.400 hombres (800 de infantería y 600 de caballería) en hacia Amarante. Las tropas del general Silveira que se encontraban en la ribera occidental del río Támega lograron repeler esa fuerza, que, por lo tanto, no llegó a la aldea. Este éxito llevó al general Silveira a decidir trasladar el grueso de sus fuerzas al oeste de Támega y lanzar una ofensiva hacia Oporto. El 13 de abril, el general Silveira avanzó sobre Penafiel, Loison se vio obligado a evacuar esta ciudad y, como Caulaincourt, solicitó refuerzos a Soult.

Soult envió la BRI-I/3/II de Arnaud apoyada por 10 piezas de artillería. Se completaba así la DI-1/II de Delaborde y este general tomó el mando de las fuerzas. También se envió una orden a Lahoussaye que, desde Guimarães, marchase a Amarante con su BRD-II/3/R de Marisy y la BRI-II/2/II de Sarrut, de la DI-2/II de Merlé.

El 15 de abril, Delaborde entró en Penafiel y, el 18 de abril, lanzó un ataque contra las fuerzas portuguesas en Vila Meã. Estos se vieron obligados a retirarse a la línea del río Támega. En la orilla occidental del río, las fuerzas portuguesas solo mantuvieron el convento de São Gonçalo y la entrada al puente. En esa acción, Tcol Patrick, comandante de las fuerzas de RI-12 que protegían la retirada de las tropas restantes, resultó herido de muerte.

El general Silveira dividió la defensa de la línea del Témega en tres sectores cuyo mando asignó al capitán Mor de Basto (sector Norte), luego reemplazado por el coronel de caballería Francisco Guedes de Carvalho y Meneses. El coronel António da Silveira, hermano del general Silveira (sector Centro); al capitán Mor de Tuías y Canaveses, António de Serpa Pinto (Sector Sur). Silveira instaló su puesto de mando en Padronelo.

Con este dispositivo, Silveira pretendía evitar que los franceses se apoderasen de puentes o vados que permitieran a sus tropas pasar a la orilla oriental del Támega, especialmente al Ponte de São Gonçalo en Amarante porque servía la carretera principal de la región. Los franceses hicieron varios intentos para pasar el río Támega en varios puntos, sin éxito. El 21 de abril consiguieron desalojar a los defensores del convento de São Gonçalo. El 23 de abril se intentó, sin éxito, lanzar un puente de caballete junto a una presa aguas abajo de Amarante.

El 2 de mayo, alrededor de las 04:00 horas, lograron volar cuatro barriles de pólvora que destruyeron en gran parte las defensas del puente. Este plan había sido cuidadosamente preparado por el capitán Bouchard. No fue una operación fácil porque las fuerzas portuguesas habían colocado un dispositivo que les permitiría hacer estallar una carga de pólvora suficiente para cortar el arco oriental del puente. Sorprendidas, las tropas portuguesas apenas tuvieron tiempo de reaccionar porque, inmediatamente después de la explosión, las fuerzas francesas lanzaron el ataque, tomaron el puente, desarmaron el dispositivo preparado para inutilizarlo y rápidamente ocuparon todo el pueblo de Amarante. Las fuerzas portuguesas se retiraron hacia Vila Real, Mesão Frio y Entre-os-Rios.

En la defensa del puente de Amarante, durante los 14 días de resistencia, las fuerzas del general Silveira sufrieron 211 muertos y 114 heridos. Entre los muertos había 7 oficiales.

Tras la conquista del Ponte de São Gonçalo y la retirada de las fuerzas portuguesas de Amarante y otras posiciones en la línea de Tâmega; Soult ordenó a la DI-3/II de Delaborde volver a Oporto y a Loison, con las fuerzas restantes (7.000 hombres), llevar a cabo acciones de reconocimiento de Vila Real y Peso da Régua para finalmente abrir las líneas de comunicación con España. Las fuerzas de Loison fueron detenidas antes de llegar a Régua y, al enterarse de que las fuerzas del general Silveira amenazaban con cortar su conexión con Amarante, ese general decidió retirarse a esa aldea para retener la posesión del puente de São Gonçalo.

En esta retirada, las fuerzas francesas fueron perseguidas y acosadas por el pueblo y, en respuesta, saquearon y destruyeron todo lo que pudieron. Además de las poblaciones, las fuerzas guerrilleras realizaban emboscadas constantes y, el 12 de mayo, antes de entrar en Amarante, cerca de Vila Chã, nuevamente se vieron envueltas en un combate cuerpo a cuerpo con las fuerzas del general Silveira. El combate fue interrumpido por la noche y Loison, temiendo las fuerzas del ejército anglo-portugués que se acercaban hacia el norte, se retiró por Amarante y se dirigió a Guimarães. En la mañana del 13 mayo, habiendo verificado que los franceses habían abandonado Amarante, las fuerzas portuguesas volvieron a ocupar esta aldea.

Los franceses lograron romper la defensa del Támega y tomaron el puente São Gonçalo en Amarante. Las fuerzas portuguesas se habían visto obligadas a retirarse rápidamente, pero lograron reagruparse y retomar el puente y el pueblo y los franceses se retiraron. Durante esta defensa, una parte importante del CE-II quedó inmovilizada, en la línea del Támega, durante 14 días, que fueron vitales para la defensa de Portugal.