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Retirada del rey José de Madrid
El rey José había recibido el boletín nº 29 el 6 de enero, había deducido de él que las cosas iban mal con el ejército en Rusia, pero no tenía idea de la ruina absoluta que le había sucedido a su hermano. Por lo tanto, había mantenido sus tropas dispersas en los amplios acantonamientos en diciembre, y había enviado Daricau a la provincia de Cuenca, para reabrir el camino a Valencia para enlazar con Suchet. El gran convoy de administradores, cortesanos y refugiados españoles y franceses, que habían sido dejados al cuidado de Suchet, volvieron sobre su camino a Madrid escoltados por algunas de las tropas de Daricau a finales de enero.
La caballería de Pierre Soult seguía barriendo La Mancha, imponiendo contribuciones y fusilando a guerrilleros, y el ejército del Centro despejó la mayor parte del país al este y al norte de Madrid de las fuertes partidas de los hombres del Médico y del Empecinado. Caffarelli y Jourdan se quejaron de que debería haber estado haciendo más esfuerzos hacia el norte, pero sus despachos eran tan poco frecuentes que su posición no podía ser juzgada por completo, lo único cierto, era que no podía mantener la ruta Burgos-Bayona abierta para los mensajeros.
Solo hubo un enfrentamiento durante el invierno con el ejército de Wellington, cuyos acantonamientos, salvo los de la DIL, estaban muy atrás, detrás de la tierra de nadie que rodeaba los ejércitos franceses. Esta única acción se debió a un venturoso reconocimiento realizado por Foy, quien tenía su cuartel general en Ávila, y había concebido un plan para sorprender al destacamento británico del RI-50, que estaba alojado en Béjar, en los pasos frente a Coria. Había recibido información falsa de que no había una buena vigilancia alrededor de Béjar, partió el 19 de febrero de Piedrahita con una columna de 3 BIs débiles y 80 caballos, unos 1.500 efectivos en total, y marchando día y noche cayó sobre los acantonamientos del RI-50 al amanecer del 20 de enero. El coronel Harrison del RI-50 era un oficial cauteloso, que había atrincherado las puertas en ruinas de la ciudad, y remendado sus muros derruidos. Tenía piquetes destacados a distancia y tenía varias Cías en armas todas las noches.
Además, Hill, pensando que la posición estaba expuesta, últimamente lo había reforzado con el BIL-VI de cazadores portugueses de la BRI de Ashworth. Foy llegó a la ciudad y ordenó cargar en el crepúsculo, desalojó a los piquetes periféricos tras una fuerte escaramuza, que se retiraron dando la alarma, continuó avanzando con una pantalla de 300 voltigeurs se encontró con una tormenta de fuego desde la puerta y muros, que estaban completamente guarnecidos.
Los voltigeurs se retiraron cuando estaban a 30 metros de la entrada. Foy ordenó una retirada general, cuando descubrió no había obtenido la sorpresa y que los aliados estaban listos, y marchó tan rápido como había llegado, perseguido a cierta distancia por los cazadores. En su despacho a Reille dijo que solo perdió 2 hombres muertos y 5 heridos, que podría haber tomado el pueblo, pero que se retiró porque advirtió que el RI-71 y RI-92, los demás RIs de la BRI de Cadogan, marchaba desde Bafio, a 11 km de distancia.
Fue el 14 de febrero, cinco días antes de la aventura de Foy, cuando el rey José recibió su primer correo de París. Sus espantosos contenidos eran mucho peores que lo que hubiera esperado. El elemento más esclarecedor fue una carta del coronel Desprez, su ayudante de campo, que había hecho la retirada de Moscú, y fue capaz de darle toda la verdad sobre Rusia. “Perdimos prisioneros por decenas de miles Pero, por muchos que sean los prisioneros, los muertos fueron muchos más. Cada vivac nocturno dejaba atrás cientos de cadáveres congelados. La situación puede resumirse diciendo que el ejército está muerto. La Guardia Joven, a la que estaba unido, se retiró de Moscú 8.000 efectivos; solo quedaban 400 en Wilna. Todos otros cuerpos han sufrido en la misma escala; Estoy convencido de que no más de 20.000 hombres volvieron a cruzar el Vístula. Si su majestad me pregunta dónde se detendrá la retirada, solo puedo responder que los rusos resolverán ese punto. No puedo pensar que los prusianos resistan: el Rey y sus ministros son favorables, pero no así la gente, los disturbios están estallando en Berlín, cruzar Prusia tiene pruebas de que difícilmente podemos contar con esos aliados. Y parece que en el ejército austríaco los oficiales están haciendo manifestaciones públicas contra la continuación la guerra. Esta es una imagen triste, pero creo que no hay exageración”.
El boletín nº 29, ordenaba al rey José que debería mover su cuartel general a Valladolid, manteniendo Madrid solo como el punto extremo de ocupación de su ala sur. Debería dirigir su atención a la pacificación de Vizcaya y Navarra mientras que los ingleses estaban inactivos. Soult había recibido órdenes para volver a Francia, como había pedido repetidamente el Rey; su ejército del sur podría ser entregado al mariscal Jourdan o a Gazan. La orden de retirarse a Valladolid y aguantar Madrid a la ligera, solamente podría interpretarse de que no habría más refuerzos disponibles para España, por lo que zona de ocupación tendría que ser reducida.
La retirada de Soult era lo que José había pedido con entusiasmo porque en 1812, cuando se encontró con la curiosa carta en la que el mariscal lo acusó ante el Emperador de traición a la causa francesa. El mariscal abandonó España más en triunfo que en desgracia, con un gran personal y escolta, y una larga fila de carros llevando su botín andaluz, especialmente su espléndida galería de Murillos robada en iglesias de Sevilla.
Al recibir las órdenes originales del Emperador, el rey José se apresuró a obedecer, aunque llevar su corte de Madrid a Valladolid le pareció como el abandono de su posición como rey de España. Ordenó a Gazan, sucesor de Soult, que evacuara La Mancha, y volver a la zona de Madrid, dejando un pequeño destacamento de tropas ligeras en Toledo. El ejército del Sur también ocupó la provincia de Ávila del ejército de Portugal, y se pretendía que pronto debería relevar al ejército del Centro en la provincia de Segovia.
Durante su estancia en Madrid, el rey José mandó derribar varios conventos e iglesias para hacer plazas, parques y avenidas, como las plazas de Oriente, las Cortes, Santa Ana, San Martín o los Ramales. Por eso el pueblo le apodaría como “Rey Plazuelas”, aunque sea más conocido por “Pepe Botella” por su presunta afición a las bebidas alcohólicas, a pesar de ser abstemio. Los madrileños le repudiaban, y él mismo nunca se sintió querido por el pueblo español. Durante la ocupación, los madrileños pasaron mucha hambre. La fanega de trigo llegó a costar 540 reales y el pan cocido de un kilo hasta 12 reales. Los más pobres tuvieron que alimentarse de berzas y hierbas. En el período más cruel, de septiembre de 1811 a julio de 1812, más de 20.000 ciudadanos murieron de inanición.
El 17 de mayo, siguiendo las órdenes de Napoleón, el rey José abandonó la capital seguido de un espectacular convoy de más de 2.000 carruajes de toda clase, cargados de riquísimos bagajes: baúles con ricos ropajes, cofres con joyas y dinero en moneda española y francesa, muebles y obras de arte; gran parte fruto del saqueo y la rapiña de las tropas francesas durante esos años. También viajan en él miles de cortesanos adeptos al Rey, escoltados por su Guardia.
El 28 de mayo, los últimos soldados franceses, que marchaban en la retaguardia del convoy, salieron de Madrid tras realizar un último saqueo de lo poco que queda a sus habitantes. Los franceses dejaron una ciudad, y su provincia, arruinadas material y económicamente.
Los ayuntamientos habían tenido que costear a las tropas de ocupación, pagando decenas de miles de reales anuales. Los proyectos urbanísticos no habían sido terminados. El Observatorio Astronómico había servido de polvorín, y lo que actualmente es el museo del Prado había sido cuartel de caballería. El parque del Retiro aparecía lleno de zanjas y árboles talados, al haber acampado allí el ejército francés durante toda la ocupación.
Mientras el Rey se establecía en Valladolid, el ejército del Sur siguió redistribuyéndose entre Madrid y el Duero. El ejército del Centro se alejaba de su proyectado de marchar a Burgos para volver a ocupar la provincia de Segovia, y el ejército de Portugal comenzando a retirarse desde el frente de las tropas de Wellington para ser enviado al norte.
El rey José se quedó en Valladolid hasta el 3 de junio, luego continuó a Palencia y siguió camino al noroeste, llegando a Burgos.
Plan de Wellington
En marzo Wellington empezó a recibir noticias que demostraban que los franceses estaban retirando fuerzas desde España para el nuevo ejército de Alemania, y que Soult, Caffarelli y otros generales habían sido convocados a París. Supo, unos días después, que los franceses estaban evacuando La Mancha, y que el Rey había trasladado su cuartel general de Madrid a Valladolid. Todo indicaba la debilidad de los franceses. Tuvo que retrasar las operaciones, ya que hubo una primavera tardía, hizo que el verde forraje para los caballos más difícil de conseguir de lo que normalmente era en abril; el mal estado de las carreteras y el mal tiempo, hizo que el tren de pontones, que llevaba en secreto desde el Tajo al Duero, se retrasara.
El plan era que el ala izquierda bajo Graham con 6 DIs, cruzara el Duero muy adentro de Portugal en varios puntos en Braganza y Miranda. Mientras el ala derecha de Hill con 3 DIs, avanzaría desde el río Águedahasta el río Tormes, atrayendo la atención principal de los franceses hasta llegar a Salamanca, desde donde se desviaría hacia la izquierda y se uniría al ala de Graham junto al puente de Toro, estableciendo así todo el ejército en una masa al norte del Duero, y envolviendo por completo el flanco occidental del todo el frente francés.
Habiendo envuelto la posición del enemigo en el Duero, y establecidas las comunicaciones a través de él, la siguiente operación dependería de las circunstancias.
La fuerza de ataque debería incluir un ejército español, Castaños había sido nombrado capitán general de Galicia, Castilla y Extremadura, y todas las tropas en esas provincias formaban parte del Cuarto ejército español, que incluía la DI de Morillo, acantonada en Cáceres, la DI de Carlos de España en Ciudad Rodrigo y el paso de Perales, los lanceros de Julián Sánchez, contados como una brigada de caballería regular y no una partida, y las 2 DIs gallegas de Losada y Bárcenas, con una débil brigada de caballería, en total eran unos 18.000 infantes y 3.000 caballos.
Había otras tropas españolas que teóricamente pertenecían al Cuarto ejército, pero que se encontraban en otras zonas alejadas: la DI de Porlier en el Oriente de Asturias, las fuerzas irregulares de Mendizábal en Vizcaya y Cantabria, las tropas de Longa y voluntarios en otras bandas menores en Vizcaya, que sumaban de 10.000 a 12.000 hombres. Pero no se podían contar durante la primera fase de la campaña.
Había otra fuerza española que Wellington incluyó en sus propias operaciones, era el llamado Ejército de reserva de Andalucía (14.000 efectivos en 2 DIs y 1 BRC), que tenía que subir por los caminos desde Sevilla, y era demasiado tarde para unirse a la campaña de Vitoria, y no llegaría al frente hasta julio.
Los aliados contaban con 81.000 efectivos en el suroeste de Portugal, (50.000 británicos y 30.000 lusos). La infantería constaba de 56 BIs británicos y 53 BIs portugueses, en total 67.000 infantes. Los BIs británicos eran de tamaño muy desigual, unos pocos tenían 450 efectivos, mientras que otros tenían 900, el promedio se estima en 700. Los BIs portugueses eran bastante más débiles, con unos 550 de media. La caballería se componía de 22 regimientos, de los cuales solo 4 eran portugueses, en total 8.000 caballos. La artillería tenía 102 cañones, en 17 Bía, de los cuales 3 eran portuguesas y una KGL y el resto británicas.
Los españoles tenían 100.000 efectivos estaban agrupados en 5 ejércitos: el del general Castaños, del que forman parte las guerrillas de Espoz y Mina, Longa y otros, con 40.000 soldados, desplegado entre Galicia, Asturias y el norte de Castilla y Léon; el de Copons, con 10.000 estaba en Cataluña; el de Elio, con 20.000 en Murcia; el del duque del Parque con 12.000 en Sierra Morena, y O’Donell con 15.000 en Andalucía.
Reunión de las fuerzas de Hill
El plan para la concentración de la fuerza del sur era que Hill debe reunir la DI-2 británica, los españoles de Morillo y caballería de Long en Béjar, y luego marchar por el paso a través de la sierra de Francia hasta Miranda del Castañar y Tamames. Silveira, con la DI portuguesa independiente, iba a tomar una ruta paralela más al oeste, por el collado de Perales, Peñaparda, y Moras Verdes. Estas tropas al llegar cerca de Tamames; se reunirían con otra columna que consistía en la DIL, que había estado acantonada entre los ríos Coa y Águeda durante el invierno, y las brigadas de caballería de Victor Alten, Fane y Robert Hill, que se reunirían con la BRCL de lanceros de Julián Sánchez y la DI castellana de Carlos de España, que había estado invernando en los valles de Ciudad Rodrigo.
Cuando se reunieron, toda la fuerza del ala sur del ejército de Wellington estaría formado por unos 30.000 efectivos, que incluían 5 BRIs británicas, 4 BRIs portuguesas, y 2 DIs españolas.
La caballería era muy fuerte en proporción a la infantería; eso era intencional, ya que Wellington pretendía mantener en su frente un fuerte pantalla de caballería para que el enemigo no pudiera descubrir durante algún tiempo que la columna no era la principal del ejército anglo-portugués, sino de hecho una fuerza de demostración. La verdadera fuerza principal de su ejército, eran las 6 DIs marchando bajo Graham para envolver la línea del Duero, lejos al norte.
El 22 de mayo, Wellington abandonó su cuartel general en Freneda, donde había estado desde su regreso de Cádiz en enero y cabalgó hasta Ciudad Rodrigo; la DIL y 3 brigadas de caballería lo habían precedido a Santi Espiritus, 16 km al frente, donde estaban en contacto con la BRI portuguesa de Silveira, que formaba la columna de la izquierda de Hill, y había llegado a Tamames. Hill mismo con la DI-2 marchaba detrás de Silveira, la DI española de Morillo se mantenía más a la derecha, y se desplazaba desde Los Santos y Fuenterroble de Salvatierra, por la pista que conduce directamente a Salamanca desde el sur. A lo lejos a la izquierda la BRC de lanceros de Julián Sánchez avanzaban hacia Ledesma y vigilaban el flanco occidental.
El 24 de mayo, se completó la unión de fuerzas, y las noticias que llegaban de todos los sectores eran satisfactorias. Villatte con su DI y un regimiento de caballería con pequeños destacamentos en sus flancos en Ledesma y Alba de Tormes, pero sin fuerzas más cerca que la DI de Daricau en Zamora y no tenía que moverse, ya que la gran columna de Graham estaba marchando directamente hacia él.
Pero la rapidez era necesaria, por lo que el ejército avanzaba en largas marchas, a través del devastado país sobre el que había pasado en condiciones tan diferentes siete meses atrás.
El 25 de mayo, el cuartel general estaba en Matilla, con la infantería avanzando en tres columnas paralelas, la DIL en la carretera alta a Salamanca, Cerro y Silveira a la derecha, Morillo aún más lejos, rumbo a Alba de Tormes. Llegó la noticia de que Villatte había retirado su destacamento de Ledesma, lo que indicaba que no pretendía mantener contacto con Daricau en Zamora, de modo que el paso del Duero se simplificaría. Una larguísima marcha el 26 de mayo, la caballería de Víctor Alten empujando por el puente de Salamanca, y Fane por los vados que se encuentran arriba pueblo; descubrieron que Villatte acababa de evacuarlo, después de establecer barricadas y obstruyendo sus salidas, pero era visible en las alturas sobre los vados de Santa Marta en línea de batalla.
Al ver a los franceses en posición, la caballería británica siguió adelante a toda velocidad, Alten por la ciudad de Salamanca, Fane por los vados de arriba, dejando a la infantería muy atrás de ellos, pero con la esperanza de detener al enemigo el tiempo suficiente para asegurar su destrucción.
Al darse cuenta demasiado tarde de su peligro, Villatte se dirigió hacia el este, cuando reconoció que el grueso de las fuerzas se estaba concentrando contra él, y amenazando su retirada. No marchó por Toro, sino hacia el este por caminos paralelos al Tormes por Aldealuengua.
Combate de Aldealuenga (26 de mayo de 1813)
En cualquier caso, las dos brigadas de caballería lo alcanzaron no lejos de Aldealengua y, después de dispersar su retaguardia de dragones, cabalgaron sobre su infantería, que marchaba en columna cerrada, e inmediatamente formaron en cuadro. Después de intentar algunas cargas parciales e ineficaces, juzgaron inútil atacar a infantería en sólido orden, y se contentaron con seguir la columna a una distancia prudente y recoger. La batería de artillería a caballo de Fane se acercó y realizó algunos disparos contra los batallones de retaguardia, pero cerraron y se apresuraron.
El día era caluroso, muchos de los franceses estaban agotados y fueron sorprendidos en el camino. El tren de municiones divisional se atascó en una carretera y fue capturado, al parecer un cajón había volcado y bloqueaba el paso del resto. Pero el cuerpo principal de la infantería se mantuvo en su camino en una masa sólida, y después de 8 km; Wellington, que acababa de llegar, ordenó a Fane y Alten que desistieran de la persecución. Villatte, por tanto, se alejó, dejando tras de sí un par de cientos de prisioneros, y algunas decenas de hombres que habían caído por de insolación, sobreesfuerzo, o alcanzados por los disparos de artillería.
Villatte esperó demasiado y nunca debería haberse dejado atrapar tan cerca de Salamanca. Recogió su destacamento de Alba, que encontró unos km más allá, de Babilafuente, siendo perseguido por los dragones ligeros de Long con cautela. La columna se perdió de vista, retrocediendo por Cantalpino, no por Toro, una prueba más de que los franceses no iban a intentar fortalecer la línea del Duero, sino concentrarse en algún lugar sobre Medina del Campo o Valladolid.
Las diversas columnas de infantería llegaron a las cercanías de Salamanca en la tarde del 26 de mayo, y cruzaron el Tormes, algunos por el puente, otros por los vados. Al día siguiente, fueron ordenados ocupar las alturas más allá de Salamanca: la DIL estaba a la izquierda, la DI-2 en el centro, la BRI portuguesa de Silveira a la derecha en Cabrerizos, la DI de Morillo en el alto Tormes en Machacón, con un destacamento en Alba de Tormes. La caballería patrullaba hacia Zamora, Toro, los vados de Fresno en el Duero, y también hacia el este hacia el río Guareña.
Hill se detuvo durante seis días. Wellington se había mostrado con fuerza en Salamanca, y quería hacer creer a los franceses, que el ataque principal se iba a realizar entre el Duero y el Tormes. Esperaba que intentarían detenerlo mediante una concentración en la línea de Valladolid a Toro para la defensa de la línea del Duero, o con una contraofensiva al sur del Duero desde la dirección de Medina del Campo, para amenazar el flanco y evitar su avance hacia el norte.
Reunión de la fuerza de Graham
El 18 de mayo, Wellington había emitido sus órdenes finales para el avance de la gran fuerza de envolvente bajo Graham, cuyas las tropas debían converger en el rincón remoto de Portugal entre Braganza y Miranda de Douro entre el 21 y el 27 de mayo. Muchos de ellos tuvieron que recorrer largas distancias. La DI-1 estaba en Viseu el 13 de mayo; y había dejado atrás, la BRI de la Guardia de Howard, reducida a una fuerza de 800 efectivos por la fiebre que había asolado sus filas durante la primavera. Se había trasladado de Viseu a Oporto para tener un clima más suave, y se perdería la campaña de Vitoria.
Las DIs 5, 6 y 7 dejaron sus cuarteles de invierno en Beira, que estaban cerca del Duero en Moimenta y San Joao de Pesqueira, y podrían permitirse no moverse hasta el 16 de mayo. Para asegurar un movimiento rápido de las columnas y evitar la congestión del tráfico en los pasos habituales sobre el Duero, ya que no había puentes; Wellington había mandado reunir un gran número de barcazas y barcos fluviales en Peso de Regoa, San Joao de Pesqueira, y el Barça de Pocinho cerca de la confluencia del río Coa con el Duero.
La disposición de las marchas se calculó para permitir a las pesadas columnas de infantería, hacer uso dos buenos caminos en el Tras-os-Montes, de los cuales uno va del Duero a Braganza, el otro a Miranda. La DI-1 y DI-5 utilizarían el ferry de Peso de Regoa cerca de Lamego, y marcharía por Villa Real y Mirandella en dos rutas separadas hasta la zona de Braganza. La DI-3 cruzaría el ferry en Sao Joao de Pesqueira y pasaría por Villaflor y Vinhas a Vimioso, a medio camino entre Braganza y Miranda. La tercera columna (DI-4, DI-6, y DI-7) después de cruzar el Duero en el ferry de Pocinho, marcharía desde Torre de Moncorvo por la gran calzada hasta la ciudad fronteriza de Miranda y el pueblo vecino de Malhadas, adonde debían llegar en tres sucesivos días (24, 25, 26 de mayo). Esta columna sería seguida por el importantísimo tren de pontones, y por la artillería de asedio (cañones portugueses de 18 libras) bajo el mayor Ariaga, así como el tren principal de municiones.
Las tres brigadas de caballería británicas que Wellington había asignado al gran movimiento envolvente, eran las de Anson, Bock, y Ponsonby, que habían sido acantonadas en los meses de invierno en el Beira inferior, a lo largo de la costa, y en el valle del Vouga. Antes de que la infantería se hubiera movido, las tres brigadas habían sido llevadas al norte del Duero alrededor del 1 de mayo, a través de Oporto, y alojados en Braga, Guimaraens, Santo Tirso y pueblos vecinos.
El 12 de mayo, las órdenes los pusieron en movimiento hacia el este, a la zona de Braganza. Su marcha fue mucho más fatigosa que las divisiones de infantería, porque no había carreteras de ningún valor que fueran directamente desde el país de Braga en dirección a Miranda y Braganza, todas discurren de norte a sur, no de este a oeste.
Los únicos jinetes que tenían un trabajo fácil eran la BRD portuguesa de Urban, que había estado invernando en Braganza, y solo tenía que avanzar unos pocos km hasta la frontera, y la nueva BRH de Grant recién llegada, procedente del sur, seguiría a la columna de infantería que pasaba por Torre de Moncorvo hasta Miranda, a lo largo de la carretera hasta el final.
Las BRIs portuguesas de Pack y Bradford, así como la BRD de Urban, habían pasado el invierno al norte del Duero, en Penafiel y Vila Real respectivamente, tenían un corto camino por recorrer, y estaban programados para llegar a Braganza antes de que las pesadas columnas subieran desde el sur.
El cruce del Duero presentaba un problema porque todos los puentes habían sido inutilizados, había algunos vados, pero que si se producía una subida de nivel de agua, no serían practicables. Por eso mandó subir su tren de pontones principal desde el Tajo. Para llevar los 33 pontones desde Abrantes hasta Miranda de Douro por tierra fue difícil, ya que tuvieron que fabricar plataformas con ruedas especialmente construidas en Castello Branco, Sabugal y Pinhel. Fueron llevados en la carretera de Miranda hasta Vila Velha, donde fueron detenidos por un corto tiempo, porque Wellington no estaba muy seguro donde ponerlos. El 20 de mayo se decidió enviar 14 pontones a Espadacinta, mientras que los otros 19 debe dirigirse a Miranda, y desde allí seguir rumbo al Duero hasta el punto donde serían depositados, probablemente el ferry de Villalcampo (Zamora), 1,5 km por debajo de la confluencia del río Esla con el Duero.
Hasta el 26 de mayo, todas las tropas británicas se habían quedado atrás de la frontera portuguesa, no se ha enviado nada más allá de ella, excepto la BRD portuguesa de Urban, que formaron una pantalla en el lado español.
Marcha de Graham hasta el río Esla
El 26 de mayo, todo el ejército de Graham que eran unos 42.000 efectivos, comenzó la marcha en tres columnas: dispuestas de la siguiente manera:
- Columna norte desde Braganza con la BRDL de Anson y la BRD de Ponsonby, precediendo a la DI-1, y la BRI portuguesa independiente de Pack. Cruzando el río fronterizo, las Manzanas, en los vados por Nuez, se les ordenó avanzar hacia Tabara (Zamora) en cuatro marchas, por la carretera rural que atraviesa Sesnández de Tábara.
- Columna central desde Outeiro y Vimioso con la BRD/P de Urban (que ya estaba en la frontera), la BRD KGL de Bock precediendo a la DI-3 y DI-5, y la BRI/P de Bradford; se les ordenó pasar por Alcañices y en cuatro marchas llegar a Losilla, 8 km al sur de Tábara (Zamora).
- Columna derecha desde Miranda de Douro con las DIs 4, 6 y 7; la BRH de Grant los alcanzó el segundo día. Al tener una distancia más corta que recorrer, su vanguardia debía llegar a Carvajales el 28 de mayo, en tres marchas. El 30 de mayo, los pontones, que los seguían llegaron al ferry de Villalcampo, donde se pretendía colocarse al otro lado del Duero.
La columna de la izquierda o del norte debía ponerse en contacto con el ejército de Galicia, DI de Bárcenas, BI de Losada y BRC de Penne Villemur, unos 12.000 hombres, que habían partido de Astorga el 26 de mayo, y debían estar en el puente roto del Esla en Benavente los días 29-30 de mayo.
Se ve que la fuerza de Graham marchaba en un frente compacto, la columna central no estaba a más de 10 km de distancia de las columnas laterales, de modo que podrían reunirse en muy pocas horas. La pantalla de caballería de 5 brigadas era tan fuerte que era imposible que la caballería francesa pudiera romperla y descubrir qué había detrás.
Por una suerte extraordinaria, la atención del alto mando francés estaba distraída por completo en ese momento en el frente del Esla, como resultado de los últimos informes recibidos de esa dirección.
Hasta el 20 de mayo, Reille había enviado la DD de Boyer a través del Esla en Benavente, para hacer un barrido hacia el norte y el oeste en la dirección a La Bañeza y Puebla de Sanabria. Habían llegado casi hasta Astorga sin encontrar tropas de ningún tipo; e informó que algunos del ejército gallego estaban en Astorga, pero que no habían oído hablar de ningún británico salvo dos o tres comisionados, que habían estado comprando cebada y trigo en el valle del río Tera, que iban a ser devueltos a Portugal.
Reille sacó la deducción natural, que no había nada moviéndose en esa parte, y Boyer, después de destruir el puente de Castro Gonzalo en las afueras de Benavente, volvió a sus antiguos acantonamientos al este del Esla. Pero sobre el 27 de mayo, toda la atención de los generales franceses ya estaban distraídos con la marcha de Wellington contra Salamanca, a la cabeza de la columna de Hill, y el frente del Esla recibió poca atención. Frente a las tropas de Graham solo estaba la DI de Daricau del ejército del Sur, con una BRI en Zamora y otra en Toro, y 3 RDs de Digeon observando el Esla desde San Cebrián hasta su confluencia con el Duero, y al mismo tiempo vigilando hacia el sur hacia Salamanca. Porque la caballería de la columna de Hill ya estaba en el 27-28 de mayo, empujando hacia el norte hacia Zamora y hacia el este hacia el río Guareña.
El 28 de mayo, este peligro comenzó a acechar tanto en la mente de Daricau, que retiró toda su infantería salvo 4 Cías de Zamora, dejando a los dragones de Digeon prácticamente sin apoyo para defender la línea del Esla. Se enviaron solicitudes urgentes de infantería cuando la caballería a la cabeza de las tres columnas de Graham alcanzó sus destinos en Tábara, Losilla y Carvajales, el 28 de mayo. No se encontraron partidas francesas a ambos lados del Esla, y aunque el campesinado informó que había patrullas en la orilla opuesta.
La exploración del curso del Esla, llevó al descubrimiento de que el río estaba muy alto, debido a las lluvias en la noche del 28 al 29, y que algunos de los vados estaban impracticables para la infantería. Graham, aunque molesto por el retraso, se negó a enviar jinetes solos, y esperó a que llegara el tren de pontones, que debía llegar el 30 de mayo, resolviendo colocarlo al otro lado del Esla, y no al otro lado del Duero como se había planeado al principio. Mientras tanto, los franceses no mostraron signos de actividad el 30 de mayo, se temía que Daricau podría salir de Zamora, a solamente 13 km de distancia, con infantería y cañones, para impedirles el paso. Pero frente a Graham, solo había una pantalla de caballería. El ataque principal para los generales franceses, parecía estar del lado de Salamanca, donde se sabía que Wellington había estado presente el 27 de mayo.
Digeon había descubierto el 29 de mayo que había tropas británicas en la orilla opuesta del Esla, pero no tenía noción de su entidad o propósito.
En la mañana del 29 de mayo, Wellington partió temprano desde Salamanca, viajó por Ledesma hasta el Duero frente a Miranda do Douro, más de 80 km antes del anochecer. Durmió en Miranda, partió al amanecer del 30 de mayo y estaba en Carvajales, a 32 km de distancia, por la tarde, envió despachos a Hill y Giron, y arregló con Graham las disposiciones para la siguiente mañana.
La primera decisión de Wellington fue que los pontones, que tenían que llegar el 30 de mayo, no debían ser colocados en el río Duero en Villalcampo (Zamora), sino en río Esla frente a Almendra (Zamora), donde la carretera de Puebla de Sanabria a Zamora cruzaba el río. Pero al mismo tiempo, se hicieron intentos para que la caballería pudiera cruzar en otros puntos.
Al amanecer del 31 de mayo, la BRH de Grant entró en el vado de Almendra, donde se pretendía que el puente fuera establecido; cada húsar del EH de vanguardia llevaba un soldado de la DI-7 a su grupa. Al mismo tiempo, los dragones alemanes de Bock y los portugueses de Urban intentaron cruzar el vado en Palomilla, frente a Montemarta (Zamora), 6 km río arriba.
Los húsares cruzaron con gran dificultad, el fondo era pedregoso y el agua había subido en la noche, algunos caballos perdieron el equilibrio, y muchos infantes cayeron y fueron arrastrados. La mayoría se salvaron, pero 10 de los 51 fueron arrastrados y se ahogaron. Sin embargo, a pesar de los contratiempos, los húsares cruzaron, y, avanzando rápidamente, sorprendieron al piquete de la caballería francesa en el pueblo de Valdeperdices (Zamora), un poco río arriba, capturando 1 oficial y 32 hombres. Fue una negligencia que toda una BRH pudiera acercarse a la luz del día al vado más importante de la zona, sin ser detectados y sorprender a un destacamento.
Mientras tanto, los dragones de Bock y los portugueses de Urban cruzaron el vado de Palomilla 6,5 km río arriba, el cruce fue difícil y se perdieron 8 caballos y 4 hombres que fueron arrastrados y ahogados. La BRDL de Anson a la cabeza de la tercera columna llegaron a San Vicente del Barco, frente a San Cebrián, pero el vado resultó completamente impracticable, y se la ordenó regresar hacia Tábara. En su camino se desviaron hacia un segundo paso más al sur que también resultó impracticable, finalmente se ordenó a la columna cruzar en Almendra, detrás de la columna sur. Después de un día de contramarcha sin provecho, llegaron allí, para encontrar los pontones colocados, la infantería de la columna sur a lo largo del río, mientras la columna central cruzaba rápidamente. Al final, todas las tropas de Graham, salvo las principales brigadas de caballería, tuvieron que utilizar el puente.
Mientras tanto, los húsares de Grant, avanzando hacia Zamora, encontraron que los franceses la habían evacuado apresuradamente con las primeras noticias del cruce del río Esla. Digeon, con sus 2 RDs, ½ Bía a caballo, y 4 Cías de voltigeurs, se habían dirigido a Toro. Wellington ocupó Zamora sin oposición la noche siguiente del paso de los vados, y trasladó su cuartel general allí. En el momento en que supo que Daricau y Digeon se habían huido, envió órdenes a Hill para que no marchara a Zamora, o el vado de Villalcampo, como estaba planeado, sino directamente a Toro, lo que ahorraría 2 km de marcha al ala derecha. Estaba claro que Digeon y Daricau solo podían disponer en Toro de unos 6.000 efectivos frente a los 40.000 de Graham, y no había un gran cuerpo de francés disponible para reforzarlos.
Combate de Morales de Toro (2 de junio de 1813)
El 1 de junio, los dragones de Digeon retrocedían en el camino de Toro, la caballería de Reille habían oído hablar en Belver por la mañana, se habían ido hacia el este en dirección Medina del Rioseco a toda prisa. Wellington avanzó rápido ese día, enviando las columnas de Graham por las dos carreteras Zamora-Toro y Zamora-Rioseco. Los franceses evacuaron Toro por la tarde, de modo que el punto de reunión con Hill estaba asegurado de forma segura, y las DIs de Graham estaban presentes con toda su fuerza a la mañana siguiente, para cubrir el paso del ala sur por el Duero.
Wellington trasladó su cuartel general a Toro en la mañana del 2 de junio, y envió su caballería por todos los caminos que se bifurcaban a partir de él: la BRDL de Anson y la BRD KGL de Bock que se dirigían al nordeste de Vezdemarbán que estaba ocupado. Los húsares de Grant avanzaban a lo largo del camino del río hacia Tordesillas, encontraron la retaguardia de la DD de Digeon en Morales de Toro, a 10 km de Toro, y cayeron sobre ella con fuerza.
Se trataba de una partida de 100 dragones de la BRD-I de Digeon con dragones del RD-16. Esta partida había partido de Toro antes la llegada de los húsares británicos. Los dragones franceses al parecer fueron sorprendidos desayunando y emprendieron la huida a toda prisa. Los húsares del RH-18 británicos encontraron el desayuno de los dragones franceses, que aparentemente había sido abandonado precipitadamente.
El RH-10 con un EH del RH-15, partieron en persecución de los dragones franceses, mientras que el RH-18 tomó una ruta más directamente hacia el este. La RH-15 siguió como reserva.
El general Digeon, observando el avance de su partida desde su puesto de mando en Morales, vio con preocupación, que sus dragones parecían no darse cuenta de que eran perseguidos y se movían tranquilamente por el camino. Digeon ordenó al resto de su primera brigada (RD-21 y RD-16) que montara y avanzara en el apoyo de sus camaradas, poniéndose él al frente, mientras que la segunda brigada (RD-5 y RD-12) se situó detrás del río Bajóz, que fluye más allá de Morales.
Digeon llegó casi a la vez que los húsares británicos, desplegó en dos líneas con el RD-16 en primera línea y el RD-21 en segunda. Grant cargó furiosamente con el RH-10 al mando del mayor Robarts, con un EH del RH-15, consiguiendo romper las líneas de dragones franceses, mientras el RH-18 cargaba de flanco, rompieron la línea francesa, que se retiraron a retaguardia en desorden.
La BRH británica persiguió a los dragones franceses durante unos 3,5 km, cruzaron el puente sobre el río Bajóz y un pantano, antes de ser detenida por una descarga de una Bía francesa situada en los altos de Pedroso del Rey. La Bía estaba con la segunda brigada de Digeon, habiendo llegado el general Darricau con infantería y más cañones.
Frente a esa abrumadora fuerza francesa, el coronel Grant, el comandante de los húsares, retiró su BRH al otro lado del río Bajóz y esperó el avance de la infantería y los cañones de Graham. Mientras los franceses se retiraron en buen orden.
Los franceses perdieron 2 oficiales y 208 hombres, casi todos del RD-16, de los cuales un centenar fueron hechos prisioneros casi todos heridos. Los franceses perdieron muchos caballos debido a su mal estado, casi todos presentaban horribles llagas en sus espaldas.
Las bajas francesas fueron 1 oficial muerto (el teniente Cotton del RH-10), 2 oficiales heridos (el capitán Lloyd del RH-10 fue hecho prisionero) y 16 bajas de tropa. Lloyd se había adentrado en la infantería francesa, por la que fue herido y hecho prisionero, quedó al cuidado de los franceses en Morales de toro y fue puesto en libertad condicional, después de su recuperación.
Este fue un buen resultado para el RH-10, que había desembarcado en febrero y era su primer combate.
Durante el combate de Morales de Toro, la infantería de Hill había partido de sus alojamientos en las aldeas 16 km al norte de Salamanca para seguir adelante a Toro. Con una marcha forzada de más de 30 km, por Fuentesaúco, a través de un territorio desnudo y desolado, llegó la cabeza de la columna al río Duero, donde acamparon entre huertos y campos bien regados. Los hombres, después del largo y bochornoso día, devoraron las frutas y verduras.
A la mañana siguiente, 3 de junio, toda la columna comenzó a cruzar el río Duero en Toro, la artillería y los bagajes por un vado que llegaba hasta las rodillas, la infantería por el puente roto. Solamente un arco había sido volado, y un ingeniero ingenioso, el teniente Pringle, había ideado un método fácil de repararlo. Colocó una hilera de largas escaleras a cada lado de la brecha en la calzada: sus pies se inclinaban juntos y unían en el agua poco profunda debajo. A continuación, se habían colocado tablones largos y robustos, que descansaban en cada extremo sobre los peldaños de cada par de escaleras correspondientes, y formaban una especie de plataforma. Los hombres bajaron los peldaños superiores de un juego de escaleras, caminaron unos pasos por encima de las tablas, y ascendían por los peldaños de las escaleras en el otro lado. Esto fue bastante tedioso para el paso de 4 DIs, y tomó todo el día y la mañana siguiente.
Al mediodía del 4 de junio, todo el ejército estaba concentrado en las cercanías de Toro en la margen norte. Su caballería iba muchas millas por delante, en Pedroso del Rey en la carretera Tordesillas, Almaráz y Villavellid (Valladolid) en la carretera de Medina de Rioseco.
Las partidas enviadas hacia el norte se habían puesto en contacto con la DI de Girón del ejército gallego, que había pasado por Benavente el 1 de junio y llegó a Villalpando el 3, con los escuadrones de Penne Villemur en su frente.
La fuerza de ataque de Wellington alcanzó 80.000 efectivos, que se concentraron al norte de Toro en la noche del 3 de junio, todos los británicos reunidos, los gallegos unos 30 km a su flanco, pero fácilmente disponibles. No quedaba nada al sur del Duero salvo la DI española de Carlos de España, que había dejado una guarnición en Salamanca; y la BRC de lanceros de Julián Sánchez, que estaban buscando en los caminos al sur del río, y acababan de capturar una gran patrulla de caballería francesa en Castronuño (Valladolid), cerca de Pollos. A Wellington le parecía increíble que el enemigo no respondiera al golpe a sus comunicaciones en la línea Salamanca-Ciudad Rodrigo. De hecho, todos los informes les mostraban que estaban moviéndose hacia el norte. La primera etapa de su plan se había completado con todo el éxito.
Movimientos franceses
El 20 de mayo el ejército francés en España fue el siguiente: El rey José con 2.500 efectivos de sus guardias, a caballo y a pie, estaba en el cuartel general de Valladolid. De las 2 DIs del ejército del Centro, la DI-3/C de Erlon había sido prestada a Reille; la DI-1/C de Darmagnac, estaba en Medina de Rioseco, en la retaguardia de la caballería de Reille, que vigilaban desde una discreta distancia el ejército de Galicia y los caminos en dirección a Astorga y León. La DI-2/C de Cassagne, estaba en Segovia, al sur del Duero, manteniendo contacto con la gran guarnición que quedaba todavía en Madrid, para que no quedase aislada.
Del ejército del Sur, Gazan tenía su cuartel general en Arévalo, no muy lejos del Rey en Valladolid, pero retenía con él solo la DD-1/S de Tilly. El resto de sus tropas estaban dispersas. La DI-6/S de Daricau y la DD-2/S de Digeon estaban en Zamora y Toro, a casi 160 km del cuartel general, manteniendo contacto con la caballería de Reille.
La DI-3/S de Villatte con un RD estaba en Salamanca, 80 km de la DI-6/S de Daricau. La DI-4/S de Conroux estaba en Ávila, separado por montañas entre él y DI-3/S de Villatte. Se suponía que estaba vigilando a Hill, y tenía destacamentos tan lejanos como Monbeltrán (Ávila) en las fronteras de Extremadura. Estaba también separada de la fuerza en Madrid por varias sierras y el puerto de Guadarrama. En la capital misma estaba Leval con una DI, mientras que la BRI independiente de Maransin, había estado ocupando Toledo de forma intermitente, y estaba realmente allí el 20 de junio, en compañía de la BRCL/S de Pierre Soult. Los flancos del ejército del Sur estaban en Zamora y Toledo, a 250 km en línea recta, en una zona montañosa, y cada uno separado unos 150 km de su cuartel general.
En cuanto a la infantería del ejército de Portugal, la única unidad que se encontraba cerca del cuartel general era una BRI de la DI-5/P de Maucune en Palencia, que custodiando un gran depósito de provisiones y transporte. La otra BRI de la DI-5/P de Maucune estaba en Burgos. La DI-6/P de Lamartiniére estaba vigilando la gran calzada de Burgos por Briviesca a Miranda del Ebro, para mantener el contacto con Clauzel en Navarra. Similarmente, la DI-4/P de Sarrut, después de su larga e infructuosa persecución de Longa, protegía las carreteras de Bilbao a Miranda, para unir Foy con el ejército principal.
El propio Foy estaba a orillas de la bahía de Vizcaya, donde había asaltado Castro Urdiales el 12 de mayo, y estaba tratando de acabar con los guerrilleros locales. Las otras 2 DIs de Reille se habían perdido de vista en las montañas de Navarra, donde marchaban y contramarchaban con Clausel, en pos del esquivo guerrillero Mina. Las DIs de Taupin y de Barbot, que junto con la DI de Abbe y la DI Vandermaesen del ejército del Norte, formaban las grandes columnas volantes de Clausel, unos 15.000 efectivos en total, estaban continuamente en movimiento. Por lo que al desconocer su ubicación, recibir instrucciones podía tener un retraso que podía ser de 8 días.
Evidentemente, el ejército francés tardaría una semana en concentrarse en Valladolid o Arévalo, si Wellington se dirigiera a Salamanca y al Duero Central. Pero si estuviera a punto de atacar una de las alas en Zamora o en Madrid, el tiempo requerido sería mucho mayor. Y tanto José como Jourdan no estaban seguros del plan de Wellington. Por lo que resolvieron esperar los movimientos aliados antes de dar las órdenes finales.
El 18 de mayo, Jourdan ordenó a Gazan que efectuara reconocimientos hacia la frontera portuguesa y, si Wellington se encontraba avanzando, ordenar a Leval que evacuase Madrid, y enviar toda su caballería en apoyo Villatte en Salamanca. Pero no se enviarían órdenes definitivas a Clausel, Foy, Sarrut y Lamartiniére, mientras los aliados no exhibieran su fuerza.
Una campaña defensiva en el Duero era realmente la estrategia de Jourdan; quizás se convirtiera en una ofensiva, cuando llegasen las DIs cedidas del ejército de Portugal y Clausel, con unos 30.000 hombres de refuerzo.
Gazan en Arévalo y el rey José en Palencia oyeron, el 24 de junio, que Wellington había cruzado el río Águeda el 22 y aparentemente marchaba hacia Salamanca con una gran fuerza. Conroux envió noticias de que Hill al mismo tiempo marchaba desde Béjar hacia el norte, sin girar hacia el este. Por lo tanto, la campaña, como parecía, iba a tomar forma según la hipótesis más probable, y las órdenes para la concentración entraron en vigor. Pero Gazan perdió un día en la evacuación de Madrid, cabalgando desde Arévalo a Valladolid y solicitando formalmente la autorización del rey José para la retirada de la DI-1/S Leval de la capital. De modo que el ayudante de campo que llevaba el despacho, partió de Valladolid en la mañana del 25 de junio, en lugar de Arévalo en la tarde del 24: estaba claro que Leval llegaría tarde al punto de concentración.
Las otras unidades del esquema francés se llevaron a cabo según plan entre el 25 y el 29 de junio. Cuando Villatte se vio atacado en Salamanca, se escapó con algunas pérdidas hacia el este el 26 de junio, retrocedió a Medina del Campo el 28 de junio. Allí se encontraban esperándolo la DI-4/S de Conroux de Ávila y la DD-1 de Tilly que Gazan había mantenido en su cuartel general en Arévalo. Erlon estaba en marcha desde Segovia con la DI-2/S de Cassagne y la DC/C de Treillard, y habían llegado a Olmedo, a solo 25 km de Medina, para que estuvieran disponibles al día siguiente. El conjunto era una fuerza de 16.000 infantes y 4.000 caballos. Pero la DI-1/S de Leval llegaría tarde y no estaría listo hasta 3 días más tarde; tampoco había bajado la BRI de Maucune desde Burgos. Mientras que la DI-6/S de Daricau y la DD-2/S de Digeon empezaron a parecer incómodamente alejados en su posición en Toro y Zamora, donde solamente Reille podría alcanzarlos.
José y Jourdan tenían la intención de tomar posición detrás del río Zapardiel el 30 de junio para hacer frente a Wellington; hasta que la DI-1/S de Leval llegase desde Madrid para unirse al cuerpo principal, y luego todos juntos retirarse más allá del Duero, a la posición defensiva prevista.
Pero ese día ocurrieron dos hechos inquietantes: uno fue que Wellington no avanzaba desde Salamanca, las tropas que había llevado allí no se habían movido desde el 26 de junio. La otra era que Digeon envió un mensaje de que había fuerzas aliadas que se acercan al Esla Inferior desde la dirección de Braganza, aunque Reille había informado 10 días antes, que no había ningún signo de movimiento aliado en esa dirección. Entonces, por primera vez, surgió la sospecha de que el avance a Salamanca podría ser una mera finta, a pesar de la aparición en persona de Wellington en esa dirección.
En la mañana del 1 de junio, la sospecha se convirtió en certeza. La DD-2/S de Digeon informó que los británicos habían cruzado el río Esla con una gran fuerza, por varios vados, y que él y la DI-6/S Daricau se retiraban en Toro de inmediato. A José le hubiera gustado acudir detrás del Duero sin demora, pero no podría hacerlo hasta que la DI-1/S de Leval, la DI-5/S de Maransin y la BRCL/S de Pierre Soult debieran hubieran llegado desde el sur. Y la columna de Madrid no llegaría al Duero en 2 días, debido a la conducta dilatoria de Gazan el 24 de mayo.
Leval había recibido la orden de evacuar la capital el 20 de mayo. Maransin había comenzado la retirada de la columna de Toledo el 21 de mayo, por lo que no había necesidad de esperar a recoger ese destacamento. La guarnición de Madrid inició la marcha al amanecer del 27 de junio, y con ellos marchaba un considerable tren de refugiados afrancesados, muchos de los ministros y cortesanos de José que se habían negado a marchar en los convoyes anteriores, que habían ido a Valladolid en marzo y abril. Tenían la esperanza de que la emigración no fuera necesaria.
El convoy no pudo avanzar rápido debido a la cantidad de carruajes, carros, carros y mulas pertenecientes a civiles se mezclaron con, o siguieron detrás, de las columnas de infantería de Leval. Llegó al pie de las montañas en la noche del 27 de mayo, cruzó el puerto de Guadarrama el día 28, y alcanzó Espinar en el descenso norte el 29 de mayo.
Allí Leval envió los bagajes y los refugiados por la carretera de Segovia, a cargo de una escolta mandada por el general Hugo, antiguo gobernador de Madrid. Leval con los soldados continuó a Arévalo por la gran calzada, llegó al Duero el 2 de junio y se unió a Gazan en Tordesillas. Este último había cruzado río el 31 de mayo, momento en el que se hizo evidente que la columna de Madrid no iba a ser interceptada por ninguna fuerza británica desde la dirección de Salamanca. Erlon pasó el Duero el 2 de junio, el mismo día que Leval, después de haber esperado para cubrir la llegada de la columna de refugiados y transporte de Madrid, que se había dirigido sobre Segovia y Cuéllar.
El 2 de junio, por tanto, la orilla sur del Duero había sido finalmente evacuada por todas las fuerzas francesas, pero el plan de Jourdan y José de defender la orilla norte era obviamente anticuado e imposible. Pues Wellington ya estaba en Toro con los 40.000 hombres de Graham, y no había forma de impedir que Hill con sus 30.000 y los gallegos se le unieran al norte del río. La columna de Salamanca ya estaba marchando hacia el norte, para caer junto a la otra y mayor masa del ejército aliado, sobre Toro al día siguiente 3 de junio.
La posición exacta del ejército imperial era que Gazan, con 4,5 DIs del ejército del Sur y toda la caballería (la DD-2/S de Digeon, DD-1/S de Tilly y la BRCL/S de Pierre Soult), se concentró en un frente de 16 km entre Tordesillas y Torrelobatón. Reille, con la DI-1/C de Darmagnac y la DD/P de Boyer, estaba en Medina de Rioseco, 20 km más al norte. Erlon con DI-2/C de Cassagne y la DC/C de Treillard, estaba en Valladolid, 25 km por detrás de Tordesillas; el Rey y sus Guardias estaban Cigales, 16 km al norte de Erlon, 20 km al este de Reille. Las 2 BRIs de la DI-5/P de Maucune se habían concentrado por fin en Palencia, a 45 km al norte de Valladolid. Había una masa muy sólida de tropas, que podrían unirse en un solo lugar, por ejemplo en Torrelobatón, en una jornada de concentración, pero, por otro lado, podrían quedar encerrados detrás de los ríos Carrión y Pisuerga, desde Palencia a Simancas, para defender la línea de arroyos.
La fuerza era formidable: más de 40.000 infantes, y unos 10.000 caballos. Era posible presentar batalla a Wellington, o mantenerse firme para defender la línea del Pisuerga. Pero Hill podría unirse a Wellington con facilidad en Toro, de modo que todo el ejército anglo-portugués podría concentrarse y sin contar con los gallegos de Girón, con una fuerza que superaría los 70.000 efectivos.
Hubo mucho debate en cuartel general la tarde del 2 de junio. Se discutieron varias políticas, incluso, una sugerencia desesperada de Jourdan para llevar todo el ejército de regreso hacia el sur a través del Duero, a Medina del Campo y Olmedo, y amenazar a Wellington con cortar su comunicación con Portugal. El rey José y los generales rechazaron el plan de inmediato, sobre la base de que las órdenes de Napoleón siempre habían insistido en la conservación de la carretera directa a Francia, por Burgos y Vitoria.
La cuestión de defender la línea a lo largo del río Pisuerga, desde Palencia a Simancas, tenía 56 km de largo, y estaba bien definido. Pero había algunos defectos como que el nivel del agua estaba bajo, que había puntos donde la ribera occidental dominaba la oriental en las estribaciones de los montes Torozos, la ribera oriental estaba cortada por 3 arroyos transversales, y en la retaguardia estaba el estrechamiento de Torquemada.
En la noche del 2 de junio, se dieron órdenes de que toda la impedimenta del ejército español debía moverse hacia el norte. El tren militar y los medios de transporte de los administradores civiles franceses, ministros del rey con su bagaje privado fruto de la rapiña, así como los afrancesados con sus pertenencias; fueron enviados en un gran convoy esa noche, seguido por un segundo y aún más grande a la mañana siguiente. Fueron escoltados por las tropas españolas del Rey y otros destacamentos, alcanzando los 4.000 efectivos.
En la tarde del 3 de junio, el ejército ejecutó un movimiento general de retirada, dejando solo una pantalla de caballería detrás, para observar el avance de Wellington. El ejército del Sur regresó por Valladolid, después de volar todos los puentes del Pisuerga y los arroyos vecinos, y luego marchó por su orilla occidental hasta Cabezón de Pisuerga. Reille evacuó Medina de Rioseco y se replegó sobre Palencia, donde recogió a Maucune. El cuartel general y el Rey con su guardia se trasladó a Magáz de Pisuerga, 10 km al sureste de Palencia. Erlon marchó de Valladolid a Dueñas, 17 km más al sur que Magáz, y se preparó para volar el puente allí y cruzar al otro lado del Pisuerga. Todo el ejército estaba concentrado en un espacio de 25 km, y se detuvo durante dos días, en una posición segura para retirarse en Burgos, cuando fueran presionados.