Siglo XIX Guerras Realistas en España Avance de Moncey en Cataluña (abril a junio de 1823)

Primeras operaciones en el mes de abril

El TG Espoz y Mina era capitán general de Cataluña Francisco Espoz y Mina y disponía de unos 21.000 efectivos, contaba como subordinados al brigadier Mariano Zorraquín JEM y al coronel Fernando Miranda 2º JEM, sus fuerzas estaban organizadas en 6 divisiones:

  • DI-1 al mando del general Jose María Perón.
  • DI-2 al mando del general Francisco Milans del Bosch.
  • DI-3 al mando del general José Manso.
  • DI-4 al mando del general Antonio Rotten.
  • DI-5 al mando del general Manuel Gurrea.
  • DI-R de reserva al mando del general Leoncio Bárcena.

Nombró también a José Bellido, comandante general de la provincia de Lérida; Pablo Mier, gobernador interino de Vich; Santos San Miguel, gobernador de la plaza de Figueras.

Mina cuando se enteró de la preparación de los franceses, visitó la Seo de Urgel y Figueras para comprobar el estado de las defensas, ordenó enviar a Barcelona todos los presos y facciosos prisioneros que embarazaban Figueras, y la segunda brigada de la división de Milans pasó a Figueras. La actividad de las partidas realistas obligaban a Mina a fraccionar sus unidades.

En los Pirineos Orientales, el CE-IV al mando del anciano mariscal Bon Adrien Jeannot de Moncey no entró en Cataluña hasta el 18 de abril. Este mariscal contaba con casi 70 años había servido al Imperio en diferentes frentes. Contaba con el CE-IV que tenía 21.282 hombres, 5.122 caballos y 24 cañones en tres divisiones, con 5 baterías a pie y 4 baterías a caballo; también contaba con el barón de Eroles con una división de unos 7.800 infantes y 80 de caballería, que estaba formada por 12 batallones numerados del I al XII.

Mientras otra columna del ejército francés compuesta por el DI-9/IV del TG barón de Damas ocupaba la Junquera acompañada por un batallón realista mandado por Josep Auguet. La DI-2/IV del TG barón de Damas, no consiguió alcanzar Figueras, situada a 26 kilómetros de la frontera, hasta la noche del 24 al 25 de abril, la ciudad sería tomada el 22 de mayo y el Castillo de San Fernando hasta el 29 de septiembre.

Como dice Bittard des Portes, la población rural de Cataluña era mucho más favorable a las ideas constitucionales que la de otras provincias de España.

Militarmente, el Ejército Constitucional era incapaz de enfrentarse al Ejército Real. El CE-IV se enfrentaba Francisco Espoz y Mina, un antiguo líder guerrillero de la década de 1810, conocedor de la montaña y un estratega competente y experimentado. Espoz y Mina disponía del ejército liberal más potente de España con unos 21.000 hombres, pero estaba muy comprometido por la lucha con las partidas realistas que operaban en el Principado.

Moncey lo sabía, de ahí su cautela en el avance. Las tropas de Milans, uno de los lugartenientes de Mina, se negaban a combatir, retomando así las tácticas de las guerrillas durante la Guerra de la Independencia. El barón de Damas, al mando de la DI-9/IV, lo confirma en sus Memorias, publicadas varias décadas después de la guerra: «Mina maniobraba en todas direcciones más como un partisano que como un general del ejército».

El 25 de abril, Mina recibió aviso de que el día anterior por el paso de le Portus habían entrado 4.000 infantes y 200 caballos, y que mosen Anton con 2.500 realistas permanecía en San Esteban de Salama para introducirse en España, agregando 3 batallones más a los franceses. El 26 la DI-3 de Manso hizo movimiento hacia la línea francesa, y Milans puso en movimiento varias unidades de su DI-2, para observar a las considerables fuerzas enemigas que se divisaban en varios campamentos, a una distancia de hora y media de su posición.

Ese mismo día 26, el general Curial con su DI-5/IV y el barón de Eroles con tres batallones, recibieron la orden de marchar sobre Besalú.


El día 27, habiendo tenido noticia en la noche anterior de que los franceses habían adelantado su línea hasta media hora de Besalú, ocupando los puntos de Coll Sagren y Coll de Pontell, Mina salió a las siete de la mañana de Olot, acompañado del JEM, y una hora después lo verificó Gurrea con su DI-4. Se situó en el campo sobre Montagut, se puso en comunicación y contacto con Milans y Mier, que ocupaban Besalú y Tortellá, y la DI-4 tomó posición en el pueblo de Castellfollit de la Roca, sobre el río Fluviá, media hora a su retaguardia.

En esa posición se mantuvieron todo el día ambos campos, y fueron tales los aguaceros que sufrieron, que fue preciso por ambos bandos retirar al campamento todas las tropas para secarse y refrigerarse.

El mariscal intentando ahorrar la sangre de los soldados y consciente de todas las dificultades de un ataque frontal, decidió maniobrar y combinar sus movimientos con la marcha del general Donnadieu jefe de la DI-10/IV, quien debía ir de Perpiñán a Mont-Louis, tomar el mando de las tropas reunidas en Cerdaña y descender a Cataluña por el valle de Camprodon. Se construyeron dos puentes frente a Crespia, uno sobre carros y el otro sobre caballetes, el primero se terminó el día 29.

El 28 de abril, hubo descubiertas por ambas partes los constitucionales sembraron por el campo que dejaban a los contrarios la proclama del 24. El 29 a medio día, se presentaron unos 500 infantes y 70 caballos, por la parte de Torqueto. Milans hizo salir a su encuentro algunas tropas con ánimo de que probaran sus fuerzas con ellos; pero no se esperaron, y cada cual volvió a sus anteriores posiciones.

Inmediatamente, la BRI-III/5/IV de Vasserot y tres batallones españoles cruzaron el Fluviá y avanzaron hacia Bañolas. Al día siguiente, el RI-3 tomó la misma dirección. El TG Curial permaneció en la orilla izquierda con sus otras dos brigadas, un batallón de la Fe, dos batallones del RI-8 y cuatro cañones. El resto de su artillería tomó posición en la confluencia de los caminos de Besalú y Gerona; luego se movió detrás de Bascara, donde las fuerzas que cruzaban el Fluviá ocuparon las alturas casi inaccesibles que defendían la orilla derecha.

El general La Roche-Aymon jefe de la BRM-I/10/IV se había establecido el 28 con el RH-6 de Húsares y varias compañías de infantería. El TG Donnadieu jefe de la DI-10/IV, tras anunciar que se adelantaría a Campredon el 1 de mayo, dio órdenes de atacar las posiciones enemigas en Besalú y en la orilla derecha del Fluviá ese mismo día. En caso de éxito, el conde Curial se trasladaría a Olot para unirse a la DI-10/IV de Donnadieu. El barón de Éroles y el general Vasserot jefe de la BRI-III/5/IV marcharían, bajo la dirección especial del mariscal Moncey, hacia Santa-Pau, para amenazar la retirada del enemigo por Mieras y el Gran Olot.

Los Cien Mil Hijos de San Luis en Besalú (Gerona) en 1823. Autor Jean-Charles Langlois.

Pero durante la noche del 30 de abril al 1 de mayo, la lluvia, que no había cesado desde el 29, cayó con extraordinaria violencia. Los vivaques estaban inundados, las armas no podían disparar, los puestos estaban amenazados, los caminos y los vados intransitables. El puente de piedra de Besalú ofrecía al enemigo la ventaja de poder concentrar sus fuerzas en ambas orillas si era necesario.

El 30 de abril, 1.800 hombres al mando de Eroles ocuparon Camprodón, y después con 1.500 ocupó Ripoll, después de un corto tiroteo que tuvieron con la compañía que lo guarnecía, que al replegarse a Olot habían dejado cuatro hombres muertos.

A finales de abril los franceses controlaban el Berguedá, el Ripollés, el Alto Urgel, el Ampurdán y el Gironés.

Traslado de la Diputación de Gerona

Antes de que entraran los franceses en Cataluña, el 10 de abril el alcalde de Gerona, Valentín Comas y el juez de Primera Instancia ya pedían a la Audiencia que debían hacer en caso de tener que marcharse de Gerona, lo que preveían bastante cerca para estar amenazados de una próxima invasión de extranjeros, debiendo en tal caso abandonar aquella plaza, ya que según ellos esta plaza no podía defenderse.

La noche del mismo día 18 de abril cuando entraban las tropas francesas en Cataluña, la Diputación de Gerona decidía marcharse de la ciudad. El periplo de la Diputación se inició en Blanes donde hizo la primera reunión fuera de Gerona, con la intención de seguir hacia Calella. La marcha de la Diputación iba acompañada de la de los milicianos voluntarios y otros constitucionales que huían hacia Barcelona, como los de Figueras. En Blanes se fueron concentrando cerca de medio millar de milicianos procedentes de Figueras, Blanes, Calonge, La Junquera y Gerona principalmente, y que permanecieron bajo las órdenes del comandante de armas Joan Barrera. A finales de abril la Diputación salía de Blanes y pasando por Tordera llegaba a Calella. Continuó su peregrinación hasta Arenys de Mar, donde se instaló el 1 de mayo.

La segunda semana de mayo, la DI-2 de Milans se replegó sobre Sant Celoni dejando fuerza desprotegida la villa de Tordera, por lo que la Diputación de Gerona decidió marcharse hacia Mataró. A partir de ese momento la única preocupación de la Diputación será intentar recaudar fondos para el mantenimiento del ejército y de los castillos de Hostalrich y San Fernando, ante la presión de los comandantes militares.

Operaciones en el mes de mayo

El 1 de mayo, a las siete de la mañana, justo cuando Moncey planeaba cruzar el Fluviá para llegar a Bañolas, la prodigiosa subida del nivel del agua destruyó los dos puentes construidos por los franceses. No fue posible cruzar en transbordador hasta el día siguiente. Ese mismo día, los constitucionales permanecieron en los mismos puntos. Mina dispuso que la DI-1 de Perón pasase a DI-3 de Manso, situada en Argalaguer, el primer batallón de infantería de Murcia, y al cuartel general una compañía de la milicia activa de Murcia y una partida de Zamora.

El día 2, estando Milans expuesto a ser envuelto por las muchas fuerzas enemigas que tenía al frente e indicaban el movimiento, se puso en marcha con su DI-2 para Amer por el camino de Miera, al salir de este pueblo ya algunas guerrillas enemigas llegaban a la vista de su retaguardia, pero entró esta en Amer a las diez de la noche sin haber experimentado ninguna novedad. Ese mismo día, al llegar a Bañolas Moncey se enteró de que el enemigo, intimidado por los movimientos de su izquierda y por la marcha del general Donnadieu, había abandonado sus ventajosas posiciones durante la noche y se retiraba: Milans y Llovera vía Mieras sur Amer, Mina vía Olot en dirección a Vich.

El día 3 de mayo, vistos los movimientos y fuerzas del enemigo, Mina reunió la DI-3 de Manso y la DI-4 de Rotten y marchó con ellas al campamento del Mas del Bac de Collsacabra, adonde llegaron a las nueve de la noche. La DI-1 de Perón debía ocupar Santa Coloma de Farnés. El enemigo se situó en Olot y sus inmediaciones, y su fuerza consistía en 7.000 hombres bajados de Ripoll y Besalú. Marchando desde su cuartel general a reunirse con la DI-1 de Perón los músicos de Córdoba y Zamora, fueron sorprendidos por los franceses e hicieron algunos prisioneros. En ese mismo día 3, el mariscal Moncey, difundió en castellano y en francés, desde su cuartel general de Gerona, una proclama justificando la invasión y exhortando al abandono de las armas.

El TG Curial jefe de la DI-5/IV, recibió órdenes de ocupar Castelfollit y unirse al TG Donnadieu jefe de la DI-10/IV, a quien se enviaron inmediatamente las órdenes correspondientes. La BRI-III/5/IV de Vasserot permaneció en Bañolas, pudiendo también desplazarse a Mieras o Gerona según las circunstancias. Fue en ese momento cuando la ciudad de Gerona, agobiada durante varios meses por el peso de enormes impuestos y amenazada por nuevas exacciones por parte de un grupo de milicianos que se preparaba para entrar en sus murallas, envió una delegación al mariscal Moncey para acelerar la llegada de las tropas francesas. El mariscal se dirigió inmediatamente a Gerona, donde fue recibido como un libertador. El CE-IV ocupaba una extensión considerable de territorio.

En Camprodon, el general se enteró de los movimientos que acababan de producirse en el Fluviá. Aceleró su marcha hacia Olot, lo suficiente como para avistar esta ciudad el 3 de mayo, donde esperaba alcanzar a Mina. Reconoció el pueblo y dio la orden de atacar, con infantería y caballería, ocupando el pueblo y haciendo 12 prisioneros.

El día 4, permanecieron en las mismas posiciones. Cada día se aumentaba la entrada de realistas así franceses, que iban ocupando todo el país, las comunicaciones, tanto con las plazas y puntos del distrito, como con el Gobierno y el resto de la España, se hacían cada momento más dificultosas.

El 5 al rayar el día, Mina salió del campamento para hacer una sorpresa al enemigo situado en San Quirce de Basora, llevando conmigo la DI-3 de Manso y la DI-4 de Rotten. Después de una marcha de ocho horas sin parar, por caminos escabrosos, llegó a San Quirce a las doce y media, con solo la vanguardia de la DI-4. Todavía no lo había llegado la DI-3 entre dos y tres de la tarde, cuando las guerrillas avanzadas empezaron a tirotearse con las del enemigo, que avistaron a las cuatro de la tarde, que eran de 400 a 500 hombres, entre realistas y franceses. Avanzaba la infantería sin disparar un tiro, resuelta a entrar a la bayoneta; pero los españoles no esperaron al ataque; hicieron una descarga y huyeron, entonces rompió el fuego la infantería, y los pocos caballos avanzaron sobre ellos cuando el terreno lo permitió. Dejaron 20 muertos y posiblemente más heridos por los rastros de sangre. Los constitucionalistas tuvieron un miguelete muerto y 3 soldados heridos

El general Milans observando los movimientos de los enemigos que tenía a su frente, y conociendo que el objeto de ellos era envolverlo en su posición, se trasladó a Hostalrich, haciéndose preceder del RI de Córdoba, con los víveres, municiones y equipajes al punto de San Celoni.

Mina mandó al general Rotten a Barcelona para que se encargase del mando militar en segundo del distrito, que venía desempeñando el general Fernando Butrón, que tenía problemas de salud. Mina se proponía marchar de campamento en campamento todo el tiempo que fuera posible y pudieran resistir sus hombres, para no dar lugar a sorpresas en poblaciones pasadas a los realistas; y así también pensaba burlar mejor a los enemigos, fatigándolos en marchas y contramarchas.

El día 6 de mayo, Mina levantó el campo de las inmediaciones de San Quirce, y marchó hácia Vallfogona con la DI-4, habiendo hecho tomar a la DI-3 distinta dirección.

Ese mismo 6 de mayo, los franceses entraban en Vich, desde donde el general Donnadieu jefe de la DI-10/IV y la Junta realista de Vich hicieron públicas unas proclamas donde insistían en que los franceses habían venido solamente para liberar al Rey, y sobre todo, manifestaba el general francés, esto nada tenía que ver con la guerra, ya que: «en todas las villas y ciudades donde hemos entrado las propiedades han sido respetadas, por todas se ha observado la ley y la disciplina; todo lo que será menester para el sustento de nuestras tropas será pagado exactamente, y si nuestros soldados diesen lugar a alguna queja serán severamente castigados».

El día 7, Mina se Trasladó a San Juan de las Abadesas para dar descanso a la tropa, permaneciendo allí el día 8, allí se enteró de que, obligado de mi contramarcha, había abandonado los puntos de Ripoll y Camprodon, y replegado a Olot. También supo que los franceses iban a caer sobre él con grandes fuerzas en varias direcciones. Por lo que se dirigió por Ripoll a Borradá tras una marcha de nueve horas.

Mientras Milans con la DI-2, el día 6 salió de Hostalrich a San Celoní. El 7 el brigadier Llovera con la vanguardia de su DI-2, compuesta de los batallones de Barbastro, León y nueve caballos, fue a ocupar las posiciones de Parapes. El mismo día 7 llegaron a su cuartel general 600 milicianos locales y quintos del RI de Aragón. El 8 dispuso Milans que su division quedase aligerada de carga, y mandó a Barcelona las mochilas de toda la tropa; y el mismo día se encaminaron a Mataró el gobernador y jefe político de Gerona y los 600 hombres que habían llegado con ellos. Aquella tarde le mataron en una emboscada un teniente del segundo batallón de León, y le hirieron dos soldados. El día 9 cambió de posición a Mataró.

Mina desde Borradá se trasladó el día 10 a Berga, y allí se encontró con la proclama de Donnadieu. El 11 se trasladó a Cardona, permaneciendo en aquella plaza hasta el 14, recorriendo sus fortificaciones y dando órdenes para mejorarlas. El 15 de mayo llegó a Sallent, desde donde respondió con una proclama en la que amenaza con castigar gravemente cualquier colaboración con los franceses: «Todo pueblo en que se toque a rebato o somatén contra las tropas o individuos constitucionales será también incendiado, hasta reducirlo a cenizas, o derruido hasta que no quede piedra sobre piedra, y las autoridades de toda especie me responderán además personalmente».

Milans contando con que la guarnición enemiga de Vich constaba de 2.000 hombres y 70 caballos, ordenó a Llovera que se trasladase con la vanguardia de su mando a los puntos de San Feliu de Codinas y Castelltersol, con el objeto de operar sobre ella en combinación con la DI-3. El 14 de mayo, mandó a Llovera que suspendiese el movimiento, ya que había sabido que la guarnición de Vich era más de 3.000 hombres, pero que permaneciese a la espera en aquel punto, siempre de acuerdo con la DI-3.

El 17 de mayo, a las cuatro de la mañana, la DI-10/IV partió. El TG Donnadieu iba precedido por la BRM-I/10/IV de Laroche-Aymon y la BRI-II//10/IV Saint-Priest, ambas con destino a Moyá. Al llegar al cruce de la carretera de Castelltersol, el TG Donnadieu encontró allí al conde Saint-Priest esperando el regreso de una partida de reconocimiento que había enviado a esa localidad. Esta partida de reconocimiento parecía tardar demasiado en regresar, por lo que la BRI-II//10/IV decidió continuar su avance hacia Moyá, desde donde el conde Laroche-Aymon anunció que avanzaba con mil hombres. Pronto se les unieron los exploradores e informaron que el enemigo ocupaba la posición de Castelltersol a dos leguas de distancia.

El TG Donnadieu ordenó inmediatamente al RIL-1 y RIL-2 y a los españoles de Romagosa que se desplazaran a ese punto. Los siguió personalmente con dos BIs del RI-18. El general, en rápida marcha hacia Castelltersol, pronto distinguió claramente la línea de batalla de los constitucionalistas. Esta coronaba un anfiteatro de empinadas colinas boscosas, con batallones dispuestos de forma regular y hábil. Tres columnas de ataque se formaron de inmediato y se lanzaron contra el enemigo en tres columnas: la columna del general Romagosa estaba a la izquierda; la derecha, al mando del coronel La Poterie con el RIL-13, el general Donnadieu con la DI-10/IV marchaba con la columna central. Los tres ascendieron terreno escarpado casi sin disparar, con las bayonetas caladas, bajo un intenso fuego cruzado.

Los franceses llegaron a distancia de asalto y cargaron, tras cuatro horas, expulsaron a los constitucionalistas de posición en posición y los obligaron a abandonar el campo de batalla que ellos mismos habían elegido y a retirarse a San Feliú de Codinas.

Combate de Castelltersol el 17 de mayo de 1823. Las tropas de la división de Dennadien ponen en fuga a las fuerzas de Milans y Lloberas. Autor Abel Hugo.

Las bajas francesas fueron de unos pocos soldados y un oficial.

Acosado por todos los puntos, teniendo a su frente 7.500 infantes y 600 de caballería franceses y realistas, el 23, Mina desde el campamento de Suria a las seis de la tarde emprendió una marcha de retroceso, para ganar San Félix Saserra.

El periódico El Realista publicaba:
«Milans y Llovera a la cabeza de 4.000 hombres divididos en dos columnas, han atacado el 24 a las dos de la mañana las tropas de la división del general Curial que ocupaban a Mataró. La acción duró hasta las once: el enemigo, que se creía seguro de la victoria, ha sido roto sobre todos los puntos y ha huido en todas direcciones arrojando sus armas y efectos de equipo: 500 fusiles, otras tantos chacos y fornituras, con gran número de sables y lanzas, han quedado sobre el campo de batalla. El enemigo ha perdido 150 hombres muertos y heridos: 4 oficiales, 50 prisioneros y un estandarte han caído en nuestro poder. Nuestra pérdida se reduce a 3 hombres muertos y 15 heridos. […]».

Ataque y defensa de Mataró el 24 de mayo de 1823. La brigada del general De Vence, de la división de Curial del CE-IV pone en fuga la división española de Llobera y Milans. Autor Abel Hugo.

En efecto, el 24 de mayo, la DI-1 de Perón a las puertas de Mataró, arrollando a la avanzada francesa (BRM-I/5/IV de Vence), pero ejecutado por la caballería que seguía a las compañías de cazadores de Barbastro y África, deshizo la columna de ataque, compuesta de la vanguardia al mando del brigadier Llovera, que continuaba el movimiento por el camino carretero que va de Barcelona a Mataró, causando con este motivo alguna dispersión, y con ella la pérdida de cuatro oficiales prisioneros, una veintena de soldados, trescientas armas y municiones. Avisado Milans, que seguía por la izquierda por el sitio que llaman del Molino de Viento, tomó las alturas de Premia de Dalt, en las que se batió con los enemigos, retirándose a San Andrés del Palomar, adonde fueron regresando progresivamente todos los de la brigada de Llovera. La DI-3, que llegó a las doce de la noche anterior, y 300 infantes y 40 caballos, que habían acudido de Barcelona a las tres de la mañana, ocuparon una parte de la línea.

El 25 de mayo, llegó a Puigcerdá el general francés Donnadieu, jefe de la DI-10/IV, que debía ponerse al frente de las tropas de la Cerdaña. La primera decisión fue la de acosar a los fuertes de Urgel, por lo que Juan Romagosa dirigió una proclama a los soldados que los defendían para que se rindieran, prometiéndoles el indulto. Romagosa pasó con el BI-VII realista a Bellver con la intención de acosar a los fuertes de la Seo de Urgel, y pidió más fuerzas a José Elias Cobrían.

Ese mismo día 25, Mina desde el campamento de San Félix de Saserra, mandó a San Quirce la brigada y equipajes, escoltados por el batallón de milicia activa de Laredo, y las siete y media de la tarde levantó el campo, y con el resto de la DI-4, compuesta de los cuerpos de Barcelona y Corona, batallón del General, compañías de guías y zapadores, voluntarios de Vich y de Sallent y 40 caballos del Infante, emprendió la marcha en dirección enteramente opuesta a la que correspondía a su plan, que era la de sorprender la guarnición de Vich.

El periódico El Realista publicaba:

«El 26 de mayo al amanecer, Mina reducido al rango de simple partidario, con las pocas tropas que habla podido reunir después de la dispersión de su cuerpo, se presentó delante de Vich. Esta ciudad no tenía más guarnición que 400 hombres del octavo de infantería ligera y 400 españoles. Mina intento penetrar por las calles principales, escalando una muralla de poca elevación: pero fue vivamente rechazado, viéndose obligado a renunciar a su empresa. 60 revolucionarios han quedado muertos sobre el campo de batalla. Los soldados de Romagosa se han batido con el mayor valor. 200 habitantes de Vich han tomado las armas, y nos han ayudado a repeler al enemigo. El combate de Mataró ha infundido el mayor pavor y desaliento entre los revolucionarios de Barcelona».

A las cuatro de la mañana del 26, que las descubiertas de caballería de Mina llegaban a la vista de Vich, que tenía alguna gente emboscada y que las hizo una descarga, de la cual cayó gravemente herido un subteniente del Almansa. Al oír los disparos mina ordenó desplegar: a la izquierda y a vanguardia las compañías de voluntarios de Vich y la de guías, sosteniendo la descubierta de caballería, y en apoyo de todos, la compañía de cazadores de la Corona, con más un pelotón de caballería, compuesto de sus ayudantes de campo y algunos oficiales de plana mayor. Por el centro tomó posición sobre una altura el batallón del General; por la extrema derecha en el llano marchó el batallón ligero de Barcelona; a retaguardia y frente al centro de este mantuvo las compañías de zapadores; la reserva la formaba el resto de la Corona, y los voluntarios de Sallent los colocó sobre la avenida de Barcelona y Maresa con el objeto de observarla.

Puesta en marcha el ala izquierda, a pocos instantes descubrió la masa del enemigo dispuesta en batalla, dividida en tres partes: la primera cubriendo el camino, la segunda sobre una altura frente a la ciudad, y la tercera apoyando las otras dos a su retaguardia, toda esta fuerza sería de unos 600 hombres.

Apenas los divisaron la caballería, los voluntarios de Vich, compañía de guías y cazadores de la Corona, estos a la bayoneta, con su capitán Antonio Ruiz de Guzmán y el cadete Sebastián Hernández, dirigidos todos por el comandante Gurrea, los acometieron tan denodadamente, que al momento se hicieron dueños de las posiciones que ocupaban los enemigos. La caballería los siguió hasta la misma puerta llamada de Capuchinos, que cerrada en el momento de poner el pie en ella, fue la señal de fuego por todas las cortinas y parapetos que la defendían, en cuya carga murió el capitán del Infante Francisco Oroquieta, y fueron heridos dos soldados y varios caballos.

La caballería se vio obligada a retirarse, situándose a retaguardia de los cazadores de la Corona. El centro y la derecha estrecharon la línea y se colocaron a medio tiro de bala de las aspilleras, desde donde se destacaron varias compañías, que unas se apoderaron de casas inmediatas a la ciudad, y otras se pusieron debajo de las mismas murallas. Cuando se trató de entrar en la ciudad, todos los paisanos y mujeres y frailes fueron vistos preparados para arrojar sobre las tropas desde los tejados y ventanas de las casas piedras y fuego; y como seguir con el empeño de entrar, había de costar mucha sangre a sus fuerzas, Mina ordenó la retirada.

En el fragor de la lucha, el general JEM Zorraquín fue herido mortalmente. Al anochecer acampó en San Boy. Después de asistidos y curados los heridos, el 27 al mediodía salieron estos, incluso Zorraquin, para Cardona, escoltados por el batallón ligero de Barcelona y la compañía de zapadores. Mina se quedó ese día en San Boy.

Mina se adentró a continuación hacia el Berguedá y el Alto Urgel hasta entrar en la Seo de Urgel, donde entró el día 31. Mientras Milans dividió su DI-2 en tres brigadas, poniéndolas al mando del brigadier Llovera y de los coroneles Fernando Miranda y Lorenzo Cerezo, y él pasó a Barcelona con su JEM, Llovera y Miranda, a una reunión a la que concurrió el general Manso, regresando el mismo día a su cuartel general de Gracia. El día 31, después de recorrer la línea en unión con su JEM, tomó disposiciones para recomponer y facilitar caminos para la posición que debía ocupar la artillería.

En mayo Cataluña se encuentra rodeada por el ejército francés y las tropas realistas procedentes de la frontera francesa, las procedentes de Aragón que entraron por la zona del Segriá y las procedentes del Reino de Valencia que entran por el Montsiá y el Bajo Ebro. La DI-10/IV mandada por Donnadieu ocupó Alcarrás y se encontró con las tropas que se desplazaban de Navarra hacia Aragón que era la DI-6/II mandada por Lacroix. En el sur Molitor jefe del CE-II (-) que se estaban en el Reino de Valencia ocupaba Alcanar (Tarragona).

Operaciones en el mes de junio

Manresa fue ocupada el día 3 de junio por las tropas francesas comandadas por el mariscal Moncey, jefe del CE-IV del francés que había entrado en Cataluña. Inmediatamente, el día 6 de junio, en Manresa se nombró una Junta provisional que administró la ciudad y el corregimiento hasta finales de 1823. El 21 de julio, Eroles, jefe del «Ejército Real Español de Cataluña», instaló en Manresa una Real Audiencia de la que se nombró regente a José Cheriff y que funcionó de forma paralela a la liberal instalada en Barcelona hasta noviembre.

A principios de junio la situación del ejército francés era la siguiente: la DI-5/IV de Curial se encontraba entre Mataró y Granollers presionando a Barcelona, ​​la DI-9/IV de Damas ocupaba las tierras gerundenses, la DI-10/IV (-) de Donnadieu ocupaba Osona, Moncey se estaba en Gerona donde tenía su cuartel general, y una columna móvil formada por la BRI-II//10/IV de Saint-Priest y fuerzas mandadas por Eroles controlaba los movimientos de Mina en la Cerdaña.

La ocupación de buena parte de la provincia de Gerona y de una parte de la de Barcelona por el ejército francés hizo que muchas autoridades locales y milicianos voluntarios se refugiaran en Barcelona, ​​como señalaba el menestral Mateu Crespi: «Todos los días llegan a esta, milicianos voluntarios de diferentes partes del Principado. Hoy han entrado 350 de la Ciudad de Vich por motivo de la entrada de las tropas francesas el día 6 en dicha ciudad».

Los Cien Mil Hijos de San Luis cruzando el río Tordera en 1823. Autor Jean-Charles Langlois.

A principios de junio entraban 600 milicianos que huían de Gerona ocupada por los franceses el 3 de mayo, de Figueras ocupada el 25 de abril, de La Bisbal, de San Feliu de Guíxols y de Blanes y que se agregaron a la Milicia Activa de Barcelona.

Fue a principios de julio cuando Rotten publicó un bando amenazante con consejos de guerra que se fallarían en cuarenta y ocho horas con pena de muerte a diestro y siniestro por: motín, sedición, conspiración, por incitar a estos actos tanto por escrito como de palabra, mantener contactos de cualesquier tipo con el enemigo, no participar en la defensa, hacer correr desánimo, etc.

A principios de junio, los franceses habían extendido su control sobre el Maresme, la Noguera, la Segarra, la Plana de Urgel, el Urgel, el Solsonés, y el Noyá, ya mediados de mes sobre el Montsiá, el Bajo Ebro, la Terra Alta, la Conca de Barberá, el Alt Camp, las Garrigues, el Bajo Llobregat y la Cerdaña.

Movimientos de Mina en junio

Mina descansó en Urgel los días 1,2,3 y 4 de junio, porque las noticias que recibía de los movimientos y posiciones de los enemigos no eran precisos, no podía deducir las intenciones de los franceses. Por fin, supo que los franceses, sus perseguidores, se alejaban de su posición, y que dejaban a Romagosa en Belber con 800 hombres, y entonces dispuse la salida de Urgel. Entre cinco y seis de la mañana del 5 marchó Gurrea con la compañía de migueletes, batallón del General y Laredo, en dirección de la Cerdaña, por las alturas de Lles de Cerdaña, que forman la izquierda del camino; y Mina con el resto de la columna emprendió movimiento por el camino recto de la Cerdaña. Gurrea pernoctó en el pueblo de Lles, y Mina en las inmediaciones de Martinet en el campamento de Hostalneu.

En mayo de 1823, mosen Benito Tristany con sus hombres entró en Sallent donde saquearon la villa en represalia por las veces que habían rechazado a los realistas, y continuó la campaña por el Llobregat aguas arriba, distinguiéndose sus ocupaciones de pueblos y villas por la violencia empleada contra los constitucionales. Sin embargo, o quizás gracias a este comportamiento, fue nombrado el 6 de junio jefe militar del corregimiento de Manresa. Pero su comportamiento violento le llevó a un juicio y posterior encarcelamiento. Tristany había sido denunciado por el ayuntamiento de Borredá, hasta el punto de que el barón de Eroles tuvo que encarcelarle y juzgarle.

El 6 de junio, para imponerse a Romagosa y atacarle si daba lugar a ello, alarmar la guarnición de Puigcerdá y llamar la atención de los franceses, al amanecer Mina inició la marcha en dirección de Belber, yendo Gurrea, por otro lado, hacia la capital de la Cerdaña. Al pasar por Montellac, se descubrieron enemigos en pequeño número, que al verlos echaron a correr, después de algunos disparos, hacia el grueso de la columna de que formaban parte. También esta se puso en fuga, dejando de retaguardia 130 hombres. Mandó avanzar sobre ellos a la compañía de guías, pero sin éxito, consiguiendo matar a tres, y el resto escapó. Gurrea también encontró enemigos en las alturas que debía pasar, y los persiguió. Mina continuó la marcha por la ribera del Segre hasta el pueblo de Palau de Cerdagne, en territorio francés, donde montó el campamento para pasar la noche. Gurrea pasó por debajo de Pigcerdá y pasó la noche a media hora de Mina en el pueblo de Mallover?

El día 7, ambas columnas levantaron el campo y marcharon a reunirse en las alturas frente a Puigcerdá; desde allí al Coll de Fosas y pueblo de Pianolas, donde acamparon. En lo alto del puerto aparecieron algunos enemigos; pero la compañía de guías, que iba frente a ello, y los cazadores de la Corona y batallón del General por un flanco, los obligaron a retirarse. El 8 marchó la división por toda la cordillera de los Pirineos, pasando por el pueblo de Rivas a descender a Camprodon, donde hizo descanso hasta el 9 a las tres de la tarde, que por el camino de San Juan de las Abadesas llegaron y acamparon aquella noche en la inmediación del pueblo de Santa Pau.

El plan de hacer retroceder algunas fuerzas francesas para que dieran lugar a descansar a las otras divisiones, y a las plazas para recuperarse bien; y así el 10 de junio, bajó el Coll por un camino muy penoso, y pasando por detrás de Olot, fue a acampar cerca de Tortellá.

Al día 11, media hora antes amanecer, tuvo aviso de que los enemigos en fuerza cuadruplicaba a la suya, con una marcha forzada del día anterior y de la noche, se hallaban a tres cuartos de hora de su campamento preparándose para atacar; habiendo sabido al mismo tiempo que la caballería francesa le había cortado el camino de Figueras, mandó inmediatamente que el batallón del General tomara posición y que la división se pusiera en marcha, como así se verificó, metiéndonos en la sierra de Llandó y la Basagoda, y por veredas y peñascos que acaso jamás habían pisado los hombres, y sufriendo todo el día un aguacero insoportable, a las once de la noche acamparon en la sierra de Moras, dolidos y agotados.

Entre siete y ocho de la mañana del día 12, continuaron la marcha por encima de la sierra, y pasando por Rocabruna subieron la cordillera de Colldares, y todo el día continuaron por la cresta de los Pirineos que dividen los territorios de España y Francia, y por la noche bajaron al pueblo de Setcasas, extenuados y hambrientos. El 13 de junio al amanecer, algo aliviados y repuestos, emprendieron nuevamente la marcha, y con gran esfuerzo atravesamos los puertos de Coll Llobera, Coll Mal y Coll de Núria, y acampó la división en las inmediaciones del santuario de Núria. Los enemigos no daban tregua, les perseguían y trataban de flanquear en todas partes. Se trataba del general Priest jefe de la BRI-II//10/IV y Romagosa.

El día 14 al amanecer, envueltos en una espesa nevada, se pusieron en movimiento en dirección al Coll de Lladres. Gurrea llevaba la cabeza en la marcha con el batallón del General, Corona y compañía de guías, y Mina le seguía con el resto de la división. Gurrea venció lo más difícil del puerto; pero al ganar Mina las dos terceras partes de la subida de la cuesta se formó una ventisca tan furiosa, que toda la división se vio desorientada enteramente, perdidos los caminos y cubiertos todos de nieve. Mina dio orden de retroceder, sin abandonar el sendero que hiciese la cola de la división, que por esta maniobra formó la cabeza de la marcha al convento de Nuria, adonde llegaran después de mil contratiempos y desgracias. Se perdieron algunos hombres y bagajes precipitados por aquellos precipicios.

El propio Mina sufrió varias caídas muy fuertes, y entre otras una que dio sobre una roca al querer salvar a un desgraciado que se despeñaba, que le lastimó considerablemente el pecho, haciéndole arrojar algo de sangre por la boca, y casi se inutilizó una pierna. Dos horas permanecieron en el convento, y al cabo de ellas, volvieron a ponerse en camino por el único punto que nos quedaba algún tanto libre, que era el puerto de Fenestrelles, pues todos los demás estaban tomados por el enemigo; treparon por él, pasaron al frente de Mont-Luis, atravesaron toda la Cerdaña francesa, y a las once de la noche llegaron a Livia; pero no podían detenerse, so pena de ser enteramente envueltos por los enemigos, y entre doce y una se vio precisado a continuar, marchando por la derecha de Puigcerdá.

Antes de amanecer la mañana del 15 se encontró la vanguardia, al pasar el río Reur sobre Ur (Francia), con una avanzada enemiga, a la cual atacó e hizo huir, dejando en su precipitada fuga fusiles, mochilas y capotes. Pasando el río, la vanguardia se formó en columna de ataque, suponiendo al enemigo encima del pueblo de Embech: la brigada con su escolta se dirigió por la cuesta de la derecha, y los batallones de Barcelona, Laredo y zapadores atravesaron por Latour de Carol, anticipándose en la entrada de la cuesta a las columnas enemigas, que a gran paso procuraban tomarla. Formaron escalones y fueron sosteniendo el fuego en retirada hasta la cordillera de Carol, por la cual siguieron acosados siempre por el enemigo, especialmente al bajar al pueblo de Maranches, donde se incorporó la brigada que había pasado por la derecha.

Desde allí emprendieron la subida horrorosa del monte de Maranches hacia Valí de la Llosa, en cuya cumbre se hizo un pequeño alto para reunirse y seguir la marcha sin camino por aquellas sierras. A la bajada de ellas se descubrieron guerrillas de infantería y caballería, y tras de ellas una columna en frente de la casa de España, que les cortaba el paso. Cambiaron de dirección a la derecha, y la columna caminó al pueblo de Villiela, en cuyo punto rompió el fuego sobre ella el enemigo por el flanco izquierdo. Huyendo de este encuentro, se dirigió por el bosque de Aristol hasta su altura, acosado siempre por el enemigo. Observó desde la altura que otra columna, que tendría al menos 2.000 hombres, si se anticipaba por la izquierda; y sobre esta columna, que al llegar al pueblo de Bascara tenía tomadas sus alturas, fueron cargados por los otros que de cerca les perseguían.

Esperó la noche para que el enemigo, fatigado también sin duda, cesase en su persecución, y Mina pudo variar de dirección, tomando a la derecha el camino de Calviña, pasando por debajo del pueblo de Stamarin?; y haciendo un esfuerzo sobrehumano, llegó parte de la división en aquella noche a Urgel, y el 16 acabó de reunirse el resto.

El día 16 de junio a las diez de la mañana, entraron en el mismo Urgel las compañías de cazadores del batallón del General y de guías, que lograron salvarse atravesando por entre todas las divisiones francesas, y antes de anochecer llegaron cien hombres de la Corona. Por ellos supo que, obligado Gurrea por el impetuoso viento que agitaba en el puerto de Coll de Lladres fue a caer mucho más abajo de lo que hubiera deseado, y dirigiéndose después hacia la altura del frente de Puigcerdá, se encontró con 8.000 enemigos emboscados en los pinares de derecha e izquierda. Atacó a la primera columna enemiga que observó a la derecha; pero se vio atajado por fuegos de todas partes, y hubo de sucumbir y entregarse a los franceses con unos 450, después de haber perdido 15 hombres, y de haber causado al enemigo mucho mayor número de bajas.

Según fuentes francesas, les hicieron 800 prisioneros (entre ellos el coronel Gurrea y el comisario de guerra José María Aldaz) que fueron llevados a Mont-Louis (Francia).

El 17 y el 18 permanecieron en Urgel, en donde a Mina le aplicaron algunos medicamentos para aliviarle, y no siendo, prudente subsistir en aquella plaza mucho tiempo, consumiendo sus provisiones y dando lugar al enemigo a que reuniera sobre el punto grandes fuerzas, dejó el batallón entero de Laredo con los soldados más lastimados de todos los cuerpos, en los fuertes, y reemplazándolos en la columna con otros de la guarnición, al amanecer de día 19, aunque con gran trabajo, emprendió de nuevo el movimiento con la columna compuesta del batallón de Barcelona, compañías de guías, zapadores, cazadores del General, voluntarios de Vich, y destacamento de órdenes, con el de caballería del Infante, dirigiéndose por Orgañá a Oliana, a donde llegó el mismo día.

El 20 antes de amanecer Mina, se puso en marcha para Pons, adonde llegué a las diez de la mañana, a la una volvió a emprender la marcha y en el camino hizo un pequeño alto para esperar, un escuadrón de caballería del Príncipe, un destacamento del Infante, y otro de Barcelona, procedentes de Cardona, y reunidos a la columna, fueron a acampar aquella noche cerca del pueblo de Grá. El 21 marcharon para Cervera, cuyo camino se puso, intransitable por una copiosa lluvia que sobrevino, y esta fue la causa para detenerse dos horas en aquella ciudad. A la hora de proseguir adelante hubo una alarma por haberse visto enemigos; una partida de caballería los persiguió y mató a algunos, y el resto prosiguió a Santa Coloma de Queralt, donde pernoctaron.

El 22 de junio a las nueve de la mañana, salieron de Santa Coloma para Barcelona las compañías de Vich y partidas sueltas, y Mina con la columna pasó a dormir a Valls; y el 23 salí de este pueblo a las tres de la tarde; y a las seis llegó a Tarragona.

Mina descansó en Tarragona hasta el día 26 al rayar el día, acompañado de dos ayudantes de campo, se puso en marcha, y a las cinco de la tarde llegó al pueblo de Sans, media hora poco más de Barcelona, y allí se detuvo; y al día siguiente 27, llegó al mismo punto el Estado Mayor con el batallón de Barcelona, compañías del batallón del General y de guías, y otras del RI-33.

El 28, se le unió la división de reserva, y en la parte opuesta de Barcelona, en el lugar de arrabal de Gracia, se hallaban con sus tropas Milans y Llovera. El 29 y 30 no ocurrió ninguna novedad.

Según fuentes francesas, el general Mina, que además de tener los pies helados, se encontraba muy incomodado de resultas de una caída del caballo, había sido conducido a Barcelona en una litera el 1 de julio, y estaba alojado en casa de un comerciante amigo suyo llamado Pedro Gil, en la calle de la Merced.

Movimientos de Milans en junio

Milans, el día 1 de julio, conservando su línea de Confalcó, Tibidabo, Puches de Rivera del Coll y Mare de Deu del Coll, dio principio a la fortificación de campaña de que era susceptible el campo que ocupaba; pero no hubo movimiento ninguno ni por su parte ni por la del enemigo, ni el 1, ni el 2, ni el 3. El 4 de julio, queriendo obligar a moverse a su contrario, que estaba en Mataró, a las cinco de la tarde dispuso situarse con la artillería en el río Besós, en la parte oriental del pueblo de San Andrés del Palomar, desde donde tenía en jaque además de Granollers, y llamaba la atención de los de Vich, para que no paralizasen los movimientos constitucionales.

Supo el día 5 que el enemigo había abandonado Mataró, repartiendo sus fuerzas por los caminos de Arenys y Granollers, y se puso en movimiento en aquella dirección, oficiando a Rotten para que reforzase la columna que salía sobre Moneada, con objeto de cubrir el flanco izquierdo, dejando en Besós un batallón y la artillería. A las cinco de la tarde se incorporó a la columna de Moncada, la que había salido de Barcelona, compuesta de 1.500 infantes, 50 caballos y dos piezas de campaña, y a la misma hora llegaba al pueblo de Masnou la columna que iba a Mataró. Hizo alto en Masnou la primera columna, y la segunda en el Coll de Mongat. Explorado el campo hasta media hora de Mataró, y arrolladas las avanzadas que se encontraron del enemigo, se vio que este estaba en Mataró en la misma fuerza que se le conocía, y aun reforzado; y después de permanecer Milans algún tiempo en observación pueblo de Vilasá, al anochecer se retiraron todos a Masnou.

Los Cien Mil Hijos de San Luis en San Vicente cerca de Mataró en 1823. Autor Jean-Charles Langlois.

El 6 de julio, hizo que la columna de Moncada amenazase por el camino de Granollers, sin comprometer ninguna acción, y no perdiendo su objeto de cubrir las posiciones de Gracia, al paso que mandó trasladar a Mongat la artillería y el batallón de Aragón, para caer sobre los 3.000 hombres que había en Mataró si se lograba la oportunidad; pero la aparición en aquellas aguas de cuatro buques de guerra enemigos que arrojaban balas rasas sobre las columnas, a las cuales interceptaban el camino, y la poca fuerza con la cual no podía seguir operando sobre Parapes y Granollers, le obligó a mandar retirada sobre las anteriores posiciones. Lo que se verificó a las cuatro de la tarde sin la menor novedad.

Empeñado Milans en atacar a los franceses que ocupaban la línea de Parapes, Granollers y Mataró, en los días 7, 8 y 9 concertó la operación con el general Rotten jefe de la DI-4, y el 10 a las cinco de la tarde salieron de la guarnición de Barcelona 2.200 infantes y 100 caballos, y se unieron a su división, A las siete de la tarde se emprendió la marcha, dividida la fuerza por secciones, y a poco rato supo Milans que los franceses habían ocupado Moncada. Entonces varió su plan, y mandó avanzar sobre este punto a todas las columnas.

Llegada la división a San Andrés de Palomar, y tomada posición por la artillería a tiro de las avanzadas enemigas, observó que no existían tantas fuerzas contrarias como se había supuesto, y retrocedió a ocupar las anteriores posiciones. Y previendo que podrían los enemigos estar marchando por su derecha para introducirse en ellas por la parte de San Culgat y San Jerónimo, que está en la parte occidental de Gracia, dejó puestos de observación en San Andrés, para verificar los movimientos sobre su retaguardia. A las doce de la noche ocuparon las posiciones de Gracia las columnas de su división, quedando acampada la auxiliar, la artillería y caballería en el glacis del fuerte denominado Monte Pio, al norte de Barcelona.

El día 4 al amanecer, hizo situar la artillería en uno de los extremos de la primera posición de la derecha, cubriendo su frente y flanco derecho la columna de Barcelona con toda la caballería, y envió guerrillas de infantería y caballería en las direcciones de Mataró y Granollers, y ambas avisaron a las doce que por los dos puntos y el de Parapes se descubrían columnas enemigas, y se dirigían unas hacia sus posiciones, y otras, por la marina, hacia Barcelona, auxiliadas de dos corbetas de guerra; pero redujeron su expedición a nuevos reconocimientos, y a derribar en Badalona la lápida de la Constitución.

El 12, 13, 14, 15 y 16 no hubo más novedad que haberse pasado tres soldados del ejército enemigo, y haber recorrido el JEM la línea con los encargados de las secciones e ingenieros, para tomar las medidas que exigiesen los atrincheramientos y fortificaciones del todo de ella. El 17, careciendo la división de recursos y subsistencia, pidió Milans a Rotten y a la diputación provincial de Barcelona, la cooperación de los batallones de provincia para recoger subsistencias de los pueblos de Martorell, Igualada y demás, en la dirección de Manresa, y solicitó igualmente del Intendente relación de los débitos que tenían los mismos por contribuciones para cobrarlos al paso. Esta operación tenía además por objeto llamar por allí la atención del enemigo, y evitar las frecuentes incursiones de varias partidas enemigas en los pueblos de pequeña población.

El día 18, hubo un soldado enemigo, procedente de la división acampada en Parapes, que se pasó. El 19 Rotten y la Diputación provincial pusieron a sus órdenes los batallones que había pedido, y tomadas en este día las disposiciones convenientes para la expedición, el 20 a las cinco de la mañana emprendió su marcha la columna, compuesta de un batallón ligero y cincuenta caballos, al mando del brigadier Llovera, jefe de la tercera sección; cubriendo el hueco de este en la línea el coronel del RI-19, y con otro batallón la parte de ella que dejaba el de la expedición.

Sin novedad el día 24, salvo la noticia de la llegada de Mina a Queralt, desde donde le pidió varios conocimientos, que les fueron remitidos, el 23 le avisó Llovera que en dirección de Manresa habían pasado, al parecer procedentes de Granollers, 1.500 franceses; con cuyo motivo le previno que redoblase su vigilancia sobre los movimientos del enemigo. Indicaba Llovera su intención de sorprender dos destacamentos situados, el primero, como de 500 hombres, en el caserío llamado Casa-Masana, y el otro en el pueblo de Monistrol; pero aunque lo intentó el 24, no pudo llegar a su objeto por una copiosa lluvia que duró todo el día, y le obligó a mandar retirar la tropa que había destinado para ejecutar la sorpresa.

El 25 de junio, fueron batidos por tropa del brigadier Llovera unos cuantos enemigos que se hallaban en el pueblo de Monistrol, haciéndoles dos muertos, y teniendo su fuerza un herido y otro contuso; pero se destruyó la fortificación en la que se amparaban los enemigos. Se avistaron el 26 por el punto de San Culgat del Vallés unos cuantos enemigos reunidos en pelotones, que se retiraron en dirección de Manresa.

El día 28, Milans con su JEM pasaron al cuartel general de Mina en Sans, para estudiar la situación. En este día los milicianos de Igualada y Capellades batieron a una partida capitaneada por Tristany, matándoles 9 hombres, hiriéndoles 14, y tomándoles todo el bagaje, municiones y correspondencia.

El 29 se supo que en Manresa había tres batallones de infantería enemiga, alguna caballería y paisanos armados; y que se habían apoderado de Berga y Moya. Y finalmente, el 30 no tuvo ninguna novedad.

En esa fecha se recibieron noticias de lo ocurrido en Sevilla con motivo de haberse tratado y convenido por las Cortes el traslado del Gobierno y de la Representación Nacional a Cádiz.

Operaciones en el sur de Cataluña

En las tierras del Ebro la situación por los constitucionales era delicadísima, puesto que la partida de Chambo, envalentonada por la ayuda del ejército francés, conquistó la plaza de Tortosa: «En la noche del 11 de junio, ​​la plaza de Tortosa que tantos cuidados y tantos dineros había consumido al habilitarse, fue entregada traidora y alevosamente a los facciosos que estaban en sus inmediaciones sin haberla sitiado ni haber disposición de que pudieran verificarlo en mucho tiempo».

Se acusó de este hecho a algunos miembros de la Milicia Activa de Orense que vigilaban el castillo y fuerte y que «facilitaron la entrada a los facciosos en las tinieblas de la noche», así como al abandono del fuerte de Mora de Ebro.

Sin embargo, algunas tropas consiguieron escapar y se replegaron a Tarragona y Vinarós. El día 11 las tropas de Chambó simularon una marcha hacia Aragón mientras preparaban el ataque a Tortosa al otro lado del río con las barcas correspondientes, y en la madrugada del día siguiente, con la colaboración de tropa de dentro, pasaron el Ebro, mientras Chambó con los otros Jefes se quedó para impedir la deserción, y vencer la repugnancia que siempre habían manifestado los valencianos a internarse en Cataluña. La noche del 11 al 12, con la colaboración de oficiales y tropa del castillo, los realistas ocuparon la fortaleza, operación que de otra forma hubiera fracasado, pues la mayor parte de la expedición realista se perdió en la obscuridad y solo 132 consiguieron entrar en el castillo, y desde allí atacar al día siguiente la mañana a los soldados de los cuarteles de la ciudad que después de intentar reconquistar la fortaleza se tuvieron que retirar de la plaza de Tortosa y huir. El Tcol Juan Millán, comandante militar de Tortosa relata la ocupación del castillo a las tres de la madrugada con la colaboración de los oficiales y tropa que le custodiaban, especialmente el capitán de Orense Manuel González.

Los liberales intentaron reconquistar el castillo, pero los realistas ya se habían esparcido por la ciudad y los cerca de 500 hombres de la tropa tuvieron que huir. Fue nombrado gobernador del castillo el traidor capitán de Orense, Manuel González, y se formó un regimiento de infantería, Voluntarios de Tortosa con cuatro compañías de voluntarios realistas y comandada por el teniente coronel Feliciano Pérez. Rápidamente, Chambó solicitó ayuda al capitán general de Aragón, Felipe de Fleyres. El día 16 de junio, un regimiento de Chambó mandado por Lucas Doménec ocupó Ulldecona, y posteriormente, atacó Peñíscola el día 17, y después Benicarló y Vinaróz. El 22 de junio conquistaban Peñíscola y el 17 de julio Morella.

Un caso muy parecido al de Tortosa fue el de Cardona (Barcelona), un mes más tarde, el 10 de julio, cuando el comandante de la fortaleza de Cardona, Pablo Bacigalupe entregaba la fortaleza a los franceses y a los realistas que habían puesto sitio el 30 de junio, desobedeciendo las órdenes del coronel gobernador, Manuel Fernández, y mediante un acuerdo con Breton, gobernador realista de Manresa.

En aquellos momentos la plaza estaba rodeada de entre 5.000 y 8.000 efectivos entre franceses y realistas.

Los liberales perdieron, además, el 20 de junio el castillo de Peñíscola y el 22 de julio el de Morella. La pérdida de Tortosa motivó fuertes medidas de seguridad en Tarragona por miedo a que ocurriera lo mismo.

A finales de junio caían en manos de los realistas las fortalezas de la Seo de Urgel que habían sido sitiadas desde el día 23 cuando los realistas ocuparon la villa.

Entrada creada originalmente por Arre caballo! el 2025-10-16. Última modificacion 2025-10-16.
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