Guerras de Independencia Hispano-Americanas Independencia de Ecuador Campaña de Sucre en Ecuador 1821. Segunda batalla de Huachi

Combate de Yaguachi o de Cone (19 de agosto de 1821)

Antecedentes

Sucre iniciaba en Cali la organización del batallón de Santander, enfrentándose a los problemas que implican la escasez de personal apto para el reclutamiento, la carencia de medios necesarios, la logística indispensable que incluía la falta de embarcaciones para transportar la tropa hacia el territorio de la Real Audiencia de Quito. Para poder armar el batallón de Santander y satisfacer otros requerimientos, tuvo que hacer un empréstito de 10.000 pesos, de cuyo valor total apenas le quedaron para poder administrarlos 3.000 pesos, cantidad suficiente para sostener los gastos de la expedición.

Lograda la organización incompleta del batallón y conocedor de que los barcos de transporte estaban por llegar al puerto Buenaventura, ordenó que dicha unidad se adelantara, mientras que Sucre dispuso a ultimar los detalles de la empresa; previó embarcarse el 28 de marzo, con la esperanza de arribar a Guayaquil el 5 o 6 de abril.

La noche del 6 de abril, llegó Sucre a Guayaquil y, al presentarse ante la Junta de Gobierno, expuso la razón de su presencia allí y de la idea de una unión de la provincia con la Gran Colombia. El 15 de abril, fue celebrado un tratado entre Sucre (por Gran Colombia) y José Joaquín de Olmedo, Francisco Roca y Rafael Jimena, miembros de la Junta. El tratado estipulaba que Guayaquil mantendría su soberanía, pero bajo la protección de Colombia. En aquella oportunidad, Sucre quedó facultado para abrir la campaña contra los realistas, y con tal motivo, Guayaquil le ofreció todos los recursos disponibles para liberar a Quito.

Sucre no descuidó la organización de su ejército, y designó al coronel Antonio Morales jefe del Estado Mayor para que colaborase en esos menesteres. Según una carta enviada al ministro de la Guerra, decía: «Yo (Sucre) debo hablar francamente al Gobierno. El enemigo tiene para operar a nuestro ataque, en esta parte, 3.500 hombres, entre ellos 900 veteranos de infantería y 200 soldados de caballería, según la relación adjunta que es dada por un oficial español y la cual conviene (coincide) con la de dos espías enemigos aprehendidos en esta ciudad. Nuestras fuerzas en el momento son 1.200 hombres, como he dicho, y 200 de caballería que se han escogido este mes y están organizando y disciplinando…»

Además de la manifiesta superioridad en personal, material y medios del ejército realista, era preocupante también el aislamiento de las fuerzas del general Valdés que operaban en el Norte y las de Sucre que se organizaban en el Sur, factor que hacía problemática la coordinación de las operaciones. El coronel español Basilio García, utilizando el accidente natural de Juanambú, en la jurisdicción de Pasto, mantenía sus posiciones inexpugnables a la acción de los republicanos.

Con el propósito de vencer las posiciones del coronel García, se planificó reforzar la división del general Valdés y con las tropas del general Sucre fijar a las de Aymerich, para evitar que reforzaran la resistencia realista en Pasto. Con este propósito dispuso Bolívar que una división del coronel José María Córdoba, que guarnecía Cartagena, se incorporara al contingente republicano establecido en Guayaquil. Por falta de medios, el coronel Córdoba se incorporó al ejército del general Sucre, al mando de un batallón y no de una división.

Otro incidente en contra de los republicanos constituyó la traición del Tcol Nicolás López (18 de julio de 1821), comandante del batallón de Libertadores, quien apoyado por la defección del teniente de fragata Ramón Ollague (el 17 de julio) y del coronel Juan de Dios Araujo, comandante militar de la provincia, se sublevó contra las fuerzas del general Sucre, con el manifiesto propósito de facilitar la ofensiva del ejército español.

El rápido sometimiento del revoltoso Ollague hizo que el coronel López desistiera de atacar a los republicanos; por tal motivo, con su batallón tuvo que incorporarse al contingente del presidente Aymerich que se preparaba para atacar, someter y controlar Guayaquil.

Desarrollo del combate

Mientras Sucre permanecía en Guayaquil entregado a estas múltiples tareas, el presidente Aymerich, libre por el momento de atenciones hacia la frontera del norte, se preparaba activamente para iniciar la campaña contra la provincia rebelde. Situó en Cuenca al coronel Francisco González (ascendido a esta clase después de la Primera batalla de Huachi) con un destacamento que elevó sus efectivos a 1.000 hombres, en tanto que él organizaba en Quito una división de 2.000; resolviendo luego tomar la ofensiva sobre La Campaña de Quito (1820-22) Guayaquil, para lo cual ambas columnas se reunirían previamente en la región de Yaguachi, debiendo marchar la de Aymerich por Quito-Guaranda y la de González desembocar a la costa por la quebrada de Cañar. La zona de reunión fue establecida en Babahoyo, donde debían converger las dos divisiones, el 20 de agosto de 1821.

Conocedor el general Sucre de la aproximación de las fuerzas de Aymerich y de González, dedujo que la masa de la fuerza realista maniobraría ofensivamente sobre Guayaquil; por tal motivo decidió, en primera instancia, atacar en Yaguachi a la división de González proveniente de Cuenca para evitar que se uniera con los efectivos de Aymerich.

El 12 de agosto, Aymerich apareció a la vista de los republicanos, quienes inmediatamente ocuparon las posiciones de Palo Largo, resueltos a detener al enemigo; pero el jefe realista, sorprendido al encontrar ocupado Babahoyo, no intentó el ataque e hizo alto de hecho, esperando noticias de González, al que había citado para el 20 de agosto.

Sucre puso en actividad su servicio de espionaje y, mediante este, llegó a saber, el 16 de agosto, que González se encontraba todavía en la sierra y que con toda probabilidad no alcanzaría Yaguachi hasta el día 18.

Sucre, en vez de enfrentarse primero con la división de Aymerich, que era más fuerte, decidió atacar primero la división de González, que era más débil. Partió de Babahoyo con dirección a Yaguachi el día 17 de agosto, en la madrugada. Después de cubrir una larga jornada, llegó a su destino en la tarde de ese mismo día.

De acuerdo con el plan de operaciones previamente elaborado, en la madrugada del 19 de agosto dispuso el general Sucre la marcha hacia Cone (jurisdicción de Yaguachi), lugar previsto del encuentro con las fuerzas realistas que llegaban de Cuenca.

Sucre organizó sus fuerzas, que eran 1.660 efectivos en:

  • Vanguardia a las órdenes del general Mires con 440 efectivos: 2 Cías del BI de Santander (200), 2 Cías del BI-II de Libertadores (180) y ED (60).
  • Grueso a las órdenes de Secre con 1.220 efectivos: BI de Albión (300), BI Voluntarios de la Patria (300), 2 Cías del BI Santander (300), 2 Cías del BI-II Libertadores, ED (40), EC de Guías (60).

La división del coronel Francisco González disponía de unos 1.1210 efectivos: BI de la Constitución (500) del coronel Francisco Tamariz, BIL de los Andes (580) del Tcol Carlos Serrano y municiones y bagajes (180).

El general Mires ordenó que una Cía del BI de Santander avanzara por el flanco izquierdo del enemigo y la otra del mismo BI se situara en el flanco derecho. A las once de la mañana iniciaba el choque con la vanguardia del grueso de la columna de marcha realista.

Los núcleos de avanzada del coronel González, atacados y presionados violentamente por los republicanos, tuvieron que replegarse hacia el grueso de la división; sin embargo, tampoco el grueso pudo resistir el ataque violento de las compañías comandadas por el mayor Félix Soler, las dos compañías del BI-II de Libertadores, del general Mires, y el ED del comandante Cestaris. La desorganización y la derrota del ejército del coronel González fue total.

Combate de Yaguachi o de Cone (19 de agosto de 1821. Carga de los dragones de Cestaris.

El BI de Santander persiguió al enemigo en todas direcciones, hasta tres leguas de distancia, en que fue relevado por el BI de Albión y BI-II Libertadores de Guayaquil, que continuaron hasta las siete de la noche.

Ese día el niño José Ariza Mateus, de 14 años, luchaba a pie junto a sus compañeros de la compañía de azadores del BI de Santander. José Ariza era un “aspirante” (el equivalente actual a cadete), oriundo de Guayaquil. El muchacho fue herido en la batalla, como muchos otros soldados, que actuaron con ejemplar valor. El oficial italiano Cayetano Cestari, soldado veterano que había peleado en las guerras napoleónicas y que para el momento era el jefe encargado del Estado Mayor de Sucre, con admiración consignó en el boletín de guerra el heroísmo del niño guayaquileño: «El aspirante Ariza, hijo de Guayaquil, quien se ha señalado particularmente, pues habiendo sido herido en los primeros tiros, a pesar de ser muy niño, continuó en el combate hasta el fin».

Combate de Yaguachi o de Cone (19 de agosto de 1821. el niño José Ariza Mateus de 14 años, que luchó en la batalla.

José Ariza logró sobrevivir a sus heridas para, meses más tarde, enrolarse nuevamente en la división insurgente. Habría participado en las batallas de Junín, Ayacucho y Tarqui.

Las bajas de las tropas realistas fueron: 152 muertos entre oficiales y tropa; 3 oficiales y 76 de tropa heridos y 12 oficiales y 600 de tropa prisioneros; la pérdida de la tropa republicana fue de 1 dragón y 18 soldados del batallón de Santander, muertos, además de 21 heridos.

La batalla de Yaguachi o de Cone fue el clásico de combate de encuentro. La vigorosa acometida de la vanguardia, al mando del general Mires, decidió la victoria a favor de los republicanos, pese a todos los esfuerzos de los realistas por ordenar su resistencia.

La victoria evitó que las tropas de Aymerich y de González convergieran en la zona de reunión (inmediaciones de Babahoyo), para lanzar la ofensiva final sobre Guayaquil, empleando todo el poderío de las dos divisiones reunidas.

Como consecuencia de la victoria republicana, el presidente Aymerich decidió regresar a Sabaneta, cerca de Babahoyo; luego entró en Guaranda para continuar de inmediato la marcha hacia Riobamba, en donde organizó su cuartel general.

Segunda batalla de Huachi (12 de septiembre de 1821)

Antecedentes

Incentivado por la victoria de Cone, Sucre creyó oportuno continuar las operaciones con la misión principal de liberar a Quito. Para cumplir tal propósito, dispuso sus medios dentro del esquema general de maniobra que había trazado.

El coronel Juan Illingworth, con 300 hombres, avanzaría hacia el norte, empleando la vía Caracol-Catarama-Ventanas-Zapotal-Anganamarca-Pujilí, para interponerse entre las tropas realistas de Riobamba y Quito y estar en condiciones de ocupar y controlar la capital de la Presidencia.

El general Sucre, con 1.300 infantes y 150 de caballería, avanzaría en la dirección general Babahoyo-Sebaneta-Guaranda-Ambato-Quito, con el propósito de desbordar a las tropas españolas y ocupar la ciudad de Quito.

El coronel Santiago Luco, con 300 hombres, avanzaría hacia Cuenca por la vía Revesa-Naranja-Hierbabuena-Mollesturo-Sayuasía, con la misión de ocupar la ciudad de Cuenca. La intención de Sucre “era sorprender estratégicamente a las fuerzas realistas y ocupar Quito mediante una maniobra envolvente, evitando empeñarse en combate… y después cooperar con las tropas republicanas que actuaban en Pasto”.

A finales del mes de agosto, el general Sucre encargaba el mando de la división al general Mires, pues se dirigía a Guayaquil con el propósito de tratar asuntos políticos que se relacionaban con los movimientos que propugnaban la anexión de ese puerto del Pacífico a Colombia. Concluidas las actividades extramilitares, partía de Guayaquil el 1 de septiembre con el propósito de incorporarse a su división, que se había adelantado y estaba temporalmente comandada por el general Mires. El 5 de septiembre llegó a Guaranda y al día siguiente ocupaba Guanujo. Continuó el avance sin contratiempo alguno.

Cuando el general Sucre había llegado a Pilagüín (provincia del Tungurahua), descubrió que la división de Aymerich avanzaba hacia la llanura de Huachi, con la intención de taponar el avance de los republicanos.

Una rápida apreciación de la situación hizo que estableciera lo inapropiado del terreno para presentar combate; sin embargo, lo inesperado del encuentro y la impetuosidad y falta de criterio del general Mires hicieron precipitar los acontecimientos.

El campo de Huachi es una llanura árida y su suelo un arenal de grado muy fino. Cuando más empeñadas estaban las infanterías, un impetuoso viento del sudeste empezó a levantar espesas columnas de polvo que remolinaban; los realistas emplearon su caballería. Corrían de un lado a otro, levantando nubes de polvo cada vez más densas, de suerte que los soldados republicanos, fatigados y con los ojos llenos de tierra, no distinguían un objeto a corta distancia. A la sombra de ese inesperado auxiliar, la caballería realista se fue acercando, y de repente cargó a la infantería republicana, que casi ciega, quedó desorganizada aunque no arrollada; pero no fue posible volver a entrar en formación.

Fuerzas enfrentadas

Fuerzas republicanas al mando del general Antonio José de Sucre y como segundo jefe el general José Mires. La división tenía unos 1.400 efectivos encuadrados en: BI-II de Libertadores (400) del Tcol Ignacio Alcazar, el BI de Santander (500) del Tcol Dionicio de Acuña, BI Albion (350) del mayor Jhonson, ED (150) del Tcol Cayetano Cestaris.

Las fuerzas realistas estaban al mando del mariscal Melchor Aymerich y, como segundo jefe, el coronel Carlos Tolrá. La división tenía 2.100 efectivos encuadrados en: BI de Aragón (500), BI de Fernando VII (500), BI de Tanizagua (500), EC escolta del Presidente (200), EC de granaderos de Granada (200).

El desequilibrio numérico de la infantería de Sucre (1.250) respecto a la de Aymerich (1.500) era favorable a los realistas, pero en caballería era realmente notoria: 150 republicanos frente a los 400 realistas, teniendo en cuenta que la batalla se desarrollaría en un terreno llano. Al considerar tan deplorable situación, Sucre pretendió eludir el combate hasta encontrar condiciones ventajosas que lo permitieran operar con posibilidades de éxito.

Desarrollo de la batalla

Obedeciendo a una estrategia bien planificada, ante la primera embestida de los republicanos, los realistas se retiraron haciéndoles creer que huían. El general José Mires, que mandaba la primera línea, cometió la imprudencia de permitir a los batallones de Albión y de Guayaquil perseguir a los realistas, pero estos volvieron caras y los republicanos fueron atacados por la caballería e infantería realista que encerraron a los batallones republicanos. Sucre intentó remediar el mal poniéndose a la cabeza del batallón de Santander; no pudo conseguir que se estableciera la formación. Introducido el desorden, aparecieron en línea la infantería y caballería realista. Los independentistas no pudieron resistir el ataque simultáneo. Todos sus cuerpos fueron envueltos y destruidos o prisioneros en tres horas que se defendieron valerosamente.

Con el ejército republicano en desorden, Sucre herido al haber recibido dos fuertes contusiones y desmontado, estuvo a punto de caer prisionero en la desbandada, pero fue salvado oportunamente por el oficial chileno Manuel Jordán Valdivieso, su edecán, quien lo subió a la grupa de su caballo y atravesó las líneas enemigas. Solamente pudieron huir con unos 50 hombres, incluido el comandante Cestaris del ED.

Segunda batalla de Huachi (12 de septiembre de 1821). Vista de la batalla.

El general Sucre informó al vicepresidente de Cundinamarca, general Francisco de Paula Santander: “Me ocupaba (Sucre) de este reconocimiento cuando sobre nuestra derecha se rompió un fuego vivo de infantería. Volé allí, y encontré dispersa la mayor parte del batallón Guayaquil (Liberadores), persiguiendo un escuadrón enemigo, de orden del general Mires, y el batallón Albión se dispersaba por la izquierda al mismo efecto. Yo temí en el momento el fatal resultado de una tal imprudencia, particularmente cuerpos de reclutas como los míos, y donde había gran número de hombres del Chocó, que jamás habían visto ni caballos. El batallón Santander aun pasaba la chamba (zanja, cerca viva) y empezaba a cerrarle una columna en masa, al frente de la casa, me fui sobre “Albión” para formarlo (organizarlo). Lo logré en efecto en una gran parte, y suspendido el fuego, lo sitúe tras de una chamba. Volvía al batallón “Guayaquil” para ordenarlo, y ya encontré que mi compañero (el general Mires) había desplegado en batalla a “Santander” y éste mezclado con (el) “Guayaquil” hacía un vivo (intenso) fuego al frente sobre la caballería que intentaba cargar por allí y fue rechazado. Nuestra infantería no tuvo presencia para resistir la masa de la caballería enemiga, y mucho menos cuando ésta y la infantería desplegada cargaron de firme sobre nosotros… En esta inmensa confusión destruida todo, mi caballo con una pata rota de un balazo, yo con una fuerte contusión en la mano izquierda, con otra contusión en el pie derecho y cercado de enemigos, no pensé que hubiera medios de salvarme; pero tres guías con dos edecanes rompieron un paso y nos abrimos campo…. Todo, todo, señor, se ha perdido. Al general Mires no le he visto desde que en la última carga de la caballería por nuestra derecha le hirieron su caballo, parece que luego se fue a “Albión” y lo supongo prisionero…”.

Los supervivientes retornaron a Guayaquil, dejando en el campo de batalla a muchos hombres y pertrechos.

Todo cuanto llevaba la división republicana fue cogido por los realistas. Las bajas republicanas fueron de 17 oficiales, entre ellos el capitán José Antepara, prócer guayaquileño de la revolución de octubre, y 700 de tropa muertos; 37 oficiales y 600 de tropa heridos, 50 prisioneros sanos, entre ellos el general Mires y el sargento mayor Antonio Martínez de Pallares.

Los realistas tuvieron 250 entre muertos y heridos.

Secuelas de la batalla

En cuanto conocieron los moradores de Guayaquil la debacle de Huachi, se aprestaron nuevamente a colaborar con el ejército republicano. La inscripción de nuevos voluntarios era significativa; concomitantemente, la Junta de Gobierno recibía también el apoyo pecuniario de la ciudadanía guayaquileña.

La efervescencia cívica de la provincia de Guayaquil se complementaba exitosamente con la dinámica excepcional de Sucre: en cuanto tuvo a su disposición los recursos humanos y materiales, se dedicó afanosa y responsablemente a conformar las diferentes unidades requeridas, a equiparlas y entrenarlas militarmente, para que pudieran responder con éxito en la próxima campaña que preveía ejecutar.
Las tropas de los coroneles Illingworh y Luco (600 hombres), que llegaron finalmente a Guayaquil; los sobrevivientes de Huachi, la incorporación del batallón colombiano Paya (470 hombres), que arribó el 6 de noviembre de 1821, además de los voluntarios reclutados en la provincia de Guayaquil, hizo posible la reorganización de la división insurgente, que se concentró en las inmediaciones de Babahoyo
”.

Para el entrenamiento de los reclutas, en noviembre de 1821, Guayaquil contaba ya con dos institutos militares: el uno, según el Tcol Julio H. Muñoz, destinado a la instrucción teórica-práctica de oficiales; el otro, a la preparación de cabos y sargentos. A la tropa se le entrenaba en trabajos de fortificación para la defensa de la ciudad y se ponía un celo esmerado en la instrucción de tiro.

Lo expuesto lo confirma una carta de fecha 7 de noviembre de 1821, que el coronel Antonio Morales remite a Santander: «Desde el desgraciado suceso de Huachi, yo rodoblé en esta Plaza (Guayaquil) mis esfuerzos; establecí dos escuelas, una práctica y otra teórica de cabos y sargentos y oficiales, y he hecho foguear con mucha frecuencia una columna de 600 hombres que tenían sus bases antes de la derrota de Huachi…»

Al año siguiente, en carta de fecha 11 de abril de 1822 dirigida por el general Sucre al gobernador de Cuenca, coronel Tomás Heres, le ordenaba que el batallón del Sur organizase “una academia de oficiales para que aprendan sus deberes”.

Mientras Sucre se encontraba en los aprietos de reorganizar la división, Bolívar le daba instrucciones de que esperara su llegada a Guayaquil para, unidas las tropas que traería más las que se preveía reorganizarlas en Babahoyo, operar sobre Quito y librarla de la “opresión española”.

Entrada creada originalmente por Arre caballo! el 2025-11-08. Última modificacion 2025-11-08.
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