Guerras de Independencia Hispano-Americanas Independencia de Ecuador Campaña de Sucre en Ecuador 1822. Batalla de Riobamba

Armisticio de Sabaneta

Sin embargo, tiempo después y cuando Sucre le hacía conocer la intención de reiniciar la campaña desde Cuenca, Bolívar desistió de su viaje a Guayaquil y concedió a Sucre toda libertad de acción.

Pero el general Sucre y el coronel Tolrá, segundo en el mando del ejército español, con el propósito de ganar tiempo, creyeron conveniente una tregua hasta recibir los refuerzos previstos. El convenio fue oficializado en noviembre de 1821, mediante el denominado “convenio de Sabaneta”, documento elaborado a base de 11 artículos.

El 21 de noviembre lo aprobó el Gobierno de Guayaquil y al día siguiente lo ratificó el mismo coronel Tolrá.

El artículo segundo establecía: «Se suspenderá desde hoy, toda clase de hostilidades entre las armas españolas y las de Colombia, durante noventa días, que serán prorrogados si conviene a las partes contratantes».

El artículo tercero especificaba: «Si por desgracia fuese preciso ocurrir al extremo de renovar las hostilidades, el invasor deberá avisar 14 días antes del rompimiento, que se contarán desde la notificación». El artículo cuarto hacía referencia a la jurisdicción de las tropas españolas, que constituirían las provincias de Quito y Cuenca; y la del ejército patriota, la provincia de Guayaquil.

El 24 de diciembre de 1821, llegaba a Quito el general Juan de la Cruz Mourgeón para hacerse cargo de la presidencia de Quito. Había arribado conjuntamente con el BIL de tiradores de Cádiz, compuesto de 800 efectivos. Conforme transcurrían los días, empeoró su salud como consecuencia del largo y penoso viaje realizado desde Esmeraldas. Falleció el 8 de abril de 1822; por tanto, Aymerich tuvo que encargarse de la presidencia y del mando del ejército realista.

Antes del reinicio de la campaña libertadora, decidió el general Sucre enviar a Piura al coronel Tomás Heres para coordinar las acciones con el coronel Santa Cruz, respecto a la marcha e incorporación de la División del Sur al ejército libertador. Consideró también a la ciudad de Cuenca como lugar para desarrollar su concepción estratégica.

Cuando recibió el general Sucre noticias de San Martín referentes a los refuerzos de 1.200 hombres que se movilizaban ya desde Piura, resolvió iniciar de inmediato el movimiento con el personal disponible de su División. Pero antes creyó necesario notificar con fecha 18 de enero de 1822 el rompimiento del armisticio celebrado con el coronel realista Carlos Tolrá. Como justificativo adujo que ni Aymerich ni Mourgeón habían querido ratificar tal documento.

Situación a principios de 1822

En enero de 1822, la situación de fuerzas en Ecuador era la siguiente:

  • Realistas:
  • En Cuenca: un destacamento de 1.000 efectivos (infantería y caballería) a las órdenes del coronel Torrá.
  • En Pasto: una división de 2.000 efectivos al mando del coronel García cubriendo la frontera norte.
  • En Quito: el nuevo presidente general Murgeon organizando nuevas unidades.
  • Bloqueando Guayaquil: una escuadrilla formada por las fragatas Prueba y Venganza y la corbeta Alejandro.

Republicanos:

  • En Popayán: una división al mando del general Torres para cubrir la concentración de tropas para pasto.
  • En Guayaquil: la división del general Sucre para partir hacia el sur.
  • En marcha hacia Saraguro: el coronel Santa Cruz con la división auxiliadora peruana, salida de Piura.

Antes de iniciar la marcha hacia Cuenca, el general Sucre confió la seguridad de Guayaquil al coronel Illingworth, quien sirvió de contrapeso al general Domingo La Mar, que había quedado en ese importante puerto ejerciendo la función de comandante de la plaza.

El 22 de enero, desde el cuartel general de la división ubicado en Samborondón, Sucre dispuso el inicio del movimiento con dirección al sur. Empleando diferentes medios rudimentarios de navegación, se embarcaron las tropas republicanas en Guayaquil (23 de enero) con destino a Puerto Bolívar (Machala), para seguir el siguiente itinerario: Machala – Pasaje – Yulug – Saraguro – Cuenca. La vanguardia de la columna de marcha estaba constituida por elementos de los batallones de Albion y de Guayaquil y por el ED. El 29 de enero llegaban escalonadamente a Pasaje 3 compañías del batallón de Paya y el resto de la división, excepto las tres restantes compañías del BI de Paya que llegaron el 30. El 31 de enero reiniciaron la marcha empleando la vía Sadayacos – Quera – Casascay – Yuluc. El 5 de febrero la división completa se encontraba ya en San Sebastián de Yúluc.

El BIL de tiradores y el BI de Voluntarios de la Patria estaban incompletos y no tenían una organización adecuada, por lo que se fusionaron en un nuevo batallón llamado de Guayaquil.

El 9 de febrero, Sucre llegaba a Saraguro, en donde se detuvo en espera de la llegada de la división del coronel Santa Cruz (el JEM era el coronel Luis Urdaneta) y de otros refuerzos. Esta fuerza (Expedición Auxiliar de Santa Cruz a Quito) estaba formada en su mayoría por reclutas peruanos; existían también chilenos, argentinos y alto-peruanos (bolivianos). Tenía también oficiales argentinos, entre los que destacaban Félix Olazábal, ambos de infantería, y Antonio Sánchez de caballería, y un escuadrón de granaderos a caballo de los Andes (argentino) al mando de Juan Lavalle.

En esta localidad, 730 voluntarios de Guayaquil fueron distribuidos en los batallones de Albión, de Paya y de Yaguachi.

Al enfrentar esta fuerza multinacional de alrededor de 3.000 efectivos, el destacamento realista de caballería, de unos 900 hombres, que defendía Cuenca se retiró hacia el Norte, siendo perseguido a la distancia por la caballería republicana. Cuenca fue entonces recapturada el 21 de febrero, sin que se disparara un solo tiro.

Combate de Totorillas (8 de marzo de 1822)

El general Antonio José de Sucre llegó con su ejército a la ciudad de Cuenca el 22 de febrero de 1822. Venían de subir la montaña desde Machala hasta el valle de Yunguilla, recibiendo en Saraguro a las tropas auxiliares peruanas enviadas por el general José de San Martín.

Los realistas habían abandonado Cuenca al conocer de esa reunión de fuerzas, y marcharon hacia el norte para reorganizarse. Sucre estableció su cuartel en la principal ciudad del austro por cerca de 45 días, a la vez que enviaba a varios grupos de caballería en persecución de los realistas, con el fin de hostigar su retaguardia.

Esos contingentes reunían a elementos de los dragones del Sur y los granaderos a caballo. El primero de esos cuerpos estaba constituido por jinetes provenientes de Guayaquil y de Daule, además de rudos llaneros venidos desde Venezuela. Los granaderos eran jinetes de origen argentino, gallardos y de gran fama.

Los dragones y los granaderos llegaron al pueblo de Alausí en los primeros días de marzo, y se pusieron a las órdenes del capitán alauseño José Antonio Pontón. Este era uno de los pocos republicanos sobrevivientes de la revolución quiteña que aún se mantenía operativo en la lucha armada. Caudillo de gran influjo popular en la sierra central, Pontón y sus guerrillas habían causado estragos entre las tropas realistas apostadas entre Guamote y Riobamba.

Siguiendo órdenes de Sucre, Pontón condujo a los jinetes guerrilleros y a la vanguardia de caballería por los caminos de la zona, con el fin de impedir que los realistas recuperaran la zona de Tixán y de Alausí.

El 8 de marzo de 1822, 25 dragones del Sur mandados por el Tcol alemán Federico Rsch, 25 granaderos a caballo mandados por el sargento argentino Manuelo Latus y 20 guerrilleros montados de Alausí del capitán Pontón, 70 jinetes en total, se presentaron en el llano de Totorillas. Eran la partida republicana más al norte, pisando los talones de la retaguardia realista.

Los realistas reaccionaron y enviaron a 200 jinetes de su temible unidad élite, los granaderos de la Guardia. Contra todo pronóstico, los 200 jinetes realistas fueron vencidos por los 70 republicanos a caballo. Una decena de muertos y varios heridos quedaron tendidos en el campo, y los hombres de Pontón hicieron prisioneros y tomaron parte del armamento realista abandonado en el campo. No hubo bajas entre los republicanos.

Combate de Totarillas (8 de marzo de 1822). Carga de los granaderos a caballo.

Esta brillante victoria hizo que los 70 jinetes argentinos, venezolanos, guayaquileños, dauleños y alauseños liderados por Pontón fueran recibidos con flores y aclamaciones en Tixán, población a la que se dirigieron luego del combate. Entusiasmado, el capitán Pontón tomó pluma y papel y envió una carta con la noticia de la acción al general Sucre, todavía acantonado en Cuenca.

Totorillas fue la primera victoria republicana tras la terrible derrota sufrida en Huachi, ocurrida 7 meses antes. Por ello, el entusiasmo en Guayaquil fue grande. El general José de La Mar, en aquel momento comandante militar de la ciudad, felicitó a los 70 valientes de Totorillas escribiendo: «Honor a los bravos dragones y granaderos a caballo, y guerrillas de Alausí que tan brillantemente han escarmentado a los 200 que se les atrevieron».

Ruta seguida por el ejército de Sucre a Quito de enero a mayo de 1822.

Batalla de Riobamba o de Tapi (21 de abril de 1822)

Antecedentes

El 12 de abril partía de Cuenca el general Sucre; el 15 llegó a Alausí. Entretanto, en el período del 10 al 14 de abril, el coronel Ibarra sostuvo algunos encuentros armados de pequeña magnitud con la tropa del coronel realista López, quien tuvo que retirarse precipitadamente a Riobamba cuando fue informado de la presencia del ejército libertador en Alausí.

Una parte del ejército realista se encontraba organizado defensivamente en Santa Cruz y San Luis (en las cercanías de Riobamba) para controlar el paso de la quebrada de Guaslán.

El 19 de abril, el grueso de la columna de marcha del ejército de Sucre llegaba al sector de Punín y de inmediato el coronel Ibarra, con un pelotón de 25 dragones de Colombia, hostigaba en la quebrada Guaslán a elementos de reconocimiento de las tropas realistas, obligándolas a repasar el río Chibunga (frente al caserío de San Luis). Por no encontrar condiciones favorables, el ejército libertador estableció un área de vivac en el sector de Punín.

El 20 de abril, el mismo coronel Ibarra recibió la misión de reconocer el río Chibunga y buscar un paso para vadearlo.

Estableció el lugar idóneo para proseguir el avance del grueso del ejército. Sucre dispuso que el ED ocupase la margen derecha del río Chibunga para llamar la atención de los realistas, mientras la vanguardia y el resto del ejército vadeaban el río por Pantús, junto a la quebrada Pacayacu, en el río Chibunga.

La división republicana se componía de:

  • Caballería: EC de granaderos de los Andes, ED, EC-1 y EC-2.
  • Infantería: BI de Trujillo, BI de Piura, BI de Yaguachi, BI de Paya y BI de Albión.
  • Artillería: Bía 4 piezas.

Las fuerzas realistas se componían de:

  • Infantería: BI de Aragón, BIL tiradores de Cádiz y BIL de cazadores de la Constitución.
  • Caballería: ED de Granada, EH de Fernando VII, ED-1 de la Reina Isabel y ED-2 de la Reina Isabel.
Batalla de Riobamba o de Tapi (21 de abril de 1822).

Desarrollo de la batalla

Desafortunadamente, las disposiciones del general Sucre no se cumplieron por la insubordinación del Tcol Félix Olazábal, jefe del batallón de Trujillo, aduciendo que le faltaba una res de las seis que recibía como ración diaria.

Tratado de superar el malestar (aunque pidió de Santa Cruz la pena de muerte para el Tcol Olazábal), el general Sucre emitió para el 21 de abril otra orden de operaciones:

  • El ED de Colombia y una compañía de infantería, al mando del comandante Rash, se situaría en la ribera derecha del río Chibunga para distraer al enemigo y encubrir el movimiento del Ejército.
  • A las 9 de la mañana el ejército avanzaría directamente a Pantús para atravesar el río.
  • La vanguardia, compuesta del EC-1 de granaderos del sargento mayor Lavalle y una compañía de cazadores, sería conducida por el coronel Ibarra.
  • Atravesado el río, la vanguardia obraría de modo que el enemigo no pueda impedir el paso de todo el ejército por el punto de Pantús.

La ejecución del movimiento por el paso de Pantús fue exitosa: fracciones de la tropa de Sucre consiguieron la sorpresa total al irrumpir por la retaguardia de las posiciones realistas, pero estas lograron romper el contacto y dirigirse a Riobamba, con la intención de replegarse de inmediato hacia Quito.

Sucre dispuso que el coronel Diego Ibarra moviese sus fuerzas por el flanco derecho de las fuerzas realistas y al comandante Lavalle por el lado izquierdo para de esta manera atravesar la villa y atacar a los españoles por la retaguardia, desbandándolos. El coronel Ibarra había penetrado en la ciudad de Riobamba con una pequeña patrulla de granaderos, siendo luego reforzados por el teniente Olmos al mando de 16 jinetes, obligando a las patrullas que cubrían la retirada de las fuerzas realistas a retirarse.

En conocimiento del repliegue que había iniciado la infantería realista, dispuso el general Sucre que el sargento mayor Juan Lavalle, con el EC-1 de granaderos a caballo, persiguiese a las tropas realistas del coronel Carlos Tolrá. Cuando Lavalle cumplía la misión encomendada, se encontraron de improviso sus 96 granaderos a caballo con los escuadrones de caballería del coronel español (400 hombres), comenzando de inmediato el desigual combate. Sin embargo, los granaderos argentinos hicieron huir a la caballería realista, que procuró refugiarse en su propia infantería, que ya había abandonado Riobamba y marchaba en dirección al norte.

Lavalle reflexionó que si continuaba la persecución, corría el riesgo de quedar aislado de la división de Sucre y a expensas de la caballería e infantería adversarias; por tal motivo se detuvo bruscamente y a todo galope regresó a Riobamba. La caballería realista interpretó aquella acción como franca retirada e inició simultáneamente la persecución de los granaderos de Lavalle, pero súbitamente se detuvieron los republicanos y, con el apoyo de un pelotón de dragones de Colombia, atacaron con denuedo y decisión a los sorprendidos jinetes realistas, hasta hacerlos huir despavoridos y maltrechos. “A degüello”, el célebre grito de guerra del comandante Lavalle.

«A poca distancia de la población, el bravo escuadrón de granaderos, que se había adelantado, se halló solo improvisadamente al frente de toda la caballería española, y tuvo la elegante osadía de cargarlos y dispersarlos con una intrepidez de la que habrá raros ejemplos. Los cuatro escuadrones españoles protegidos por la infantería pudieron volver contra nuestros granaderos; pero ya estos de los dragones hicieron una segunda carga más brillante, si puede decirse, mejor que la primera, en que al frente de toda la división enemiga, fue derrotada completamente su caballería».

Batalla de Riobamba o de Tapi (21 de abril de 1822). Carga del escuadrón de granaderos de Lavalle.

El comandante Juan Lavalle, en su parte de guerra remitido al general José de San Martín, hace hincapié en el comportamiento heroico de los integrantes del escuadrón argentino; no obstante, resalta también la oportuna, decidida y valiente intervención del pelotón de dragones de Colombia, del coronel Ibarra.

Las bajas republicanas fueron de 2 muertos (sargento de los dragones de Colombia, Vicente Franco, y el soldado granadero Timoteo Aguilera) y 20 heridos, mientras que las bajas realistas fueron de 52 muertos (incluidos 4 oficiales) y 40 heridos.

La división vencedora ocupó Riobamba el 22 y permaneció hasta el 28 de abril de 1822, cuando se dirigieron a la ciudad de Ambato. El 2 de mayo llegaba a Latacunga, ciudad en la cual se incorporó el coronel José María Córdova al mando del batallón Alto Magdalena, que había diezmado significativamente sus efectivos como resultante del clima riguroso y el recorrido por fragosos caminos de Naranjal.

Entrada creada originalmente por Arre caballo! el 2025-11-08. Última modificacion 2025-11-08.
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