Guerras de Independencia Hispano-Americanas Independencia de Ecuador Primera campaña de Bolívar en el Pasto en 1822

Preparación de la campaña

Después de la batalla de Carabobo (24 de junio de 1821), el Congreso Constituyente de 1821 nombró a Bolívar presidente de la República y a Santander como vicepresidente. Bolívar realizó los preparativos para invadir Pasto ese mismo año: organizó un ejército de 4.000 efectivos, encargó la Presidencia a Santander y marchó al sur.

Su plan inicial era auxiliar a Sucre, quien dirigía las tropas de la Provincia Libre de Guayaquil contra la guarnición realista de Quito, mediante el envío de 4.000 soldados y de 2.000 a 3.000 fusiles por mar desde el puerto de Buenaventura hasta Guayaquil.

También esperaba que en octubre zarparan 4.000 soldados de la Gran Colombia de Santa Marta para Panamá, donde se les unirían otros tantos y todos serían llevados hasta Guayaquil, donde habría 3.000 soldados republicanos; en total, concentraría de 10.000 a 12.000 efectivos y acabarían con toda resistencia.

Bolívar quería transportar la tropa por mar en tres bergantines; cuando se encontraba embarcándose por el puerto de Buenaventura, apareció una escuadra española enviada por el capitán general de Nueva Granada, Juan de la Cruz Mourgeon y Achet, desde la actual costa septentrional del Ecuador; estaba formada por una corbeta, 4 goletas y 3 transportes.​ La debilidad de la armada colombiana en el Pacífico en comparación con la española lo obliga a tomar la ruta terrestre.

Aunque esperaba contar con el apoyo del gobierno chileno y del Protector del Perú, José de San Martín,​ y que este último enviara la poderosa escuadra de Cochrane para ayudarlo a transportar su ejército. Bolívar deseaba evitar por tierra a través de Patía y Pasto, conocedor de la suerte de otros ejércitos republicanos en la zona, y prefería la ruta marítima.

Sin embargo, San Martín no pudo enviar la escuadra porque no estaba en condiciones para un viaje tan largo; la necesitaba en Perú, y Buenaventura y Panamá estaban muy lejos de sus bases de provisiones en Perú.

Bolívar tuvo que conformarse, y planeó una ofensiva conjunta sobre Quito, destacando el avance por tierra de 4.000 hombres contra Patía y Pasto; una ruta más ardua por la dificultad del terreno que presenta los Andes, que junto a las enfermedades producían mayores bajas en el ejército de lo previsto y que no podía reponer con los contingentes que encontrase en el camino.

La Gran Colombia, hasta junio de 1822, movilizaría 7.500 hombres para combatir a los realistas de Pasto.​ Restrepo afirma que fueron enviados a Pasto 7.314 soldados y 130 oficiales entre septiembre de 1821 y el 22 de mayo de 1822, pero apenas 4.000 seguían vivos al producirse la rendición.​ De estos, 3.000 marcharon con Bolívar organizados en dos divisiones.​ Para las operaciones sobre Pasto y Quito, entre 1821 y 1822, los republicanos produjeron más de 14.000 uniformes, 6.500 frazadas (mantas), 13.500 camisas, 24.600 alpargatas, 3.000 morrales, 127.000 cartuchos con balas y 82.000 sin balas, 40.000 balas de fusil, 15.000 piedras de chispa, 4.000 fornituras (repuestos) y se apartaron 200.000 pesos del tesoro público.

Ruta seguida por Bolívar a El Pasto (1822)

El 9 de octubre de 1821, Bolívar, presidente de la Gran Colombia, salió de Villa del Rosario dejando el poder ejecutivo en manos de su vicepresidente, Francisco de Paula Santander, mientras viajaba por Pamplona y Tunja hacia Santafé de Bogotá. Durante el trayecto estudió los recursos de las provincias neogranadinas y ordenó a los gobernadores que atendieran a los regimientos de La Guardia que venían de Santa Marta.

A finales de noviembre, estando en Bogotá, empezó a organizar las fuerzas con las que planeaba una campaña definitiva contra Popayán. Bolívar salió de Bogotá el 13 de diciembre de 1821 hacia el Sur y llegó a Santiago de Cali el 5 de enero de 1822; pasando revista a la división del general Pedro León Torres en la vecina hacienda de Caloto, dándose cuenta de que no era operativa por tener más de 600 enfermos en los hospitales.​

Su plan era enviar 900 soldados de los batallones de Bogotá y de Neiva en el bergantín Sacramento y la fragata Grant. Al día siguiente, debían salir otros 300 en el bergantín Ana y esperando para después otros 1.000 reclutas del Cauca y de La Guardia. La idea era embarcarse en Buenaventura para viajar a Guayaquil y desde allí atacar Quito, evitando las enfermedades, guerrillas y deserciones que se producirían si marchaba por Patía, Juanambú y Guáitara.

Bolívar pensaba llevar el esfuerzo principal a Quito por la vía de Guayaquil, para lo cual dio instrucciones al Tcol Joaquín París de hacer el esfuerzo secundario por el Cauca sobre Pasto y envió las órdenes correspondientes al general Sucre.

El Tcol París con unos 230 soldados ocupó la ciudad de Popayán, encontrándose una ciudad casi desierta, e inició conversaciones por una tregua de un mes con el jefe realista en la zona, el coronel José María Obando. Dicho oficial fue reprendido por el capitán general neogranadino, Juan de la Cruz Mourgeon y Achet, por haber viajado a Cali y aceptar regalos de Bolívar; y como el coronel Basilio Modesto García no se fiaba del oficial realista, le escribió al capitán general para que no se presentara en Pasto.​ Ofendido por tal desconfianza, Obando convenció a dos oficiales y unos pocos para pasarse al bando republicano en Popayán el 7 de febrero.

En Buenaventura, los dos batallones esperaban embarcarse cuando llegaron cartas del general Sucre avisando que el capitán general neogranadino había salido de la costa de Chocó con la corbeta Alejandro y cuatro buques menores para bloquear la costa. Los republicanos contaban únicamente con el mal armado bergantín Ana, así que la ruta marítima se hizo muy riesgosa; solamente se enviaron en el bergantín Ana y la fragata Grant con 340 reclutas caucanos​ y órdenes a Sucre de atacar Cuenca para distraer a los realistas, que se concentrarían en defender Quito y desprotegerían el Pasto.

Bolívar tomó la decisión definitiva de conducir el esfuerzo principal contra Pasto, para lo cual vislumbró la posibilidad de eludir la ciudad y avanzar sobre Quito; pues sabía la difícil travesía del Patía con su clima malsano, de la abrupta topografía y de la tenacidad de los pastusos, que habían derrotado las expediciones de sus antecesores.

Bolívar ordenó que esos cuerpos y La Guardia marcharan por Neiva y Guanacas en dirección a San Juan de Pasto. El 26 de enero, se trasladó a Popayán,​ pero aún no llegaban los refuerzos de La Guardia y Bolívar calculaba que demorarían otro mes, pero el clima podía desgastar completamente a su división en ese lapso de tiempo.​ Además, en la villa no había ganados para alimentar a los hombres, así que empezaron a enviar avanzadillas a Patía por Timbío, específicamente la brigada del general Torres.

El 15 de febrero, llegó a Popayán el general Juan Manuel Valdez con refuerzos. El 3 de marzo, llegó otro contingente.​ Gracias a esto, el presidente y su jefe de Estado Mayor, brigadier Bartolomé Salom, les siguieron a Patía el 8 de marzo por la misma ruta.​ Durante el viaje, los locales les vendieron alimentos y los guerrilleros se ocultaron en los montes, a la espera de atacar la retaguardia y a los rezagados, o cortar las comunicaciones.

En Popayán, el Ejército Libertador se reorganizó en dos divisiones: la primera al mando del general Pedro León Torres, con los batallones de Bogotá y de Vargas y dos escuadrones de Guías; la segunda con los batallones de Rifles y Vencedores de Boyacá, un escuadrón de cazadores montados y otro de lanceros; el general Bartolomé Salom fue designado jefe del Estado Mayor. Sus efectivos por las deserciones y enfermedades se habían reducido a 2.000 hombres.

Campaña de Bomboná. Marcha de Bolívar de Popayan a Bonboná. Movimientos del coronel Basilio García y sus guerrillas patianas y pastusas. febrero, marzo y abril de 1822.

El coronel realista Basilio García organizó la defensa de Pasto, con los batallones de Aragón, de Cataluña y de cazadores de Cádiz, las milicias de Pasto, un escuadrón llamado Invencible y más de un centenar de milicianos de Túquerres, con un total de 1.500 hombres.

García ordenó quemar las cosechas, ocultar los ganados y ejecutar a todo aquel que no deseara evacuar los pueblos por donde pasaban los republicanos.​ Desde diciembre había fortificado las posiciones del Juanambú, animando la voluntad de resistencia de los locales con la ayuda del obispo de Popayán, Salvador Jiménez de Enciso Cobos y Padilla. Reclutó milicias pastusas, recibió ayuda del capitán general desde Quito y desplegó un sistema de inteligencia por el cual sabía la calidad de las tropas republicanas y su ruta.

Los republicanos marcharon en tres columnas, y el 15 de marzo alcanzaron el río Patía. El 20 de marzo estaban en Miraflores y el día 23 en el río Mayo. Como no encontraron enemigos, siguieron a Venta, abandonando el camino de Berruecos para tomar el de Tuminango y descender al río Juanambú cerca del paso de Guambucayo.

Después cruzaron el río Mayo y acamparon en Taminango. Al llegar al Juanambú, buscaron evadir el camino de Berruecos, fortificado y defendido por un fuerte destacamento enemigo, y cruzaron el río por Burreros de forma relativamente tranquila, sin más combate que una breve escaramuza con una guerrilla.

Otras fuentes afirman que cruzaron el río Mayo por el paso Zapatero el día 21 sin ser molestados por las guerrillas y recibiendo víveres de los locales.

El 11 de marzo construyeron un hospital en Tambo (a cargo del teniente Torres), el 14 en Las Yeguas (Tcol Serrada), el 16 en Miraflores (Tcol Cruz Paredes), el 19 en Mercaderes (coronel Francisco Luque) y el 25 en Taminango (mayor Conde).​ Durante la marcha, habían perdido por fiebres 1.000 hombres, que debían dejar en esos hospitales con guardias para protegerlos,​ reduciendo la expedición a 2.000 soldados.

Al llegar a la hacienda de Peñol, el ejército republicano continuó su marcha por el escarpado camino sobre las rocas del Juanambú, descubriendo un paso cerca del pueblo Burreros, en la confluencia del Juanambú con el Guáitara.

El 4 de abril, desde Chaguarbamba, Bolívar trató de engañar a su enemigo, proponiéndole un armisticio de 8 a 15 días; aceptado por su enemigo solo a condición de que repasara el Juanambú, condición imposible de cumplir.

Por su parte, Murgueón en Panamá reorganizó una fuerza de 800 hombres y zarpó rumbo a Quito, logrando burlar el bloqueo naval del almirante Cochrane, para lo cual desembarcó en Esmeraldas y llegó el día de Navidad a su destino.

Pactado el armisticio y el intercambio de prisioneros propuesto por Murgueón, este jefe realista emitió las providencias administrativas para atender la guerra y lograr un nuevo clima de tolerancia y caballerosidad. Desafortunadamente para España, las fatigas de su viaje, una caída del caballo y la rendición de tres fragatas españolas a la Junta de Gobierno de Guayaquil minaron su resistencia física y moral, y lo llevaron a la muerte el mes de abril de 1822.

Basilio García dispuso sus efectivos en la fuerte posición de Genoy, donde podía contar con todas las milicias pastusas. Bolívar, por su parte, desde Veracruz resolvió otra vez esquivar el combate e intentar el paso por alguno de los puentes sobre el río Guáitara hacia la provincia de los Pastos, actualmente Ipiales, adicta a la causa republicana, con el fin de avanzar al sur y posiblemente intentar el contacto con Sucre.

Pero su astuto oponente, al detectar este movimiento, después de dejar organizada la posición de Genoy y ordenar la destrucción de los puentes sobre el río Guáitara, marchó por un camino indígena apenas conocido por los pastusos, que pasaba por las estribaciones occidentales del volcán Galeras. Pasó por los sitios del Buitrón y San Antonio y el alto de Churupamba que dominaba el camino por el que transitaba el ejército republicano. Así Bolívar quedó sin más opción que tomar la vía de Yacuanquer.

Simón Bolívar marchando al frente de sus tropas.

El día 5 de abril, la vanguardia salió de Tambopintado por el camino de Matacuchos al pueblo de Sandoná, pero se encontró con las partidas realistas y se inició un tiroteo. París ordenó a una compañía de cazadores del BI de Bogotá cargar y así los realistas se retiraron. El resto de la expedición le siguió poco después, debiendo desalojar pequeñas partidas pastusas que intentaron detener a su vanguardia. En la montaña de Chaguarbamba se encontraron con 400 realistas, pero rápidamente los hicieron retroceder. Un poco más tarde, se encontraron con el teniente Álvarez, un oficial de la división del general Valdez que el año anterior había sido vencida en la zona y se había ocultado en un pueblo disfrazado de sacerdote. El Libertador lo examinó y después escuchó sus informes sobre las posiciones y números del enemigo, avisándole también que planeaban atacarlo ese mismo día en Genoy, justo donde acampaba la expedición.

El hostigamiento que perduró un día más, pero al anochecer la columna acampó en el pueblo de Consacá, mientras el Bolívar se adelantaba por Veracruz hasta la hacienda de Bomboná.

De inmediato, Bolívar hizo retroceder a su ejército y, guiado por Álvarez, marchó por el oeste del volcán para pasar por las haciendas Sandoná, Consacá y Bomboná para llegar a Yacuanquer. Allí podía cortar las comunicaciones de San Juan con Quito y atacar la ciudad desde el sur.​ También podía intentar avanzar primero sobre Quito, donde esperaba encontrar una población más rica y partidaria de la independencia, cuya caída garantizaría la conquista de Pasto.​ Sin embargo, nadie le había dicho que para hacer dicha maniobra, primero debía atravesar «tres o cuatro posiciones inexpugnables, donde unos 100 a 200 hombres eran suficientes para detener un ejército de 8.000».​

Bolívar decidió acampar en Consacá en la mañana del día 6 de abril. Llegaron a dicha ciudad en la tarde. Bolívar ordenó al Tcol Joaquín París que con una parte del BI de Bogotá se dirigiera a las alturas de Carisco, situadas a una legua de distancia (5 km). Cuando llegaron allí, comprobaron que estaban ocupadas por los realistas. Sucedió que García, al enterarse de la maniobra de su rival, había movido sus tropas a la colina de Cariaco. Bolívar, inicialmente, se negó a creer que los monárquicos se hubieran movido tan cerca y tan rápido. En medio de ambas fuerzas, en la tierra de nadie, estaba la hacienda Bomboná.

Entrada creada originalmente por Arre caballo! el 2025-11-09. Última modificacion 2025-11-09.
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