Guerras Carlistas Tercera Guerra carlista en 1872 Operaciones en el Centro y Sur de España en 1872

Acciones en Castilla la Nueva en 1872

Castilla la Nueva, y muy especialmente las provincias de Ciudad Real y Toledo, que tanto habían intervenido en las insurrecciones anteriores, no quedaban al margen en la iniciación de la Tercera Guerra Carlista. Se manifestó una cierta agitación que quedó puesta en evidencia por los incidentes ocurridos en Mota del Cuervo (Cuenca) en el mes de abril y la aparición, el día 15, de unas pequeñas partidas que fueron vistas en San Pablo de los Montes y en Segurilla, ambos en la provincia de Toledo. También por aquellos días se presentó una partida de unos 20 hombres en las inmediaciones de Moral de Calatrava y Valdepeñas, que cortó la línea férrea entre Manzanares y Valdepeñas, así como la comunicación telegráfica entre los mismos. Parece ser que este grupo, que no pasaba de 20 hombres, marchó hacia los montes de Toledo como si fuera a reunirse con otra partida levantada en Retuerta de Bullaque (Ciudad Real) aquellos mismos días.

La orden dada del alzamiento fue cumplimentada el 22 de abril, por una partida que salió al campo en las inmediaciones de Negredo de Jadraque (Guadalajara), con el fin de reunirse con otro que se había levantado en armas en Hiendelaencina (Guadalajara). En los montes del término de Fuentidueña de Tajo (Madrid), también apareció una partida, cuyo centro de conspiración había sido Torrejón de Ardoz, pero tuvo poca vida porque se habían descubierto los trabajos de los conspiradores, dando aviso a la guardia civil. De la misma ciudad de Madrid salió por aquellos días una partida, mandada por Ángel Moreno de Toro, brigadier carlista, pero que fue batida y disuelta inmediatamente por fuerzas de la guardia civil que se habían concentrado en Colmenar Viejo. La única acción se señala el 27 de abril en Rueda (Guadalajara).

El Tcol Medrazo en Aragón se había visto obligado a internarse en la provincia de Guadalajara, lo que hizo al mismo tiempo que la partida mandada por Higinio Rodrigo, reuniéndose ambas fuerzas el 1 de mayo en La Yunta (Guadalajara). El brigadier Salvador y Palacios, nombrado comandante general carlista de la provincia de Guadalajara, apareció en campaña el 28 de abril recorriendo Huerta Pelayo y Huerta Hernando, ambos en la provincia de Guadalajara, al frente de 250 hombres. Alcolea del Pinar (Guadalajara) recibía la visita de la partida mandada por Fernández Somolinos, que llevaba un total de 150 hombres, mientras que en Luzaga (Guadalajara) entraba otra de unos 80 hombres, mandada por el cura de Villaviciosa. También en la provincia de Toledo se iniciaban levantamientos carlistas, siendo la más importante la partida levantada por don Félix Alonso, alias Mulita.

Aunque eran de poca importancia por el número, aparecían otras formadas en Pulgar, Polán, Escalonilla y San Martín de Pusa, todos en la provincia de Toledo, que en realidad más que partidas independientes eran grupos de carlistas que salían para unirse a sus jefes. Cerca de Villanueva de los Infantes (Ciudad Real) se presentaron 20 o 30 hombres montados, que luego se movieron hacia los confines de Extremadura.

Otra vez, en el mes de mayo, estuvo Madrazo en Castilla la Nueva, entrando en Checa el día 4. Llegó al Campillo de Dueñas el día 7 y vuelve a entrar en esta población el 10. El 11 se le unió Montañés en Setiles (Guadalajara); juntos prosiguieron luego a Alustante y el 12 tuvieron un combate en El Pobo de Dueñas (Guadalajara). Después de esta acción, fueron a Hombrados y de allí a la provincia de Zaragoza, donde libraron combate en Torralba de los Frailes.

Mientras esto ocurría, aparecían partidas en Santa Cruz de Mudela, Castellar de Santiago y Fernán Caballero, en la provincia de Ciudad Real. El brigadier Fernando Vázquez se levantó en armas el 5 de mayo en la Quintería de Benavente, término de Ciudad Real. El general Benavides debía tomar el mando de las fuerzas carlistas de La Mancha, Toledo y Extremadura, pero fue preso en Toledo. El brigadier Bermúdez intentó suplirle, como comandante general de Toledo. El día 6 se señala un combate en Villarejo de Montalbán (Toledo) entre la guardia civil y la partida de Alonso. Los toledanos se agrupaban a las órdenes de Manuel Briones y de Nebrera González para dar más unidad a la insurrección.

También tuvo gran importancia que el 7 de mayo se levantara en armas en Alba de Tajo el coronel Lucio Dueñas, más conocido por el Cura de Alcabón. Unido el Tcol don Agustín Moya, que había formado una partida en Maqueda, fueron a Hormigón y de allí a Novés y Santa Olalla. El mismo día 7, Fernández Somolinos, de regreso de su incursión en la provincia de Soria, estaba en Condemios de Arriba (Guadalajara) y la partida formada en Hiendelaencina mandada por Arteaga estaba en Cantalojas (Guadalajara).

Levantamiento de nuevas partidas carlistas en 1872.

El brigadier Salvador y Palacios estaba por la parte de Molina y, entre Selas y Canales de Molina, tuvo un encuentro desgraciado contra la columna del coronel Catalá, retirándose el jefe carlista a Cobeta, siempre hostigados por los amadeístas. Un grupo de carlistas que se separaron de Salvador y Palacios se dirigió a Ablanque (Guadalajara) con el objeto de cruzar el río Tajo, pero en el sitio llamado Escalerón del Valle, término de Ablanque, fueron alcanzados por el comandante Montan, quien los dispersó. Otra partida apareció el 8 de mayo en Pozuelo de Alarcón (Madrid), pero fue desbandada a los pocos días.

Nuevas partidas aparecieron en Valdeganga de Cuenca, Tragacete y Pedroñeras en la provincia de Cuenca, pero no pudieron mantenerse en campaña y marcharon a Aragón, donde se reunieron en Jabaloyas (Teruel) con la mandada por don Antonio Cojo, que recorría la sierra de Albarracín. Otra pequeña partida que mandaba Gregorio Gómez Carrión, conocido por el Negro, tuvo un encuentro en el sitio conocido por Alameda de Fuentillejo (Ciudad Real), cayendo prisionero el jefe carlista. En la noche del 10 al 11, la misma partida, mandada entonces por Manuel Navarro, conocido por el Junco, entró en Cañada de Calatrava haciendo herrar los caballos. También apareció otra partida en Casa de Pedro Arenas (Ciudad Real). La partida de Villanueva de los Infantes fue dispersada el 14 de mayo en la casa del Becerril, en una estribación del cerro de Cabeza de Buey (Ciudad Real).

El brigadier Bermúdez operaba en la provincia de Toledo reunido a las fuerzas de Alonso, entrando juntos en Navas de Estena (Ciudad Real), el 6 de mayo. Dueñas pasó el río Tajo por Puebla de Montalbán y el 12 en Torrecilla de la Sara (Toldo), libró combate, muriendo en esta acción el Tcol Moya, que se le había unido. Bermúdez estaba el 13 en la sierra de Castañar, mientras que la antigua partida de Moya recorría en dicho día los alrededores de Tembleque (Toledo). Una pequeña partida de 20 hombres mandada por el cura Quintanilla fue batida en Sierra Prieta, y copados, 19 de sus hombres fueron conducidos a Valdepeñas. El día 15, Bermúdez estaba en El Molinillo (Toledo) y combatió el 16 en el Puerto de Alabarda.

Dueñas, que estaba en Retuerta del Bullaque (Ciudad Real), pasó a reunirse el 19 en Malagón, mientras que una partida que había dejado destacada en Retuerta combatía en la sierra de Cabrahigos contra el comandante Bonel. El 20 de mayo, Fernández Somolinos luchaba contra la caballería amadeísta en el monte de Trillo (Guadalajara). En este mismo día, una partida entraba en Ballesteros (Ciudad Real) y la mandada por Manuel Navarro hacía lo mismo en Corral de Calatrava (Ciudad Real). Fue rudo golpe para los carlistas el combate que libró Fernández Somolinos en Poyatas (Cuenca) el día 23 de mayo. Una fuerza compuesta de cazadores del BIL-XVII de Béjar y guardia civil tuvo el encuentro con las fuerzas de Fernández Molinos. Quedaron prisioneros de los amadeístas Celestino Ledin Montera, Lucio Pérez Martínez, Andrés Calvo Torrijas, José Tómico Ortega y Cándido Perales.

El correo de Navahermosa fue detenido por los carlistas en el sitio llamado Alcantarilla de Guadalajara. El 25 de mayo entraba la partida de Alonso en Urda. En esta fecha, una partida se presentaba en la dehesa de Sielma, en los alrededores de Cobisa (Toledo). Cipriano Hernández levantaba otra partida el 26 en Alcalá de Henares (Madrid). Pasó el río Henares por Los Santos de Humosa (Madrid) y siguió a Pozo de Guadalajara. Pero el 29, en el barranco de Valdesancho, término de Armuña de Tajuña, fue copada su partida de 18 hombres. Alonso se unió a Bermúdez y Dueñas en la casa de Guadalerza (Toledo); entran todos juntos en Fuentes el Fresno (Ciudad Real), donde el día 27 se apoderaron de las raciones preparadas para una columna amadeísta. El 29 estaba en Las Labores (Ciudad Real), prosiguiendo hasta Villarrubia de los Ojos, donde fueron batidos por el comandante García Conde y de nuevo los batieron las fuerzas del comandante Bonel en el camino de Malagón. Después de su derrota, Bermúdez fue hasta Extremadura, aunque una parte de sus hombres quedara en La Mancha, reuniéndose en Fontanarejo (Ciudad Real) con las fuerzas que mandaba el brigadier Vázquez. Este, que operaba por la parte de Extremadura, generalmente entre Puebla de Don Rodrigo y Saceruela, recibió también la fuerza andaluza que mandaba el secretario del ayuntamiento de Vilches (Jaén), Manuel Trillo, que había pasado Despeñaperros y se le reunió en Brazatortas (Ciudad Real).

El brigadier Bermúdez llegó hasta Extremadura, de donde regresó por el puerto de San Vicente, uniéndosele el brigadier Vázquez con su fuerza, prosiguiendo hasta Gálvez. Siguió luego hasta el Tajo, que atravesaron por Puebla de Montalván, continuando a Escalonilla y de allí a Fuensalida, donde fueron recibidos entusiastamente por toda la población. Combatieron luego en Arcicollar, llegando hasta Illescas y aproximándose a Aranjuez, dirigiéndose después a Recas, contramarchando por Cabañas de la Sagra y Mocejón, pasando el río Tajo por el puente de Algodor y entrando de noche en la estación de ese nombre, donde detuvieron un tren de viajeros y rompieron los hilos y aparatos telegráficos.

Prosiguió después su marcha la fuerza a Almonacid de Toledo y Villaminaya, hasta Marjaliza, donde quedó una pequeña partida mandada por Briones con 20 hombres, prosiguiendo los demás para internarse en los montes de Toledo con dirección a la casa del Navajo. Contra el brigadier Bermúdez salió el brigadier amadeísta Soria Santa Cruz, el 14 de junio, con objeto de perseguirle en las montañas de Toledo, pero se redujo a algunos tiroteos en el puerto de la Albarda y en el Molinillo.

Había sido nombrado comandante general de la Mancha, Toledo y Extremadura, en sustitución del general Benavides, el general Marconell. Este jefe salió de la ciudad de Toledo el 13 de junio, capitaneando una pequeña partida de 30 hombres, marchando a Polán (Toledo). El coronel Sánchez Lafuente, con una columna amadeísta, salió en su contra. Marconell desde Sonseca (Toledo) y en el sitio denominado La Garganta, fue batido el jefe carlista. Estos incidentes iban poco a poco debilitando la insurrección, aunque de vez en cuando se presentaban nuevas partidas. Tal, la que el 17 de junio fue vista en los alrededores de Almagro y que mandaba el coronel José María Calero. Otra partida la mandaba Crisanto Gómez por los alrededores de Picón (Ciudad Real), y también en el término de Porzuna rondaba otra partida.

El brigadier Vázquez se mantenía en campaña; Bermúdez había fraccionado sus fuerzas y estaba en el valle de San Marcos de las Guadalerzas (Toledo); Marconell intentaba reorganizar su gente en las escabrosidades de los montes de Toledo. Sin embargo, el 27 de junio, la columna mandada por Cortijo consiguió seguir la pista de las fuerzas del brigadier Bermúdez, quien había estado aquel día en Los Alares (Toledo) y se había dirigido hacia el valle de Calancha. Allí se libró un combate en el que quedaron prisioneros los voluntarios carlistas Eduardo Monclus y Ceferino Rodríguez, pudiendo decirse que la fuerza carlista quedó casi disuelta con esta acción. El coronel Dueñas y el teniente Alonso estaban entre los heridos de este combate, así como Manuel Briones, según los datos oficiales.

No tardó en quedar disuelta esta fuerza y, habiendo regresado a Madrid Lucio Dueñas, fue reconocido y hecho preso. La derrota de Bermúdez no impidió que se levantara una partida el 28 en Cañada de Calatrava (Ciudad Real), que entró en dicho pueblo. El 30 entraba la que mandaba Ignacio González en Aldea de Rey (Ciudad Real) y pocos días después otra partida de 37 hombres lo hacía en Pozuelo de Calatrava (Ciudad Real).

El general Marconell se presentó el 4 de julio en Ballesteros (Ciudad Real) al frente de 70 hombres, y al día siguiente tuvo un encuentro con la guardia civil. Viendo fracasados sus esfuerzos, Marconell marchó a Extremadura. Ya quedaban pocas partidas a fines de julio, pues los que intentaban reanimar la guerra con Vázquez y Bermúdez eran pocos.

Como en la generalidad de las provincias, la guerra había cesado en el mes de agosto, pero en septiembre se volvió a notar agitación. Por el partido judicial de Priego (Cuenca) y el de Pastrana (Guadalajara), se hicieron esfuerzos para reclutar voluntarios para dos partidas que debían mandar respectivamente Alonso y Arciniaga. Esto dio ocasión a que en Valdeolivas (Cuenca) fueran detenidos y encarcelados doce vecinos. También hubo incidentes en Saceda del Río (Cuenca).

El coronel Lucio Dueñas había sido llevado a Escalona para ser juzgado. Los carlistas habían decidido rescatarlo y el 22 de noviembre formaron una partida armada de unos cien hombres con el propósito de ir a Escalona. Apenas habían salido del pueblo de Novés, por el camino de Maqueda, cuando fueron alcanzados por una columna mandada por el capitán Parés que los batió totalmente. Puede decirse que ya había terminado para 1872 toda la actividad carlista en Castilla la Nueva, salvo algunas incursiones de Madrazo desde Aragón, que entró en diciembre en Milmarcos (Guadalajara) cobrando las contribuciones. También se intentó formar una partida en El Campillo de la Jara (Toledo) sin resultado alguno.

Partida carlista durante la Tercera Guerra carlista.

Acciones en Extremadura en 1872

La insurrección en Extremadura no tomó grandes vuelos a pesar de los esfuerzos que hacía desde la frontera el brigadier Saberiegos, siendo Villanueva de la Serena (Badajoz) donde mayores aprestos se hacían para emprender la campaña. Apareció una partida en Castañar de Ibor (Cáceres), que marchó a la provincia de Toledo. Sin embargo, hasta el mes de mayo no puede decirse que hubiera partidas armadas, pues entonces aparecía una en Miajadas (Cáceres) formada por unos veinte hombres, que, perseguidos por tropas de infantería, guardias civiles y carabineros, se internó en la sierra de Hornachos dispersándose poco después y siendo aprehendido su jefe Antonio Chiscano, en Magacela (Badajóz) el 27 de mayo. Hubo, sin embargo, la entrada en Extremadura de las fuerzas mandadas por Bermúdez y Dueñas, así como hizo lo mismo el brigadier Vázquez, quien estuvo en Helechosa (Badajoz), tuvo un encuentro con fuerzas de la guardia civil salidas de Herrera del Duque (Badajoz) y entró en Siruela (Badajoz).

En junio, otra vez estuvo en Extremadura el brigadier Bermúdez, quien entró en Helechosa y Herrera del Duque, retrocediendo luego a la provincia de Toledo. El 17 de junio, un destacamento de carabineros con un grupo de paisanos, a las órdenes del oficial de ese cuerpo, se pronunciaron por Carlos VII en Zarza la Mayor (Cáceres), pero perseguidos por fuerzas de infantería, guardias civiles y carabineros, se vieron obligados a pasar la frontera después de intentar mantenerse en la sierra de Gata e internándose en Portugal por Navasfrías (Salamanca) en julio.

En ese mismo mes hubo trabajos de agentes carlistas en Badajoz para atraer a la guarnición, sin otro resultado que ser presos por las autoridades amadeístas los principales agentes. En la provincia de Cáceres, se levantó en armas un sacerdote llamado Hernández, en Guijó de Granadilla, con unos 30 hombres, y al mismo tiempo Corcho hacía lo mismo en Deleitosa. Inmediatamente, salieron fuerzas de la guardia civil contra estas partidas y el 25 de junio, Corcho tuvo un combate en Retamosa (Cáceres) y luego el 4 de julio en Robledollano, donde puede decirse que quedó disuelta la partida. Hernández que se había podido mantener libre de toda persecución, al ver la suerte de Corcho, disolvió su partida.

Marconell, al abandonar La Mancha, se internó en Extremadura y en el sitio conocido por Huerta del Rey, tuvo que sostener un combate prosiguiendo después hasta Portugal. En todo el resto de 1872, no hubo acontecimiento importante en Extremadura.

Acciones en Andalucía en 1872

También en Andalucía se trabajó para secundar el alzamiento. En San Fernando (Cádiz), se hicieron trabajos para insurreccionar a los obreros del arsenal de la Carraca, pero advertidas las autoridades, no se pudo llevar a cabo. En las cercanías de Vilches (Jaén), se levantó una partida mandada por el secretario del ayuntamiento Manuel Trillo Telló, que después de pasar Despeñaperros, fue a reunirse con el brigadier Vázquez en Brazatortas (Ciudad Real). También en este mes de mayo, se levantó en las inmediaciones de Córdoba, al frente de 70 hombres, el brigadier Manuel López Caracuel, comandante general de la provincia, que se dirigió a Villaharta y recorrió luego la serranía de Córdoba hasta que el 30 de mayo tuvo un combate con fuerzas amadeístas, de infantería y caballería, más guardia civil cerca de Adamuz (Córdoba), siendo batidos los carlistas y quedando prisionero el brigadier.

El 31 de mayo, apareció en el término de Jerez de la Frontera (Cádiz) una partida no bien definida, mandada por el apodado Cabo Chico, que, perseguida por varias columnas, fue batida en Grazalema el 4 de junio por el coronel Emilio Gurrea. También en este mes de junio apareció una partida en Arquillos (Jaén), que fue dispersada poco después por la columna del comandante Gómez Chaparro. En mayo estuvo de comandante general de Despeñaperros, el coronel Vilageliu quien al cabo de un mes de incesantes esfuerzos, todos infructuosos, marchó a Cataluña para unirse a los carlistas catalanes.

Acciones en Murcia en 1872

También se conspiró en la provincia de Murcia. En Cartagena, el vicealmirante Martínez de Viñalet, que tenía el cargo de comandante general de Murcia, Alicante y Albacete, había proseguido sus trabajos tratando de apoderarse de la plaza de Cartagena, donde mantenía relaciones con oficiales y jefes que estuvieron en la Conspiración de 1870. Llegó a constituir un núcleo importante de oficiales del ejército y de la Armada con que contaba pronunciar por Carlos VII los castillos y cinco buques de guerra. Pero viendo defraudadas sus esperanzas de realizar el pronunciamiento de Cartagena, levantó una pequeña partida en Espinardo (Murcia) el 14 de mayo. Pero tuvo la mala fortuna de que fuera alcanzada en la rambla de la Salada, término de Fortuna (Murcia), quedando prisionero Martínez Viñalet, el JEM comandante José Navarrete y el teniente Joaquín Aranda, y disuelta la partida.

Martínez de Viñalet fue encerrado en el castillo de Gibraljaro, en Málaga, de donde le sacaron los catalanes. Aunque de esta partida fue la única de que han hablado los historiadores, no fue en realidad la única ni la primera en aquella provincia, ya que en el mes de abril, fue vista una pequeña fuerza carlista en el sitio llamado Rincón de la Canal, en el término de Moratall (Murcia), aunque tuvo muy corta vida.

Entrada creada originalmente por Arre caballo! el 2025-12-16. Última modificacion 2025-12-16.
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