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Infancia y educación de Pedro II

Pedro II nació a las 2:30 de la madrugada del día 2 de diciembre de 1825 en el Palacio de San Cristóbal en Río de Janeiro, Brasil. Como era común entre la realeza en ese momento, su madre no lo amamantaba. En cambio, la inmigrante suiza Marie Catherine Equey fue elegida como su nodriza.

Fue el único hijo varón y legítimo de Pedro I que sobrevivió a la infancia y fue reconocido oficialmente como heredero al trono brasileño con el título de príncipe imperial el 6 de agosto de 1826.​

La emperatriz Leopoldina murió el 11 de diciembre de 1826, pocos días después de dar a luz a un niño que nació muerto y cuando Pedro solo tenía un año.​ Creció rodeado de sirvientes en un gran palacio, pero lejos de su padre, que alternaba entre celebraciones y gobierno. Por lo tanto, Pedro no tenía recuerdos de su madre, sino por lo que le contaban sobre ella. La influencia y los recuerdos de su padre se apagaron con el tiempo.

Dos años y medio después de la muerte de Leopoldina, Pedro I volvió a casarse con Amelia de Beauharnais. El príncipe Pedro tampoco pasó mucho tiempo con su madrastra, aunque tuvo con ella un vínculo afectuoso​ y estuvieron en contacto hasta la muerte de ella en 1873.​

El emperador Pedro I abdicó el 7 de abril de 1831, tras un largo conflicto con la facción liberal (que posteriormente se convertiría en los dos partidos dominantes de la monarquía, el Conservador y el Liberal) con poder en el parlamento. Él y Amelia salieron inmediatamente hacia Europa, donde Pedro I iba a restaurar a su hija María II en el trono de Portugal; ya que este había sido usurpado por su hermano, Miguel I. El príncipe imperial Pedro se convirtió entonces en Pedro II, “emperador constitucional y defensor perpetuo del Brasil”.

Antes de dejar el país, el Emperador seleccionó a tres personas para que cuidaran de su hijo y de las hijas que permanecieron en el país. La primera persona escogida fue José Bonifácio, amigo y líder influyente durante la independencia brasileña, que fue nombrado tutor.​ La segunda fue Mariana Carlota de Verna Magalhães Coutinho, posteriormente condesa de Belmonte, que era el aya de Pedro II desde el nacimiento de este.​ Cuando era un bebé, la llamaba “dadama” porque no sabía pronunciar correctamente la palabra “dama”. ​Él la consideraba su segunda madre y seguía llamándola así incluso de adulto. La tercera persona escogida fue Rafael, un negro veterano de la Guerra Cisplatina.​ Rafael era un empleado del palacio en el que Pedro I confiaba ciegamente y le pidió que cuidase a su hijo, lo que hizo hasta el fin de sus días.

Infancia de Pedro II de Brasil. Izquierda en 1832, autor Francisco Souza Lobo; centro en 1835, autor Luis Gomez Touronha; derecha en 1838 con 12 años, autor Felix Tournay.

José Bonifacio fue destituido en diciembre de 1833 y sustituido por Manuel Ignacio de Andrade, barón de Itanhaém. Fue uno de los principales instructores del joven, e incluso nombró al marqués de Sapucaí como uno de sus instructores en la creación de un vasto léxico para el monarca. También contó con la ayuda de personajes notables durante su creación, como Mariana Carlota de Verna, criada principal y maestra, que enseñó junto al padre Antonio de Arrábida, ex tutor de Pedro I, y fray Pedro Mariana, quien enseñó lenguas, matemáticas y religión.

Pedro II se pasaba los días estudiando y solo tenía dos horas libres al día. Se levantaba a las 06:30 de la mañana, empezaba a estudiar a las 07:00 y terminaba a las diez de la noche, cuando se iba a la cama.​ Su educación estuvo muy bien cuidada para incentivar valores y una personalidad diferente de la impulsividad e irresponsabilidad que caracterizaron a su padre.​ Su pasión por la lectura le permitió asimilar cualquier tipo de información.​ No obstante, Pedro II no era un genio,​ aunque sí era inteligente​ y tenía una gran capacidad para acumular conocimiento con facilidad.

Todo estaba regulado y controlado, ya que los médicos se ocupaban de la temperatura del baño y las criadas se ocupaban de la ropa que debía ir acorde con la temporada.

El joven Emperador solamente podía visitar a sus hermanas después del almuerzo, cuando sus habitaciones ya estaban ordenadas. Los diputados supervisaban su educación emitiendo informes periódicos que sus amos enviaban a la Cámara. El informe de 1837 anunció que hablaba y escribía francés y leía y traducía inglés.

Pedro II de Brasil con sus hermanas Francisca y Janeira reunidos al conocer la muerte de su padre en 1835. Autor Félix Émile Taunay.

Hizo de los idiomas una de sus pasiones y, al llegar a la edad adulta, pudo comunicarse en 6 idiomas: francés, inglés, alemán, italiano, español, provenzal, además de portugués, y también estudió griego, latín, hebreo, ruso, árabe, sánscrito y tupí-guaraní.

Su salud era precaria y, al igual que su padre, padecía epilepsia.

Periodo de Regencia (1831-40)

El Periodo de Regencia se conoce, dentro de la historia brasileña, al periodo entre la Abdicación de Pedro I el 7 de abril de 1831 y la Declaración de Mayoría, cuando su hijo Don Pedro II alcanzó la mayoría de edad el 23 de julio de 1830. Abarca cuatro periodos diferentes: Regencia Trina Provisional (1831), Regencia Trina Permanente (1831-35), Diogo Antonio Feijó (1835-37) y Pedro de Araújo Lima (1837-40).

Regencia Trina provisional (7 de abril al 3 de mayo de 1831)

Pocas horas después de la abdicación se reunieron los senadores y diputados que estaban en la Corte. En el Palacio del Senado, recibieron oficialmente la renuncia del Emperador de manos del general Francisco de Lima e Silva. Eligieron la Regencia Provisional formada por tres senadores: Francisco de Lima e Silva, que era un militar de evidente prestigio, Nicolau Pereira de Campos Vergueiro, que era liberal, y José Joaquim Carneiro de Campos, que era conservador.

Nada más tomar posesión, uno de los primeros actos de la Regencia fue restituir en sus cargos a los ministros destituidos por Pedro I. Convocó la Asamblea Legislativa, amnistió a los delincuentes políticos y apartó de las tropas a los extranjeros sospechosos y revoltosos.

Se publicó un manifiesto en el que se exhortaba al pueblo a mantener el orden, además de establecer las directrices políticas y administrativas del nuevo gobierno.

A pesar de sus esfuerzos por restablecer el orden, no pudo evitar que estallaran conflictos entre soldados brasileños y portugueses partidarios del Partido de la Restauración, tanto en Río de Janeiro como en las provincias.

Dos días después de la abdicación, el 9 de abril, el joven sucesor al trono fue aclamado emperador. El Consejo de Regentes lo condujo al Palacio de la Ciudad, donde fue presentado al pueblo. Tan joven, el muchacho tuvo que agitar su pañuelo sobre una silla, en una escena representada por Jean-Baptiste Debret. El mismo día, la Junta promulgó un decreto por el que se concedía la amnistía a los ciudadanos condenados o incluso sentenciados por delitos políticos y a los militares procesados por delitos de deserción.

Aclamación de Pedro II de Brasil el 9 de abril de 1831. Autor Jean-Baptiste Debret.

Pedro I permaneció en aguas brasileñas hasta su regreso a Europa; embarcado inicialmente en la fragata inglesa Volage, fue en la corbeta francesa La Seine en la que zarpó el antiguo emperador. El 13 de abril, la Regencia anunció la salida del antiguo monarca del territorio nacional y el pueblo, celebrando, se echó a la calle para conmemorar la “caída del tirano”.​

La Regencia Provisional tuvo que actuar de inmediato para contener las revueltas que estallaron en las provincias. En Bahía, con el pretexto de viejas desavenencias, los brasileños atacaron a los portugueses y tuvo que ser pacificada. También se tuvo que actuar en Pernambuco y Minas Gerais.​

El carácter provisional de esta regencia duró hasta la elección de una nueva regencia tripartita, calificada como “permanente”, el 3 de mayo de ese año.

Regencia Trina Permanente (1831-35)

El 17 de junio de 1831, en el Palacio del Senado, la Asamblea General Legislativa, presidida por José Caetano da Silva Coutinho, senador y obispo de São Paulo, celebró la elección de la Regencia Trina Permanente integrada por los diputados José da Costa Carvalho de Bahía y Juan Bráulio Moniz de Maranhão, y el senador Francisco de Lima e Silva de Río de Janeiro. Como los moderados constituían la mayoría de los parlamentarios, los elegidos fueron adherentes a esta corriente, dejando así fuera a los exaltados (en amplia minoría, especialmente en la Cámara de Diputados).

La composición de este triunvirato buscaba mantener el equilibrio de fuerzas que existió en el grupo provisional: representando al norte y nordeste estaba el maranhense Juan Bráulio Moniz, que sustituía en el cargo a Carneiro de Campos;​ el sur y el sudeste por Costa Carvalho que, a pesar de haber nacido en Bahía, vivía en São Paulo, donde publicaba el periódico O Farol Paulistano. Lima e Silva fue así el único miembro de la Regencia Provisional que permaneció como regente.

En el plano administrativo, la regencia promovió las reformas de las Facultades de Medicina de Río y de Salvador, convirtiéndolas en colegios. Se reorganizó el Poder Judicial y se establecieron los tribunales de jurados.

Una de las primeras medidas propuestas por la mayoría liberal fue la reforma de la legislación que regulaba a la propia regencia y pretendía ampliar la primacía del poder legislativo sobre el ejecutivo. Con la reforma, el poder moderador pasaría a ser ejercido por la propia Regencia a través del ministro investido de ese poder.

Una de las innovaciones instituidas por la Regencia Trina fue la creación de la Guardia Nacional en 1831. Esta fuerza relegó al ejército a un segundo plano y se convirtió en la principal fuerza pública con la que el poder central buscaba contener las revueltas que estallaban. Su estructura estaba constituida por provincias, y estaba subordinada al gobierno provincial: primero estaban vinculados a la jurisdicción del juez de paz, encargado de la circunscripción; después a los jueces criminales, a los presidentes de las provincias y, por último, al ministro de justicia.​

Todos los ciudadanos entre 21 y 60 años con derecho a voto estaban obligados a alistarse; el gobierno se encargaba de proporcionarles armas, pero el uniforme corría a cargo del alistado.

La Regencia encontró al país en serias dificultades debido a una grave crisis financiera y a los disturbios que amenazaban la unidad nacional. El padre Diogo Antonio Feijó, que también era diputado, fue nombrado ministro de justicia para hacer frente a esta situación.

A los partidos Moderado (ximangos) y Exaltado (jurujubas o farroupilhas) se unió más tarde el Restaurador (llamado caramuru), que predicaba el retorno del emperador Pedro I, y estaba liderado por José Bonifacio, que había recuperado su antiguo prestigio político al ser nombrado tutor del joven monarca.

El 3 de abril de 1832, estalló una revuelta en la capital, en medio de muchas intrigas políticas. Responsabilizando al tutor del pequeño infante real. José Bonifacio fue entonces detenido y enviado a la Isla de Paquetá, donde se exilió en su casa de la playa. Cuando fue juzgado, fue absuelto de los cargos, no se recuperó de este último golpe y murió pocos años después en Niterói.

Otra de las decisiones fue el conocido como Acto Adiciona, consecuencia directa de la mayoría liberal en la Cámara de Diputados que predicaba una mayor autonomía para las provincias y que formaba parte del programa de ese partido. Así, la Regencia propuso reformar la Constitución de 1824. Se crearon las Asambleas Legislativas en las provincias. Este órgano sustituyó a los antiguos Consejos Generales. También se estableció la votación para elegir al regente, que pasaría a ser uno, con mandato de 4 años.

Regencia única de Feijó (1835-37)

En 1835, tuvo lugar la primera elección para elegir al regente único. Compitieron el exaltado pernambucano Antonio Francisco de Paula de Holanda Cavalcanti de Albuquerque y el padre Diogo Antonio Feijó, de São Paulo, del Partido Moderado. Este último salió victorioso.​ Esta Regencia duró del 12 de octubre de 1835 al 19 de septiembre de 1837.

Con habilidad, sin embargo, su política cedió en algunos puntos, como aceptar propuestas de descentralización. Trató de satisfacer los clamores del pueblo y de las provincias sin fortalecer a los aristócratas ni al parlamento y, finalmente, actuó con rigor en el rechazo a los comerciantes y latifundistas. Aunque dependía del Congreso, no le era obediente.

Su regencia estuvo marcada por el inicio de dos de los conflictos internos más graves de Brasil: el Cabanagem, en Pará, y el Farroupilha, en Río Grande del Sur, además de otras revueltas locales.

Mal de salud, desanimado y sin la misma energía que le caracterizaba cuando estaba al frente del Ministerio de Justicia, el sacerdote acabó haciéndose impopular debido a su intransigencia y, al perder el apoyo de su gran aliado Evaristo da Veiga, fallecido prematuramente. Feijó no pudo formar el ministerio que deseaba y acabó dimitiendo.

Regencia de Araújo Lima (1837-40)

El día anterior a su dimisión, Feijó había nombrado ministro del Imperio al reflexivo y tolerante conservador Pedro de Araújo Lima. Este formó, como Regente interino, el llamado Ministerio de Capacidades, que logró un relativo orden y un cierto desarrollo económico, lo que le permitió presentarse como regente en las elecciones que se celebraron en abril de 1838.

Tras su interinato, Araújo Lima se presentó a las elecciones que tuvieron lugar en abril de 1838. Compitió contra él, una vez más, Antonio Francisco de Paula de Holanda Cavalcanti de Albuquerque, también de Pernambuco, a quien derrotó fácilmente.

Durante su regencia se fundó el Instituto Histórico y Geográfico Brasileño (1838) y se reformó la Escuela Militar (1839). Araújo Lima representó el fin de las políticas liberales, con la supresión del Código de Proceso Criminal y del Acto Adicional, que aumentaron la centralización del poder, reduciendo la autonomía provincial y municipal mediante el control de la policía y del poder judicial.

Aunque no tuvo que enfrentarse a los disturbios que habían marcado a los gobiernos anteriores, Araújo Lima tuvo que hacer frente a la Farroupilha, que continuó en el Sur, y a la Cabanagem en Gran Pará, así como al estallido de otras revueltas provinciales: en Bahía la Sabinada y la Balaiada en Maranhão. Su gobierno promovió una intensa represión de los rebeldes, con gran violencia en Bahía y Maranhão.

Entrada creada originalmente por Arre caballo! el 2025-11-15. Última modificacion 2025-11-15.
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