Guerras de Independencia Hispano-Americanas Independencia de Nueva Granada Batalla de Carabobo (24 de junio de 1821)

Antecedentes

Desde mediados del año 1820, Bolívar, con la cooperación del general Antonio José de Sucre y de otros oficiales de su Estado Mayor, había empezado a planificar esta campaña, la cual quedó en suspenso cuando se firmaron en noviembre de 1820 los Tratados de Armisticio y de Regularización de la Guerra. A partir de febrero de 1821, se empezaron a deteriorar aquellos tratados, a raíz de la ocupación de Maracaibo por las tropas de Urdaneta, al mando del Tcol José Rafael Heras, que entró en dicha plaza, de acuerdo con su gobernador, el venezolano Francisco Delgado, siendo incorporado a la República; y el plan de campaña fue reactivado en el Estado Mayor General republicano. Al no producirse un acuerdo entre el jefe español Miguel de la Torre y Bolívar sobre el destino de Maracaibo (que el primero pretendía que fuese devuelto a las autoridades realistas), el Armisticio fue denunciado antes de expirar y las operaciones militares debían reiniciarse el 28 de abril de 1821.

La Torre disponía de unos 11.000 efectivos distribuidos a lo largo de toda la costa caribeña venezolana y neogranadina en distintas guarniciones, pero con sus comunicaciones interrumpidas desde la revolución en Maracaibo que llevó a que dicha ciudad pasara a poder republicano.​ Más de dos años antes (1818) sus fuerzas eran de 18.000 combatientes, pero a causa de las continuas batallas ante los independentistas y las deserciones, habían descendido a la mitad. Según los papeles de la Secretaría de Estado Mayor, el 5 de febrero de 1821 la lista de revista era de 10.835 efectivos:

  • Infantería: 7.895 (25 jefes u oficiales superiores, 109 oficiales, 3.004 europeos, 633 blancos del país, 955 indios y 3.169 pardos o criollos).
  • Caballería: 2.871 (407 europeos, 210 blancos del país, 45 indios, 2.209 pardos o criollos).
  • Artillería: 69 (50 europeos y 19 pardos o criollos).

En resumen, de los 10.835 eran 134 mandos, la mayoría europeos, 3.461 europeos, 843 blancos del país, 955 indios y 5.397 pardos o criollos, que las planillas designan “castas”.

Bolívar y sus ejércitos totalizaban 20.000 efectivos con los nuevos reclutamientos y los realistas que cambiaban de bando. Tenía 5.000 bajo su mando, 3.000 al mando de Montilla sitiando Cartagena, 4.000 a las órdenes de Páez, 2.000 a las órdenes de Urdaneta y 2.000 de Bermúdez en Occidente frente a Caracas; el resto estaba en diversas guarniciones.

El hecho de que San Martín avanzara victorioso por el sur daba alas a la imaginación de Bolívar, que dudaba entre atacar Caracas cuando concluyera el Armisticio o marchar hacia el sur. Uno de los principales acontecimientos fue la rebelión de Guayaquil el 9 de octubre de 1820, que se había levantado ante las autoridades realistas al enterarse de que San Martín se aproximaba, declarando la Provincia Libre de Guayaquil como estado independiente.

Bolívar comprendió que el control del puerto de Guayaquil era vital para Colombia y de ahí la necesidad de impedir que San Martín la conquistase. Una rápida anexión del mismo facilitaría la victoria sobre su rival argentino. Bolívar envió al general José Mires como adelantado a Guayaquil con el escuadrón Guías en febrero de 1821. Posteriormente, a su mejor general, Antonio José de Sucre, que llegaría el 6 de mayo de 1821 con unos 650 soldados colombianos transportados desde Panamá, a los que sumó unos 1.400 guayaquileños. Las instrucciones de Sucre eran: tomar el mando de las tropas que se encontraban en Guayaquil, asegurar la incorporación de la provincia a la Gran Colombia y preparar en conjunción con Bolívar las operaciones que habrían de liberar a Quito.

La posición de Bolívar era más fuerte que nunca: los levantamientos de Guayaquil y Maracaibo habían fortalecido su posición y le permitían exigir unas condiciones insospechadas. En realidad, sus antiguas promesas de mantener la paz habían desaparecido ante sus conveniencias.

Por otra parte, el ejército de Bolívar había descansado varios meses y se encontraba en mejores condiciones para la siguiente campaña.

Preparación de Bolívar

El plan estratégico de Bolívar consistía en concentrar en Araure, o en San Carlos, a los ejércitos de occidente y del llano y avanzar con esta fuerza unida bajo sus órdenes contra la Torre; al mismo tiempo, atacar a la vez los flancos de las posiciones realistas, es decir, lanzar fuertes operaciones sobre Caracas al mando del general José Francisco Bermúdez y sobre el flanco izquierdo de la región barquisimetana. De este modo, las fuerzas realistas tendrían que dividirse, y el avance del centro sobre San Carlos y Valencia tendría así grandes posibilidades de éxito.

Mientras se cumplía el plazo estipulado para la terminación del armisticio, el general Manuel Cedeño, al frente de sus jinetes, recorría los llanos de Casanare, Apure y Barinas para recoger ganado destinado a la subsistencia del ejército. En los últimos días de abril, las divisiones republicanas se pusieron en movimiento hacia sus objetivos. Los cuerpos de la Guardia, bajo las órdenes directas de Bolívar, avanzan desde Barinas y Trujillo; un destacamento de la vanguardia, al mando del coronel Juan Gómez, se dirigió hacia Guanare y batió el 28 de abril a las fuerzas de observación realistas acantonadas en las inmediaciones de Boconó de Barinas.

Ataque de diversión de Bermúdez

A finales de año, el general José Francisco Bermúdez se preparaba para poner bajo asedio a Cumaná, último bastión monárquico en el este venezolano, cuando se pactó el Armisticio de seis meses que debía respetarse hasta abril del año siguiente. Momento en que recibió órdenes del presidente Simón Bolívar de marchar sobre Caracas y dejar a cargo de su cuartel general en Cariaco al general de brigada Agustín Armario.​ El objetivo principal de esta expedición era distraer al mariscal de campo y capitán general de Venezuela, Miguel de la Torre, para que no concentrara todos sus esfuerzos en el oeste para detener a Bolívar antes de que todas las divisiones republicanas estuvieran reunidas.

El 28 de abril, salió con 1.200 soldados y 3 piezas de artillería de Boca de Uchire hacia Caracas, no sin antes encomendar al coronel Agustín Armario con 500 efectivos para intranquilizar y contener a los realistas concentrados en Cumaná.

Mientras tanto, en la isla Margarita el general Juan Bautista Arismendi apresta un contingente para cooperar con Bermúdez mediante un desembarco en la costa por la zona de Curiepe.

El 1 de mayo, llegó a las inmediaciones del río Unare y se enteró de que en las inmediaciones estaba el BIL realista Hostalrich, mandado por el Tcol José Istúriz. El 7 de mayo atravesó Machurucuto,

El 8 de mayo divisó a los realistas al norte de la Laguna de Tacarigua, por lo que dio la orden de formar dos columnas y encomendó una de ellas al Tcol Juan Estanislao Castañeda, que con más de un centenar de republicanos tomó rumbo al sur de la gigantesca laguna salobre para sorprender al Tcol Istúriz y sus 500 efectivos del RIL Hostalrich por la retaguardia. Istúriz descubrió las intenciones de Bermúdez y marchó al encuentro de Castañeda, que entonces pasó de cazador a presa. Al llegar Bermúdez en la noche del día 8 a las trincheras realistas en la boca de la laguna, no encontrar resistencia, sospechó lo que había ocurrido y se dirigió al encuentro de los realistas. Mientras tanto, el sorprendido Castañeda era perseguido por el BIL Hostalrich, y cuando cruzaban el Caño Amarillo, Bermúdez ya había regresado y ocupado la orilla opuesta, abriendo fuego cuando trataban de cruzar el arroyo, destrozando en pocos minutos gran parte del batallón realista. Entonces era Istúriz el perseguido; tomando los restos de sus fuerzas, se dirigió hacia las regiones de El Guapo, llegando a salvo el día siguiente a Caucagua, mientras Bermúdez invadía El Guapo y se posesionaba de los pertrechos realistas.

El 11 de mayo, Bermúdez llegó a Caucagua y en la hacienda de Chuspita se encontraron Isturiz con sus restos con el comandante Bernardo Ferrón, que venía a reforzarlo con una columna. Se produjo el combate al que se sumó una partida de 16 hombres mandados por el guatireño José Félix Parra, que informó a Bermúdez de un inminente encuentro en la zona de El Rodeo, en Guatire. Los realistas fueron derrotados nuevamente.

Mientras el coronel Armario avanzaba a Güirintar y el coronel Domingo Montes a Cumanacoa, el general en jefe​ Juan Bautista Arismendi fingía un desembarco en Curiepe, el general de brigada Pedro Zaraza avanzaba sobre Calabozo y Monagas sobre Orituco.​

Al día siguiente, salieron a detenerlo 1.200 tropas de Caracas al mando del coronel José María Hernández Monagas, dándose un combate en El Trapiche de Ibarra, cerca de Guatire. Las fuerzas de Bermúdez se ubicaron en unas colinas de El Rodeo, donde logran colocar dos cañones que les permitirían flanquear a los soldados realistas. Bermúdez conocía muy bien el terreno, pero los realistas estaban mejor situados. Monagas, al tener la ventaja territorial, toma la iniciativa de ataque y ordena a sus 900 efectivos, todos bien equipados, entrenados y incluido el BI Blanco de Valencia, ir frontalmente contra los republicanos; el combate de El Rodeo había iniciado.

Bermúdez esperó a que los realistas llegaran al alcance de los cañones y mandó abrir fuego, para luego enviar a los fusileros en guerrilla. Los realistas intentaron atacar y retirarse, pero fueron infructuosas sus maniobras. Después de tres horas de combate, Bermúdez ordenó a los lanceros a caballo cargar y a los realistas no les quedaba otra que concentrarse en los planos del pie del monte, ubicados al suroeste de las colinas donde fueron presa fácil de la artillería. Entonces el coronel realista Monagas emprendió su retirada al centro, específicamente a Sabana Grande. Cuando llegó a ese lugar, solo contaba con 200 efectivos; el resto resultaron muertos, heridos, prisioneros o huyeron hacia Santa Lucía o a La Guaira. Los republicanos tuvieron 90 bajas.

Campaña de Carabobo 1821. Campaña de diversión de Bermúdez.

Después de la victoria de El Rodeo, los republicanos ocuparon Caracas en la noche del 14 de mayo y, después de dejar una guarnición, marcharon al puerto de La Guaira​ el 16 de mayo, donde se encontraron con los realistas locales agolpados tratando de abordar uno de los 72 barcos anclados para huir al exilio. Luego volvió a la capital y tomó rumbo a los Valles de Aragua, donde el 20 de mayo dio alcance a las tropas realistas que se retiraban a las órdenes del brigadier Ramón Correa, empujándolas a El Consejo, localidad donde los últimos 500 soldados realistas fueron dispersados.​ En el combate de tan solo una hora, los realistas perdieron 11 hombres, 100 fusiles, 12 cajas de guerra y varios efectos militares, capturando al brigadier Tomás de Cires, anterior gobernador de Caracas, junto a otros cuatro oficiales y un sinnúmero de soldados.

Estos eventos forzaron a La Torre a desprenderse el 22 de junio de la tercera división al completo: 5 Cías del BI Navarra (412) y BI barinas (386) en total 798, el EC-5 del Rey (100) y el EC de Baquianos (100), en total unos 1.000 efectivos para reforzar al brigadier Ramón Correa,​ y que el brigadier Francisco Tomás Morales saliera con su caballería de Calabozo hacia El Pao mientras su infantería iba a los Valles de Aragua, donde se le sumó el BI-II de Valencey. Bermúdez se vio obligado a retirarse de La Victoria y El Consejo a Márquez, entre Las Lajas y Las Cocuizas, donde resistió el ataque de Morales el 24 de mayo hasta que la falta de municiones le llevó a retroceder a Caracas y Guatire, abandonando los cañones que le habían permitido sus victorias.

Le perseguía el coronel José Pereira, pues Morales y el BI Burgos volvieron a Petare y luego a Valencia para enfrentar a Bolívar.​ El 26 de mayo los realistas recuperaron Caracas, mientras que Bermúdez se reagrupaba en Guatire,​ pero a finales de mes, Arismendi llegaba con 400 refuerzos, a la vez que el coronel Francisco de Paula Avendaño ocupaba Curiepe con otros 340 y el coronel Felipe Macero entraba en Caucagua con 500 reclutas de los valles del Tuy.

El día 28 de junio, llegó Bermúdez nuevamente a Guatire, donde estableció el cuartel general en EL Rodeo y fortificó sus posiciones en las colinas de ese sector, ya sin piezas de artillería, pero con la noticia de que venía a reforzar sus filas el general Arismendi. El mismo día en la tarde llegó Pereira a El Rodeo, pero al ver la posición de Bermúdez en las colinas se retiró al valle de Guatire y luego a Guarenas, donde se estableció.

Tal despliegue de los republicanos contrarió a Pereira de tal forma que no atacó, limitándose a escribir a La Torre, pidiendo desesperadamente refuerzos del BI del Rey, en cartas fechadas el 1 y 3 de junio, respectivamente.

Sin embargo, no contaban los republicanos con la presencia del capitán realista Ramón Aboy, que casualmente se encontraba recogiendo ganado en Santa Lucía. El 8 de junio, al divisar la tropa de Macero, le atacó por sorpresa en el sector La Castillera, en la hacienda de Las Adjuntas, con 400 hombres, haciéndolo retirarse desordenadamente y dejándole a Aboy más de 100 reses.

Bermúdez, al enterarse de tan lamentable acontecimiento, salió veloz de El Rodeo con dos columnas, una a cargo del coronel Pacheco, que se dirigió al encuentro de Aboy por la vía de Aragüita, y la otra de Bermúdez, que se encaminó por la quebrada Kempis, bordeando el sector Cupo. Ambos convergieron en la quebrada Siquire. Ya para el día 14 de junio divisaron al enemigo en cerro El Frío, en Santa Lucía, disponiéndose a bajar hasta las orillas del río Guaire, cruzarlo y tomar posiciones en el sector Alto de Macuto.

Mientras, las dos columnas al mando de Bermúdez y Pacheco le seguían el rastro a los realistas, comprobando la ventaja en cuanto a la posición de estos últimos.

El ataque inició a las 09:00 horas y duró 7 horas con resultado favorable a los republicanos. Bermúdez, presentó combate aun habiendo comprobado la ventajosa ubicación de los realistas, se lanzó en tropel junto a la columna del coronel Pacheco. A este último le ordenó rodear al enemigo por el norte de sus posiciones, a fin de que los realistas abandonaran su ventajosa ubicación, mientras que Bermúdez, sigiloso, atacaría la retaguardia del enemigo, por el suroeste, rodeando el cerro desde el río Guaire. Lograron así envolver al enemigo, el cual ofreció duro combate, hasta que finalmente fue debilitado, optando por huir hacia el noroeste y tomar luego camino hacia Soapire. En ese combate perdió la vida el Tcol Lucas González, quien había sido enviado desde Ocumare del Tuy con 200 hombres para reforzar a Aboy.

Batalla del Alto de Macuto (14 de junio de 1819).

Nadie esperaba más lucha, pero en ese momento se presentó el coronel Pereira, que venía desde Guarenas en auxilio de Aboy y González.

Una gran incertidumbre llenó el espacio; sin embargo, el coronel Pereira decidió retirarse sin ofrecer combate y sorpresivamente no volvió a Guarenas, sino que siguió hasta Caracas, por vía de Soapire, en donde se encontró con el desmembrado y derrotado ejército de Aboy, que huía del de Bermúdez. Pereira propuso a Bermúdez una paralización de las armas, el cese al combate en dos ocasiones, hasta no saber los resultados del supuesto encuentro de Bolívar y La Torre, pero Bermúdez, obsesionado por su cadena de triunfos, se negó rotundamente y le pidió la desocupación de la capital y en la misma atacó sin preámbulos a la codiciada Caracas, el día 23 de junio, con 1.500 hombres.

Pereira se había atrincherado en el alto de El Calvario, donde su dominio visual era total. En el desarrollo del combate, Bermúdez fue derrotado ante la estrategia de Pereira, que envió pequeños grupos de guerrillas en los flancos. Cuando los republicanos le salían al paso con todas sus fuerzas, los fusiles realistas hacían blanco fácil. Una pérdida total, una derrota sin precedentes para Bermúdez. En la retirada inminente, rauda y desordenada, el resto del batallón de Oriente se desplazó nuevamente a El Rodeo, donde levantó cuartel y desenganchó presto para dirigirse a Los Llanos en busca de José Tadeo Monagas, mientras Soublette lo hacía a Barcelona. Sin embargo, al llegar a Machurucuto recibió la gran noticia: Bolívar había vencido en la batalla de Carabobo.

Pereira debió retirarse a la capital, cuyo cabildo propuso un alto al fuego que Bermúdez no aceptó y el 23 de junio entró de nuevo en la ciudad. Sin embargo, ese mismo día atacó las posiciones de Pereira en el cerro El Calvario, siendo vencido y obligado a retirarse a Guarenas,​ Bermúdez dejó en las calles de la ciudad 66 muertos, 10 heridos graves y 220 prisioneros; además de la pérdida de 600 fusiles, un cañón, 1.800 cartuchos, 11 cajas de guerra, equipajes, ganados y cuanto tenía. Pero justo entonces llegaron las noticias de la victoria total de Bolívar en la batalla de Carabobo.

Bermúdez volvió a Caracas, pero no se había percatado de que Pereira lo seguía. Oportunamente, en forma simultánea y sobre la marcha, Pereira también se enteró de la pérdida en Carabobo, volviéndose nervioso a Caracas y dejando de perseguir a Bermúdez. Desde allí mandó una patrulla de reconocimiento a los Valles de Aragua, pero fue apresada por Bolívar, quien acudía a la toma de la capital, a la cual entró el día 29 de junio.

Para entonces, Pereira trataba de escapar por La Guaira sin suerte, al no encontrar embarcaciones. Bolívar, al efecto, le envió el 1 de julio un oficio de “Capitulación Honorífica”. Para el día 2 de julio, el coronel Diego Ibarra entregó a Bolívar el acuerdo final, y el 4 de julio se hizo oficial la capitulación. En ese momento, 530 hombres de Pereira se pasaron a las líneas republicanas y este, con tan solo 200 hombres, se embarcó a Puerto Cabello.

Bermúdez había conseguido su misión de distraer parte de las fuerzas realistas, haciendo que unos 1.000 efectivos realistas no acudieran a Carabobo para participar en la batalla.

Marcha de Urdaneta a Carabobo

El general Rafael Urdaneta había sido nombrado jefe de las operaciones de Occidente, y el coronel Cruz Carrillo, gobernador, comandante general e intendente de la provincia de Trujillo, jefe de la División de Vanguardia.

El 30 de abril, desde Maracaibo, las fuerzas que manda el general Rafael Urdaneta (2.000 efectivos y artillería) marcharon a los Puertos de Altagracia para libertar a Coro, para luego, por Barquisimeto, incorporarse al grueso del ejército. Al carecer de medios de transporte suficientes para la pesada carga que debían trasladar, la marcha fue particularmente lenta por tener que llevar en hombros gran parte del armamento, alimento y demás implementos militares.

Todo el camino de los Puertos de Altagracia hasta Coro estaba infestado de fuerzas regulares y guerrilleras realistas. Pasando por Urumaco, hubo que destinar al coronel Briceño a combatir una guerrilla realista en Pedregal.

Continuaron por Seque y Zazárida a Mitare, donde llegaron el 9 de mayo, y donde se unió la columna del coronel Justo Briceño; ocuparon el pueblo de Mitare y continuaron la marcha hacia Coro.

El día 11 de mayo la división de Urdaneta entró en la ciudad de Coro, que había sido evacuada por los realistas que se habían retirado a Puerto Cabello por la costa. Los jefes realistas Sánchez Lima y Esteban Díaz huyeron con su guarnición, no sin antes hacer explotar el polvorín con 90 quintales de explosivos que causaron graves daños a la población civil, con saldo de numerosos muertos y heridos.

Campaña de Carabobo 1821. Itinerario de la división de Urdaneta.

La ciudadanía no se sumó mayoritariamente a los republicanos, y muchos connotados realistas prefirieron apartarse a sus hatos y playas durante la ocupación republicana, retornando tras la salida de la división de Urdaneta el 28 de mayo rumbo a Carora. En Coro quedó una guarnición al mando del coronel Juan de Escalona con un nuevo batallón que se había creado en Cumarebo, las milicias de la Sierra al mando de Bonalde y una autorización para levantar cuantas tropas pudiera.

El propósito principal de la acción de Urdaneta se había logrado: liberar Coro y obligar a los realistas a retirarse hacia el centro del país; así, al llegar a Carora con su división el 5 de junio, todo el occidente quedaba en poder del Gobierno de la República.

En Pedregal se les unió el BIL de rifles, que llegaron por tierra después de combatir con los indígenas aliados de los realistas en Riohacha.

El 13 de junio, la división de Urdaneta liberó Barquisimeto. Allí, aquejado en su salud, tuvo que disponer que el coronel Rangel continuase la marcha para encontrarse con Bolívar en San Carlos.

Marcha de Páez y Bolívar a Carabobo

El 10 de mayo, Páez salió de Achaguas con 1.000 infantes, 1.500 jinetes, 2.000 caballos de reserva y 4.000 reses, y cruzó el río Apure por el paso Enriquero.

El 28 de abril, un destacamento de caballería al mando del coronel Juan Gómez pasó el río Santo Domingo y se dirigió hacia Guanare, atacó y derrotó a las avanzadas realistas en Boconó de Barinas, haciéndoles algunos prisioneros. Inmediatamente, la división del coronel Plaza, a las órdenes directas de Bolívar, invadió el territorio ocupado por los realistas. El coronel José María Herrera, jefe de la Quinta División realista que ocupaba Guanare, se retiró hasta situar su cuartel general en San Carlos. Bolívar entró en Guanare, y allí estacionó sus tropas para darles descanso y, rápidamente, avanzó hasta San Carlos, abandonada por Herrera; la ocupó el 3 de junio y el mismo día sus avanzadas entraban en El Tinaco.

En el pueblo de Tucupido Páez supo que Bolívar se había movido a San Carlos. Sabiendo que Bolívar llevaba muy poca caballería, Páez dejó la infantería al mando del coronel Miguel Antonio Vázquez y con la caballería se adelantó hasta San Carlos, donde alcanzó al general en jefe.

Bolívar fijó su cuartel general en San Carlos y lo designó como lugar de concentración definitivo para dar tiempo a la incorporación de las divisiones de Páez y de las de Occidente. El 7 de junio llegó Páez con su caballería y el 11 de junio su infantería. El 6 de junio llegó a San Carlos el coronel José Rafael Heras, con la división del general Urdaneta, pero sin su jefe, que había quedado enfermo en el camino y por esto no estaría presente en la batalla.

Ocupado Tinaquillo poco después del Tinaco, Bolívar dominaba prácticamente todos los llanos; pero diariamente una descubierta realista se presentaba en la región para tener en observación todos los movimientos de los republicanos y obtener el mayor número de informes posibles.

El 19 de junio, Bolívar ordenó al Tcol José Laurencio Silva castigar a esta impertinente avanzada enemiga. Este cumplió su encargo con tanta presteza y habilidad, que el comandante y cuatro hombres de la descubierta fueron muertos y los demás hechos prisioneros. Escarmentado La Torre por este inesperado contratiempo, no volvió a mandar más avanzadas de inspección.

Campaña de Carabobo 1821. Itinerario de Bolívar y Páez.

Bolívar, debidamente informado por su servicio de espías de las posiciones enemigas, y deseando entrar en acción antes de que La Torre pudiera recibir los batallones que luchaban contra los republicanos en las regiones de Caracas y del Occidente, situó todas sus fuerzas en la sabana de Taguanes, donde el 23 de junio pasó una última revista a sus batallones y escuadrones, previamente organizados en tres divisiones con un total de 6.400 efectivos:

  • Primera División: GD José Antonio Páez, siendo su JEM el coronel Miguel Antonio Vásquez, con 1.000 infantes y 1.500 jinetes:
    • Infantería con 1.000 efectivos en 2 batallones: BI Bravos de Apure (400) del Tcol Juan José Conde, y Legión Británica (600) del coronel Thomas Ildeston Ferriar (mal llamado Farriar).
    • Caballería con 1.500 efectivos en 7 regimientos: RC de Honor del Tcol José Cornelio Muñoz, RC Muerte de Guasdualito del coronel Juan Pablo Burgos, RC Venganza de Mantecal del coronel Juan Briceño, RC de cazadores valientes de Apure del Tcol José María Angulo, RH de Páez del coronel Guillermo Iribarren y RC Guías de Apure del Tcol Facundo Mirabal.
  • Segunda División; GD Manuel Cedeño, siendo su JEM el coronel Judas Tadeo Piñango, con
    • Infantería con 3 batallones: BIL de tiradores del Tcol Rafael de Las Heras, BI de Boyacá del Tcol Ludwig Flegel, y BI de Vargas del Tcol Antonio Gravete.
    • Caballería: EC Sagrado del coronel Francisco Aramendi.
  • Tercera División: el coronel Ambrosio Plaza, siendo su JEM el Tcol Jorge Woodberry con:
    • Infantería con 5 batallones: BIL de rifles del Tcol Arthur Sandes y BG la Guardia del Tcol Juan Pantaleón, BI Vencedor de Boyacá del coronel Johannes Uslar BG de Colombia del coronel Francisco de Paula Velez Carbonell, BI Anzoátegui del Tcol José María Arguindegui.
    • Caballería: RC Guardia de Honor del coronel José Rondón, ED del Tcol Mellao y EH del coronel Figueredo.

Preparación de los realistas

La Torre había desplegado inicialmente fuerzas realistas para la campaña:

  • Primera División y el RI de Barbastro (de la Segunda División) en San Carlos.
  • División de Vanguardia y el BI del Rey (de la segunda División en Calabozo).
  • Tercera División en Barquisimeto y Araure.
  • Quinta División en Guanare.
  • BI del Rey entre Coro y San Felipe.
  • BI de Blancos de Valencia y el BI de la Reina en Caracas.
  • BIL Hostalrich (-) en Barlovento.

La Torre distribuyó sus fuerzas de manera tal que cubrieran por el oeste el camino de San Carlos, y por sur el de El Pao. Sus efectivos disponibles eran 2.538 de infantería, 1.551 de caballería y 62 artilleros; en total, 4.151 efectivos:

  • División de Vanguardia del brigadier Francisco Tomás Morales
    • Infantería con 932 efectivos en 2 batallones: BI-II de Burgos (474) del Tcol Joaquín Dalmau, y BIL de cazadores del Infante Francisco de Paula (458) del Tcol Simón Sicilia.
    • Caballería con efectivos con RC de lanceros del Rey (679) del Tcol Tomás de Renovales.
  • Primera División del Tcol Tomás García
    • Infantería con 1.244 efectivos en 3 batallones: BI-I de Valencey (639) del Tcol Andrés Riesco, BI de Barbastro (319) del Tcol Juan Nepomuceno Montero, y BIL Hostalrich (286) del Tcol Josef Isturi.
    • Caballería: RH de Fernando VII (315) del Tcol Ramón Calderón.
  • Quinta División del coronel José María Herrera
    • Infantería con 362 efectivos en BI del Príncipe del Tcol Diego Fragoso (283) y Cía independiente (79) del capitán Juan Casals.
    • Caballería: EC de cazadores de Guías del General (222) del Tcol Domingo Loyola, y RD Leales a Fernando VII (338) del Tcol Antonio Gómez.
  • Artillería Bía-6 a caballo (62, 2 piezas) del capitán Inocencio Mercadillo.

El campo de batalla está constituido por una sabana de unos 4 km de longitud, de este a oeste, y 3 km de norte a sur. Limita por el norte con las filas del Algarrobal y de Las Manzanas; por el este con la fila de Las Manzanas; por el sur con el plan de Cartanal y por el oeste con la quebrada de Carabobo.

Durante la ejecución de su movimiento retrógrado desde Araure, el mariscal de campo Miguel de la Torre se detuvo en esta sabana y distribuyó sus fuerzas en forma tal que cubrían, por el oeste, el camino de San Carlos, y por el sur el de El Pao. Que eran los dos únicos caminos transitables; además, existía un sendero llamado Pica de la Mona, que permitía el acceso a la vía de San Carlos.

La primera línea defensiva fue confiada a la Primera División, que se organizó de la siguiente manera: el BI-I de Valencey ocupó la parte sur del camino; a su derecha se situó el BIL de Barbastro, el BIL del Hostalrich en columna de marcha, detrás de los anteriores. Las 2 piezas de artillería fueron emplazadas en una pequeña altura, delante de la línea formada por BI-I de Valencey, y el BIL de Barbastro.

La posición correspondiente a la vía de El Pao fue ocupada por la División de Vanguardia y la División Quinta; se constituyó una avanzada de 79 hombres (capitán Juan Casals); a continuación tomó posiciones el BIL del Infante e inmediatamente detrás de esta unidad, se situó el BIL del Príncipe. La reserva quedó integrada por el BI-II de Burgos y los 4 regimientos de caballería. El BI-II de Burgos se situó cerca del camino de El Pao y la caballería, en las vegas de la quebrada de Las Manzanas. El cuartel general quedó establecido cerca del BI-II de Burgos.

Batalla de Carabobo (24 de junio de 1821). Situación y movimientos de fuerzas.

Desarrollo de la Batalla

Al rayar el alba del 24 de junio de 1821, el ejército republicano emprendió la marcha. La Torre tenía avanzadas en los tres accesos, ya que ignoraba por cuál se decidiría Bolívar a atacarlo.

El ejército Libertador siguió la vía de San Carlos y su vanguardia derrotó una avanzada realista y se apoderó de la altura de Buenavista, desde donde se domina parcialmente la legua de terreno que separa Carabobo de aquel importante sitio estratégico.

Desde las alturas del cerro Buenavista, Simón Bolívar hizo un reconocimiento de la posición de los realistas sobre su caballo blanco Palomo y llegó a la conclusión de que esta era inaccesible por el frente y por el sur. En consecuencia, ordenó que las divisiones modificaran su marcha por la derecha y se dirigieran al flanco derecho realista, el cual estaba descubierto.

Batalla de Carabobo (24 de junio de 1821). Mural del Salón Elíptico del Capitolio Nacional de Venezuela. Autor Martín Tovar y Tovar.
Batalla de Carabobo (24 de junio de 1821). Bolívar, sobre su caballo tordo Palomo en compañía del Estado Mayor, sube a la colina de Buena Vista. Autor: Martín Tovar y Tovar, detalle 1 del Capitolio Nacional de Venezuela.

Para ello ordenó que las divisiones Primera de Páez y la Segunda de Cedeño realizaran una maniobra envolvente por el sendero de la Pica de la Mona; para ello serían conducidos por un guía de Tinacanillo que conocía al detalle la zona. Para facilitar el movimiento, la división de Páez, que marchaba en vanguardia, fue reforzada por todos los zapadores disponibles, que abrirían paso a través de la vegetación para el paso de la infantería y de la caballería. Mientras la Tercera División de Plaza fijaría a los realistas de frente.

El general Páez ejecutó el movimiento con increíble celeridad, despreciando los disparos de la artillería enemiga, que se dio cuenta del cambio brusco de sus enemigos.

Ataque del batallón de Burgos

Al darse cuenta la Torre de la maniobra de los republicanos, ordenó al BI-II de Burgos que marchase al norte a ocupar la altura hacia la cual se dirigía la división de Páez. Al llegar el BI-II de Burgos a la zona indicada y a las 11 de la mañana, abrió fuego contra el BI de Bravos de Apure, cabeza de la Primera División; el cual, después de cruzar el riachuelo de Carabobo, trataba de escalar la pendiente que lo llevaría a la parte plana de la sabana. Tan violento fue el contraataque del Burgos, que el BI de Bravos de Apure tuvo que replegarse.

Insistió de nuevo el Tcol Conde y se lanzó una carga cuerpo a cuerpo, pero de nuevo el BI-II de Burgos, a cuya cabeza estaba el propio La Torre, contraatacó. El BI Bravos de Apuré no logró hacerse firme, perdió terreno, retrocedió y se dividió en varios trozos. Estaba a punto de ser derrotada sin remisión, cuando llega en su auxilio el BIL de cazadores británico.

Batalla de Carabobo (24 de junio de 1821). Vista de la batalla desde el lado realista. Grabado de Ambroise Louis Garneray.
Batalla de Carabobo (24 de junio de 1821). Vista de la batalla. Grabado de Pedro del Castillo basado en la obra de Garneray.

Actuación del batallón de cazadores británico

El batallón de cazadores británico estaba integrado por unos 600 hombres distribuidos en seis compañías: la primera de cazadores, al mando del capitán Carlos Minchin; las otras cinco de tiradores; sus jefes eran los capitanes Eduardo Brandt, Ruperto Lee, Miller Halloves, H. Cutble y Juan Ferrer. El jefe era el coronel Thomas Ildeston Ferriar, su segundo era el Tcol William Davy y su ayudante era el capitán Scott.

Ferriar desmontó del caballo y mandó a sus soldados hincar la rodilla en tierra. Impasible, el batallón abrió fuegos y diezmó las filas del BI-II de Burgos. Impávida resistió la Legión. Ferriar resultó gravemente herido, gritando su orden postrera: «¡Firmes, muchachos, firmes!» Tras él cayeron también su segundo, el Tcol Davy, y el capitán Scott, que le había sustituido.

Batalla de Carabobo (24 de junio de 1821). Los cazadores británicos. Autor: Martín Tovar y Tovar, detalle 2 del Capitolio Nacional de Venezuela.

Los británicos habían perdido ya 17 oficiales y la mitad de sus efectivos, pero a su amparo Páez había logrado reorganizar el BI de Bravos de Apure. Ferriar fallecería en el Hospital de Sangre de Valencia el 17 de julio de 1821.

En ese momento entraron en acción el BIL Infante y el BIL de Hostalrich BIL (-) para apoyar al BI-II de Burgos.

Páez había logrado reagrupar el BI Bravos de Apure; y unido dos compañías de tiradores que al mando del Tcol de Las Heras acababan de llegar, y junto con los británicos, entró en el combate y los tres cuerpos juntos cargan a la bayoneta y se apoderan de la altura. Los batallones realistas retrocedieron; el BI-II de Burgos había perdido ya la mitad de sus hombres y BIL Infante y el BIL de Hostalrich habían sido terriblemente castigados.

Para detener el repliegue de las unidades que había empeñado, la Torre envió el BI del Príncipe y BI de Barbastro, logrando sostener la línea, pero solo por breve tiempo, pues el grueso de la caballería de la Primera División entró por el norte de la sabana.

Rendición del BI Barbastro

Páez hizo desplazar la caballería de su Primera División al mando del coronel Muñoz y una compañía de guardias de honor del capitán Angel Bravo, la que, al caer a la retaguardia realista, la hace huir en dirección al Pao. El BIL de Hosterlich fue el primero en retirarse; a continuación lo hizo el BI-II de Burgos, siguiendo su ejemplo.

Durante una de las cargas, de en medio de una nube de polvo, Páez ve salir a un jinete bañado en su propia sangre, en quien reconoció al teniente Pedro Camejo, apodado como “Negro Primero” de los llaneros de su guardia. Sin ocultar el asombro, Páez le dice: «¡Tienes miedo! ¿O acaso no quedan todavía enemigos?, Vuelvete y sigue luchando». El negro arrojó por tierra su lanza de combate y, poniendo al descubierto su desnudo pecho, de donde sangraban dos profundas heridas, exclamó con voz apagada: «¡Mi general… vengo a decirle adiós… porque estoy muerto

Batalla de Carabobo (24 de junio de 1821). Muerte del Negro Primero, apodo como era conocido el teniente Pedro Camejo. Autor JA de Auro.
Batalla de Carabobo (24 de junio de 1821). Muerte del Negro Primero y Páez al frente de los jinetes de Apuré. Autor: Martín Tovar y Tovar, detalle 3 del Capitolio Nacional de Venezuela.

En el sector de la Tercera División, el BG y el BIL de rifles cayeron sorpresivamente sobre el BIL del Infante, quien se retiró en el mayor desorden, siendo atacados duramente por la caballería republicana.

Al retroceder BI de Barbastro y el BI-I de Valencey, Páez, que había sido reforzado con 300 jinetes que acababan de llegar por el Camino Real, impetuoso al frente de sus jinetes, rodeó al BI de Barbastro que resistió dos cargas seguidas, pero diezmadas sus filas, tuvo que rendirse y fue hecho prisionero; su comandante Juan Nepumoceno Montero logró escaparse con un grupo, y se sumó al BI Valencey que se hallaba en las inmediaciones. Durante la acción murió el coronel Ambrosio Plaza, jefe de la Tercera División, que había dejado su unidad para tomar parte en el combate; durante una carga fue alcanzado por un disparo mortal.

Batalla de Carabobo (24 de junio de 1821). Reacción del BI del Príncipe y del BI de Barbastro reforzando la línea realista, en el centro Diego Ibarra con otros jinetes cargando contra ellos. Autor: Martín Tovar y Tovar, detalle 4 del Capitolio Nacional de Venezuela.

La Torre envió al regimiento de húsares de Fernando VII que cargase contra la caballería republicana, pero esta unidad se retiró después de disparar sus carabinas.

Retirada del batallón de Valencey

El BI-I de Valencay había sido atacado por la Tercera División republicana, y formando en cuadro procedió a replegarse para no quedar aislado. Apoyándose en la quebrada de Carabobo, aguantó los embistes de la caballería republicana.

En esta ocasión, Páez sufrió uno de los ataques de epilepsia, que la hacía perder el sentido; se quedó en el ardor de la carga entre un tropel de enemigos, y tal vez hubiera sido muerto si el comandante realista Antonio Martínez, del RD Leales a Fernando VII, no le hubiera sacado del lugar. Tomó las riendas de su caballo y montó en la grupa a un teniente llamado Alejandro Salazar, alias Guadalupe, para sostenerle sobre la silla; ambos le pusieron a salvo.

También en una de esas cargas fue mortalmente herido el GD Manuel Cedeño, apodado “el Bravo de los Bravos de Colombia”, que mandaba la Segunda División, al ser alcanzado por un disparo.

Batalla de Carabobo (24 de junio de 1821). El batallón de Valencey formado en cuadro aguanta las cargas de la caballería realista, muerte del coronel Ambrosio Plaza y del general Manuel Cedeño, cayendo de sus caballos. Autor: Martín Tovar y Tovar, detalle 5 del Capitolio Nacional de Venezuela.

Para facilitar la retirada del BI-I de Valencey, La Torre ordenó a RC de los Lanceros del Rey que atacara a la caballería republicana; estos simularon un contraataque y luego se dieron a la fuga cuando la caballería republicana se agrupó para atacarles, dando tiempo al BI-I de Valencey a replegarse.

La tenaz resistencia del BI-I de Valencey permitió que La Torre y sus tropas en desbandada llegasen a Valencia y continuasen a refugiarse en Puerto Cabello.

Apenas repuesto del ataque de epilepsia, Páez animó a su infantería a continuar la persecución; pero Bolívar, sabiendo que estaban agotados por el combate, mandó que hicieran alto hasta que el BIL de rifles y el BG de la Guardia se colocaran por delante para perseguir a los realistas.

Batalla de Carabobo (24 de junio de 1821). Los escuadrones apureños, con una imagen de una construcción en llamas como alegoría del fin del imperio y un caballo blanco que corre desbocado y libre, símbolo de la naciente república. Autor: Martín Tovar y Tovar, detalle 6 del Capitolio Nacional de Venezuela.

En estos momentos comenzó a caer una copiosa lluvia, la cual puso las barrancas de las quebradas que tenía que cruzar sumamente resbaladizas. Solo así pudo librarse el BI-I de Valencey y los restos del ejército español de ser hechos prisioneros.

Batalla de Carabobo (24 de junio de 1821). Encuentro de Bolívar y Páez después de la batalla. Autor Ivan Belsky.

Huida del ejército realista

Acosaban de cerca al enemigo solamente 50 hombres de caballería y unos cuantos jefes y oficiales que habían dejado sus unidades para de alguna manera tener parte en la victoria.

Varios fueron heridos, entre ellos el comandante portugués José de Lima. El Tcol Julián Mellado, al mando de los dragones de la Guardia, cayó muerto en la quebrada de Barrera, así como el teniente Olivera en Tocuyito.

La caballería no pudo con la infantería realista, a causa del obstáculo que les presentaban los pasos de las quebradas, y viendo Bolívar que ya el enemigo se acercaba a la ciudad de Valencia, dispuso que 200 granaderos montasen en la grupa de los jinetes para ir al trote y alcanzar al enemigo, que encontraron desfilando por la orilla de la ciudad, camino de Puerto Cabello.

El ejército realista, fatigado de la marcha precipitada que había hecho desde Carabobo, pasó la noche al pie de un cerro, a tres leguas de Valencia, y la mañana del día siguiente empezó a subirlo y logró entrar en la plaza de Puerto Cabello, llegando a esta ciudad 700 efectivos realistas.

El 25 de junio, Bolívar, dejando a Mariño, jefe del Estado Mayor, al frente de las tropas en Valencia, marchó con Páez y un batallón hacia Caracas, cuya ciudad había sido evacuada por Pereira cuando supo la derrota de los realistas en Carabobo, llegando a la ciudad el 29 por la noche.

Pereira, no teniendo buques para embarcarse, pretendió salir por la costa de Sotavento hasta el pueblo de Carayaca con el objeto de ver si allí tocaba la escuadra española para tomarlo a bordo; pero no habiendo aparecido esta, regresó a La Guaira para hacerse fuerte allí, siempre con la esperanza de que le auxiliarían los buques de Puerto Cabello. Al fin tuvo que capitular el día 4 de julio cuando vio que no se presentaba ningún barco español.

Bajas de la batalla

El general La Torre, en su comunicado oficial de la batalla del 24 de junio a su inmediato superior de la metrópoli, le dice textualmente: «Nuestra pérdida es de 2 jefes (coroneles), 43 capitanes, 77 subalternos y 2.786 sargentos, cabos y soldados, según acredita el referido adjunto estado»; en total 2.908. Se supone que el número incluye los muertos, heridos, prisioneros y dispersos. Según el parte de Bolívar, las bajas fueron de 200 muertos y heridos.

Tras la batalla de Carabobo, solo quedaban tres bastiones realistas en Colombia: Puerto Cabello, Cumaná y Cartagena de Indias, que estaba siendo sitiado por los republicanos y se rendiría el 7 de octubre. La Torre se refugió en Puerto Cabello, que era el único puerto desde donde podía recibir refuerzos. Con la guarnición de la plaza y los primeros 700 efectivos que llegaron de la batalla, comenzó a organizar la resistencia. Después fueron llegando dispersos y unidades guerrilleras que buscaban refugio en la Plaza, llegando a concentrar 4.000 efectivos. Dando lugar a la conocida Campaña de Occidente 1821-23.

Entrada creada originalmente por Arre caballo! el 2025-11-03. Última modificacion 2025-11-03.
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