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Batalla de Millesimo (13 de abril de 1796)
Napoleón, al mando de las DIs de Augerau, Masséna y La Harpe, atacó Millesimo, al suroeste de Montenotte, las sólidas posiciones del ejército austro-piamontés al mando del barón de Colli.
Para evitar que el ejército de Beaulieu interfiriera, el comandante francés envió a la DI de Masséna para apoderarse de Dego al norte. El 13 de abril, el GD Augereau atacó al cuerpo auxiliar austríaco de general Giovanni di Provera que disponía de unos 1.000 efectivos y 2 cañones.
Tras un duro enfrentamiento, Provera se retiró al castillo de Cosseria con parte del freicorp Gyulai y 2 Cías de granaderos del RI-27 Strassoldo. Bonaparte ordenó que se tomara el castillo en la cima de una colina en ruinas. Augereau y la DI del GD Meynier montaron repetidos asaltos, pero la guarnición aliada resistió con firmeza.
Augereau invirtió el castillo mientras Bonaparte reagrupaba sus fuerzas. Temprano a la mañana siguiente, Augereau convocó al castillo para que se rindiera, con lo cual Provera capituló. Para entonces, sus hombres no tenían comida, municiones ni agua. Los defensores tuvieron 98 muertos y 838 se entregaron con 2 cañones. Los franceses sufrieron 700 muertos y heridos en Millesimo, y 1.000 muertos y heridos en el castillo de Cosseria.
El ejército austro-piamontés se retiró hacia el oeste, a Ceva. Bonaparte había conseguido abrir una brecha entre ellos y el ejército austriaco de Beaulieu, tal como era su plan inicial. Después se dirigió a Dego con parte de sus tropas para proteger su flanco derecho de los austriacos antes de batir a los piamonteses.
Segunda Batalla de Dego (14-15 de abril de 1796)
Napoleón avanzó desde Millésimo con el grupo de ejército de Masséna, más de 10.000 soldados de las divisiones de Laharpe, Salcette y Meynier, con el objetivo de tomar el fuerte de Dego, para asegurar su retaguardia y flanco derecho ante el posterior ataque que tenía planeado contra los piamonteses.
La guarnición entera de Dego, 3.200 piamonteses del coronel Avogradro y 800 austriacos con 16 cañones. Masséna dejó 2 MBRIs, unos 3.000 hombres, al mando del general Meynier en el fuerte de Dego, que eran insuficientes para custodiarlo y vigilar a los prisioneros hasta que pudieran ser enviados a otro lugar.
La mañana del 15 de abril, la columna francesa de Napoleón partió para enfrentarse a los sardo-piamonteses. Poco después, los famélicos hombres de Meynier se dedicaron a saquear los pueblos cercanos a Dego en busca de comida, y dejaron desguarnecido el fuerte, siendo descubiertos por patrullas austriacas.
A mediodía, 4.500 austro-húngaros y 1.200 piamonteses al mando del coronel Josef Vukassovich se aprovecharon de la situación, derrotaron fácilmente a la dispersada BRI de Meynier y liberan a sus compañeros prisioneros, volviendo a ocupar el fuerte.
El ataque sorpresa sorprendió a Masséna en la cama con una mujer y escapó en camisa de dormir. Napoleón ordenó inmediatamente a Masséna reconquistar la fortaleza el mismo día con refuerzo de divisiones de Salcette y Laharpe, con unos 12.000 efectivos en total. Efectuó un ataque en tres ejes, en una maniobra memorable por su celeridad. Vukassovich, que no esperaba tan pronto a los franceses, opuso una decidida resistencia, pero ampliamente superado en número, se vio obligado a retirarse.
Los franceses tuvieron 1.500 bajas e infligieron 3.000 a loa austriacos, capturando 19 cañones.
Bonaparte había conseguido dividir a los aliados. Los austriacos se retiraron al norte, a Acqui, para reagruparse, mientras los piamonteses se replegaron hacia el oeste para recoger sus guarniciones y después huir hacia Turín, la capital del Piamonte.
Combate de Ceva (16 – 17 de abril de 1796)
Napoleón continuó la persecución del ejército piamontés del barón Colli marchando con las DIs de Lahaye y Augerau hacia Ceva, enviando a las DIs de Masséna y La Harpe hacia el norte, para cortar cualquier posible ruta de unión con el ejército austriaco del general Beauliau, que se está reagrupando en Acqui.
Augereau, con 8.000 hombres, comenzó un ataque prematuro contra Ceva el día 16 de abril, sin embargo, Colli se dio cuenta de que Beaulieu estaba lejos para apoyarle y ya se preparó para retirarse a la fortaleza de Ceva, que con sus reductos circundantes era una excelente posición defensiva.
Alrededor del mediodía, los franceses lanzaron una serie de ataques descoordinados. Al norte, la columna de Joubert, por temor a ser flanqueado por Mombarcaro, pronto se retiró en desorden. Mientras tanto, dos columnas de ataque de la DI de Augereau avanzaron hacia La Pedaggera y Bric Bastia. Después de un fracaso inicial, los franceses, con un poco de apoyo de artillería, lograron tomar este último. Más al sur, Rusca avanzó para explotar una brecha en el despliegue piamontés, pero un contraataque desde el reducto Mondoni lo hizo retroceder. Con su línea restaurada, los piamonteses obligaron al enemigo a evacuar a Bric Bastia.
En ese momento, Augereau decidió darse por vencido y esperar la llegada del Serurier. La batalla de Ceva había costado 600 bajas francesas a 150 piamontesas. Sin embargo, con Serurier avanzó contra su flanco derecho expuesto durante la noche, los piamonteses decidieron abandonar la fortaleza, excepto una pequeña guarnición de 500 y se retiraron hacia el cuerpo piamontés principal detrás de la línea del río Corsaglia, cerca de La Bicocia. Los franceses se apoderaron de Ceva inmediatamente después.
Napoleón furioso por la fuga del enemigo, continuó la persecución del ejército piamontés del barón Colli marchando con las DIs de Lahaye y Augerau hacia Ceva, enviando a las DIs de Masséna y Laharpe hacia el norte, para cortar cualquier posible ruta de unión con el ejército austriaco del general Beauliau, que se está reagrupando en Acqui. Pero los sardo-piamonteses se encuentraron en Ceva con los franceses de las DIs de Serurier, que avanzaban hacía días tal como Bonaparte le había ordenado, obligándoles a continuar retrocediendo al oeste.
Batalla de la Bicocia o de Saint-Michelle (18 de abril de 1796)
Napoleón, avanzando con las DIs de Augerau y precedido por la DI de Serurier en vanguardia, persiguió implacablemente a los restos del ejército sardo-piamontés del barón de Colli, en continua retirada tras la derrota sufrida en Montenotte, refugiándose en la villa de Mondovi, situada sobre una colina cerca de la confluencia de los ríos Corsaglia y Tanaro.
El 18 de abril, las tropas agotadas de Serurier intentaron forzar un enfrentamiento en la línea Bicocia – Saint-Michelle.
El cuerpo del barón Colli todavía tenía 12.000 soldados de infantería y 2.000 de caballería. Algunas unidades estaban en de la ciudad de Mondovì, y otras algunos km atrás. La línea de los ríos Tanaro-Corsaglia, constituía una buena línea defensiva desde donde podía frenar el avance francés.
El núcleo de la línea era la colina fortificada de la Bicocia (Bicocca) di San Giacomo, donde había un puente sobre el río Corsaglia. La primera línea, justo en la orilla del río, estaba compuesta por 2 BGs (BG-8 y BG-9, 800 hombres en total) liderados por un militar muy respetado, el marqués Dichat. El puente fue guarnecido por la segunda compañía suiza de granaderos del regimiento de Cristo, una Bía ligera con 2 cañones y una Bía pesada con 6 cañones. Detrás de ellos, en la colina, había 2.000 hombres: dos BIs de la Guardia, un BI de Saboya, un BI de Maurienne, dos BGs bajo Varax, un oficial de Saboya de probada habilidad. La fuerza estaba dirigida por dos excelentes oficiales piamonteses, el brigadier Chiusa (un veterano comandante de granaderos) y el brigadier Civalieri. En el sector izquierdo de la línea, Colli desplegó 10 BIs con 3.400 de infantería (de los cuales, 1.000 austriacos) y 1.500 dragones, bajo el brigadier Brempt.
Estas tropas también debían mantener la línea de retirada de todo el cuerpo. En el centro, 13 BIs con 4.000 hombres y 300 soldados de caballería del RC Piamonte Real. A la derecha, 2.000 hombres, incluidos algunos granaderos Reales, cazadores de Niza, tropas de la Legión Ligera. La fortaleza principal era la capilla de Jesús de Saint-Michele, en una colina, defendida por el capitán Radicati di Primeglio con elementos de la Legión Ligera y una Bía. El BG-I del regimiento de Chiusano conectó la fortaleza con el pueblo de Saint-Michele.
A lo largo de la línea, varias Bías bien ubicadas agregaban potencia de fuego a la defensa. La línea, sin embargo, tenía un defecto grave. La fortaleza de Bicocia formaba una especie de protuberancia hacia las líneas francesas, y provocaba un ataque en dos ejes desde el norte y el sur para cortarla de la línea defensiva. Eso era exactamente lo que los franceses planeaban hacer. La línea estaba guarnecida por 8.000 hombres en total con 15 cañones bajo el general Jean-Gaspard Dichat de Toisinge.
Bonaparte planeó enviar la DI de Sérurier en un asalto frontal contra Saint-Michele mientras que la DI de Augereau cruzaba el río Tanaro para flanquear la posición desde el norte. La de Masséna se cernía en las montañas al norte de Ceva, amenazando con atacar hacia el noroeste para cortar a Colli de Turín. Stengel recibió la orden de marchar con la caballería para apoyar a Sérurier. La DI de Laharpe vigilaba a los austriacos que se estaban reagrupando en Acqui Terme.
En la mañana del 19 de abril, los hombres de Augereau no lograron cruzar el río Tanaro debido a una crecida y los 5 cañones bien ubicados. Los piamonteses rechazaron el ataque matutino de Serurier en el puente de Saint-Michele con pérdidas. Más tarde, algunos escaramuzadores de la BRI de Jean-Joseph Guieu encontraron una pasarela sin vigilancia al sur cerca de la aldea de Torre Mondovì. Pronto los hombres de Guieu cruzaron en fuerza y comenzaron a arrollar el flanco derecho de los sardos.
Los defensores de Saint-Michele rompieron por la retaguardia, permitiendo que las tropas del general Pascal Antoine Fiorella cruzaran el puente y ocuparan la ciudad. En la confusión, Colli casi fue hecho prisionero. Dichat fue atrapado, pero escapó sobornando a su captor.
Las tropas francesas hambrientas, mal pagadas y mal disciplinadas inmediatamente corrieron salvajes en la ciudad, robando comida y saqueando las casas. Una Cía de granaderos suizos al servicio de los sardos, viendo que los franceses estaban fuera de control, retomaron parte de la ciudad. Colli organizó un importante contraataque a primera hora de la tarde que expulsó a la DI de Sérurier de Saint-Michele, aunque Guieu logró aferrarse a su pequeña cabeza de puente. Los franceses sufrieron unas de 600 bajas mientras que los piamonteses perdieron 300.
Batalla de Mondovì (20-23 de abril de 1796)
Napoleón finalmente reconoció la necesidad de un período de reorganización que suspendió todas las operaciones durante 2 días mientras los franceses se reagrupaban y concentraban las DIs de Serurier, Augereau y Masséna para un asalto abrumador. En total, Bonaparte había logrado concentrar 17.500 franceses contra 12.000 piamonteses.
El 20 de abril, Bonaparte adelantó la DI de Masséna mientras las otras tropas descansaban. Al noreste, Beaulieu aún dudaba en hacer un gran esfuerzo para ayudar a su aliado. En la noche del 20 de abril, Colli retiró a su ejército de la posición del río Corsaglia, con la intención de retroceder detrás del río Ellero en Mondovì. Después de destruir los puentes y dejar encendidas sus fogatas, los soldados de Colli se escaparon durante la noche. A medianoche, Bonaparte descubrió que su enemigo se había desaparecido y montó una persecución rápida, utilizando un vado descubierto por algunos exploradores.
A la mañana siguiente, la vanguardia de Sérurier atacó la retaguardia sarda en las alturas de Buon Gesù y la llevó de regreso a la ciudad de Vicoforte. Sérurier formó sus fuerzas en columnas y las cubrió con sus soldados más experimentados en una acción retardadora. Luego, poniéndose a la cabeza de la columna central, dirigió una carga contra los sardos con la DI de Masséna detrás.
La rapidez del ataque francés no permitió a Colli desplegar sus tropas adecuadamente, ni tenía defensas preparadas. Algunas de las unidades sardas entraron en pánico y huyeron, dejando huecos en la línea. Las BRIs de Fiorella y Guieu, apoyadas por la BRI de Masséna del general Elzéar Dommartin, convergieron en Vicoforte y la capturaron. Los sardos en La Bicocca se mantuvieron firmes hasta que Dichat fue muerto, luego se iniciaron a la retirada desordenada. El comandante de caballería de Bonaparte, Stengel, llevó 200 dragones a través del Ellero, pero el coronel Chaffardon contraatacó con 125 jinetes sardos y expulsó a los franceses. Stengel fue mortalmente herido en el enfrentamiento.
Cuando los franceses llegaron a Mondovì, el gobernador logró detener a los perseguidores pidiendo tiempo para las negociaciones, pero entregó la ciudad cuando fue despedido alrededor de las 18:00 horas. Bonaparte obligó a las autoridades municipales a proporcionar grandes contribuciones de alimentos a sus soldados hambrientos, por lo que la ciudad no fue saqueada.
Los sardo-piamonteses sufrieron unas 1.800 bajas, entre ellas 4 generales, perdiendo además 8 cañones y 11 estandartes.
El 23 de abril, dos días después el ejército sardo-piamontés dejaría de existir como fuerza de combate organizada. Sus hombres se dispersaron, arrojando las armas y estandartes, desertando en masa mientras eran acosados por los franceses de Sérurier. El barón Colli envía a Bonaparte un emisario pidiendo una tregua.
En una arenga a sus tropas Bonaparte les dijo: «¡Soldados…! En quince días habéis ganado seis victorias, capturado veintiuna banderas, cincuenta y cinco estandartes, y muchas plazas fuertes…. Habéis ganado batallas sin tener cañones, habéis cruzado ríos sin puentes, habéis hecho marchas forzadas sin zapatos, acampado sin licor y a veces sin pan. Solo los soldados de la Libertad son capaces de soportar todo lo que habéis soportado.»
Napoleón aceptó el armisticio dos días después, cuando la agrupación de Masséna estaba en Cherasco y la de Augerau en Alba, ambas al sureste de Turín, cerrando la ruta de comunicación con el ejército austriaco del general Beaulieu, 24.000 soldados concentrados al este, en Acqui. En Turín se rendirían unos 18.000 soldados sardo-piamonteses.
Una semana después, el rey Víctor Amadeo de Saboya consentiría la firma de un armisticio dando a Napoleón el control del Piamonte, que años más tarde sería anexionado a Francia.