Guerras de Independencia Hispano-Americanas Fase preinsurrecional 1812 y 1813 Creación de la Primera República de Venezuela

Antecedentes

Creación de la Junta Suprema de Caracas

El Jueves Santo del 19 de abril de 1810, se reunió el Cabildo extraordinario como respuesta inmediata a la disolución de la Junta Suprema Central y la renuncia del rey Fernando VII de España. Surgió entonces un movimiento popular en la ciudad de Caracas. El movimiento se originó por el rechazo de los caraqueños al nuevo gobernador, Vicente Emparan, quien había sido nombrado por la Junta Suprema de España, disuelta en ese entonces por orden judicial.

Mientras el capitán general Vicente Emparan se dirigía a misa, un grupo perteneciente a la aristocracia y burguesía criolla, miembros del Cabildo de Caracas, desconocen al capitán general de Venezuela. Él no estuvo de acuerdo con esto, y desde la ventana del ayuntamiento le preguntó al pueblo que se había reunido en la Plaza Mayor (actual plaza Bolívar), si quería que él siguiera mandando. El presbítero José Cortés de Madariaga, le hizo señas a la multitud para que contestara negativamente. Entonces Emparan dijo que él tampoco quería el mando. Renunció y regresó a España.

El capitán general Vicente Emparan renunciando a su cargo el 19 de abril de 1810. En la en la Plaza Mayor de Caracas.

Ese mismo día se firmó el acta del 19 de abril de 1810, dando paso a la formación de la Junta Suprema de Caracas, que oficialmente se llamó Junta Suprema Conservadora de los Derechos de Fernando VII, la primera forma de gobierno autónomo.

La Junta secuestró y repartió las rentas reales (3.000.000 pesos) destinados a la península como ayuda para la guerra contra los franceses.

La Junta de Caracas notificó oficialmente a la Regencia que había tomado la soberanía de su provincia, dado el estado de disolución del gobierno de España, que retendría y usaría ese poder hasta el regreso de Fernando VII o hasta que se formase en España un gobierno constituido por Cortes convocadas según las leyes, con la correspondiente representación de los reinos, provincias y ciudad de Indias.

Regreso de Miranda a Venezuela

La Junta Suprema de Caracas, en su campaña de difusión de lucha emprendida tratando de obtener su reconocimiento, así como también la adquisición de armamento, envía diversas misiones al extranjero. Una de esas misiones fue la enviada a Londres y que estuvo a cargo de Simón Bolívar, como jefe de la misión diplomática, Luis López Méndez y Andrés Bello. Las credenciales otorgadas a estos tres comisionados estaban suscritas por Fernando VII, y en su Real Nombre la Suprema Junta Conservadora de sus derechos en Venezuela. La misión fue designada el 6 de junio de 1810. Sus objetivos eran de dos tipos: políticos y militares.

En cuanto a lo primero, dejar perfectamente en claro las razones por las cuales la Junta Suprema de Caracas desconocía al Consejo de Regencia, aunque Venezuela seguía considerándose parte integrante de la monarquía española y defensora de los derechos de Fernando VII. En cuanto a lo segundo, obtener del gobierno británico las facilidades necesarias para adquirir armas, así como también contar con su influencia para sortear eventuales desavenencias entre las diferentes partes de la Capitanía, o entre estas y las provincias limítrofes.

La comisión caraqueña llegó a la bahía de Portsmouth el 10 de julio de 1810. El día 16 los comisionados tuvieron su primera entrevista con el Secretario de Asuntos Exteriores, el marqués de Wellington. Ni la Junta caraqueña ni los comisionados habían valorado el hecho de que Inglaterra era, desde el 9 de enero de 1809, aliada de España. El 8 de setiembre de 1810, Bolívar y López Méndez informaban al Secretario de Relaciones Exteriores de Venezuela los resultados de la misión considerando que a pesar del tono de tibieza y reserva manifestado a las proposiciones; sin embargo, había en el gobierno inglés disposiciones efectivas y muy favorables hacia ellos.

El gobierno británico, a través del marqués de Wellesley, comunicó a los emisarios venezolanos que la Junta de Caracas debía someterse a la de Cádiz como condición previa para influir en el levantamiento del bloqueo. Muy poco, por no decir nada, fue lo que consiguió la misión venezolana, en cambio, Inglaterra supo, astutamente, sacar provecho de ella porque al informar a Apodaca de las reuniones con los enviados venezolanos, el Consejo de Regencia, tratando de trabar lo que Venezuela podía obtener, autorizó el comercio entre Inglaterra y los dominios hispanoamericanos.

Pero la misión venezolana a Inglaterra va a tener una consecuencia muy importante: el trabar contacto con Francisco de Miranda y convencerlo, sobre todo por decisión de Bolívar, para que regresase a Venezuela y participase en el movimiento separatista. Miranda estaba muy bien informado cuando llegaron sus tres compañeros insurgentes.

Bolívar, en el navío Sapphire de la Royal Navy, emprendió el regreso a Venezuela el 21 de setiembre. Llega al puerto de La Guaira el 5 de diciembre de 1810. Por su parte, Miranda solicitó al gobierno inglés autorización para viajar a Venezuela, obteniéndola, pero en forma reservada y con la recomendación de que no viajase con los emisarios venezolanos.

El 10 de octubre, Miranda, acompañado de su secretario Tomás Molina, partió de Inglaterra rumbo a Venezuela, previa escala en Curazao. Seguramente no imaginó que no volvería a ese país que tanto frecuentó y donde quedaban Sarah Andrew, su ama de llaves y pareja sentimental, así como también sus dos hijos (Leandro y Francisco). Soñando ya con vivir en su patria libre e independiente, pensaba hacer gestiones para tenerlos pronto en Caracas.

El 11 de diciembre, Miranda desembarcó en el puerto de La Guaira. Como formalmente la Junta Suprema de Caracas aún actuaba en nombre de la Corona española, solicitó de ella el permiso correspondiente para hacer su ingreso en la ciudad. La delegación de la Junta Suprema, que incluía a Bolívar, y una multitud de lugareños, dieron una entusiasta bienvenida a Miranda en La Guaira.

Desembarco de Miranda en La Guaira el 11 de diciembre de 1810, siendo recibido por una delegación de la Junta Suprema de Caracas. Autor Johann Moritz Rugendas.
Desembarco de Miranda en La Guaira el 11 de diciembre de 1810. Autor Johann Moritz Rugendas.

Bolívar no solo participó en la invitación de Miranda, sino que ya en tierra venezolana lo acogió en su casa. Dicha acogida significaba para Miranda ponerse en contacto con lo más selecto de los mantuanos (nobleza criolla caraqueña). Ser huésped de un mantuano le abría a Miranda las puertas para entrar en contacto con la recelosa y siempre petulante élite caraqueña.

Miranda reunió a un grupo de personas afines y ayudó a fundar la Sociedad Patriótica, inspirada en los clubes políticos de la Revolución Francesa. Ese mismo año, las provincias venezolanas eligieron un congreso para decidir el futuro del país, y Miranda fue elegido delegado de El Pao, en la provincia de Barcelona, entrando de pleno en la vida política venezolana.

Declaración de Independencia de Venezuela (5 de julio de 1811)

Se practicaron elecciones entre octubre y noviembre de 1810. El reglamento electoral era censitario, pues daba el voto a los hombres libres, mayores de 25 años y propietarios de bienes raíces, y no hubo voto para las mujeres, ni los esclavos, ni la gran mayoría de la población carente de bienes de fortuna. De esta manera, vino a resultar un Congreso formado en su totalidad por representantes de la oligarquía criolla. Por eso, aquel cuerpo no pudo llevar a cabo transformaciones radicales en el orden social o económico, y solamente llevó a cabo el cambio político que le resultase adecuado a sus integrantes.

El reglamento dispuso, además, que las elecciones se hicieran en dos grados: primero, los votantes nombraban a los electores de la parroquia; y luego, estos electores, reunidos en asamblea electoral en la capital de la provincia, designaban los representantes al Congreso, a razón de un diputado por cada 20.000 habitantes. Practicadas las elecciones, resultaron elegidos 44 diputados, los cuales se instalaron y sesionaron en Congreso por primera vez el 2 de marzo de 1811 en la casa del Conde de San Javier (actual esquina El Conde en Caracas). Las provincias estuvieron representadas así: Caracas 24 diputados; Barinas 9; Cumaná 4; Barcelona 3; Mérida 2; Trujillo 1; Margarita 1.

A medida que se fueron desarrollando las sesiones del Congreso, la idea de la Independencia fue ganando adeptos en el seno del mismo. Muchos diputados la apoyaron con apasionados alegatos, otros con argumentos históricos. Entre los diputados que se oponían a la ruptura definitiva con la Corona española, se encontraba el sacerdote de La Grita, Fernando Vicente Maya, quien pronto se vio abrumado por los discursos de Fernando Peñalver, Juan Germán Roscio, Francisco de Miranda, Fernando Toro, Francisco Javier Zuarez y muchos más, favorables a la idea de la Independencia absoluta. Mientras tanto, los ánimos de los jóvenes radicales se caldeaban en las reuniones de la Sociedad Patriótica, incluido el del joven Simón Bolívar, quien lanzó ante las dudas sobre la Independencia la famosa pregunta: «¿Trescientos años de calma, no bastan?».

El 3 de julio en la Capilla Santa Rosa de Lima se inició el debate del Congreso, y el día 5 a comienzos de la tarde se procede a la votación que terminó hacia las 2:30 de la tarde, resultando aprobada la Independencia con cuarenta votos a favor. De inmediato, el presidente del Congreso, diputado Juan Antonio Rodríguez, anunció que estaba «Declarada solemnemente la Independencia absoluta de Venezuela».

Firma del Acta de la Declaración de Independencia de Venezuela el 5 de julio de 1811. En la capilla Santa Rosa de Lima.

En la misma tarde del 5 de julio, el Congreso celebró otra sesión, en la que se acordó redactar un documento, cuya elaboración fue encomendada al diputado Juan Germán Roscio y al secretario del Congreso, Francisco Isnardi. En este documento debían aparecer los motivos y causas que produjeron la Declaración de la Independencia, para que, sometido a la revisión del Congreso, sirviese de Acta y pasara al Poder Ejecutivo.

Firma del Acta de la Declaración de Independencia de Venezuela el 5 de julio de 1811 (I). Autor Martín Tovar y Tovar.

El Acta fue aprobada el día 7 de julio por todos los diputados, con la sola excepción del padre Fernando Vicente Maya, diputado por La Grita. Poco a poco la fueron firmando los representantes, pasada al libro de Actas del Congreso el 17 de agosto, hasta que el 18 de ese mes estamparon las últimas firmas.

Firma del acta de la Primera República Venezolana el 7 de julio de 1811. Todos los diputados menos uno firmaron el acta de Independencia. Autor Juan Lovera, Palacio Municipal, Caracas.

A consecuencia del decreto del ejecutivo publicado el 8 de julio de 1811, fue publicada solemnemente el Acta de la Independencia el domingo 14 de julio en Caracas. El secretario de decretos del Poder Ejecutivo, José Tomás Santana, leyó en voz alta, en las principales esquinas de Caracas, el Acta de Independencia. Ese mismo día prestó juramento la tropa congregada en la plaza Mayor, actualmente la plaza Bolívar de Caracas.

El territorio venezolano se denominó Confederación Americana de Venezuela. Firmaron esta declaración Juan Antonio Rodríguez Domínguez como presidente, Luis Ignacio Mendoza como vicepresidente y Francisco Isnardi como secretario; y comienza una persecución de realistas. En los territorios realistas actuaron igualmente contra los insurgentes.

El lunes 15 de julio, se procedió en la sede del Congreso a la solemne jura de la Independencia por parte de las principales autoridades: lo hicieron primero los diputados, luego el Poder Ejecutivo, después la Alta Corte de Justicia, el gobernador militar de Caracas y el arzobispo. El congreso también adoptó la bandera tricolor como bandera de la República.

La junta que toma las siguientes iniciativas: establecer juntas similares en las provincias de Cumaná, Margarita, Barinas, Barcelona, Trujillo y Mérida; además de liberar el comercio exterior, prohibir el comercio de esclavos negros, crear la Sociedad Patriótica (para fomentar la agricultura y la industria), así como la Academia de Matemáticas. Se envían delegaciones diplomáticas a los países que podían apoyar la insurrección: Inglaterra, Estados Unidos y Nueva Granada.

Tres provincias permanecieron leales al gobierno establecido en España: Maracaibo, Coro y Guayana.

En respuesta, muchos colonos procedentes de las islas Canarias empezaron a conspirar contra el nuevo régimen de la Primera República de Venezuela. Antes del amanecer del 11 de julio,​ en la sabana de El Teque, cerca de Caracas, se reunieron al grito de: «¡Vivan el Rey y la Virgen del Rosario, mueran los traidores!», 60 canarios armados con trabucos y corazas de lata a las órdenes del rico comerciante canario José María Sánchez, el padre dominico Juan José García y el doctor Antonio Gómez. En una reñida refriega fueron vencidos por los vecinos del pueblo y la milicia local,​ unos 150 combatientes.​ Sobre las 16:00 horas fueron rodeados y arrestados, resultando fusilados 16 de sus cabecillas​ el 15 de julio, exponiéndose sus cabezas en picas en diversos puntos de Caracas.

Declaración de Independencia de Cartagena de Indias (11 de noviembre de 1811)

Después de los múltiples movimientos revolucionarios que se llevaron a cabo en las provincias interiores de la Nueva Granada, los nacionalistas de Cartagena iniciaron el 14 de junio de 1810 un golpe de Estado con ayuda de la milicia popular del barrio de Getsemani. A raíz de ello, el gobernador fue destituido, encarcelado y sustituido por Blas de Soria. El 13 de agosto de 1810 se estableció la Junta Suprema bajo la presidencia de José María García de Toledo. El 4 de febrero de 1811 los realistas intentaron un contragolpe en Cartagena, pero fracasaron.

Mompox (Santa Cruz de Mompox) y los pueblos de su jurisdicción se declararon provincia independiente (tanto de Cartagena como de España) el 14 de agosto de 1810 al enterarse de los acontecimientos ocurridos en Santa Fe y del rechazo de Cartagena a las peticiones de la junta de gobierno momposina (creada el 6 de agosto). Ante tales hechos el gobierno de Cartagena envió varios comisionados para la discusión del tema, que terminó en una negociación infructuosa y cuyo resultado final fue que el 31 de enero de 1811 la capital de la provincia dirigiera una fuerte ofensiva militar contra Mompox al mando de Antonio José de Ayos, batalla en la cual Cartagena obtuvo la victoria y retomó su soberanía sobre los momposinos.

A mediados de 1811, los cartageneros estaban ya minados por la división interna entre insurgentes y realistas; se habían formado dos partidos que se combatían con furia, y los ánimos, en general, se hallaban muy irritados. Después de varias escaramuzas importantes, tanto en el campo militar como político, que retardaron en varios meses la declaración de independencia, esta se proclamó el 11 de noviembre de 1811, misma fecha en que el Estado Libre de Cartagena se declaraba soberano e independiente de España o de otro gobierno extranjero.

Aunque los movimientos separatistas fueron engendrados en la mente de los criollos ricos (que poseían formación académica), en Cartagena de Indias se dio el fenómeno de la participación de las clases populares en el levantamiento. Como Cartagena disponía de la fuerza militar más grande del Nuevo Reino de Granada, los acontecimientos independentistas significaban que el virrey ya no contaba con dichas fuerzas para aplacar cualquier insurrección que pudiera producirse en Santafé de Bogotá o en otra provincia de la Nueva Granada.

Cartagena se había convertido en una plaza con gran fortaleza militar y Santa Marta en una zona privilegiada para el comercio ilícito; no obstante, las respuestas de las dos ciudades en los momentos determinantes de la Independencia serían contradictorios, Santa Marta tomaría un carácter realista, a diferencia de Cartagena que se mostraría deseosa de independencia.

La llegada a Santa Marta de los españoles que huyeron de Cartagena de Indias. Hizo que los recién llegados se infiltraran y presionaran para cambiar la junta patriótica por una pro-realista, y los consiguieron el 22 de diciembre de 1810. Esta junta contrarrevolucionaria fue eliminada en 1811 por el gobernador Tomás de Acosta.

Campaña o rebelión de Valencia

El mismo 5 de julio de 1811, la población civil de Valencia se levantó a las órdenes del venezolano Juan Antonio Baquero y el fraile Pedro Hernández, desconociendo la Declaración. Es posible que hubiesen conspirado en conjunto con los alzados en Los Teques. Rápidamente, tomaron los cuarteles, enarbolaron el estandarte de la Corona de Castilla, se hicieron vítores a Fernando VII de España y la religión católica y mueras al nuevo régimen. Se sumaron al movimiento mulatos, criollos y españoles, incluyendo muchos canarios y vizcaínos, como Jacinto Iztueta y el militar Melchor Somarriba. Uno de los factores que contribuyó al movimiento fue el deseo de muchos valencianos de formar una provincia separada de Caracas, lo que veían imposible de seguir dominando el poder revolucionario.

De inmediato, organizaron grupos armados que tomaron toda la ciudad, matando o arrestando a los independentistas locales.​ Valencia era una de las ciudades más importantes de Venezuela, con más de 10.000 habitantes a orillas del lago homónimo, que controlaba el acceso a los valles de Aragua que comunicaban los Llanos del Orinoco y la costa caribeña. Sin embargo, la urbe no contaba con el apoyo de los pueblos de sus alrededores y las autoridades insurgentes rápidamente dispusieron de defensas en las localidades, garantizando el aislamiento de la rebelión dentro de la ciudad.​ Por ejemplo, los vecinos de San Carlos se movilizaron al mando del capitán Ignacio Zarraga y cortaron las comunicaciones de Valencia con Coro, algo vital para los realistas.

El 13 de julio, el presidente Cristóbal Mendoza informó al Congreso de lo sucedido en Valencia y llamó a reunir todos los recursos para sofocar la rebelión.​ Se nombró como comandante de la expedición al brigadier Francisco Rodríguez del Toro, el marqués del Toro, con su hermano menor, el también brigadier Fernando Rodríguez del Toro, como segundo al mando. Al mismo tiempo, se organizó un cuerpo de milicias en Aragua con el coronel Simón Bolívar a la cabeza para vigilar a los rebeldes. El ejército salió de Caracas el 15 de julio y llegó a Maracay el día 18. El marqués de Toro marchó por los valles de Aragua y luego alrededor del lago de Valencia. Al intentar atravesar el desfiladero de La Cabrera, entre Maracay y Guacara,​ con 700 soldados fue emboscado por el vasco Jacinto Iztueta, con 200 soldados realistas apostados en las alturas y el fuego de los cañones de las embarcaciones en el lago. El marqués fue vencido y sus tropas huyeron.​ Mantuvo una posición defensiva en La Cabrera, por lo que cayó en desgracia. Este fue el primer combate de Bolívar.

El gobernador de Coro, coronel José Ceballos, envió soldados en apoyo a los realistas valencianos, pero fue un contingente pequeño porque sus fuerzas eran muy escasas. El capitán Eusebio Antoñanzas fue mandado con un destacamento mixto de infantería y caballería hacia San Felipe para distraer a una parte de las fuerzas independentistas. Marchó por San Luis desde Coro con 600 infantes, 200 jinetes y alguna artillería ligera.​ Siguieron por Carora y Barquisimeto. La dura marcha le hizo perder a muchos de sus hombres y se encontró con que el marqués lo esperaba en Maracay al acercarse a Valencia. Los realistas llegaron a ocupar Ocumare de la Costa y enviaron a sus vanguardias a Mariara y La Cabrera y recibieron refuerzos y órdenes del capitán general de Venezuela, el brigadier Fernando Miyares. Ceballos atacó Puerto Cabello, pero el mal clima les impidió atacarla por mar, lo que era necesario para la victoria; en ese espacio de tiempo cayó Valencia.

Campaña de Coro (noviembre y diciembre de 1811)

La campaña contra Coro fue a cargo del brigadier Francisco Rodríguez del Toro, marqués de Toro. La expedición arribó a Siquisique, (que era el límite que separaba ambos bandos) el 1 de noviembre, y de allí penetró en tierras corianas en 3 columnas: 1.200 tropas en vanguardia al mando del coronel Luis Santinelli; 1.400 infantes dirigidos por el Tcol Miguel Uztáriz y 6 cañones operados por Diego Jalón; y una retaguardia de 1.600 jinetes e infantes comandados por Tomás Montilla.​ El día 22 recibieron refuerzos en Sabaneta hasta alcanzar los 4.300.​ Los realistas estaban al mando de los brigadieres Ceballos y Miyares, gobernadores de Coro y Maracaibo respectivamente, cada uno con unos 1.000 efectivos.

Campaña de Coro en noviembre y diciembre de 1812, mapa de la zona. Fuente Google Maps.

El 1 de noviembre llegó del Toro a Siquisique y allí organizó su ejército y elaboró un plan de operaciones que contemplaba una acción principal sobre Pedregal y otra sobre San Luis.

El día 4, envió el comandante del ejército sendos destacamentos de seguridad por las rutas hacia San Luis y Pedregal y el 5, ordenó que se situase en Urucure un destacamento con el encargo de asegurar la comunicación con Cururupare (30 km al SE de Pedregal).

El 7 de noviembre, comenzó la ejecución de la operación cuando Ustáriz y Santinelli salieron de Siquisique, el primero en dirección a la localidad de Agua Larga y de allí a Taratara, en condiciones de atacar a San Luis; el segundo, por Algodones y Purureche hacia Pedregal. Por esta misma vía se internó el brigadier del Toro con su Estado Mayor, seguido de la columna de reserva. El 12 de noviembre acampó en Cururupare y estableció allí su cuartel general en espera de que las columnas atacantes progresasen más hacia sus objetivos.

Después de algunos contactos con avanzadas enemigas, Santinelli tomó el pueblo de Pedregal el 14 de noviembre, el cual había sido abandonado la noche anterior por sus defensores, mandados por el comandante José Miralles. En la derecha, el resultado fue diferente, pues Ustáriz no logró sorprender las posiciones contrarias de San Luis, debido a que en el momento de lanzar el ataque recibió información de que, proveniente de Pecaya (punto fortificado a 20 km al O de San Luis), avanzaba un destacamento en refuerzo de los defensores. Esta acción fue considerada por el brigadier del Toro como determinante del fracaso de su plan y, en consecuencia, ordenó el repliegue de la fuerza de Ustáriz y su incorporación al grueso. Después de la ocupación de Pedregal, el coronel Santinelli procedió al seguimiento de las tropas de Miralles y les dio alcance en el Paso de Puerco, en las inmediaciones de Aribanache el 15 de noviembre, donde libró combate, con saldo favorable para su causa.

El mismo día de dicha acción, el brigadier del Toro llegaba a Purureche y el 16 ocupaba a Pedregal con su Estado Mayor y la reserva. Santinelli había proseguido su avance, pues sin mucho esfuerzo, tomó posesión de los poblados de Urumaco y Mitare; abandonados por las fuerzas de Miralles, incluidas 2 compañías de indios flecheros. Miralles se retiró a Casicure y los indios a Coro; zona de reunión de todas las tropas disidentes.

El 18 de noviembre, reanudó del Toro su marcha hacia Coro: objetivo final de la campaña. Antes había ordenado al comandante de las tropas auxiliares destinadas a Trujillo que retrocediesen a incorporarse al grueso, después de guarnecer a Betijoque con unos 300 hombres.

El 22 de noviembre, llegó a Sabaneta, y después de reunir todas las fuerzas, prosiguió a Casigua, donde permaneció hasta el 28. Allí dividió el ejército en vanguardia, retaguardia y reserva y lanzó su ataque contra Coro, ciudad defendida por el brigadier José Ceballos, con algo más de 1.000 hombres, tanto de infantería como de caballería, apoyados por 3×4 y 1×12 cañones. La operación de ser suspendida porque en el momento crítico, el brigadier del Toro recibió la información de que del oeste avanzaba el capitán general Francisco Miyares con su columna, reforzada con tropas enviadas desde Maracaibo, y consciente del peligro que representaba aquella columna sobre su espalda, ordenó la retirada; acción que se llevó a cabo durante las primeras horas de la noche. En la siguiente jornada, el gobernador de Coro, el brigadier José Ceballos, decidió no perseguirlo de inmediato.

El 30 de noviembre, se enfrentó al comandante Millares en Sabaneta, quien estaba con 600 infantes y 200 jinetes apoyados por 1 cañón y 4 pedreros.​ El marqués estaba obligado a vencer, pues lo perseguía Ceballos y podía quedar rodeado por ambos, así que mandó organizar a su ejército en tres columnas​ y cargó contra las posiciones realistas en su camino. Miralles intentó resistir,​ pero en una hora sus fuerzas eran poco numerosas y debió retirarse, pero antes logró capturar algunas mulas y soldados, enviándolos a Maracaibo y luego a Puerto Rico. Los caraqueños consiguieron tomar un cañón​ y 4 pedreros. Los vencidos dejaron en el campo algunos muertos y heridos y 60 prisioneros. El ejército republicano llegó a Cuibita al día siguiente y a Dividive el 2 de diciembre, siempre acosado por guerrillas enemigas.

Después de haber librado con éxito el combate de Sabaneta y varios encuentros menores con las fuerzas destinadas por Miralles para la persecución, la cual fue sostenida hasta los límites mismos de la provincia de Coro. A las penalidades propias de una operación de este género se sumó la carencia de víveres, pues, persuadido de que el poder combativo de los disidentes, inferior al que tenían realmente, no les permitiría resistir el ataque de las fuerzas del gobierno, el brigadier Toro había calculado un apoyo logístico solo para 30 días.

La campaña no alcanzó el objetivo propuesto: la pacificación de la provincia de Coro, tras la reducción de la disidencia. En mayo de 1812, el marqués del Toro regresó a Caracas con su fuerza expedicionaria.

Campaña de Guayana de 1811 a 1812

El 3 de julio, oficiales españoles derrocaron a la junta local y organizaron una fuerza naval para dominar el río Orinoco, mientras sus tropas terrestres atacaron los pueblos en las fronteras de la provincia. Finalmente, el 12 de abril de 1811 saquearon Cabruta, llegando las noticias del evento en julio. Se decidió concentrar una fuerza en San Fernando de Apure para someter a los realistas.

El destacamento caraqueño, al mando del coronel Francisco González Moreno, salió de Santa Cruz del Orinoco; una segunda columna barcelonesa partió de Soledad, a las órdenes del teniente Rey Pedro María Freites; por último, de Barrancas y Uracoa el coronel Manuel Villapol llevaba tropas cumanesas. La escuadra estaba bajo la dirección del alférez de fragata Felipe Santiago Esteves Acevedo. La expedición no concentró sus fuerzas ni coordinó los movimientos. González tomaría Moitaco, después cruzaría el Orinoco y marcharía a Angostura, Freites cruzaría el río con rumbo a Angostura y Villapol tomaría los Castillos de Guayana para aislar a la ciudad del mar.

Para impedir la confluencia de fuerzas, 300 realistas bajo la dirección de Francisco de Quevedo atacaron Soledad, tomando el cuartel general de Freites el 6 de septiembre. Los republicanos fueron desorganizados y tuvieron que abandonar 22 piezas de artillería, bagajes y material bélico. En Santa Cruz, González se retiró sin luchar cuando el Tcol monárquico Lorenzo Fernández de la Hoz llegó a Pao de Barcelona, el Tcol entró en el pueblo sin luchar.

Los españoles organizaron una expedición a cargo del capitán Francisco Orozco y el fraile capuchino Fernando Coronil para conquistar las cuencas del Orinoco y el Apure, pero cuando llegaban a San Fernando se encontraron a los residentes listos para la defensa, fueron rechazados y obligados a retirarse. Quevedo salió hacia Barrancas, enfrentando a Villapol. Tras un día de batalla, el republicano se retiró a Tabasca. Fernández de la Hoz se unió a Quevedo y le relevó en la defensa de Barrancas cuando Villapol atacó y recuperó la villa el 4 de octubre. Los realistas retrocedieron a los Castillos de Guayana.

Tras el fracaso inicial, el gobierno republicano ordenó que las tropas caraqueñas y barcelonesas se unieran en un solo cuerpo al mando de los coroneles González Moreno y Francisco Solá. Salieron de El Pao y recuperaron Santa Cruz. De las costas del nordeste del país zarparon 29 embarcaciones para apoyar en su campaña al mando de Esteves, que superó las defensas del apostadero de Barrancas y cortó las comunicaciones fluviales. Villapol salió con 900 hombres de Cumaná y en San Fernando Manuel Aldao organizó una tropa de barineses, una columna partió de Maturín y el 28 de diciembre salió otra desde Barcelona a las órdenes de Ramón García de Sena.

La escuadrilla de Esteves llegó al caño de Pedernales, en el delta del Orinoco, mientras en tierra estaba el teniente Santiago Mariño. La flotilla realista llegó a la salida del caño Macareo para impedir a su rival la entrada en el delta. El 25 de febrero de 1812 se enfrentaron. Los realistas fueron vencidos, perdieron una goleta con 4 cañones y tuvieron que retirarse río arriba bajo constante persecución hasta los Castillos de Guayana. Sin embargo, al llegar allí, la flota republicana recibió órdenes de Villapol de retirarse a Barrancas, pues deseaba atacar por tierra a pesar de la falta de municiones y pertrechos que tenían sus hombres. Además, días antes tuvo que ceder 400 hombres para reforzar a González. Este último cruzó el Orinoco, toma Moitaco y marchó sobre Angostura, pero en lugar de asaltarla inmediatamente intentó negociar, dando al enemigo tiempo suficiente para reforzar las defensas y organizar una nueva flotilla.

Villapol avanzó a Sorondo, frente a Castillos, pero no atacó a Guayana La Vieja como se le había ordenado, porque González aún no le había devuelto las tropas. Este último decidió atacar sorpresivamente a Angostura el 23 de marzo, pero fue rechazado. Dos días después los barcos y flecheras realistas bajo el comando del teniente de fragata Francisco de Sales Echeverría atacaron Sorondo y tras un día entero de lucha vencieron a las fuerzas navales republicanas, cuando a los republicanos se les agotaron las municiones y granadas tuvieron que defenderse con piedras. Villapol y Esteves lograron retirarse a Barrancas con unos pocos sobrevivientes.

El 26 de marzo González atacó a Fernández de la Hoz en Angostura, pero cuando su asalto parecía exitoso, un violento terremoto hizo a ambos bandos retirarse en pánico. Dos días después, la flota realista volvió a Angostura y a la siguiente jornada el Cuerpo Expedicionario inició la retirada. El 30 de marzo, González y Solá entregaron el mando de sus fuerzas a sus lugartenientes y abandonaron a sus tropas para salvarse ellos, provocando el caos.​ Aldao terminó su avance en Caicara al enterarse de la derrota de las demás fuerzas y se retiró a San Fernando.

La derrota debilitó a las fuerzas y la moral de los soldados republicanos, justo cuando el capitán de fragata Domingo de Monteverde, el cura Andrés Torrellas, una compañía de infantería de marina de 120 soldados y 3 oficiales y unos 80 corianos iniciaba su avance sobre el centro del país.

Rebelión de Siquisique (15 de marzo de 1812)

En el otoño e invierno de 1811-12, los realistas vivieron una gran actividad al recibir ayuda puertorriqueña. Además, en ese mismo período se levantaron por todo el Occidente venezolano y los Llanos del Orinoco infinidad de guerrillas monárquicas (cuyo dominio de esas regiones quedó asegurado cuando Monteverde tomó Barquisimeto).

El 8 de febrero de 1812, desembarcó en La Vela de Coro el capitán de fragata Domingo de Monteverde con una compañía de marina compuesta por 3 oficiales y 120 soldados. Se ganó la confianza y el apoyo del coronel José Ceballos, gobernador de Coro, partiendo de la villa el 10 de marzo con el sacerdote Andrés Torrellas y 200 hombres con rumbo a Siquisique;​ apenas tenían 4 caballos.

Desde finales de febrero, el capitán urbano de los naturales de Siquisique, Juan de los Reyes Vargas, había comunicado a través del vecino León Cordero su desafección de la causa independentista y contactado con Torrellas, párroco de Siquisique,​ y alzó dos compañías,​ unos 200 fusileros y 100 flecheros, principalmente indios, dejando sin mando al capitán Pedro León Torres, quien estaba encargado de defender el pueblo. El republicano tenía una tropa de 130​ a 150 hombres que sus enemigos lograron sublevar. Torres estaba en su campamento de Copaya cuando se enteró de la revuelta de Reyes Vargas y partió a Siquisique, dejando a cargo a Juan Segundo Riera; otros dicen que estaba en el pueblo escuchando misa en el templo o en la plaza entrenando nuevos reclutas, preparándose para salir al paso de Monteverde. El capitán republicano fue arrestado junto al Justicia Mayor, el teniente Manuel Pacheco, el teniente Vicente García, el cabo N. Yahire y el soldado Tiburcio Mendoza.

Se proclamó lealtad a Fernando VII de España y sin esperar la llegada de Monteverde, Reyes Vargas dejó una pequeña guarnición a cargo de su padre, el canario José Manuel Santelíz,​ y salió con 100 fusileros y 50 flecheros​ en dirección a Carora, ocupando el pueblo de Río del Tocuyo, pero no avanza más por miedo a ser atacado por la guarnición republicana de Carora. En​ Río del Tocuyo, la población fue saqueada de inmediato por los monárquicos, estaba a dos leguas de Siquisique y a catorce de Carora, Reyes Vargas dejó una guarnición de 50 fusileros y volvió a Siquisique para reunirse con el canario Monteverde.

El 17 de marzo, Monteverde entró en el pueblo sin resistencia y reclutó 500 hombres para avanzar al centro del país, pues al pueblo empezaron a acudir multitudes de indios entusiastas por tomar las armas en favor del rey. El oficial canario fue recibido por los indígenas, reunido por Reyes Vargas y Torrellas, entre aplausos, vivas al Rey.

Combate de Los Colorados o de San José (25 de abril de 1812)

Tras el terremoto del 26 de marzo de 1812, en que se dice que fallecieron 7.000 personas solo en la capital, casi todos los templos se redujeron a escombros, dos tercios de las casas también y de las que seguían en pie estaban agrietadas, las fuerzas monárquicas lideradas por el capitán de fragata Domingo de Monteverde iniciaron su avance hacia Caracas.

El 7 de abril de 1812, Domingo de Monteverde entró en Barquisimeto.​ De las ruinas de la ciudad, destruida por un terremoto, el capitán realista extrajo 7 cañones, 600 disparos de artillería, municiones, fusiles y tiendas de campaña que usó para armar a sus tropas. Además, las prédicas de los sacerdotes hicieron que el populacho responsabilizara a los republicanos del desastre natural, permitiéndole reclutar más hombres. La columna monárquica apenas estuvo un día en la ciudad, pues se temía una epidemia por los cadáveres en descomposición, y siguió a Quíbor y El Tocuyo; Sarare también cayó rápidamente en su control. Envió un destacamento a cargo del teniente de fragata Manuel Geraldino​ a Mérida y Trujillo y al capitán de milicias Pedro González Fuentes a Barinas; todo para asegurar su retaguardia. Pronto esas provincias se pronunciaron leales al Rey.

Entretanto, el 4 de abril, el gobierno federal republicano, decidió suspender sus sesiones hasta el 5 de julio y dar poderes extraordinarios al ejecutivo. Lo formaban Fernando Rodríguez del Toro, Francisco Javier Uztaris y Francisco Espejo, con sus suplentes Francisco Javier Maíz, Juan Germán Roscio y Cristóbal Mendoza, quienes estaban en Valencia.

En esos momentos, las autoridades realistas formales empezaron a perder su influencia ante Monteverde y los oficiales que le acompañaban. Por ejemplo, en la primera mitad de mayo, el coronel José Ceballos salió de Coro para asumir el mando de la expedición según las órdenes del capitán general Fernando Miyares, le acompañaban 100 soldados llegados de Cádiz y Puerto Rico y 400 milicianos corianos, pero en Tocuyito se enteró de que Monteverde no cedería el mando.​ Ceballos envió a su ayudante, Mariano Arcaya, a hablar con el capitán de fragata para que reconociese su autoridad, pero este último le ofreció compromisos inaceptables. El coronel resolvió volver a su ciudad y ceder el mando de la tropa.​ Además, José García Miyares, el gobernador enviado por él para Barinas, fue obligado a irse por González Fuentes.

Monteverde avanzó hasta el pueblo de San José,​ en la llanura de Los Colorados,​ cercano de San Carlos, con 1.000 infantes y 180 jinetes, donde estaba el coronel Diego Jalón, quien se había retirado de Barquisimeto y estaba herido por el terremoto, mandando 1.300 hombres, principalmente reclutas. Por sus heridas cedió el mando al Tcol Miguel Ustáriz y el mayor general Miguel Carabaño Aponte. El sacerdote Pedro Gamboa elevó el número de republicanos en la batalla a 2.000.

El 25 de abril se dio el combate, pero cuando el batallón Puerto Cabello de Miguel Carabaño Aponte cargó contra el flanco izquierdo de los monárquicos, los jinetes republicanos del escuadrón El Pao cambiaron de bando a las órdenes del comandante Juan José Cruces y del capitán peninsular Julián Ontalva. Dos horas antes, Monteverde había negociado el cambio de bando, así que esperó a que sus enemigos fueran a buscarlo en San José y en el clímax de la batalla se produjo el evento. El batallón Barlovento, de 250 plazas, resultó diezmado con los milicianos de San Carlos y el coronel José Lazó tuvo que hacer grandes esfuerzos para salvar a los restos de la caballería republicana y retirarse en orden a Valencia.

Ustáriz logró huir a Valencia con los pocos sobrevivientes.​ Los monárquicos capturaron San Carlos​ y se hicieron con 2 cañones, más de 500 fusiles, pertrechos y todo el tren de campaña.

Monteverde aprovechó su nueva situación para enviar a su segundo, coronel Eusebio Antoñanzas, por los Llanos hacia Calabozo. Partió con 200 fusileros a los que luego sumó jinetes de El Pao, Tiznados y Guardatinajas, llegando a su objetivo el 20 o 21 de mayo. Los bisoños defensores resistieron por cuatro horas, pero acabaron rindiéndose, acabando con el saqueo de Calabozo, una gran matanza y la liberación de los presos de las cárceles. Estas tropas llaneras se dedicaron a asesinar prisioneros y civiles indefensos, lo que terminaría por atraer el odio de la población contra el bando realista.

Entretanto, Monteverde tomó rumbo a Valencia, capital federal de Venezuela.​ Allí, el gobierno republicano ofreció el mando al brigadier Francisco Rodríguez del Toro, pero este se negó a aceptar y lo asumió Francisco de Miranda como generalísimo de mar y tierra el 26 de abril, con todos los poderes, mientras el gobierno se retiraba a La Victoria.

Entrada creada originalmente por Arre caballo! el 2025-10-22. Última modificacion 2025-10-22.
Valora esta entrada
[Reduce texto]
[Aumenta texto]
[Ir arriba]
[Modo dia]
[Modo noche]

Deja tu comentario

Tu comentario será visible en cuanto sea aprobado.

Tu email no se hará público.