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Disputas por la sucesión
Tras su muerte, sin su fuerte liderazgo, sus descendientes se enfrascaron en cruentas guerras internas. Y las tribus germanas que había sometido comenzaron a ansiar el poder que había establecido Atila.
Ellac, fue el hijo mayor y heredero elegido de Atila, y lo sucedió como rey de los Hunos a su muerte en 453. Su ascenso al trono fue conflictivo debido a las disputas con sus dos hermanos Dengizich y Ernak.
Ardarico, el rey de los gépidos que fue uno de los generales más fieles de Atila, lideró la revuelta a la que también se unieron ostrogodos con el rey Teodomiro, y los hérulos. Se enfrentaron a los hunos junto a un río desconocido en Panonia de nombre Nedao. El ejército de los hunos fue derrotado, se dice que quedaron 30.000 cadáveres en el campo de batalla ente los dos bandos y durante la batalla o inmediatamente después murió Ellac el hijo mayor de Atila, su cabeza fue enviada a Constantinopla y colgada en las murallas.
Curiosamente, ese mismo año Valentiniano III mandó llamar a Palacio a Flavio Aecio y él mismo asesinó por sorpresa atravesándole con la espada imperial. Al año siguiente, dos antiguos oficiales de Aecio asesinaron al Emperador durante un desfile.
Tras la derrota, los hunos se retiraron al otro lado de los Cárpatos hasta las orillas del mar Negro, comenzando la desintegración del Imperio Huno. Uno de los generales llamado Tuldila y los hermanos Dengizich y Ernak se proclamaron reyes, dividiéndose de nuevo los hunos en diferentes facciones.
En el año 469, Dengizich, el último rey huno murió. Esta fecha marca el fin del Imperio Huno.
Final del Imperio huno
Los hunos siguieron sirviendo en las fuerzas del Imperio bizantino, el general Belisario los empleó en Persia y en el norte de África.
Finalmente, los hunos comenzaron a retornar a la vida nómada, aunque al menos tres grupos principales se quedaron en las estepas de Ucrania, y desde allí siguieron atacando hasta el siglo VI a los bizantinos. Estas tribus eran los onogur, los utrigur y los kotrigur.
Los kotrigurs o kutriguros
En el 551, los kotrigurs o kutriguros, al mando de del khan Zabergan, se unieron a los eslavos y atacaron la frontera romana.
Los Balcanes en aquella época, estaban bien poblados de habitantes, las incursiones de los bárbaros si bien eran realmente devastadoras, no por ello les salían totalmente gratuitas a los agresores. En muchas ocasiones, las guarniciones locales causaban serios estragos a los atacantes y en otras los propios campesinos, agrupados, daban caza a los grupos menos cohesionados que se atrevían a saquear y capturar prisioneros en sus comarcas. Por desgracia para los civiles, parece ser que los recaudadores de impuestos no hacían distinción entre los territorios que habían sido atacados y los que no, causando con ello un mal añadido que sacudía terriblemente la estabilidad de las provincias. Justiniano casi no pudo hacerles frente, pero consiguió pactar con los utriguros o utrigurs para que atacaran las tierras de los kotriguros o kotrigur, de modo que estos tuvieron que volver a toda prisa.
Hacia el 558 todo un alarde de poder y capacidad, los kutriguros dividieron sus fuerzas en tres grandes agrupaciones: la primera fue enviada hacia occidente (Adriático), la segunda directamente contra la capital, Constantinopla, y la tercera contra Querson, territorio bizantino en Crimea.
Los bizantinos suplicaron al ya anciano pero genial general Belisario que dirigiera la resistencia, y lo consiguió. La lucha fue larga y difícil, y así, mientras los invasores amenazaban Constantinopla y eran frenados por el general Belisario, la otra columna de ataque llegaba hasta las Termópilas, en el centro de Grecia.
En el año 559, Zabergan sitúa su base de operaciones en la ciudad tracia de Arcadiópolis con la idea de renovar, más todavía si cabe, la presión que ejerce sobre el territorio bizantino. Para entonces Justiniano contaba con nuevos aliados, los ávaros.
Cuando el khan kutrigur, recibe las noticias del ataque de estos recién llegados, que arremeten desde el extremo oriental de su extenso imperio estepario, el emperador bizantino le hace llegar la oferta de una sustanciosa compensación en metálico por su retirada. Zabergan acepta el tributo ofrecido por los romanos y se repliega rápidamente al otro lado del Danubio. La amenaza para el kutrigur fue tal que intentó que sus vecinos, los eslavos de Antas, se uniesen a ellos, pero no lo logró, enfrentándose solo al desafío.
Poco después los kutrigurs fueron aplastados y obligados a unir sus fuerzas a las de los invasores ávaros. Después de ser derrotados, y de la muerte de Zabergan los kotrigurs y sus vecinos volvieron a la estepa, y fueron absorbidos por los ávaros que era el nuevo poder de las llanuras.
Muchos otros hunos sirvieron de mercenarios en otros ejércitos romanos. Otros se enrolaron como “bucelarios”, o escolta de honor de carácter mercenario, de generales romanos. De este modo, los hunos se fueron diluyendo absorbidos por los nuevos poderes, y desaparecieron lentamente en la Historia.