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Movimientos previos
Los temores de Vandamme estaban a punto de hacerse realidad. La persecución francesa se había vuelto poco entusiasta y, aunque se había capturado gran parte del equipaje y el material abandonados, no se había producido el corte y la destrucción de las diversas columnas aliadas. La única columna enemiga que podría haberse encontrado en verdaderos problemas era el cuerpo prusiano comandado por el TG Friedrich Emil Fredin y Heinrich von Kleist. Estas tropas habían tomado la antigua carretera Teplitz cuando retrocedieron después de la batalla de Dresde y estaban siendo perseguidas por el mariscal Saint-Cyr, quien hizo un esfuerzo por tratar de mantenerse en contacto con ellos y finalmente perdió el contacto por completo.
Hacia las 16:00 horas del día 29, las unidades avanzada de August Kleist comenzaron a llegar a Fürstenwalde. Aquí fueron recibidos por un ayudante de campo del rey de Prusia con órdenes de avanzar hacia el valle de Teplitz lo antes posible y reforzar a Ostermann-Tolstoy en Priesten. Pero Kleist objetó, afirmando que sus tropas estaban agotadas y tenían que descansar, además de que era demasiado tarde para que pudiera reunir a todas sus unidades, algunas de las cuales todavía estaban a lo largo del camino. Más tarde esa noche, el coronel Schöler llegó con otro mensaje del Rey instruyendo a Kleist para que tomara la ruta sur-este hacia Nollendorf, donde podría caer sobre la retaguardia de Vandamme.
Durante la noche del 29/30 de agosto, comenzaron a llegar refuerzos aliados en gran número junto con el general Barclay de Tolly y Karl von Schwarzenberg; ambos fueron recibidos con entusiasmo por el rey prusiano que se había quedado en Handstein enviando mensajes urgentes de ayuda a lo largo del día 29 de agosto. El Zar y su séquito ya habían despejado las montañas y se dirigían a unirse a Federico-Guillermo, mientras que el emperador de Austria todavía esperaba su momento en Laun esperando acontecimientos más favorables.
Durante la noche, Vandamme, que se sentía menos seguro de que la ayuda estuviera en camino, se reunió con los comandantes de su división y el oficial de enlace de Napoleón, el general Franҫois – Nicolas Benoît Haxo; que se había incorporado al personal de Vandamme como asesor en ingeniería y asuntos topográficos. Vandamme se tranquilizó cuando todos estuvieron de acuerdo en que la posición debía mantenerse hasta que llegara el apoyo.
En el lado aliado del campo, el coronel Schöler había llegado al cuartel general a las 03:00 horas e informó a Diebitsch que Kleist intentaría tomar el camino a Nollendorf. A partir de entonces, Diebitsch, acompañado por el general conde Karl von Toll, consejero militar del Zar, realizó un reconocimiento del campo de batalla tras el cual elaboraron un plan de ataque que presentaron a Barclay de Tolly. El plan implicaba que los rusos fijaran rápidamente a Vandamme a su derecha y centro entre Straden y Priesten; una vez logrado esto, las divisiones austriacas de Karl von Colloredo de Bianchi flanquearían la posición francesa hacia el sur a través de Karwitz y Böhmisch Neudorf, apoyados por la caballería rusa. Si Kleist llegaba a tiempo, toda la posición de Vandamme sería atacada de frente, por los flancos y por la retaguardia en número superior y aplastada.
Barclay de Tolly, a quien Schwazenberg le había dado el mando de todas las fuerzas aliadas para la continuación de la batalla, estuvo de acuerdo con el plan, fijando la hora para el comienzo de las operaciones a las 06:00 horas, llegada de algunas de las formaciones austriacas. Durante la noche, los restos irregulares de la DI-1 de la Guardia fueron sacados de la línea y puestos en reserva, ocupando su lugar la DI-2 de la Guardia y la DG-1. También el resto del cuerpo de Wurtemberg, que se había extraviado en las montañas, se reincorporó al cuerpo principal. Estas tropas, junto con los escuadrones masivos de caballería rusa y austríaca, cuando finalmente estuvieran todos arriba, darían a los aliados unos 50.000 hombres con 130 cañones. Cuando Kleist pudiera unirse a la refriega, traería otros 25.000 hombres y 104 cañones.
Al otro lado del camino, Vandamme, totalmente inconsciente del destino que le esperaba a él y a su mando, todavía estaba decidido a ser el agresor. A su izquierda, alrededor del pueblo de Böhmisch – Neudorf, colocó la BRI-I/2 de Dunesme (RIL-13 [4] en primera línea y RI-25 [4] en segunda), una Bía de ocho cañones cubría el frente. 2 Cías del RIL-13 en el pueblo. En la parte trasera derecha de Dunesme estaba DCL-1/I de Corbineau respaldada por una fuerte reserva en su retaguardia entre Kulm y Schanda que consistía en la BRI-II/23 de Quiot (RI-55 [2] y RI-85 [4]), con sus BIs alineados en la carretera principal de Teplitz. A la derecha de Quiot estaba alineada la BRCL-XXI de Gobrecht (4) con la ahora muy reducida BRI-I/5 de Revest (8) en su retaguardia. A la derecha de Gobrecht, la BRI-II/2 de Doucet tomó posición con el RI-57 (3) y el RI-51 (2), desplazándose más tarde a las afueras de Kulm.
En algún momento alrededor de las 06:00 horas, la artillería de reserva de Vandamme finalmente logró unirse al resto del cuerpo. Esta bienvenida adición de 6×12 cañones y 2 obuses más una Bía a caballo de 8×6 cañones se colocó frente a la BRIL-XXI de Gobrecht (4). A la derecha de Corbineau, Baltus ahora había formado una línea de fuego que contenía más de 40 cañones y, a la derecha de estos, nuevamente estaban alineadas la DI-1/I de Phillipon (16) y la DI-42 de Duvernet (9), extendiendo la línea hasta Straden y luego hasta Sawmill. Con todo su cuerpo ahora reunido, Vandamme ahora tenía alrededor de 34.000 hombres y 84 cañones.
Con las primeras luces, los piquetes comenzaron a dispararse unos a otros y a cualquier otra cosa que se moviera. Los incendios en Straden y Preisten se habían extinguido, pero el humo de los restos humeantes de algunos de los edificios aún flotaba sobre los campos.
Desarrollo de la batalla
A las 07:00 horas, Vandamme, que había establecido su cuartel general en Kulm, dio la orden de atacar, adelantándose a los propios planes ofensivos de los aliados. Todavía consideraba que el flanco izquierdo enemigo era el más vulnerable. Los batallones franceses al mando de Duvernet avanzaron con fuerza contra esta parte de la línea aliada con gran determinación, lo que provocó que los RIs rusos Volhinia y Krementsoug retrocedieran ante su ataque, y su desconcierto se sumó al fuego de una batería de artillería, que Duvernet había logrado instalar en las alturas boscosas sobre el Aserradero. Estos cañones enfilaron las formaciones rusas segando hombres en hileras.
El ataque de Duvernet estaba siendo presionado tan vigorosamente que los regimientos Volhinia y Krementsoug tuvieron que ser apoyados por la cansada y gastada DI-1 de la Guardia rusa, junto con varias baterías de artillería que se adelantaron para ayudar a restaurar la situación. Estos refuerzos detuvieron el avance francés durante un tiempo, pero era obvio que se necesitaría más ayuda para apuntalar el tambaleante flanco izquierdo.
En el centro, los franceses y los rusos no intentaron enfrentarse de cerca, contentándose con un bombardeo de largo alcance de una posición a otra, que causó pocos daños, pero oscureció gran parte del campo con nubes de humo.
En la derecha aliada, las DI-1 austriaca de Colloredo (12) y la DI-2 austriaca de Bianchi (12) comenzaron a avanzar para flanquear la posición de Vandamme alrededor de las 7:00 horas, su avance se vio obstaculizado por la llegada repentina de uno de los ayudantes de Barclay de Tolly, quien solicitó asistencia urgente para ser enviado al asediado flanco izquierdo. Esto se produjo pronto cuando Bianchi separó la BRI-III/1 de Hesse-Homburgo (RI-2 [2] y RI-33 [2]) junto con su artillería de apoyo y la envió hacia el norte. Las tropas de Hesse-Homburgo hicieron un buen progreso, marchando a través del pueblo de Marschen detrás de las líneas aliadas. Desafortunadamente, su camino les llevó demasiado cerca de las baterías francesas alrededor de Straden, quienes de repente cambiaron parte de su fuego sobre los RIs austríacos. Moviendo rápidamente a sus tropas hacia su izquierda, Hesse-Homburgo destacó su propia artillería y luego enfrentó a las baterías francesas en fuego de contrabatería.
Finalmente, saliendo de la zona de muerte impuesta por los cañones franceses, Hesse-Homburgo logró preparar su BRI-III/1 para el ataque. En primera línea situó el RI-2, y detrás el RI-33, destacando una compañía de cada RI y enviándola para tratar de rodear el flanco izquierdo francés a lo largo de las estribaciones boscosas. El resto de la BRI avanzó en columnas de batallón, unidas a su derecha por RI ruso Volhynia. Los cañones franceses abrieron fuego con munición de bola y posteriormente con munición canister, que causo muchas bajas. Luego sufrieron una descarga de mosquetería de los franceses. Se detuvieron realizaron una descarga y a continuación cargaron a la carrera a la bayoneta antes de que los franceses tuvieran tiempo de cargar. La infantería de Duvernet retrocedió a su línea principal alrededor de Straden, su artillería se aprovechó y también emprendió una rápida retirada. La línea de la izquierda aliada se estaba estabilizando una vez más; Barclay de Tolly se centró en flanquear la izquierda de Vandamme.
A las 08:00 horas, la DI-1 austriaca de Colloredo se había movido a través de Karwitz hacia el flanco francés. Allí, al darse cuenta de repente de que empujando aún más a su derecha y usando las alturas de Strisowitz para proteger sus movimientos, podría rodear completamente toda la posición de Vandamme, eventualmente unirse al cuerpo de Kleist y cortar cualquier esperanza de retirada. Colloredo envió un mensaje urgente a Barclay pidiéndole permiso para intentar esta maniobra. Este se la dio, pero con la condición de que parte de la fuerza austriaca aún debería enviarse para contener las tropas que los franceses pudieran tener alrededor de Böhmisch-Nuedorf. De acuerdo con estas nuevas directivas, Colloredo movió su DI-1 más hacia la derecha, dirigiéndose hacia el extremo sur de la colina Strisowitz, mientras que la DI-2 de Bianchi llenó el hueco al frente del Böhmisch Neudorf.
Vandamme se dio cuenta del movimiento enemigo alrededor de Karwitz. Ordenando al RIL-13 y una batería que se adelantaran para frenar el avance del enemigo, también envió órdenes para que la BRI-II/23 de Quiot estuviera lista para avanzar hacia Unter Arbesau. Todavía estaba observando estos movimientos cuando sobre las 09:00 horas, llegó un correo de Dunesme informando que se habían visto fuertes columnas enemigas ascendiendo por el terreno elevado a su izquierda. Vandamme se dirigió a la zona y detectó signos de movimiento cuando las cabezas de las columnas austriacas de Colloredo llegaban a las alturas hacia Auschine.
Al no tener suficientes tropas para cubrir una zona tan grande, Vandamme ordenó a Domonceau que se retirara de Böhmisch-Neudorf y concentrara su DI-2/I en el terreno elevado justo al sur de Kulm, con su ala izquierda anclada en Unter Arbesau. Tomando varias baterías de la línea de cañones de Baltus alrededor de Straden, Vandamme las colocó frente a las formaciones de Domonceau donde rápidamente entraron en acción contra los cañones austriacos y rusos que habían sido llevados desde Karwitz.
Buscando mantener a los franceses ocupados en todo su frente hasta cerrar la trampa, la caballería rusa, compuesta por el RCC de la Emperatriz (4), el RC ulano tártaro (6) y el RC cosaco de Illowaiski, bajo el mando de Knorring, se movió para enfrentarse a la BRI-I/2 de Dunesme (8) mientras retrocedía de acuerdo con las instrucciones. Formando cuadros de batallón, el RIL-13 (4) y el RI-25 (4) se enfrentaron a los escuadrones que se aproximaban, cuando estaban cerca lanzaron una andanada que derribó a hombres y caballos y les hizo virar bruscamente a derecha e izquierda.
Intentando evitar el fuego que vomitaban los cuadros de infantería, lacaballería de Knorring se lanzó contra la artillería francesa, cortando en pedazos un BIL del RIL-13, que intentaba proteger los cañones. Sin embargo, sin el apoyo de la infantería, la caballería rusa fue rechazada por una enérgica contracarga lanzada por la BRCL-III de Heimrodt (4). Al ver retroceder a la caballería rusa, Bianchi adelantó su artillería de brigada, acompañada de varias baterías rusas, hacia la elevación del terreno al noreste de Böhmisch-Neudorf y comenzó a lanzar una andanada de fuego que impidió cualquier continuación por parte de los franceses.
Para fijar a los franceses hasta completar el movimiento envolvente de Colloredo; Barclay ordenó un asalto general a lo largo de la línea. A la izquierda, los RIs Volhynia (2) y Krementsoug (2), junto con la DG-1/3 (12) y respaldados por la BRI-III/1 austriaca de Hesse-Homburgo (4), se enfrentaron a las formaciones de Duvernet y Philippon alrededor de Straden. En el centro, la DI-2 de la Guardia se movió para amenazar el flanco de Philippon y la línea de artillería francesa. La DCC-1 de Depreradovich (RCCs Guardias de Corps [6], Caballeros de la Guardia [6], del Emperador [4]) y la DCC-1 de Kretov (RCCs de Astracán [3], Ekaterinoslav [3], Pskov [3] y Gluchov [5]) acercaron por su derecha al vértice de la línea de Vandamme, justo al sur de Kulm. Bianchi también hizo avanzar a la BRI-II/1 de Mariassy (4) y la BRI-I/I de Quallenberg (4) en preparación para un ataque total contra los batallones reducidos de Dunesme. En el extremo derecho de la línea aliada, las cosas estaban a punto de cambiar drásticamente.
En algún momento sobre las 11:30 horas, Colloredo, cuyos austriacos habían estado involucrados en una serie de tiroteos con la BRI-I/2/I de Dunesme desde que cruzó la colina de Strisowitz, estaban a punto de asaltar Unter Arbesau cuando escuchó el estruendo de la artillería en dirección a Tellniz. Al no estar seguro de cuál era el preludio de esta repentina erupción de disparos, Colloredo detuvo a sus tropas y envió a varios miembros de su personal para determinar la causa.
Abajo, en Kulm, el primer estruendo del cañón hacia el norte, fue recibido con mucho alivio y alegría por Vandamme y su personal, ya que se pensó que por fin el Emperador o Saint-Cyr habían llegado al campo. Sin embargo, este ataque de euforia duró poco, ya que pronto llegó un ayudante al galope con la desalentadora noticia de que los prusianos estaban en su retaguardia. Vandamme ordenó de inmediato la retirada de sus fuerzas.
Temprano en la mañana del 30 de agosto, toda la fuerza del CE-II austriaco de Kleist estaba en marcha, sus elementos avanzados llegaron a Tellniz alrededor de las 11:30 horas. Esta vanguardia estaba compuesta por el RH-2 de silesia (2) y RI-7 de reserva (3) apoyado por la Bía-7 a caballo. El resto del cuerpo de Kleist estaba formado por las BRMs IX, X, XI y XII; DC de reserva de Röder y artillería acompañante.
La primera prioridad de Vandamme era contener las columnas austriacas al mando de Colloredo y, al mismo tiempo, intentar abrir un agujero en la red que ahora amenazaba con atraparlo. Usando sus líneas interiores con buenos resultados, el comandante francés primero ordenó a la DCL-1 de Corbineau que contuviera a la caballería rusa de Knorring que apoyaba el avance de Colloredo, mientras que la BRCL-XXI de Gobrecht permaneció en reserva al norte de Kulm. Luego movió la BRI-II/23 de Quiot para apoyar a Dunesme en Unter-Arbesau. A continuación envió la BRI-II/42 de Creutzer para atacar la amenaza prusiana en su retaguardia, mientras que la BRI-I/5 de Revest también giró y se preparó para seguir su estela. La BRI-II/42 de Creutzer y la BRI-1/I de Puchelon ejecutarían una retirada escalonada frente a Straden y Priesten, retrocediendo hasta el momento en que ellos también pudieran agregar su peso para abrirse camino a través de los prusianos.
Sin embargo, todo esto tomó tiempo, y fue mucho después de la 13:30 horas cuando la BRI-II/42 de Creutzer logró lanzar su ataque contra la línea de batalla cada vez más densa de Kleist, momento en el que la atención de Vandamme se había centrado en una columna de prusianos que avanzaban para ocupar Ober-Arbesau en la parte trasera izquierda francesa. Inmediatamente, ordenó a la BRI-I/2/I de Dunesme que los sacara del pueblo, al mismo tiempo que envió a Gobrecht para apoyar este ataque con su BRCL-XXI. Dejando al RIL-13 (4) para contener a los austriacos frente a Unter-Arbesau, Dunesme formó rápidamente el maltrecho RI-25 (4) en dos columnas y las envió al asalto, mientras la BRCL-XXI de Gobrecht cubría su flanco izquierdo.
El RC jäger de Anhalt atacó de frente al RH-2 de Silesia que cubría el flanco de su propia infantería alrededor de Ober-Arbesau; mientras que el RC-9 de ulanos atacó a los silesianos en su derecha expuesta. La lucha subsiguiente duró poco y los húsares silesianos fueron rechazados en desorden. Los jinetes franceses se dirigieron a continuación a una batería de artillería prusiana que acababa de desmontar para prestar apoyo a sus hermanos de caballería que ahora huían. Incapaces de lanzar una salva debido a que su propia caballería estaba en la línea de fuego, los artilleros prusianos fueron sableados mientras estaban junto a sus piezas, y tres cañones fueron capturados antes de que los restos de la batería lograran escapar. Mientras reunía sus escuadrones, el coronel del RC-9 de caballos ligeros Jean-Maximillen Fredo, fue alcanzado por una bala de mosquete en la ingle, haciéndolo caer de su caballo.
Gobrecht pidió refuerzos, ya que podía ver claramente que grandes columnas de infantería prusiana estaban formando para un ataque. Estas tropas pertenecían a la BRM-X/II de Pirch (RI-2 de Prusia Oriental [2], RI-7 de la reserva [3], RI-9 Landwehr de Silesia [4] y RD de Neumärk (2) y RC-1 Landwehr de Silesia [2]).
A las 14:00 horas, la falta de efectivos comenzaba a notarse y Vandamme tuvo que traer a un BI de Creutzer para apoyar a Gobrecht, junto con los 3 cañones tomados, ayudados por las tácticas de ataque y fuga de la caballería francesa, lograron frenar el avance prusiano. Tal como estaban las cosas, Vandamme no quería perder el equilibrio dedicando demasiado esfuerzo a lo que ahora se había convertido en su retaguardia derecha, prefiriendo concentrar tanta fuerza como fuera posible para un avance directo a lo largo de la carretera principal que conduce a Nollendorf y Peterswald. Sacrificando su artillería para lograr este propósito, Vandamme ordenó quemar sus cajones y destruir las municiones. Después de detener al enemigo durante el mayor tiempo posible, todos los cañones en la línea de armas debían ser clavados, los artilleros se retiraron lo mejor que pudieron siguiendo a la infantería.
Vandamme durante la retirada se expuso en varias ocasiones y estuvo en constante peligro, aguantó hasta el final asegurándose de que la mayor cantidad posible de sus tropas salieran de la trampa.
Salir de la trampa era sin duda una prioridad en la mente de la mayoría de los jóvenes soldados franceses. A la derecha, los hombres de la DI-42 de Mouton-Duvernet, al ver que su línea de retirada se reducía cada vez más debido a que estaban siendo presionados contra la ladera escarpada de las montañas, comenzaron a dispersarse, muchos tirando sus armas y tratando de trepar por la ladera. Otros formaron cuadros que se mantuvieron firmes hasta que estos también comenzaron a desintegrarse, muchos abandonaron las filas y se unieron al flujo general de fugitivos que abandonaban la batalla.
La BRI-II/2/I de Doucet le fue mejor, retrocediendo en buen orden a través de Kulm en dirección a Tellnitz, fueron seguidos de cerca por lo que aún quedaba de la BRI-I/5 de Revest, y también por la BRI-II/1/I de Fezensac; la BRI-I/1/I de Ponchelon permaneció defendiendo la línea hasta que Kulm fue abandonado por las otras unidades, luego siguió la línea general de retirada. La BRI-I/2 de Dunesme junto con la BRI-II/23 de Quiot, retuvieron a los austriacos y prusianos alrededor de Ober-Arbesau, mientras que la BRCL-XXI de Gobrecht, se unió a la BRCL-II/I al mando de Montmarie y juntos hicieron una carga enérgica contra el RI-10 Landweher de Silesia (3) que acababa de llegar al campo y se estaba desplegando para proteger una batería de posición que había entrado en acción al otro lado de la carretera principal. La batería se las arregló para lanzar una andanada irregular y poco entusiasta antes de que los jinetes franceses llegaran sableando a voluntad, lo que provocó que los silesianos retrocedieran en desorden. Al ver la oportunidad de aprovechar esto, Vandamme ordenó a las BRIs de Quiot y Revest que siguieran con un ataque de bayoneta que abrió una brecha en las líneas prusianas.
Los fugitivos del RI-10 Landweher chocaron contra el RI-2 de Silesia que venía a apoyarlos, su impacto tuvo un efecto en cadena que provocó que aún más tropas se unieran a la huida arrojando sus armas. Esta oleada en fuga se detuvo, pero solo brevemente, cuando el príncipe Federico-Guillermo-Enrique, primo del rey de Prusia, desmontó y agarró el estandarte del BI-II/2 de Silesia gritando: “¡Quien tenga un verdadero corazón prusiano, sígame!” No muchos lo hicieron. Los que siguieron al príncipe pronto se vieron obligados a retirarse ante la avalancha de hombres en huida a los que no les importaban arrollar a cuantos se encontraban de frente.
Habiendo abierto una brecha en las líneas prusianas, la siguiente tarea de Vandamme era asegurarse de que salieran tantas tropas como fuera posible antes de que los aliados volvieran a cerrar el hueco. Las otras brigadas del CE-II de Kleist se acercaban, y su artillería ya se desmontaba y se preparaba para abrir fuego. Vandamme llamó a la DCL-1/I de Corbineau para despejar el camino.
Corbineau reunió sus escuadrones y los condujo directamente hacia la línea de cañones enemiga, que de repente estalló en una ráfaga de humo cuando algunos de los artilleros lograron disparar con metralla. Algunos jinetes y caballos cayeron al suelo entre, pero el cuerpo principal siguió adelante, atravesando con fuerza los cañones prusianos, dispersándolos a todos y provocando una reacción en cadena de pánico que se transmitió a la infantería prusiana que intentaba para formar cuadrados para enfrentar la avalancha de jinetes. Sin tiempo para completar sus formaciones, la infantería comenzó a dispersarse, algunos intentaron seguir las órdenes de su oficial para una retirada ordenada, pero la mayoría corrió para salvar la vida hacia las colinas. No contento con los estragos que ya habían causado en los cuadros, Corbineau reagrupó sus jinetes para otra carga, permitiendo que miles de fugitivos franceses escapasen.
El sacrificio de la caballería francesa no fue en vano. A las 15:30 horas, los rusos y los austriacos se habían apoderado de la posición francesa alrededor de Kulm, tomando más de 7.000 prisioneros y toda su artillería. Otros 8.000 habían resultado muertos o heridos durante el avance a Kulm y la subsiguiente batalla de dos días, pero esto aún significaba que más de 10.000 habían logrado abrirse paso. Aunque Dunesme había muerto al frente de su brigada en una retirada de combate de Ober-Arbesau y Quiot fue hecho prisionero defendiendo Kulm. Muchos de los oficiales de alto rango del CE-I habían logrado permanecer con sus unidades. El propio Vandamme fue uno de los últimos en intentar abandonar la trampa, siendo hecho prisionero en las colinas sobre Kulm, donde había estado organizando la evacuación de sus tropas. Andréiévitch Kolzakov, que fue ayudante de campo del Gran Duque Constantino, cuenta que cuando regresaba de entregar un despacho a Kleist, tuvo que desmontar debido al estado de fatiga de su caballo. Frente a él hubo cierta confusión y se vio a varios oficiales franceses cabalgando hacia él seguidos de cerca por un grupo de cosacos, con más llegando de otras direcciones. Los oficiales pronto fueron rodeados y los cosacos estaban a punto de acabar con ellos cuando Kolzakov afirmó: “Escuché un fuerte grito, ¡General ruso, sálvame!… Grité: ¡Alto, cosacos, alto! ¡No los golpeéis! Pude detenerlos a tiempo. Los franceses fueron rodeados por todos lados y hechos prisioneros”.
Secuelas de la batalla
Las bajas aliadas ascendieron a más de 11.000 muertos y heridos, los rusos se llevaron la peor parte de la lucha el primer día, y los prusianos y austriacos sufrieron mayores pérdidas durante el segundo día de batalla. Los aliados capturan 82 cañones, 2 estandartes y 5 banderas.
El Ejército de Bohemia pudo retirarse a Austria y reorganizarse, gracias a esta victoria táctica. El zar Alejandro acusaría a Vandamme de bandidaje, pero abastecerse sobre el terreno era una práctica común en los ejércitos contemporáneos cuando se les acaban los suministros que transportan.
Napoleón culpó de este desastre a Vandamme, al que dio por muerto, pero lo cierto es que fueron sus otros CEs los que no pudieron ayudarle tal como había planeado. Es una de las peores derrotas de todas sus campañas.