Independencia de los Países Bajos

Alzamiento de los Países bajos

Tras la batalla de Leipzig, se suponía que el Ejército del Norte, comandado por el príncipe heredero sueco Karl Johan (Bernadotte), liberaría los Países Bajos. A mediados de noviembre de 1813, varios Streifkorps rusos ya operaban con éxito en el norte de Alemania: el mayor-general Alexander Benckendorff, y los coroneles Naryshkin (3 RCs cosacos), Balabin (5 RCs cosacos en ausencia de Chernyshev) y Lopukhin.

El destacamento de Benckendorff estaba compuesto por el RI de Tula (700), RIL-2 jäger (1), RH de Pavlograd (800), 5 RCs cosacos, y una Bía a caballo; en total unos 3.500 efectivos.

Los coroneles Naryshkin y Balabin recibieron órdenes de incorporarse a Benckendorf, que decidió invadir Holanda. Con las fuerzas reunidas se dirigió a Deventer, por el camino recibió la noticia de que estaba defendida por una guarnición de 3.000 hombres, bien abastecidos y reforzados por una artillería considerable. Decidió realizar un ataque sorpresa, se acercó por la noche a la ciudad y al amanecer envió al RC Bashkir al mando del mayor Gagarin que cruzara el río Yssel y fingera un ataque en el puente que conduce a la fortaleza. El ataque fue un fiasco, pero tuvo pocas bajas, ya que la oscuridad permitió retirarse.

Como no tenía medios para tomar Deventer, dejó un destacamento al mando del coronel Balabin para observar la fortaleza mientras avanzaba hacia Zwolle.

El 12 de noviembre, Zwolle no estaba preparado para un ataque, la guarnición lo componían de 200 a 300 soldados de caballería mal equipados. Envió algunos cosacos del destacamento de Naryshkin delante de la fortaleza para atraer a los defensores, que se aventuraron a salir, siendo derrotados y, en medio del desorden, el resto de las tropas entraron en Zwolle y capturaron la mitad de la guarnición. Dejó un destacamento en Zwolle. El control de este pueblo permitió cruzar el río Yssel y establecer comunicación directa con Holanda.

En Zwolle se encontraba al general holandés von der Platen, que había vivido en Rusia y que dio información detallada sobre las fuerzas enemigas y los sentimientos de la población local. Enviaron un emisario a Ámsterdam que regresó acompañado por un hombre de confianza del general Kraënhow, gobernador provisional de la capital, quien prometió el apoyo de los habitantes entusiastas y me instó a acelerar mis acciones. Informó al general Bülow sobre esto y le pidió que avanzara rápidamente a Holanda. Mientras tanto, para no perder el tiempo y obligar a los holandeses a oponerse abiertamente a Francia, entregó 200 cosacos al comandante Marklai con órdenes de avanzar sin tregua a Ámsterdam.

El 12 de noviembre, un grupo de cosacos intentó tomar por sorpresa la ciudad de Deventer, tratando de tomar la puerta Brink. Siendo repelidos por la guarnición francesa.

El 15 de noviembre, un destacamento del coronel Rosen liberó Groningen. En esta situación, el movimiento de liberación nacional en el país se había intensificado considerablemente. El 15 de noviembre hubo un levantamiento en Ámsterdam, el 17 de noviembre en La Haya. En La Haya, los rebeldes exigieron la restauración de la independencia del país y llamaron a reunirse bajo la bandera del Príncipe de Orange, que todavía estaba en Londres.

La noche del 22 de noviembre, el general Benckendorff partió de Zwolle hacia Haverdrick, allí encontró suficientes barcos para embarcar 600 de infantería que se dirigieron a Ámsterdam, la capital de Holanda, para liberarla de la ocupación francesa. Esperando desmoralizar a los defensores, les hizo saber que contaba con 6.000 rusos, casi el doble de sus efectivos, y pidió a los ciudadanos que se rebelasen.

Mientras, los rusos del general Zhevakhov y los prusianos de Bülow avanzan hacia Utrech, los cosacos del general Stahl persiguieron a los franceses en retirada hacia Vyck y Vyanen, y los del coronel Naryshkin avanzan hacia Rotterdam. En Helder, el almirante francés Verhul rindió la plaza al mayor ruso Marclay.

Pronto una muchedumbre de holandeses abarrota las calles de Ámsterdam clamando por la libertad de su patria, mientras en ventanas y balcones comienzan a lucirse banderas de la Casa real de Orange. La Guardia Nacional, al servicio de los franceses, se desplegó en la plaza del Palacio Real, pero pronto fueron reducidos por un desembarco de infantería rusa.

La población se dirigió alborozada al Palacio, donde destacados políticos e intelectuales se reúnen formando un gobierno provisional, cuyos miembros acuerdan y rubrican el Acta de Restauración de la Independencia de Holanda, que a las 10:00 de la mañana fue leída a la multitud desde un balcón del Palacio, siendo recibida con entusiastas vítores; los rusos hacen más solemne el momento disparando una salva de artillería.

Después, miles de milicianos de todas las edades y condiciones sociales se proveyeron de armas de caza o herramientas, uniéndose a los rusos en su marcha hacia las fortalezas de Mugden y Halweeg, donde están encerrados los franceses; que intimidados por el tumulto de insultos y amenazas optaron por rendirse al ver llegar más columnas de soldados aliados; se entregan un total de 600 hombres y 26 cañones en las dos fortalezas.

El 30 de noviembre, llegó el príncipe Guillermo VI de Orange escoltado por tropas rusas, recibiendo calurosas ovaciones por las multitudes que abarrotaban las calles de camino al Palacio, donde fue recibido por el general Benckendorff; que se encuentra en apuros para apartarle del gentío que pretende estrechar su mano, besarle o abrazarle. El noble sale al balcón del Palacio, siendo aclamado con gran fervor por los ciudadanos.

Al día siguiente, 1 de diciembre, Guillermo VI adoptó el título de Príncipe Soberano de los Países Bajos, eligiendo como capital del nuevo estado la ciudad de La Haya, aunque no sería reconocido internacionalmente como rey hasta marzo de 1815.

Sin embargo, la proclamación de la independencia fue un mero gesto político, pues parte de los Países Bajos aún seguían ocupados por tropas francesas. Los generales Benckendorff y Zhevakhov se dirigieron al día siguiente a Róterdam dejando a los prusianos de Bülow ocupar Utrech, mientras el general Stahl avanzó hacia Leck, Bommes y Gorcum.

Los voluntarios holandeses ocuparon de Briel y Helvoestluys, el BIL jäger se apoderó de Dordrecht y el capitán Peterson con 100 cosacos y valientes compatriotas expulsaron al enemigo de Hoge-Swaluwe.

Asedio de Naarden (17 de noviembre 1813 al 12 de mayo de 1814)

La ocupación

La guarnición de Naarden estaba formada por franceses y holandeses, que era completamente compatible con las circunstancias militares de ese momento. Napoleón temía anteriormente una defensa difícil de los Países Bajos por encima de los ríos principales, de modo que concentró las principales tropas y depósitos de municiones al sur de allí se concentró. El relativamente pequeño ejército de ocupación que quedaba al norte de los ríos estaba mandado por el general Molitor. Sin embargo, su división evacuó Ámsterdam el 14 de noviembre y se retiró.

Regresó a Utrecht y dos semanas después a Gorinchem. En diciembre, al norte de los ríos solamente quedaban las guarniciones francesas en Coevorden, Delfzijl, Deventer, Den Helder, Naarden y Gorinchem con todo tipo de restos del ejército.

Inicio del asedio

El 24 de noviembre de 1813, el general Cornelis Kraijenhoff fue nombrado gobernador de Ámsterdam y los fuertes circundantes. La Guardia Nacional francesa de esa ciudad se habían puesto del lado de los Orange y se llamaban a sí mismos milicia de Ámsterdam otra vez. En diciembre Kraijenhoff empezó a formar un cuerpo para incluir a Naarden. Esta fuerza se llamó inicialmente Cuerpo de Observación y estaba formada por infantería de línea, milicia de Ámsterdam, tiradores voluntarios, dragones, artilleros e infantes de marina. El coronel Johannes van den Bosch aceptó el mando en diciembre. También formaba parte de ella la Gooise Boerenlandstorm, que también se fundó en aquella época. Sin embargo, en noviembre y diciembre fueron prácticamente las fuerzas de bloqueo eran solo los cosacos y los prusianos estuvieron operativos durante el asedio de Naarden.

La guarnición de la fortaleza de Naarden estaba bajo el mando de Jacques Quetard de la Porte, disponía de las siguientes fuerzas:

• BI-IV/4 de extranjeros del coronel Falba con 315 efectivos.
• BI-I de la Guardia del coronel Pfaffenrath con 400 efectivos.
• BI-I de la Guardia Nacional delCoronel Henry con 400 efectivos.
• Cías 1 y 3 de veteranos del teniente-coronel Blanchet con 137 efectivos.
• Cía-4 de zapadores con 51 efectivos.
• Bía-16/6 del capitán Bardinet con 82 efectivos.
• Cuerpo de aduanas del teniente-coronel Grandedier con unos 400 efectivos.
• Cuerpo de aduanas del teniente-coronel Devilier con unos 380 efectivos
• 2 Bías de artillería costera del apitán Kraaij con ?.
• Gendarmería.

De la Porte había sido ascendido por Napoleón a comandante de la Legión de Honor por sus méritos militares, estaba al mando desde hacía algún tiempo, y contaba como subordinados al coronel de ingenieros Daulle que jugaría un papel importante, al que se le asignó el capitán de ingenieros Lobry; el coronel Fromond estaba a cargo de la artillería.

La forma de la fortaleza era aproximadamente elíptica. Sus fosos y murallas estaban cubiertos por seis baluartes. Las puertas era dos, estaban ubicadas:una en el lado de Ámsterdam (Amsterdamsche Poort) y la otra en el lado de Utrecht (Utrechtsche Poort). En los baluartes había baterías armadas con cañones de diferentes tipos y calibres, hasta un total de 150 piezas. Debajo y contra las murallas había un hospital para 100 a 150 enfermos y varias casamatas para albergar a una parte de la guarnición.

Se había colocado un puesto de señales en la torre de la Iglesia Reformada, y el preboste de la guarnición estaba ubicado debajo de la torre. El coro y las dos cruces se convirtieron en almacenes, la otra parte de la iglesia conservó su propósito original y el ministro Wiegman realizaba allí regularmente los servicios religiosos.

La guardia principal estaba ubicada en el ayuntamiento, sus habitaciones estaban amuebladas como salas de guardia y el sótano se utilizaba como calabozo para detenidos. La báscula de la ciudad, conocida por el asesinato de 1572, sirvió en 1813 como almacén de consumo, el orfanato y la escuela de equitación sirvieron de cuartel, al igual que las casas abandonadas por los ciudadanos por miedo a los bombardeos. La casa de la diaconía se convirtió en hospital para enfermos. Durante el bombardeo, los enfermos fueron alojados en el citado hospital bajo el muro.

Debajo de las puertas se proporcionaba alojamiento a prueba de bombas para el comandante y los oficiales. Este alojamiento fue ocupado tan pronto como la fortaleza fue bombardeada. La iglesia francesa fue utilizada durante el asedio como lugar de detención para los prisioneros que de vez en cuando eran llevados a la fortaleza.

De la Porte no se dejó rodear pasivamente. En noviembre emprendieron cuatro expediciones a Muiden y Weesp y más allá. Salieron por las puertas 31 veces más. En diciembre el objetivo principal era ampliar el campo de tiro. Se despejaron de casas y bosques en los que los sitiadores pudieran atrincherarse. Por ejemplo, el 8 de diciembre fueron incendiados la casa Kweeklust y la famosa pensión Zandbergen, sus muros fueron derribados el 23 de diciembre.

Luego se aventuraron hasta Huizen, Bussum y las lunetas en Karnemelksloot, pero sus ataques fueron detenidos a costa de muchos muertos y heridos. La guarnición pasó los últimos días de diciembre desmantelando la batería Naval o del antiguo Ronduit.

En enero, las heladas comenzaron y continuaron, salvo tres breves períodos de deshielo, hasta el 20 de marzo. Esto nuevamente tuvo la ventaja de que los defensores podían observar claramente a los sitiadores. La desventaja, sin embargo, fue que muchos hombres desertaron cruzando los canales helados y el Zuiderzee. Además, se contrajo por el frío persistente, el suministro de madera y turba a un ritmo elevado. Como resultado, hubo que traer madera repetidamente desde fuera de la fortaleza. Muchos árboles fueron talados y desapareció un bosque en Kweek, en la carretera a Laren con unos 20.000 ejemplares.

En Naardermeer y a lo largo del canal, incluso se demolieron granjas y propiedades rurales para obtener suficiente combustible.

También preocupaba el suministro de forraje para los caballos. Hubo que requisar heno repetidamente de las granjas. Para aliviar el problema del forraje, el 12 de febrero se trajeron de la ciudad 40 caballos de granja desechados para trabajos militares y se los devolvieron a sus dueños.

Después del período de heladas, la guarnición intentó deshacerse de los trabajos que los sitiadores habían colocado alrededor de la fortaleza. En marzo, un destacamento francés logró destruir una batería en Westdijk y a principios de abril consiguieron clavar algunos cañones en la finca de Berghuis. Se produjo una hazaña cuando un destacamento de la fortaleza cerca de Muiderberg se adueñaron de una batería con 3 cañones y la bandera holandesa pudo retirarse de la torre del pueblo. El general Kraijenhoff, que acababa de llegar, estuvo a punto de ser capturado. Esta aventura le costó a la guarnición francesa unos 80 hombres.

A finales de abril siguieron más expediciones, a veces en busca de refuerzos para los muros y otras para reparar puentes. Sin embargo, un ataque francés a las lunetas de Karnemelksloot para eliminar una batería enemiga fracasó después de intensos combates.

Bombardeo de la Fortaleza

En 1813, los sitiadores solamente realizaron disparo de seis libras contra la fortaleza. Todo permaneció en calma hasta el 19 de enero de 1814, cuando tuvo lugar un bombardeo que duró dos horas. A partir de la segunda quincena de febrero se lanzaron granadas contra la ciudad casi a diario.

El 11 de marzo se preparó una batería en una de las lunetas del Karnemelksloot. Cuatro días después, desde esta posición se dispararon contra la fortaleza durante cinco horas seguidas. Fue sólo un anticipo del bombardeo masivo que se produciría el 4 de abril. Desde las cinco de la tarde hasta las cinco de la mañana la fortaleza fue bombardeada con artillería pesada procedente de cuatro baterías. Se arrojaron hasta 1.500 granadas a la fortaleza; ninguna casa quedó ilesa. Los sitiadores incluso abrieron una brecha en las murallas. Un bombardeo tan intenso se repitió en la tarde y noche del 6 al 7 de abril, con daños considerables.

En los días siguientes, el bombardeo se limitó a intercambiar disparos de un lado a otro. Sin embargo, cuando la guarnición francesa vio una concentración de 200 soldados de caballería cerca de Bussum el 29 de abril, se decidió disparar contra ella desde las murallas. En media hora se realizaron no menos de 300 disparos desde 5 baterías de la fortaleza. «Era como si todo Naarden hubiera dado un vuelco», escribió un testigo ocular.

A finales de abril y principios de mayo cayeron algunos proyectiles más en la ciudad, pero luego cesaron los disparos. Las negociaciones habían avanzado hasta tal punto que la fortaleza tendría que rendirse.

La guarnición, con el fuego permanente desde las murallas y los repetidos ataques, había conseguido mantener a raya a los sitiadores durante mucho tiempo. Solo después de dos días los franceses no dispararon un solo tiro desde las murallas.

El pequeño número de víctimas dentro de la Fortaleza es sorprendente y afortunado. Durante el primer bombardeo del 19 de enero, 4 soldados y 3 civiles resultaron heridos. El 16 de febrero murieron 2 niños y 2 caballos y el 15 de marzo murieron 2 en un cuartel y finalmente el 4 de abril una doncella que cuidaba las vacas, además de un caballo.

Parecía que solo había víctimas cuando no se buscaba cobertura a tiempo.

El mayor número de bajas entre los defensores no fueron causadas por los bombardeos, sino durante las salidas fuera de las puertas. La fuerza de la guarnición original se estima en 2.200 hombres. Cuando se rindió la Fortaleza, habían quedado 700 hombres. Se estima que aproximadamente 575 hombres murieron, resultaron heridos o fueron hechos prisioneros. El número de desertores se estima en 475. Aproximadamente 450 hombres, suboficiales y oficiales fueron descartados y arrojados fuera de las puertas. Eran principalmente holandeses, en su mayoría de Ámsterdam, que servían en la Guardia Nacional y Asalariada. Quizás no fueran soldados muy entrenados. En cualquier caso, el Estado Mayor francés los consideraba guerreros poco fiables y bocas que debían alimentarse con los escasos suministros.

Suministros

Al comienzo del asedio, en los almacenes militares aún abundaban muchos alimentos: vinagre, judías, ginebra, harina, arroz, tocino, carnes saladas y vino. En aquella época también había suficiente avena, heno y paja para los caballos. Hacia el cambio de año hubo escasez de frijoles, guisantes, ginebra, cebada, velas, café, aceite, tabaco, té y jabón. El lino y el calzado también escasearon. El comandante de la fortaleza ordenó entonces a los ciudadanos, que no tenían provisiones suficientes para cinco meses, salir de la ciudad dentro de los 8 días. Se hizo una excepción para los residentes con funciones públicas y para los que trabajaban para los Ingenieros.

El 29 de noviembre, el comandante de la fortaleza ordenó que llevara un recuento de los habitantes, indicando para cada individuo el tiempo durante el cual podría satisfacer sus necesidades con sus propios medios. Este estudio mostró que solamente 72 familias tenían víveres para 6 meses; las 292 familias restantes tenían poco o nada. La fortaleza contenía una cantidad de provisiones calculada para 1.000 hombres durante 90 días. Había suficiente forraje disponible; además, el ganado se complementaba con la búsqueda de alimento en las fincas y granjas de la zona.

Debido a la escasez de harina, el pan de los soldados se volvió mucho más ligero el 12 de enero, mientras que el 1 de febrero se redujo la ración para los soldados. Luego se fijó una ración de pan en aproximadamente 600 gramos por día. Era muy poco y los soldados lo complementaron comprando pan a los panaderos civiles. Pero a mediados de marzo también hubo escasez entre ellos. Para que los ciudadanos pudieran sacar provecho de su dinero, se decidió que los militares solo podían comprar en panaderías privadas después de las diez. Este acuerdo resultó en complicaciones el 22 de marzo.

Problemas similares surgieron en la distribución de la carne. Debido a la falta de ganado, el 7 de abril se sacrificaron 3 caballos para los soldados.

Sin embargo, los artilleros franceses no quedaron satisfechos con este cambio de menú. Amenazaron con un pequeño levantamiento. El 10 de abril, el general determinó que se proporcionaría carne de caballo una vez cada cuatro días. Esto se repitió más tarde con el anuncio de que los demás días se serviría carne fresca, carne salada y tocino. La carne aún no se había acabado por completo, pero todo indicaba que, desde el punto de vista del suministro de alimentos, el asedio no debería haber durado mucho más.

Duración del asedio

De hecho, es sorprendente que la fortaleza de Naarden pudiera resistir medio año. Había una guarnición de 2.200 hombres sobre una población de 1.800, mientras que los sitiadores habían ido acumulando gradualmente una fuerza de 4.300 hombres. Sin embargo, les había llevado mucho tiempo organizarse. Además, les llevó mucho tiempo construir varias baterías. Se vieron obstaculizados constantemente por ataques y fuego persistente desde las murallas, desde donde se dispararon hasta 11.000 proyectiles.

Ninguna fortaleza puede resistir un asedio sin ayuda alimentaria o asistencia militar del exterior. Sin embargo, no quedaban tropas francesas que pudieran haber distraído a las tropas holandesas o intentar aliviarlas. Sin embargo, a mediados de marzo la guarnición todavía parecía contar con ayuda exterior.

La fortaleza era como una isla en medio de los ejércitos enemigos. Además, los ciudadanos dentro de las murallas de la ciudad ya no habrían tenido una mentalidad muy francesa y tampoco se pudo establecer una gran parte de las fuerzas armadas holandesas; uno de cada cuatro desertó. Cuando el general despidió a toda la Guardia Nacional y Asalariada, los artilleros costeros y los funcionarios de aduanas holandeses también decidieron presentar una solicitud, pero ésta no fue concedida. Durante esa fase crítica, una de las baterías de la fortaleza también fue alcanzada.

Se cometió un sabotaje: dos cañones fueron clavados con clavos de madera y, por tanto, quedaron inutilizables.

Desde un punto de vista militar, la situación dentro de la fortaleza se había vuelto desesperada. No tenía salida al mar por tres lados y los barcos holandeses bloquearon el acceso al Zuiderzee. La ocupación original se había reducido a un tercio y la situación alimentaria se había vuelto grave. Sin embargo, no fue una decisión militar, sino política la que condujo a la capitulación. La fortaleza de Naarden había demostrado su valía, sobre todo gracias a la hábil política de su comandante, el general Jacques Quetard de la Porte.

Rendición de la ciudad

Después de la abdicación de Napoleón, de la Porte no creyó la noticia y se negó a rendirse, mientras que los holandeses no lograron hacerse con el control de Naarden.

La situación se volvió insostenible para los franceses. La Grande Armée se había retirado de las zonas conquistadas en Europa y los franceses también entregaron las últimas ciudades de los Países Bajos. Después de que Den Helder volviera a caer en manos holandesas, de la Porte se mostró abierto a negociaciones de paz con Krayenhoff. El general francés decidió entregar la fortaleza.

El 11 de mayo, 29 carros con caballos entraron en Naarden para transportar el equipaje de la guarnición francesa. Después del cese de las hostilidades, muchos ciudadanos intentaron salir de la fortaleza, pero fueron detenidos por todas partes por los puestos de sitiadores. Los enfermos, los veteranos, mujeres y niños que habían pertenecido a la ocupación fueron trasladados a Amberes en cinco barcos. Este convoy, compuesto por 182 personas, partió la tarde del 11 de mayo bajo el mando del capitán holandés Meffert.

La fuerza de la guarnición francesa que salió de Naarden el 12 de mayo había 60 oficiales, 940 suboficiales y soldados y 20 caballos. El comandante de la fortaleza de Muiden, el mayor Kamps, fue ordenado por Kraijenhoff temprano en la mañana del 12 de mayo con 1 oficial y 30 hombres en Naarden para hacerse cargo y ocupar las guardias y puestos de los franceses.

La guarnición, que llevaba dos obuses y un cañón de 12 libras, abandonó la fortaleza a las 7 de la mañana siguiente con todos los honores militares y marchó delante de las tropas holandesas estacionadas en el páramo de Bussum, que respetaron sus meses de resistencia con una salva de cañones.

A la deportación a las fronteras se sumaron el mayor Appel, el capitán Crans y los tenientes van Beulingen y Swinners. Los franceses marcharon hacia Lille vía Amersfoort, Kuilenburg, Heusden, Tilburg, Hoogstraten y Amberes.

Mientras tanto, a las 9 de la mañana, las tropas holandesas encabezadas por el coronel Van den Bosch, entraron en la fortaleza siendo recibidas por grandes vítores de los ciudadanos de la ciudad, que se habían colocado a ambos lados de las calles por las que el general Kraijenhoff haría su entrada a la ciudad.

Aunque el asedio de Naarden no fue directamente importante desde el punto de vista militar y estratégico, fue una victoria significativa para Guillermo I. Tenía que demostrar que los Países Bajos podían funcionar por sí solos, con lo que podía argumentar que los Países Bajos podían existir por sí solos. Esto tuvo éxito y los Países Bajos obtuvieron la independencia definitiva en el Congreso de Viena de 1814.

Batalla de Arnhem (30 de noviembre de 1813)

Antecedentes

El 13 de noviembre, el CE-III prusiano de Bülow avanzó hacia el oeste desde Minden hacia la frontera holandesa. Para defenderse de esta amenaza, el mariscal Jacques MacDonald desplegó el CE-XI de MacDonald y el CEC-II de Sebastiani a lo largo del Rin desde Andernach hasta Wesel. Para ayudar a las débiles fuerzas de Gabriel Jean Joseph Molitor en Holanda, MacDonald organizó rápidamente un grupo de trabajo de 2.000 hombres bajo el mando de François Pierre Joseph Amey para ayudar a defender el Rin aguas abajo de Wesel. MacDonald comenzó a trasladar sus fuerzas al norte para defender el bajo Rin. Los franceses se vieron debilitados por la deserción de sus batallones extranjeros y se vieron obligados a formar unidades de infantería y caballería a partir de agentes de aduanas y gendarmes montados. Además de contribuir con las fuerzas de asalto, el CE de Wintzingerode permaneció en gran parte estacionario en Alemania.

A fines de noviembre, MacDonald redistribuyó sus fuerzas en tres grupos. En el ala izquierda estaban 10.000 efectivos de la DI-31/XI de Charpentier, el CEC-II de Sebastiani y la columna volante de Amey. Estos tenían la tarea de defender los ríos Rin, Mosa, Waal e Ijssel. El centro contaba con 6.000 hombres de la DI-35/XI de Brayer cerca de Wesel, mientras que el ala derecha de 7.500 efectivos estaba formada por el CE-V de Lauriston y el CEC-III de Arrigui.

El CE-III de Bülow contaba con 19.172 soldados de infantería en 39 Bóns, 6.240 de caballería en 47 Escóns y 80 cañones en 10 Bías:

• BRM-III/III de Zielinski con 10 Bóns y 4 EHs: BG-II de Prusia Oriental (1), RI-3 de Prusia Oriental (2), RI-4 de la Reserva (3), RI-4 Landwehr de Prusia Oriental (4), RH de la Guardia (4), Bía-6 a pie (8×6).
• BRM-IV/III de Thümen con 8 Bóns y 4 ECs: RI-4 de Prusia Oriental (2), RI-5 de la Reserva (3), RI-2 Landwehr de Pomerania (3), RC-1 Landwehr de Pomerania (4), Bía-8 a pie (8×6).
• BRM-V/III de Borstell con 11 Bóns y 4 EHs: BG de Pomerania, RI-1 de Pomerania (3), RI-2 de la Reserva (3), RI-2 Landwehr de Kurmärk (4), RH de Pomerania (4), Bía-10 a pie (8×6).
• BRM-VI/III de Krafft con 10 Bóns y 3 Escóns: RI de Colberg (3), RI-9 de la Reserva (3), RI-1 Landwehr de Neumärk (4), RC-1 Landwehr de Pomerania (3), Bía-16 a pie (8×6).
• Reserva de caballería de Oppen en 32 Escóns y 2 Bías:
  • BRD de Treskow con 12 EDs: RD de la Reina (4), RD de Brandegurgo (4), RD-2 Prusia Occidental (4); Bía-5 a caballo (8×6).
  • BRC de Hobe con 12 Escóns: RC ulano de Westfalia (4), RH-2 de Silesia (4), RC-4 Landwehr de Kurmärk (12), Bía-6 a caballo.
  • BRC de Sydow con 8 Escóns: RC-2 Landwehr de Kurmärk (4), RC-4 Landwehr de Kurmärk (4).
• Artillería del CE-III: bajo el mando de Holtzendorff con Bía-4 de posición (8×12), Bía-5 de posición (8×12), Bía-19 a pie (8×6), Bía-11 a caballo (8×6).

El ejército de Bohemia al mando de Karl Philipp, príncipe de Schwarzenberg , no cruzó el Rin hasta el 20 de diciembre de 1813, mientras que el ejército de Silesia al mando de Gebhard Leberecht von Blücher cruzaría el río el 1 de enero de 1814 y Wintzingerode el 6 de enero.

Después de Leipzig, Bernadotte llevó su ejército al norte de Alemania con la intención de derrotar al Reino de Dinamarca y obligarlo a entregar Noruega a Suecia. Aunque estaba impaciente por invadir Holanda, Bülow no pudo obtener el permiso para hacerlo hasta que Gran Bretaña presionó al gobierno prusiano. Mientras tanto, la BRM-V/III de Borstell fue enviada a bloquear la fortaleza de Wesel.

Movimientos previos

El 23 de noviembre, la vanguardia de 3.000 hombres de Bülow dirigida por Oppen invadió Holanda y llegó ante Doesburg en el río Ijssel. La ciudad había sido tomada por los cosacos, pero luego fue recuperada por el grupo de combate de Amey. Oppen irrumpió en Doesburg sin muchos problemas y capturó a 112 soldados franceses. El 24 de noviembre, las fuerzas de Bülow aseguraron la rendición de Zutphen, el mismo día en que las fuerzas de Benckendorff llegaron a Ámsterdam. También el 24 de noviembre, Oppen hizo retroceder a la columna de Amey desde Velp a Arnhem en una escaramuza.

Después de encontrar a los franceses defendiendo un campamento atrincherado en las afueras de Arnhem, Oppen se retiró a Velp, dejando una pantalla de puestos avanzados. Los franceses atacaron los piquetes de Oppen el 26 de noviembre, obligándolos temporalmente a regresar a Velp. Más tarde ese mismo día, Sydow reforzó a Oppen con 3 RCs Landwehr y 2 BIss y el Streifkorps de Friedrich August Peter von Colomb.

El 28 de noviembre llegó la BRM-VI/III de Krafft, dando a Oppen 12 BIs y 3 baterías de artillería. Al principio, el prusiano quería atacar Arnhem, pero el movimiento cercano de tropas enemigas y artillería lo convenció de que de 3.000 a 4.000 soldados franceses defendían la ciudad. MacDonald esperaba formar una línea defensiva usando las tropas de Molitor, 3.000 Guardias Nacionales franceses al mando de Antoine-Guillaume Rampon en Gorinchem y el CE-XI. El mariscal francés y Charpentier llegaron a Arnhem el 28 de noviembre con 2.500 hombres de la DI-31/XI. MacDonald decidió que Arnhem no era defendible contra una fuerza numéricamente mayor y regresó a Nimega, dejando a Charpentier y 4.000 soldados para guarnecer la ciudad.

En la mañana del 29 de noviembre, los franceses comenzaron a bombardear las posiciones prusianas con piezas de artillería ubicadas en la orilla sur del Rin. Oppen pronto lanzó un fuerte asalto contra el campamento atrincherado francés, pero después del éxito inicial, los prusianos fueron rechazados. Charpentier luego lanzó un contraataque y llevó a las tropas de Oppen de regreso a Velp. Un segundo ataque al mediodía invadió un puesto de avanzada prusiano en Lichtenbeek House, causando 50 bajas. Amey reforzó las posiciones francesas fuera del campamento atrincherado. Temiendo que MacDonald pudiera lanzar un ataque desde Arnhem contra su línea de suministro, Bülow ordenó a Oppen que atacara Arnhem a la mañana siguiente.

Ese día, MacDonald regresó a Arnhem y vio el tamaño de la fuerza prusiana. Dedujo que pronto se enfrentaría a fuerzas superiores en Arnhem y que Charpentier estaba en peligro de quedar atrapado. Al enterarse de que Molitor había abandonado Utrecht y al darse cuenta de que mantener la línea del Ijssel era inútil, MacDonald supo que ya no había una buena razón para mantener Arnhem. Dio instrucciones a Charpentier para que retirara sus tropas de la ciudad y luego regresara a Nimega.

La DI de Charpentier disponía de unos 4.000 efectivos del RIL-22 y los RIs 22, 51, 55, 102, 112 y 123.

Por razones desconocidas, Charpentier desafió las órdenes de su superior y permaneció en Arnhem la mañana del 30 de noviembre. En un error aún mayor fue no colocó centinelas en las puertas de la ciudad. Mientras tanto, Bülow llegó en la oscuridad previa al amanecer y organizó personalmente un ataque de cinco columnas. La operación se retrasó por un manto de niebla durante el cual los prusianos escucharon caballos y carros cruzando el puente del Rin. El Streifkorps de Colomb más dos batallones adicionales y dos cañones debían atacar en el flanco más a la izquierda (este). William Ernst von Zastrow dirigió dos columnas en el flanco derecho (oeste) al mando de los comandantes Zglinitzki y Schmidt. Se ordenó a Zglinitzki que atacara un gran reducto cerca de la puerta del Rin, mientras que el comando de Schmidt se reunió en Oosterbeek y asaltó la puerta del Rin.

Oppen mandaba las dos columnas del centro izquierdo que se dirigieron contra la puerta norte de Jans y la puerta noreste de Velp. Después de atravesar la puerta, se ordenó a cada columna que se dividiera en tres secciones, la primera para proteger la puerta, la segunda para ayudar a flanquear la puerta adyacente y la tercera para avanzar hacia la ciudad. Los húsares de la Guardia y 2 RCs Landwehr fueron retenidos para repeler una salida francesa.

Cuando se disipó la niebla, Oppen dio la orden de que todas las columnas atacaran a las 11:00 horas. Poco antes de esa hora llegaron cuatro batallones de la BRM-IV/III de Thümen y se utilizaron para reforzar las columnas atacantes. El primer asalto contra el campamento atrincherado fracasó, pero una segunda carga hizo retroceder a los cuatro batallones de Marie a la ciudad. Debido a que Charpentier no pudo comprender dónde atacaban los prusianos, la reacción francesa fue lenta e ineficaz.

Una columna prusiana se apoderó rápidamente de la puerta Velp, que estaba defendida por unos pocos soldados. La artillería a caballo de Colomb abrió la puerta de Sabelpoort, mientras que la puerta de Jans también cayó rápidamente. Las tres columnas orientales prusianas irrumpieron en la ciudad y se abalanzaron sobre una de las dos puertas interiores. Estas fáciles incautaciones fueron el resultado de que Charpentier concentrara la mayor parte de sus tropas en el lado occidental de la ciudad.

Dirigida por un batallón del RI de Kolberg, la columna de Zglinitzki asaltó el reducto mientras los hombres de Schmidt escalaban la muralla de la ciudad a pesar de ser enfilados por disparos de cañones ubicados en la orilla sur del río. Los prusianos prevalecieron en un terrible combate cuerpo a cuerpo en el que Marie recibió tres heridas de bayoneta y quedó prisionero. Semiconsciente por una herida, Charpentier apenas escapó de un destino similar. Amey asumió el mando de cuatro batallones y los condujo en retirada al otro lado del río. Tres batallones franceses quedaron atrapados dentro de la ciudad y, sin esperar cuartel, libraron una amarga lucha en las calles de la ciudad. Algunos escaparon, pero la mayoría fueron muertos o capturados. Los franceses lograron incendiar el puente, pero los zapadores prusianos apagaron el fuego y lo repararon.

Secuelas de la batalla

Los franceses perdieron 600 muertos y heridos más 1.000 hombres y 14 cañones capturados de un total de 4.000. Los prusianos sufrieron pérdidas de 600 muertos y heridos de las 10.000 tropas comprometidas. 2 BIs del RI-112 fuueron prácticamente aniquilados y solo escaparon 78 hombres. Charpentier fue gravemente herido y reemplazado por Brayer al mando de laDI-31.ª División por Brayer, mientras que Bourke se hizo cargo de la 35/XI.

Tan pronto como se pudo utilizar el puente, Bülow envió a Oppen con tres regimientos de caballería y una batería de artillería a caballo tras los franceses. Los soldados en retirada de Amey se encontraron con la BRI-I de Bigarré en Elst, donde las tropas de Oppen encontraron a la infantería francesa en posición detrás del río Linge y terminó la persecución.

MacDonald retrocedió y redistribuyó sus tropas para mantener la línea del Waal. Bülow se trasladó al oeste a Utrecht, que ocupó el 2 de diciembre y se detuvo para considerar su próximo movimiento. Dos días después, una expedición británica de 8.000 efectivos al mando de Thomas Graham, primer barón Lynedoch desembarcó en los Países Bajos. Para su molestia, Bülow descubrió que los holandeses recién liberados no estaban dispuestos a ofrecerse como voluntarios para el servicio militar. En su lugar, se utilizó un alijo de 25.000 mosquetes británicos destinados a armar a los holandeses para equipar el Landwehr de Westfalia.

Bülow también estaba decepcionado con Wintzingerode, cuyos 18.000 soldados permanecieron completamente inactivos en Alemania. Debido a que Bernadotte se apropió de algunas de sus unidades, Wintzingerode se negó obstinadamente a apoyar la invasión de Holanda, incluso reclamando a algunos de los cosacos de Benckendorff. El engañoso Bernadotte no ayudó a la situación emitiendo órdenes ambiguas y contradictorias. Bülow deseaba utilizar las tropas de Borstell para operaciones, pero hasta que finalmente llegaron los rusos de Wintzingerode a finales de diciembre, la BRM-V/III prusiana estuvo empeñada en el bloqueo de Wesel.

Asedio de Breda (19 al 22 de diciembre de 1813)

Retirada francesa

El 28 de noviembre, el general Stahl, al mando de unos 3.000 rusos, avanzó rápidamente hacia Breda, importante plaza fuerte holandesa que, sin embargo, estaba defendida por una reducida guarnición francesa sin artillería; además Napoleón había descuidado la mejora de las fortificaciones de Brabante por tener otras preocupaciones, hallándose en mal estado.

Al hacer que voluntarios civiles difundieran el rumor de que 3.000 cosacos estaban en camino y más infantería prusiana los seguía, la guarnición francesa abandonó la ciudad y Stahl pudo marchar hacia Breda sin oposición el 10 de diciembre. Dos días después, los funcionarios de la ciudad declararon su lealtad al Príncipe de Orange y reunieron un cuerpo de voluntarios de 500 hombres.

Al saber de la proximidad de los aliados, los ciudadanos, hartos de la ocupación napoleónica, salieron a las calles hostigando a los ocupantes. Los rusos entraron por la puerta de Amberes, apresando a unos 600 franceses y liberando la ciudad, pero les surgió el problema de mantener tan indefensa plaza ante un posterior contraataque francés.

Benckendorff llegó con su fuerza principal a Breda. Al darse cuenta de que las obras defensivas de Breda estaban en un estado lamentable y que su fuerza, compuesta principalmente por cosacos y caballería, no sería capaz de resistir un contraataque francés, solicitó que se enviaran refuerzos de infantería y artillería de inmediato. Sin embargo, el CE-III prusiano al mando de Bülow estaba comprometido en el asedio de Gorinchem y las tropas británicas todavía estaban en Zelanda.

El gobierno provisional de La Haya estaba dispuesto a ayudar: dos barcos con armas y municiones, una compañía de artillería costera y un batallón de cuatro compañías del regimiento de infantería del coronel Phaff fueron enviados para ayudar a defender Breda.

El 1 de diciembre, el coronel Chechensky, al mando de 2 RCs cosacos rusos, fue enviado a ocupar la guarnición francesa Willemstadt, cuyos defensores la evacuaron embarcando en navíos que se hallaban fondeados en el puerto, dejando a los rusos nada menos que 100 cañones abordo de unas 52 lanchas, además de su munición; la fortaleza capturada intacta facilitaba además alguna cobertura a Breda. Pero de mayor importancia era el hecho de que las tropas inglesas ahora podían desembarcar allí. Los ingleses encontraron un puerto favorable y bien defendido en Willemstadt.

Benckendorff mandó desplegar un EH y 100 cosacos bajo el mando del mayor Alferiev como puestos avanzados para cubrir el desembarco de las tropas inglesas. El destacamento de Alferiev permaneció bajo el mando del general inglés Thomas Graham hasta que pudo reemplazarlo con su propia caballería. Simultáneamente, el mayor Alferiev recibió instrucciones de vigilar una guarnición en Bergen Opzoom.

Contraataque francés

Los franceses se reagruparon y se reorganizaron en Amberes. En su puerto varios navíos franceses desembarcaron armas, comenzándose a reclutar hombres hasta reunir unos 17.000 soldados, mientras el general Carnot iniciaba los preparativos para reconquistar los territorios perdidos. Napoleón ordena expulsar a los rusos y reocupar Breda a cualquier precio, como pudo averiguar el general Benckendorff al capturar a un correo venido de París.

12.000 hombres y 26 cañones al mando de los generales Rouget y Lefèbvre-Desnouettes comenzaron su avance desde Amberes por la carretera principal hacia Breda. La mañana del 7 de diciembre la columna francesa salió de Amberes y marchó hacia Wustwessel, obligando a replegarse a los cosacos del general Stahl, que contuvieron a sus adversarios en una retirada escalonada y en buen orden, hasta encerrarse en Breda al mediodía, sin haber sufrido ninguna baja.

Las vanguardias francesas aprovecharon su descuido de los años anteriores al no despejar el terreno adyacente a las fortificaciones, ocupando posiciones entre la vegetación y en las cabañas inmediatas a los parapetos exteriores de Breda. Los atacantes llevaron consigo algunas piezas de artillería cerca de los muros e iniciaron un asalto a la puerta de Turnhout, sin antes haber sitiado la ciudad.

Los rusos llevaron 40 de los cañones tomados en Willemstadt una semana antes, y con ayuda de milicianos holandeses al mando del coronel Steinmatz, los emplazaron en los muros; dedicándose los artilleros a comprobar la calidad de las piezas, ajustar y reparar sus afustes, subir la munición y rellenar las balas huecas.

Todos estos trabajos se hicieron bajo el fuego de las baterías francesas, respondidas esporádicamente únicamente con fusilería; por lo que los atacantes interrumpieron su acción por creer que los aliados no tienen artillería, y enviaron un emisario para acordar una capitulación, pero fue recibido a cañonazos, perdiendo los franceses la esperanza de rendir pronto la plaza, preparándose para tomarla por asedio formal.

La mañana del 18 de diciembre, el coronel prusiano Colombe y sus hombres logran entrar en Breda tras haber realizado una incursión en Lovaina y Malinas, capturando 8 cañones y liberando 300 soldados británicos que habían sido hechos prisioneros en España. Los ingleses enviaron a los defensores varios buques transportando unidades de caballería, pero no pudieron desembarcar por los fuertes vientos que azotan la zona del Canal.

La mañana siguiente, los franceses llevaron más artillería y bombardearon intensamente las fortificaciones cercanas a la puerta de Turnhout; ya por la tarde, el general Benckendorff dirigió una salida desde la puerta de Amberes, con parte de sus tropas rusas y un batallón de soldados holandeses, que causaron algunas bajas y destrozos a los franceses antes de volver a encerrarse en la ciudad.

El asedio

Para el 19 de diciembre, los franceses casi han completado el cerco de la ciudad cerrando todos los caminos, excepto el defendido por el príncipe Gagarin, que se mantuvo abierto hasta el anochecer con ayuda de varias baterías. Al ocaso también se vieron obligados a replegar sus tropas y los cañones hacia Breda.

Los franceses enviaron un emisario a la ciudad, cuyas demandas fueron rechazadas a pesar de la superioridad numérica y del rumor de que a los soldados franceses se les había prometido un botín.

Inmediatamente después, los franceses prepararon sus cañones y comenzaron un bombardeo. El bombardeo francés continuó durante toda la jornada, demoliendo casas y causando bajas civiles. Como los defensores no tenían artillería de fortaleza, Roguet no tuvo que colocar sus cañones en posiciones protegidas, como era habitual durante los grandes asedios.

El 20 de diciembre por la mañana, los franceses intentaron invadir la puerta de Amberes, que estaba defendida por unos 250 cazadores rusos. Al mismo tiempo, desde el norte expuesto, entró el RI de Phaff. Este se desplegó inmediatamente en un contraataque a la bayoneta (el RI no tenía municiones), tras lo cual los franceses se retiraron.

La situación se volvió más tensa para los defensores cada hora. Van der Plaat se dio cuenta de que sin cañones la defensa tenía pocas posibilidades de éxito y durante el día envió dos patrullas, compuestas por caballería rusa y civiles holandeses montados, para ir a los barcos con cañones y llevarlos a la ciudad lo más rápido posible. Los franceses también enviaron una patrulla de caballería para interceptar los cañones. Por la tarde, las patrullas regresaron a Breda con dos barcos: uno con los cañones y artilleros necesarios y el otro con pólvora y municiones.

Durante toda la tarde y la noche, los rusos, prusianos y holandeses, tanto soldados como civiles, estuvieron ocupados colocando los cañones en posición. Esto se complicó por la inexperiencia y los problemas de idioma, pero por la mañana los cañones estaban en posición.

A mitad de la tarde, los franceses lanzaron un vigoroso asalto contra tres puertas de la ciudad: el príncipe Zhevakhov defendía la de Amberes con sus húsares desmontados; el general Stahl y el coronel Colome defendían la de Turnhout; y el general Benckendorff con 3 ECs, una unidad de cosacos y 4 baterías, mantiene la puerta de Le Bois de Duc, donde se libraron los combates más fieros.

El 21 de diciembre a las 13:30 horas, los franceses iniciaron otro bombardeo. Los defensores respondieron inmediatamente contraatacando con su nueva artillería, dejando fuera de combate algunos cañones franceses. Los franceses quedaron completamente sorprendidos por esta descarga. Todavía tenían la impresión de que Breda no tenía artillería. Incluso instalaron un vivac en el glacis de la ciudad, que, según el prusiano von Colomb, fue completamente arrasado con una sola andanada.

Una vez más los franceses intentaron tomar la ciudad por asalto. Seiscientos hombres intentaron conquistar la Puerta del Agua descubierta; Se produjo un contraataque de 150 soldados holandeses y Schutterij. El comandante de los soldados, el primer teniente Finkler, recibió una herida de bala en el brazo, pero continuó luchando con sus hombres. El sargento TJ Kouwenberg y dos hombres atacaron a un grupo de tiradores franceses en el llamado Duitenhuisje; Kouwenberg luchó solo contra cuatro de ellos, matando a tres y capturando al cuarto. El ataque fue rechazado.

Al anochecer, Benckendorff ordenó un contraataque haciendo una salida de caballería, cuando llegaron los cosacos del príncipe Gagarin desde el exterior. Los franceses creyeron que se trataba de una maniobra coordinada, a la que se podrían sumarse las tropas prusianas de Bülow atacándoles por la retaguardia, y decidieron retirarse.

Todos los asaltos franceses fracasaron y reanudaron el bombardeo artillero hasta la noche, siendo respondido por las baterías aliadas. Benckendorff volvió al interior, pero dejó puestos de vigilancia delante del campamento francés.

El 22 de diciembre hubo combates hasta el anochecer. Durante la noche, se derribaron las tablas del puente durmiente frente a Haagpoort para realizar refuerzos. Los combates se reanudaron al día siguiente. Los franceses aparecieron repentinamente frente a la Puerta Bosch, de modo que la fortaleza parecía estar completamente rodeada. Los cuatro cañones rusos fueron colocados en el revellín para disparar contra los franceses allí, mientras una pequeña unidad rusa de Terheijden despejaba el canal.

Final del asedio y resultado

La mañana del 23 de diciembre amaneció envuelta en niebla, circunstancia que los franceses aprovecharon para desmontar sus tiendas y retirarse; los aliados se alegraron, pues sus provisiones eran muy escasas y no habrían podido soportar un asedio prolongado.

El temor a un nuevo ataque persistió hasta que aparecieron en las puertas las primeras tropas prusianas al mando de Bülow y más tarde también un contingente británico. La fortaleza, que había sido descuidada por los franceses durante tanto tiempo, tuvo que ser reconstruida lo más rápido posible, y todos se pusieron a trabajar para que la fortaleza volviera a estar en buenas condiciones. Se talaron los árboles alrededor de la ciudad y las casas dentro del alcance del fuego fueron evacuadas y demolidas. Se necesitaba tanta mano de obra que la ciudad de Breda no pudo proporcionar hombres para el llamado asalto terrestre.

Breda se utilizaría como punto de tránsito de las tropas aliadas y de provisiones para el asedio de Amberes. Se reconstruyeron las defensas de Breda y la ciudad volvió a ser un importante bastión defensivo.

Al día siguiente, 24 de diciembre, se celebró un “Te Deum” en las murallas de la fortaleza. Los holandeses, prusianos y rusos asistieron a ese servicio. Benckendorff pidió a los ingleses, a Bülow y a los holandeses que reemplazaran a sus tropas, ya que no podía quedarse solo con la guarnición. Además, el general Winzegorode escribió una orden tras otra pidiendo que se uniera a él. Iba con su cuerpo hacia el Rin y quería que se uniera a él allí para cruzar el Rin juntos. Finalmente, después de numerosos problemas, fue reemplazado por 2 BIs ingleses, 2 prusianos y 2 holandeses.