Batalla del Nivelle (9 a 10 noviembre 1813)

Preliminares

Mientras Wellington esperaba la caída de Pamplona, y mientras sus hombres sufrían bajo las lluvias y aguanieve en La Rhune, o bajo ventiscas de nieve sobre Roncesvalles, Soult había vuelto a su antiguo plan de fortificación lineal continua, aunque los hechos del 7 de octubre deberían haberle advertido de su inutilidad.

En una mañana excepcionalmente soleada, Wellington estaba cerca de la ermita en La Rhune, con su telescopio observando a todo el ejército francés trabajando como hormigas en cada ladera de abajo, cada hombre llevando su piedra para la construcción de murallas y reductos. Colborne, el brigadier a cargo del sector, y varios oficiales de Estado Mayor estaban sentados o parados alrededor. Girando sobre su codo, Wellington comentó a Colborne, “esos tipos se creen invulnerables, pero los derrotaré y con gran facilidad”. Colborne respondió “Que podamos vencer cuando su señoría ataque, no tengo ninguna duda, pero en cuanto a la gran facilidad?”. Wellington le contestó “Ah, Colborne, con su conocimiento local usted tiene toda la razón: parece difícil, pero el enemigo no tiene suficientes hombres para manejar todas esas obras y líneas que ocupan. Puedo verter una fuerza mayor en ciertos puntos donde no pueden concentrar fuerzas para resistirme”. “Ahora lo veo señor”.

Soult había decidido mantenerse firme en su segunda línea, después de la caída de la primera, y empezó a mirar detrás, y prestar seria atención a su tercera línea, a lo largo del curso del río Nive desde Cambo a Bayona, que hasta entonces había requerido poca atención. Porque los eventos del 7 de octubre, revelaron el hecho de que Wellington podría perforar las líneas y que podía haber avanzado más allá de San Juan de Luz.

Soult estaba siendo presionado por el ministro para probar uno de esos contraataques que el Emperador había recomendado repetidamente en sus órdenes anteriores, respondió que tenía la intención de recibir batalla en una posición elegida, y no emprender ningún movimiento ofensivo. Había fortalecido tan bien desde el Mondarrain al puerto de San Juan de Luz que el enemigo no podía romper sin perder 25.000 hombres. Y tal pérdida hubiera arruinaría el ejército de Wellington, y lo haría incapaz de seguir avanzando.

Confió en una línea continua de fuertes y trincheras con largos tramos de muros o abatís, confiando en los puntos fuertes, reductos, que se flanquean y se apoyan entre sí, fuertes cerrados y armados con cañones en puntos cruciales. Detrás habría una segunda e incluso una tercera línea, a la que la guarnición podría retirarse, y apuntar sus reservas.

Preparación francesa

En términos generales, la posición del Nivelle se dividía en tres sectores. Su longitud total era algo más de 32 km. El primer sector, o hacia el mar, estaba a lo largo del estuario del río Nivelle, desde el puerto de San Juan de Luz a Ascain, el punto más alejado donde la marea no sube. Por encima de Ascain, el río es simplemente un arroyo de montaña, que fluye en un valle estrecho.

La zona del estuario tenía una longitud de unos 10 km, que durante la marea alta era un obstáculo casi tan amplio como el propio Bidasoa. Allí Soult no colocó su línea de defensa a lo largo del río, sino en las alturas dominantes en su orilla sur, que son más elevadas que en la orilla norte. Todas estas alturas fueron convertidas en campamentos fortificados, donde se establecieron los reductos, con trincheras entre ellos. Había 15 reductos y 6 grandes obras cerradas armadas con cañones de posición en este grupo de colinas.

En el extremo derecho sobre el mar, estaba el antiguo fuerte de Socoa. Era una batería costera del siglo XVII, durante 1,5 km al sur de Socoa se había creado una inundación, y detrás estaban varias obras cerradas y el pueblo fortificado de Ciboure, el barrio transpontino de la ciudad de San Juan de Luz. Dominando la inundación, el pueblo de Urrogne, el punto más saliente en esta parte de la línea, había sido almenado y aspillado, sus calles estaban defendidas con barricadas, en parte sacos de arena, en parte de barriles llenos de tierra. Había un gran reducto armado con cañones pesados apuntando hacia el pueblo desde la colina de Urtubia, era el rasgo exterior de un complicado grupo de obras cerradas que los franceses denominaron campo fortificado de Bordagain.

La otra mitad del sector occidental del frente de Soult consistía en de un segundo grupo de reductos, trincheras y baterías en la orilla norte del Nivelle. El río hace un giro brusco al oeste de las posiciones de Bordagain, de modo que esas líneas, aunque continúan la dirección general de las que están más cerca del mar, estaban en el lado opuesto orilla del río. El conjunto se llama campamento fortificado de Serres, por el nombre del pueblo encerrado dentro. Las obras centrales estaban en un terreno elevado inmediatamente sobre la orilla norte del Nivelle: pero había reductos avanzados en la ribera sur que cubría el pueblo y el puente de Ascain, y formaba una primera línea de defensa, una especie de amplia cabeza de puente, que tendría que ser forzada antes de cruzar el Nivelle.

La línea Serres-Bordagain estaba cubierta de reductos, con muchos cañones de posición en ellos, y los guarnicionó con nada menos que 4 de las 10 DIs que tenía en su disposición. En las líneas de Bordagain colocaron a 11.000 efectivos de la DI-9 de Boyer (por la muerte de Lamartinière) y la DI-7 de Laval (por la caída en desgracia de Maucune). En las líneas de Serres había concentrado unos 8.319 efectivos de toda la reserva de Villatte. Así en el sector más fuerte y más corto de su línea había acumulado 23.000 hombres, dejando una fuerza muy inadecuada para el mantenimiento de la línea más larga en los sectores del interior.

Hay que señalar que desde el cruce del Bidasoa, Soult había completado todas sus DIs con los reclutas de la reserva considerados aptos para el servicio. La DI-7 de Laval y la DI-9 de Boyer tenían una fuerza ligeramente mayor que el 7 de octubre, la DI-6 de Daricau tenía 1.500 hombres más en filas. Solo las BRIs extranjeras en la reserva de Villatte no habían sido reforzadas (alemana, italiana y española). El resto del ejército, incluida la DI-8 de Taupin tan mal dividida en la Rhune y Bayonnette, había reemplazado a la totalidad de los 900 hombres perdidos el 7 de octubre.

El total general de infantería de Soult de sus 9 DIs de combate y su reserva era en noviembre 57.243 efectivos frente a los 52.067 de un mes antes. Esta cifra, por supuesto, no incluía artilleros, caballería, ingenieros, trenes, etc., de los cuales había 16.749 en noviembre frente a los 14.706 en octubre. No se incluía la DI de París en los pasos del este, ni la Guardia Nacional bajo las armas en los Pirineos, ni la guarnición local de Bayona, ni los reclutas no distribuidos que aún permanecían en esa fortaleza. En total Soult disponía en la línea del Nivelle disponía de unos 62.000 efectivos con la caballería, que, no contaba por las condiciones del terreno, gran parte de ella estaba acantonada en la retaguardia. Solo una BRC más o menos había sido llevado a la orilla más alejada del Nive superior en la dirección de Cambo y Hasparren, mucho más allá del flanco exterior de las posiciones del Nivelle.

El sector central de la línea de defensa de Soult difería en características del sector del mar, en el sentido de que no dominaba la región; sino que estaba dominado por las enormes alturas de la Gran Rhune, desde donde Wellington podría ver toda la posición, y contar cada trinchera y reducto.

Como el sector Bordagain, pero a diferencia del sector Serres, estaba enteramente en la orilla sur del Nivelle, desde el puente de Ascain hasta el puente de Amotz. Había dos líneas de trabajos; la primera y más formidable consistía en un campamento atrincherado alrededor del pueblo de Sare, con fuertes avanzados a cada lado. Hacia el oeste estaba la elevada dentada cresta de la Rhune Menor, con tres reductos sobre ella, y adyacente un fuerte en estrella en la colina de Mouiz. Hacia el sur estaban los fuertes de Sainte-Barbe (Santa Bárbara) y de Grenade, cada uno cerrado y dotado de artillería. Desde Sare a la orilla del Nivelle al norte, había un inmenso abatís de más de 1,5 km de largo. La segunda línea consistía en una cadena de trincheras y obras cerradas, de las cuales los principales eran los reductos de Saint-Ignace, las Señales, Louis XIV, y La Madeleine, de los cuales el primero y el último estaban equipados con artillería. El largo abatís en la primera línea cubría y protegía los reductos de Luis XIV y La Madeleine.

El cuerpo de Clauzel, que constaba de la DI-4 de Conroux (izquierda), la DI-8 de Taupin (derecha) y la DI- 5 de Maransin (centro), estaba a cargo de este sector, con unos de 15.000 efectivos. Pero todas las tropas de la DI-8 de Taupin estaban en la segunda línea o reserva, en primera estaba ocupada por una BRI de DI-5 de Maransin y la DI-4 de Conroux, cuyas segundas BRIs estaban, junto con toda la DI-8 de Taupin, en la segunda línea de defensa. Clauzel tenía 28 BIs en total, de estos, 14 BIs estaban ocupando las obras, el resto en 3 BRI, estaban disponibles como reservas, y se podían mover a cualquier punto que se requiriese.

Pero el terreno era tan extraordinariamente accidentado y difícil que los movimientos en muchas direcciones iban a ser lentos, y en algunas zonas casi imposibles. La Rhune Menor, por ejemplo, parecía casi inexpugnable en sí misma, con su frente escarpado y tres reductos de piedra que sobresalían por pendientes escarpadas. Reforzarlo sería difícil, y si (contrariamente a lo esperado) el enemigo conseguía llegar a la cresta, la guarnición encontraría muy difícil retirarse, la salida era casi tan impracticable como el asalto, en una posición tan rocosa.

Más allá del Nivelle a la izquierda, el cuerpo de Erlon ocupaba la continuación hacia el este de las defensas francesas. Allí también había dos líneas. La línea delantera consistía en una serie de puntos fuertes y trincheras que se extendían cuesta arriba desde las orillas del Nivelle frente a Ainhoue, donde una gran obra cerrada, con cañones, la batería de Arbonne, se encontraba cerca del río. Hacia al este de Ainhoue, un conjunto muy elevado de obras se extendía a lo largo de sucesivas crestas de alturas bien marcadas que se elevaban más a medida que la línea corría hacia el este: el monte Atchulegui (487 metros), monte Chapura (600 metros) y la cumbre culminante del Mondarrain (700 metros). Un poco al este del Mondarrain, el río Nive es considerable, mientras que el Nivelle superior no es más que un arroyo, limitaba la zona de posibles operaciones.

La posición final consistía en una formidable gama de laderas atrincheradas, que discurrían a lo largo de una montaña bien marcada, desde el puente de Amotz, frente al cual había una doble línea de abatís, al col de Finodetta, la depresión o paso que separa este grupo de colinas del grupo más alto de Mondarrain. A lo largo de ella había 6 reductos y varias líneas de conexión de trincheras; dos de los reductos tenían cañones de posición.

Las laderas allí estaban solo son de unos 120 a 215 metros sobre el nivel del mar, las alturas eran un tercio de las del Mondarrain-Atchulegui en el sector oriental. Erlon tenía para la dotación de estas posiciones únicamente la DI-2 de Darmagnac y la DI-3 de Abbé, unos 11.000 efectivos; la DI-6 de Daricau había sido enviada para reforzar el campamento atrincherado de Serres en el distante sector central de las líneas. La guarnición de los reductos y obras cerradas absorbieron 11 de sus 16 BIs, de modo que solamente tenía el equivalente a una BRI de 5 BIs disponibles como reserva a lo largo del frente de 10 km.

Pero Soult le informó a Erlon que podía contar con asistencia de la DI-1 de Foy, que había sido llevada por fin hacia el oeste desde su posición aislada en San Juan de Pie de Puerto, y había entrado en contacto con el ejército principal. Este movimiento, que solo tuvo lugar dos días antes de la batalla de Nivelle. Soult siempre había estado ansioso por la posibilidad de un ataque por su flanco izquierdo desde el paso de Roncesvalles, y se sabía que las DIs de Hill y Morillo estaban en una posición amenazante a esa línea, con sus puestos avanzados en Linduz y Altobiscar, por lo que consideró necesario tener una fuerza de bloqueo fuerte frente a ellos.

A Foy se le había dicho que fortificara todos los desfiladeros frente a San Juan, y había sido autorizado para llamar a la BRI de París desde la Val de Aspe, y a todos los guardias nacionales que habían estado vigilando los pasos menores del este. Se calculaba que tenía 10.000 efectivos a su disposición, si Hill mostrara algún signo de forzar el paso de Roncesvalles. Pero para los primeros días de noviembre, cualquier ataque sobre este desfiladero, que comenzaba a nevar, se hacía cada día menos probable, y si Hill hubiera trasladado hacia el oeste para unirse al ejército principal de Wellington; sería razonable que la DI-1 de Foy se cambiase de posición para conectarse con Soult.

A primeros de noviembre, Foy recibió muchos informes de los piquetes de la guardia nacional en la frontera, de que la fuerza de Hill había marchado hacia el Baztán y la parte superior del río Nivelle. Creyendo necesario verificar los informes, Foy marchó el 7 de noviembre con una BRI por la carretera de Roncesvalles, en un día en que el buen tiempo para facilitar la observación. Se topó con los exploradores españoles en las crestas inferiores, y los expulsaron, llegando a un fortín guarnecido por un fuerte piquete británico en la cresta de Altobiscar. Al descubrir que había evidencia de que las tropas de Hill todavía estaban en posición (se trataba del RI-92 de la BRI-I/2 de Walker). De hecho, la DI-2 británica de Stewart, acababa de marchar hacia el oeste, dejando la BRI-I/2, que partiría a la mañana siguiente, habiendo entregado los blocaos y trincheras en el paso a algunos de los hombres de Mina.

Sin embargo, Foy recibió órdenes de Soult esa misma noche, para marchar con su DI-1 desde San Juan de Pie de Puerto, y entrar en contacto con el ala de Erlon del ejército principal. Se había confirmado la noticia de la llegada del cuerpo de Hill al Baztán, y las tropas de París y la Guardia Nacional se bastaban para proteger los desfiladeros del lado de Roncesvalles de cualquier fuerza española que permanecía en ese frente. En consecuencia, Foy hizo el 8 de noviembre, una larga marcha desde San Juan hasta Bidarray en el Nive superior, lo que lo llevó a 16 km de los puestos de Erlon en el Mondarrain. Soult pretendía que debía actuar como un guardia de flanco, si el enemigo intenta envolver las defensas de Erlon mediante largo desvío; pero si el ataque fuera frontalmente, entonces Foy iba a caer sobre el flanco y la retaguardia de las tropas que amenazaban la línea de Amotz al Mondarrain.

En resumen el ejército francés desplegó:

• Sector occidental de Dericau junto al mar bajo Reille con 16.687 efectivos
  • DI-7 de Leval (por caída en desgracia de Maucune) en la izquierda con 4.539 efectivos en 8 BIs y 2 BRIs:
    • BRI-I/7 de Pinoteau (RIL-17, RI-3 y RI-15).
    • BRI-II/7 de Montfort (RIL-16 [2], RI-101 y RI-105 [2]).
  • DI-9 de Boyer en la derecha con 6.569 efectivos en 11 BIs en 2 BRIs:
    • BRI-I/9 de Menne (RIL-22 [2], RI-32 [2] y RI-43 [2]).
    • BRI-II/9 de Gauthier (RI-120 [3] y RI-122 [2]).
  • DI-6 de Daricau en segunda línea detrás del río Neville, con 5.579 efectivos en 6 BIs en 2 BRIs:
    • BRI-I/6 de Saint-Paul (RIL-21, RI-24 y RI-96).
    • BRI-II/6 de Mocquery (RIL-28, RI-100 y RI-103).
  • Reserva de Villate en Serre, podía apoyar al sector occidental o al central, disponía de 8.319 efectivos en 18 BIs:
    • BRI de Jamin (RIL-34, RI-66, RI-82 y RI-115).
    • BRI Guardia Real de José bajo Casapalacios (2 BGs, 2 BIs de voltigeurs, y 2 BIs fusileros).
    • BRI italiana de San Pol (BIL-I/4, BI-II/4, BI-I/6 italianos).
    • BRI alemana de Kruse (RI de Nassau [2], BI de Francfort y BI de Baden).
• Sector central de Clauzel con 15.827 efectivos
  • DI-4 de Conroux (izquierda) con 5.399 efectivos en 9 BIs en 2 BRIs:
    • BRI-I/4 de Rey (RIL-12 [2], RI-32 [2]y RI-43 [2]).
    • BRI-II/4 de Baurot (RI-45, RI-55 y RI-58).
  • DI- 5 de Maransin (centro) con 5.579 efectivos en 9 BIs en 2 BRIs:
    • BRI-I/5 de Barbot (RIL-4, RI-34, RI-40 [2] y RI-50).
    • BRI-II/5 de Rouget (RI-27, RI-59 y RI-130 [2]).
  • DI-8 de Taupin (derecha) con 4.889 efectivos en 10 BIs:
    • BRI-I/8 de Béchaud (RIL-9 [2], RI-26 y RI-47 [2]).
    • BRI-II/8 de Cambriel (RIL-31 [3], RI-70 y RI-88).
• Sector oriental de Erlon con efectivos 10.401 efectivos:
  • DI-2 de Darmagnac (izquierda) con 4.705 efectivos en 8 BIs en 2 BRIs:
    • BRI-I/2 de Chassé (RIL-16, RI-8 y RI-28 [2]).
    • BRI-II/2 de Gruardet (RI-51, RI-54 y RI-75 [2]).
  • DI-3 de Abbé (derecha) con 6.326 efectivos en 8 BIs:
    • BRI-I/3 de Boivin (RIL-27, RI-63 y RI-64 [2]).
    • BRI-II/3 de Maucomble (RIL-5, RI-94 [2] y RI-95).
  • DI-1 de Foy (extrema izquierda) con 5.136 efectivos en 8 BIs:
    • BRI-I/1 de Firion (RIL-6, RI-69 [2] y RI-76).
    • BRI-II/1 de Berlier (RI-36 [2], RI-39 y RI-65).

Preparación aliada

Wellington había tenido la intención de asestar su golpe contra las posiciones de Soult tan pronto como la caída de Pamplona le fuera informada. Ya el 29 de octubre había enviado instrucciones detalladas a cada general al mando división, con las disposiciones previstas para la concentración de cada BRI británica y portuguesa que tenía a su disposición contra las líneas del Nivelle. De los españoles tenía la intención de utilizar las pequeñas DIs de Morillo y Longa, 2 DIs (Bárcena y Del Barco) de los gallegos de Freire y la gran parte del ejército de reserva de Andalucía de Girón, que contaba con menos de 8.000 efectivos. La fuerza total aliada eran 82.000 de infantería, de los cuales 38.000 eran británicos, 22.000 portugueses, y 22.000 españoles. En gran parte del frente donde se iba a atacar, no podía moverse, de modo que solo 7 Bías se adelantaron, una de ellas de cañones de montaña a lomos de mulas. Wellington también había llamado desde sus acantonamientos a 3 de sus 9 brigadas de caballería (Grant, Bock y Víctor Alten), con la mera posibilidad de que pudieran ser útil para la persecución.

El balance general de fuerzas era que Wellington tenía 82.000 infantes y artilleros para usar contra los 62.000 de Soult. Pretendía que mientras mostraba columnas de asalto a lo largo de todo el frente hostil, para lanzar un cuerpo de 20.000 hombres en una sección del centro en ambos lados del Nivelle, desde la Rhune Menor hasta Ainhoa. Mientras tanto realizaría un falso ataque en el sector del mar y ataques demostrativos en las posiciones altas de Erlon a la izquierda. Tenía la intención de verter fuerzas tan abrumadoras contra las divisiones en el centro francés, que todas sus trincheras y reductos no lograran contrarrestar la desigualdad numérica.

El frente de 25 km en el que los aliados iban a atacar, era tanto largo, y tan compartimentado, que Wellington en esta ocasión organizó su fuerza en lo que bien podría ser cuerpos de ejército.

• Sector derecho estaba a cargo de Hill con 25.009 efectivos:
  • DI-2 de Stewart con 8.467 efectivos en 4 BRIs:
    • BRI-I/2 de Walker con 1.646 efectivos: BI-I/50 (494), BI-I/71 (621), BI-I/92 highlanders (531).
    • BRI-II/2 de Byng con 2.184 efectivos: BI-I/3 (795), BI-I/57 (678), BI-I/P provisional (712).
    • BRI-III/2 de Pringle con 1.694 efectivos: BI-I/28 (733), BI-II/34 (481), BI-I/39 (740).
    • BRI-IV portuguesa de Ashworth con 2.713 efectivos en 5 BIs: RI-6/P, RI-18/P y BIL-VI/P de cazadores.
  • DI-6 de Clinton con 6.464 efectivos en 3 BRIs:
    • BRI-I/6 de Pack con 2.161 efectivos: BI-I/42 (516), BI-I/79 (341), BI-I/91 (546).
    • BRI-II/6 de Lambert con 1.864 efectivos: BI-I/32 (604), BI-I/39 (712), BI-I/61 (578).
    • BRI-III/6 portuguesa de Power con 2.303 efectivos: RI-9/P, RI-21/P y BIL-XI/P de cazadores.
  • DI portuguesa de Hamilton con 4.949 en 2 BRIs:
    • BRI-II/P de Buchan (antes de A. Campbell) con 2.558 efectivos en 5 BIs: RI-4/P, RI-10/P, y BIL-X/P de cazadores.
    • BRI-I/P de Costa con 2.391 efectivos en 4 BIs: RI-2/P y RI-14/P.
  • DI-1/4 española de Morillo con 5.129 efectivos en 6 BIs (RIs de León, Unión, Legión, Bailén, Vitoria, 2º de Jaén).
• Sector central a cargo de Beresford con 37.333 efectivos en 7 DIs y 1 BRI:
  • DIL de Alten con 4.950 efectivos:
    • BRIL-I de Kempt con 2.406 efectivos: BIL-I/43 (924), BIL-I/95 (563), 5 Cías del BIL-III/95 (350), BIL-III/P de cazadores (589).
    • BRIL-II de Colborne con 2.544 efectivos: BI-I/52 (928), 6 Cías del BIL-II/95 (526), RI-17/P (530), y BIL-I/P de cazadores (560).
  • DI-3 de Colville (por ausencia de Picton) con 7.434 efectivos en 3 BRIs:
    • BRI-I/3 de Brisbane con 2.684 efectivos: RI-45 (589), RI-74 (640), RI-88 (809) y 5 Cías del BI-V/60 (646).
    • BRI-II/3 de Keane con 2.447 efectivos: RI-5 (844), BI-II/83 (675), BI-II/87 (500), RI-94 (428).
    • BRI-III/3 portuguesa de Power con 2.303 efectivos en 5 BIs: RI-9/P, BRI-21/P y BIL-XI/P de cazadores.
  • DI-4 de Cole con 6.156 efectivos en 3 BRIs:
    • BRI-I/4 de Anson con 2.167 efectivos: BI-III/27 (531), RI-40 (557), RI-48 (512), RI-2 provisional (567).
    • BRI-II/4 de Ross con 1.840 efectivos: RI-7 (700), RI-20 (452), RI-23 (647) Cía jäger Brunswick Oels (41).
    • BRI-III/4 portuguesa de Vasconcellos con 2.419 efectivos en 5 BIs: RI-11/P, RI-23/P, BIL-VII/P de cazadores.
  • DI-7 de Le Cor con 6.068 efectivos en 3 BRIs:
    • BRI de Barnes con 1.915 efectivos: BI-I/6 (882), BI-3 provisional (534), y 9 Cías jäger de Brunswick Oels (499).
    • BRI-II/7 de Inglis con 1.827 efectivos: RI-51 (343), RI-68 (431), RI-82 (636), y cazadores británicos (417).
    • BRI-III/7 portuguesa de Doyle con 2.326 en 5 BIs: RI-7/P, RI-19/P y BIL-2/P de cazadores.
  • BRI portuguesa de Bradford con 1.614 efectivos en 5 BIs: RI-13/P, RI-24/P, BIL-V/P de cazadores.
  • Ejército de reserva de Andalucía de Girón con 8.504 efectivos en 2 DIs
    • DI de Virues con 4.123 en 6 BIs (2º Guardias Españolas, Príncipe, Navarra, Almería, Právia, 2º de Sevilla).
    • DI de La Torre con 3.381 efectivos en 6 BIs (RIs Galicia, 2º de Cataluña, Madrid, Órdenes Militares, 1º de Murcia, BI del General)
  • DI-6/4 española de Longa con 2.607 efectivos en 5 BIs (BIs I. II, III, IV de Iberia; y Guardias Nacionales).
• Sector izquierdo cerca del mar a cargo de Hope con 29.614 efectivos en 4 DIs y 2 BRIs:
  • DI-1 de Howard con efectivos 7.268 en 3 BRIs:
    • BRI-I/1 de Guardias de Maitland con 1.710 efectivos: BI-I/1 Coldstream (885), BI-III/1 (795) y 1 Cía del BI-V/60 (40).
    • BRI-II/1 KGL de Hinüber con 3.156 efectivos: BI-I (658), BI-II (600), BI-V (582), BIL-I (621) y BIL-II (695) todos KGL.
    • BRI-III/1 de Guardias de Stopford con 2.042 efectivos: BI-II/1 (918), BI-I/3 (1.124).
  • DI-5 de Hay con 4.632 efectivos en 3 BRIs:
    • BRI-I/5 de Greville con 1.495 efectivos: BI-III/1 (390), BI-I/9 (623), BI-I/38 (443), 1 Cía jäger Brunswick Oels (39).
    • BRI-II/5 de Robinson con 1.372 efectivos: BI-I/4 (512), BI-II/47 (345), BI-II/59 (475), 1 Cía jäger Brunswick Oels (40).
    • BRI-III/5 portuguesa de Regoa con 1.765 efectivos en 4 BIs: RI-3/P, RI-15/P y BIL-VIII/P de cazadores.
  • BRI independiente de Aylmer con 1.920 efectivos: RI-76 (611), BI-II/84 (754), RI-85 (565).
  • BRI portuguesa de Wilson con 2.185 efectivos en 5 BIs: RI-1/P, BRI-16/P y BIL-IV de cazadores.
  • DI-3/4 española de Del Barco con 5.830 efectivos en 8 BIs (RIs Toledo, voluntarios de León, 1º de Asturias, Monterey, Benavente, Rivero, y Oviedo).
  • DI-4/4 española de Barcena con 4.194 efectivos en 6 BIs: (RIs 2º de Asturias, Guadalajara, Constitución, voluntarios de la Corona, voluntarios de Asturias, y Santiago).

Antes de que pudiera atacar, Wellington tenía que organizar el movimiento de las DIs periféricas de Hill desde Roncesvalles para unirse al cuerpo principal de su ejército. Los primeros órdenes de marcha se dieron a la DI-4 y la DI-2, que serían relevadas por el grueso de los BIs de Mina, que habían estado vigilando la DI de París en dirección a Jaca y el col de Somport. Solo quedarían los voluntarios navarros que fueran suficientes para mantener el bloqueo de Jaca. Se pretendía que en unos días Carlos de España debía llevar su DI de las líneas alrededor de Pamplona, para reforzar los BIs de Mina en los pasos.

Pero Hill no pudo moverse el 5 de noviembre debido a las condiciones climáticas en las posiciones donde estaban sus brigadas, los puestos avanzados estaban hasta las rodillas de nieve, las carreteras estaban bloqueadas. Y era totalmente imposible estar en la posición en Maya el 7 de noviembre, como se había previsto, para que el ataque general tuviese lugar el 8 de noviembre, de acuerdo con el plan original de Wellington.

No fue hasta la mañana del 7 de noviembre, cuando una caída repentina de la temperatura y un sol brillante hicieron posible el comienzo. Las propias tropas de Hill, la DI-2 y los españoles de Morillo, iniciaron el movimiento, menos la BRI-I/2 de Walker, que no salió hasta el 8 de noviembre. A su llegada al Baztán superior, bajo el paso de Maya, se encontraron con la BRI portuguesa de Hamilton que los estaban esperando, que habían pasado de los montes Alduides, cuando comenzó el cambio general, mientras que la DI-6 de Clinton ya había estado en el terreno durante algún tiempo.

Así se reunió la fuerza de ataque de Hill. Para sostener el frente ocupado hasta entonces por Hamilton, dejando 3 BIs de Mina (RIs 1º de Jaén, 3º y 4º de voluntarios de Navarra), que iban a vigilar el paso de Ispegni y el camino del Inglés, en caso de actuaciones hostiles desde San Juan de Pie de Puerto. Esto era una precaución muy útil, ya que el resto del cuerpo de unos 25.000 efectivos, se mantuvo en el lado sur de los pasos hasta el momento del ataque, y los puestos avanzados hacia las posiciones de Soult estaban ocupados únicamente por la DI-6. Esto se hizo para evitar que los franceses fueran informados por campesinado de la frontera.

Ataque en el sector oriental

En el sector oriental junto a la costa las órdenes de Hope eran manifestarse contra los formidables campos atrincherados frente a San Juan de Luz, pero sin comprometerse en una acción general, o perder las vidas de los hombres en atacar la línea continua y densamente guarnecida de reductos. Estas instrucciones las llevó a cabo a la perfección, como muestran las listas de bajas de su cuerpo: solo empeñó 3 de sus 8 BRI, y en estas las pérdidas totales fue de unos 250 hombres. A continuación, en la costa, la DI-5 de Hay expulsó los piquetes periféricos franceses del campamento de Sans Culottes, restos de un antiguo atrincheramiento de 1794; pero se detuvo delante de la línea principal, y se dedicó a ruidosas escaramuzas durante el resto del día, sus bajas totales fueron 13 muertos y 31 heridos.

Más al interior, la DI-1 de Howard se manifestó contra el formidable frente del campamento de Bordagain. Únicamente la BRI-II/1 KGL de Hinüber estuvo seriamente comprometida, y de ella solo los 2 BILs fueron los que presionaron hacia atrás la primera línea francesa, de la capilla de Bon Socour (Buen Socorro), mientras 2 BIs de la BRI independiente de Aylmer (BI-II/84 y RI-85) asaltaban el pueblo vecino de Urrogne, que estaba barricado y aspillado, pero no muy fuertemente guarnecido. No se hizo ningún intento de asaltar la línea de alturas sobre Urrogne, que estaba erizada de reductos y con cañones en posición, pero los escaramuzadores de los BILs KGL, cruzaron el final de la zona inundada y cayeron bajo el fuego de artillería.

Las escaramuzas se prolongaron durante toda la mañana, y Hope mostró su fuerza principal en un frente amplio, varias veces haciendo disposiciones como si fuera un ataque general a lo largo de la línea, que nunca se llevó a cabo. El objeto de mantener las DIs francesas distraídas se cumplió sobradamente. Las 2 BRIs de la Guardia perdieron 10 hombres, la BRI independiente de Aylmer 22, la BRI portuguesa de Wilson 18, la BRI-II/1 KGL de Hinüber perdió 174, de las cuales 109 fueron de los 2 BILs.

A la derecha de la DI-1 estaba confiado a las 2 DIs gallegas de Freire, de las cuales DI-3/4 de Del Barco se acercó al frente francés en dirección a Jolimont, la DI-4/4 de Barcena se mostró a una discreta distancia de los puentes frente al gran campamento atrincherado de Serres. Ambas columnas fingieron desplegarse para el ataque, cuando el fuego de las escaramuzas de Hope a su izquierda era especialmente ruidoso.

Pero ninguno, por supuesto, se comprometió, La columna del este empujó a los escaramuzadores hacia Ascain, que se comprometieron con los piquetes periféricos de Villatte, pero las pérdidas fueron insignificantes (100 en total). Curiosamente, los españoles estaban aquí luchando contra los españoles, ya que la sección del frente francés en esa dirección, estaba siendo sostenido por los restos del ejército del rey José.

Las bajas en el ala derecha de Soult fueron tan insignificantes como las de las divisiones aliadas que se manifestaron tan ruidosamente frente a él, 90 hombres en las BRIs de reserva de Villatte, 390 en las 3 DIs de Boyer, Laval y Daricau, que mantuvieron la línea entre el campamento de Serres y el mar. Soult, en su despacho en la batalla, declaró que la defensa de esa parte de la línea, había tenido éxito y que era digno de crédito para las tropas. Las cifras de bajas muestra suficientemente que en ese sector, Wellington tenía la ventaja de contener dos quintas partes del ejército de Soult con un tercio del suyo. Tampoco corría peligro de un contraataque, el enemigo estaba atado en su elaborada línea de trincheras y reductos, y era muy poco probable que los abandonase.

Pero todas estas disputas en las laderas de las colinas del sector del mar fueron meras obras de teatro: el verdadero ataque iba a tener lugar en el centro, bajo la sombra de la Gran Rhune, y por el desfiladero central del Nivelle, donde pasa entre las dos líneas de alturas sostenidas por Clauzel y Erlon.

Ataque en el sector central

Para el verdadero ataque a las líneas de Soult, Wellington había reunido unos de 60.000 efectivos, 7 de las 9 DIs británicas, y los españoles de Girón, Morillo y Longa. El sector central nominalmente bajo Beresford, pero el propio Wellington estaba presente con él, debía asaltar las duras posiciones de Clauzel a cada lado de la Rhune Menor, entre el campamento de Serres y el Nivelle superior. El cuerpo hacia el este, bajo Hill, estaba destinado en parte para cooperar con el ataque central, atacando la sección inferior de la posición de Erlon, cerca del desfiladero del Nivelle; pero también en parte para contener las tropas en el este y la mitad más elevada de las obras de Erlon, hasta el Mondarrain, mediante demostraciones en fuerza.

La conexión entre las dos mitades de Wellington fue confiado a la DI española de Longa, que debía establecer contacto con sus compatriotas del ejército de Galicia frente a Ascain a la izquierda, y también enlazar con el flanco de cuerpo de Beresford a la derecha. No debían comprometerse en ningún enfrentamiento serio, y era casi impensable que los franceses hicieran una irrupción en esa zona empinada y quebrada.

El primer golpe del ataque a la posición de Clauzel iba a ser realizada por la DIL, que, en su posición en la Gran Rhune, estaban mucho más cerca de la línea de avanzada francesa que cualquier otra parte del ejército. Iban a asaltar la Rhune Menor, aunque los barrancos delante de ellos eran accidentados y difíciles de cruzar. A su derecha estaban las 2 DIs de Girón (Virues y de La Torre), cuyo objetivo eran las obras francesas al oeste de la Rhune Menor y al este del reducto de Sainte Barbe (Santa Bárbara). Habían reservado 2 o 3 BIs para cubrir el flanco de la DIL, cuando descendiera desde sus alturas.

A la derecha de Girón estaba la DI-4 de Cole, cuyo objetivo asignado era primero la Sainte Barbe y las obras frente a Sare, y después la aldea fortificada detrás de ellos. Yendo hacia el este la DI-7 de Le Cor, debía asaltar el reducto de Grenade y luego seguir adelante hasta Sare, donde estaría en contacto con la DI-4, convergiendo en el mismo punto desde una dirección diferente. La DI-3 procedente de Zagaramurdi, una posición más distante de su objetivo que las otras DIs más al oeste, atacaría algo más tarde, y probablemente después de que Sare ya hubiera sido tomado y despejado por la DI-4 de Cole y la DI-7 de Le Cor. Debía dirigirse a los vados del Nivelle y al puente de Amotz, con las obras francesas a su izquierda, y la segunda línea de Clauzel.

Era allí, como esperaba Wellington, que le ayudaran a hacer la brecha en el centro enemigo por las columnas de Hill, o al menos por la DI-6 de Clinton que era la principal de ese cuerpo. A la DI-6 se la había asignado atacar las obras al otro lado del Nivelle, dominando el puente de Amotz. Hill tenía un largo camino, sus campamentos de la noche anterior se habían instalado en el lado sur del paso de Maya, en la cabecera del valle del Baztán. Después de desembocar del col, sus tropas iban a ser organizadas en forma escalonada, la DI-6 liderando el avance y más hacia el oeste, debía dirigirse al puente de Amotz y las obras inmediatamente a su derecha; la DI portuguesa de Hamilton tenía como objetivo las obras francesas en las alturas junto al este de los que abordaría DI- 6 de Clinton.

La DI-2 de Stewart que era la más grande con 4 BRIs, que se alinearon un poco después de la DI de Hamilton, contra Ainhoa y los reductos en la ladera de arriba. Por último, la DI de Morillo (menos un BI que había dejado en el camino de Gorospil para vigilar su flanco y retaguardia), se extendería a la derecha de la DI-2, y amenazaba las líneas francesas a lo largo de las alturas de Atchulegui y Mondarrain; per sin atacar, a menos que estuviera claro que el enemigo estaba sacudido por el progreso de los acontecimientos más lejos oeste, y se estuviera preparando para abandonar sus posiciones.

El ataque de los cuerpos de Beresford y Hill se realizó en una sola línea de divisiones, sin reserva general a retaguardia, salvo la BRI portuguesa de Bradford, que marchaba detrás de la DIL y la DI-4 de Cole. Cada DI avanzó en dos líneas, teniendo una BRI de reserva. Estas BRIs de reserva nunca se comprometieron, y siempre permanecieron a disposición del comandante de cuerpo, para el caso de que hubiera un contraataque de los franceses. Suponiendo que DI-1 de Foy hubiera llegado directamente en el flanco oriental del cuerpo de Hill, estana 3 BRIs de reserva intactas esperándolo. Salvo la DIL, todos los combates fueron realizados por la brigada de primera línea. Más de la mitad de los BIs de las columnas de Hill y Beresford no realizó un solo disparo, y las escasas bajas fueron por el fuego de artillería, mientras avanzaban a retaguardia de la primera línea.

La señal para el avance general fue dada por 3 cañones disparando desde el alto pico Atchubia al amanecer, que sucedió un poco después de las 06:00 horas. Resultó ser un día frío pero soleado, sin rastro de niebla, y una espléndida visibilidad. Los espectadores en la Gran Rhune podían divisar fácilmente el mar más allá de San Juan de Luz y sus barcos, a 16 km de distancia. Los franceses en sus líneas podían ver claramente las cabeceras de las columnas que se acercaban, los de su derecha bastante cerca de sus obras exteriores, los de su izquierda, por donde venía Hill, todavía muy lejos.
Pero estaba claro que cada sección del frente largo de Soult tenía fuerzas hostiles avanzando hacia ellos.

El primer choque se produjo en la Rhune Menor, donde estaban los puestos avanzados de la DIL a unos cientos de metros de los piquetes franceses periféricos, y se comprometieron casi antes de oírse los disparos de señales. Porque Alten había recibido instrucciones para que sus tropas avanzasen lo más lejos posible antes del amanecer, a pesar de todas las dificultades de una ladera empinada y pedregosa. Los hombres habían desayunado en la oscuridad a las 02:00 de la mañana, y luego había sido trasladados, por oficiales que habían estudiado el terreno, hasta la línea de los primeros piquetes. No hubo errores de dirección, y cada unidad llegó a su puesto de destino sin confusión ni contratiempo. Tan solo un mosquete se disparó accidentalmente por un soldado que tropezó, y eso fue tomado por los franceses como un accidente ocurrido a un centinela nervioso, cuando no fue seguido por más ruido de ningún tipo.

La ladera permaneció en silencio durante la hora que aún quedaba antes de la hora de inicio. Cuando hubieron llegado a sus lugares destinados a las tropas de la DIL, y se cubrieron con sus mantas y descansaron.

El frente que la Rhune Menor presentaba a los observadores en la Gran Rhune era absolutamente precipitado, y el ataque que la DIL no fue lanzado desde la cima de la montaña más alta, sino desde un terreno un poco más abajo en su ladera noroeste. Y no iba a hacerse en el frente de la posición francesa, sino sobre su flanco, aunque esto solo se alcanzaba haciendo un desvío a la ladera más accesible en su lado suroeste.

La Rhune Menor era de hecho un problema formidable. Su frente estaba compuesto por pequeños precipicios irregulares, a menudo perpendiculares. Su cresta estaba resguardada contra ataques desde el sur o desde el oeste por tres fortificaciones sucesivas: un muro de piedra, un espacio bien cerrado llamado la Plaza de Armas, por encima había una obra cerrada llamada el Nido de la Urraca, y en el punto culminante de la roca otra gran obra cuadrada llamada el Donjon (Torre del Homenaje). Corriendo por la pendiente paralela al Donjon había un largo muro de piedra, cruzando el fondo que separaba la Rhune Menor de la siguiente altura dentro de la posición francesa, y terminando en un fuerte en estrella, el fitoile de Mouiz.

El grupo de obras estaba a cargo de BRI-I/6 de Barbot (RIL-4, RI-34, RI-40 y RI-50), de la DI-6 de Daricau. Un BIL del RIL-4, estaba en el fuerte estelar de Mouiz y las trincheras vecinas; 2 BIs del RI-40, estaban en la Rhune Menor; un BI del RI-34, estaba al norte de su punto culminante el Donjon, donde hay una pendiente hacia abajo, cuyo asalto era apenas posible, en un frente de solo 60 metros, donde la línea de precipicio se rompe por un espacio. Al pie de esta brecha, en la parte inferior entre las dos Rhunes, había un puesto avanzado periférico, un punto fuerte en un grupo de rocas en el hueco, que estaba ocupado por una Cía del RI-40. El BI-I/50, prolongaba la línea hacia el norte hacia Sare, pero estaba frente a los españoles de Girón.

La posición era formidable, los 2.500 efectivos eran adecuados para lo que en realidad era un grupo de fuertes, en lugar de un frente de batalla. Grandes secciones eran absolutamente inaccesibles; todo el resto estaba cubierto por trabajos de piedra maciza, muchos de los cuales proporcionaban fuego de flanqueo en las partes menos escarpadas de la pendiente; había 2 cañones en el centro de la posición, en un redan (saliente) mirando hacia el barranco entre la Rhune Menor y la altura de Mouiz.

Sin embargo, después de un minucioso estudio del terreno, desde su posición en la cima de la Gran Rhune, Wellington había llegado a la conclusión de que las obras podrían ser asaltadas por sorpresa al amanecer; siempre que las tropas se hubieran movido en la oscuridad al pie de las defensas, y que el asalto fuese repentino, simultáneo y decidido. Si la fuerza atacante se concentraba en un punto, la línea francesa se rompería y las guarniciones de los fuertes tendrían que elegir entre una pronta retirada y la prolongación de la resistencia hasta que terminasen siendo rodeados y capturados en masa.

El plan de ataque que había elaborado el general Alten con sus brigadiers Kempt y Colborne, fueron los siguientes. Sobre la extrema derecha el BIL-II/95, elegiría su camino hacia abajo en el fondo, evitaría el punto fuerte francés periférico en el barranco, y luego asaltaría la brecha sobre él, llamado el col de Argaineco. Su objetivo no era atacar, sino contener al BI-I/34 francés y evitar que prestase ayuda en otra parte.

Kempt iba a hacer un intento más serio, con el BI-I/43 en cabeza, y el RI-17/P portugués en apoyo, para asaltar la Rhune Menor en el único frente donde era realmente vulnerable, su vertiente suroeste. Esto implicaba asaltar en sucesión sus tres defensas, la Plaza de Armas, el nido de la Urraca, y el Donjon, cada uno una formidable línea de muros de piedra. Además, para llegar al pie del más bajo de ellos, los asaltantes tenían que evitar una turbera (zona pantanosa de turba) que se extendía entre su posición en la salida y el frente que tenían que atacar. Esto implicaba una marcha de flanco alrededor del extremo sureste de la Rhune Menor, a la vista del enemigo, y bajo el fuego de sus obras inferiores, así como también de los cañones a la cabeza del barranco.

El fuerte en estrella de Mouiz fue acometido por el BIL-I/95 y el BIL-III/95, que debían desarrollar un ataque y avanzar tan adelante como fuera posible. Pero el verdadero golpe iba a ser dado por Colborne con el BI-I/52, que iba a avanzar, tan rápido como pudiera, hacia la izquierda, detrás de la pantalla de combate de los 2 BILs de fusileros, y, cuando hubiera rebasado el extremo occidental de las defensas francesas, para girar cuesta arriba y subir las laderas del Mouiz, y tomar por el flanco la línea de parapetos y puntos, contra los cuales estaba operando el RIL-95, y expulsando al enemigo fuera de ellos, esto permitiría que toda la línea avanzase contra los fuertes en la cima de la colina. El BIL-I/P y el BIL-III/P de cazadores fueron colocados en apoyo del BI-I/52, una reserva general en el ala izquierda de la DIL, ya que el RI-17/P iba a ser la reserva en el ala derecha.

Los españoles de Longa, destacados a la izquierda, estaban destinados a cubrir el flanco de la DIL contra cualquier posible, aunque improbable, contraataque francés desde Ascain. También debían intentar ponerse en contacto con sus compatriotas del ejército de Galicia, que avanzaban contra Ascain desde la otra dirección. Como Villatte nunca se mudó de sus posiciones, la pequeña DI de Longa no tuvo, durante todo el día, más que contener.

Asalto a la Rhune Menor por Napier

El asalto de la Rhune Menor y las alturas de Mouiz fue sin duda uno de los logros más asombrosos de la DIL, tanto por la rapidez de ejecución como por su atrevimiento.

El BIL-II/95 trepó con cierta dificultad, hacia el extremo norte del barranco entre las dos Rhunes, desalojó la Cía del RI-34 francés que estaba guarneciendo el punto fuerte entre las rocas, y luego avanzó hacia arriba el acceso estrecho al col de Argaineco, donde se enfrentaron con el BI-I/34 que lo sostenía. No pudieron avanzar hasta la cima y se refugiaron debajo de lo que estaba disponible, intercambiando disparos con el enemigo de arriba. Allí hubo un bloqueo en las operaciones, pero ninguno de los bandos tuvo muchas bajas. El fuego francés fue reprimido un poco por los proyectiles de los 3 cañones de montaña, que habían sido llevados con mucha dificultad a la ladera inferior del Gran Rhune.

Mientras tanto, el BI-I/43 dio la vuelta al extremo sur de la Rhune Menor a la carrera, expuestos a fuego pesado en su flanco hasta que llegó al terreno desde el que se iba a realizar el asalto. Este movimiento envolvente fue cubierto por 2 Cías en orden de escaramuzas, que golpeó directamente a través de la turbera en el extremo sur de la Rhune Menor, mientras que el resto del BI lo envolvía. La línea de escaramuzas, expulsando a algunos piquetes franceses antes, llegó al pie del atrincheramiento de la Plaza de Armas, la más baja de las tres obras sobre la cima. Allí los hombres se arrojaron entre los cantos rodados, manteniendo un fuego contra las cabezas del enemigo, visibles sobre el parapeto cuando se ponían de pie para disparar. Mientras tanto, el cuerpo principal de la BI-I/43 llegó a su terreno de destino, y formó, 5 Cías con William Napier en cabeza, y otras 3 Cías en columna como reserva. El RI-17/P portugués lo seguía a distancia.

Cuando se completó la formación, los hombres de Napier cargaron cuesta arriba contra el muro de piedra de la Plaza de Armas, pasando y llevando consigo a las 2 Cías que estaban tendidas delante de su línea. La guarnición de la obra disparó rápida y furiosamente, pero la masa de asaltantes avanzó rápidamente hasta el muro de 2 metros de altura, una hazaña asombrosa. Algunos apoyaron en piedras grandes, otros se subieron a las espaldas de sus camaradas, otros se aferraron a la parte superior de la pared, y se izaron solos. Decenas de ellos saltaron simultáneamente entre la guarnición, que se asustaron y retrocedieron ante el torrente de casacas rojas. William Napier, escapó por poco de ser bayoneteado mientras se aferraba al muro, incapaz de izarse por completo; dos de sus subalternos lo arrastraron hacia abajo, para su gran ira, y luego le ayudaron a encontrar un lugar más fácil a unos metros de distancia.

Los hombres estaban tan agotados por los 500 metros de carrera seguida por la lucha por el muro, que la mayoría de ellos se arrojaron al suelo, jadeando con fuerza, durante un minuto o dos, sin prestar atención al fuego realizado desde el Nido de la Urraca más arriba. Pero después un breve descanso sus oficiales los reagruparon, y toda la multitud, sin orden, se precipitó a la segunda línea de defensa, que era accesible trepando por pendientes abruptas, o siguiendo varios caminos en zigzag que habían sido hechos por la guarnición. El Nido de la Urraca era una roca aislada, que ofrecía una posición para unos pocos tiradores en su cima. La cara era irregular y de varias alturas, en parte roca natural, en parte parapeto.

A lo largo de su frente, el BI-I/43 treparon en varios puntos, en algunos se encontraron bloqueados, en otros descubrieron que el muro no era del todo inaccesible. La guarnición parecía haber sido desmoralizada; sin duda los hombres de las Cías que habían sido perseguidas fuera de la Plaza de Armas estaban de mal humor después de sus primeras experiencias. Se dice que los oficiales franceses mostraron un gran valor, uno fue visto de pie en el muro arrojando piedras sobre los asaltantes hasta que fue disparado en la cabeza; otros empujaron a los desganados soldados hacia los puntos de peligro, otros acuchillaron a los británicos con bayonetas cuando subían por el muro. Pero no fueron secundados por la tropa, el primer oficial entre los asaltantes que superaron las defensas vieron a algunos de los franceses ya saliendo por la puerta trasera de la obra, antes de que su frente hubiera sido forzado por un gran número de asaltantes. En muy pocos minutos el Nido de la Urraca estaba en manos del BI-I/43. Estaban en la misma cresta de la Rhune Menor, ya que el último reducto francés, el Donjon, no estaba más que unos metros por encima del Nido. Pero estaba separado de esa obra por un corte de 5 metros de profundidad, alrededor del cual no había manera pasar, salvo por un camino lateral que no permitía pasar a dos hombres a la vez.

A Napier le hubiera gustado intentar ese acceso estrecho, pero no pudo encontrar ninguna unidad no empeñada; la reserva (contrariamente a sus órdenes) se había unido al cuerpo principal en el segundo asalto, y las compañías estaban entremezcladas. Hubo largos minutos de retraso mientras se restablecía el orden, y se preparaba al BI-I/43 para atacar el otro punto del frente de ataque de la DIL.

Mientras estaban en el Nido de la Urraca, y mirando hacia abajo a su izquierda, los oficiales pudieron ver lo que estaba pasando en el barranco debajo de ellos, y en las laderas más allá de la altura de Mouiz. Cuando Kempt, jefe de la BRIL-I vio la toma de la Plaza de Armas y el comienzo del asalto al Nido de la Urraca, lideró el RI-17/P portugués que era su reserva, por el barranco entre la Rhune Menor y el Mouiz. Los hombres de las Cías de retaguardia del BI-I/43 se unieron a ellos. Y atacaron el largo muro en la cabecera de la hondonada por la que se unían los dos grupos de trincheras, y avanzaban a buen ritmo, aunque Kempt resultó herido. Porque el muro estaba escasamente guarnecido, aunque había 2 cañones colocados en el medio.

Pero el golpe decisivo se estaba dando sobre las alturas de Mouiz. Mientras que la pantalla de fusileros del BIL-I/95 y BIL-III/95 se comprometía, con los defensores de las obras inferiores; el BI-I/52 con Colborne a la cabeza, había pasado, casi sin ser percibido, por el terreno muerto del barranco en el lado sur de la pendiente, y de hecho había llegado más allá del extremo occidental de las defensas francesas. Salieron de repente de su escondite y, trepando rápidamente, aparecieron flanqueando toda la línea de trincheras que los tiradores estaban atacando, y de hecho en la retaguardia de algunos de ellos. Esto se logró con apenas una sola baja.

Al verse atacados de frente y en grave peligro de ser envueltos, los franceses en las alturas de Mouiz dejaron sus trincheras y corrieron hacia el norte a toda prisa, abandonando incluso el fuerte estelar en el noreste de la posición. Las tropas que defendían el muro transversal opuesto al RI-17/P portugués hizo lo mismo, dejando sus 2 cañones detrás de ellos, y cuando estos fueron vistos huyendo en desorden, la guarnición del Donjon en la Rhune menor hizo lo mismo. Así, William Napier no tuvo ocasión de desperdiciar vidas en el asalto de esa fortaleza. “Están vacilando”, gritó, y el BI-I/43 cruzó el profundo corte frente a él, y lo ocupó, con poca oposición y pocas pérdidas.

Los defensores de la Rhune y las obras de Mouiz escaparon en su mayor parte hacia el norte, cubiertas por el batallón en el col de Argaineco, que no se había unido a la estampida general, y se retiró ordenadamente, recogiendo a los fugitivos. Se tomaron muy pocos prisioneros, no más de 100, porque los perseguidores estaban agotados por su escalada. La BRI-I/5 francesa de Barbot tardó algún tiempo reorganizarse, pero finalmente se reunió en la línea de reductos que formaba la segunda línea francesa. Pero era una fuerza gastada, había sufrido pérdidas en hombres y aún más en la moral, y participaría poco parte en las operaciones posteriores.

Mientras tanto, Alten reagrupó toda la DIL en el Mouiz, y se disponía a atacar, cuando las operaciones de las tropas a su derecha deberían permitirlo, los atrincheramientos frente a él, en dirección a los fuertes Signals y Saint-Ignace de la retaguardia del enemigo. La DIL había sufrido mucho menos de lo que podía haber esperado, las únicas pérdidas serias fueron en el RI-I/43, donde 11 oficiales y 67 hombres murieron o resultaron heridos asaltando las rocas de la Rhune Menor.

Avance de las divisiones centrales

Mientras la DIL había estado asaltando la Rhune Menor y las laderas de Mouiz, las tropas a su derecha habían estado irrumpiendo en el centro francés con un estilo no menos efectivo. Los obstáculos, aunque serios, no eran nada para los de la izquierda, y la fuerza de ataque, como había previsto Wellington, tenía una fuerza abrumadora. Cuatro columnas entre el norte final de la Gran Rhune y el puente de Amotz de izquierda a derecha: los andaluces de Girón (DI de Virues y DI de La Torre), la DI-4 de Cole, la DI-7 de Le Cor y la DI-3 de Colville.

Para oponerse a ellos Clauzel tenía en su primera línea la BRI-II/6 de Rouget de la DI-5 de Maransin, en las obras al norte de Sare, BRI-I/6 de Barbot se estaba enfrentando con la DIL. Los reductos frente a Sare (Sainte-Barbe y Grenade) y el pueblo almenado sobre ellos estaban guarnecidos por BRI-I/4 de Rey de la DI-4 de Conroux, los reductos más lejanos al norte, hacia el Nivelle, estaban guarnecidos por BRI-II/4 de Baurot. La DI-8 de Taupin estaba completamente en segunda línea, sosteniendo la cadena de reductos y trincheras, inmediatamente por encima del río Nivelle, en el que Soult pretendía que la defensa principal fuera realizada, en caso de que las posiciones periféricas fuesen forzadas. Más allá del sector de Nivelle hacia el este de Erlon comenzó la lucha en esta dirección, que estaba totalmente desconectada del frente de Clauzel.

El centro francés estaba defendido por 3 DIs con 15.530 efectivos, con menos de 10.000 en primera línea, mientras que Wellington envió 5 DIs o 33.000 efectivos en total para romperla. Las elaboradas fortificaciones francesas no pudieron compensar la inmensa superioridad numérica.

El ataque de las DIs aliadas entre las Rhunes y el Nivelle fue absolutamente abrumador; las 2 BRIs de la DI-4 de Conroux (Rey y Baurot) no solo fueron sometidas a un feroz ataque frontal por más del doble de fuerzas, sino completamente envueltas por su flanco occidental, que había quedado al descubierto por la captura de la Rhune Menor y sus obras dependientes. Tan violento fue el asalto que la primera línea, que solo pudo aguantar durante un espacio de tiempo muy corto. Los aliados atacaron en el espacio entre los puntos fuertes, penetrando con facilidad, en sectores donde había trincheras sostenidas por guarniciones mínimas, o sin trincheras.

Los primeros en atacar fueron la BRI-I/4 de Anson contra el reducto Sainte-Barbe y la BRI-II/7 de Inglis contra el reducto de Grenade. Contra esas obras se utilizó artillería, casi los únicos cañones que llegaron al frente en este día, debido al mal terreno.

Antes de que se produjera el asalto de infantería, abrieron fuego las 3 baterías con munición de metralla contra el parapeto de Sainte-Barbe. Esto hizo que los franceses se cubrieran y la infantería avanzó sufriendo poco. El BI francés en Sainte-Barbe lo evacuó sin quedarse para luchar, probablemente su partida fue apresurada por la vista de una DI de Girón, se acercaba por la ladera de la colina a su retaguardia derecha. Para esa columna, moviéndose a lo largo de las pendientes inferiores de la Rhune, había encontrado solo un BI francés del RI-50, y habían eliminado su escasa oposición.

La guarnición del reducto de la Granada resistió un poco más, pero al ser bombardeado por una de las baterías británicas de flanco, mientras la BRI-II/7 de Inglis atacaba su frente, se retiró a tiempo para evitar ser envuelto. Los 2 BIs desalojados retrocedieron a su BRI-I/4 de Rey, que había sido llamada a defender las fortificaciones pueblo de Sare, y las obras a cada lado del mismo, donde se había unido al BI del RI-50 de la BRI-I/6 de Barbot.

Estos 7 BIs tenían frente a ellos 2 DIs completas, y podían ver que sus camaradas en la Rhune Menor, habían sido obligados a regresar a la segunda línea de defensas, de modo que su flanco estaba completamente expuesto. Después de algunos enfrentamientos en Sare, regresaron en considerable desorden y se esforzaron por establecerse en los reductos detrás de ellos. Entonces eran las 08:00 horas de la mañana.

Pero mientras tanto, el frente de ataque se había ido extendiendo hacia el este. La DI-3 de Colville, avanzando a la derecha de la DI-7 de Le Cor, con sus cazadores y Cías ligeras al frente, y la BRI-II/3 de Keane desplegada detrás de ellos; se había acercado a las obras francesas al noreste de Sare, donde la primera y la segunda líneas de defensa se unían por el Nivelle. Después de cruzar el barranco del Harane, un pequeño afluente del Nivelle, las tropas de la DI-3 de Colville se encontraron frente al abatís de 1,5 km de largo con los que Soult había instalado bloqueado el terreno inferior junto al río, y vieron detrás de él, los reductos la Madeleine y Luis XIV en la retaguardia línea de defensa. Debajo de la Madeleine estaba el puente de Amotz, sobre el cual pasaban todas las comunicaciones entre la izquierda y el centro franceses. Estaba custodiado por parapetos a ambos lados.

Este sector de la línea, estaba a cargo de la DI-4 de Conroux, de la cual la BRI-II/4 de Baurot estaba a cargo del abatís y las obras vecinas, la BRI-I/4 de Rey ya estaba comprometida con Cole y Le Cor en y sobre Sare. La DI-3 tenía un trabajo duro para forzar el abatís, los relatos franceses hablan de que rechazaron 2 veces a los asaltantes, pero finalmente irrumpieron, y el RI-94 corriendo por el puente de Amotz irrumpió en sus obras, y así partió la línea de defensa francesa en dos.

Al mismo tiempo, los otros BIs de la BRI-II/3 de Keane aparecieron contra las alturas que sobresalen del puente, y capturaron el reducto de la Madeleine tras una dura lucha. Conroux fue muerto en algún momento de la lucha.

Así, el extremo oriental de la segunda o principal posición de Clauzel había sido envuelto, antes de que el centro o el extremo occidental de la misma hubiera sido atacado. Sin embargo, el general resolvió aguantar, teniendo la impresión de que pronto sería reforzado por Villatte o Daricau desde el campamento de Serres. Pero Soult no movió a un hombre y permitió que los gallegos de Freire paralizaran la fuerte fuerza en su centro-derecha mediante débiles demostraciones. Clauzel tenía los restos de la DI-4 de Conroux agrupados a la izquierda del reducto de Luis XIV, con las 2 BRIs de la DI-5 de Maransin en las obras al oeste de ese reducto y en el parapeto cercano, que cubría el col de Mendionde, la depresión por la que todos los caminos locales de norte a sur atraviesan los cerros. La DI-8 de Taupin, hasta entonces desatacada, sostuvo el resto de la línea desde el reducto de Señales hasta los dos reductos de San Ignacio, donde la posición terminaba en las escarpadas laderas de la Rhune Menor.

La posición era fuerte; estaba atrincherada de un extremo a otro, aunque algunos de los reductos estaban inacabados, y contaba con una guarnición numéricamente suficiente, ya que el frente de ataque se había reducido de 10 km a solo 5 km. Pero la mitad de esa guarnición consistía en “tropas gastadas” de los BIs que habían sido expulsados fuera de los riscos de la Rhune, o que habían defendido el abatís y los parapetos entre Sare y Amotz sin protección para ellos, no estaban en condiciones de afrontar una segunda acción general. Vieron ante ellos la gruesa línea doble de asaltantes formada para el asalto de las alturas, superados en más del doble de efectivos, y no tenían confianza en poder detenerlos.

Beresford tardó algún tiempo en reorganizar sus tropas, muy desordenadas por su victorioso avance. Cada DI formó de nuevo con su línea de escaramuzas de Cías ligeras y cazadores al frente, una BRI desplegada detrás de ellos, y las otras dos BRIs en apoyo. En cada caso, la BRI de ataque original fue mantenida en primera línea, para ahorrar tiempo, como lo demuestra el hecho las BRIs de retaguardia prácticamente no tuvieron pérdidas ese día.

Sobre las 10:00 horas de la mañana, se produjo el asalto: la DI-3 de Colville atacó las tropas reunidas de Conroux en la altura hacia el este del reducto Luis XIV; la DI-4 de Cole y la DI-7 de Le Cor avanzaron contra ese mismo reducto; y las 2 BRIs de la DI-5 de Maransin a su lado, hasta la depresión del col de Mendionde, donde la línea de Maransin se unía a la de Taupin. La DIL llegando más tarde y desde una dirección diferente, no en línea con las otras tres, tenía que atacar los reductos al oeste del collado, el de Signal (o Suhamendia) y los dos que cubren el col de Saint-Ignace, a cargo de la DI-8 de Taupin, que aún no había estado comprometida. Los andaluces de Girón iban a surgir entre la DIL y la DI-4; la BRI portuguesa de Bradford había llegado a una distancia de apoyo de la DIL. Los 3 BIs de Longa habían perdido contacto con ese frente de ataque, habiendo divergido hacia el oeste, y salieron frente a los atrincheramientos franceses frente a Ascain.

El primer ataque a la línea francesa fue llevado a cabo por la DI-3, que ya estaba en posesión de las obras del puente de Amotz y las laderas más bajas de la ladera sobre ellos. Avanzando hacia arriba ganaron la cresta del saliente, y expulsaron a las ya desanimadas tropas de Conroux a los barrancos de detrás. Algunos de los BIs siguieron adelante y envolvieron el flanco de la DI-5 de Maransin en la cresta más al oeste; otros, entre los que estaban los cazadores del BIL-XI/P de la BRI-III/3 portuguesa de Power, después de expulsar al enemigo en su frente, cruzaron el puente de Amotz, para entrar en contacto con las tropas de Hill, que habían convergido en el mismo punto desde el otro lado del Nivelle.

Todo eso llevó mucho tiempo, y mientras tanto la DI-4 y la DI-7 estaban muy comprometidas en ambos lados del reducto de Luis XIV, donde algunos de los franceses resistieron resueltamente. Clauzel había enviado al reducto el BI-I/59 y 2 BIs del RI-130 de la BRI-II/6 de Rouget que aún no había entrado en acción. También pidió ayuda a Taupin, quien obedeció despachando la mitad de su batería divisional y el BI-I/31 y el BIL-II/31 a lo largo de la cresta de alturas. Serían echados de menos mucho más tarde, cuando la DIL lanzó su ataque, que había sido retrasado por dificultades del terreno y para sincronizar con las tropas de Cole y de Le Cor.

Mientras tanto, la BIL-II/31 llegó al col de Mendionde y se puso en contacto con el flanco de Maransin. El reducto de Luis XIV no tenía cañones propios, ya que estaba incompleto, pero en su flanco tenía 9 (tal vez 15 en total) cañones de campaña, la artillería divisional del cuerpo de Clauzel. Sus salvas enfiladas de metralla derrotaron a más de un ataque de la DI-4 de Cole y la DI-7 de Le Cor, cuando se acercaban a los atrincheramientos. Fue solo después de un tiempo cuando fueron respondidos, y su atención distraída, por la Bía de Ross, que había llegado al frente a través de los barrancos con gran dificultad. Esta era la única Bía británica que logró superar las desigualdades del terreno y cooperar en el ataque principal.

El fuego de artillería francés se volvió menos destructivo, cuanto más alto se subía las pendientes de la cordillera. Se alcanzó por fin la cima, y hubo lucha dentro y en los alrededores del reducto Luis XIV, que finalmente fue tomado por la DI-4, a pesar de los esfuerzos de Maransin, que se había personado allí, y por un momento estuvo un prisionero, cuando la obra fue asaltada. Escapó en la confusión, y trató de retomar la obra con su reserva, 2 BIs del RI-130, pero fallaron y fueron rechazados hacia el oeste a lo largo de la cima de las alturas.

La lucha por el reducto Luis XIV estaba llegando a su fin, cuando la DIL se enfrentó a la DI-8 de Taupin, a lo largo del sector derecho de la posición francesa. La defensa allí era débil; la DI tenía pocos soldados veteranos y había sido reforzada 1.300 reclutas de la reserva general de Bayona. Pero Taupin, con una política dudosa, no los había incorporado a los antiguos batallones, sino que había formado a partir de ellos el BI-II/47 y el BIL-III/9, con viejos cuadros de mando, que fueron usados para sostener las partes de su línea que él consideraba improbables de ser atacados. Esto dejó a los antiguos batallones en números muy reducidos, algunos con no más de 400 efectivos.

Línea de lucha de Taupin estaba compuesta por el RI-88 en el reducto de Señales, 3 BIs del BIL-3 y RI-26 en los parapetos a lo largo del frente principal, del RI-70 en los 2 reductos de Saint-Ignace, y el RI-47 prolongando la línea hacia Ascain. No había una reserva adecuada, ya que Clauzel había requisado los 2 BIL del RIL-31 para mantener el col de Mendionde. Más tarde, cuando vio a los hombres de Maransin comenzaban a ceder, envió a buscar más tropas. Taupin obedeció enviándole el RI-47 desde el extremo derecho de su posición, frente que no veía enemigo más cercano que los españoles que estaban frente a Ascain. El RI-47 con el RIL-31 estuvieron involucrados en la lucha por el col de Mendionde.

Por lo tanto, cuando la DIL atacó, bastante tarde, había frente a ella solo 5 BIs franceses, más los nuevos BIs. El descenso de las tropas de Alten desde las laderas de la Rhune y la meseta del Mouiz fue lento; el terreno era en muchos lugares absolutamente escarpados. La columna de la BRIL-II de Colborne estaba al frente, el BI-I/52 en la derecha, el BIL-II/95 y el BIL-I/P de cazadores a la izquierda. La BRIL-I de Kempt seguía en apoyo.

Al llegar al barranco al pie de la posición de la DI-8 de Taupin, la línea se extendía mucho, debido al limitado número de puntos en los que era transitable. El BI-I/52 tuvo que utilizar un pequeño puente de piedra, que era el único punto de su frente que no era escarpado, y descubrió que había 3 cañones apuntando en la posición francesa. Se vieron obligados a cruzarlo por súbitas carreras de pelotones, eligiendo en la medida de lo posible los momentos inmediatamente posteriores al disparo de los cañones enemigos. A medida que pasaba cada grupo, se refugiaba bajo una ribera alta en la ladera opuesta, para esperar a que terminara todo el BI.

Rendición del reducto de Saint-Ignace

Eso tomó algo de tiempo, y mientras tanto, el BIL-II/95 y el BIL-I/P estaban cruzando en varios puntos más abajo del barranco. Cuándo todos estaban más o menos formados en una línea muy extensa, el BI-I/52 cargó contra el parapeto delante ellos defendido por el BI-95 francés. Para su sorpresa, el enemigo cedió después de realizar unas cuantas voleas apresuradas. El ataque tuvo éxito en todos los puntos. Taupin dice en su informe que el asunto se inició con una desatención por parte del BI derecho del RI-70. Habían visto al RI-47 cubriendo su derecha, marcharon hacia el este en dirección al col, y se dieron cuenta de que su flanco estaba al descubierto.

Cuando el BIL-II/95 y el BIL-I/P chocaron contra el primer reducto de Saint-Ignace y lo sobrepasaron por los flancos, el comandante consideró que estaban envueltos y cortados, y ese era el único camino de retirada. La evacuación del reducto de San Ignacio dejaron el parapeto paralelo expuesto a un ataque de flanco, y las tropas que lo retenían se acobardaron y se retiraron. Clauzel y Taupin en ese momento estaban ambos en el reducto de Señales, en el extremo este de la línea. Los españoles de Longa frente a Ascain estaban en su retaguardia. No se les pudo inducir a realizar un contraataque; de hecho el RI-70 desapareció tan completamente que su general solo descubrió qué había sido de ellos 24 horas después. Habían partido hacia el noroeste, mientras que el resto había retrocedido hacia el noreste.

Clauzel por su parte, le dijo al comandante del RI-88 en el reducto de Señales que aguantase, mientras él mismo se fue a reagrupar los restos de la DI-5 de Maransin sobre el RIL-31, que seguían resistiendo en el col de Mendionde. La BRI-III/7 portuguesa de Doyle, había llegado lateralmente desde la segunda línea aliada, para flanquear el col, y los españoles de Girón también pululaban por delante, mientras que el comandante de cuerpo estaba haciendo todo lo posible para volver a formar una línea en el punto crucial, Taupin se acercó a él, para informarle que era desesperado pensar en retomar el reducto de Saint-Ignace, su guarnición había desapareció del campo. El propio Clauzel acercó a Taupin los BIs más cercanos, que entonces se retiraban delante del BI-I/52, y se les ordenó que volvieran, pero se negaron. La retirada general se había vuelto inevitable.

Mientras tanto, la orden de Clauzel al comandante del RI-88 en el reducto de Señales, fue de aguantar a toda costa, lo que llevaría al desastre a ese RI. Los andaluces de Girón se habían interpuesto entre ellos y el resto de la DI, mientras que en el otro lado Colborne y el BI-I/52 se acercaban. No había forma de escapar, y obviamente, la obra y su guarnición estaban condenados a rendirse.

En este momento Colborne recibió, de un oficial del Estado Mayor de Alten, un mensaje vagamente redactado que solo se podía interpretar como una orden para asaltar el reducto. Era una obra cerrada, y a diferencia de muchas otras de las fortificaciones francesas, completada, con un glacis, una zanja profunda, y un fraise (empalizada) a lo largo de su parapeto. En obediencia a las órdenes, el BI-I/52 estaba preparado para asaltarla, y corrió hacia el reducto y se vio frenado por la zanja infranqueable a unos 6 metros de profundidad, que no había manera de cruzar. Mientras tanto el fuego de la guarnición golpeó fuertemente a los asaltantes que, después de perder muchas vidas, retrocedieron a un terreno muerto de un barranco debajo la cima de la colina. Colborne los guio alrededor, debajo de la cubierta de la pendiente, para buscar un punto donde la zanja fuera transitable.

Pero dos veces, cuando la Cía líder cruzó la línea del horizonte, fue recibida una descarga mortal, y encontraba las defensas tan completas como en el primer punto en que se había intentado.

Mientras tanto, había transcurrido media hora y las DIs francesas derrotadas estaban a más de 3 km de distancia. Colborne, llevándose consigo su corneta para hacer sonar que era un parlamento, y sosteniendo su pañuelo blanco en su espada, cabalgó hasta el desfiladero del reducto, y arriesgándose a recibir disparos, se presentó ante la puerta. Su señalización fue reconocida, y el jefe del BI francés cuyo nombre era Gilles, acudió a su encuentro.

Colborne señaló su posición, sus amigos habían huido, y varios miles de españoles estaban entre él y la seguridad. Maldiciendo su suerte, el veterano francés reconoció que debía ceder, pero pidió que no fueran entregados a los españoles. Los términos fueron escritos en un trozo de papel, la guarnición se rindió y marchó con los honores de guerra delante del BI-I/52. Una Cía los escoltó hasta Sare y los entregó a los húsares de Victor Alten. De los 32 muertos y 208 heridos que el BI-I/52 perdió ese día, cuatro quintos fueron alcanzados en ese desafortunado e innecesario asunto. El RI-88 tuvo un oficial muerto, 7 heridos. Solo 350 hombres ilesos se rindieron.

Clauzel, cuando sus últimos esfuerzos por mantener el col de Mendionde habían fracasado, desvió sus destrozadas DIs hacia el Nivelle. Cerca del reducto de Arostegui, 0,8 km sobre el río, hizo un último intento de detener a sus tropas, y al menos reconstituir una retaguardia con los BIs menos destrozados. El intento fue frustrado por un vigoroso ataque de la DIL, en el que Barnard, jefe del BIL-I/95, resultó gravemente herido. Los hombres de Taupin cruzaron el río en el puente de Arostegui, y en los vados debajo de él, Maransin encontró el puente de Sait-Pee ya acosado por los portugueses de Power, que habían cruzado en el puente de Amotz. Tuvieron que girar río abajo y lo cruzaron en Ibarren. La mayor parte de los fugitivos de Conroux, que se habían marchado una hora antes, se había reunido en Habancen, más al este.

Eran las 14:00 horas y la batalla había finalizado en ese sector.

Ataque en el sector oriental

La batalla en el sector derecho aliado comenzó una hora más tarde, las 4 DIs de Hill tenían una marcha mucho más larga ante ellos que las tropas de Alten, Cole o Le Cor al otro lado del río. Aunque las divisiones partieron de sus respectivos campamentos a las 06:30 horas, no llegaron hasta las 09:00 horas, cuando Clauzel ya había perdido todas sus posiciones de primera línea, y cuando Hill había establecido contacto con Erlon.

El general francés tenía solo bajo su mando la DI-3 de Abbé y la DI-2 de Darmagnac, aunque la DI-1 de Foy, estaba lo suficiente cerca para acudir en su apoyo. Pero Foy prefirió jugar a su propio juego, que resultó ser muy inútil. La BRI-II/3 de Maucomble mantenía las obras a lo largo de las elevadas alturas de Ereby y Mondarrain en la extrema izquierda de toda la posición francesa, no lejos del Nive. Tenían cuatro reductos cerrados y una larga fila de trincheras en la parte delantera. El flanco estaba guardado la obra en el Mondarrain, más de 600 metros sobre el nivel del mar, un castillo en ruinas rodeado de parapetos de piedra, y guarnecido por un BI. Ese sector de la línea era tan formidablemente empinado que Wellington empleó para tomarlo los 5 BIs españoles de Morillo.

Separado del grupo montañoso de Mondarrain por un paso llamado col de Finodetta, estaba la posición principal de Erlon. Estaba a lo largo de una gama de alturas mucho menos imponentes que las de su izquierda, desde el reducto de Finodetta (213 metros sobre el nivel del mar), hasta el reducto de Harismendia en la colina inmediatamente arriba del puente de Amotz, (120 metros sobre el nivel del mar). A lo largo de esa línea había 5 reductos cerrados, varios de ellos equipados con artillería, con una serie de trincheras debajo y entre ellos.

Los tres reductos orientales estaban ocupados por la BRI-I/3 de Boivin, que estaba de baja estando el propio Abbé a cargo. Los 2 reductos occidentales estaban por la BRI-II/2 de Gruardet. La BRI-I/2 de Chassé estaba frente a la cadena de colinas, con su cuerpo principal en una colina detrás del pueblo de Ainhoa, pero había destacado elementos a puntos fuertes en su frente en ambos lados del Nivelle: la fundición fortificada de Urdax, Ritou, Arbonne (donde había una batería) y la casa de Ponsegaray. Como muestra esta disposición, la BRI-I/2 de Chassé evidentemente intentaba ser una fuerza de detención, que impediría avanzar contra la posición principal, y no para ofrecer una resistencia seria.

Las BRIs de Hill avanzaron en escalón, la izquierda liderando y la derecha muy rezagada. La DI-6 de Clinton con la DI portuguesa de Hamilton estaban en la orilla occidental del Alto Nivelle, la DI-2 de Stewart, recuperado de su herida en Maya, y los españoles de Morillo en la orilla este.

El objetivo designado por Clinton era el mismo que se le había dado a la DI-3 de Colville en el sector central de la batalla: el puente de Amotz. Para alcanzarlo, tendría que asaltar el reducto de Harismendia y las demás obras que lo protegían en el lado este. Hamilton debía dirigirse al segundo reducto, en la siguiente cresta a su derecha. La DI-6 de Clinton debía marchar sobre el col de Finodetta, y capturar el reducto del mismo nombre, que lo dominaba.

Morillo iba a manifestarse contra las posiciones Ereby-Mondarrain, pero de ninguna manera para atacarlas en serio, a menos que viera que la guarnición comenzase a moverse, como consecuencia de eventos en otros lugares. En caso de que las tropas francesas en ese sector contraatacasen contra el flanco de la DI-2 de Stewart, la BRI-I/2 de Walker, se dirigiría al puente de Landibar, en la retaguardia de Morillo, donde podría apoyar si era necesario.

Erlon en el reducto de Harismendia, tenía una buena vista de toda la llanura desde Urdax hasta Sare, y podía contar cada unidad aliada que se acercaba, mientras cruzaba el campo abierto sin árboles en tierras altas en cuatro columnas. La fuerza que veía lo asustaba, era más del doble de la suya, y tenía un largo frente que defender, y prácticamente ninguna reserva, ya que casi todos sus BIs estaban encerrados en los reductos y trincheras. Tampoco el comienzo de la batalla lo complacía: veía a las tropas de Conroux, a su derecha, expulsados de los reductos de Saint-Barbe y Grenade y las obras en Sare, en muy poco tiempo y con poca resistencia, mucho antes de que las fuerzas de Hill llegasen a su propio frente. La expulsión de los puestos periféricos de Clauzel, parecía dejar a los suyos en un peligroso saliente. Por lo cual envió órdenes a Chassé para que no ofreciera una fuerte resistencia, sino que retirase sus destacamentos y se retirase cuando los hubiese reunido, a la cresta principal, abandonando Ainhoa, la batería de Arbonne y todo lo demás.

En cuanto el jefe de la columna de Clinton llegó a la casa Ponsegaray, y la de Hamilton a la fundición de Urdax, los franceses se retiraron después de realizar algunos disparos. Más tarde la BRI-I/2 de Chassé dejó Ainhoa y subió a la posición principal, tomando posición entre la BRI-II/2 de Gruardet y la BRI-I/3 de Boivin. Allí, por lo tanto, estaban 3 de las 4 BRI de Erlon en línea, bien atrincherados, con 5 reductos cerrados y una considerable artillería, para recibir el ataque de Clinton, Hamilton y Stewart. No tenía reserva, los 13 BIs franceses estaban en una sola línea, formidable en verdad, pero no más fuerte que su eslabón más débil.

Antes de llegar al Nivelle, que tuvieron que cruzar lo mejor que pudieron, Clinton desplgó su DI-6 en orden de combate: era una gruesa línea de escaramuzas compuesta por el BIL-IX/P de cazadores de Brown y las Cías ligeras de la BRI-II/6 de Lambert. Detrás la BRI-II/6 de Lambert y el RI-12/P fueron desplegados como fuerza de ataque; la BRI-I/6 de Pack y el RI-6/P los siguieron en apoyo. Al llegar a la orilla sur del Nivelle, que Clinton en su informe llama un mero riachuelo, los cazadores descubrieron dos vados, prácticamente escondidos del enemigo, por un bosquecillo en el otro lado. La colina francesa de hecho estaba (a diferencia de la mayor parte del campo) muy cubierta de matorrales y árboles pequeños, que incluso en noviembre hacían difícil detectar los movimientos debajo de ellos. Clinton cruzó con poca dificultad por los vados, y formó sus dos líneas de nuevo en la orilla norte. Pero no atacaría hasta que Hamilton hubiera subido por su flanco, ya que había recibido orden de que se mantuviera contacto con sus vecinos.

La DI portuguesa tuvo más dificultades para pasar el Nivelle que la DI-6. En parte porque era un terreno más expuesto; en parte porque algunos de los voltigeurs franceses todavía estaban tendidos en la orilla opuesta, y ofrecían oposición; pero sobre todo porque una batería distante de cañones pesados, en las alturas francesas realizaba fuego de enfilada desde la derecha que cubría ese sector de la ribera del río. Clinton, después de esperar un breve rato, envió un destacamento desde su ala derecha, para que despejara a los voltigeurs. Tras lo cual, los hombres de Hamilton cruzaron y formaron en dos líneas a la derecha de Clinton: el BIL-X de cazadores y las Cías de granaderos en la línea de escaramuzas, la BRI-II/P de Buchan desplegada en línea, y la BRI-I/P de Costa detrás en apoyo. Consiguió algo de alivio del fuego de artillería francesa cuando la batería portuguesa de Tulloh se acercó y empezó a contestar y a distraer la atención de la batería francesa.

El asalto fue luego realizado por ambas DIs: Clinton delante, ya que estaba al pie de las alturas, mientras que Hamilton todavía tenía 0,8 km de terreno abierto. La línea de escaramuzas y los BIs de la BRI-II/6 de Lambert tuvieron un duro ascenso por una pendiente cubierta con matorrales, con parapetos ocasionales que cubrían los lugares desnudos, pero ganaron la cima sin pérdidas excesivas (200 en la BRI de Lambert y 60 del BIL-X/P de cazadores), y llegaron frente al reducto de Harismendia y las trincheras sobre el puente de Amotz. Para su asombro, los franceses se asustaron y se retiraron, abandonando todas las obras.

Erlon explica esta sorprendente acción por parte de la BRI-II/2 de Gruardet diciendo que la DI-3 británica había tomado posesión del puente de Amotz; y las tropas aliadas estaban llegando a través de él a su retaguardia, apareciendo en las pendientes posteriores de su posición mientras la BRI-II/6 de Lambert atacaba por el frente. Lo cual era cierto, a las 10:00 horas, la DI-3 de Clinton había capturado el reducto de la Madeleine y ganado el puente al menos media hora antes.

Mientras tanto, la primera línea de Hamilton había subido la colina 0,8 km al este del flanco de Clinton, con mucha menos resistencia de la que se había esperado: la división tuvo solo 120 bajas en total, y muchas de ellas habían sido causados por fuego de artillería durante el cruce del Nivelle. Cuando se alcanzó la cresta, los portugueses se encontraban entre el reducto de Harismendia y el de su derecha, directamente frente a las cabañas de invierno de la BRI-II/2 de Gruardet, largas hileras de cabañas de madera con techos de paja.

Los franceses ya corrían por la cresta presionados por 2 BIs de la DI-6, al pasar las cabañas fueron incendiadas, con la intención de retrasar el avance. De hecho, lo consiguieron, el volumen de llamas y el humo barrió las caras de la línea que avanzaba y provocó que se detuviesen. Pero el BI de cazadores de la derecha y algunas Cías siguieron adelante, llegando contra el flanco del segundo reducto, atacó su desfiladero y vieron a la guarnición saltar por encima de los parapetos y seguir a los demás fugitivos. Fueron encontrados 6 cañones sin clavar que habían sido abandonados en tan apresurada huida.

Erlon, de hecho, había ordenado a la DI-2 de Darmagnac que huyera de inmediato, y el conjunto se retiraba hacia el norte hacia Habancen, abandonando todo. No se hizo ninguna resistencia seria y quedó demostrado por el hecho de que toda la DI de 5.000 efectivos, solo perdieron 400 hombres, de los cuales no más de 30 eran prisioneros, y muy pocos de ellos tenían experiencia de combate. La DI-6 de Clinton tuvo 262 bajas y la DI de Hamilton 122.

Al mismo tiempo, Stewart, con la DI-2, había llegado al pie de las alturas orientales más elevadas, y estaba frente a los reductos del lado oeste del col de Finodetta, defendidos por la BRI-I/3 de Boivin. Esperó, como se le había ordenado, hasta que vio a Clinton y Hamilton en la cima de las colinas hacia el oeste, y luego inició su ataque. La BRI-II/2 de Byng se dirigió a la culminación de altura sobre el paso, con el fuerte reducto de Finodetta en su cumbre, mientras que BRI-IV/2 portuguesa de Ashworth se dirigió contra el reducto en la cima de la siguiente y más baja colina. Ambas, como en todas las operaciones en el Nivelle, iban precedidas de una línea de escaramuzas muy fuerte, las 4 Cías ligeras delante de la BRI-II/2 de Byng, el BIL-VI de cazadores frente a la BRI-IV/2 de Ashworth.

La lucha allí fue mucho más seria que la de las alturas del oeste. Abbé, que estaba presente en persona, no tuvo tanta prisa por retirar sus tropas como Darmagnac, y la guarnición del elevado reducto de Finodetta ofrecía una fuerte defensa, mantuvo a raya a las Cías ligeras, y solo fue desalojado por el asalto general de la BRI-II/2 de Byng. El BI-I provisional fue el que realmente asaltó el reducto. Frente a Ashworth, la resistencia no fue tan decidida: el enemigo cedió de repente, tal vez cuando vio la caída del más fuerte reducto de Finodetta, y Ashworth alcanzó su objetivo con la pérdida de una 12 de hombres solamente, mientras que Byng tuvo 130 bajas.

Abbé retiró la BRI-I/3 no por la ruta que Darmagnac había tomado, sino hacia el este por Espelette hacia el Nive y el puente de Cambo. Esto lo hizo con el fin para recoger a su otra BRI-II/3 de Maucomble, que había estado sosteniendo la posición de Mondarrain, vigilada pero no atacada por Morillo. Había perdido a unos 200 hombres en la lucha. Al oscurecer su DI-3 fue concentrada en Cambo. No había habido persecución, ya que Morillo estaba distraído por el ataque de diversión de Foy.

Contraataque de Foy

El plan de batalla de Wellington no se había limitado al forzamiento de las líneas francesas y el corte del ejército enemigo en dos, por la toma del puente de Amotz y las obras a cada lado del mismo. Su intención había sido empujar a través de la brecha realizada, y caer sobre la retaguardia del ala derecha de Soult, en el campamento de Serres y las obras delante de San Juan de Luz. Si el tiempo lo permitía, había esperado acercarse rápidamente al enemigo con la fuerza que había hecho la ruptura, y rodearlo de tal manera que no solo sus obras, sino gran parte de sus guarniciones serían rodeadas y tomadas.

Dos hechos hicieron que esa idea resultara impracticable. La primera fue la brevedad de un día de noviembre. La segunda fue que se necesitaba mucho tiempo para reunir a las tropas victoriosas a ambos lados del Nivelle, que habían estado combatiendo diseminadas en un frente largo y accidentado. Al final Girón, Longa, la DI-4 y la DIL se situaron frente al campamento de Serres, donde habían unido su flanco al del ejército de Galicia. La DI-3 y la DI-7 se reunieron en el puente de Saint-Pee, salvo la fracción de la BRI-III/6 portuguesa de Power, que ya había pasado por el puente de Amotz. En la otra orilla surgió la DI-6 y desplegó a la derecha de la DI-3.

Un intento de Clauzel de establecerse nuevamente en las colinas al norte de Saint-Pee, con los restos de la DI-8 de Taupin y DI-5 de Maransin, naturalmente fracasó, aunque causó algunas bajas en la DI-7 de Le Cor. Pero en el momento en que lo habían expulsado, el anochecer a principios de noviembre estaba cayendo, las tropas estaban muy cansadas (habían estado luchando y marchando sobre terreno accidentado durante 10 horas seguidas) y Wellington concluyó a regañadientes que nuevas operaciones en un país desconocido, debía posponerse para mañana siguiente. Esto le dio tiempo a Soult para evacuar todos sus reductos hacia el mar y escapar al amparo de la oscuridad.

No tardó en ordenar a su ala derecha que lo abandonara todo, clavara los cañones de posición y se bajara sin perder un momento en el camino de Bayona. Wellington escribió a Graham: “Soult tenía un escape muy estrecho, si hubiera tenido una hora o dos más de luz de día, o dos divisiones frescas en reserva, podría haber atrapado su derecha antes de que pudieran regresar al campamento atrincherado en Bayona”.

El plan fracasó principalmente por la desesperada aunque infructuosa actitud de Clauzel. Los intentos de continuar la resistencia, primero después de la caída del puente de Amotz, luego después de que se perdió el reducto Luis XIV, luego nuevamente frente a las obras de Arostegui y, por último, sobre Saint-Pee. Por eso, el general francés merece todo el crédito: consiguió que sus DIs fueran completamente destrozadas, pero prácticamente salvó a Soult de ser envuelto y evitar un desastre total. No fue gracias al propio mariscal que su ejército se escapó, él y sus reservas estuvieron en el lugar equivocado todo el día, dejando solo a Clauzel para ser destruido.

Solamente queda hablar de los pequeños combates que se estaban librando, en los desfiladeros lejanos al este, durante las horas del mediodía. Foy, como ya se ha mencionado, había sido llamado desde San Juan de Pie de Puerto a Bidarray, cuando Soult tuvo noticias claras de la partida de Hill de Roncesvalles. En Bidarray, a 16 km al sureste de Cambo, estaba en una buena posición para unirse a Erlon por un lado, o para lanzar un ataque de flanco contra la retaguardia derecha aliada por el otro. Él mismo había decidido que esta última era la política correcta. Ya el 5 de noviembre escribió en su diario: “El ataque principal no vendrá en mi camino, ni contra la extrema derecha (San Juan de Luz). Estará entre la Rhune y Mondarrain, desde el frente de Clauzel hasta el de Erlon…. Si no soy atacado, me moveré contra el flanco y la retaguardia del enemigo, para atraer a las tropas contra mí. Si el centro cede, será difícil aferrarse a San Juan de Pie de Puerto”.

Las instrucciones originales que el mariscal, habían dejado a Foy era la elección entre unirse a Erlon u operar como una fuerza separada contra el flanco de Hill. Pero el 9 de noviembre envió órdenes a Foy poniéndolo bajo el mando de Erlon, que llegaron tarde. A las 23:00 horas del 9 de noviembre, Erlon le notificó que debía cerrarse, enviando una brigada a la vez a Espelette, en la retaguardia de la posición de Abbé. El ayudante de campo que llevaba ese despacho se perdió en la oscuridad, pero llegó a Foy a las 07:00 de la mañana del día 10, justo cuando el ruido de la batalla comenzaba a oírse en la dirección de las Rhunes. Encontró que la división ya iniciaba un largo recorrido por los cerros para atacar el paso de Maya, donde el día anterior se había descubierto la presencia de la DI-6 de Clinton. La intención de Foy era distraer la ofensiva de Wellington con esa irrupción.

Las órdenes de Erlon se encontraron con una desobediencia total. Foy escribió “que debido a las distancias a cubrir, la ejecución de tal orden solo podría ser perjudicial, y viendo que significaba la ruptura de mi división en vano, y el riesgo de ver parte de que nunca entró en acción en ninguna parte, decidí mantenerla reunida”. Y, metiéndose el despacho de Erlon en el bolsillo, se puso en marcha por la ruta que había elegido, la pista de Gorospil, el camino de los Ingleses. Había recorrido algunos kilómetros, cuando a las 11:30 horas chocó contra un BI de navarros de Mina, que sostenían el desfiladero de Ausamendi. Esto fue una sorpresa, ya que no había tropas allí el día anterior, Hill había estado tomando precauciones para proteger todos los posibles problemas en su flanco. Foy tuvo que desplegar la cabeza de su columna para eliminar esa resistencia.

Los navarros se retiraron y retrocedieron hasta el punto donde la pista desemboca en la meseta sobre Maya. Allí el brigadier Andrade había llevado en su ayuda el resto de la fuerza que Morillo había dejado detrás de él, cuando marchó por la mañana, otro BI de Mina (el 3° de Voluntarios de Navarra), el RI de Jaén, y una Cía del RI de La Unión que había sido designada como guardia. Con esos 2.000 hombres Andrade mantuvo la salida del paso, y realizó una meritoria defensa durante 2 horas, contra los 5.000 efectivos de Foy. Tuvo que desplegar toda su BRI de frente contra ellos antes de que se rompiera la línea; luego fueron empujados más allá de la loma Aretesque y las antiguas trincheras de Hill, y tuvieron que descender al valle del Baztán.

Cerca de su primer pueblo, Maya, Foy capturó la impedimenta de algunos de los RIs de la DI-6, que habían quedado atrás cuando marcharon la noche anterior. La alarma se extendió hasta Errazu, donde, desde los campamentos principales de la DI-2 y de la DI-6, enfermeros de hospital, convalecientes y rezagados con los uniformes de una docena de cuerpos aparecieron en algo parecido a una unidad, débiles como eran, para presentar batalla. Pero Foy se detuvo delante de Maya.

Por la tarde, había descubierto que estaba lanzando su golpe en un espacio vacío, no había nada más que unos pocos españoles frente a él, las tropas contra las que se dirigía, habían ido al frente hacía mucho tiempo. El ruido de una batalla que se alejaba era audible desde el norte, y su informe parecería que en realidad recibió noticias de que la acción general en el Nivelle iba mal.

En cualquier caso, Foy se detuvo en Maya y luego regresó apresuradamente por el camino por el que había venido, teniendo que mostrar como ganancias de su ataque de diversión 100 prisioneros españoles, 20 rezagados británicos y 150 caballos y mulas cargadas de botín. Su propia lista de bajas fue de 28 muertos y 192 heridos, entre los que se encontraba el ex-coronel del RI-69. La desobediencia a las órdenes de un superior puede ser excusada moralmente, si no técnicamente, si esa desobediencia hubiera tenido resultados brillantes.

Soult no lo envió inmediatamente ante un consejo de guerra, cuando informó de su regreso a Bidarray. Es curioso notar que esta fue la cuarta vez que ese capaz oficial se había separado del cuerpo principal y no participó en una acción general. El primero fue en Vitoria donde tuvo la oportunidad de unirse a Jourdan, el segundo después de Sorauren, cuando partió en una línea de retirada propia, el tercero en San Marcial, cuando pasó el día contramarchando entre dos campos de combate.

Cabe señalar que si Foy hubiera lanzado su ataque más al norte, contra el flanco de Hill en lugar de muy en su retaguardia, habría encontrado a los 5 BIs de Morillo, con la BRI-I/2 de Walker en apoyo inmediato, esperándolo. Por lo que es poco probable que habría logrado mucho. Hill había estado esperando problemas en esta dirección, y esta fue la razón por la que dejó una fuerte guardia de flanco, y además mantuvo las BRIs de retaguardia de tres divisiones prácticamente a su disposición. Difícilmente se habría alterado el esquema general.

Si el resultado hubiera sido más satisfactorio si Foy hubiera obedecido las órdenes de Erlon es un punto dudoso. Como él mismo suplicó en su carta exculpatoria a Soult, había un largo recorrido por un mal camino de Bidarray a Espelette a través de Cambo, y si Erlon habría logrado más si hubiera poseído otra BRI por la tarde, o incluso una toda la DI, es problemática. Pero cualquier cosa hubiera sido mejor que la errática excursión a Maya, para saquear los campos vacíos de una BRI de Clinton.

Retirada de las fuerzas francesas

Al amanecer del 11 de enero, el ejército de Soult estaba en un estado de completa dispersión. Daricau había marchado primero, aunque su DI-5 no se había comprometido, y llegó a Bidart, en el camino a Bayona, dejando que Villatte lo siguiera desde el campamento de Serres. Este último había evacuado Ascain por la noche y, abandonando Serres también unas horas más tarde, siguió a Daricau antes del amanecer. Reille estaba ocupado en apresurar a sus 2 DIs fuera de las obras alrededor de San Juan de Luz, había abandonado todos los cañones de las Bías Bordagain, Ciboure y Socoa, y estaba destruyendo los puentes del Nivelle; no estaban completamente destruidos cuando los británicos llegaron por la mañana.

Clauzel, con el grueso de la DI-5 de Maransin y parte de la DI-8 de Taupin, estaba en Ahetze al norte de Saint-Pee, los restos de la DI-5 de Conroux estaban en Habancen. Todas esas 3 DIs estaban todavía en desorden, algunos BIs aún no se habían presentado, y los rezagados estaban vagando dispersos. Erlon con la DI-2 de Darmagnac prácticamente intacta, estaba en Ustaritz en el río Nive, se había puesto en contacto con la DI-3 de Abbé, que también estaba en buenas condiciones, en la cabecera del puente de Cambo, unos kilómetros río arriba. La DI-1 de Foy estaba en marcha de Bidarray a Cambo, y debía estar allí en el transcurso de la mañana. Está claro que si Wellington hubiera elegido para iniciar un movimiento ofensivo poco después del amanecer, podría haber dividido al ejército francés en dos; 4 DIs habían ido más allá del Nive para salvarse, mientras que las otras 5 DIs se habían retirado directamente a las líneas de Bayona.

Las órdenes que George Murray redactó bajo la dirección de su comandante durante la noche del 10 al 11 de noviembre, no contenían tal plan. Presuponía más bien un avance general en el orden de batalla, con el ala derecha, el cuerpo de Hill, rezagado. Hill debía enfrentarse a Ustaritz y Cambo, y contener a Erlon. El resto, el cuerpo de Beresford en el centro, Hope y Freire a la izquierda, avanzarían en columnas paralelas y atacarían a los franceses dondequiera que se encontraran. Si Reille se demoraba demasiado en San Juan de Luz, existía la posibilidad de aislarlo de Soult. Pero como Hope no logró que su vanguardia cruzara los puentes reparados de San Juan de Luz hasta las 11:30 de la mañana, y el centro avanzó lentamente, esperando a que él llegara a la línea, Soult tenía todo el día por delante, para organizar una especie de frente desde el mar hasta el río Nive.

Las tácticas de Wellington parecían cautelosas, incluso teniendo en cuenta la fatiga de sus tropas, cuando se considera el estado en el que la mitad de las DIs en su frente, habían sido golpeadas de la noche a la mañana. Pero se negó a avanzar con su centro victorioso, hacia la brecha que se extendía delante él, hasta que su ala izquierda pudiera cooperar. Y mientras se acercaba Hope, la oportunidad se escapó. No hubo ningún intento de dividir y aplastar, mediante una irrupción en medio de ellos, a un enemigo tan desmoralizado. No cabe duda de que las tropas de Soult estaban desmoralizadas, después de haber sido expulsadas de una posición de tanta fuerza, tan elaboradamente fortificada. Los oficiales acababan de recibir el informe de la batalla de Leipzig del 19 de octubre, una noticia suficientemente desalentadora, incluso cuando se había atenuado en el boletín del Emperador.

Se escuchó a los generales franceses conversando entre ellos en el sentido de que el siguiente paso sería una retirada más allá del río Garona. Varios oficiales fueron sometidos a consejo de guerra por cobardía. Soult disolvió la DI-8 de Taupin, que de hecho se había comportado muy débilmente en los reductos de Saint-Ignace y ante la DIL. El propio general estaba libre de toda culpa; había arriesgado su vida mientras trataba de levantar BIs sacudidos. Se le dio el mando de la DI-4 de Conroux, que había caído en la batalla. Pero el RI-26 y el RI-70 con los BIs de reclutas del RI-9 y el RIL-47 fueron sacados de la línea y trasladados a la guarnición sedentaria de Bayona, mientras que el RIL-31, que se había portado bien, y los BIs veteranos del RI-9 y RIL-47 fueron transferidos a otras DIs. El BI-I/88, había sido capturado íntegramente en el reducto de Señales.

Bajas en la batalla

Las pérdidas totales del ejército francés en la batalla del Nivelle había sido 4.351 (37 oficiales y 414 de tropa muertos, 113 oficiales y 2.524 heridos, 34 oficiales y 1.199 desaparecidos). De las cuales 2.900 bajas pertenecieron a las 3 DIs desafortunadas de Clauzel, solo 600 en el cuerpo de Erlon, 220 en la DI-1 de Foy, y solo 493 a las 4 DIs que habían mantenido la línea de Soult desde Ascain al mar. De los prisioneros que suman alrededor de 1.200 (30 oficiales y 1.125 hombres), casi todos procedían del cuerpo de Clauzel.

En los reductos se tomaron 59 cañones, en su mayoría cañones de posición del arsenal de Bayona, pero incluyendo algunas piezas de baterías divisionales. Se capturaron algunos almacenes de útiles en San Juan de Luz, que no habían tenido tiempo para destruirlos. El pequeño puerto también estaba lleno de barcos de pesca y lugres (barcos pequeños de 3 palos), a los que se daría uso más tarde.

Las bajas anglo-portuguesas fueron de 2.450 (32 oficiales y 372 de tropa muertos, 145 y 1.905 de tropa heridos, 4 oficiales y 69 de tropa desaparecidos), de los cuales 2.000 eran británicas.

El cuerpo de Hill tuvo 536 bajas (151 en la DI-2, 262 en la DI-6, y 123 en la DI portuguesa de Halilton).

El cuerpo de Beresford tuvo 1.669 bajas (518 en la DI-3, 339 en la DI-4, 363 en la DI-7, 451 en la DIL).

El cuerpo de Hope tuvo 271 bajas (193 en la DI-1, 38 en la DI-5, 22 la BRI de Aylmer, y 18 en la BRI/P de Wilson).

A esto hay que añadir una estimación de las bajas españolas, de las que no se dispone de cifras, se estiman en 800, de las cuales 400 fueron de la valiente defensa de Andrade contra Foy en la pista de Gorospil. Los otros cuerpos españoles no estuvieron comprometidos seriamente, pero se les puede atribuir a Longa y los gallegos las mismas que a Villatte y Daricau, contra quienes estuvieron combatiendo todo el día sin intenciones serias.

Morillo, de pie frente al Mondarrain, prácticamente no había luchado, y los andaluces de Girón en el centro actuaron en segunda línea.