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Orígenes
Roxolano proviene del término persa »raokshna», que significa »blanco» o »claro» (algunos creen que significa »alanos occidentales». Primero saquearon el territorio del Don y después se establecieron al norte de los yácigos, en las estepas situadas entre los ríos Dniéper y Don, extendiéndose hacia el interior por el sur de Ucrania.
Gracias a los objetos hallados en sus tumbas se sabe que poseían espadas de hierro, pequeñas puntas de flecha también de hierro y carcajes de corteza de abedul, que eran las armas de los arqueros montados ligeramente armados. Según antiguas descripciones echaban el lazo a los enemigos en la batalla.
Costumbres
Estrabón describe algunas de sus costumbres, que en general eran similares a las de los sármatas. Los llama “moradores de carros”.
“Sus tiendas de fieltro estaban sujetas a los carros en los que vivían. Alrededor de los carros estaban los rebaños que les procuraban la leche, el queso y la carne que les servían de sustento. Seguían a los rebaños, trasladándose a otros lugares donde pudieran pastar”.
También dice que “son guerreros más bien que bandidos, aunque van a la guerra sólo por los tributos que se les deben. Ceden sus tierras a cualquiera que desee cultivarlas, y se contentan con percibir a cambio un moderado tributo. Pero cuando los arrendatarios no pagan, les declaran la guerra”. Sus caballos, como los de los escitas eran muy veloces y difíciles de manejar, por lo cual los castraban. También cazaban ciervos y jabalíes en los pantanos y onagros y corzos en las estepas.
Tácito dio una vívida, aunque hostil, descripción de los roxolanos, cuando aparecieron ante los romanos: »El pillaje, y no la guerra, constituye su pasión; banda de ladrones, determinados a asolar el país… Su valor se basa totalmente en circunstancias externas. En un enfrentamiento con la infantería son de lo más cobarde. En un ataque de la caballería son impetuosos, feroces, irresistibles. Sus armas consisten en largas lanzas o sables de enorme tamaño, que manejan con ambas manos. Los jefes llevan cotas de malla de hierro o de duras pieles de animales, impenetrables a las armas enemigas, pero tan engorrosas para ellos mismos, que cuando uno cae en el campo de batalla, ya no puede volver a levantarse».
Historia
Siglo I AC
Hacia el 110 AC, los habitantes del Quersoneso, amenazados continuamente por los escitas de la península Táurica (actual Crimea) aliados con los roxolanos, pidieron ayuda a Mitrídates VI Eupator, rey del Ponto. Este escuchó su petición y envió en ayuda de las polis pónticas una expedición mandada por Diofanto, un griego de Sínope, gran general y geógrafo prestigioso, que derrotó con solamente 6.000 hombres a la alianza de escitas y roxolanos, acaudillada por Tasio, que disponía de 50.000 guerreros en el 107 AC.
Los nómadas tenían fama de ser muy belicosos, pero llevaban armas ligeras y no podían hacer frente a una falange. Usaban cascos y corazas de piel sin curtir, portaban escudos de mimbre y utilizaban como armas ofensivas lanzas, arcos y espadas.
Siglo I DC
A mediados del siglo I DC, formaron parte de una migración de tribus y se trasladaron al oeste del Dniéper. Parte de ellos se establecieron entre este río y el delta del Danubio, expulsando a los yázigos. Pero la mayor parte de los roxolanos se dirigieron hacia el Sur, y hacia el año 62 habían alcanzado las estepas de Baragan en Dacia (la actual Rumania meridional). También se establecieron en la zona más allá de los montes Cárpatos y del Danubio.
Tan pronto como llegaron al Danubio, invadieron la Moesia romana, pero fueron rechazados, Tácito dice que fueron derrotados por los romanos del emperador romano Otón. Aunque fueron rechazados, millares de fugitivos «trasdanubianos«, probablemente dacios, buscaron refugio en la provincia romana de Dacia, donde se les permitió establecerse.
En la segunda mitad del siglo I los roxolanos comenzaron a hacer incursiones a través del Danubio, penetrando en territorio romano.
En el invierno del año 69, unos 9.000 invadieron de nuevo Moesia y aniquilaron a la Legio III Gallica. Pero poco después cuando regresaban cargados con el botín y atascados en el barro provocado por el deshielo y una fuerte lluvia, fueron sorprendidos por otra legión romana y sus auxiliares, sufriendo una severa derrota. Los pocos que sobrevivieron se escondieron en los pantanos, donde pasaron el invierno curando las heridas.
Simultáneamente con la revuelta de Batavia (69 – 70) hubo una invasión por parte de los sármatas roxolanos en el año 70. Pasaron al sur del Danubio y, llegaron inesperadamente con gran violencia a la cercana provincia romana del Moesia, exterminando a un gran número de soldados que defendían la frontera. El legado Cayo Fonteío Agripa murió en la lucha. Luego los roxolanos devastaron el territorio. Enviaron para castigar a los sármatas a Rubrio Gallo, que obtuvo una aplastante victoria y obligó a los supervivientes a retirarse.
Después de la invasión, Gallo nuevamente fortificó las fronteras provinciales, disponiendo en ese sector de la limes, nuevas guarniciones más numerosas y mejor fortificadas «para que cruzar el río fuera completamente imposible para los bárbaros«.
En los años 85-86, volvieron a atacar Mesia. En las Guerras Dacias, los roxolanos lucharon con los dacios, mientras que los yázigos lucharon en el bando romano. En el año 92, los roxolanos y dacios destruyeron a la Legio XXI Rapax.
Siglo II
En la primera campaña de Trajano en los años 101-102, los roxolanos que pusieron su caballería pesada al servicio de los dacios, pero fueron derrotados.
En la segunda campaña de Trajano 105-106, los roxolanos se mantuvieron alejados de los enfrentamientos y no participaron. La campaña terminó con la completa destrucción del Estado dacio. La creación de la provincia romana de Dacia trajo el poder romano al umbral del territorio roxolano.
Cuando Trajano celebró su triunfo en el 107, unos roxolanos cautivos fueron conducidos junto a unos dacios por las calles de Roma. En la Columna de Trajano, puede verse un destacamento de arqueros roxolanos a caballo huyendo ante los vencedores romanos, y su armamento corresponde exactamente al descrito por Tácito.
Terminadas las guerras dacias, se les concedió un subsidio con la condición de que se mantuvieran alejados de las fronteras romanas. En el año 117 les fue cortado el subsidio; estalló otra guerra, y entonces el emperador romano Adriano, tuvo que abandonar Roma para arreglar la situación.
Adriano negoció con los roxolanos los nuevos términos de sus relaciones. Con la ayuda de su subordinado de confianza Quinto Martio Turbo, a quien Adriano había designado como gobernador de Dacia en reemplazo de Avidio Nigrino, el Emperador pudo restaurar el orden y pronto se llegó a un acuerdo con el rey roxolano, Rasparagano. Adriano acordó aumentar los subsidios anuales de Roma que Trajano había consentido en pagar a la tribu sármata.
La siguiente acción de Adriano fue abandonar la sección este de la Dacia de Trajano, que fue devuelta a los roxolanos. Como resultado, la Moesia Inferior volvió a los límites originales que poseía antes de la adquisición de Dacia. En colaboración con Turbo, Adriano luego reorganizó la zona y dividió Dacia en dos provincias separadas de diferente estatus con la esperanza de hacer la provincia más manejable y menos rebelde.
En el año 118, el rey de los roxolanos se convirtió en vasallos de Roma. Después de esto se eclipsaron.
Adriano reforzó una serie de fortificaciones preexistentes y construyó numerosos fuertes a lo largo del Danubio para contener la amenaza de los roxolanos.
En la época de Marco Aurelio, los roxolanos se unieron a la revuelta general de los sármatas, germánicos y escitas, que estalló desde las regiones del río Rin hasta las del río Tanais. Marco Aurelio, emprendió una campaña contra los roxolanos a lo largo de la frontera del Danubio. En el año 260, atacaron la provincia romana de Panonia; poco después contingentes de tropas roxalanas entraron al servicio del ejército romano.
Final
Los godos arrebataron a los romanos Dacia en el año 271. Abundan las referencias acerca de ataques efectuados durante los siglos III y IV por los sármatas en territorio romano, emprendidos a menudo junto con los godos, pero es dudosa la identidad de las tribus sármatas que tomaron parte en tales ataques. Los que aparecen representados en el Arco de Galerio, en Salónica (año 297), quizá sean roxolanos, aunque también pueden ser alanos.
Alrededor del año 330 los campesinos »esclavos» de los sármatas danubianos se rebelaron formando el pueblo de los limigantes, su existencia fue corta, ya que los romanos los destruyeron en el año 359. Antes de su rebelión habían sido armados por los sármatas debido a la presencia amenazante de los godos.
En el 377, los roxolanos que aún permanecían en la llanura rumana al este del Danubio, tuvieron que abandonar la región por la presión ejercida por los ostrogodos, quienes a su vez, eran empujados por el avance de los hunos.
Algunos buscaron refugio en la Mesia romana, otros se retiraron más hacia el Oeste y se unieron a los yácigos en la llanura húngara. En parte, probablemente, fueron exterminados y en parte se unieron a los alanos, después a los hunos, y posteriormente a los ostrogodos.