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Tercera Coalición contra Francia (9 de agosto de 1805)
El gobierno británico del rey Jorge III, presidido por William Pitt, logró una alianza con el zar Alejandro I de Rusia, y el emperador Francisco II de Austria se unió a la alianza anglo-rusa contra Francia, comenzando así la III Guerra de Coalición.
La postura del rey Federico Guillermo III de Prusia no estaba clara, aunque representantes de la coalición fueron enviados a negociar con él.
Los aliados acordaron aportar cada uno un contingente de tropas para atacar el Imperio Francés por tres zonas: Hannover, Baviera y el norte de Italia, para ello planean movilizar más de 450.000 soldados.
En Austria, el Consejo Aúlico determinó que el esfuerzo principal de Napoleón sería en Italia, y distribuyó sus fuerzas para hacer frente a la amenaza, que consistían en:
- Norte de Italia el archiduque Carlos con 95.000 tropas atacaría al estado satélite de Italia.
- En Alemania el archiduque Fernando con el general Mack invadirían Bavaria con 72.000 tropas, que se unirían con los ejércitos rusos de Kutúzov de 40.000 efectivos y de Buxhowden de 40.000.
- El Tirol y los Alpes el archiduque Juan con 23.000 efectivos serviría de enlace entre los ejércitos de Italia y Alemania.
Inglaterra desembarcaría 15.000 británicos, a los que se unirían a 12.000 suecos y 20.000 rusos al mando del general Bennigsen, cuyo primer objetivo sería liberar Hannover; mientras, otros 50.000 rusos avanzarían desde el Vístula para presionar al rey de Prusia. En Riga, los generales rusos Buxhoven y Michelson formarían otro ejército aún por determinar.
Desde Sicilia se atacaría Nápoles una fuerza mixta de 17.000 rusos y albaneses, 36.000 napolitanos y varios millares de británicos provenientes de Malta.
Finalmente, Inglaterra hostigaría las costas del Canal de la Mancha, desembarcando pequeños destacamentos con el propósito de esperar revueltas monárquicas en Vendée o una rebelión anti-francesa en Batavia (Holanda).
El Gran Ejército (Grande Armée) de Alemania (25 de agosto de 1805)
Durante los últimos meses el emperador Napoleón había reclutado para su proyecto de invasión de Gran Bretaña una masa de maniobra de otros 150.000 soldados. Estaban acantonados en campamentos cerca de la costa del Canal de la Mancha, en espera de una armada franco-española al mando del almirante Villaneuve que debía escoltar a sus barcos de transporte hasta las playas de Kent. Habían estado en un intenso entrenamiento durante casi dos años en su campamento en Boulogne en la costa del Canal, en preparación para la invasión de Inglaterra. Sus tropas, sus comandantes, su equipo y su espíritu estaban en el nivel más alto que jamás volverían a estar.
Napoleón se encontraba en su CG de Pont de Briques esperando noticias de su flota, cuando a través de telégrafos ópticos le llegó la noticia de que Villaneuve había desistido de llegar a Brest dando la vuelta con su armada, refugiándose el 20 de agosto en el puerto de Cádiz; donde una escuadra británica al mando del almirante Nelson les acechaba.
El Emperador se encolerizó, pues ese contratiempo retrasaba en gran medida sus planes de invasión, enviando a España un mensajero para ordenar a Villaneuve que inmediatamente zarpase a Cartagena para buscar más buques españoles de refuerzo con los que derrotar a las flotas británicas.
Pero muy poco tiempo después, los espías que Bonaparte tenía diseminados por toda Europa le informan de que Austria y Rusia movilizaban contra él sendos ejércitos para derrocarle, porque habían firmado una alianza militar con el Reino Unido.
Napoleón se vio obligado a hacer frente a esa nueva amenaza, abandonó el plan de invasión de Inglaterra y reunió en Boulogne a las tropas de los campamentos cercanos y otros 50.000 hombres para marchar contra los ejércitos coaligados. El ejército de las Costas del Océano se convirtió así en el Gran Ejército (Grande Armée) de Alemania, un contingente entrenado de forma intensiva durante meses de maniobras y ejercicios diarios.
La Grande Armée de Alemania se organizó en 7 CEs (cuerpos de ejército) a las órdenes respectivamente de los mariscales en total 200.000 soldados:
- CE-I de Bernadotte (16.000): DI-1/I de Rivaud, DI-II/I de Drouet, DCL-/I de Kellerman
- CE-II de Marmont (22.000): DI-1/II de Boudet, DI-2/II de Dumonceau, DCL-/II de La Coste.
- CE-III de Davout (28.000): DI-1/III de Friant, DI-2/III de Bisson, DCL-/III de Vialannes.
- CE-IV de Soult (30.000): DI-1/IV de Saint-Hilaire, DI-2/IV de Vandamme, DI-3/IV de Legrand, DCL-/IV de Margaron.
- CE-V de Lannes (28.000): DI-1/V de Falga, DI-2/V de Oudinot, DI-3/V de Suchet, DCL-/V de Trelliard.
- CE-VI de Ney (23.000): DI-1/VI de Dupont, DI-2/VI de Luison, DI-3/VI de Malher, y DCL-/VI de Colvert.
- CEC-R de caballería de reserva (22.000) de Murat: DCC-1/R de Nansouty, DCC-2/R de Hautpoul, DD-1/R de Klein, DD-2/R de Walther, DD-3/R de Beaumont, DD-4/R de Bourcier, DD-5/R de Hilliers.
- Guardia Imperial de Bessières (5.000). RG, RI cazadores, Guardia Italiana, RCG, RC cazadores, Gendarmes de élite.
- El CE-VII con 30.000 soldados al mando de Augereau, serían dejados atrás en Boulogne como engaño y como defensa contra un desembarco británico: DI-1/VII de Desjardins, DI-2/VII de Mathieu.
Francia, aparte de España, solamente contaba con la alianza de países satélites o anexionados, como Bélgica, Suiza, Génova, los recién creados reinos de Italia y de Batavia (Holanda); pero estos tenían escasa relevancia militar, por lo que Tayllerand, ministro de asuntos exteriores francés, intentaría atraer más aliados a la causa imperial francesa.
El 25 de agosto, Francia se aliaría con Baviera, el 5 de septiembre con Baden y el 5 de octubre con Würtemberg; estados alemanes dispuestos a colaborar con Napoleón para que a su vez este les ayudase a independizarse del Sacro Imperio y la égida austriaca.
Baviera aportaría a Napoleón 20.000 soldados, aunque podría reclutar en breve otros 100.000 más en Francia, y también intentaría reclutamientos en otros estados ocupados.
El 25 de agosto, el Emperador ordenó al Gran Ejército (Grande Armée) abandonar el campamento de Bolonia, y largas columnas de infantes, jinetes, carruajes y trenes de artillería marcharon hacia la frontera francesa del Rin extendiéndose por varios kilómetros. La Guardia Imperial recibió el 28 de agosto órdenes de dirigirse a Estrasburgo, las últimas tropas regulares partieron de Bolonia el 3 de septiembre.
Las fuerzas francesas estaban compuestas:
- Gran Ejército de Alemania bajo Napoleón con 190 BIs y 213 Escóns, unos 210.000 efectivos, de los cuales 7.000 eran de la Guardia Imperial.
- Ejército de Italia bajo Masséna con 71 BIs y 61 Escóns.
- Ejército de reserva bajo José Bonaparte con 67 BIs y 12 Escóns.
- Fuerzas de guarnición y costas 124 BIs y 36 Escóns.
- Ejército de Nápoles bajo Saint-Cyr con 22 BIs y 24 Escóns.
Conquista austriaca de Baviera
El archiduque Fernando de 24 años, fue elegido como jefe nominal del ejército austriaco en Alemania por razones políticas. El emperador Francisco y los austriacos simplemente no se fiaban de los rusos. Les preocupaba que cuando aparecieran sus arrogantes aliados rusos, simplemente se apropiarían de las tropas austriacas bajo su propio mando directo, como había sucedido durante la Guerra de la Segunda Coalición. Pero Fernando era primo de Francisco y, como tal, superaría al comandante de los aliados rusos, Kutúzov. Con un príncipe de los Habsburgo al mando, los austriacos sintieron que podrían anular las pretensiones de Kutúzov de tener autoridad sobre los ejércitos aliados. Esto puede parecer una tontería en los tiempos actuales, pero en aquellos tiempos tenía su importancia. Como su jefe de EM se nombró a Karl Mack von Leiberich, que era plebeyo y protestante, y en caso de fracaso sería un buen chivo expiatorio.
El general Mack pensó que la seguridad austriaca se basaba en sellar las brechas a través de la zona montañosa de la Selva Negra en el sur de Alemania, que había sido testigo de muchos combates durante las campañas de las guerras revolucionarias francesas. Mack creía que no habría ninguna acción en Alemania Central. Mack decidió hacer de la ciudad de Ulm la pieza central de su estrategia defensiva, que requería una contención de los franceses hasta que los rusos bajo Kutúzov pudieran llegar y alterar las probabilidades contra Napoleón. Ulm estaba protegida por las alturas de Michelsberg fuertemente fortificadas, lo que le daba a Mack la impresión de que la ciudad era prácticamente inexpugnable de un ataque exterior.
Para ello Mack decidió invadir Baviera y ganar la iniciativa a los franceses. Su comandante, el archiduque Fernando, desaconsejó esto. El elector de Baviera, Maximiliano-José, aún no se había pronunciado por un bando o por el otro, y estaba posponiendo esa decisión el mayor tiempo posible. Su país era el inevitable campo de batalla entre Francia y Austria, y aunque estaba siendo presionado tanto por Napoleón como por los austriacos, vacilaba. Cualquiera que fuera el bando al que se uniera, sería malo para Baviera, aunque Napoleón le había prometido grandes extensiones de tierra austriaca. Quizás deseaba que lo tardío del año y el mal tiempo temprano aplazaran lo inevitable hasta 1806.
El archiduque Fernando estaba a favor de quedarse atrás en la frontera y dejar que los franceses cometieran la primera violación de la neutralidad bávara, con suerte empujando a Maximiliano al lado de la Coalición. También abogaba por permanecer más cerca de sus bases de operaciones y de sus tardíos aliados rusos. Los rusos tenían dos semanas de retraso en su marcha hacia el este, pero probablemente se debió a un malentendido. Los rusos todavía seguían usando el antiguo calendario juliano, que tenía 10 días de retraso con el gregoriano que todos los demás (incluidos los austriacos) usaban. Entonces, cuando dijeron que estarían con Mack el 20 de octubre, en realidad se referían al 30 de octubre en el calendario gregoriano. Al parecer, a nadie se le ocurrió sincronizar sus relojes.
Pero Mack no quería esperar a los rusos. Creía, como su héroe, Federico el Grande, en la audacia. Así que invadió Baviera y llevó a todo el ejército a través de ese país hasta su ciudad oriental de Ulm, que fue tomada el 10 de septiembre. Mack tenía fe en que esta ciudad cercana a la cabecera del Danubio sería una fortaleza inexpugnable contra la cual los invasores franceses se lanzarían hacia la destrucción. Lo describió como el “yunque contra el cual el martillo ruso destruiría a los franceses”. Sus lugartenientes y su joven comandante el archiduque Fernando, se miraron con escepticismo. Al asentarse en Ulm, los austriacos estaban muy adelantados, no sabían dónde estaban los franceses y sus líneas de comunicación eran peligrosamente largas y expuestas.
La torpe invasión de Mack tuvo la consecuencia no deseada de forzar al elector de Baviera y haciéndole declarar la guerra a Austria, convirtiéndose en aliada de Francia y la adición de 22.000 soldados al Gran Ejército francés.
Tampoco ayudó que, mientras los austríacos entraban en Baviera, llevaban consigo carros llenos de papel moneda imperial obsoleto con el que pagar los suministros a los agricultores bávaros. Los bávaros, plenamente conscientes de que Austria había devaluado recientemente su moneda e introducido una nueva edición de papel moneda, se sintieron insultados porque los austriacos estaban tratando de timarlos y rechazaron las ofertas de pago con los viejos billetes sin valor. Así que los austriacos simplemente tomaron lo que quisieron, algo que los ejércitos habían estado haciendo en Europa Central durante siglos. Con lo que se ganaron la hostilidad de los locales.
Por el contrario, Napoleón había tenido cuidado de que cuando su ejército se moviera, sus comisarios pagaran con moneda fuerte y establecieran depósitos a lo largo de la línea de marcha para minimizar los saqueos y liberar a sus tropas de los largos carromatos. Incluso cuando su cuerpo se movía más rápido que los oficiales de suministro, en esta etapa de las guerras Napoleónicas, las tropas francesas todavía eran vistas más como libertadoras que como conquistadoras. Eso cambió, por supuesto, a lo largo de los años, pero en 1805, la autoridad moral de la Revolución Francesa llegaba mucho más lejos con los lugareños, no solo por la ideología proletaria francesa, sino porque se comportaban mejor que las tropas de la Coalición.
Mack sabía que los franceses tendrían que ir directamente al este, a través de la Selva Negra al oeste de Ulm. Ese era el camino tradicional para invadir Baviera. Napoleón para envolver la derecha austriaca, como temía el archiduque Fernando, tendría que violar el territorio de un principado neutral, Anspach, que era propiedad de Prusia. Eso podía provocar que Prusia declarase la guerra a Francia, poniéndose del lado de la Coalición.
Los planificadores austríacos no esperaban que Napoleón abandonara por completo la invasión de Inglaterra, ni anticiparon la velocidad con que se trasladaría, se pensaba que llegaría a Italia como en 1796 y 1800. Mack retrasó la movilización hasta el último momento para preservar la sorpresa, pero esto no tendría ningún efecto, ya que el principal ejército francés en la costa frente a Inglaterra ya estaba movilizado. En cambio, las fuerzas austriacas movilizadas apresuradamente dejaron muchos batallones con pocos efectivos.
El 6 de agosto, Mack recibió la noticia de que la fuerza de Kutúzov se retrasaría. Hbía calculado que Kutúzov tardaría 64 días en reunirse con él en Baviera y era imposible que los franceses llegaran a Baviera antes de los 68 días, y siguieron adelante con la temprana invasión de Baviera, de quien se esperaba que capitulase y se uniese a Austria.
El 5 de septiembre, el ejército austríaco se trasladó a Baviera, el elector huyó y el ejército bávaro se retiró sin luchar hacia el norte para unirse a los franceses. Cuando Mack consolidó su posición y solucionó los problemas de suministro (surgidos de la adopción repentina del sistema de suministro francés) no había ni el más mínimo indicio de que los franceses habían iniciado la marcha una semana antes que él y que 7 CEs se dirigían hacia él.
El 26 de septiembre, los 6 CEs franceses y la reserva de caballería se reunieron en el Rin, mientras que Mack aún consolidaba los destacamentos del ejército austríaco en Baviera. Las barreras naturales de la Selva Negra y el río Rin ocultaron la escala de concentración francesa junto con un excelente control de la caballería de Murat y la rapidez de la inteligencia francesa.
Envolvimiento estratégico francés
Los preparativos aliados de esta envergadura no pasaron desapercibidos a Napoleón y, a mediados de julio, decidió posponer la invasión de Inglaterra y hacer frente a sus rivales continentales. Los generales franceses, incluido Murat, llevaron a cabo un reconocimiento en persona de las carreteras que conducían a Alemania y los posibles frentes, y los espías y embajadores franceses enviaron un flujo constante de información. Al examinar el problema estratégico, Napoleón ignoró en gran medida los frentes periféricos en Nápoles y Hannover, de acuerdo con su máxima de centrarse únicamente en el cuerpo principal del enemigo. El archiduque Carlos representaría una seria amenaza para posesiones francesas en el norte de Italia, pero sobre todo si los ejércitos austríaco y ruso se unían en Alemania, su fuerza sería abrumadora.
El plan de Napoleón era simple y audaz. El grueso de las fuerzas francesas acampadas en Boulogne y Hannover serían lanzados a toda velocidad contra el avance del ejército austríaco de Mack, y convergería sobre él en un intento de rodearlo y destruirlo antes de que los rusos pudieran llegar. De tener éxito, dejaría a las fuerzas rusas de Kutúzov superadas en número y, a su vez, vulnerables a ser destruidas. La destrucción del principal cuerpo aliado haría añicos los planes de la coalición y haría que los teatros secundarios fueran superfluos.
Mientras la fuerza principal francesa actuaba en Alemania, las fuerzas de otros frentes intentarían retrasar y detener a las fuerzas aliadas en Nápoles e Italia. El cuerpo de ejército CE-VII con 30.000 soldados al mando de Augereau, serían dejados atrás en Boulogne como engaño y como defensa contra un desembarco británico, se formarían los nuevos reclutas en un ejército de reserva que vigilaría los puntos de entrada al norte de Francia sobre el Rin.
Napoleón quería un rápido ataque preventivo contra el ejército austríaco. Para marchar de inmediato con la mayor fuerza posible, ordenó que el BI-IV de cada RI completase al resto; y fuera dejado atrás para agregar a los reclutas recién reclutados para formar un ejército de reserva de emergencia para la defensa en la frontera norte y como un cuerpo de refuerzo. Lo mismo fue adoptado para el cuarto Escón de caballería.
El 22 de septiembre, Mack decidió mantener la línea Iller anclada en Ulm. En los últimos tres días de septiembre, los franceses iniciaron las marchas forzadas que los situarían en la retaguardia austríaca. Mack creía que los franceses no violarían el territorio prusiano, pero cuando escuchó que el CE-I de Bernadotte había marchado a través de Ansbach prusiano; tomó la decisión crítica de quedarse y defender Ulm en lugar de retirarse al sur, lo que habría ofrecido una oportunidad razonable para salvar la mayor parte de sus fuerzas. Napoleón tenía poca información precisa sobre las intenciones o maniobras de Mack; sabía que el cuerpo de Kienmayer había sido enviado a Ingolstadt, al este de las posiciones francesas, pero sus agentes exageraron enormemente su tamaño.
El ejército francés continuaba su gran movimiento, y la izquierda, compuesta por el CE-I de Bernadotte (14.700), el CE-II de Marmont (20.000) y el CE bávaro de Deroi (22.500), iniciaron el movimiento para reunirse en Weissenburg y cruzar el Danubio en Ingolstadt.
El CE-III de Davoust (25.200), partió Neckareltz, seguiría la carretera Möckmühl hasta Harburg.
El CE-IV de Soult (37.000) había partido hacia Heilbronn y avanzó por el Danubio por Oettingen hacia Nordlingen.
El CE-V de Ney (24.000), procedente de Stuttgart , tomó la carretera de Esslingen.
El CE-VI de Lannes dejó Ludwigsburg y siguió la carretera Beutelsbach, Plüderhausen, Gmünd, Aalen y Nordlingen.
El 5 de octubre, Napoleón ordenó a Ney que se uniera a Lannes, Soult y Murat para concentrarse y cruzar el Danubio en Donauwörth. El envolvimiento francés, sin embargo, no era lo suficientemente profundo como para evitar la fuga de Kienmayer.
El 6 de octubre, el CE-V de Ney, el CE-VI de Lannes y el CE-IV de Soult y el cuerpo de caballería de Murat se dirigieron a Donauwörth para cortar la ruta de escape de Mack. No todos los cuerpos franceses llegaron al mismo lugar, sino que se desplegaron en un largo eje oeste-este, y la llegada temprana del CE-IV de Soult y el CE-III a Davout a Donauwörth incitó a Kienmayer a actuar con cautela y evasión. Napoleón se convenció gradualmente de que los austríacos estaban concentrados en Ulm y ordenó que una parte considerable del ejército francés se concentrara alrededor de Donauwörth.
Ese mismo día 6 de octubre, a las 20:00 horas, la DI-2/IV de Vandamme, habiendo llegado a Donauworth, tuvo el honor de ser la primera en enfrentarse al ejército austríaco. Atacó al RI de Colloredo, que defendía el puente de la ciudad, mató a unos 70 hombres e hizo 150 prisioneros. Después de haber reparado el puente, el mariscal Soult lo cruzó con las dos divisiones Vandamme y Legrand, para avanzar hacia Augsburgo. En esos momentos, la división del general Saint-Hilaire avanzaba por el Danubiopor la margen izquierda, para observar el movimiento de las tropas enemigas reunidas en torno a Ulm.
Mack organizó su ejército en 4 cuerpos mandados por mariscales:
- Mariscal Príncipe de Schwarzenberg con 28 BIs de infantería y 30 Escóns situaría en Ulm.
- Mariscal Franz von Werneck con 30 BIs y 24 Escóns defendería Günzburg.
- Mariscal Michael von Kienmayer con 19 BIs y 34 Escóns se establecería en Ingolstadt.
- Mariscal Franz Jellacic con unos 15.000 efectivos en 16 BIs, 6 Cías jäger y 6 Escóns mantendría una línea más al sur cerca de Biberach an der Riß desde donde observarían la Selva Negra.
Mack aparentemente no hizo preparativos para defender la línea del Danubio. En cambio, planeaba atacar las líneas de comunicación de Napoleón con Francia.
Batalla de Wertingen (8 de octubre de 1805)
El 7 de octubre por la mañana, el príncipe Murat llegó a Donauwörth con la DD-2/R mandada por el general Walter (RDs 3, 6, 10, 11, 14 y 22); cruzó el río para llegar rápidamente al río Lech. Para apoderarse de un puente situado en el camino a Rain, y custodiado por un regimiento de coraceros austríacos, el coronel Wathier, al frente de 200 dragones del RD-4, nadó a través de este río, cargó contra el regimiento enemigo con impetuosidad, y se hizo dueño del puente.
El mariscal Murat, que había dormido en Rain am Lech, se puso en marcha al día siguiente 8 de octubre, a la cabeza de la DD-3/R de Beaumont y DD-2/R de Klein, y la DCC-1/R de Nansouty. El propósito de esta marcha era cortar el camino de Ulm a Augsburgo. Murat se enteró, a su llegada a Wertingen, que en la orilla izquierda del Zusam, había una fuerte división austriaca en los alrededores.
Al darse cuenta del peligro de su posición, Mack decidió pasar a la ofensiva. El 7 de octubre, ordenó al ejército que se concentrara alrededor de Gunzburgo y esperaba atacar las líneas de comunicación de Napoleón. Mack ordenó al general Franz Auffenburg que llevara su DI de Gunzburgo a Wertingen en preparación para el principal avance austríaco fuera de Ulm.
Las fuerzas de Auffenburg eran 5.000 infantes en 3 BIs del RI-55 Reuss-Greitzy; 6 BGs (de los RIs 18 Stuart, 42 Erbach, 25 Spork, 38 Wurrtemberg, y 57 Colleredo), 400 jinetes en 4 Escóns (2 del RCC-3 del archiduque Alberto y 2 del RC-4 de caballos ligeros de Latour); y 9 cañones uno por cada BI.
Después de una extenuante marcha nocturna del 7/8 de octubre, la DI de Auffenberg llegó a Wertingen después del amanecer. Sin esperar fuerzas francesas cerca, instaló un campamento en Wertingen y sus alrededores, mientras que 2 ECs de caballos ligeros del RC-4 de Latour y una Cía de infantería se dirigieron al pueblo cercano de Hohenreichen al noreste de Wertingen.
Joachim Murat dejó Donauwörth a las 08:00 horas del 8 de octubre y avanzó con 8.600 sables en 44 Escóns con 9 cañones a caballo en:
- Vanguardia mandada por Remi Exelmans incluía la BRH-I/V de Jean Fauconnet del CE-V (700 húsares en 8 EHs de los RH-9 y RH-10).
- Cuerpo: la DD-3/R Marc Antoine de Beaumont con 18 EDs encuadrados en la BRD-I/2/R de Charles Boyé (RD-5 y RD-8), la BRD-II/2/R de Nicolas Scalfort (RD-9 y RD-12), y la BRD-III/2/R de Edouard Milhaud (RD-16 y RD-21).
- Retaguardia la DI-1/R de Louis Klein con 18 EDs encuadrados en las BRD-I/1/R de Jacques Fenerols (RD-1 y RD-2), BRD-II/1/R de Antoine Lasalle (RD-4 y RD-20), y la BRD-III/II/R de Jacques Milet (RD-14, y RD-26).
Posteriormente, serían apoyados por el CE-V de Jean Lannes con 8 BGs de la DI-1/V de Nicolas Oudinot y 3 BILs del RIL-28.
La BRH-I/V de Fauconnet (RH-9 y RH-10) marchaba en vanguardia, con piquetes muy por delante. Fue uno de ellos, perteneciente al RH-10 el que informó que grandes fuerzas austríacas estaban en las cercanías de Hohenreichen y Wertingen.
Mientras el ejército austriaco descansaba, Auffenberg estaba llevando a cabo una reunión de personal, que fue interrumpida abruptamente alrededor del mediodía por un soldado de caballería del RC-4 de Latour con el informe de que habían aparecido enormes masas de caballería napoleónica en la zona de Hohenreichen. Auffenberg ignoró el informe llevado por un simple soldado.
Sin embargo, el informe se repitió, esta vez llevado por un oficial del RC-4, y esta vez Auffenberg finalmente dio la orden de acudir a las armas. La infantería formó apresuradamente cuadros de batallón en una meseta que dominaba ligeramente Wertingen (entre las aldeas de Wertingen y Binswagen). El resto de la caballería austríaca (2 ECs del RC-3 de coraceros) cubría ambas alas de los cuadros de infantería.
Debido a la superioridad de las fuerzas francesas, los 2 ECs del RC-4 de caballo ligeros austriacos, no les hicieron frente, sino que se unieron a las fuerzas principales de Auffenberg. Los 200 infantes austríacos permanecieron solos en Hohenreichen.
Exelmans que mandaba la vanguardia, al ver la maniobra de retirada de la caballería austriaca y ver un posible asentamiento de artillería en una la colina entre Hohenreichen y Wertingen, para bombardear las fuerzas austríacas detrás de Wertingen, decidió capturar primero Hohenreichen. Envió 2 EDs del RD-5 a pie para tomar el pueblo, la Cía austriaca opuso una feroz resistencia y rechazó fácilmente el primer ataque francés. Exelmans llevó inmediatamente nuevos refuerzos, y toda la BRD-I/2/R de Boyé, (6 EDs del RD-5 y del RD-8) fue enviada como refuerzo, cuyo ataque también fue rechazado por los austriacos. Exelmans envió a la BRD-II/2/R de Scalfort (6 EDs de RD-9 y RD-12), que desmontaron y partieron a pie para el tercer ataque. Los restos de la compañía austriaca (los que no murieron, resultaron heridos o capturados) se salvaron mediante una rápida retirada de 1 km a través de la colina hacia las fuerzas principales de Auffenberg.
Después de capturar Hohenreichen, Exelmans decidió continuar el ataque, al amparo de la vanguardia, la DI-1/R de Klein en retaguardia asentó 6 piezas de artillería a caballo en una colina que dominaba Wertingen y las fuerzas de Auffenberg, que se encontraban a una distancia de unos 1.200 metros. Pronto, la artillería francesa lanzó un violento bombardeo (4×8 cañones y 2×6 obuses). La artillería estaba protegida por la BRD-III/2/R de Milhaud (RD-16 y RD-21). La BRD-I/2/R de Boyé y la BRD-II/2/R de Scalfort montaron en sus caballos y dispusieron sus líneas para una nueva carga.
El denso fuego de la artillería francesa provocó graves pérdidas en los cuadros compactos de la infantería austríaca. El fuego de contrabatería austriaca (9×6 cañones) fue en gran parte ineficaz debido a la distancia, y los artilleros franceses se centraron en los cuadros austriacos, abriendo brechas en sus filas.
En ese momento, Exelmans envió a la BRH-I/V de Fauconnet (RH-9 y RH-10) atacar de flanco, mientras la BRD-II/2/R de Scalfort (RD-9 y RD-12) de frente y la BRD-I/2/R de Boyé (RD-5 y RD-8) en retaguardia, y cargaron cuesta arriba contra los cuadros austriacos. La carga francesa no pudo romper la resistencia de ninguno de los 9 cuadros austriacos y tuvieron que retirarse. Exelmans en persona encabezó carga tras carga, sin conseguir romper los cuadros austriacos, que se reformaban después de cada carga para cubrir las brechas, mientras que sus coraceros y caballos ligeros, atacaban a los dragones franceses que se replegaban.
A las 14:00 horas, llegó la DD-1/R de Klein con sus 18 EDs y se posicionó en la base de la colina dominada los austriacos, pero su carga también fue rechazada. Auffenberg confiaba en que si podía mantener su posición hasta el anochecer, a pesar de que quedaban varias horas, se replegaría su división con pocas pérdidas durante la noche.
A las 16:00 horas, llegó Murat acompañado de la DCC-1 de Nansouty (BRC-I de carabineros y BRCC-II) y también llegó el mariscal Lannes con la vanguardia del CE-V. Ambos mariscales conferenciaron sobre su posición en la cima de la colina y planearon un asalto combinado contra la posición de Auffenberg. La DI-2/V de Oudinot con 8 BGs y 3 BILs atacaría el flanco izquierdo austriaco, mientras los dragones reagrupados cargarían de frente, la DCC-1 permanecería en reserva.
Bajo continuas cargas de los dragones en su frente, inmovilizándolos en su lugar durante el período de carga, y la infantería de Oudinot atacando de flanco, los cuadros austriacos fueron desmoronándose rápidamente. Algunos cuadros resistieron más tiempo, pero la mayoría cayó rápidamente en el desorden y se convirtió en una huida general, perseguidos por la caballería francesa.
Las bajas francesas se estiman en 200 muertos, las bajas austriacas fueron unos 400 muertos y 3.000 fueron hechos prisioneros. Se capturaron 6 cañones y 6 banderas de batallón. El anochecer finalmente llegó y permitió que los maltrechos restos de infantería escaparan hacia Ginzburg, escenario de otra batalla al día siguiente, a unos 35 km al suroeste.
Exelmans habiendo llevado por la mañana las banderas tomadas en la batalla de Wertingen al Emperador, este le dijo: “Sé que no se puede ser más valiente que tú, te hago oficial de la Legión de Honor”. Napoleón también entregó la condecoración de honor a un dragón de cada regimiento, y recompensó de la misma manera a los granaderos de Oudinot y los felicitó por su valentía y su buen comportamiento.