Retirada de Soult de Orthez a Tolosa

Retirada de Soult a Saint-Sever

El ejército victorioso después de la batalla de Orthez vivaqueó en su mayor parte en las alturas sobre Sallespisse. La infantería estaba cansada, los hombres ni siquiera levantaron sus tiendas, solo encendieron grandes fogatas en las que prepararon la cena y se tumbaron temprano a dormir. La noche era helada, y a la mañana siguiente, formaron lentamente las unidades. El cuartel general tardó en levantarse, Wellington sufría un dolor considerable, de la lesión del día anterior, que se prolongó durante varios días, haciéndole difícil montar.

Los franceses estaban bastante desconectados; solo habían descansado unas pocas horas en Hagetmau, y luego emprendieron de nuevo la carretera principal hacia Saint-Sever, a 38 km del campo de batalla, al que llegaron desordenados por la mañana del 28 de febrero. Soult entonces comenzó a clasificar su ejército y estimar sus pérdidas y su posición. Además de los 4.000 hombres muertos, heridos o prisioneros en la batalla de Orthez, descubrió que había habido una cantidad terrible de deserciones.

El resto de la Guardia Nacional de Harispe había desaparecido, al igual que casi la mitad de los BIs de la DI de reserva de Tolosa, que habían llegado la tarde anterior. Los reclutas de la nueva leva se habían comportado bien durante la batalla, pero después, durante la retirada, se apoderó de ellos el espíritu de deserción. Cada uno partió hacia su propia casa, como si se hubiera declarado la paz. El mariscal envió órdenes en todas direcciones para que volvieran a los colores que habían defendido con valentía el día anterior en Orthez.

Pero fue mucho más difícil devolverlos a sus BIs que hacerlos luchar. Los exploradores ingleses comenzaron, durante ese avance, a notar por primera vez que había jóvenes en las aldeas. Algunos se mostraban despreocupados y bastante alegres, habían huido del servicio militar obligatorio y reaparecían en su casa. Otros fueron tímidos y eludieron la observación; su pelo rapado mostraba que eran desertores recientes.

Soult tenía dos días, antes de encontrarse presionado frente a Saint-Sever, para decidir entre las dos únicas alternativas estratégicas que tenía abiertas. La primera era continuar retrocediendo directamente a su retaguardia, cubriendo Burdeos, la capital del sur y tercera ciudad de Francia, del ataque que Wellington seguramente le lanzaría. La otra era arriesgarse a la pérdida de Burdeos y esforzarse por mantener a Wellington ocupado, lo más lejos posible, haciendo retroceder al ejército francés hacia el Este en lugar de hacia el norte, es decir, haciendo de Tolosa (Toulouse en francés) su base en lugar de Burdeos. Es bien sabido que un invasor puede ser controlado tanto colocándose sobre su flanco como sobre su frente. No se puede descuidar a un enemigo que puede caer sobre su retaguardia, y su línea de comunicación, si marcha hacia el objetivo que por razones políticas desea alcanzar. Muchas consideraciones sólidas le invitaban a aplastar al ejército aliado en su flanco a toda costa, antes de continuar con su esquema principal.

De modo que el Mariscal esperaba atraer a Wellington tras él, y así distraerlo de Burdeos. En el peor de los casos, su adversario podría apoderarse de Burdeos, pero esto solo podría hacer, destacando un cuerpo muy considerable de su ejército, tal vez uno lo suficientemente grande como para reducir su fuerza a una fuerza con la que él mismo podría hacer frente. Porque Soult era consciente de que los números de Wellington no eran tan abrumadores como insistía en representarlos cuando escribía al ministro de Guerra en París.

Fue irritante recibir en Saint-Sever, tres días después de la batalla, las últimas órdenes del Emperador, escritas mientras montaba su caballo cerca de Troyes, a punto de lanzarse sobre el ejército de Schwarzenberg: “Dile al duque de Dalmacia que ordeno él para reanudar la ofensiva de inmediato, y caer sobre una de las alas del enemigo; incluso si no tiene más que 20.000 hombres, aprovechando su oportunidad con valentía, debería poder sacar ventaja sobre los ingleses. Y tiene el talento suficiente para entender lo que quiero decir”.

El propio plan de Soult se expone hábilmente en un despacho del 28 enviado a Clarke. “Saint-Sever podría defenderse, pero detrás de él estaban los peores desfiladeros posibles: la línea de retirada está completamente dominada desde el lado enemigo del Adour… A menos que reciba órdenes positivas en sentido contrario, no maniobraré en dirección a Burdeos, donde me costaría mucho pasar el Garona y dejaría todo el sur de Francia expuesto al enemigo. Me basaré en Tolosa y tomaré mis primeras posiciones en Aire y Barcelonne, donde podré evitar que el enemigo avance sobre Burdeos, no menos que sobre Toulouse. Si el enemigo no me ataca durante varios días, estaré en condiciones de luchar de nuevo. Pero solo tengo 30.000 infantes, 3.000 sables y 40 cañones, una fuerza terriblemente desproporcionada en todas las armas a la del enemigo”.

Otro hecho que influyó en la determinación de Soult de dejar la carretera recta a Burdeos abierta a Wellington fue que después de pasar Mont-de-Marsan; la gran ciudad y el centro de la carretera detrás de Saint-Sever, la calzada pasa por 100 km a través de un árido y despoblado país; la mayor parte son los pinares arenosos de las Landas. En Mont-de-Marsan, era cierto, tenía grandes depósitos de todo tipo, pero no eran transportables; no tenía forma de llevárselos; hasta ese momento, el material había sido enviado a Bayona en transportes fluviales por el río Adour.

Si salía de Mont-de-Marsan, como seguramente lo haría en unos pocos días, sería empujado a las Landas, donde su ejército no podría alimentarse por sí mismo, y los recursos más cercanos estarían en el muy distante Burdeos. Desde el punto de vista del sustento, era mucho mejor recurrir al fértil país del este, donde había depósitos menores en varios lugares y buenas comunicaciones con Tolosa y Montauban.

La retirada hacia el este de Saint-Sever implicaba el abandono de todo el país del bajo Adour, hasta Bayona, especialmente el de Dax, que hasta entonces había sido el centro avanzado de distribución de las necesidades del ejército. Soult había esperado mantener el lugar y había ordenado a Daricau que lo fortificara y se reuniera allí, alrededor del único BI regular que le quedaba, todos los Guardias Nacionales del departamento de las Landas. Pero estas tropas locales habían resultado tan desesperadas como las de los otros departamentos. En el momento en que Daricau juntaba un grupo, este desertaba.

El 1 de marzo, los dragones de Vandeleur del ejército de Hope se mostraron frente al lugar, y llegaron las noticias de que había infantería británica en Saint-Geours. Daricau se dio cuenta de que Dax era insostenible, por lo que los últimos 450 guardias nacionales en el lugar abandonaron, escalando las murallas en la parte trasera de la ciudad, y el general partió con su único débil BI de regulares para reunirse con Soult a través de las Landas. Solo lo siguió el subprefecto, el resto de las autoridades se quedaron atrás para dar la bienvenida a los ingleses. Solamente una parte de la gran masa de los almacenes fue destruida.

Entonces Aire y Barcelonne, hacia donde se trasladaba Soult, están al este de Saint-Sever, y al salir en esa dirección, el mariscal dejó la carretera principal Saint-Sever – Mont-de-Marsan – Bordeaux completamente abierta a Wellington. Lo que esperaba era que si tomaba esa posición, el enemigo no se atrevería a pasar a su lado y marchar sobre Burdeos, sino que se vería obligado a volverse contra él y, por lo tanto, sería arrastrado hacia el este. De hecho, el mariscal estaba en parte en lo cierto y en parte equivocado. Wellington se volvió hacia él y se distrajo en dirección a Tolosa. Pero Soult fracasó por completo en salvar Burdeos, porque Wellington, pidiendo toda la ayuda que pudo desde la retaguardia, improvisó una fuerza lo suficientemente fuerte como para apoderarse de esa gran ciudad, al tiempo que retenía suficientes tropas a mano para empujar a su enemigo delante de él, tratara de hacer una detención.

Pero la expedición de Burdeos no fue una que Wellington hubiera emprendido por motivos puramente militares. Era un movimiento político, destinado a hacer añicos la moral de todo el sur de Francia y quebrar el prestigio del Emperador.

No se habría intentado, de no haber sido por el hecho de que por fin existían pruebas que llevaban a la conclusión de que la opinión pública del país era tal, que era posible jugar la carta que hasta entonces nunca se había sacado a relucir: el favorecer la insurrección a favor de los Borbones. Wellington había conseguido por fin pruebas de que había personas de importancia que estaban dispuestas a izar la bandera blanca (de los Borbones) y arriesgar sus cuellos en abierta rebelión.

La caballería de Wellington apareció frente a Saint-Sever en la tarde del 28 de febrero; esa noche durmió él mismo en Hagetmau. Esa misma noche Soult evacuó Saint-Sever y se trasladó hacia el este hacia Grenade en el camino a Aire y Barcelonne, después de volar el puente de Saint-Sever. Wellington entró en el lugar el 1 de marzo y permaneció allí durante 8 días, convirtiéndolo en su cuartel general. Tenía que revisar todo su esquema de estrategia, debido a la inesperada retirada de Soult hacia el este. Esta parada prolongada le convenía personalmente, ya que le permitía acostarse y permitir que su pierna lesionada volviera a estar flexible, pero esa era la menor de las causas de lo que parece una curiosa ruptura en la continuidad de la campaña.

La primera razón para la detención fue la necesidad de reorganizar el ejército ante el problema de una invasión a gran escala de Francia. Su objetivo entonces, había sido hacer posible aislar y sitiar Bayona. Esa tarea había sido completada.

Con unos 40.000 hombres, todo lo que disponía, difícilmente podía esperar ocupar todo el suroeste de Francia. Quedaban fortalezas francesas detrás de él. A Morillo le habían dicho que bloqueara Navarrenx, a Mina que bloqueara San Juan de Pie de Puerto; podrían ser llevados a cabo, sin una gran deducción de la fuerza de su propio ejército operativo. Pero el problema de Bayona era muy serio; había descubierto que Thouvenot tenía 14.000 soldados regulares en la ciudad, por no hablar de algunos destacamentos navales y de la Guardia Nacional. Y el lugar era muy difícil de sitiar, porque el Adour y el Nive dividían al ejército inversor en tres secciones separadas, conectadas solo por puentes de barcos.

Thouvenot se había mostrado hasta entonces como una persona muy poco emprendedora, pero sus recursos eran tan considerables que no sería seguro dejarlo vigilado a la ligera. Lo obvio habría sido entregar todo el asedio a los españoles, sacar la reserva de Andalucía de O’Donnell desde el Baztán, y el Tercer ejército de Navarra, y luego llevarse la DI-1 de Howard y la DI-5 de Colville, con la BRI de Aylmer, La BRI/P de Bradford y BRI-P de Campbell, para unirse al ejército de campaña. Esto habría agregado casi 20.000 buenas tropas anglo-portuguesas a la fuerza operativa. Pero Wellington no pudo decidirse a dar este paso. La primera razón era que deseaba mantener un control completo sobre el conjunto de las operaciones de las tropas a su disposición. Y si reunía a 30.000 soldados españoles alrededor de Bayona, debía dejar a Freire, o bien a O’Donnell a cargo de las operaciones.

Todo lo que tomó prestado del ejército de bloqueo de Bayona fueron 2 DIs de Freire, que serían reemplazadas por el ejército de reserva de Andalucía desde el valle de Baztán. Freire llevó sus 2 mejores DIs, y sería una ayuda muy apreciable.

Pero llegó otro refuerzo útil: toda la caballería pesada, que durante tanto tiempo había estado relegada a cuarteles de invierno más allá de los Pirineos. Así que la BRD KGL de O’Loghlin (por ausencia de Bock), la BRD de Ponsonby y BRD de Clifton partieron de sus acantonamientos en varias fechas entre el 24 de febrero y el 2 de marzo, y se pusieron en contacto con el ejército entre el 10 y el 1 de marzo. Con ellos llegaron los 5 RC de caballos ligeros portugueses al mando de Barbacena y Campbell, que también habían estado hibernando en el sur.

Estas llegadas duplicaron con creces la fuerza de caballería de Wellington: ahora tenía 8.000 caballos en lugar de 3.500. Y aunque el país en el que iban a operar, no era en absoluto un buen terreno para la caballería, ya que estaba casi todo cercado y labrado, sin embargo, contaba con suficientes hombres montados no solo para dominar la caballería enemiga, sino para recorrer el país por todos lados. Se utilizaron en gran medida con fines de comunicación, para mantener abiertas las carreteras y como escolta de convoyes. Cuanto más se alejaba de la base, más útil era tener una caballería preponderante.

El 1 de marzo, Beresford fue trasladado a Mont-de-Marsan con la DIL. Se capturó una acumulación muy considerable de alimentos, que Soult no había encontrado ni transporte, ni tiempo para destruirlos. Hill, con sus habituales, la DI-2 y la DI portuguesa de Le Cor, fue enviado hacia el este para localizar al ejército de Soult, que según informaciones, se había retirado por completo en esa dirección. Una columna con la DI-3 y la DI-6, marcharon por la carretera principal al norte del río por Granade, con el mismo destino. Hill no encontró oposición hasta que casi había llegado a Aire. Pero la otra columna se topó con las fuerzas de Erlon (DI-1 de Foy y DI-2 de Darmagnac) en Cazeres, y tuvo que usar algo de fuerza para hacerlas retroceder.

Se detuvieron en las alturas que, al otro lado del Adour, daban a Aire. Allí se unieron al resto del ejército francés: las 2 DIs de Clauzel (DI-8 de Harispe y DI-6 de Villatte) estaban al sur del río, y las de Reille (DI-4 de Taupin y la DI-5 de Rouget) al norte. Soult, estando bajo la impresión de que tenía a todo el ejército de Wellington frente a él, no tenía la intención de arriesgarse a una acción general y se propuso ceder, después de librar un cauteloso combate de retaguardia durante el tiempo que fuera prudente permanecer en posición.

Su propósito quedó demostrado por las órdenes dadas a Reille de retirarse río arriba a Barcelonne, y estar listo para cruzar el río Adour hacia el sur por su puente, mientras que Erlon y Clauzel detenían al enemigo. Esto significaba que había resuelto moverse hacia el sureste hacia Tarbes, si se le presionaba, y desperdiciar todas las posibilidades de mantener su comunicación con Burdeos. Porque, en el momento en que se pasara por Barcelonne, se abandonaría la última carretera que conducía al Garona inferior. Pero Soult tuvo que entrar en una lucha más dura de lo que esperaba. Erlon, en la orilla norte del Adour, cedió cuando se le presionó y siguió a Reille hacia Barcelonne. Pero Clauzel se encontró fijado y atacado por la columna de Hill de una manera inesperada.

Combate de Aire sur l’Adour (2 de marzo de 1814)

Por extraño que parezca, el mariscal no había logrado descubrir la fuerza de Hill y no sabía que iba a ser atacado en el lado sur del río. Clauzel había sido colocado en una línea de empinadas elevaciones que cubría Aire, con su derecha apoyada en el Adour y su frente protegida por el pequeño río Grave. La posición era extremadamente fuerte, pero tan cerca (solo 2 km) frente a la ciudad que no era posible retirar el ala derecha excepto en ese lugar, donde no había puente, y no había salida excepto una carretera paralela al río que se dirigía hacia el Este.

Hill, al descubrir la posición de Clauzel, no esperó a formar una línea regular de batalla, porque pensó que los franceses se irían si se les dejaba tiempo para hacerlo. Pero había juzgado mal la situación, porque Clauzel tenía órdenes de aguantar hasta que Reille hubiera cruzado hacia el lado sur del Adour por el puente de Barcelonne. Tenía 5 BRIs en línea, en una posición enmascarada por bosquecillos y matorrales, porque las colinas sobre el río Grave eran boscosas.

Sin embargo, Hill subió sobre las 14:00 horas, en dos columnas, la DI-2 cerca del río, y la DI de Le Cor estaba 1,5 km a la derecha. La BRI-I/2 de Barnes con el apoyo de la BRI-II/2 de Byng, se dirigió contra el extremo derecho del enemigo, sobre el Adour, donde la colina era más empinada, operando contra el flanco de la DI-6 de Villatte. La BRI-I/P de Costa, de la DI de Le Cor, se movió contra el centro francés, la derecha de la DI-6 de Harispe, 1,5 km más lejos del río. Ambas columnas atacantes vadearon el río Grave y subieron la colina entre los bosquecillos. Sus objetivos eran completamente diferentes.

La BRI-I/2 de Barnes, aunque en terreno más empinado, ganó la cima sin gran dificultad e, incluso antes de que la BRI-II/2 Byng subiera en apoyo, empujó a la DI de Villatte desde las alturas hasta la ciudad baja de Aire. La resistencia fue muy débil, porque las listas de bajas francesas muestran que toda la DI de Villatte perdió ese día solo un oficial muerto y 4 heridos, probablemente solo 100 hombres en total.

Pero BRI-I/P de Costa, atacando con el mismo ímpetu precipitado, se encontró con un rechazo total. Cuando se acercó a la cima de la colina, fue atacado por la BRI-I/8 de Dauture y la empujó por las laderas en gran desorden y con pérdidas considerables. La brigada avanzó con dificultad a lo largo del arroyo al pie de las alturas. Al ver la derrota de Da Costa, Stewart, que lideraba las 2 BRIs de la DI-2, separó a Barnes con el BI-I/50 y el BI-I/92 highlander de Gordon, por el camino que bordea la cima de las alturas, para tomar la BRI-I/8 de Dauture de flanco, mientras que el BI-I/71 highlander y las Cías ligeras de la BRI-I/2 se mantuvieron en contacto con las tropas de Villatte que se retiraban hasta que apareciera Byng.

Los refuerzos, operando contra el flanco expuesto de Harispe, restauraron la lucha en ese lado, y luego la BRI-II/P de Buchan, la unidad retrasada de la DI de Le Cor, se acercó y comenzó a enfrentarse con el resto de la línea de Harispe. Pero el asunto en ese ala no se resolvió hasta que se pusieron más tropas, cuando la BRI portuguesa de Harding apareció detrás de Byng, Hill les encargó la tarea de perseguir a Villatte junto en el BI-I/71 highlander, y envió a los BIs de Byng para que siguieran la pista ya tomada por Barnes a lo largo de la cresta de las alturas. La llegada de esta BRI resolvió el asunto: Harispe fue empujado hacia su reserva, los 4 BIs de París estacionados frente a la aldea de Nauzeilles, y luego empujados hacia el este a lo largo de la meseta. Así, las 2 DIs francesas quedaron completamente separadas y conducidas en diferentes direcciones.

Harispe tenía una clara línea de retirada, pero Villatte había buscado un lugar de acogida muy dudoso en la ciudad de Aire. El cuerpo principal estaba en una especie de isla, formada por las dos ramas del río Adour, y aunque era fuerte para una defensa inmediata, las tropas que lo defendían no tenían forma de retirarse, excepto por un puente en el lado más alejado de la isla. Empujando a lo largo del borde del ramal más cercano del Adour, las tropas ligeras británicas amenazaban con alcanzar el nivel de este puente e interceptar la única línea de retirada del enemigo. Villatte, sin embargo, se salvó de este peligro por la provisión de Reille.

Al oír los fuertes disparos contra Aire, ese general, que estaba en el lado sur del puente de Barcelonne, envió sus 2 DIs para cubrir la retirada del cuerpo de Clauzel. La DI-5 de Rouget, marchando hacia el sonido de la batalla, tomó posición en la cabecera del puente sobre el brazo menor del Adour, y las tropas en Aire pudieron escapar de la isla bajo su cobertura. Solo tenían que apartar a los cazadores avanzados de Harding. El grueso de esa BRI y el BI-I/71 estaban ocupados en combates callejeros dentro de la ciudad, en la que habían penetrado por su puente sur, o utilizando vados y pasajes en las presas de los molinos, de los cuales hay varios en este estrecho arroyo. Los BIs destrozados de Villatte no hicieron ningún intento serio por mantener el lugar, y actuaron sabiamente.

La resistencia francesa en todos los puntos durante el combate de Aire parece haber sido débil, a pesar de las declaraciones de Napier en sentido contrario. Esto se demuestra por las pérdidas en las BRIs británicas ese día, que fueron solamente de 156 hombres, casi todos en los BI-I/50, BI-I/71 y BI-I/92 de la BRI-I/2 de Barnes, el mismo general resultó herido. La BRI-II/2 de Byng tuvo solo 20 bajas, ninguna en BRI-II/2 de O’Callaghan, ya que no se acercó a la lucha. Las pérdidas de las BRIs portuguesas de Harding y Buchan también fueron insignificantes. Los desafortunados BIs de Da Costa, que abrieron el combate de manera tan desfavorable, tuvieron, por supuesto, pérdidas mayores: 5 oficiales y más de 100 hombres, incluidos unos pocos prisioneros. Beresford envió al general Costa de regreso a Lisboa en desgracia; su muy severo informe sobre el asunto menciona que el general, ni siquiera reunió a las tropas él mismo, sino que fue realizado por el coronel Avillez del RI-14/P y mostró total incapacidad. Fue reemplazado al mando de la brigada por el coronel Joao de Almeida.

Las bajas francesas en Aire probablemente no fueron mayores en muertos y heridos que las de los aliados: los informes solo muestran el general Dauture jefe de la BRI-I/8 y una docena de oficiales fueron muertos o heridos, lo que probablemente signifique una pérdida total de unos 250, además de 100 prisioneros. Pero muchos regimientos se rezagaron en la oscuridad, y sus reclutas aprovecharon la oportunidad de desertar, los estadillos matutinos de las 2 DIs comprometidas muestran el 10 de marzo algunos BIs se habían reducido de 260 a 290 efectivos, y todos sus desaparecidos ciertamente no habían sido muertos, heridos o capturados.

Obligado a abandonar su idea de oponer resistencia en Aire y Barcelonne, Soult retiró sus tropas hacia el sureste y se sorprendió al no verse perseguido. Erlon, en la orilla norte del Adour, marchó hasta Plaisance, donde giró hacia el sur y encontró a Reille y Clauzel concentrados en Maubourget. El mariscal, que había calculado que Hill tenía 3 DIs en Aire, y que 6 DIs más habían marchado desde Saint-Sever siguiendo el rastro de la columna de Erlon, se encontró inesperadamente libre y pudo hacer un alto, muy satisfecho, y hacer un balance de su disminuido ejército.

Los franceses estaban completamente fuera de contacto entre sí, pues Wellington había fijado su cuartel general en Saint- Sever y no había enviado más que reconocimientos de caballería más allá de Aire y Barcelonne. El tiempo era abominable, y habiendo alejado a Soult de la carretera de Burdeos y dejado fuera de combate durante algún tiempo, el comandante en jefe aliado estaba a punto de intentar su gran experimento político: la incursión en Burdeos en apoyo del levantamiento realista que, como se le había asegurado, ya estaba listo para tener lugar en esa gran ciudad.

Retirada de Soult del río Adour al río Garona

Soult reorganiza su ejército

Wellington se había detenido durante 12 días después del combate de Aire, en parte para dar descanso a sus tropas, pero en parte para evitar operaciones críticas mientras la expedición de Beresford contra Burdeos estaba en marcha. Debía privarse durante un tiempo de la DI-4 y la DI-7, deseaba llevar todos los refuerzos disponibles para compensar, en la medida de lo posible, la ausencia de esta invaluable infantería. Las tropas estaban en movimiento, y se unirían en pocos días, eran las BRDs pesadas y la BRC portuguesa de caballos ligeros, ordenados desde sus cuarteles de invierno en el Ebro, con las 2 DIs españolas que Freire traía desde Bayona. Pero la infantería seguía siendo tan necesaria que Wellington ordenó a Morillo que le enviara la mitad de la antigua división extremeña con la que bloqueaba la fortaleza de Navarrenx. El general español destacó debidamente 3 de sus 6 BIs, la otra BRI era suficiente para el bloqueo. Formaban 2.100 efectivos y fueron asignados al cuerpo de Hill, con el que solía operar desde 1811.

Beresford se había marchado con 12.000 hombres, incluidos solo 2 regimientos de caballería. La fuerza que subió para reemplazarlo estaba formada por 4.000 jinetes y 10.000 infantes españoles (contando a Freire y Morillo juntos). El cambio en la composición de su ejército principal dio a Wellington una enorme preponderancia en caballería, en el que hasta entonces había poseído solo una ligera ventaja sobre Soult, pero quedó más débil en infantería de lo que había tenido en Orthez.

De sus antiguas unidades solo tenía a mano por el momento las DIs 2, 3, 6 y la DIL, y la DI portuguesa de Le Cor. Tres brigadas de caballería se unieron al ejército de campaña en sucesión entre el 11 y el 18 de marzo, las DIs de Freire habían llegado a Saint-Sever el 13 de marzo la BRI de Morillo se incorporó a Hill el 15 de marzo. Wellington tenía la sensación de que necesitaba aún más refuerzos, pues le habían llegado noticias de Cataluña de la marcha de la columna de Pannetier por los Pirineos, acompañada de la falsa información de que tenía la intención de reforzar Soult. Realmente era para unirse a Augereau en Lyon. Si 10.000 soldados franceses veteranos se unieran a la fuerza que ya está en el río Adour, en el momento en que el ejército aliado estaba en su momento más débil, la situación sería grave.

Esto explica las órdenes que Wellington envió a Clinton el 8 de marzo, pidiéndole que enviara a 6 de sus BIs británicos y 3 Bías para unirse a él por la ruta tortuosa Zaragoza-Tolosa-Irún. Como Pannetier realmente se había dirigido a Lyon, la negligencia de Clinton de obedecer esa orden fue inofensiva. Pero hasta mediados de marzo, Wellington esperaba detectar las tropas de Suchet en su frente. Fue esa conjetura la que le llevó a llamar a Beresford y la DI-4 desde el Bajo Garona el 14 de marzo y, dejando a Dalhousie en una posición bastante aislada en Burdeos.

Después del combate de Aire, Soult había hecho retroceder a su gastado ejército por el camino y los envió a acantonamientos alrededor de su cuartel general en Rabastens, entre el Adour superior y el Larro. Las 2 DIs de D’Erlon estaban sobre Marciac, Clauzel estaba en Vic de Bigorre, y Reille en Maubourget. No esperaba quedarse mucho tiempo sin ser atacados, y habían tomado la decisión de retirarse, si se le presionaba, sobre Tarbes hacia el sur, con la intención, como había dicho, de llevar a Wellington tras él hacia los Pirineos, y fuera de la carretera directa a Tolosa.

Contrariamente a lo esperado, se encontró sin ser perseguido, Hill se quedó atrás en Aire y el resto del ejército aliado en las cercanías de Barcelonne. Al principio, el mariscal se sorprendió bastante de que lo dejaran solo, y no fue hasta el 8 de marzo cuando comenzó a adivinar que Wellington podría haber enviado un gran destacamento a Burdeos: hasta el 11 de marzo todavía tenía dudas.

Mientras tanto, el resto de los 10 días fue una tregua no pactada, la utilizó para la reorganización de su ejército que estaba muy desordenado. La BRI de París fue disuelta como una unidad y distribuida entre las DIs más maltrechas: la caballería fue reclutada, en número, pero no en eficiencia, habiendo reclutado en ella hombres, y sobre todo caballos del tren de artillería. Soult tenía 6 DIs, 3 BRCLs y 6 Bías con 6 piezas cada una.

La gendarmería fue enviada a barrer a los rezagados y reclutas desertores, de los cuales Soult calculó que al menos 3.000 estaban desaparecidos desde el combate de Aire. La BRI de reclutas de Travot, que había hecho una aparición tan ineficaz en la batalla de Orthez, se había reducido a 600 hombres para los 5 BIs. Sus restos fueron enviados de regreso directamente a Toulouse, para ser reformados. Exagerando un poco, Soult le escribió a Clarke que no podía contar con más de 25.000 infantes, y que de sus 2.500 jinetes solo 1.000 tenían caballos aptos para el servicio activo.

El ministro respondió, demostrando con las propias cifras de Soult de los estados matutinos, que debía tener algo más 39.000 hombres. Y aparentemente no estaba muy lejos, ya que el ‘estado de la mañana’ para el 10 de marzo, después de la reorganización, mostraba 36.600 de todas las armas, esto incluía la artillería, los zapadores y el tren, que Soult había omitido en su cálculo aproximado. A las dificultades de tener en cuenta la organización del ejército se suma un poco el hecho de que el 13 de marzo, Maransin regresó de su ineficaz campaña de propaganda, y retomó el mando de su antigua DI-5, que Rouget había dirigido durante las últimas seis semanas. Y de manera similar Daricau, que tampoco había logrado galvanizar a la gente de las Landas, también regresó y desplazó a París en la DI-6.

Conquista de Burdeos

Burdeos había tomado parte activa en las Guerras de la Vandée, contra la Revolución, y había sufrido una represión terrible, y el sentimiento aunque reprimido aún seguía latente. Jean-Baptiste Lynch alcalde de Burdeos encabezaba el levantamiento clandestino para la restauración de los Borbones. Presidía una organización clandestina llamado Comité Realista de Burdeos. Se puso en contacto con Wellington para entregar la ciudad en nombre de Luis XVIII. La caída de Burdeos, que era la tercera ciudad de Francia, supondría un golpe moral terrible al Emperador, y, por lo tanto, valía la pena el intento.

El 7 de marzo, Beresford recibió la orden de marchar desde Mont-de-Marsan con la DI-7 bajo Dalhousie, que había regresado de sus largas vacaciones de invierno en Inglaterra y la DI-4 de Cole debería seguirle desde Saint-Sever, una jornada de marcha detrás. La BRH de Vivian, que estaba en Roquefort, cabalgaría por delante de la columna. Todos estos se movieron por la carretera principal Roquefort-Bazas-Langon-Podensac, evitando las Landas bordeándolas por su flanco oriental. Solo 2 EDLs de Vandeleur, destacados del campamento delante de Bayona, tomaron una ruta separada a través de esos páramos arenosos, y se unieron a la columna principal frente a Burdeos. En ninguno de los caminos, la caballería de avanzada se encontraron con fuerzas enemigas, salvo piquete de gendarmes, que fue dispersado en el camino más allá de Langon.

El clima era abominable, y el primer tramo de la carretera, hasta Bazas, estaba en mal estado, pero a pesar de todo, el ritmo mantenido fue muy bueno. Los húsares de Vivian cubrieron los 130 km de Roquefort a Burdeos en 4 días, y la BRI en cabeza de la DI-7, que tenía la distancia más larga, desde Mont-de-Marsan a Burdeos, llegó 15 horas después. Beresford recibía información constante de Lynch sobre el estado de asuntos en la Gironda, en los que aseguraba que no habría oposición. Por lo tanto, dejó la DI-4 en Langon, desde donde fácilmente podría volver a unirse a Wellington, y continuó con la DI-7 solamente. Vivian con el RH-1 KGL, llegaron a las afueras de Burdeos en la mañana del 12 de marzo, las 3 BRIs de Dalhousie lo seguía a breves intervalos.

El RH-18 se quedó en el flanco derecho, para vigilar los distintos pasos del Garona, por los que pudieran aparecer fuerzas hostiles procedentes del este. De hecho, solo quedaban las guarniciones de los fuertes por la Gironda en Blaye, fuerte Medoc, Punta de Graves, fuerte Pate, etc., y los 1.000 a 1.500 hombres con los que L’Huillier se había retirado a Libourne, la única unidad organizada en el vecindario era un BI de reclutas en La Reole, que se retiró hacia el este a Marmande ante la aproximación de Beresford.

A las 08:00 horas de la mañana del 12 de marzo, una tropa de húsares KGL entró en los suburbios de Burdeos y se detuvo a la entrada. Fueron recibidos por una multitud entusiasta. Cuando llegó Vivian, con el resto del RH-1 KGL; se enteró de que el alcalde se estaba preparando combinar su recepción formal del ejército británico, con la declaración de Luis XVIII como rey de Francia. Se apresuró a informar a Beresford, que estaba unos kilómetros atrás, para advertirle de la intención de Lynch.

El mariscal, cumpliendo las órdenes que le había dado Wellington, en el sentido de que la ocupación de Burdeos debía tener un aspecto militar y no político; envió a Vivian a reunirse con el alcalde y advertirle que, si bien Inglaterra deseaba bien la causa realista, no estaba autorizado ni a instar ni a desaprobar la proclamación de Luis XVIII. Todo lo que sucediera debía ser considerado como un acto de los propios burdeanos, y no dirigido, y menos aún dictado, por los ingleses. El brigadier sorprendió al alcalde acercándose en su carruaje, precedido por 12 gendarmes, y seguido por unos 150 jóvenes a caballo. Vivian le dio el mensaje a Lynch, quien respondió que estaba muy agradecido por la advertencia del mariscal y que él mismo explicaría sus sentimientos cuando se conocieran en persona.

Beresford se entrevistó con Lynch, y cumpliendo estrictamente las órdenes que había recibido, tomó posesión de la ciudad en nombre de Wellington. Posteriormente regresó con Wellington dejando a la DI-7 de Delhausie a cargo de Burdeos, junto con los 2 EDLs que Vandeleur había destacado desde Bayona, 1 EH de Vivian, y una Bía.

El 20 de marzo, Napoleón, habiendo recibido con gran rabia la noticia de caída de Burdeos, se vio obligado a tomar nuevas medidas, para evitar lo que parecía ser una revuelta general de los departamentos del suroeste. Envió al general Decaen a Périgueux, ese general era el último al mando del ejército de Cataluña, con órdenes reunir todos los cuerpos posibles de tropas, por pequeñas que fueran, y dirigirse a la zona, y esperar hasta que recibiera una fuerza adicional que le daría una marcada superioridad sobre la DI-7.

Este refuerzo consistió en 6.000 hombres al mando del general Beurmann, el segundo destacamento, originalmente destinada a fortalecer el ejército de Augereau en Lyon, se le ordenó hacia el oeste desde el Ródano hasta la Dordoña. Beurmann recibió las órdenes el 2 de abril cuando ya estaba comprometido con los austriacos. Obedeciéndolas debidamente, llegó a Perigueux el 9 de abril con una fuerza reducida a 3.500 hombres por la deserción, ya que la noticia de la caída de París había llegado a la columna en su camino, y las tropas daban señales de motín, y comenzaron a dispersarse.

Combate de Vic-Bigorre (19 de marzo de 1814)

Después de 10 días de descanso, Soult recuperó la confianza y escribió al ministro de guerra. Estaba algo herido de espíritu por la carta del Emperador del 2 de marzo, que le reprochaba su falta de iniciativa y le ordenaba atacar a toda costa, en lugar de permitir que lo atacasen, y estaba a punto de tomar la ofensiva. Teniendo por fin la certeza de que Wellington había enviado un gran destacamento para la toma de Burdeos, la oportunidad era favorable. De hecho, no llevó a cabo la política del Emperador o su propio propósito, sino que hizo una demostración llamativa contra esa parte del frente aliado que estaba en manos de las 2 DIs de Hill, avanzando con todas sus fuerzas contra Aire. Todo el ejército de Soult participó en el movimiento el 13 de marzo.

Clauzel en un flanco, Erlon en el otro, avanzó contra la línea sostenida por la caballería de Fane a lo largo del río Leez, con Reille en reserva. Si Soult se hubiera arriesgado a un ataque directo a Hill el 14 el marzo, el británico hubiera estado en peligro. Pero actuó con la mayor precaución, y pasó el día haciendo retroceder la pantalla de caballería enfrente de él. Fane fue empujado por la izquierda, la BRI portuguesa de caballos ligeros de Campbell en el centro, con algunas pérdidas. Esta última recién llegada de España, su presencia hizo que Soult dudara de que otras tropas nuevas no estuvieran en su frente. Por la noche, el cuartel general francés no estaba más adelante que Conchez, la infantería unos pocos km, frente a la posición detrás del pequeño río Leez, donde Hill era visible en una línea que se extendía desde el pueblo de Garlin hasta las alturas sobre Aire.

Wellington había quedado algo sorprendido por el movimiento ofensivo de Soult, y conociendo el estado ruinoso en el que el ejército de su adversario se había retirado de Saint-Sever y Aire, solo podía concluir que había recibido el refuerzo de Cataluña, del que tanto se había oído últimamente. Por lo tanto, resolvió por el momento ponerse a la defensiva frente a Aire y ordenó a las DIs 3 y 6 en Barcelonne que cruzaran el Adour y se unieran a Hill, seguidos por los españoles de Freire, que habían llegado a Saint-Sever en la mañana del 13 de marzo, y estaban disponibles. Esto dejó en el lado norte del Adour solamente la DIL y los húsares de Somerset, mantenidos como guardia de flanco frente a Barcelonne. Las BRDs pesadas, la KGL de Billow y la de Clifton, llegaron a tiempo para unirse a la línea en Garlin; las otras 2 BRDs, la de Manners y la de O’Loghlin, no habían aparecido.

En la mañana del 15 de marzo, Wellington ofreció batalla en la posición frente a Aire, teniendo con él 4 DIs anglo-portuguesas, los españoles de Freire y 4 brigadas de caballería, unos 32.000 efectivos en total, muy similar a la fuerza que Soult tenía enfrente a él. Pero este no era todo su plan táctico. Había decidido envolver el flanco derecho francés con una fuerza destacada, que no estaría disponible durante uno o dos días.

Esta iba a estar compuesto por la DIL y los húsares de Somerset, que comenzaron a moverse hacia el este desde Barcelonne hacia Plaisance el 16 de marzo, y se unirían allí el 18 con la DI-4 y la caballería de Vivian, rápidamente retirados de la carretera de Burdeos. Beresford volvería con ellos y tomaría el mando de esta columna envolvente. La DIL no debía presionar al enemigo hasta que Beresford hubiera aparecido, y tendrían que pasar varios días antes de que pudiera llegar. Los húsares en el frente tuvieron escaramuzas insignificantes con la caballería de flanco de Soult en Tarsac, e infligieron algunas pérdidas al RI-13 de cazadores.

Esto implicaba marchas forzadas muy intensas para la DI-4 de Cole, que se encontraban en Bazas y Langon en el río Garona y sus alrededores, a más de la mitad de camino a Burdeos y a más de 115 km de Plaisance, donde iban a recoger a la DIL. Los húsares de Vivian que habían ido a Burdeos tenían un tramo aún más largo que cubrir, pero la caballería, en el peor de los casos, puede viajar más rápido que la infantería.

La DI-4 marchó desde Langon y Bazas el 14 de marzo y llegó a Plaisance el 19. Vivian, con mucha más distancia por recorrer, estuvo en Barcelonne el 18 y en Plaisance el 19 de marzo. Tanto Cole como Vivian encontraron muy mal tiempo y malas carreteras: las etapas Bazas-Roquefort y Roquefort-Barcelonne fueron especialmente recordadas como terribles, el barro llegaba hasta los tobillos de los hombres. Hasta que Beresford reuniese las 2 DIs y las 2 brigadas de caballería en Plaisance, Wellington no tenía intención de presionar a Soult; de hecho, los días 14 y 15 de marzo, había considerado probable que fuera atacado, ya que creía que las tropas de Cataluña estaban frente a él.

Pero Soult, aunque había informado al ministro de guerra que estaba a punto de cumplir las instrucciones del Emperador y caer sobre uno de los flancos del enemigo, no ejecutó más que una demostración muy poco entusiasta. El 15 de marzo no avanzó más; según su propia historia, estaba esperando información de su caballería en las alas. A su hermano, Pierre Soult, le había ordenado explorar al enemigo en dirección a Pau; en el otro flanco, el RC-13 de cazadores tenía que explorar en dirección a Barcelonne y el Adour. Pero se quejaba de que su débil caballería no pudo proporcionarle información, fueron contenidos en todas partes. El 16 de marzo, inició un leve movimiento de retirada, al parecer ante el rumor de que Wellington estaba recibiendo refuerzos del norte, y sus órdenes a sus generales comenzaban a hablar de precauciones a tomar, en el caso de que pudieran verse atacados.

El cuartel general retrocedió a Simacourbe cerca de Lembeye, 12 km por detrás de su posición anterior en Conchez. La explicación de Soult al ministro de guerra fue que estaba decidido a atraer a Wellington hacia los Pirineos y sacarlo del camino corto a Tolosa, y que cuando el enemigo lo siguiera, tenía la intención de caer inesperadamente sobre su columna más avanzada y aislada. El 17 de marzo, el mariscal emitió órdenes definidas para una retirada general en Tarbes, si el enemigo atacaba con fuerza. Wellington hasta entonces, no había mostrado signos de tomar la ofensiva, solo su pantalla de caballería había avanzado con cautela y cruzado el Leez cuando las patrullas francesas se retiraron de su frente. Esperaba la noticia de la llegada de Beresford y las tropas de la carretera de Burdeos a Barcelonne, donde no debían llegar hasta el 18 de marzo.

El 17 de marzo, Soult hizo el único movimiento efectivo de toda su campaña. Un grupo de reconocimiento de 100 hombres escogidos de su caballería del ala izquierda, hizo un amplio movimiento alrededor del flanco sur extremo de Wellington y creó una alarma considerable en su retaguardia. Esta incursión fue encabezada por un capitán Daunia del RC-5 de cazadores. Cruzó la carretera de Pau de noche y apareció el 18 en Hagetmau, cerca de Saint-Sever, donde corrió hacia la ciudad al amanecer y capturó a 6 oficiales médicos, un pequeño convoy y 2 reclutas convalecientes que se dirigían al frente, casi un centenar de prisioneros en total. Partió sin demora y se reunió con Pierre Soult esa misma noche, después de haber recorrido 84 kilómetros en 30 horas. Wellington, incapaz de creer que esta incursión hubiera sido ejecutada por caballería regular a tal distancia del frente enemigo, concluyó que era obra de un cuerpo partisano de irregulares locales.

Sobre esa hipótesis arrestó al alcalde y concejales de Hagetmau, y emitió una proclama drástica, en el sentido de que todos los civiles tomados en armas serían ahorcados o fusilados. Había alguna excusa para esta creencia, porque Soult había estado emitiendo proclamas incitando a la campiña a levantarse, y una banda de jinetes irregulares había aparecido en la carretera de Burdeos, encabezada por Florian, un célebre partisano franco-español, que había servido al rey José. Este grupo se había encontrado con algunos de los convoyes de Beresford y se había llevado algún botín. Pero este fue un fenómeno aislado y Florian pronto desapareció. Sus hombres, y los de una o dos bandas, según fuentes francesas, eran meros salteadores de caminos más peligrosos para el campesinado que para los ingleses rezagados. Las quejas sobre sus actos llevaron a Wellington a autorizar a los alcaldes locales a formar una guardia urbana para defenderse: esta orden se llevó a cabo y resultó bastante efectiva, los partisanos fueron considerados enemigos públicos en Gascuña y los británicos como amigos.

La noticia de la hazaña de Daunia en Hagetmau llegó demasiado tarde para tener algún efecto en los planes de Wellington para el 18 de marzo. Entonces se había enterado de la llegada de Beresford a Barcelonne y había dado órdenes de un avance general. Visto a mayor escala, el plan era cortar a Soult de sus líneas de retirada hacia el este, envolviendo su flanco derecho o este, y empujarlo contra los Pirineos al oeste de Tarbes, donde no había carreteras o línea de escape. Era un plan de aniquilación, si la columna envolvente pudiera cortar en sucesión las tres posibles rutas de Soult hacia el este, Rabastens-Auch-Toulouse, Tarbes-Trie-Castelnau-Lombes-Toulouse y Tarbes-Tournay-Saint-Gaudens-Tolosa. Como veremos, Wellington logró bloquear los dos primeros, pero no la tercera y más remota. Porque Soult, al luchar en dos acciones retardadoras de Vic-Bigorre y Tarbes, logró ganar tiempo para pasar por delante de la columna de envolvente de Beresford, sin gran coste de vidas y material.

Esto llevó a una acción de retaguardia: Erlon llegó justo a tiempo para ocupar una posición por encima de Vic-Bigorre con su división líder, la DI-1 de París (posteriormente de Daricau), cuando la infantería de Picton, a la cabeza de la columna central de Wellington, apareció y lo atacó. Cuando el combate estuvo bien entablado, la BRI portuguesa de Power estaba presionando fuertemente, Erlon detectó una columna a su derecha marchando con fuerza a lo largo del Adour para envolver su flanco. Esta era la DIL, a la cabeza del ala de Beresford del ejército aliado. En consecuencia, retrocedió y ocupó una segunda posición detrás de Vic, donde se le unió su otra DI, la DI-2 de Darmagnac, y participó en otra acción parcial contra DI-3 de Picton y la DI-6 de Clinton, que había llegado al apoyo de Picton.

Pero al ver que la caballería a la cabeza de la columna de Beresford todavía apuntaba a su flanco y retaguardia, se retiró de nuevo al oscurecer por la carretera de Tarbes. Su maniobra había sido buena y correcta, ya que había cubierto la retirada del resto del ejército sin gran coste de hombres. Su pérdida total excedió de 300 hombres, y la de los británicos fue de unos 250. Pero aunque había luchado inteligentemente y cumplido sus órdenes, al anochecer la columna de Beresford estaba a su derecha, sin nada enfrente para frenarla. Había un peligro considerable para el día siguiente. Una de las tres posibles líneas de retirada de Soult, la de Tolosa había sido bloqueada, y la segunda estaba en peligro, porque desfilar a través del frente del avance de Wellington en la carretera Tarbes-Trie-Castelnau era obviamente peligroso, aunque Soult todavía esperaba realizar esta maniobra. Solo quedaba la carretera sur y más montañosa de Tournay y Saint-Gaudens que aún no estaba amenazada.

El día 18 comenzó se realizó el avance general del ejército aliado en 3 columnas:

• Hill con la columna occidental con unos 13.000 efectivos (DI-2, DI-P de Le Cor, BRI de Morillo y BRCL de Fane), partió de Garlin.
• Wellington en persona con la columna central, 25.000 efectivos (DI-3 y DI-6, DI Freire, BRD de Manners, BRCL de Billow, BRCL de Campbell, y BRDL de Clifton), partió desde el frente de Aire.
• Beresford con la columna oriental con unos 12.000 efectivos (DIL y BRCL de Somerset, seguido de cerca por la DI-4 y los caballos ligeros de Vivian, recién llegado de su marcha forzada). Se dirigió a Plaisance, y al llegar allí, Beresford debía girar hacia el sur y moverse con toda la velocidad posible a Maubourget y Rabastens, envolviendo (como se esperaba) el ala derecha de Soult.

El mariscal había escrito al ministro de guerra que si el ejército aliado tomaba la ofensiva contra él, tenía la intención de caer sobre cualquier sección que estuviera avanzada y aislada. Pero no tenía ninguna posibilidad de hacer esto, ya que Wellington se movía con sus columnas paralelas. De hecho, evitó apresurarse en sus columnas derecha y central, hasta que su columna izquierda debería haberse alineado con ellas.

Soult estaba en una posición peligrosa, para enfrentarse a la fuerza envolvente de Beresford, solo tenía un RC de cazadores, que estaba siendo empujado hacia atrás, y solo podía informar que tenía una caballería superior (la BRDL de Somerset) al frente, y no podía adivinar lo que había detrás. Sin darse cuenta del todo de la situación, ni viendo que estaba amenazado con un ataque frontal combinado con un amplio movimiento envolvente a su derecha, el mariscal no hizo más el 18 de marzo, que ponerse de frente y concentrar un poco sus DIs en dirección este. Mientras tanto, los aliados estaba en movimiento.

En la mañana del 19 de marzo, Wellington asestó su golpe. Poco después del amanecer, los húsares de Somerset desde la izquierda, expulsaron a la guardia de flanco francesa de caballería fuera de Rabastens. Mientras que los dragones pesados KGL de Billow, desde la columna central, llegaron hacia Vic-Bigorre, el importante cruce de carreteras por el que Soult tenía la intención de retirarse sobre Tarbes, si no encontraba la oportunidad de molestar a ninguna columna aislada del ejército de Wellington. Los hannoverianos de Billow tuvieron una fuerte escaramuza con la BRCL de Berton (cazadores del RC-13 de Vial y RC-21 de Duchâtel), que encontraron frente a ellos. Su escuadrón de cabeza fue rechazado con algunas pérdidas, pero al acercarse el cuerpo principal, los franceses tuvieron que retirarse.

El RC-13 de cazadores tuvo que retirarse en dirección a Rabastens por la carretera de Lafitole, porque las BRCLs de Alten y los húsares de Somerset lo empujaron hacia el distrito del Faubourg. La columna inglesa de Picton, donde estaba Wellington, llegaba de Madiran y avanzaba hacia Maubourguet. Situó en vanguardia a la BRD KGL de Bock, se presentó frente al puente sobre el Echez volado por orden de Soult. Intentó vadear el río Échez. En ese momento, los cazadores franceses, ocultos, tendieron una emboscada y se produjo un violento tiroteo. Tres jinetes aliados murieron y los demás regresaron a Maubourguet. El RC-21 de cazadores cayó sobre ellos. En este día hubo tres combates. Tras la violenta emboscada en el puente de Echez, el segundo combate tuvo lugar en la linde del bosque de Marmajou, probablemente en la carretera, en los lugares conocidos como Saint-Pé-de-Bassi y Latoude. Una vez más tomaron por sorpresa a la BRD KGL de Bock, que fue rechazada en dirección a Maubourguet. Luego, Berton retrocedió hacia Rabastens de Bigorre.

Esta noticia alarmó a Soult, y ordenó a Erlon que se apresurara con sus 2 DIs a Vic-Bigorre y tratase de cubrir la línea de la carretera, mientras que las otras 4 DIs divisiones, bajo Clauzel y Reille, atravesaron el campo hacia Tarbes por caminos secundarios a través de la meseta de Gers, abandonando cualquier intento de salir por la gran calzada.

Esto llevó a una acción de retaguardia: Erlon llegó solo a tiempo de ocupar una posición por encima de Vic-Bigorre con su DI-1 de París, la BRI-I/1 de Firion (RIL-6, RI-69 y RI-76) en primera línea y se asentaron 4 cañones. La DI-2 de Darmagnac ocupó una posición de apoyo a retaguardia detrás de Vic. La artillería, los trenes y los heridos pudieron cruzar Vic-Bigorre y retirarse hacia Tarbes.

La DI-3 de Picton, a la cabeza de la columna central de Wellington, se acercó y lo atacó desde la marcha con la BRI-I/3 y la BRI-II/3. Cuándo el combate estaba comprometido, empleó la BRI-III/3 portuguesa de Power que estaba en retaguardia, que presionó fuertemente. Erlon detectó una columna a su derecha marchando rápido a lo largo del Adour para envolver su flanco. Se trataba de la DIL, a la cabeza de la columna de Beresford del ejército aliado. En consecuencia dio la vuelta, y ocupó la segunda posición detrás de Vic, guarnecida por la DI-2 de Darmagnac, y estuvo involucrado en otra acción parcial contra la DI-3 de Picton y la DI-6 de Clinton, que había acudido al apoyo de Picton.

Pero al ver la caballería a la cabeza de la columna de Beresford todavía envolviendo su flanco y retaguardia, se retiró de nuevo al anochecer por la carretera de Tarbes. Su maniobra había sido bien realizada, y había cubierto la retirada del resto del ejército en muy poco tiempo con pocas pérdidas. Sus bajas fueron de unos 300 hombres, y los aliados unos 250.

Pero aunque había luchado inteligentemente y cumplido sus órdenes; sin embargo, al anochecer, la columna de Beresford estaba a su derecha, sin nada delante que la detuviera. Había un peligro considerable para el día siguiente. Una de las tres posibles líneas de retirada de Soult a Tolosa había sido bloqueada, y la segunda estaba en peligro, porque desfilar frente al avance de Wellington en la carretera Tarbes-Trie-Castelnau era obviamente peligroso, aunque Soult todavía esperaba realizar esta maniobra. Solo quedaba la carretera sur y más montañosa de Tournay a Saint-Gaudens que aún no estaba amenazada.

El cuerpo principal de Soult había atravesado caminos malos durante todo el 19 de marzo, y tuvo suerte de no haber sido molestado en su retirada, porque solo disponía de sus antiguos regimientos montados de Fane. Los británicos y los portugueses de Campbell acababan de ser reforzados por la llegada de la brigada de dragones pesados de Clifton recién llegados de España. Solamente había 2 RCs de cazadores con la fuerza en retirada de Reille y Clauzel. Al parecer, su movimiento se hizo al amparo de sucesivas líneas retardadoras de infantería, situadas en unas posiciones favorables, que la caballería perseguidora no se atrevía a atacar. Y cuando llegaba la DI-3 de Stewart, los franceses en cada línea se retiraban detrás de la siguiente línea retardadora, situada unos kilómetros atrás.

Por tanto, la retirada fue lenta y dificultosa, la persecución siempre estaba frenada hasta que llegaba la infantería de vanguardia y comenzaba a desplegarse para el ataque, cuando los aliados se preparaban para realizar el ataque, este caía en vacío porque los franceses se habían retirado. El único incidente registrado de esta fatigante serie de acciones retardadoras es la historia que cuenta Napier del atrevido viaje del capitán William Light. Al anochecer, las DIs de Reille y de Clauzel vivaqueaban en Ibos y otras aldeas al oeste de Tarbes, Hill estaba a unos pocos km detrás de ellas. Todas las fuerzas de ambos lados estaban convergiendo hacia Tarbes, donde había que pasar por un desfiladero: primero las calles estrechas de la ciudad y luego el puente del Adour detrás, desde el cual se bifurcan los dos caminos a Trie-Castelnau y hasta Tournay-Saint Gaudens.

Combate de Tarbes (20 de marzo de 1814)

Por lo tanto, a primeras horas del 20 de marzo, Soult tomó sus disposiciones: desplegó dos fuerzas de cobertura que iban a detener el avance del ejército de Wellington, mientras que el cuerpo principal, siguiendo el tren, debía tomar la carretera Tournay-Saintt-Gaudens. Tarbes y su el puente se encontraban muy cerca de las primeras colinas de la cadena pirenaica, y las rutas elegidas para la línea de retirada subían a través de la más cercana a ellos, el monte de Pietat.

Soult estaba decidido a emprender una maniobra retardadora más en Tarbes, principalmente con el objetivo de conseguir una buena salida para su tren y artillería en la carretera de Saint-Gaudens. Una batalla campal estaba lejos de su pensamiento, pero imaginaba que podría ganar un día sin demasiado riesgo. Y todavía tenía la impresión de que podía utilizar la carretera Trie-Castelnau para su columna de la derecha, aunque el cuerpo principal tendría que tomar la carretera más larga de Saint-Gaudens. El objeto de esta división de fuerzas era conseguir una fuerza sólida en Tolosa por la carretera más corta, aunque el cuerpo principal, obligado a tomar la ruta más larga y empinada, podría llegar allí algo más tarde.

Las fuerzas retardadoras de la derecha eran las 2 DIs de Clauzel (DI-8 de Harispe y la DI-6 de Villatte) que se colocaron en las alturas de Oleac sobre el pueblo de Orleix, cubriendo el camino Trie-Toulouse, con la caballería de Pierre Soult en su flanco, y en la izquierda de la DI-4 de Taupin del cuerpo de Reille, que quedó en Tarbes, con órdenes de hacer un alarde de defensa de la ciudad, y luego retroceder sobre el puente y tomar una posición más real en las colinas bajas más allá del Adour.

Clauzel se opondría a la columna de Beresford, la fuerza envolvente, mientras que Taupin retendría la columna de Hill, todo el tiempo que pudiera. La columna envolvente consistía en casi la mitad del ejército de Wellington: la DI-6, los españoles de Freire, la BRCL de Somerset y la BRD de Manners, la DIL se había unido en la carretera Rabastens-Tarbes. La DI-4 de Cole que no había alcanzado completamente a las tropas de Beresford, marchaba en la cola de la larga columna, con los húsares de Vivian como su guardia de flanco.

Después de haber separado 3 de sus DIs para que actuaran como fuerzas de detención, Soult envió a las otras 3 DIs a tomar posición algunos km detrás de Tarbes, frente a Tournay, en las alturas que sobresalen del río Larros, con el arroyo Larret frente a ellos. Se enviaron así las 2 DIs de Erlon, que habían luchado en Vic-Bigorre el día anterior, y una de Reille.

La mañana estaba muy avanzada cuando los jefes de las dos columnas británicas se acercaban a las dos retaguardias de Soult y descubrieron su posición. Las tropas de Clauzel no se alinearon a lo largo de la carretera Rabastens-Tarbes, que está en el terreno llano cerca del Adour, sino en las alturas que lo flanquean. Wellington, por supuesto, no tenía la intención de pasar junto a ellos, pero comenzó a destacar unidades de la cabeza de su larga columna para envolver su flanco. Primero, la DIL se desvió de la carretera principal y se desplegó para atacar la parte derecha del frente de Clauzel, y luego la DI-6 comenzó a dar un giro más amplio y rodear el flanco de Clauzel.

Los húsares de Somerset se separaron para empujar aún más hacia el norte y contener a los jinetes de Pierre Soult, cuya posición de flanqueo había sido descubierta.

Al otro lado del Adour, la columna de Hill tardó más en emprender acciones serias, atacó a Taupin en Tarbes, donde no se ofreció ninguna oposición seria y las 14:00 horas, Hill y Picton entraron en Tarbes, tuvieron que recorrer las tortuosas calles de la ciudad y desembocar en el puente estrecho, que inexplicablemente no había sido destruido cuando los franceses se retiraron. El intento de perseguir a la retaguardia de Taupin con la caballería avanzada fracasó por completo. El terreno más allá del puente, aunque plano, estaba cortado por tres cursos de agua sucesivos, y los dragones ligeros de Fane, fueron detenidos una y otra vez por los cortes infranqueables, finalmente tuvieron que volver a la carretera principal, donde solo era posible la progresión.

La única lucha seria de ese día tuvo lugar en el frente de Clauzel, donde la DIL atacó la colina coronada por el molino de viento de Oleac, en manos de una de las BRIs de Harispe. Esta era una pendiente boscosa empinada. Por lo tanto, Alten lo atacó no con tropas en línea, sino con los 3 BILs del RIL-95 dispersos en una cobertura de escaramuzadores.

Cuando los fusileros se abrieron paso hasta la cima de la pendiente, fueron atacados por los BIs franceses frente a ellos, y se produjo un fuerte enfrentamiento. Napier afirma que el enemigo se animó a emprender una ofensiva audaz porque confundió a estas tropas de abrigo oscuro que tenían delante con portugueses. Fue solo después de una disputada lucha y bien sostenida, cuando los hombres de Harispe cedieron. Los autores franceses dicen que se mantuvieron firmes y solo se retiraron cuando vieron que la DI de Clinton envolvía su flanco derecho.

Varios de los numerosos cronistas del RIL-95 afirman que consideran que esta fue la lucha más dura en la que se vieron envueltos durante toda la Guerra Peninsular. Una prueba de la naturaleza desesperada de los combates fue la pérdida totalmente desproporcionada de oficiales en comparación con la tropa en los BILs: 11 murieron o resultaron heridos en comparación con solo 80 de tropa.

Cuando terminó la lucha en torno al molino de viento de Oleac, la DI-6 había avanzado mucho en su amplio movimiento envolvente; al pasar por el pueblo de Dours, empezó a asomarse detrás del flanco de Harispe. Entonces los franceses se pusieron en fuga, y tanto los hombres de Harispe como los de Villatte iniciaron una rápida retirada hacia el este, a lo largo de las crestas de la línea de alturas que habían estado defendiendo. Poco tiempo después fueron empujados a través de la carretera de Trie, y la caballería de Pierre Soult, que lo había estado vigilando, quedó aislada de la infantería y tuvo que escapar por una ruta de retirada separada.

Toda la columna envolvente británica presionó entonces hacia el sur: los dragones de Manners en la carretera principal, la DIL y la DI-6 en las alturas. Wellington envió a los españoles de Freire para apoyar a la DIL, pero su ayuda no fue necesaria, ya que los franceses no ofrecieron resistencia. Por un momento, las tropas de las colinas pensaron que tenían la posibilidad de cortar la DI de Taupin, que, oponiéndose al avance de Hill, se había demorado demasiado en la posición sobre el puente de Tarbes. Pero estas tropas, reconociendo un poco tarde su peligro, partieron a toda prisa por la carretera de Tournay y por las laderas del monte de Pietat.

La columna de Hill, con su frente despejado, podría desplegarse más allá del río Adour, un asunto largo, ya que 10 BRIs (4 de la DI-2, 3 de la DI-3, 2 de la DI-P de Le Cor, y 1 de Morillo) en sucesión tuvieron que cruzar un puente que solo permitía a 4 hombres a la vez.

La caballería, avanzando a lo largo de la carretera principal y también por algunas carreteras secundarias, fue tan al este como Barbazon, y su cuerpo principal descubrió las DIs de Erlon colocadas detrás del arroyo Larret y recibieron algunos disparos de su artillería. La infantería que lo seguía lentamente, estaba frente a los franceses a las 16:00 horas.

Mientras tanto, la DIL y DI-6, seguidas por los españoles de Freire, estaban enfrascadas en una larga persecución de la DI-8 de Harispe y la DI-6 de Villatte a través de las colinas y depresiones al sur de la carretera de Trie. Los franceses, en considerable desorden, fueron expulsados durante la tarde hacia el terreno más bajo cerca del arroyo Larret, aparentemente separado por su barranco de las DIs de Erlon más al sur. En cualquier caso, se retiraron, al igual que la caballería de Pierre Soult, no a Tournay sino en Galán. Eran casi las 17:00 horas y en marzo se acercaba la noche. Muchos de los oficiales británicos esperaban que el comandante en jefe ordenara un ataque general contra el enemigo colocado en las alturas sobre el Larret, y empujarlo contra el río Larros, que se encuentra a su retaguardia, sin otro paso que el único puente de Tournay.

Un empujón decisivo por la DI-6 en el extremo izquierdo francés, habría envuelto el flanco de Soult y atascado a todo el ejército francés contra el puente. En tal caso, el mariscal se habría encontrado en una situación muy desesperada, sin ningún camino abierto para la mayor parte de su ejército que pudiera salvar excepto hacia Bagneres de Bigorre, un perfecto callejón sin salida en los Pirineos. Pero Wellington, al ver que era tarde, la posición francesa repleta de cañones y su propia línea deformada, mientras los hombres habían estado marchando o luchando durante 12 horas seguidas, ordenó que se detuvieran. Las DIs vivaquearon, cada una en su lugar, en las laderas más bajas del monte de Pietat, de cara a la posición francesa.

En la noche, Soult se escabulló, cruzó el río Larros y marchó con fuerza a lo largo de la carretera de Saint-Gaudens con las DIs de Reille y de Erlon. La caballería de Clauzel y Pierre Soult, separada del cuerpo principal, se retiraron por separado y se dirigieron la carretera principal de Montrejeau, algunos km al este.

Así terminó un largo día de muchas marchas y poca lucha, porque salvo cuando el RIL-95 que asaltó la cresta del molino de viento de Oleac, donde no hubo combate cuerpo a cuerpo. Los británicos sufrieron 125 bajas británicas ese día, no menos de 91 estaban en la BRIL-I de Kempt. Solo 15 estaban en la columna de Hill. Las pérdidas francesas fueron unas 200, casi todas en la DI-8 de Harispe. Los resultados netos del combate fueron, en general, más satisfactorios para Soult que para Wellington, ya que salió de una trampa con pocas pérdidas.

Continuación de la retirada a Tolosa

En la mañana del 21 de marzo, cuando se descubrió que Soult había se había escabullido al amparo de la oscuridad, y estaba muy alejado por la carretera de Saint-Gaudens; Wellington decidió que un intento de perseguirlo de cerca sería inútil, y que era preferible atacar Tolosa con su cuerpo principal, utilizando la carretera Trie-Castelnau, cuyas malas condiciones desconocía. En consecuencia, destacó a Hill con su columna derecha para seguir al mariscal, y lanzó al resto de su ejército sobre la carretera de Trie, para marchar directamente sobre Tolosa.

Soult se retiró apresuradamente, logrando poner distancia con sus perseguidores. El 21 de marzo, vivaqueó a lo largo de la orilla izquierda del río Garona, entre Montréjeau y Saint-Gaudens. Se estableció en torno a Martres-Tolosane el 22 de marzo, y en Noé el 23, antes de llegar a la plaza de Tolosa el 24 de marzo, precedido por una multitud de soldados desbandados que huían por delante.

Hill seguía teniendo con él la DI-2 de Stewart y la DI/P de Le Cor, la BRI de Morillo, y los jinetes de Fane y Clifton. Recibió la orden de seguir a Soult con cautela, y no aceptar una acción general si los franceses se detenían y ofrecían batalla. Porque los 13.000 efectivos, no serían bastantes para enfrentarse a un ejército que, aunque en estado ruinoso, lo superaba en número por mucho más de dos a uno. Durante la persecución de Soult a lo largo del río Garona por Saint-Gaudens y Martres, hasta Muret, perdió contacto con el cuerpo principal francés bastante temprano en el avance, y solo entró en contacto con la caballería de su retaguardia.

El 21 de marzo, la infantería francesa ejecutó una marcha forzada de 50 km y nunca más se la volvió a ver. El 22 de marzo, la caballería de Fane descubrió la última unidad francesa, los cazadores de Berton, cerca de Saint-Gaudens. Los dragones del RDL-13 cargaron de cabeza contra el RC-10 de cazadores francés, que estaban en la retaguardia, lo pillaron desprevenido y lo derrotaron con una pérdida de 100 prisioneros. Pero no se descubrió nada del cuerpo principal de Soult, que ya estaba aún día completo de marcha por delante. El 24 de marzo, el ejército francés entró en Tolosa (Toulouse).

El propio Wellington llevó el cuerpo principal al camino de Castelnau, como el conjunto giraba hacia la izquierda, la DI de retaguardia en la cola de la columna de Beresford, se convirtió en la vanguardia de la fuerza en marcha. Se trataba de la DI-4 de Cole, con los húsares de Vivian, que habían actuado como su guardia de flanco derecho. Las otras unidades, que habían participado en el combate de Tarbes, marchaban detrás de la DI-4, la DI-6, desde la izquierda del campo de batalla, siguió a Cole, y detrás el resto y las DIs españolas de Freire, que marcharon en retaguardia a cargo del tren de pontones y la artillería de reserva.

Los dragones de Billow se mantenían al sur de la carretera y estaban en contacto con la caballería de flanqueo de la columna de Hill. Los dragones Somerset y los húsares de Vivian, fueron enviados por una ruta al norte por Auch y Gimont, mientras que los dragones de Manners se mantenían por delante del cuerpo principal, buscando en vano cualquier rastro de tropas francesas frente a ellos.

Wellington estableció su cuartel general sucesivamente en Tournay el 21 de marzo, Galán el 22, Boulogne-sur-Gesse el 23, L’Isle-en-Dodon el 24, Samatan el 25, Saint-Lys el 26, Seysses el 29 y Colomiers el 3 de abril. Después lo instaló en Granade el 4 de abril y en Saint-Jory el 9, a unos 20 km al noroeste de la ciudad.