¡Ayúdanos a mejorar el blog!
Si ves alguna palabra mal escrita, o frase que no tenga mucho sentido, es muy fácil hacérnoslo saber. Sólo tienes que seleccionar las palabras que te resulten sospechosas y pulsar las teclas CONTROL y ENTER. Se abrirá un formulario con el texto seleccionado, y con pulsar enviar recibiremos tu notificación.
También puedes abrir el formulario pulsando el siguiente botón
Batalla de Alkmaar o segunda de Bergen (2 de octubre de 1799)
Antecedentes
La batalla de Bergen del 19 de septiembre, había dejado a ambos ejércitos en casi las mismas posiciones que habían ocupado antes de esa batalla, una reanudación de la ofensiva anglo-rusa fue impedida por un mal tiempo. Las lluvias torrenciales hicieron intransitables las carreteras. Los defensores se beneficiaron de esta pausa en la campaña completando sus inundaciones en la parte baja del este de la península de Holanda Septentrional. Estos pronto hicieron inexpugnable sus defensas en esa parte del país.
Como consecuencia, una repetición de un ataque de Ralph Abercromby hacia Hoorn, y el general Pulteney hacia Oudkarspel a lo largo del Langedijk se había vuelto imposible. El Langedijk era entonces una isla estrecha en un gran lago que podía ser defendida fácilmente por la DI-1 de Batavia del general Herman Willem Daendels.
El retraso tuvo la ventaja para la fuerza expedicionaria, sin embargo, de que una última llegada de tropas rusas en forma de división del general Iván Emmé con 6.000 hombres. Con los refuerzos británicos que desembarcaron casi al mismo tiempo, la fuerza total del lado anglo-ruso alcanzó los 40.000 efectivos, una superioridad numérica apreciable sobre sus adversarios franco-bátavos que contaban con unos 25.000.
El duque de York, consciente de que estaban en camino refuerzos franceses desde Bélgica, decidió hacer uso de la superioridad numérica lo antes posible. Su plan era concentrar su ataque por completo en el ala izquierda franco-bátava, que consistía en la DI-2 bátava cerca de Koedijk (todavía estaba al mando del general Bonhomme, ya que el general Jean-Baptiste Dumonceau se estaba recuperando de la herida sufrida durante la batalla de Bergen) y la DI francesa del general Dominique Vandamme entre Alkmaar y el mar, alrededor del pueblo de Bergen.
El clima mejoró a últimos de septiembre y el duque de York luego hizo su plan de ataque para el 30 de septiembre, pero resultó que las carreteras aún estaban en muy malas condiciones: los soldados se hundían hasta las rodillas en el barro. El ataque se retrasó entonces al 1 de octubre (cumpleaños del emperador Pablo I de Rusia), pero nuevamente tuvo que ser pospuesto, para el 2 de octubre.
Despliegue de fuerzas
Las fuerzas anglo-rusas desplegaron de en las siguientes:
- Ala derecha, bajo el mando de Abercromby con 8.000 efectivos encuadrados en 3 BRIs. Avanzaría a lo largo de la playa y el dique de mar cerca de Petten con el objetivo de la aldea de Egmond aan Zee:
- BRI-I de Guardias bajo Doyley (BI-3 y BG de Guardias).
- BRI-IV bajo John Moore (RI-25, RI-49, RI-79 y RI-92).
- BRI-VI bajo el conde de Cavan (RI-20 y RI-63).
- 800 dragones del RDL-11 y RDL-15 y artillería a caballo y a pie.
- Centro, dos columnas rusas de aproximadamente 8.000 infantes rusos y 600 jinetes (húsares y lanceros).
- Columna del general Iván Essen (que había sucedido al capturado Iván Ivanovich Hermann), avanzaría a lo largo del dique de mar subsidiario a Bergen.
- Columna del general Sedmoratzky se movería en paralelo.
- Ala izquierda, una columna de unas 6.000 efectivos británicos al mando de Ralph Dundas, con 3 BRIs:
- BRI-II de Guardias bajo Burrard (BI-2 y BI-3 de Guardias). Atacaría a los bátavos cerca de Schoorldam a lo largo del canal de Alkmaar, apoyados por una flotilla de 7 cañoneras mandadas por Home Popham.
- BRI-III bajo Eyre Coote (RI-27, RI-29 y RI-85). Coote y Chatham debían apoyar a los rusos en su ataque a Bergen y mantener el contacto con Abercromby
- BRI-VII bajo el conde de Chatham (RI-4 y RI-31)
- 2 tropas del RDL-11 y algo de Artillería Real.
- Extrema izquierda, una columna de aproximadamente 7.000 infantes británicos y rusos y 250 jinetes al mando de James Pulteney. Esta columna debía proteger el flanco izquierdo expuesto del ejército de un ataque de la DI-2 de Daendels, para apoyar a las otras columnas y aprovechar cualquier oportunidad que pudiera presentarse para envolver el flanco de las tropas franco-bátavas.
Estas disposiciones dejaban claro que el principal esfuerzo del ataque era nuevamente hacia el pueblo de Bergen. A diferencia de la Primera Batalla de Bergen, esta vez el ataque se concentraría en un frente mucho más estrecho, entre Schoorl y el mar del Norte. Como se suponía que Abercromby avanzaría a lo largo de la playa hasta un punto más allá del flanco izquierdo de los franceses, el plan de ataque puede caracterizarse como de envolvimiento por un solo lado.
Las fuerzas franco-bátavas bajo Guillaume-Marie-Anne Brune estaban compuestas:
- Fuerzas francesas 2 DIs que desplegaron a la izquierda, la de la izquierda bajo Dominique Vandamme entre Alkmaar y el mar, y la segunda bajo Boudet a la derecha, y una reserva de 2 MBRIs bajo Fuzier en Beverwyck.
- Fuerzas bátavas en 2 DIs estaban a la derecha, la DI-1 bajo Bonhome delante de Beverwyck y la DI-2 bajo Daendaels defendiendo los polders inundados.
Desarrollo de la batalla
Las primeras etapas de la batalla transcurrieron según el plan británico. Para permitir que todas las columnas avanzaran al mismo tiempo, la hora de inicio tuvo que retrasarse hasta la marea baja (06:30 horas de ese día) para permitir que la columna del general Abercromby hiciera uso de la playa. Pronto Coote y Chatham expulsaron los puestos avanzados franceses de las aldeas de Camp y Groet y despejaron las dunas (que comenzaban a ensancharse apreciablemente en ese punto). La columna central de Essen avanzó detrás con cautela. Mientras tanto, Burrard y Sedmoratzky expulsaron a las tropas francesas y bátavas de las aldeas de Schoorl y Schoorldam hacia Koedijk. Allí los rusos se detuvieron y se limitaron a bombardear Koedijk y Bergen con su artillería durante el resto del día.
Mientras tanto, el ala izquierda francesa se había replegado sobre el pueblo de Bergen. Esta era una posición sólida y York se dio cuenta de que tenían que ser apartados de ella para asegurar el éxito. Por lo tanto, ordenó a Chatham que llevara su BRI-VII de la llanura y apoyara a laBRI-III de Coote en un ataque combinado contra los franceses en las dunas. Consiguieron hacer retroceder a los franceses y los obligaron a abandonar su puesto en las alturas cercanas a Bergen. Entonces todo parecía estar listo para un ataque a esa aldea, pero Essen parecía muy reacio a presionar ese ataque y, como las dos BRIs británicas carecían de la fuerza para hacerlo solas, el ataque aliado se detuvo allí.
Los franceses notaron la vacilación rusa y en este momento lanzaron un feroz contraataque desde Bergen en dos columnas al mando de los generales Gouvion y Boudet. Estos ataques fueron contrarrestados con éxito por la reserva británica en cooperación con la BRI-III de Coote. Los franceses fueron expulsados de las dunas después de una lucha enérgica (durante la cual se distinguió el RI-27 británico), pero permanecieron en posesión de Bergen. La columna de Dundas permaneció en contacto con el fuego hasta las 23:00 horas, pero no avanzó más ese día.
Mientras esto sucedía, la columna de Abercromby había avanzado de manera constante, aunque lenta, por la playa. La marea entrante hizo que la playa se estrechara cada vez más y obligó a la infantería a marchar a través de arena suelta, mientras que la caballería en el flanco derecho se vio obligada a pasar por el agua. Después de algún tiempo, los franceses descubrieron el avance y llevaron tiradores que empezaron a causar bajas constantes, especialmente entre los oficiales británicos.
Abercromby destacó cada vez más tropas para expulsarlos, pero los franceses también llevaron refuerzos que finalmente bloquearon el avance al tomar una posición fuerte en las dunas que dominaban la playa. El general Moore con la BRI-IV intentó expulsarlos con un ataque a la bayoneta, pero la línea francesa aguantó. El enfrentamiento continuó durante varias horas y se libró en ambos bandos con gran tenacidad. Abercromby tuvo que cambiar dos veces de caballo al ser muertos y Moore resultó gravemente herido. Finalmente, las tropas británicas lograron penetrar la defensa francesa y ocupar la carretera entre Bergen y Egmond aan Zee, cortando el ala extrema izquierda francesa en esta última aldea.
Esto llevó a Brune, todavía en Bergen, a ordenar a Vandâmme que tomara el mando personal en ese punto de peligro, mientras que a Daendels se le ordenó enviar caballería e infantería bátava desde su posición en el extremo del ala derecha a través de Alkmaar para reforzar a los franceses en el ala izquierda.
Vandamme, al llegar a Egmond aan Zee, notó que la artillería a caballo de Abercromby había avanzado demasiado a lo largo de la playa y pensó que tenía la oportunidad de cambiar el rumbo de la batalla liderando una carga de caballería contra esos cañones. Sin embargo, no había contado con la actitud de los dragones de Paget, que lograron tenderle una emboscada justo cuando había capturado los cañones británicos.
Paget derrotó a la caballería francesa, que se retiró hasta Egmond aan Zee. Se hizo de noche y esta última acción puso fin a la batalla. Abercromby, consciente de que había avanzado más allá de la posición de Bergen, decidió pasar la noche en la playa. Tanto sus hombres como sus caballos fueron torturados por la sed, porque el agua dulce era muy escasa en las dunas. Esa noche durmieron en armas, siendo acosados por fuego intermitente de artillería francesa.
Brune, aunque no directamente amenazado por Abercromby, era consciente de que este último técnicamente había envuelto el flanco izquierdo francés y cortado las comunicaciones entre Bergen y Egmond aan Zee. Por lo tanto, decidió renunciar a su posición en Bergen y comenzó una retirada estratégica hasta la línea Wijk aan Zee sobre Castricum a Uitgeest al día siguiente. Aunque a primera vista la batalla había terminado con solo una ligera ventaja táctica para los británicos, las consecuencias estratégicas fueron grandes. Alkmaar, abandonado por las tropas francesas y bátavas, abrió sus puertas a los británicos.
Secuelas de la batalla
Las pérdidas anglo-rusas en esta batalla fueron de 2.200 muertos y heridos entre los cuales muchos oficiales, 9 de alto rango (237 muertos, 1.122 heridos y 200 desaparecidos británicos; y 170 muertos y 425 heridos rusos). Las pérdidas del lado de las fuerzas franco-bátavas se estiman en 3.000 muertos y heridos. A varios regimientos británicos se les otorgó el derecho a llevar la distinción honoraria “Egmont op Zee” (como los británicos dan el nombre de la aldea) en sus colores y guías.
Lo único que quedaba tras la batalla para el ejército franco-bátavo era hacer un repliegue y buscar una nueva posición, que se decidió en un consejo de guerra. La nueva posición era el de Beverwijk-Purmerend-Monnikendam, un puesto que tenía muchas ventajas naturales.
El 3 de octubre por la mañana a las 03:00 horas comenzó el repliegue, en el que el centro se estableció en Castricum, mientras que el ala derecha se apoyaba en Krommeniedijk y Uitgeest y el ala izquierda en las dunas en dirección a Wijk aan Zee. Los puestos avanzados se establecieron en Akersloot, Limmen, Bakkum y en las dunas, se establecieron reservas en Noorddorp, Heemskerk y Beverwijk, en cuyo último lugar el general Brune estableció su cuartel general.
Al TG Daendels se le confió la defensa de la parte oriental de esa posición; y como sus posiciones estaban cubiertas casi por completo por las inundaciones, su tarea era relativamente fácil, especialmente donde era probable que los ingleses no se aventuraran en las tierras sumergidas.
Las inundaciones se extendían desde Monnikendam hasta el canal Alkmaarsche cerca de las aldeas de Krabbendam y Marken. Además, se asentaron baterías en los puntos más amenazados, con cañones pesados y rodeadas de empalizadas, de modo que la posición en verdad se volviera invencible.
Batalla de Castricum (6 de octubre de 1799)
Antecedentes
La mayor parte de la península de la Holanda septentrional estaba, al menos teóricamente, en manos de los anglo-rusos tras la retirada de ejército franco-bátavo. Sin embargo, partes importantes de la provincia, como los antiguos lagos de Beemster, Schermer y Wormerse, se habían inundado, lo que privaba a los británicos de tierras agrícolas y cortaban posibles rutas de suministro. En consecuencia, la mayor parte de los abastecimientos transitaron por Hlder para ser transportados luego arduamente por caminos casi intransitables debido a las incesantes lluvias.
Además de a sus soldados, los británicos también tenían que alimentar a unos 3.000 desertores y amotinados que el príncipe heredero holandés esperaba poder integrar en una brigada, pero a los que los británicos no utilizaron en los combates. Esta situación hizo que pronto las vituallas comenzasen a escasear y que la comunicación de órdenes entre las unidades anglo-rusas fuese complicada.
Las opciones eran una rápida retirada, o una marcha hacia delante, las que podrían sacar al ejército anglo-ruso de esa situación crítica. El duque de York unió a los generales ingleses y rusos y, durante un consejo de guerra, resolvieron marchar sobre Haarlem, cuya posesión aseguraría un buen lugar de depósito para el ejército. Sabían que Brune sería reforzado con 6 BIs llegados desde Bélgica.
Los preparativos del ataque se realizaron durante los días 3, 4 y 5 de octubre, Pulteney se concentró entre Schermerborn y Alkmaar, la brigada del príncipe William estacionó en Hoorn. Dundas tomó posición en Alkmaar, ocupando el pueblo de Hyloo. La división de Essen empujó los puestos de avanzada más allá de Egmont-Binnen y Egmont-op-Hoef y la de Abercombry por delante de Egmont-op-Zée.
Brune, por su parte, dividió su ala izquierda en tres divisiones: colocó a la DI de Gouvion cerca de Wijk aan Zee, en las dunas; la DI de Boudet a su derecha, en torno a Castricum; y la DI-2 bátava, todavía bajo el mando de Bonhomme, alrededor de Uitgeest. Dos puestos avanzados franceses, ubicados en Bakkum y Limmen, fueron confiados al GB Pacthod.
Desarrollo de la batalla
Estos fueron atacados en la mañana del 6 de octubre por tres columnas británicas: la de Abercromby a la izquierda en la playa, la central de Essen y la de Dundas desde la izquierda, mientras que Pulteney se ocupaba vanamente en tratar de contener a las tropas Daendels.
Los anglo-rusos avanzaron el día 6 de octubre a las 07:00 horas. Mientras la DI de Essen marchaba sobre Bakum, la BRI-II de Burhard y la BRI-III de Coote, fuera de Hyloo, atacaron el puesto avanzado francés de Limen, defendido por 3 BIs, después de una corta batalla, en la que 150 hombres perdieron la vida, continuaron el avance en dirección a Uitgeest. El puesto avanzado de Akersloot defendido por 2 BIs franceses que, viéndose cerca de ser cortados, se retiraron a la DI de Bonhomme en Wittgeest.
Los rusos tomaron el destacamento de Bakum y a continuación se dirigieron a Castricum, que fue defendido con determinación, pueblo cambió de manos varias veces durante el día a medida que Brune y Boudet enviaron refuerzos. Los anglo-rusos por su parte, también enviaron soldados de las columnas de Dundas y Abercromby; este envió su BRI de reserva a atacar Castricum a media tarde.
Brune ordenó entonces un asalto a la bayoneta que hizo retroceder al enemigo en desorden. El regimiento de caballería francesa del general Barbou lo persiguió luego camino de Bakkum; escapó de la derrota total merced a la inopinada intervención de una unidad de dragones ligeros mandados por lord Paget, que atacaron desde una hondonada que ocultaban las dunas. Fue entonces la caballería francesa la que quedó desorganizada por la acometida de los dragones, que se abalanzaron sobre los agotados soldados franco-bátavos que acababan de reconquistar Castricum, originando la retirada desordenada de estos.
Los húsares bátavos del coronel Quaita frenaron el avance británico. Este asalto marcó el punto de inflexión de la batalla: las tropas anglo-rusas, detenidas por la arremetida de los húsares, tuvieron que retirarse hacia Bakkum y Limmen, perseguidas por la caballería franco-bátava. Solo la rápida caída de la noche puso fin a la matanza.
Al mismo tiempo, las tropas del general francés Gouvion y la columna británica de Abercromby entablaron un combate separado en las dunas próximas a la playa. La artillería bátava de Gouvion infligió grandes pérdidas a los británicos, que se mantuvieron fundamentalmente fijados, sobre todo desde el momento en que Abercromby se retiró con la reserva británica para unirse a Essen. La lucha se intensificó de nuevo por la noche cuando Abercromby regresó e intentó atacar, si bien Gouvion logró mantener su posición.
El ala derecha bátava, a las órdenes del general Daendels, era impenetrable merced a la inundación del terreno, lo que impidió toda maniobra. Sin embargo, el general británico George Don trató de cruzar las líneas para tratar con el gobierno de la república. El comienzo de los combates en el flanco izquierdo bátavo hizo que Daendels rechazase la pretendida misión diplomática de Don.
El general portaba documentos que se podían tomar por sedicioso, por lo que se le acusó de espionaje, se lo detuvo y se lo envió al cuartel general de Brune. Luego fue encarcelado en la fortaleza de Lille; sería liberado varios años después, intercambiado por el rebelde irlandés James Napper Tandy.
Finalmente los franceses se retiraron y dejaron a los británicos y los rusos dueños del campo de batalla. Las bajas británicas fueron 91 muertos, 727 heridos y 603 desaparecidos. Las bajas rusas fueron 382 muertos o prisioneros y 735 heridos. Las bajas franco-bátavas 1.382 muertos y heridos.
La primera consecuencia del choque fue frustrar los planes ofensivos de las dos partes: Brune había planeado atacar el 7 de octubre, y la batalla lo impidió; por su parte, las bajas anglo-rusas fueron tan cuantiosas que les hicieron perder la ventaja numérica de la que habían gozado hasta entonces. Fue una victoria pírrica de los invasores.
Tras la batalla de Castricum, el duque de York hubo de abandonar la ilusión de que los holandeses se alzasen en su favor, y de que los franceses evacuasen la región como consecuencia del hostigamiento de los ejércitos imperiales en Suiza y Alemania. Estos estaban inactivos y no suponían amenaza alguna a los franceses; que podían en consecuencia concentrarse en la defensa de Holanda.
Retirada y capitulación anglo-rusa
Aunque en la noche del 6 de octubre los dos ejércitos estaban de vuelta en sus posiciones iniciales (aunque los puestos avanzados en Bakkum y Limmen permanecieron en manos británicas), y las pérdidas anglo-rusas no habían sido devastadoras (aunque eran aproximadamente el doble de las franco-bátavas pérdidas), el duque de York convocó un consejo de guerra con sus generales. El resultado de esta conferencia fue que el ejército anglo-ruso se retiró por completo a la cabeza de puente original del Zijpepólder, renunciando a todo el terreno ganado desde el 19 de septiembre.
Las ciudades de Hoorn, Enkhuizen y Medemblik también fueron evacuadas y las tropas bátavas solo pudieron evitar la quema de los almacenes con provisiones navales en esas ciudades por parte de los británicos. La retirada se llevó a cabo con tanta prisa que dos hospitales de campaña llenos de heridos británicos fueron dejados en Alkmaar, junto con 400 mujeres e hijos de soldados.
La retirada estratégica se completó el 8 de octubre, aunque el príncipe Guillermo de Gloucester, al retirarse de Hoorn, realizó una acción retardadora contra Daendels en los días siguientes. A mediados de octubre, la situación anterior al 19 de septiembre se había restablecido, los anglo-rusos se refugiaron en su reducto natural y los franco-bátavos los sitiaron.
El tiempo había empeorado y los vendavales de principios de invierno dificultaban el aprovisionamiento por mar. El duque de York se enfrentaba a la perspectiva de un asedio invernal en una situación en la que sus tropas bien podrían enfrentarse al hambre (el 13 de octubre todavía estaban disponibles provisiones para solo 11 días). Por tanto, decidió dirigirse a Brune con una propuesta de capitulación honorable transmitida por el general Knox el 14 de octubre.
Las siguientes negociaciones fueron breves. Brune, a instancias del gobierno de Batavia, al principio exigió el regreso del escuadrón de Batavia capturado. El duque de York respondió con una amenaza de romper el dique cerca de Petten, inundando así el campo alrededor del pólder de Zijpe. Aunque el general Krayenhoff no quedó impresionado por esta amenaza (después de todo, él mismo había pasado las semanas anteriores inundando la mayor parte de la península y sabía que el proceso podría revertirse sin demasiada dificultad) y así lo aconsejó a Brune, este último quedó más fácilmente impresionado. Krayenhoff también menciona sombríamente un regalo de una serie de caballos magníficos por parte del duque a Brune como un posible factor decisivo y pronto aceptó una convención que fue muy favorable para los anglo-rusos.
En la Convención de Alkmaar que se firmó el 18 de octubre no se hizo mención a la devolución de los barcos. A las tropas anglo-rusas y a los rebeldes orangistas se les concedió una evacuación sin interrupciones, que tendría que completarse antes del 1 de diciembre. Habría un intercambio de 8.000 prisioneros de guerra, incluidos marineros de Batavia, que habían sido capturados en la batalla de Camperdown (se incluyó específicamente al almirante Winter, que había sido puesto en libertad condicional). Los británicos prometieron devolver las fortalezas de Den Helder con sus cañones en buen estado. Excepto por el regreso de sus prisioneros de guerra, los bátavos pensaron que habían sacado lo peor de este intercambio, pero eran impotentes para conseguir un trato mejor.
De inmediato entró en vigor un armisticio y la evacuación se completó el 19 de noviembre, cuando el general Pulteney partió con las últimas tropas británicas. Los rusos navegaron a lo largo de la costa británica hasta llegar a las islas del Canal, donde pasaron el invierno, y regresaron a San Petersburgo en agosto de 1800.
La capitulación fue favorable a los británicos y sus aliados rusos. Sacaron sus tropas ilesas para que pudieran volver a luchar en otros escenarios de guerra. Los informes británicos iniciales sobre la conducta de las tropas rusas habían sido muy desfavorables, razón para que el zar Pablo los deshonrara. El duque de York pensó que esto era demasiado severo y envió una carta a Pablo exculpando específicamente a varios regimientos rusos.
Al principio, el público británico y el Parlamento estaban muy satisfechos con la conducta de las tropas británicas. Tanto el almirante Mitchell como el general Abercromby recibieron el agradecimiento del Parlamento y ambos recibieron espadas honorarias, valoradas en 100 guineas, de la ciudad de Londres. Mitchell fue nombrado caballero compañero de la Orden de Bath (Baño). Cuando el fracaso de la expedición se difundió y su costo se hizo evidente, el sentimiento popular cambió. En el Parlamento, el líder de la oposición, Richard Brinsley Sheridan, criticó duramente al gobierno en un discurso pronunciado el 9 de febrero de 1800 en la Cámara de los Comunes.
Para la República de Batavia, las pérdidas materiales sufridas durante la expedición fueron graves. La armada de Batavia perdió 16 barcos de línea, 5 fragatas, 3 corbetas y 1 bergantín, de un total de 55 barcos. Esta rendición fue técnicamente aceptada en nombre del Stadtuder por los británicos, un concepto que adoptaron por razones diplomáticas, pero varios de los barcos fueron más tarde “comprados” al Stadtuder por la Royal Navy.
En Francia, la expedición pudo haber contribuido (junto con los primeros cambios militares franceses en Suiza) a la caída del Directorio.
Golpe de estado contra el Directorio (9 de noviembre de 1799)
El Primer Directorio fue la institución del poder ejecutivo en Francia desde 1795, una vez concluida la Revolución Francesa. El Segundo Directorio creado en 1797 estableció un régimen autoritario que abusaba de su poder, anulando unas elecciones en los distritos porque daban la victoria a sus rivales.
Durante 1797 y 1799 Francia disfrutó de unas excelentes cosechas que relajaron la tensión social, pero el Segundo Directorio no pudo mantener una estabilidad política para consolidar su autoridad. Estaba formado por 5 miembros, o directores, cada uno electo por el Consejo de Ancianos, y el Consejo de los Quinientos, presidido por Luciano Bonaparte, hermano de Napoleón. Eficaz durante los primeros años, fue corrompiéndose y las luchas internas comenzaron a desestabilizar todo el país.
Dos de los miembros del Directorio, entre ellos el Abate Sieyés, figura clave de la Revolución Francesa, se conjuraron con Napoleón; recién llegado de Egipto atraído por la inestabilidad de su patria, con el fin de derrocar al resto de sus colegas para salvar el estado e instaurar un nuevo orden con el apoyo de la burguesía. Napoleón dio un primer paso al conseguir ser elegido comandante de la Guardia de París.
Napoleón irrumpió en la sala del Consejo de los Quinientos escoltado por 4 granaderos, vituperando a los presentes y proponiéndose como jefe del poder ejecutivo. Los diputados jacobinos y monárquicos le aborrecían, y como eran mayoría, pronto le rodearon y le acallaron. En la acalorada discusión subsiguiente el general se arañó la cara antes de ser expulsado por los políticos exaltados, que llamaron a los guardias de la asamblea exigiendo su arresto.
Varios centinelas acudieron a detener a Napoleón, pero Luciano se interpuso entre ellos, sacando su espada y apuntando con ella al pecho de su hermano, diciéndoles que él, como presidente del Consejo, sería el primero en matarle si creyese que su actuación suponía un peligro para la República. El general recuperaba así el control de la situación, ordenando entonces a los guardias que expulsasen a los diputados a punta de bayoneta.
El golpe del 18 Brumaire tuvo éxito y el Directorio fue disuelto. Sería substituido por un Consulado, a cargo de un cónsul que será elegido por el Consejo de Ancianos, dominado por los intereses de la burguesía que apoyaban a Bonaparte, quien comenzaba así su etapa de absolutismo político ostentando el cargo de primer cónsul provisional junto con Sieyès y Ducos hasta el 12 de diciembre de 1799. Posteriormente, Sieyès y Ducos fueron reemplazados por Jean Jacques Régis de Cambacérès y Charles-François Lebrun, quienes siguieron en el cargo hasta 1804, cuando Napoleón fue coronado emperador.