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Antecedentes
La primera vez que los rusos ingresaron en tierras musulmanas junto al mar Caspio lo hicieron como comerciantes, y no como guerreros. Para comienzos del siglo IX, los nórdicos se establecieron en el noroeste de Rusia, donde fundaron un pueblo llamado Aldeigja (en eslavo: Ládoga) a unos 9,7 km al sur de la desembocadura del río Vóljov en el lago Ládoga. Desde allí, comenzaron a comerciar con el Imperio bizantino a lo largo de la ruta comercial del Dniéper, y con las tierras musulmanas cercanas al mar Caspio mediante la ruta comercial del Volga. A finales del siglo IX, ibn Khordadbeh mencionó que los rusos compraban bienes a los jázaros en los mercados del curso inferior del Volga y los vendían en las ciudades del Caspio; estos mercaderes llevaban consigo pieles, miel y esclavos. Incluso existieron pequeños grupos de rusos que llegaron a camello hasta Bagdad para vender sus bienes; en estas ocasiones, sus esclavos europeos ejercían la labor de intérpretes.
El historiador y antropólogo Thomas Schaub Noonan cree que los rusos llegaron a Bagdad ya en el año 800, algo que se sostiene debido al descubrimiento de monedas (dirham) sasánidas, árabes y arabo-sasánidas datadas como pertenecientes a 804-805 en Peterhof, cerca de San Petersburgo. En los textos escritos por ibn Khordadbeh, los rusos son descritos como “parientes de los saqaliba”, un término que se solía utilizar para referirse a los eslavos, y los antinormandistas interpretan dicho pasaje como una muestra de que los rusos eran eslavos en lugar de escandinavos. Según la interpretación de los normandistas, la palabra saqaliba también se aplicaba habitualmente a cualquier persona rubia y de complexión vigorosa perteneciente al centro, este y noreste de Europa, por lo que en esta ocasión la lengua de ibn Khordadbeh resulta ambigua.
La primera incursión de los rusos al mar Caspio sucedió en algún momento del reinado de Hasan ibn Zaid, gobernante de Tabaristán desde 864 hasta 884. Los rusos navegaron dentro del mar Caspio y atacaron con éxito la costa este, en Abaskun. Es probable que esta invasión fuera a muy pequeña escala. La segunda incursión ocurrió en 909 o 910 y también tuvo a Abaskun como objetivo; al igual que en la operación previa, esta fue una expedición menor de solamente 16 barcos. La tercera invasión menor sucedió en 911 o 912.
Incursión del año 913
Los rusos emprendieron su primera expedición a gran escala en el año 913, es relatado por Masudi: “Poco después del año 300 de la Hégira (912-13), una flota rus compuesta por 500 navíos, con 100 hombres en cada uno de ellos” apareció en la frontera jázara.
“Cuando sus buques estuvieron cerca de los jázaros, apostados a la entrada del estrecho, enviaron una carta al rey de los jázaros, rogándole que les permitiera pasar por su país y descender por el río y entrar en el mar de los jázaros (el Caspio) a condición de que ellos le entregarían la mitad del botín que tomaran a los pueblos de la costa”. Masudi era árabe y no judío, acusó a los jázaros de soborno cuando lo normal es que pasaran a cambio del arancel del 10 %, o con la citada promesa de pagar un 50 % a posteriori con los beneficios obtenidos en los mercados caspianos.
“Se acordó el permiso y bajaron por el río hacia la ciudad de Itil, la atravesaron, y llegaron hasta el estuario del río donde comienza el mar de los jázaros. Desde el estuario hasta la ciudad de Itil, el río es muy ancho y sus aguas son profundas. Los buques de los rus se diseminaron por todo el mar. Sus razias se dirigieron contra Djilan, Djurdjan (Gurgán), Tabaristán y Abashun, en la costa de Djurdjan, en el país de Nafta (Bakú) y sobre la región del Azerbaidjan. Los rus hicieron correr la sangre, mataron a mujeres y niños, robaron, pillaron e incendiaron por todas partes.”.
Cuando hubieron conseguido suficiente botín, cansados ya de sus correrías, se dirigieron de nuevo hacia la desembocadura, informaron al kagan de los jázaros y le llevaron un rico botín, de acuerdo con las condiciones que habían sido fijadas con anterioridad. Los arsiyah y otros musulmanes que vivían en Jazaria, se enteraron de la situación, y dijeron al khan de los jázaros: “Dejad que nos ocupemos de esas gentes. Han saqueado la tierra de nuestros hermanos los musulmanes, han derramado su sangre y humillado a mujeres y niños”. Y no les pudo contradecir. Entonces envió un mensaje a los rus, informándoles de la determinación de combatirlos que habían tomado los musulmanes”.
«Los musulmanes de Jazaria se reunieron y avanzaron en búsqueda de los rus, siguiendo el curso del río. Cuando los dos ejércitos se encontraron, los rus desembarcaron y avanzaron en orden de batalla contra los musulmanes, entre los que había numerosos cristianos que vivían en Itil, de manera que eran en total unos 15.000, con sus caballos e impedimenta. El combate duró tres días. Dios acudió en ayuda de los musulmanes. Los rus fueron pasados a cuchillo o perecieron ahogados. De los que murieron a orillas del mar de los jázaros se contaron alrededor de 30.000”. Otros 5.000 rusos que huyeron, fueron a morir a manos de los burtas.
Incursión del año 943
La segunda campaña a gran escala tuvo lugar en 943, cuando Ígor era el líder supremo de los rusos, según la Primera Crónica Rusa. Durante la expedición de 943, los rusos subieron por el río Kurá, en las profundidades del Cáucaso, vencieron a las tropas de Marzuban bin Muhammad y capturaron Barda, la capital de Arran. Los rusos permitieron que los habitantes conservaran su religión a cambio del reconocimiento de su dominio absoluto; existe la posibilidad de que los rusos pretendieran establecerse allí en forma permanente. De acuerdo con lo narrado por ibn Miskawaih, los locales rompieron la paz arrojando piedras contra los rusos, quienes exigieron que abandonaran la ciudad. Ante la respuesta negativa al ultimátum, los rusos comenzaron a matar gente y a exigir rescate por la liberación de varios prisioneros. La matanza se interrumpió al poco tiempo para dar paso a unas negociaciones que no duraron. Los rusos permanecieron en Barda varios meses, utilizándola como base para saquear las zonas cercanas y reunir un cuantioso botín.
La ciudad se vio salvada por una epidemia de disentería se estalló entre los rusos. Ibn Miskawaih señala que los rusos “se alimentaban excesivamente de una fruta de las que crecen en gran número aquí. Esto produjo una epidemia entre ellos y sus fuerzas comenzaron a menguar”. Alentados por la epidemia que asolaba a los rusos, los musulmanes marcharon hacia la ciudad. Los rusos, con su jefe montado en un burro, realizó una salida que fracasó estrepitosamente y donde perdió a 700 guerreros pero evitó que lo rodearan y retrocedió hasta la fortaleza de Barda, donde fue asediado por los musulmanes.
Extenuados a causa de la enfermedad y el asedio, los rusos abandonaron en medio de la noche la fortaleza donde habían establecido sus cuarteles, cargando sobre sus espaldas todo el tesoro que pudieron, gemas y vestimentas finas, así como también a jóvenes esclavos. Se dirigieron al río Kurá, donde los barcos que los habían traído desde sus hogares estaban preparados con sus tripulaciones y 300 rusos a quienes habían estado sustentando con partes del botín. Luego, los musulmanes exhumaron las tumbas de los rusos para apropiarse de las armas que habían sido enterradas junto a los guerreros.
George Vernadsky sugiere que el jefe de los rusos que atacó Barda a lomo de burro fue Oleg de Nóvgorod. Vernadsky señala que Oleg sería Helgu, un personaje mencionado en la Carta de Schechter. Según dicho documento, Helgu se dirigió a Persia en bote y murió allí después del ataque fallido a Constantinopla en 941. Por otro lado, Lev Gumiliov (hijo de Anna Ajmátova), basándose en el nombre del líder de los rusos (tal como fue registrado en textos árabes), supone que este líder sería Sveneld, un jefe varego cuya riqueza se destaca en la Primera Crónica en 945.
La destrucción del estado jázaro
Es posible que el conflicto se haya visto espoleado por la decisión de los jázaros de cerrar el paso hacia el Volga como respuesta a la invasión de 943. En la Correspondencia Jázara, escrita aproximadamente entre 950–960, el kagan Yosef informa su papel como defensor de las políticas musulmanas de la región del mar Caspio contra las incursiones de los rusos: “Tengo que emprender una guerra contra ellos [los rus] porque si les diera la más mínima oportunidad, devastarían todo el territorio musulmán hasta llegar a Bagdad”. Los conflictos anteriores entre los musulmanes del ejército jázaro y los saqueadores rusos en el 912 podrían haber contribuido a la toma de estas medidas y a la hostilidad de los rusos contra el estado.
En 964, Sviatoslav I de Kiev finalmente entró en guerra contra los jázaros. La marcha comenzó en 964. Invierno 964/5 Sviatoslav Igorevich pasó en las tierras de los viatichis (Vyatichi), convenciendo a sus príncipes y ancianos a someterse a una sola autoridad. Los guerreros viatichis, hábiles cazadores del bosque y exploradores engrosaron su ejército. En la primavera del año 965, se trasladó por el río Oká y otros afluentes del Volga, para dirigirse contra los búlgaros y burtases, aliados de los jázaros.
Invadió la Bulgaria del Volga y atacó su capital, Bulgar, que fue devastada. El ataque desde el norte los cogió por sorpresa, por lo que la resistencia fue pequeña. Burtases y búlgaros prefirieron huir y se dispersaron en los bosques, tratando de sobrevivir al asalto. Luego exigió a la población local que le pagasen tributos, por lo que puso el cauce alto del río bajo control de la Rus de Kiev. Para su campaña, empleó a mercenarios oguzes y pechenegos, para contrarrestar la caballería superior de los jázaros.
El ejército de barcos de Sviatoslav descendió por el Volga y entró en territorio de los jázaros. Los infantes rusos se movieron en los barcos, a lo largo del río, siendo acompañados por la caballería rusa y los oguzes y pechenegos aliados que cabalgan por la orilla.
En algún lugar de los tramos inferiores del Volga, cerca de la capital de Kaganato, Itil, tuvo lugar una batalla decisiva. El kagan jázaro Joséf logró reunir un gran ejército, incluida la milicia metropolitana. Los arsenales de la capital fueron suficientes para armar a todos. Sin embargo, el ejército jázaro no pudo soportar el ataque de los regimientos de Sviatoslav. Los guerreros rusos se precipitaron obstinadamente hacia delante, rechazando todos los ataques de los jázaros.
El ejército jázaro se rompió y huyó. El rey José con los guardias que pudo reunir, se abrió paso, pero perdió a la mayor parte de la guardia. La capital jázara no tenía con quién defenderse. La población se refugió en las islas del delta del Volga. La ciudad fue destruida. Itil arqueológicamente aceptado aún no ha sido localizado. Hay una versión de que fue arrastrado por el aumento del nivel del mar Caspio.
Después de esta victoria, Sviatoslav continuó la marcha, ya que los jázaros tenían varias otras ciudades importantes. Se dirigió a lo largo de la orilla del mar Caspio hacia el sur, a Samender, la antigua capital de Kaganato. Era una gran ciudad en la orilla del mar Caspio, estaba gobernado por su propio gobernante y su propio ejército. El ejército de Samender fue aplastado y disperso por las montañas circundantes, Samender se ocupó sin luchar.
Svatoslav no expresó sinterés por Derbent y el sur del mar Caspio con sus ricas ciudades. Pasó por el Cáucaso del Norte, la tierra de los yases (alanos), los kasogs (circasianos), y los ratis, como aliados de los jázaross, y los subyugó a su voluntad. Luego condujo sus tropas a las orillas del mar de Sourozh (Azov). Allí se ubicaban dos grandes centros del estado jázaro: Tamatarkha (Tmutarakan) y Kerch. No hubo batallas serias. El gobernante jázaro y las guarniciones huyeron. Y los lugareños se rebelaron, ayudando a tomar la ciudad. Sviatoslav demostró ser no solo un guerrero habilidoso e intrépido, sino también un gobernante sabio. No destruyó estas ciudades, sino que las convirtió en bastiones y centros comerciales de la Rus de Kiev.
No quedó casi nada quedó del kaganato. Sus restos fueron aplastados por los aliados de Sviatoslav, los pechenegos, que ocuparon parte de los jázaros. Del Kaganato solo quedaba una fortaleza poderosa: Sarkel (la Torre Blanca). Tenía seis poderosas torres, visibles desde lejos. La fortaleza se alzaba sobre un promontorio, bañado por las aguas del río Don por tres lados. En el cuarto lado, se cavó una zanja profunda llena de agua. A la distancia de la flecha de las paredes, de la tierra, se cavó una segunda zanja. Los muros eran gruesos (3,75 m) y altos (hasta 10 m), reforzados con torres salientes y torres macizas en las esquinas. La puerta principal estaba ubicada en la muralla noroeste, la segunda puerta (de menor tamaño) estaba ubicada en el muro noreste y salía al río. El interior de la fortaleza estaba dividido en dos partes por un muro transversal. La parte suroeste más pequeña solo se podía acceder desde el interior. La fortaleza contaba con varias líneas de defensa y se consideraba inexpugnable. En la fortaleza no solamente había una guarnición, sino que el kagan Joséf se había refugiado con los restos de la tropa. Esperaba que pasara la tormenta y restaurar al menos algunas de las ruinas.
Dejando una guarnición en Tmutarakan. Sviatoslav siguió adelante. Sitió la fortaleza Sarkel desde tierra y desde el río. Los guerreros rusos rellenaron los fosos, preparados para el asalto con las escaleras y al ariete. Durante el feroz ataque se tomó la fortaleza. La última batalla sangrienta tuvo lugar en la ciudadela, donde kagan jázaro se había refugiado con su guardia, finalmente fue asaltada y todos los defensores fueron asesinados.
Había caído el último bastión jázaro, pero Sviatoslav no lo destruyó. El asentamiento pasó el dominio de la Rus de Kiev y fue conocido en ruso como Belaya Vezha. La fortaleza albergaría una guarnición permanente de rusos y pechenegos.
Poco después de la campaña de Sviatoslav, un hombre que visitó Itil escribió: “Los rus atacaron y en las ramas no quedaron ni toronjas ni uvas, ni una sola hoja”. Ibn Hawqal es el único escritor que informó acerca del saqueo a Samandar, tras el cual los jázaros supervivientes partieron hacia Rüm y Al-Ándalus.
La campaña de Sviatoslav puso abruptamente fin a la prosperidad e independencia del estado jázaro. La destrucción del poderío imperial preparó el camino para que la Rus de Kiev dominara las rutas de comercio de norte a sur, atravesando la estepa y el mar Negro, rutas que antiguamente habían sido una importante fuente de ingresos para los jázaros. Además, la expedición de Sviatoslav causó un aumento en el número de asentamientos eslavos dentro de la región perteneciente a la civilización saltovo-mayaki, modificando inmensamente la demografía y cultura en el área de transición entre el bosque y la estepa.