¡Ayúdanos a mejorar el blog!
Si ves alguna palabra mal escrita, o frase que no tenga mucho sentido, es muy fácil hacérnoslo saber. Sólo tienes que seleccionar las palabras que te resulten sospechosas y pulsar las teclas CONTROL y ENTER. Se abrirá un formulario con el texto seleccionado, y con pulsar enviar recibiremos tu notificación.
También puedes abrir el formulario pulsando el siguiente botón
Tercer Periodo Intermedio egipcio (1069-656 AC)
Dinastía XXI (1069-945 AC)
A la muerte de Ramsés XI (1099-1069 AC) a principios del siglo XI AC, el trono pasó a Smendes, un pariente del norte del Sumo Sacerdote de Amón. El reinado de Smendes inició unos 400 años de gobierno políticamente dividido y poder difuso, conocido como Tercer Período Intermedio.
La dinastía XXI (1069–945 AC), es conocida como Tanita, ya que Egipto fue gobernado por faraones que gobernaban desde Tanis en el Delta oriental y por los sumos sacerdotes de Amón que gobernaban desde Tebas el Medio y Alto Egipto. Las relaciones entre los dos centros de poder fueron en general buenas. La segunda fase comenzó, convencionalmente, en el 945 AC, cuando el trono pasó a una poderosa familia de ascendencia libia que gobernaba en el Delta oriental.
Dinastía XII (945-715 AC)
A pesar de su origen libio, estos faraones gobernaron como nativos egipcios. El primero de ellos, Sheshonq I (945-924 AC), aparece en la Biblia con el nombre de Shishak. Reanudó la política expansionista: reconquista Canaán y con un ejército compuesto por egipcios, libios y nubios, atacó los reinos de Israel y Judá; llevó a cabo incursiones contra los beduinos de los Lagos Amargos y se apoderó de Gaza. Restableció relaciones comerciales con Biblos. Dejó una estela en Megido y estatuas en Biblos. Según muchos comentaristas de los textos bíblicos, sería él quien concedió asilo a Jeroboam I, primer rey de Israel, forzado al exilio por el hijo de Salomón, Roboam, primer rey de Judá (931 a 911 AC).
En el último tercio del siglo IX AC, el control de la dinastía XXII comenzó a debilitarse. Surgieron gobernantes colaterales, tradicionalmente referidos como dinastía XXIII, aunque los estudiosos ahora tienden a creer que la base de poder de estos gobernantes no era tan consistente o cohesiva como para constituir una dinastía. En cualquier caso, está claro que los individuos o facciones rivales en Tebas y en otros lugares afirmaron el control, mientras que la dinastía XXII continuó gobernando partes del Delta. Esta situación, que se mantuvo durante aproximadamente noventa años, constituye la tercera fase del Tercer Período Intermedio.
A fines del siglo VIII AC, Egipto se había fragmentado aún más, particularmente en el norte, donde una gran cantidad de pequeños gobernantes locales dominaban: en el Delta oriental, Osorkon IV de la dinastía XII e Iuput II; en el delta occidental y Memphis, Tefnakht de la dinastía XXIV, gobernando desde Sais; en Hermópolis, un reyezuelo local llamado Namlot; y en Herakleopolis, otro gobernante local, llamado Peftjaubast.
Dinastía XXV o Kushita (747-664 AC)
Preocupado por las rivalidades internas durante el Tercer Período Intermedio, Egipto perdió gradualmente su control tradicional de Nubia, ubicada al sur. A mediados del siglo VIII AC, una dinastía nativa independiente comenzó a gobernar Nubia, o Kush, desde Napata, en lo que actualmente es Sudán, y extendió su influencia al sur de Egipto. Sobre el 730 AC, los gobernantes egipcios Namlot y Tefnakht unieron fuerzas para extender su control hacia el Alto Egipto. El rey nubio Piankhy Piye percibió esto como una amenaza para su independencia y se movió contra la coalición egipcia. Su invasión tuvo éxito y los diversos gobernantes egipcios conocidos de finales del siglo VIII se sometieron a su liderazgo en Memfis aproximadamente un año después. Desde esa ciudad, los gobernantes nubios dominaron Egipto.
El control kushita fue más fuerte en el sur. En el norte, el sucesor de Tefnakht, Bakenrenef, gobernó en Sais hasta que el sucesor de Piye o Pianjy (747-716 AC), se lanzó a la recuperación del territorio egipcio. Proclamó su soberanía sobre los gobernantes del norte e iniciando la conquista de Egipto, encontrándose con la oposición de Tefnajt, gobernante de Sais, que creó una poderosa coalición para hacerle frente; finalmente fue vencido, y Piye reunificó bajo su control el Alto Egipto y la zona central de Egipto, adoptando la titulo de faraón, por lo que se le considera el primer faraón de la dinastía XXV.
Shabako (716-702 AC) tuvo que hacer frente a nueva invasión asiria a Egipto, el rey Sargón II, una tarea que consiguió en gran parte porque Sargón estuvo ocupado por varios conflictos surgidos en otras regiones.
Shabitko (702-690 AC). Cuando Jerusalén fue atacada por los asirios bajo su rey Senaquerib, envió un ejército egipcio a Israel para ayudar al rey Ezéquias de Judá, dirigido por su hermano Taharko. En el 701 AC, fue derrotado en la batalla de Altaku o de Eltekeh, en que las fuerzas egipcias fueron diezmadas.
Taharko (690-664 AC). Durante su reinado los gobernantes de Asiria, invadieron Egipto. Asarhaddón dirigió varias campañas contra Taharko, que registró en varios monumentos. Su primer ataque, en 677 AC, se organizó para apaciguar a las tribus árabes próximas al mar Muerto. En el segundo ataque invadió Egipto en el 674 AC, para atajar una rebelión en Ascalón.
En el tercer ataque en el 671 AC derrotó a Taharko y tomó y saqueó Menfis, capturando a numerosos a miembros de la familia real entre los que se encontraban su esposa y varios de sus hijos. Taharko huyó al sur, y reorganizó la política en el norte, estableciendo a Necao I, de la dinastía XXVI como rey vasallo en Sais.
Taharko no tardó en recuperar Egipto, y los gobernadores asirios y miembros del gobierno títere abandonaron Egipto. En el 669 AC Asharaddón inició una nueva campaña, pero enfermo durante el camino y murió, siendo sucedido por su hijo Asurbanipal.
Asurbanipal, tras enterrar a su padre regresó en el año 667 AC, derrotó a Taharko que huyó a Tebas. Saqueó varias ciudades y se retiró después de restablecer a Necao I en Sais.
Taharko murió en Tebas después de 26 años de reinado. Designó como sucesor, a su hijo Tanutamani. Fue enterrado en El Kurru.
El último faraón de la dinastía XXV, Tanutamani (664–653 AC). Nada más ascender al poder, marchó por el Nilo desde Nubia y volvió a ocupar todo Egipto, incluida Menfis. Necao I, fue muerto en la campaña.
En reacción, en el 663 AC, los asirios liderados por Asurbanipal regresaron a Egipto con fuerza. Junto con el ejército de Psamético I, hijo de Necao que había sido educado en la capital asiria de Nínive. Libraron una batalla campal en el norte de Menfis, cerca del templo de Isis, entre el Serapeum y Abusir. Tanutamani fue derrotado y huyó al Alto Egipto, pero solo 40 días después de la batalla, el ejército de Asurbanipal llegó a Tebas. Tanutamani ya había salido de la ciudad hacia Kipkipi, un lugar que sigue siendo incierto, pero que podría ser Kom Ombo, unos 200 km al sur de Tebas.
La ciudad de Tebas fue conquistada y saqueada en gran medida. Los anales asirios informan que los habitantes fueron deportados, y se llevaron un gran botín de oro, plata, piedras preciosas, ropa, caballos, animales fantásticos, así como dos obeliscos cubiertos de electro que pesaban unas 75,5 toneladas.
En 656 AC, el ejército de Psamético I tomó pacíficamente el control de Tebas y unificó todo Egipto bajo su mando finalmente. Después, Tanutamani gobernó únicamente en Nubia; murió en 653 AC y fue enterrado en el cementerio familiar en El-Kurru.
Los reyes kushitas abandonaron Egipto y reinaron en el actual Sudán durante un milenio, primero desde la ciudad de Napata, y posteriormente desde Meroe, creando el reino Meroítico, que floreció hasta el siglo IV DC.
Imperio Bajo o Tardío egipcio (656-332 AC)
El Período Tardío del antiguo Egipto se refiere al último florecimiento de los gobernantes egipcios nativos después del Tercer Período Intermedio. Se inicia con la dinastía XXVI o Saita fundada por Psamético I, pero incluye el tiempo del dominio persa aqueménida sobre Egipto después de la conquista de Cambises II en 525 AC. El período terminó con las conquistas del Imperio persa por Alejandro Magno y el establecimiento de la dinastía Ptolemaica por su general Ptolomeo I Soter.
Dinastía XXVI o Saista (656-525 AC)
Psamético I (664-610 AC). Consiguió una prosperidad admirable en el país, estableciendo además buenas relaciones con otros reinos y entablando buenos acuerdos comerciales. Se deshizo de sus lazos con los asirios alrededor del 655 AC, formó alianzas con el rey Giges de Lidia y reclutó mercenarios de Caria y la antigua Grecia para resistir a los ataques asirios.
Con el saqueo de Nínive en 612 AC y la caída del Imperio asirio, tanto Psamético como sus sucesores intentaron reafirmar el poder egipcio en el Cercano Oriente, pero fueron rechazados por el Imperio neobabilónico bajo Nabucodonosor II.
Necao II (610-595 AC). En la primavera del 609 AC, dirigió personalmente una fuerza considerable para ayudar a los asirios. A la cabeza de un gran ejército, formado principalmente por sus mercenarios, Necao tomó la ruta de la costa a través de Maris hacia Siria, apoyado por su flota mediterránea a lo largo de la costa, y avanzó a través de las zonas bajas de Filistea y Sarón. Se preparó para cruzar la cresta de colinas que cierra al sur el gran valle de Jezreel, pero aquí encontró su paso bloqueado por el ejército de Judea. Su rey, Josías se había puesto del lado de los babilonios e intentó bloquear su avance en Megido, allí se libró la feroz batalla de Megido y Josías murió.
Se desconoce la razón por la que Josías decidió intentar detener la campaña egipcia. Necao pronto capturó Kadesh en el Orontes y avanzó, uniendo fuerzas con Ashur-uballit y juntos cruzaron el Éufrates y sitiaron Harrán. Aunque Necao se convirtió en el primer faraón en cruzar el Éufrates desde Thutmosis III, no pudo capturar Harrán y se retiró al norte de Siria. En este punto, Ashur-uballit desapareció de la historia y los babilonios conquistaron el Imperio asirio.
El rey de Babilonia planeaba reafirmar su poder en Siria. En el 609 AC, el rey Nabopolassar capturó Kumukh, que aisló al ejército egipcio, que entonces tenía su base en Karkemish. Necao respondió al año siguiente volviendo a tomar Kumukh después de un asedio de cuatro meses y ejecutó a la guarnición babilónica. Nabopolasar reunió a otro ejército, que acampó en Qurumati en el Éufrates. Sin embargo, la mala salud de Nabopolasar lo obligó a regresar a Babilonia en el 605 AC. En respuesta, en el 606 AC, los egipcios atacaron a los babilonios sin líder (probablemente dirigidos entonces por el príncipe heredero Nabucodonosor) que huyeron de su posición.
En ese momento, el anciano Nabopolasar pasó el mando del ejército a su hijo Nabucodonosor II, quien los condujo a una victoria decisiva sobre los egipcios y asirios en la batalla de Karkemish en el 605 AC. Según fuentes egipcias los babilonios disponían de 40.000 efectivos y los egipcios y sirios unos 18.000. Los aliados fueron derrotados y Nabucodonosor persiguió a los supervivientes que huían hasta Hamat. El sueño de Necao de restaurar el Imperio egipcio en el Medio Oriente como había ocurrido bajo el Imperio Nuevo fue destruido cuando Nabucodonosor conquistó el territorio egipcio desde el Éufrates hasta Judea.
Aunque Nabucodonosor pasó muchos años en sus nuevas conquistas en continuas campañas de pacificación, Necao no pudo recuperar una parte significativa de sus territorios perdidos. Por ejemplo, cuando Ashkalon se rebeló, a pesar de las repetidas súplicas, los egipcios no enviaron ayuda y apenas pudieron repeler un ataque babilónico en su frontera oriental en el 601 AC. Cuando rechazó el ataque babilónico, Necao logró capturar Gaza mientras perseguía al enemigo. Necao centró su atención en los años que le quedaban en forjar relaciones con nuevos aliados: los carios y, más al oeste, los griegos.
En algún momento durante su campaña en Siria, Necao II inició, pero nunca completó, el ambicioso proyecto de cortar un canal navegable desde el ramal Pelusico del Nilo hasta el mar Rojo. El Canal de Necho fue el primer precursor del canal de Suez. Fue en conexión con esta nueva actividad, cuando Necao fundó una nueva ciudad de Per-Temu Tjeku conocido actualmente como Tell el-Maskhuta, a unos 15 km al oeste de Ismailia. La vía fluvial estaba destinada a facilitar el comercio entre el mar Mediterráneo y el océano Índico.
Necao también formó una armada egipcia mediante el reclutamiento de griegos jónicos desplazados.
Psamético II (595-589 AC). Llevó a cabo una incursión en Nubia en 592 AC, marchando tan al sur como la Tercera o incluso la Cuarta Catarata del Nilo. Un rey kushita llamado Anlamani había revivido el poder del reino de Napata. La campaña de Psamético II probablemente se inició para destruir cualquier aspiración futura que los kushitas pudieran haber tenido de reconquistar Egipto.
El ejército egipcio avanzó hacia Pnubs (Kerma) y la ciudad capital de Napata en una serie de feroces batallas, donde saquearon sus templos y destruyeron las estatuas reales kushitas. La capital kushita fue saqueada bajo el reinado del rey nativo kushita Aspelta, que era el hermano menor de Anlamani e hijo de Senkamanisken. Como resultado de la devastadora campaña de Psamético, el poder de Kush fue aplastado y sus reyes desde Aspelta en adelante perdieron cualquier oportunidad de recuperar el control de Egipto. En cambio, los gobernantes nubios decidieron trasladar su capital más al sur de Napata a la relativa seguridad de Meroe. Sus tropas se retiraron a la Primera Catarata y Elefantina que siguió siendo la frontera sur de Egipto.
En el año 591 AC, Psamético II lanzó una expedición a Palestina para fomentar una revuelta levantina general contra los babilonios que involucró, entre otros, a Sedequías del reino de Judá.
Apries (589-570 AC). En el 588 AC, Apries envió una fuerza a Jerusalén para protegerla de las fuerzas babilónicas enviadas por Nabucodonosor II. Sin embargo, sus fuerzas se retiraron rápidamente, aparentemente evitando un enfrentamiento importante con los babilonios. Jerusalén, tras un asedio de 18 meses, fue destruida por los babilonios en el 587 AC. El intento fallido de Apries de intervenir en la política del reino de Judá fue seguido por un motín de soldados de la guarnición de Asuán, de importancia estratégica.
Mientras se contenía el motín, Apries intentó proteger a Libia de las incursiones de los invasores griegos dorios, pero sus esfuerzos fracasaron espectacularmente, ya que sus fuerzas fueron derrotadas por los invasores griegos. Cuando el ejército derrotado regresó a casa, estalló una guerra civil en el ejército egipcio entre las tropas indígenas y los mercenarios extranjeros. Los egipcios apoyaron a Amosis II, un general que había liderado las fuerzas egipcias en una invasión de Nubia de gran éxito en el 592 AC bajo el mando de su padre. Apries huyó a los babilonios y fue capturado y asesinado durante una invasión de su tierra natal en 567 AC con la ayuda de un ejército babilónico.
Amosis II (570-526 AC). En el año 567 AC), Amasis pudo derrotar una invasión de Egipto por parte de los babilonios bajo el mando de Nabucodonosor II; en adelante, los babilonios experimentaron suficientes dificultades para controlar su Imperio que se vieron obligados a abandonar futuros ataques contra Amosis. Sus últimos años estuvieron preocupados por la amenaza del inminente ataque de los persas bajo Ciro el Grande contra Egipto.
Psamético III (526-525 AC). Su reinado duró 6 meses, Cambises hijo de Ciro el grande, decidió invadir Egipto. Envió un mensaje al rey de Arabia solicitando un paso seguro a través de la carretera del desierto de Gaza a Pelusio. El rey árabe que era enemigo de Amosis y feliz de facilitar su destrucción, le concedió un paso seguro a Cambises e incluso le suministró tropas.
Primero tenía que conquistar Gaza a la que puso bajo asedio. La ciudad resistió a los persas durante mucho tiempo, dando tiempo a Psamético a organizar su ejército.
Cuando las noticias de la batalla inminente llegaron a Egipto, Psamético III reunió al ejército egipcio, estacionándolo a lo largo de la bifurcación del mar Rojo y el río Nilo.
Antes de iniciar la marcha, envió a un heraldo persa en un barco para exhortar a los egipcios a que se rindieran antes de un mayor derramamiento de sangre. Al avistar el barco persa en el puerto de Menfis, los egipcios salieron corriendo, atacaron el barco y mataron a todos los hombres que se encontraban en él, llevando consigo sus miembros desgarrados de regreso a la ciudad.
Los egipcios esperaban la ayuda de Fanos de Fanes de Helicarnaso, pero este envió 40 trirremes a los persas. Psamético, en un violento acto de venganza, arrestó a todos los hijos de Fanes y los puso entre dos cuencos. Luego los cortó uno por uno, drenando su sangre y mezclándola con vino. A continuación bebió e hizo que todos los demás miembros del consejo bebieran su sangre ante de la batalla.
Después de que los persas bajo Cambises hubieran cruzado el desierto del Sinaí con la ayuda de los árabes, se libró una encarnizada batalla cerca de Pelusio, una ciudad en la frontera oriental de Egipto, en la primavera del 525 AC.
El día de la batalla, se dice que Cambises ordenó a sus hombres que pintaran la imagen de Bastet en sus escudos. Otra fuente sugiere que le dijo a su ejército que sujetara gatos a sus escudos como una forma de paralizar psicológicamente a los egipcios. Polieno afirma que los persas colocaron varios animales sagrados de los egipcios en su línea frontal incluyendo gatos, ovejas y perros. No se sabe con precisión la astuta estrategia empleada.
Los egipcios sufrieron una terrible derrota y hasta 50.000 de ellos murieron en el campo de batalla en comparación con aproximadamente 7.000 persas. Los egipcios se refugiaron en la ciudad de Pelusio y los persas asediaron la ciudad, y que fue durante el asalto a la ciudad cuando los persas arrojaron gatos que eran animales sagrados para los egipcios, y estos no se atrevieron a disparar los arcos para no herirlos.
Psamético y su ejército se vieron obligados a retirarse a Memphis. Los persas capturaron la ciudad después de un largo asedio y capturaron a Psamático después de la caída de la ciudad. Poco después, Cambises ordenó la ejecución pública de 2.000 de los principales ciudadanos, incluido un hijo del rey caído.
Egipto fue anexado por los persas y Cambises se convirtió en el nuevo faraón. Si bien Psamético III se salvó inicialmente, intentó una rebelión y fue ejecutado de inmediato.
Durante su reinado, según cuenta Herodoto, el Cambises envió un ejército de 50.000 efectivos para someter el oráculo de Amón en el oasis de Siwa. Aquel ejército nunca llegó a su destino, se lo tragó en desierto que estaban atravesando sin que nunca más se tuviera noticia de él. Al parecer fueron sorprendidos por una tormenta de arena. Se han encontrado restos de aquella época, al parecer el tamaño del ejército estaba muy inflado.
Dinastías Aqueménidas (525-404 AC)
Las dinastías XXVII a la XXXI están formadas por los reyes persas aqueménidas, incluidos Cambises, Jerjes I, Darío el Grande, Artajerjes I al IV y Dario III que gobernaron Egipto como faraones y gobernaron a través de sus sátrapas, hasta su derrota por Alejandro Magno en el 332 AC. Hubo levantamientos como el de Petubastis III (522-520 AC). La revuelta fallida de Inaros II (460-454), ayudada por los atenienses como parte de las Guerras de la Liga de Delos. Amirteo príncipe de Sais (404-398 AC) que se rebeló contra los persas y durante seis años. Nectanebo II (360-342 AC) que logró mantener Egipto libre de los persas, hasta que fue derrotado en el 343 AC en la batalla de Pelusio. En la batalla se enfrentaron un ejército de 80.000 (60.000 egipcios y 20.000 mercenarios griegos) contra 144.000 del ejército de Artajerjes III (130.000 persas y 14.000 griegos).
Nectanebo II ocupó el Nilo y sus diversas ramas con su gran armada. El carácter del país, atravesado por numerosos canales y lleno de ciudades fuertemente fortificadas, estaba a su favor y era de esperar que ofreciera una resistencia prolongada, si no exitosa. Pero carecía de buenos generales, y confiaba demasiado en sus propios poderes de mando, fue superado por los generales mercenarios griegos y sus fuerzas fueron finalmente derrotadas por los ejércitos persas combinados.
Después de su derrota, Nectanebo II huyó apresuradamente a Memphis, dejando las ciudades fortificadas para ser defendidas por sus guarniciones. Estas guarniciones estaban formadas por tropas en parte griegas y en parte egipcias; entre los cuales los líderes persas sembraron fácilmente los celos y las sospechas. Como resultado, los persas pudieron reducir rápidamente numerosas ciudades en el Bajo Egipto y estaban avanzando sobre Memphis cuando Nectanebo II decidió abandonar el país y huir hacia el sur a Etiopía.
Después de esta victoria sobre los egipcios, Artajerjes destruyó las murallas de la ciudad, inició un reinado de terror y se dedicó a saquear todos los templos. Persia ganó una cantidad significativa de riqueza con este saqueo. Artajerjes también aumentó altos impuestos e intentó debilitar a Egipto lo suficiente como para que nunca más pudiera rebelarse contra Persia.
El dominio persa en Egipto terminó con la derrota del Imperio aqueménida por Alejandro el Grande, quien aceptó la rendición del sátrapa persa de Egipto Mazaces en 332 AC, y marcó el comienzo del dominio helenístico en Egipto, que se estabilizó después de la muerte de Alejandro en el Reino ptolemaico.