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Emigraciones a Britania
Los sajones (en latín, saxones) fueron una confederación de antiguas tribus germánicas vinculadas a la rama occidental.
Los sajones habían siempre intentado penetrar en Britania por el este, pero en vano, pues fueron detenidos por las flotas romanas. Pero el siglo V se mostraba más proclive a la invasión, ya que las fuerzas romanas habían emigrado para defender la metrópoli de otras invasiones. La pequeña población de celtas eran los que dominaban el espacio rural, con poca fuerza debido a su escaso número y falta de cohesión.
Los sajones participaron en el asentamiento germánico de Britania durante y después del siglo V. No se sabe cuántos emigraron desde el continente a Britania; aunque se hacen estimaciones de un número total de colonos germánicos entre 10.000 y 200.000, se instalaron en las regiones orientales, mientras los bretones o britanos controlaban el resto. Se asentaron en estas zonas como granjeros.
A comienzos de la Edad Media, un gran contingente de sajones, así como de anglos, jutos, frisones y posiblemente francos, invadieron o emigraron a la isla de Britania, en la misma época en que la autoridad romana decaía en Occidente.
- Los jutos, posiblemente norte de Jutlandia (en Dinamarca), eran un pueblo menor comparado con los otros dos. Se asentaron en Kent, la isla de Wright y parte de Hampshire.
- Los anglos, que provenían de Anglia (centro de Jutlandia), en Schlewig, más concretamente en la región oriental, donde aún existe el nombre de Angel (o Angeln). Beda escribió que su nación íntegra habría llegado a Gran Bretaña, dejando sus anteriores tierras vacías. El nombre England (del anglosajón Engla land) se origina a partir del nombre de esta tribu. Se asentaron en una serie de reinos ubicados al norte del Támesis y que llegarían hasta el Forth, en la actual Edimburgo.
- Los sajones, que provenían de la Baja Sajonia (en Alemania y Países Bajos), ocupaban la parte inferior de Jutlandia. Se asentaron en la parte sur de Britania (exceptuando Kent), y en el valle del Támesis, fundando los reinos de Sussex, Essex y Wessex entre otros.
Según la tradición inglesa, estas tribus entraron por vez primera en Britania en masa como parte de un acuerdo para proteger a los britanos o bretones de las incursiones de los pictos; población autóctona sin influencia romana que vivía más allá del Muro de Adriano, en la actual Escocia, de los irlandeses y otros. Las crónicas registran la llegada de los invasores
Los primeros anglos habrían sido dirigidos por dos hermanos, Hengest (Semental) y Horsa (Caballo), a quienes el rey británico Vortigern les autorizó hacia 450 a asentarse con su pueblo en la isla de Thanet a cambio de sus servicios como mercenarios para defender Britania contra los pictos. Hengest manipuló a Vortigern para que le concediera más tierras y permitiera que llegasen más colonos, lo que abrió el camino al asentamiento germánico en la isla de Gran Bretaña. Durante el siglo VII se expandieron hacia el sur y el oeste.
Aelle y sus tres hijos, Cymen y Wlencing y Cissa, llegaron a la tierra de Britania con tres navíos al lugar llamado Cymen’s Shore (la costa de Cymen) en 477. Allí mataron muchos galeses e hicieron huir a algunos al bosque llamado Andredes leag. En 485 Aelle luchó contra los galeses cerca del margen del arroyo llamado Mearcred’s Burn. En el 491, Aelle y Cissa asediaron la fortaleza llamada Andredes Cester y mataron a todos los que vivían allí; no dejaron vivo a ningún britano. Es considerado el primer rey de Sussex.
Cerdic llegó a la isla de Britania en el año 475, proveniente del norte de la actual Alemania u Holanda, llegó a la costa británica junto con su hijo Cynric en tres barcos sajones, casi con toda seguridad en la zona de Hampshire. Allí encontró un rey llamado Natanleod, al cual respetó durante quince años. Sin embargo, en 508 lo asesinó, proclamándose primer rey de Wessex. Cerdic prosiguió su conquista sobre territorio de la antigua provincia romana de Britania, ocupando la isla de Wight y regalándosela luego a dos de sus hombres de confianza, Stuf y Wighgar.
De acuerdo a Beda, se establecieron en Hampshire, Kent. Así lo atestiguan numerosos topónimos de esta zona.
No habiendo llegado como un pueblo, sino como simples bandas de guerreros, los anglosajones se dividirán en diversos reinos liderados por un jefe militar, al modo de los lombardos.
Batalla del monte Badon o de Badon Hill (500?)
La batalla del monte Badon o de Badon Hill fue una batalla en la que las fuerzas britano-romanas derrotaron a una incursión anglosajona proveniente del norte aproximadamente entre 490 y 517.
El desarrollo de la batalla no está muy detallado, pero se sabe gracias a «De Excidio Britanniae» (documento histórico escrito por el Monje Gildas); que las fuerzas britano-romanas estaban mandadas por un general romano llamado Ambrosio Aureliano. Fueron rodeadas por las fuerzas del rey sajón Aelio de Sussex, rey de los sajones del sur, en el monte Badon (Badon Hill); donde se habían apostado aprovechando la elevación de terreno, mientras unas pocas cohortes y una partida de caballería britano-romana (posiblemente compuesta por mercenarios sármatas), se acercaba por el flanco izquierdo, vadeando el río Avon. Esa misma tarde los britano-romanos pararon el asalto de las fuerzas sajonas que los superaba en número. Mientras asaltaban, apareció la caballería que los atacó por retaguardia, derrotándolos.
Muy comúnmente se asocia este acontecimiento con la leyenda del Rey Arturo, ya que se le atribuye la victoria a dicho personaje.
Batalla de Deorham (o Dyrham) (577)
La batalla de Deorham (o Dyrham) fue un encuentro militar decisivo entre los sajones occidentales y los britanos occidentales en 577.
El valle del Severn ha sido siempre una de las llaves militares de Gran Bretaña, y algunas de las batallas más decisivas de la conquista sajona tenían por objeto su control. En 577, Ceawlin de Wessex y su hijo joven Cuthwine avanzaron por el valle del río Támesis (Thames) a través de las Cotswolds para capturar la zona y acabar con el poder de los britanos en el curso bajo del Severn.
Lanzaron un ataque sorpresa y capturaron el fuerte situado en Hinton Hill Camp, que controlaba el Valle del Avon e interrumpió las comunicaciones entre las ciudades britano-romanas de Bath y Gloucester y Cirencester. Una vez que los sajones ocuparon el lugar y habían comenzado a reforzar las estructuras defensivas del lugar, que databan de la Edad de Hierro, los britanos se vieron obligados a unirse a lanzar un ataque conjunto para expulsarles. Su intento fracasó y los tres reyes britanos perecieron (son nombrados como Commagil de Gloucester, Condidan de Cirencester y Farinmagil de Bath). Los sajones rompieron las líneas britanas y consiguieron rodear al cuerpo principal de los tres reyes cerca del fuerte, lo que explicaría por qué ninguno de ellos fuera capaz de huir. Las fuerzas britanas fueron empujadas al norte del río Severn y al sur de Bath, donde comenzaron la construcción del foso conocido como Wansdyke, en un desesperado intento por evitar perder más terreno.
La batalla supuso un golpe demoledor militar, cultural y económico para los britano-romanos porque perdieron las ciudades de Corinium, capital provincial en el periodo romano (Cirencester); Glevum, un antiguo campamento de la legión (Gloucester), y Aquae Sulis, un renombrado balneario y centro religioso pagano (Bath).
Batalla de Catraeth o de Catterick (600)
La batalla de Catraeth o de Catterick se libró en torno al año 600 entre una fuerza reclutada por los gododdin, un pueblo britano del Hen Ogledd, el ‘Viejo Norte’ de Britania, y los anglos de los reinos de Bernicia y Deira.
Alrededor del año 600, Mynyddog reunió a unos 300 guerreros de todo el mundo britano y celebró con ellos festejos en Din Eidyn durante todo un año, preparándose para la batalla. Después de lo cual decidieron atacar Catraeth, lugar que tanto Williams como Thomas Stephens identifican con Caterrick en Yorkshire del Norte, entonces en manos anglosajonas. Se enfrentaron a un gran ejército formado por los reinos de Deira y Bernicia. La batalla pudo haber sido un intento de hacer retroceder la expansión Anglia, pero fue desastrosa para los britanos, casi todos murieron. Los anglos absorbieron el reino de Gododdin y lo incorporaron a Northumbria.
Batalla de Chester o de Perllan Fangor (615/6)
La batalla de Chester o de Perllan Fangor fue una gran victoria obtenida por los anglosajones sobre los nativos britanos cerca de Chester, Inglaterra en año 615/6.
Etelfrido de Northumbria aniquiló una fuerza combinada de los reinos galeses de Powys, Rhos (un cantref del Reino de Gwynedd) y posiblemente Mercia. Como consecuencia, los dirigentes galeses Selyf Sarffgadau de Powys y Cadwal Crysban de Rhôs fallecieron. Etelfrido también murió en la batalla o poco después de la victoria.
Según Bede, un gran número de monjes del monasterio en Bangor on Dee que había ido a presenciar la lucha fueron asesinados por orden de Etelfrido antes de la batalla. Ordenó masacrar a los clérigos porque, aunque no portaban armas, rezaban por una derrota de Northumbria.
Batalla de Heavenfield o de Hexam (633/4)
La batalla de Heavenfield o de Hexam tuvo lugar en 633 o 634 entre el ejército de Northumbria, dirigido por Oswaldo de Bernicia y el ejército del príncipe galés Cadwallon ap Cadfan de Gwynedd.
La alianza entre Cadwallon de Gwynedd y Penda de Mercia, habían conseguido invadir Northumbria. Esta era una extraña alianza entre un cristiano britano y un pagano anglosajón. En la batalla de Hatfield Chase, en octubre de 633, la coalición de mercianos y galeses había derrotado y dado muerte a Edwin de Northumbria, provocando la ruptura del mismo en los subreinos de Deira y Bernicia. El territorio quedó expuesto a la devastación del ejército de Cadwallon.
Mientras tanto, Eanfrido de Bernicia, que había sido exiliado por Edwin, se convertía en nuevo rey de Bernicia, mientras que Osric, primo de Edwin, se hacía con el control en Deira. El reinado de Eanfrido fue corto, ya que fue asesinado mientras intentaba negociar la paz con Cadwallon. Según Bede, Osric fue asesinado por Cadwallon cuando estaba intentando ponerle sitio. El hermano de Eanfrido, Oswaldo, regresó de su exilio de diecisiete años en Dal Riata para reclamar la corona. Sin embargo, la amenaza de Cadwallon obligó a Oswaldo a reclutar un ejército con la máxima urgencia para enfrentarse a los invasores.
Parece que el ejército galés avanzaba hacia el norte desde York a lo largo de la línea marcada por la Vía Regia que unía York con el fiordo de Forth. Oswaldo, que se había reforzado con contingentes escoceses, se situó en una posición defensiva detrás del muro de Adriano, cinco kilómetros al norte de Hexham. Se dijo que la noche antes de la batalla, Oswaldo tuvo una visión en la que San Columba le anunciaba la victoria. Oswaldo situó su ejército mirando al este, con sus flancos protegidos por el Brady’s Crag al norte y la muralla al sur. Según Bede, Oswaldo erigió una cruz y rezó por la victoria junto a sus tropas.
Se cree que los galeses eran superiores en número, pero se vieron obligados a atacar desde el este en un frente estrecho en el que no podían maniobrar ni rodear a los northumbrianos. No se conoce la duración de la batalla o las bajas habidas, pero la línea galesa finalmente se colapsó. Los galeses iniciaron la huida hacia el sur perseguidos por los northumbrianos. Muchos soldados galeses murieron durante la fuga y según Bede, Cadwallon fue capturado y asesinado en lugar conocido como el «Brook de Denis», identificado actualmente con Rowley Burn. La victoria fue decisiva para Oswaldo, y es probable que las pérdidas galesas fueran elevadas. Con posterioridad, el lugar fue conocido como Heavenfield (Hefenfelth).
Tras la batalla, Oswaldo unificó Deira y Bernicia y se proclamó rey de toda Northumbria. Bede consideró que la importancia de la batalla fue restaurar el cristianismo en todo el reino. Oswald solamente ocuparía el trono durante ocho años, antes de ser derrotado y muerto por Penda de Mercia en Masefield. Oswaldo fue sucedido por su hermano Oswiu.
Batalla de Winwaed (655)
La batalla de Winwaed tuvo lugar el 15 de noviembre de 655 entre Penda de Mercia y Oswiu de Northumbria, concluyendo con la derrota de Mercia y la muerte de su rey.
El motivo último de la batalla hay que buscarlo en la hegemonía lograda por Penda sobre Inglaterra tras una larga carrera de éxitos militares, especialmente sobre los northumbrianos, anteriores dominadores del país. Con la ayuda de Cadwallon ap Cadfan de Gwynedd, Penda había derrotado y dado muerte a Edwin de Northumbria en Hatfield Chase en 633 y posteriormente a su sucesor Oswaldo en Maserfield en 642. Maserfield señaló el fin definitivo de la supremacía de Northumbria y durante los siguientes años, los mercianos entraron frecuentemente Bernicia llegando a asediar Bamburgh.
Deira, el otro subreino de Northumbria apoyó a Penda durante su campaña de 655.
Penda, tras reunirse con sus aliados de Estanglia y Gales, juntó un ejército dirigido por «treinta señores de la guerra«. Oswiu, que era hermano de Oswaldo, pero le había sucedido tan solo en Bernicia, se encontró rodeado por las fuerzas de Penda en un lugar llamado Ludeu (identificado con Stirling) al norte de su reino. Aparentemente, Oswiu estaba lo suficientemente desesperado como para ofrecer a Penda gran parte de su tesoro a cambio de la paz. Aunque las fuentes no son claras, es probable que se llegara a algún acuerdo: aunque Bede afirma que Penda, que estaba decidió a destruir a Oswiu y sus seguidores «desde el más alto al más bajo«, rechazó las propuestas de Oswiu, menciona que Ecgfrith, hijo de Oswiu, era rehén de los Mercianos, quizá como garantía del acuerdo.
La Historia Brittonum contradice las afirmaciones de Beda acerca del tesoro, afirmando que Penda lo distribuyó entre sus aliados, lo que significaría que el trato se había aceptado. Los eventos registrados pueden interpretarse como que Penda y los suyos iniciaron el regreso, pero, por alguna razón, ambos ejércitos se enfrentaron en un lugar llamado río Winwaed. Breeze (2004) afirma que Penda y su ejército se habrían encontrado en una posición estratégicamente desfavorable en el Went durante su retirada, dando a Oswiu una buena oportunidad para atacar. Es casi seguro que el pequeño (perparvus, según Bede) contingente de fuerzas northumbrianas era superado en número ampliamente por los mercianos y sus aliados. Según Bede, antes de la batalla, Oswiu rezó a Dios, al que prometió hacer monja a su hija y la concesión de doce propiedades para la construcción de monasterios.
El ejército de Penda quedó debilitado por las deserciones. Según la Historia Brittonum, el aliado de Penda Cadafael ap Cynfeddw de Gwynedd le abandonó junto con su ejército, y Bede dice que Etelwaldo de Deira se retiró de la batalla para esperar el resultado en un lugar seguro. Penda fue totalmente derrotado y tanto él como su aliado, Aethelhere, resultaron muertos junto con treinta jefes de tropa. La batalla se libró junto al río en medio de fuertes lluvias, y Bede dice que «murieron muchos más ahogados en la huida que destruidos por la espada«. Bede menciona que Penda fue decapitado. Enrique de Huntingdon, escribiendo en el siglo XII, amplió la versión de Bede incluyendo intervenciones sobrenaturales, y remarcando que Penda, al morir violentamente sobre el campo de batalla, estaba sufriendo el mismo destino que él había infligido a otros durante su agresivo gobierno.
La batalla tuvo un impacto considerable sobre las posiciones relativas de Northumbria y Mercia. La posición dominante de Mercia, lograda tras la batalla de Maserfield, quedó destruida, restaurándose el poderío de Northumbria. La misma Mercia quedó dividida; el norte fue ocupado por Oswiu, mientras que el sur fue entregada a Peada, el hijo cristiano de Penda, emparentado con la línea real de Bernicia. Sin embargo, al cabo de unos años, la hegemonía northumbriana fue destruida.
Batalla de Dunnichen o de Nechtansmere (685)
La batalla de Dunnichen o batalla de Nechtansmere enfrentó a los pictos y a las tribus de Northumbria el 20 de mayo de 685 en Nechtansmere.
En los cincuenta años anteriores a la batalla, las tribus de Northumbria habían expandido progresivamente sus territorios hacia el norte, y el reino de Bernicia había llegado incluso a capturar Edimburgo de manos de los Gododdin hacia el año 638. Durante los siguientes treinta años, ejercieron su dominio sobre los reinos de Strathclyde y Dalriada, e incluso al reino picto de Fortriu.
Northumbria era el reino más poderoso de la zona y la ambición de sus reyes se enfocaba en la ampliación de sus fronteras en todas direcciones. Todo parece indicar que una parte de los cambiantes reinos de los pictos estaba, por estas fechas, bajo dominio northumbrio. Siguiendo con esta expansión hacia el norte, y aparentemente también para detener las incursiones pictas en sus tierras, el rey Egfrido de Northumbria invadió el territorio picto en 685. El año anterior había atacado Irlanda, el motivo del ataque podría tratarse de represalias por haber enviado este reino irlandés ayuda a los enemigos de Ecgfrith en Britania, el enfrentamiento tuvo lugar en la llanura de Prega.
Ambas fuerzas se encontraron, y el enfrentamiento entre ambos ejércitos se produjo el día 20 de mayo cerca de Dunnichen. Los pictos fingieron retirarse, atrayendo así a las tropas de Northumbria hacia una ciénaga. El rey picto, Bridei III dio muerte a Egfrido, masacró a su ejército e hizo esclavos a gran parte de los supervivientes. Tras esta batalla, la influencia de Northumbria nunca volvió a extenderse hacia el norte más allá del fiordo de Forth.
Guerra entre pictos y Alt Clut o Strathclyde
En el último cuarto del siglo VII, tuvieron lugar una serie de batallas en Irlanda, principalmente a lo largo de la costa del mar de Irlanda, donde está atestiguada la presencia de britanos. Generalmente, se asume que estos britanos eran mercenarios o exiliados desposeídos de sus tierras por las conquistas anglosajonas en el norte de Inglaterra. Sin embargo, pudieran ser campañas realizadas por los reyes de Alt Clut, ya que el reino formaba parte de la región bañada por el mar de Irlanda. Se sabe que pictos, northumbrianos y Dal Riata enviaron tropas a Irlanda en varias ocasiones.
A principios del siglo VIII, los Anales de Ulster informan de dos batallas entre Alt Clut y Dal Riata en «Lorg Ecclet» (desconocido) en 711, y en «la roca llamada Minuirc» en 717.
Entre 726 y 729 hubo cuatro candidatos al trono de los pictos y al menos nueve batallas registradas, de las que resultó vencedor Oengus mac Fergus.
En 734 Talorgan mac Congussa, rey de los pictos del norte, fue entregado a Oengus por su hermano y ahogado por orden de este en 739. Dúngal otro rey picto, fue derrotado y huyó a Irlanda, para estar lejos del poder de Óengus.
En 740, una guerra entre pictos y Northumbria está documentada, durante la que Edebaldo de Mercia, aprovechó la ausencia de Eadberht de Northumbria para saquear sus tierras, y quizás quemar York. La razón para la guerra es incierta, pero pudo deberse a una relación con el asesinato de Earnwine, hijo de Eadwulf, por orden de Eadberht. El padre de Earnwine había sido un exiliado en el norte después de su derrota en la guerra civil de 705–706, y puede que Óengus, o Edebaldo, o ambos, quisieran restaurarle en el trono de Northumbria.
Batallas entre los pictos y los britanos de Alt Clut, o Strathclyde, constan una en 744 los pictos actuaron en solitario, en una representación en piedra se ve que los pictos formaron en schiltron para hacer frente a los britanos.
En 750, Óengus buscó el apoyo de Edaberto de Northumbria en una campaña en que Talorgan, hermano de Óengus, resultó muerto en una importante derrota picta a manos de rey Teudebur de Alt Clut, posiblemente en la batalla de Mugdock. Se dice que Edaberto conquistó el llano de Kyle cerca de Ayr en 750, presumiblemente a Alt Clut.
Cristianización de los anglosajones (597-686)
Los britanos celtas, así como los escoceses e irlandeses, permanecieron fieles al cristianismo. Tras la evangelización de Irlanda, la iglesia celta da un gran impulso al cristianismo enviando a San Columba a Escocia, quien convierte a los pictos en el año 563 y funda un monasterio en la isla de Lona.
El primer rey anglosajón que se convierte es Edelberto de Kent, que en el 560, se casó con una princesa franca hija de Cariberto. Se convirtió a finales del siglo VI y a principios del siglo VII hizo redactar un código de leyes similar a otros códigos germanos, basado también en el sistema del wergeld.
En 597, el Papa Gregorio I el Grande envía a Agustín de Canterbury a Kent con 40 monjes benedictinos romanos con el objeto de convertir a los anglosajones en un hecho conocido como la Misión Gregoriana. El rey Edelberto de Kent (560-616), casado con una reina franca cristiana, se convirtió al cristianismo llegando a ser San Adalberto. San Agustín fundó un monasterio en Canterbury, donde fue coronado obispo en 601, y recibió poderes para nombrar obispos. Desde entonces Canterbury es la sede oficial de la Iglesia Romana en Gran Bretaña. Poco después se inicia la construcción de las catedrales de Rochester y Londres (la Catedral de San Pablo).
En 633, el rey cristiano San Oswaldo unifica Northumbria y llama a San Aidan y a los monjes de Dowe para emprender la conversión de los súbditos del reino. San Aidan fundó el monasterio de la isla de Lindisfarne.
Posteriormente, Oswy, nuevo rey de Northumbria (641-670), derrota a los mercios en 655 y les impuso el cristianismo. Para entonces, los britanos celtas, que evangelizaban a las clases bajas, habían roto su relación con Roma. El rey Oswy convocó el Sínodo de Whitby y unifica la Iglesia bajo el primado del grecoparlante Teodoro de Tarso, arzobispo de Canterbury. Teodoro funda monasterios y crea una estructura diocesana que permanecerá hasta la Edad Media.
La unidad eclesiástica lograda une a los distintos pueblos ingleses, con una lengua común, y resurge la vida urbana en torno a las principales iglesias. Además, se introdujo la cultura escrita, de la que como único testimonio del siglo VIII nos ha llegado el poema épico en inglés antiguo Beowulf.
Fusión de anglos y sajones
La hegemonía de Northumbria sobre la región dominada por los anglos terminó en 685, siendo rey Esfredo. Agotado por las constantes luchas contra Escocia, el reino fue vencido por los daneses. La posición dominante pasó al reino de Mercia, gobernado por el también rey anglo Offa. Al terminar el siglo VII, solo estos dos reinos quedaban como fuerzas representativas de los anglos, ya que los reyes inferiores habían ido perdiendo poder hasta verse reducidos a simples nobles.
En esta coyuntura, el rey sajón de Wessex, Egberto, sometió a ambos. En primer lugar, entró en Mercia, rindiéndose con ella Anglia Oriental. Más tarde ocupó Northumbria. A partir del punto en que es reconocido señor de este territorio, en 827, se puede decir que la historia de los anglos quedó fundida con la de los sajones.
Heptarquía (600-800)
La evangelización de los anglosajones comenzó en el año 597 y fue completada teóricamente hacia el año 686. A través de los siglos VII y VIII, el poder fue traspasándose entre los reinos más grandes. Beda registra a Edelberto de Kent como el más dominante hacia fines del siglo VI, pero luego el poder parece haberse trasladado al norte, hacia el reino de Mercia y el reino de Northumbria.
Edelberto, como otros reyes, fue reconocido por los reyes vecinos como Bretwalda (líder britano). La llamada ‘Supremacía Mercia’ dominó durante el siglo VIII, aunque no fue muy constante. Edelbaldo y Offa, los dos reyes más poderosos, alcanzaron un prestigio elevado. Offa, rey de Mercia (757-796), llega a dominar todos los reinos, excepto el de Northumbria, Wessex y las tierras al norte del Humber. Offa fue el primero en llamarse rey de los ingleses. Cercó a los británicos de Gales con la muralla de Offa, una barrera defensiva de 240 km de longitud. Este período es descrito como la «heptarquía», aunque tal término está perdiendo actualmente su uso en el ámbito académico.
Los anglos y sajones se organizaron en siete reinos importantes: Anglia Oriental, Kent, Wessex, Sussex, Essex, Northumbria, y Mercia. Sus jefes pasaron a convertirse en reyes, con relaciones, a veces de ayuda mutua y otras, mucho más frecuentes, de enfrentamientos, en esa zona a la que llamaron Angleland, o tierra de los anglos. Otros ‘reinos’ políticamente importantes durante este período fueron: Hwicce, Magonsaete, Lindsey, Anglia Media y Anglia Occidental.
Sociedad anglosajona
Originariamente, su organización política, estaba presidida por el thane, que dirigía las comunidades formadas aproximadamente por veinte familias. Un grupo de cien familias constituían un hundreds, que se formaba por aldeas, que a su vez se agrupaban en shires.
La sociedad anglosajona era desigual: existían hombres libres de una categoría inferior llamados laets. Existían agricultores libres que podían tener una propiedad agrícola y otros hombres dependiendo de ellos. Estos hombres que dependían de ellos se llamaban ceorls. También existe una aristocracia terrateniente llamada eorls. El rey se acompañaba de los leodes u hombres libres.
En las familias la cabeza era un varón libre (mundobora) que compraba a su esposa, teniendo pleno poder sobre ella, y demás miembros de la familia. Los esclavos, sin derechos, eran fundamentalmente cautivos de los pueblos sometidos.
La lengua latina impuesta por los romanos comenzó a desaparecer, igual que la celta de los pobladores nativos, imponiéndose su lengua germánica. Su religión era pagana.
Es de destacar su sentido de la libertad y de la justicia, que por supuesto, solo se aplicaba en relación a los hombres libres.
La tierra era el factor de poder. Era una sociedad fundamentalmente rural, que despreciaba la vida urbana. Los reyes y los nobles, eran los dueños de las mayores extensiones, mientras que el común de la población poseía lo necesario para su supervivencia. También había tierras comunales, llamadas Folcland.
En ocasiones, uno de estos reyes conseguía hacerse con la hegemonía, siendo conocido como el bretwalda, que significa líder en britano. No suponía formalmente la supremacía de un reino sobre los restantes, sino la de un rey sobre sus vecinos, sobre sus pares, quienes le pagaban tributo y debían responder a su convocatoria a las armas. El lazo consiguientemente era personal y se rompía a la muerte del bretwalda.