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Antecedentes
La Royal Navy registraba barcos neutrales que comerciaban con puertos franceses, incautando sus cargamentos si se consideraba que comerciaban con Francia. A los británicos les interesaba garantizar su supremacía naval y todas las ventajas comerciales que se derivasen de ella. El zar ruso Pablo, habiendo sido un aliado británico, organizó una Liga de Neutralidad Armada que comprendía Dinamarca, Suecia, Prusia y Rusia, para hacer cumplir el libre comercio con Francia. Los británicos consideraban que la Liga era muy beneficiosa para los franceses y era una seria amenaza. La Liga era hostil al bloqueo británico y, según los británicos, su existencia amenazaba el suministro de madera y provisiones navales de Escandinavia.
A principios de 1801, el gobierno británico reunió una flota frente a Great Yarmouth en Yarmouth Roads, con el objetivo de romper la Liga. Los británicos debían actuar antes de que el mar Báltico se descongelara y liberara a la flota rusa de sus bases en Kronstadt y Reval (actual Tallin). Si la flota rusa se unía a las flotas sueca y danesa, las flotas combinadas formarían una fuerza formidable de hasta 123 barcos de línea. La flota británica estaba bajo el mando del almirante Hyde Parker, regresado recientemente de Jamaica, con el vicealmirante Horatio Nelson como segundo al mando.
Frustrado por el retraso, Nelson envió una carta al capitán Thomas Troubridge, un amigo y Lord Comisionado del Almirantazgo. Esto llevó al conde de San Vicente (Primer Lord del Almirantazgo) a enviar una nota privada, lo que provocó que la flota zarpara de Yarmouth el 12 de marzo. Se enviaron órdenes a Parker para que se dirigiera a Copenhague y separara Dinamarca de la Liga mediante un “arreglamistoso o bien mediante hostilidades reales”, seguidas de “un ataque inmediato y vigoroso” contra los rusos en Reval y luego en Kronstadt. La flota británica llegó a Skaw (en danés Skagen) el 19 de marzo, donde se reunieron con un diplomático británico, Nicholas Vansittart, quien les dijo que los daneses habían rechazado un ultimátum.
Aunque el Almirantazgo había ordenado a Parker que frustrara la Liga, por la fuerza si era necesario, era una persona naturalmente cautelosa y se movía lentamente. Quería bloquear el mar Báltico a pesar del peligro de la combinación de flotas. Nelson quería ignorar a Dinamarca y Suecia, que eran socios reacios en la alianza, y en su lugar navegar hacia el Báltico para luchar contra los rusos.
Al final, Nelson pudo persuadir al almirante Parker para que atacara la flota danesa que estaba concentrada frente a Copenhague. El apoyo naval prometido a los daneses de Karlskrona, en Suecia, no llegó quizás debido a vientos adversos. Los prusianos tenían solo fuerzas navales mínimas y tampoco podían ayudar. El 30 de marzo, la fuerza británica atravesó el estrecho de Sund entre Dinamarca y Suecia, navegando cerca de la costa sueca para alejarse lo más posible de los cañones daneses; afortunadamente para los británicos, las baterías suecas permanecieron en silencio, mientras que las danesas realizaron un ligero cañoneo.
A mediodía del día 30 de marzo la escuadra ya estaba fondeada entre la isla de Kwen y Copenhague, cuyo puerto contaba con las ventajas de una defensa natural formidable a lo que se unía la también formidable acción del hombre. Delante de la bahía se encontraron con un enorme banco de arena, denominado la Tierra Media, que la dividía la bahía en dos, formando dos canales: el llamado Paso del Rey, que era el más inmediato y el que daba acceso directo al puerto, y el Paso de los Holandeses, al otro lado.
El canal del Rey estaba protegido por el fuerte Tre Kroner (Tres Coronas) armado con 68 cañones, el lado del canal del puerto estaba protegido por 4 buques de línea: el Elephanten (70), el Marte (74), Dinamarca (74), Trekroner (74); y 2 fragatas Sarpen (18) y Nidelven (18). Mientras que el lado del paso del Rey se completaba la defensa hacia el sur con una línea de 20 buques viejos, inmóviles sobre sus amarras y con los cañones solo en un lado, que se conformaban como una enorme batería flotante que se extendía a lo largo de la costa, interceptando todo lo largo del canal y apoyando sus extremos en el fuerte Tre Kroner y en las baterías de la isla de Amack.
Además de todo esto, la armada danesa contaba con una escuadra de 10 navíos completamente nuevos, pero con la dotación del armamento todavía incompleta; lo que les imposibilitaba para entrar en lucha abierta. Los daneses tuvieron que ponerlos a salvo del fuego británico, ya que su pérdida se consideraría como un auténtico desastre para el país.
Para poder llevar a cabo los planes para atacar la población, cuya ciudadela batía también de un modo eficaz la rada; era necesario forzar la entrada del canal interno defendido por el fuerte Tre Kroner, o bien seguir por el Paso de los Holandeses y, desdoblando luego el banco de arena de la Tierra Media, entrar en la rada por el sur. De las dos soluciones los ingleses eligieron la segunda tras.
Los daneses quitaron todas las señales de navegación, y los británicos no tenían cartas o pilotos fiables, por lo que el capitán Thomas Hardy pasó la mayor parte de la noche del 31 de marzo y el 1 de abril haciendo sondeos en el canal hasta la línea danesa. Aun así, los barcos británicos no pudieron localizar la parte más profunda del canal correctamente y, por lo tanto, se mantuvieron demasiado lejos hacia el mar.
Nelson, por primera vez en mucho tiempo, se molestó en reconocer de cerca las posiciones enemigas previo a un ataque, a bordo de la fragata Amazon (38). Durante el proceso observó cerca de 20 unidades artilleras (buques y baterías flotantes) alineadas con la proa al norte y desprovistas de aparejo.
Batalla de Copenhague (2 de abril de 1801)
Preparativos
El almirante Parker confió la misión a Nelson, que partió con los 12 barcos de línea, 4 fragatas, 2 balandras, 7 bombardas y 2 brulotes. Descendió por la noche a lo largo del Paso de los Holandeses, y a la mañana siguiente, aprovechando el viento favorable que soplaba, remontó el Paso del Rey por entre la línea danesa y la Tierra Media. El banco de arena obligó a Nelson a extremar sus precauciones, pese a ello, tres de sus navíos, el Agamenón (74) y el Belona (74) encallaron en el extremo suroeste del bajío de la Tierra Media y el Russell (68) encalló en el extremo sur, lo que dejó sus fuerzas reducidas a 9 navíos. Mientras el almirante Parker con los buques más pesados se situó al norte de la Tierra Media para apoyar con 6 buques pesados: el London (98) buque insignia, el Saint George (98), el Warrior (74), el Defence (74), el Saturn (74), el Ramillies (74), el Raisonnable (64), y el Veteran (64).
Pese al contratiempo de 3 buques encallados, Nelson siguió adelante con el ataque a la derecha de la línea danesa, le quedaban 9 buques de línea: el Polifemo (64), el Isis (50), el Edgar (74), Ardent (64), el Glatton (54), el Elephant (74) buque insignia, el Ganges (74), el Monarch (74), el Defiance (74); 4 fragatas: Désirée (36), Amazon (38), Blanche (36), Alcmène (32), Jamaica (24); 2 balandras (Flecha y Bolton); 7 bombardas (Discovery, Explosion, Hecla, Sulphur, Terror, Vulcan, Zebra y Otter) y 2 brulotes (Zephyr y Dart).
Desarrollo de la batalla
Las baterías danesas comenzaron a disparar a las 10:05 horas con sus 800 bocas de fuego al tiempo que se reducían distancias, la primera mitad de la flota británica se enfrentó en aproximadamente media hora y la batalla fue general a las 11:30 horas. Una vez que la línea británica estuvo en su lugar, hubo muy pocas maniobras. Los barcos británicos anclaron por la popa sobre un cable de la línea de barcos y baterías danesas, que tenía un alcance relativamente largo, y los dos intercambiaron andanadas hasta que un barco dejó de disparar.
Los británicos encontraron una fuerte resistencia, en parte porque no habían detectado las baterías flotantes bajas, y en parte por el coraje con el que lucharon los daneses. Los barcos daneses del puerto interior, no entraron en la batalla, sino que permanecieron en la estación como unidades de reserva, aunque la dirección del viento obligó al escuadrón de Parker a acercarse lentamente.
Mientras se mantenía esta lucha, las bombardas situadas detrás de los navíos ingleses comenzaron a lanzar granadas sobre la capital; al tiempo que el coronel Stewart, a bordo del Elephant (74) y al mando de las tropas de desembarco del RI-49, envió al capitán Rión, con un destacamento con la misión de apoderarse del fuerte Tre Kroner.
A las 13:00 horas, la batalla todavía estaba en pleno apogeo. El fuerte fuego de la batería flotante Prøvesteenen (56/32) habría destruido Isis (50) si no hubiera sido rastrillado por el Desirée (36), asistido por el Polifemo (64). El Monarch (74) sufrió mucho por los fuegos combinados del Holsteen (64/28) y del Sjælland (74/32).
La efectividad de las baterías danesas, sobre todo las de tierra, era sorprendente y estaba haciendo astillas los buques británicos. Además, la fortaleza Tre Kronner machacaba sin descanso desde su posición privilegiada: sobre un pequeño rompeolas que acercaba sus cañones a cualquier embarcación en un radio de 3 km, con una eficacia y precisión matemática. En media hora, el Elephant (74) perdió el palo de mesana y la mitad de sus velas estaban agujereadas.
En ese momento la batalla se manifestaba totalmente incierta y el almirante Parker, que asistía al combate desde su posición; temió que la victoria acabara decantándose a favor de los daneses por lo que, pensando que de seguir así las cosas no podría retirar a sus navíos, hizo enarbolar la bandera que ordenaba suspender el ataque.
Pero Nelson no estaba por la labor de retirarse y cuando le comunicaron lo que ordenaba Parker. Se volvió hacia el capitán del buque, Thomas Foley, y dijo: “Sabes, Foley, solo tengo un ojo; a veces tengo derecho a ser ciego”, y luego, acercándose el telescopio al ojo ciego, dijo: “Realmente sí. ¡No veo la señal!”. El coronel Stewart, que presenció esta conversación se quedó atónito.
El tremendo cañoneo se acentuó aún más siendo las bajas materiales y humanas tremendas. Los cañones de la docena de barcos daneses más al sur habían comenzado a silenciarse debido al daño que habían sufrido, y la lucha se movió hacia el norte. Según relatos de testigos presenciales británicos, gran parte de la línea danesa se había quedado en silencio a las 14:00 horas. El cese de los disparos dejó el camino abierto para que los buques bombardas británicos se acercaran a Copenhague, haciendo fuego con sus morteros, las baterías costeras danesas eran ineficaces contra ellos.
El Nyborg (20) intentó dejar la línea con Aggershuus (20) a remolque, pero ambos se hundieron. El barco más al norte, la fragata Hielperen (16), se retiró con éxito. El comandante danés, comodoro Olfert Fischer, se mudó del Dannebrog (64/28) a las 11:30 horas, cuando se incendió, se dirigió al Holsteen (64/28). Cuando Indfødsretten (64/28), inmediatamente al norte de Holsteen, se rindió alrededor de las 14:30 horas, se trasladó a la fortaleza Tre Kroner. Allí se enfrentó a tres de los barcos de Parker, que habían perdido su maniobrabilidad después de haber sido gravemente dañados y se habían desviado dentro del alcance. Indfødsretten (64/28) reanudó los disparos después de que el capitán Schrodersee fuera transportado y tomó el mando del barco.
Los barcos daneses estaban desarbolados, pero los británicos no estaban mucho mejor y las bajas se aproximaban a los 1.200 por bando. Al final Nelson aunque teóricamente vencedor tras cuatro horas y media de combate, se encontraba en una situación muy crítica; con algunos de sus barcos incapaces de maniobrar, otros hundidos y otros seriamente afectados, la salida del canal le era totalmente imposible, a lo que se unía que la salida estaba aún protegida por baterías danesas aun intactas.
No era un momento para la lucha sino para la diplomacia y se le ocurrió proponer una tregua al príncipe Fredrerick, que contemplaba el combate desde el puerto. Para ello envió un bote hasta el buque insignia danés. El celo de los artilleros locales casi arruinó la lancha y Nelson tuvo que enfatizar la propuesta volando la bandera blanca en su palo mayor. El Príncipe, que veía con buenos ojos un alto el fuego después de casi 5 horas de cañoneo, contestó a Nelson que por qué proponía una tregua. Nelson aprovechó la bisoñez del heredero danés en cuestiones navales y argumentó, en una segunda misiva, que las razones por las que había propuesto una tregua eran humanitarias para con sus “hermanos daneses”, amenazando en caso contrario, con bombardear a la población civil y volar los barcos daneses apresados con toda su tripulación.
El miedo de que Nelson pudiera cumplir su amenaza se apoderó del Príncipe, y ordenó que se suspendiera el fuego.
Secuelas de la batalla
E buque danés Dannebrog (64/28) explotó a las 16:30 horas, matando a 250 hombres. Al final de la tarde, otros tres barcos británicos que sufrieron daños graves encallaron, incluido el Elephant (74). Los barcos dano-noruegos habían sido tripulados en parte por voluntarios, muchos de los cuales tenían poca o ninguna experiencia naval, y como no estaban todos en la lista después de la batalla, no está claro cuáles fueron las pérdidas exactas entre daneses y noruegos. Las estimaciones varían entre 1.135 y 2.215 capturados, muertos o heridos. Las bajas británicas se estiman en 1.200.
Al alba del 3 de abril, Nelson, junto a un pequeño séquito, desembarcó en el muelle de Copenhague, donde fue recibido por una delegación de palacio para conducirlo a destino. Nada más poner los pies en suelo danés, siendo recibido con insultos de la población civil.
Temiendo por su integridad física, Nelson solicitó un carruaje y fue conducido a la Corte. Regresó a palacio dos veces más y en la última se alcanzó un armisticio de 15 semanas, pero el objetivo inglés de disuadir a Dinamarca de la coalición no se consumó.
A los pocos días convino un armisticio que se firmó con una duración de 14 semanas. Que al final se convertiría en definitivo, al confirmarse el rumor del asesinato del zar Pablo; lo que significaría la disolución de la coalición y el alejamiento, provisional, de los problemas para Gran Bretaña en esta zona.