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Rúrik falleció en el año 870 y dado que su hijo Ígor (reinado 912-945) era un niño, Oleg (Helgu en las crónicas jázaras), pariente de Rúrik, fue nombrado regente. El príncipe Oleg, dándose cuenta de las riquezas de la región de Kíev, hizo matar a los gobernadores varegos en el 882, uniendo los dos territorios y estableciendo su capital en Kiev. Extendió el territorio del nuevo reino, para lo cual sometió a las tribus vecinas, llegando a la frontera septentrional del Imperio bizantino, con el que cerró un acuerdo comercial en el 911, el primer acontecimiento constatado de la historia de Rusia. A partir de entonces, las relaciones comerciales y culturales con Bizancio fueron estrechándose cada vez más.
Los guerreros de Oleg fueron siempre tanto varegos como eslavos, y a todos ellos se les denominó rus o rusos. La Crónica de Néstor nos habla de que en 907, Oleg fletó una escuadra en el mar Negro de unos 2.000 barcos y unos 80.000 combatientes entre rusos, eslavos y otras tribus, que venció a la flota bizantina.
Constantinopla tenía su famosa cadena que cerraba el paso por mar al Cuerno de Oro, los rusos se dedicaron a saquear los alrededores.
El terror llegó a los bizantinos cuando vieron desde sus murallas, como los rusos sacaban sus barcos del agua y los pusieron unas ruedas y avanzaron por tierra, sorteando la cadena.
Expedición de Oleg el Sabio de Kiev contra Constantinopla en el 908. Los barcos van sobre ruedas para su transporte Autor Boris Olshansky
León VI el Sabio mandó mensajeros con provisiones que estaban envenenadas a los rusos, que ya conocían estas técnicas, no probaron la comida. Exigieron un tributo que le fue entregado y el basileo León VI, se vio obligado a firmar un tratado de paz con los rusos ese mismo año. Los comerciantes varegos se vieron muy favorecidos por la exención de impuestos en el comercio con Bizancio. El Basileo además concedió el privilegio de habitar en un barrio de Constantinopla, que desde entonces será el barrio ruso (San Mamás), eso sí, tenían que entrar desarmados por una única puerta y en grupos no mayores de 50, y siempre escoltados por la guardia del Basileo. Cuando todo estuvo puntualizado, clavó su escudo en la puerta Gálata de la muralla de Constantinopla y se retiró.
La firma de este tratado aumentó indirectamente la influencia bizantina en el pueblo ruso, algunos focos de población comienzan a cristianizarse de forma espontánea, pero todavía eran una gran minoría.
Los rusos realizaron una segunda incursión en el mar Caspio el 909 o el 910 y también tuvo a Abaskun como objetivo. Al igual que en la operación anterior, esta fue una expedición menor de solamente 16 barcos.