¡Ayúdanos a mejorar el blog!
Si ves alguna palabra mal escrita, o frase que no tenga mucho sentido, es muy fácil hacérnoslo saber. Sólo tienes que seleccionar las palabras que te resulten sospechosas y pulsar las teclas CONTROL y ENTER. Se abrirá un formulario con el texto seleccionado, y con pulsar enviar recibiremos tu notificación.
También puedes abrir el formulario pulsando el siguiente botón
Llegada de los griegos a la península Ibérica
Los focenses, que procedían de Focea, en Asia Menor (la actual Turquía), se establecieron sobre el 600 AC en el Sur de Francia, fundando la ciudad de Massalia (Marsella). En torno al año 575 AC, los griegos focenses llegados de Marsella fundaron en el golfo de Rosas una colonia comercial, el más antiguo testimonio de la presencia griega en la península Ibérica.
Se establecieron en el golfo de Rosas para comerciar con las ciudades tartesias y las factorías fenicias del sur de la península Ibérica, con la intención de acceder a los ricos recursos metalíferos de la zona.
Colonia griega de Emporion (Ampurias)
El primer asentamiento griego permanente en Emporion (Ampurias) se ubicó en un pequeño promontorio que se adentraba en el mar (actualmente Sant Martí de Ampurias) que cerraba y permitía controlar una hondonada natural que se convirtió en el puerto ampuriano. En ese lugar existía previamente un poblado indígena desde mediados del siglo VII AC.
Emporion significa «almacén o mercado«. Los griegos se establecieron la Palaiápolis, (ciudad antigua), como un mero puerto comercial isleño donde hacer escala frente a la desembocadura del río Fluviá. Con la llegada de los griegos, los indígenas se vuelven productores de bienes de consumo que intercambiarán con los helenos por mercancías más preciadas como el vino. En un principio dependía de Masalia, se han encontrado un gran número de ánforas masaliotas de esa época.
En el 550 AC, partiendo de Palaiapolis (ciudad antigua) asentada en una isla, se establece una segunda fundación, esta vez en tierra firme, fundándose la NeaPolis (ciudad nueva). Dicha nueva colonia contaba con unas potentes murallas defensivas, templos como el de Artemis, que nos hablan de la importancia y pujanza de este enclave comercial.
Había unos 3.000 griegos (500 varones en edad militar), que se pasaban la mayor parte del tiempo fuera de su ciudad, lo que explica lo pequeño del emplazamiento y la extensión de su comercio.
De aquí se desplazaron a Hemeroskopeion (Denia), Alonis (Villajoyosa), Akra Leuké (Alicante) y Mainaké (Málaga). Estas colonias eran ciudades fortificadas similares a las de la metrópoli. Eran un mercado donde los comerciantes griegos facilitaban a las comunidades indígenas todo tipo de productos manufacturados (perfumes, cerámicas, joyas, tejidos…) a cambio, principalmente, de cereales y metales.
Colonia griega de Rosas
Cuando transcurría el año de 333 AC, llegaron al golfo de Rosas ocho naves de transporte cargadas de familias provenientes de la ciudad griega de Masalia (Marsella), que emigraron debido al exceso de población para buscar un lugar adecuado para instalarse.
Parece ser que, en primer lugar, se instalaron en San Pedro de Roda, donde construyeron su fortaleza, eligieron el lugar porque era un sitio estratégico.
Luego, bajaron a la llanura, donde edificaron la colonia. Según nos transmiten las evidencias históricas, esta colonia llegó a tener una gran importancia mercantil. Prueba de ello es la acuñación de monedas que aquí se llevaba a cabo. Estas monedas llevaban por una cara una rosa, y por la inversa la cabeza de la ninfa Aretusa, junto con la leyenda «rodeton«.
El repentino cese de la acuñación y del trabajo en los talleres de cerámica son evidencia de un abandono del barrio helenístico.
Los griegos llevaron a la zona diversas tecnologías, como tejer cestas, hacer sogas y construir molinos de piedra para moler cereales. También llevaron su religión y sus costumbres, así como la moneda.
Colonia griega de Mainake
Mainake (en griego antiguo, Μαινάκη, Mainákē) es un topónimo citado por algunos textos clásicos como asentamiento fenicio-griego ubicado en la costa de las actuales provincias andaluzas de Málaga o Granada (España). Su emplazamiento exacto es aún desconocido, dada la escasez de información.
La que parece ser la noticia más antigua sobre Mainake, posiblemente extraída de un periplo griego arcaico, se encuentra en la Ora Maritima (vv. 426-431) de Rufo Festo Avieno, donde se afirma que la ciudad de Málaka se denominaba anteriormente Mainake, pero sin aludir a ningún componente étnico de la misma. Otros textos clásicos como el llamado Pseudoescimno de Chios (vv. 147-149) señalan que Mainake era una colonia de Massalía (Marsella) situada cerca de las Columnas de Hércules y que constituía la ciudad griega más occidental.
Por su parte Estrabón recoge también esta noticia, pero atribuye la fundación de Mainake a gentes procedentes de Focea (Jonia, Asia Menor). Estrabón señala también que, en su tiempo, algunos pensaban que Mainake era Malaka (Málaga), opinión que no es compartida por este autor, quien señala que Mainake se encontraba entre las localidades de Malaka y Sexi (Almuñécar), al tiempo que las ruinas de la misma dejaban ver que se trataba de una ciudad griega, mientras que Málaka tenía «planta fenicia«.
Algunos historiadores actuales opinan que Mainake no es sino la transcripción al griego del topónimo Malaka (Málaga), por lo que ambas denominaciones corresponderían a la misma ciudad. Otros investigadores han planteado que Mainake pudo ubicarse en el Cerro del Villar (Málaga) o en Toscanos (Vélez Málaga). Otra posibilidad que se ha barajado es un emplazamiento en el entorno de Almuñécar.
Por el momento, las investigaciones arqueológicas no han podido confirmar la presencia de una colonia griega en el litoral de Málaga y Granada, que parece dominado totalmente por fundaciones fenicias. Lo que sí ha quedado en evidencia es la importancia que tuvo el comercio griego en toda esta costa, especialmente a lo largo del siglo VII AC. y en la primera mitad del siglo VI AC, en un claro paralelismo como lo que ocurre en Huelva. Esta actividad mercantil griega en el extremo Occidente estuvo en manos de agentes jonios, principalmente de Samos y Focea, y debió operar en cooperación con los fenicios que dominaban el litoral meridional de la península ibérica.
De origen griego son los cascos corintios de la ría de Huelva, siglo VI AC, y de Jerez (Cádiz) de comienzos del siglo vii, que serían regalos a los jefes militares de los tartesios. Mediante ellos, los íberos conocieron el armamento de los griegos. Una coraza griega es posible que esté representada en una estela de Ategua (Códoba). Un casco griego que no se inventó antes del 700 está representado en un marfil de Carmona (Sevilla), fechado hacia el año 600 AC.
Colonia griega de Hemeroscopio
Hemeroscopio o Dianio fue una fundación de los griegos de Ampurias situada entre el Júcar y Cartagena. Se identifica con la actual Denia (Alicante), pese a la ausencia de restos arqueológicos concluyentes.
El término hemeroskopeion significa en griego torre vigía, por lo que se cree que su principal función era controlar el paso de los cardúmenes de atún en las migraciones anuales y servir de centro de las operaciones pesqueras.
Se trataba de un emporio comercial y pesquero, en el que destacaba el santuario de Ártemis Efesia, de tradición massaliota.
Hemeroskopeion fue destruida en las Guerras sertorianas (82-72 AC).
Aportación de los griegos
Los griegos en sus intercambios comerciales ya no se realizaban con el trueque de productos, sino que los comerciantes ibéricos usaban la moneda para sus transacciones con los griegos.
Los griegos aportaron la disciplina y la formación tipo falange a los ejércitos locales, que fueron reclutados como mercenarios en algunas guerras griegas. También aportaron las protecciones como las grebas, yelmos y corazas, es muy posible que la espada ibérica falcata tuviese su origen en las kopish griegas. Estos griegos conocían también los caballos, pero no trajeron caballos a la península, ni accesorios de los mismos.
La derrota de los griegos en la batalla naval de Alalie (costa oriental de Córcega) por etruscos y sus aliados cartagineses, trajo el hundimiento del malogrado mundo colonial creado por Phókaia en la cuenca occidental del Mediterráneo (hacia 540-435 AC).
De esta catástrofe solo se salvaron las colonias de Hemeroskopeion (Denia), Emporion (Ampurias) y Rhode (Rosas). Las demás y concretamente Mainake (Malaga), perecieron. Cayendo en la esfera de influencia de la nueva potencia que sería Roma.