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Antecedentes
Wellington tenía razón en su juicio sobre las intenciones del enemigo, era cierto que Marmont se había presentado sin ninguna intención definida de forzar la lucha o de avanzar hacia Portugal. En la mañana del 25 de septiembre, el mariscal envió reconocimiento para averiguar, si Wellington había estado tomando medidas para un asedio regular de Ciudad Rodrigo, si había estado recolectando fajinas y gaviones en las aldeas vecinas, o si había colocado artillería pesada cerca de su línea de bloqueo. Si esto era así, el conocimiento del mismo tendría un serio efecto en todos los movimientos futuros del ejército de Portugal. Porque un asedio era una cosa diferente a un bloqueo, y, si Ciudad Rodrigo estuviera en peligro de ser asediado, su propio ejército tendría que cantonarse en regiones menos alejadas de la frontera portuguesa que las que había ocupado hasta entonces.
Dorsenne fue persuadido para ayudar al ejército de Portugal en un gran reconocimiento, que iba a hacer retroceder la pantalla de caballería de Wellington, y ver qué hay detrás de ella. En la mañana del 25 de septiembre las dos brigadas de caballería del Ejército del Norte salieron por las carreteras Carpio-Espeja para barrer la línea del Azaba, con Wathier al mando. Al mismo tiempo, Montbrun tomó el grueso de la caballería de Marmont, dos brigadas de dragones y dos de caballos ligeros, y avanzó por la carretera sur, la que va desde Ciudad Rodrigo pasando por El Bodón hacia Fuenteguinaldo. Solo una división de infantería, la de Thiébault, la más débil de los dos ejércitos, fue enviada para apoyar a la caballería, e incluso estos 4.000 hombres no abandonaron las inmediaciones de Ciudad Rodrigo, simplemente cruzaron el río Águeda y se detuvieron. Los dos reconocimientos dieron lugar a enfrentamientos separados, a una distancia de 15 km entre sí, de los cuales uno no tenía importancia, inmediata o ulterior, mientras que el otro provocó fuertes combates y reveló a los franceses la debilidad de la posición de Wellington. La pantalla de caballería del ejército aliado se había desplegado de la siguiente manera:
- La DC portuguesa de Madden con 1.014 efectivos (RC-1, RC-3, RC-4, RC-7) se encontraba a lo largo de la línea del Bajo Águeda, no estuvo amenazada ese día.
- La BRC de Anson con 790 efectivos (RDL-11 [377] y RH-1 KGL [413]) mantenía en la línea del Azaba y cruzó la carretera de Carpio.
- La BRDL de Alten con 717 efectivos (RDL-14 [344] y RDL-16th [373]) se desplegó a lo largo de las colinas bajas desde el sur de Carpio hasta el Alto Águeda cerca de Pastores, y tenía uno de sus escuadrones destacado con la DIL más allá de ese río, frente a Martiago.
- La BRD de Slade con 778 efectivos (RD-1 Reales [406] y RDL-112 [372] y la BRD de De Grey con 727 efectivos (RD-3 de Guardias [369] y RD-4 [358]) estaban muy a la retaguardia, detrás de Fuenteguinaldo, en Villar de Toro y otras localidades del río Coa, y solo llegaron al frente después del mediodía del 25 de septiembre.
Enfrentamiento de Wathier y Anson
La caballería de Dorsene al mando de Wathier con su BRCL (RC-11 y RC-24 de cazadores, y RH-5) y la BRCL de Lepic (lanceros de Berg y RC-26 de cazadores) avanzaron por el Azaba inferior. Alrededor de las ocho de la mañana, los piquetes del RDL-14 detectaron una fuerte columna de caballería saliendo de Ciudad Rodrigo y se vieron obligados a retirarse de Carpio y otros puestos más allá del arroyo. El enemigo podía contarse desde las colinas de arriba, y se vio que dejaron 6 Escóns al lado de Carpio en reserva y avanzaron con 8 más. Estos cruzaron el río y se abrieron paso con cautela hacia las alturas. Venían directamente contra el frente de la DI-6, y Graham envió las compañías ligeras de la BRI de Hulse para alinear el bosque que cubría la posición que él ocupaba. La BRDL de Anson (RDL-14 y RDL-16) también retrocedieron hasta el borde del bosque y se formaron cerca de sus apoyos de infantería.
Al no gustarle el aspecto del largo cinturón de árboles que lo ocultaba todo, Wathier detuvo a 4 Escons más en el terreno plano justo más allá del Azaba, y movió a los otros 4 hacia la línea invisible de Graham. Esta avanzada estaba formada por los lanceros de Berg y de cazadores de la Guardia. Cuando estaban subiendo la pendiente a tientas, su escuadrón líder fue cargado y rechazado por un escuadrón del RDL-14. El cuerpo principal, sin embargo, acogió la unidad golpeada y avanzó de nuevo: cuando se habían acercado al bosque, las Cías ligeras de los RIs 11, 61 y 53 dispararon una andanada contra ellos, y mientras estaban parados se tambalearon ante el inesperado recibimiento, 4 EDLs del RDL-14 y RDL-16 cargaron contra ellos, los rompieron y los persiguieron durante 3,5 km hasta el río Azaba y a través de él. La reserva francesa dejada cerca de ese arroyo se retiró de inmediato, cubriendo los escuadrones rotos. Los franceses perdieron un 1 oficial y 10 hombres muertos, y 5 oficiales y 32 hombres capturados, la mayoría heridos. Las pérdidas británicas fueron muy pequeñas, 1 oficial y 10 hombres heridos y un hombre desaparecido.
Wathier se mantuvo en línea en Carpio, sin hacer más avance, hasta la tarde, e informó que los ingleses estaban en posición más allá del río Azaba, y no estaban dispuestos a ceder. Esta era una noticia importante, porque, si había infantería tan al norte, estaba claro que Wellington aún no había concentrado su ejército en la línea de Fuenteguinaldo.
Enfrentamiento de Montbrun con Picton
El reconocimiento de Montbrun por la carretera de Fuenteguinaldo, resultó mucho más vivo e importante. Partió con una columna pesada formada por 2 BRDs y 2 BRCL, que entraron en contacto con las patrullas de la BRDL de Alten casi en el momento en que cruzó el Águeda, pues los puestos de avanzada británicos se encontraban dentro de 3,5 km de Ciudad Rodrigo. Montbrun empujó la pantalla, y subiendo la pendiente se encontró en medio de las fracciones dispersas de la DI-3 de Picton, que Wellington apenas había comenzado a reunir cuando vio que el reconocimiento lo estaba haciendo nada menos que de 2.500 caballos. No hubo tiempo para concentrarse, porque los puestos de los BIs de Picton estaban demasiado cerca del enemigo y la posición era insatisfactoria.
En el momento en que Montbrun atravesó la pantalla de caballería, la infantería de Picton estaba colocada en un frente de 10 km: a la derecha la BRI de Walace con el RI-74 y 3 Cías del BIL-V/60 estaban en Pastores, cerca de Agueda el resto de BRI de Wallace el BI-I/45 y el BI-I/88, estaba a 5 km al suroeste de Pastores en el pueblo de El Bodon. La BRI de Colville y los portugueses estaban igualmente divididos: el BI-I/5, el RI/77 con el apoyo del RI-21 portugués, estaban en un terreno elevado al otro lado de la carretera de Rodrigo a Fuenteguinaldo; en el centro el RI-94, el BI-II/83 y RI-9 portugués, estaban en terreno más bajo, a 3,3 km al oeste de Colville, en dirección a Campillo. La BRCL de Alten, después de haber enviado un ED del RDL-11 para vigilar el frente de Craufurd, más allá del Águeda, y con fuertes piquetes a derecha e izquierda; solo tenía algo más de 500 efectivos en 5 Escons débiles (3 del RH-1 KGL, y 2 del RDL-11) estaban al otro lado de la carretera, cerca del BI-I/5 y el RI-77.
Marmont, al descubrir la posición dispersa de los aliados, apenas podía creer que no tuvieran nada más en su frente que lo que él veía: 4 grupos de 2 o 3 BIs cada uno, con enormes brechas entre ellos. Sospechaba que Wellington debía tener reservas muy cerca, sin pensar que fuera probable que habría mantenido a la infantería tan cerca de Ciudad Rodrigo a menos que estuviera en la fuerza para resistir un ataque. En consecuencia, resolvió no enviar a buscar a su infantería desde la retaguardia y emprender una acción seria, sino ordenar a Montbrun que avanzara con su pesada columna de caballería, y así descubrir la fuerza exacta y la posición de los soldados aliados.
Wellington tuvo la suerte de que el mariscal limitara sus ambiciones a este modesto plan. Montbrun resolvió abrirse paso en el centro aliado, cruzando la carretera y avanzando por ella, dejando a su izquierda las dos fracciones de la BRI de Wallace en Pastores y El Bodon. Si pudiera perforar el centro, este ala estaría en una situación desastrosa, al quedar aislada de su línea de retirada y su poder de reunirse con Wellington en Fuenteguinaldo. En consecuencia, toda la caballería francesa chocó contra la posición al otro lado de la carretera, donde los 2 BIs de Colville y las baterías de Arentschildt bloqueaban el camino, mientras que los 5 Escons de Alten cubrían su flanco. La contienda era de un tipo anormal, 2.500 de caballería con una Bía a caballo, atacando una fuerza menor de 1.000 de infantería, 500 de caballería y 2 Bías.
Para Wellington era de suma importancia que el destacamento del otro lado de la carretera no cediera, y dio órdenes de que se mantuviera firme hasta el último minuto posible, para que los BIs de Pastores y El Bodon tuvieran tiempo de escapar de su comprometida posición, y retirarse detrás de la fuerza de detención. Su orden fue obedecida, y mantuvieron una lucha de lo más valiente durante más de una hora, bajo la vista del comandante en jefe.
Montbrun avanzó con tres columnas en fila, cada una formada por una brigada, mientras que una cuarta brigada formaba su reserva. Su columna izquierda trató de envolver a la derecha de la caballería de Alten, su columna central atacó su frente, su columna derecha, sostenida por una Bía de artillería a caballo, avanzó contra los cañones portugueses y sus apoyos de infantería. Hubo combates feroces a lo largo de la línea, la caballería aliada ayudada por la fuerte pendiente a su favor, realizó una carga impresionante contra la superioridad numérica del enemigo, que tuvo que atacar en cada punto en un frente estrecho; ya que solo partes de las laderas eran terreno abierto apto para movimientos de caballería.
Cada vez que el escuadrón francés líder se acercaba a la cresta, se cargaba y se le empujaba hacia atrás. El RDL-11 y 1 EH alemán se ocuparon del ataque por el flanco, el resto del RH-1 KGL atacaron por el centro. La defensa fue más desesperada, consistiendo en una larga serie de cargas parciales, en las que uno o más de los escuadrones defensores golpearon la vanguardia francesa y luego se retiraron al amparo de los demás. Montbrun, teniendo 6 o 7 regimientos con él, siempre podía lanzar uno nuevo ataque por la ladera en el momento en que el último había sido rechazado. El coronel de los húsares alemanes escribió que, de la primera a la última, el enemigo se acercó casi 40 veces, pero nunca se le permitió llegar a la cima, los escuadrones cargaron 8 o 9 veces cada uno.
Mientras tanto, a la derecha de la meseta que la caballería defendía con tanta valentía, la tercera columna de caballería francesa había atacado las Bías portuguesas cuyo fuego barría el camino. Una BRD, aunque sufría mucho por la munición canister a medida que se acercaban, logró abrirse camino hacia los cañones, e irrumpió entre ellos, capturando 4 piezas, los artilleros se habían mantenido firmes hasta el último momento y se habían ganado los elogios de Wellington por su firmeza. Pero las piezas no se perdieron, en apoyo de ellos estaba el BI-I/5 al mando del mayor Ridge, quien, cuando los jinetes se detuvieron por un momento alrededor de los cañones capturados, los atacó sin vacilar en la línea. El BI avanzó disparando, y con tres descargas rompió a los dragones, que huyeron en desorden. Los artilleros portugueses pudieron volver a poner en acción sus piezas y reanudar el fuego. Este fue un raro ejemplo de un ataque exitoso contra la caballería por parte de la infantería en línea, pero Ridge vio que los franceses estaban en completo desorden, y por el momento no estaban en condiciones de maniobrar, por lo que decidió arriesgarse y tuvo éxito.
Los franceses finalmente abandonaron sus ataques frontales; se dice que cuando sonaron las cornetas para un avance más, los aliados vieron que el regimiento al frente de la columna se negaba a avanzar. Entonces Montbrun intentó un movimiento que bien podría haber hecho media hora antes; comenzó a extender sus hasta entonces concentradas brigadas, y envió a una de ellas por la brecha entre el cerro y la aldea de El Bodón.
Wellington vio que los BIs en El Bodon ya lo habían evacuado, tal y como se les había ordenado, y se dirigían a la retaguardia. El destacamento aún más comprometido en Pastores también se había retirado, y se dirigía a Fuenteguinaldo por un camino muy tortuoso, vadeó el Agueda, avanzó 16 km por su lado más alejado, donde aún no se veían franceses; y luego volvió a cruzar el río cerca de Robleda, incorporándose a la DI-4.
Retirada de los británicos
La orden de retirada de Wellington fue que las 2 Bías de Arentschildt con una escolta de caballería fueran los primeros, luego la RI-21/P portugués, que había permanecido en reserva durante los combates anteriores, luego el BI-I/5 y el RI-77 en un solo cuadro, y finalmente 2 EHs alemanes, que permanecieron en la posición hasta el último momento. Esta columna, que se retiraba por la carretera principal, tenía frente a ella y finalmente alcanzó a las otras fracciones de la DI-3, los 2 BIs que Picton que habían situado a la derecha (RI-94 y BI-II/83), y el RI-9/P portugués, que en la primera hora de la retirada, estos destacamentos aún no habían sido alcanzados.
Montbrun siguió adelante en el momento en que vio que la colina que durante tanto tiempo se había opuesto a él había sido abandonada y acosaba a los cuadros en retirada por todos lados mientras marchaban por la llanura. Los húsares en la retaguardia fueron empujados en un número abrumador y tuvieron que retirarse a amparo del RI-21/P portugués. Esto dejó al cuadro compuesto por la BI-I/5 y al RI-77 expuesta a toda la fuerza del enemigo. Montbrun hizo que se cargara por tres lados a la vez; pero la infantería británica no mostró desorden, reservó su fuego hasta que el enemigo estaba dentro de los 30 pasos, y luego ejecutó una serie de descargas tan regulares y efectivas que los dragones fueron derrotados y no pudieron acercarse en ningún momento. Los EHs alemanes luego regresaron y cargaron contra ellos mientras se retiraban en desorden.
Este rechazo detuvo a los franceses durante media hora, pero luego volvieron a reagruparse, persiguiendo los 2 cuadros, el de BI-I/5 y RI-77 y el del RI-21/P portugués, que marchaban en retaguardia, fueron envueltos por todos los lados, pero Montbrun no se atrevió a cargar de nuevo; se limitó a llevar su Bía a caballo que realizó fuego desde varias posiciones sucesivas. El fuego fue eficaz, pero la infantería aliada continuó marchando como pudo por la carretera, a lo largo de 10 km a través de un terreno perfecto para la caballería. La DI-3 continuó su marcha vigilada por los dragones franceses, recibiendo fuego de los 6 cañones franceses desde el flanco y la retaguardia. Cuando se acercaban al campamento atrincherado de Fuenteguinaldo, salieron tropas de Fuenteguinaldo para cubrir la división en retirada, los dragones pesados de De Grey, que acababan de llegar del río Coa, al frente de ellos. La caballería francesa aminoró el paso y finalmente se alejó. Media hora más tarde, la columna en retirada había tomado su posición de destino en el campamento atrincherado a medio terminar donde lo esperaba la DI-4.
Secuelas de la batalla
Esa larga lucha le costó a los aliados solo 149 bajas, 68 de ellas en la caballería (13 muertos, 50 heridos y 5 desaparecidos), en su larga lucha por mantener la colina, que durante tanto tiempo custodiaron, en el flanco. De la infantería, el BI-I/5 y el RI-77 perdieron 42 hombres, no por los sables de la caballería, sino por el fuego de artillería. Los otros 8 BIs de la DI-3, británicos y portugueses, habían perdido solo 34 hombres en total, la mayoría, es de suponer, por el cañoneo durante la retirada. Los artilleros portugueses tenían solo 5 hombres heridos, una pequeña pérdida considerando que los dragones enemigos habían estado entre sus piezas durante cinco minutos.
Las pérdidas de Montbrun no se indica con precisión en ninguna parte, pero probablemente fue de alrededor de 200 como mínimo. 13 oficiales habían sido alcanzados en las 4 brigadas comprometidas, y aunque la caballería tenía más oficiales en proporción que la infantería, hace suponer que unos 190 soldados murieron o resultaron heridos.
Al anochecer los franceses tenían 20.000 infantes en el frente, y las 5 DIs de retaguardia, dejadas hasta ese momento en el Guadapero, también subían y habían llegado y pasado el río Águeda. Habría cerca de 60.000 hombres en el frente al mediodía del día 26 de septiembre.
La posición de Wellington en Fuenteguinaldo era, por tanto, muy peligrosa. Cuando cayó la noche del 25 de septiembre, solo había reunido en los atrincheramientos a medio terminar la DI-3 y DI-4, la BRI independiente de Pack y la caballería de Alten, Gray y Slade, es decir, unos 15.000 hombres. Había enviado órdenes a las demás fracciones de su ejército para que se concentraran allí, pero era seguro que algunos no llegarían hasta la mañana del día 26. Las órdenes de concentración se habían emitido demasiado tarde. Graham recibió instrucciones de reunir la DI-1 y la DI-6 y los portugueses de McMahon en Nava de Aver, abandonando el río Azaba inferior a una retaguardia compuesta por la caballería de Anson. Habían reunido 13.000 hombres, pero aún estaba a 20 km de Fuenteguinaldo, y el camino a ese punto por Puebla. Por la tarde recibió un segundo despacho, diciéndole que no se moviera por Fuenteguinaldo, sino que se pusiera detrás del arroyo Villar Maior, y marchase por una ruta tortuosa, a través de Villar Maior y Bismula, para unirse al ejército principal en un punto más hacia atrás. Wellington había resuelto evacuar Fuenteguinaldo.
Wellington estaba cortado de las 2 DIs y una BRI a su izquierda, en las peligrosas horas de la tarde del 26 de septiembre. Y a su derecha también estaba débil, debido al hecho de que había dejado deliberadamente a Craufurd con la DIL en el Vadillo, más allá del río Azaba, hasta el 25 de septiembre. En el momento en que comenzó el combate de El Bodon, se enviaron órdenes tardías a Craufurd para que la DIL se uniera al ejército, por el vado de Carros, cerca de Robleda, en Alto Azaba. Porque ya no le era posible utilizar el paso fácil por el vado de Zamora, cerca de Pastores, ya que los franceses se habían apoderado de él cuando empujaron la DI-3 hacia el sur. Craufurd, dejando solo piquetes de caballería a lo largo del río Vadillo, se retiró esa noche a Cespedosa, unos km al sur de su antiguo puesto en Martiago. Pero se negó a hacer una marcha nocturna hacia el vado de Carros, porque el camino era accidentado y difícil. Llegó allí, después de una fatigosa marcha de 25 km por el Alto Águeda y sobre el vado de Carros, cuando se acercaba el crepúsculo. Mientras tanto, Marmont había estado, durante todo el día, en condiciones de atacar Wellington con fuerzas muy superiores.
Al parecer la inactividad de Marmont frente al campamento medio ocupado de Fuenteguinaldo, durante las peligrosas horas de la mañana y el mediodía del 26 de septiembre; fue provocada por una reticencia a atacar a Wellington cuando había tomado posición y estaba ofreciendo batalla, y le hizo recordar las derrotas de Busaco y Fuentes de Oñoro.
Mediatamente aplazó su reconocimiento e invitó a los generales a una comida copiosa y suntuosa, servida en un plato de plata al frente de la fila. Después de la fiesta, Montbrun comentó: “La posición inglesa es inexpugnable, lo que lo prueba es que Wellington nos ofrece una batalla al respecto. Nunca lo acabaremos corriendo hacia él cabeza abajo; eso no tendría un buen resultado”. Marmont pronunció poco después su decisión de que Rodrigo, habiendo sido relevado y siendo la posición de los ingleses demasiado fuerte, no tenía la intención de avanzar más y debería retirarse al día siguiente.
La fuerza de Fuenteguinaldo se retiró después del anochecer, dejando a la DIL y al RH-1 KGL para mantener el vivac en toda la línea hasta la medianoche. Marchando en dos columnas, una por el camino directo de Casillas de Flores y Furcalhos, la otra por un camino secundario por Aldea da Ponte, el conjunto llegó a las posiciones frente a Alfayates donde Wellington estaba listo para hacer su verdadera resistencia. En la mañana del 27 de septiembre, se incorporó al grueso de la DI-5, que descendió de Payo en la sierra de Gata, sin encontrar ningún enemigo que amenazara los pasos en esa dirección. La DI-7 también llegó desde Albergaria.
Mientras tanto, Graham, con la DI-1 y DI-6 y la portuguesa de McMahon, había llegado a Bismula y Rendo, y por fin estaba en estrecho contacto con el cuerpo principal. Toda la fuerza de Wellington de unos 45.000 efectivos estaban concentrados y, conociendo bien la fuerza de la posición que había alcanzado estaba seguro. El frente estaba oculto por una fuerte pantalla de caballería, la brigada de Alten cubría la derecha, la de De Grey y Slade el centro y la de Anson la izquierda, donde se encontraban las DIs de Graham.
Combate de Aldea da Ponte (27 de septiembre de 1811)
Tan ignorante estaba Marmont que su adversario abandonaría el puesto de Fuenteguinaldo, que había ordenado a su propio ejército retirarse hacia Ciudad Rodrigo, en el mismo momento en que los aliados se escapaban de su frente. Durante las primeras horas de la noche del 26 al 27 de septiembre, los dos adversarios se separaron. Pero a la medianoche Thiébault, que estaba a cargo de la retaguardia, notó que los fuegos en las líneas de Wellington parecían pocos y parpadeantes, y que sus centinelas habían perdido el contacto con los de los británicos. Un reconocimiento pronto le mostró que no quedaba nada en su frente. Se envió información inmediata a Marmont, y el mariscal tuvo que reconsiderar su posición. Decidió seguir al enemigo en retirada, no con la intención fija de llevarlo a la acción, sino de aprovechar cualquier oportunidad imprevista que pudiera ocurrir. Pero la persecución no pudo ser rápida ni eficaz, pues durante la noche el grueso del ejército de Portugal había estado marchando hacia Ciudad Rodrigo. La caballería de Montbrun y Wathier todavía estaba en el frente, pero solo 2 DIs (Souham y Thiébault), ambas pertenecientes al ejército del Norte. El mariscal no se atrevía a presionar demasiado a su enemigo, no fuera a ser que Wellington se volviera contra él y descubriera que tenía solamente 11.000 efectivos.
Mientras se desarrolla la contramarcha de las otras 7 DIs, la vanguardia no debía comprometerse sin apoyo en una acción general. En consecuencia, la retirada de Wellington no fue muy incómoda. Montbrun, seguido de la DI de Souham, tomó el camino de Casillas de Flores y Furcalhos, Wathier, con la infantería de Thiébault en apoyo. Estableciendo contacto con los franceses.
Wathier se detuvo frente a Aldea da Ponte, hasta que llegó Thiébault y asumió el mando, siendo superior al general de caballería. Al ver que la aldea valía la pena, Thiébault resolvió atacarla y expulsó a las Cías ligeras de la BRI de fusileros con un avance de los 3 BILs del RIL-34, uno de los cuales despejó la aldea mientras que los otros dos la envolvían por los flancos. Wellington, observando que el enemigo tenía una sola división, se negó a permitir que Aldea da Ponte se perdiera tan levemente, y envió contra los franceses a toda la BRI de fusileros en línea, flanqueada por un RI portugués en columna. Este avance obligó a la primera brigada de Thiébault a retirarse de la aldea y la empujó hacia el norte por la carretera. Allí los franceses se unieron a su segunda brigada y formaron con la caballería de Wathier en apoyo. Wellington no los presionaría más.
Sin embargo, al anochecer, Montbrun y Souham subieron y se unieron a Thiébault, con la columna que había seguido el camino de Furcalhos. Souham decidió volver a intentar el ataque en el que Thiébault había sido detenido y atacó Aldea da Ponte justo al ocaso. Los fusileros aliados fueron expulsados de la aldea y Wellington se negó a reforzarlos o permitirles un segundo contraataque. No deseaba verse envuelto en intensos combates en la oscuridad, o gastar muchas vidas en mantener un lugar que estaba fuera de su línea y no formaba parte esencial de ella. Hubo muchas escaramuzas de caballería a lo largo de la tarde entre los 2 regimientos de Slade y los cazadores de Wathier, en los que ninguna de las partes tuvo pérdidas apreciables ni obtuvo ninguna ventaja notable.
Las bajas anglo-portuguesas en esta acción de retaguardia fueron solo 100, de las cuales 71 fueron en la BRI de fusileros, 13 en los BIs portugueses que habían cubierto su flanco y 10 en la caballería de Slade. Thiébault dijo que perdió 150 hombres.
Retirada de los franceses
A la mañana siguiente, la línea de Wellington se volvió a colocar en la posición en la que había decidido luchar, con la columna francesa en Aldea da Ponte a 3,5 km de su frente, en el terreno más bajo. Esta posición, de unos 11 km de largo, estaba cubierta en ambos flancos por el barranco del río Coa, que allí forma una profunda curva, con el pueblo de Sabugal en su punta. El ala derecha estaba formada por la DI-5, manteniendo el pueblo de Aldea Velha en una colina empinada junto al nacimiento del río Coa. El centro-derecha, que se proyectaba algo, estaba compuesto por las DI-4 y la DIL que se alineaban frente al pueblo de Alfayates, cerca del convento de Sacaparte. Desde ese punto hacia el oeste la línea fue ocupada por las BRIs portuguesas de Pack y McMahon a cada lado del pueblo de Nave. Finalmente, la izquierda consistía en la DI-1 y DI-6 bajo Graham, llegando desde cerca de Rendo hasta el puente de Rapoulla. Esta ala estaba cubierta por delante por el barranco de un torrente que desemboca en el Coa. La reserva central estaba formada por la DI-3 y la DI-7 con los dragones de De Grey y Slade, formados detrás de Alfayates. La BRCL de Alten estaba con la DIL, sus piquetes adelantados en la carretera de Furcalhos. La brigada de Anson se colocó frente a Nave y Bismula, con sus patrullas avanzadas vigilando a los franceses en Aldea da Ponte.
La posición estaba bien marcada, alta y enmascarada por bosques y barrancos. Su único defecto era que el río Coa corría por su retaguardia, con solo dos puentes, los de Sabugal y Rapoulla da Coa, aunque había por lo menos seis o siete vados además, y el río era bajo y transitable casi en todas partes para la infantería. Una derrota, sin embargo, probablemente habría significado mucha pérdida de artillería e impedimenta, aunque Wellington había enviado gran parte de su bagaje sobre el Coa, y había empleado su caballería portuguesa y la BRI portuguesa de la DI-6 para cubrir su retirada. Ninguna posición era perfecta, pero Wellington no pensó que pudiera sería expulsado de esta, que era tan fuerte como la de Bussaco y no tan larga.
Marmont después de llegar a Aldea da Ponte y reprender a Thiébault y Souham por participar en una escaramuza en vano el día anterior. Marmont hizo un largo estudio de la posición del ejército aliado y se negó a seguir avanzando. Después de consultar a Dorsenne y a los otros generales, acordaron que ejército de Wellington estaba concentrado y que su posición era demasiado fuerte para ser atacada. Agregó que aunque hubiera una acción exitosa, no podría perseguir a Wellington a las montañas por falta de comida, dio sus últimas órdenes de retirada. El grueso del ejército, que no había avanzado más que Fuenteguinaldo, comenzó a retirarse esa misma noche hacia Ciudad Rodrigo. Las 2 DIs en Aldea da Ponte y la caballería de Montbrun y Wathier subieron y cubrieron la retaguardia. En la mañana del 29 de septiembre, la crisis había terminado y Wellington estaba dictando órdenes para el desmantelamiento de su ejército y su distribución en acantonamientos.
Después de retirarse a Ciudad Rodrigo, Marmont y Dorsenne se separaron el 1 de octubre y cada uno dispersó sus tropas en acantonamientos. El ejército de Portugal volvió a cruzar la sierra de Gata, y se distribuyó por divisiones en las mismas regiones de Nueva Castilla que había ocupado en septiembre.
Situación en el norte a finales de 1811
Situación de Wellington
En el momento en que se había convencido de que los franceses estaban en plena retirada y estaban claramente a punto de dispersarse a sus antiguas guarniciones y acantonamientos, Wellington también disolvió el ejército que había estado desplegado en la posición Alfayates-Rendo. El 29 de septiembre, Graham recibió la orden de retirarse con la DI-1 y la DI-6 a los cuarteles de invierno en el interior de Beira, cerca de Guarda, Celorico y Freixadas. La DI-7 fue enviada hacia el sur a Penamacor. Pero la DI-3, la DI-4 y la DIL volvieron a la frontera de España, para establecer el mismo tipo de bloqueo distante de Ciudad Rodrigo. La DIL volvió a cruzar el río Águeda y ocupó su antigua posición en Martiago y Zamora. La DI-3 en reserva detrás de las otras dos, se acantonó en Aldea da Ponte y Fuenteguinaldo. Las 3 brigadas de caballería de Anson, Alten y Slade se turnaron para cubrir el frente de la DIL y de la DI-4 a lo largo de Águeda; las dos brigadas que no estaban de servicio se mantuvieron a 35 km a retaguardia, en los alrededores de Freixadas, Goveias y Castel Mendo. Los dragones pesados de De Grey y el cuartel general de la división de caballería estaban muy cerca, en Alberca.
Poco después de haber tomado la línea de observación a lo largo del Águeda, Wellington vio posible enviar patrullas de caballería hacia Tenebrón y Santi Espíritu, al otro lado del Águeda, para bloquear la carretera entre Ciudad Rodrigo y Salamanca. Pero estos eran meros puestos avanzados, no había intención de arriesgar ninguna fuerza seria en posiciones tan avanzadas. Mientras tanto, el obstáculo más eficaz para a la comunicación entre Ciudad Rodrigo y Salamanca eran Julián Sánchez y sus guerrilleros que regresaron a sus antiguos lugares a lo largo de los Yeltes y invadieron toda la zona. La BRI española de Carlos de España también volvió a cruzar el río Águeda y tomó una posición de avanzada frente a Ledesma.
Wellington pensó que no había nada que hacer en el norte durante algún tiempo. Su propósito final era asestar un duro golpe a Ciudad Rodrigo, cuando se enterase de que la disposición de los ejércitos de Dorsenne y Marmont hacía factible tal golpe. Mientras estuvieran tan juntos como para hacer posible su rápida concentración, no tenía la intención de presionar las cosas. Pero se estaban perfeccionando dos preliminares para el asedio regular de Ciudad Rodrigo: uno era el gran tren de asedio de Dickson se estaba reunido en Villa da Ponte, y otro era las reparaciones de las murallas de Almeida estaban finalmente terminadas. Wellington tenía la intención de transferir el tren de asedio a Almeida cuando esa fortaleza estuviera absolutamente segura contra un ataque. Una vez llevado allí, estaría en condiciones de avanzar contra Rodrigo en dos días, cuando llegase el momento de actuar. Pero no sería hasta que pasó noviembre cuando la orden de avanzar llegó a Dickson. Mientras tanto, las carreteras entre Villa da Ponte, Pinhel y Almeida fueron puestas en buen estado de servicio por el campesinado local.
Situación del ejército de Portugal
La situación en las fronteras de León recobró el mismo aspecto que había mostrado a principios de otoño. Estaba claro que Ciudad Rodrigo necesitaba ser abastecida de nuevo, las provisiones para alimentar a la guarnición se habían consumido, por el hecho de que los ejércitos de Dorsenne y Marmont habían vivido en los almacenes de Ciudad Rodrigo durante 5 días, y había consumido más de 200.000 raciones. Se pretendía que el convoy alimentara a Rodrigo durante seis meses, pero solo quedaba comida para dos meses para una guarnición de 2.000 hombres después de que se hiciera esta enorme deducción.
El ejército de Portugal, después de haber vuelto a cruzar la sierra de Gata, había sido distribuido por divisiones en casi los mismos acantonamientos que había ocupado en septiembre, salvo que no se envió ninguna fuerza al distante puesto sur de Trujillo para mantener las comunicaciones con Drouet en Extremadura. La DI de Foy, que había dominado esa ciudad a principios de otoño, había quedado en tan mal estado por su marcha tardía en las montañas, que Marmont la envió a descansar a Toledo, en cómodos acantonamientos. Lo reemplazó en Plasencia, su base posterior, por las tropas de Brennier. La DI-2 de Clausel ocupó Ávila y su provincia; las tres divisiones restantes (Ferey, Maucune, Sarrut) se instalaron en Almaráz, Talavera, Béjar, Oropesa y lugares intermedios. La caballería pesada de Montbrun permaneció cerca del cuartel general en Talavera; la caballería ligera se colocó con Brennier, a lo largo de la línea del Alagón, para vigilar la frontera del centro de Portugal.
Situación del ejército Norte
Mientras tanto, Dorsenne ejecutó una dispersión similar de su ejército. Dejó en Salamanca solo la división de Thiébault, reforzada por alguna caballería ligera, y la BRI de Souham. Las otras tropas que había llevado a Ciudad Rodrigo en septiembre fueron devueltas a Valladolid, Benavente, Palencia y otros puestos del valle del Duero. El ejército del Norte dejó de amenazar a Portugal o Galicia, pero había una tarea que tenía que ejecutar para emplazarse en el puesto que había ocupado en el verano. Napoleón había protestado entonces contra la evacuación del centro de Asturias y Oviedo por parte de la DI de Bonnet, y había ordenado que esa región fuera ocupada de nuevo lo antes posible. Para apoyar su movimiento por el paso de Pajares, Dorsenne llevó a León una de sus dos divisiones de la Guardia, colocando la otra en Valladolid. Solo las DIs de Thiébault y Souham quedaron en primera línea, de cara a Portugal y Galicia.
La expedición de Bonnet contra Asturias se llevó a cabo con un éxito total, de hecho, apenas encontró oposición. El general Losada, que había ocupado Oviedo tras su evacuación, con la DI-1 del ejército de Galicia, se juzgó demasiado débil para luchar. Abandonó el paso de Pajares después de una simple escaramuza, y apenas hizo un mayor esfuerzo para defender el paso del río Nalón, retirándose hacia el oeste hacia Galicia a medida que avanzaban los franceses. Bonnet ocupó Oviedo el 6 de noviembre sin combates, y el puerto de Gijón el 7. Al descubrir que Losada se había retirado detrás del río Narcea, envió una BRI al mando del coronel Gauthier para perseguirlo. Esta columna llegó a Tineo el 12 de noviembre, pero pronto tuvo que retirarse, pues los españoles se hubieran dispersado en pequeñas bandas entre las montañas y se habían vuelto para atacar la línea de comunicación de Gauthier con Oviedo, así como la entre Oviedo y el paso de Pajares.
Bonnet descubrió que mantenerse en el centro de Asturias era todo lo que estaba en su poder. No pudo, al mismo tiempo, proporcionar guarniciones para Oviedo, Gijón y los lugares vecinos, y también poner en el campo una fuerza lo suficientemente fuerte como para amenazar a Galicia. De hecho, su DI de 8.000 hombres quedó prácticamente inmovilizada en el distrito que se había apoderado. Esto privó al ejército del Norte de una de sus 5 DIs de combate y dejó a la fuerza que controlaba León y Castilla la Vieja demasiado débil para contener a Wellington. Tenía que contener al mismo tiempo al ejército de Galicia y dar caza a todas las fuerzas irregulares españolas. Julián Sánchez “el Charro” en la llanura leonesa y Porlier y Longa en la sierra de Cantabria eran enemigos a los que era imposible descuidar. Si se les dejaba solos, ejecutaban hazañas de gran audacia; se recordará que el primero sorprendió y capturó Santander en agosto, y aunque sus aventuras en otoño fueron menos afortunadas, mantuvieron ocupadas a muchas columnas hostiles.
Julián Sánchez, el 15 de octubre, ejecutó un golpe de mano muy ingenioso. La guarnición de Ciudad Rodrigo poseía una manada de ganado, que habitualmente se enviaba bajo vigilancia a pastar a un par de km de las murallas. Viendo su oportunidad, un día en que el gobernador, el general Reynaud, estaba inspeccionando los animales con su escolta. Se abalanzó sobre él con 2 Cías de lanceros y capturó al general con su escolta y su ganado, aunque apenas estaban fuera del alcance de los cañonazos de la fortaleza, apoderándose de más de 500 cabezas de ganado. Alertados los galos de la plaza, salió la caballería francesa en persecución de Julián, quien contaba con esa reacción y sorprendió a sus perseguidores con una fuerza escondida y que les infligió una muy grave derrota.
Entre el río Tajo y el golfo de Vizcaya las cosas se habían vuelto a estancar tras la corta campaña del 24 al 29 de septiembre de 1811. Durante los tres meses siguientes ni los aliados ni los franceses hicieron ningún movimiento serio, con la excepción de la invasión de Bonnet al centro de Asturias. Los principales ejércitos de ambos bandos se dispersaron.