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Formación del ejército
Para la creación de un imperio, necesitaba la creación de un ejército preparado y disciplinado para derrotar a cuantos ejércitos le hicieran frente, y un estado para apoyar al ejército y gobernar los pueblos conquistados. Para ello estableció leyes que todos debían respetar conocidas con el nombre de Yasa, por el que se rigieran todas las instituciones civiles y militares que creó.
Gengis Kan levantó un verdadero estado armado, en el que cada hombre, tanto en tiempos de paz como de guerra, estaba movilizado desde los quince años hasta los setenta. Las mujeres también participaban con su trabajo en la producción de alimentos y en la confección de todo tipo de material bélico para las tropas, las mujeres gozaban de derechos que no disfrutaban países más civilizados, como el derecho de la propiedad. Gengis Kan fue capaz de acabar con la idea de tribu o clan e inculcar la idea de Estado o Nación.
Organización
Gengis Kan organizó a su ejército en grupos basados en un sistema decimal:
- Arban formado por 10 soldados bajo las órdenes de un bogatur.
- Jaghun formado por 10 arbans (100 soldados) mandados por un bogatur.
- Mingghan formado por 10 jaghuns (1.000 soldados) mandados por un noyan.
- Tumen formado por 10 mingghans (10.000 soldados) mandados por un noyan.
- Hordú u horda formada de 2 a 5 tumens, estaba bajo el mando del kan o de sus generales directos boyan.
Formó las unidades mezclando etnias y tribus, lo que obviamente mejoró la cohesión interna del ejército en los niveles más fundamentales.
Los mandos en cada nivel gozaban de cierta iniciativa, podían hasta cierto punto ejecutar sus órdenes del modo que les parecía más adecuado. Esta estructura de mando probó ser bastante flexible y efectiva, al permitir al ejército mongol atacar en masa, dividirse en pequeños grupos para rodear a sus enemigos o llevarlos a una emboscada, o dividirse en grupos pequeños de diez hombres para acabar con un ejército derrotado y en retirada.
El ejército se componía casi exclusivamente de caballería, aunque más tarde también dispondría de un cuerpo de ingenieros para realizar los asedios.
Estaba la Guardia Imperial llamados Keshik cuyos efectivos pasaron de un mingghan (1.000) a un tumen (10.000). Estaban formados por hijos de la clase aristocrática, que posteriormente pasarían a ser los noyan o generales.
La caballería se componía de la ligera o arqueros a caballo y la pesada o lanceros. El estándar se componía de un 40 % de caballería pesada y un 60 % de caballería ligera.
La caballería ligera estaba armada al estilo usual de la caballería asiática: dos arcos compuestos (uno para distancias cortas y otro para distancias largas), dos carcajes que contenían no menos de 60 flechas, dos o tres jabalinas y una cuerda para usar como lazo. El arco compuesto mongol era incluso más largo que el empleado por otras tribus de origen estepario, lo que le permitía tener más de 300 metros de alcance. Se utilizaban flechas de varios tipos: flechas ligeras, de puntas muy afiladas, para lanzamientos a larga distancia; flechas más largas y con una punta más pesada, para lanzamientos a corta distancia, flechas incendiarias, etc.
Los jinetes de la caballería ligera estaban tan acostumbrados a sus armas que eran capaces de cargar el arco y disparar a cualquier lugar que desearan a galope tendido.
Normalmente, la caballería ligera no llevaba ningún tipo de protección, aunque a menudo llevaba una chaqueta acolchada y un pequeño escudo de mimbre forrado de cuero. En combate, sustituían su tradicional gorro de lana por un casco de cuero o en pocas ocasiones de hierro.
La caballería pesada estaba mucho mejor protegida. Llevaban corazas de cuero o cotas de malla laminares y cascos de acero, y sus monturas llevaban protecciones de cuero o acolchadas.
El arma primaria de la caballería pesada era una lanza de más de 3,5 metros de longitud. Un sable curvado, pequeñas hachas de batalla y mazas completaban su armamento.
Todos los guerreros estaban obligados a llevar una camisola de seda, para aumentar la protección. Si una flecha enemiga impactaba en el cuerpo del guerrero, normalmente no podía perforar la seda, evitando que trozos de tela entrasen también en el cuerpo. Así, un cirujano podía extraer la flecha simplemente tirando de la tela.
Los caballos mongoles eran de origen Przewalski, animales fuertes y pequeños, con poderosas patas y con una gran reputación en las estepas por su coraje y resistencia. Los lanceros utilizaban caballos de mayor alzada de origen chino, en los que solo se montaban para combatir.
Tácticas de los mongoles
Los mongoles formaban sus ejércitos en tres cuerpos de ejército el de la derecha o junghar, el del centro o khol donde probablemente iba los keshik (la Guardia Imperial), y el de la derecha o baraunghar.
Tulughma
Cada uno de estos cuerpos, cuando localizaban una fuerza enemiga, empleaba la formación de tulughma, en la que los jaghúns (1.000) formaban en cinco líneas de profundidad. Las dos primeras eran de lanceros y las tres últimas de arqueros a caballo. Lo primero que hacían los mongoles era atacar por medio de sus arqueros a caballo. La primera fila de arqueros pasaba por entre los huecos, atacaba al enemigo de frente, mientras que las dos filas últimas lo hacían por las alas. Estos arqueros nunca se quedaban sin municiones, pues los seguían de cerca camellos cargados con flechas. Estos arqueros no atacaban de manera individual contra objetivos particulares, sino que en formaciones que sucesivamente avanzaban y se retiraban descargaban desde una distancia segura una lluvia de flechas sobre la formación enemiga en distintos puntos; buscando herir o matar al mayor número de enemigos al menor coste posible, hundiendo su moral y haciéndole perder la cohesión de sus unidades.
Para evitar la lluvia de flechas, los enemigos, ya «ablandados«, usualmente se separaban o buscaban refugio, rompiendo sus formaciones y, por lo tanto, haciéndolos más vulnerables a la carga de los lanceros armados con armaduras pesadas. Cuando consideraban que el enemigo estaba lo suficientemente debilitado, se daba la orden a los lanceros para que inicien su carga contra el enemigo para destruirle y provocar su huida. Evitaban el cuerpo a cuerpo, cuando el enemigo estaba rodeado, le abrían pasillos para facilitarle la huida, pues los mongoles conocían que un soldado que sabía que estaba rodeado lucharía hasta la muerte porque no tenía nada que perder.
Los mongoles preferían la persecución que bien podía durar hasta varios cientos de kilómetros, produciendo el mayor número de bajas enemigas con el menor costo.
Tcherge
Era una técnica que consistía en dejar pasar una carga de jinetes pesados enemigos, abrían las filas para dejarlos pasarla y cerrarlas bruscamente para impedir que recibiesen refuerzos, mientras que se rodeaba a las fuerzas que habían pasado en círculos que se iban estrechando progresivamente hasta su aniquilación.
Retirada fingida
Era una táctica de Gengis Kan, especialmente eficaz y que le gustaba usar. Consistía, en que en medio de una batalla, sus tropas se retiraban, fingiendo que habían sido derrotados. Esto creaba en las fuerzas enemigas una situación de desorganización y celebración de la presunta victoria. Rápidamente, se darían cuenta de que había caído en una trampa, al ver como destacamentos lanceros y arqueros a caballo daban media vuelta y les asediaban de nuevo, después de haber perdido la cohesión de sus unidades.
Superior movilidad
Los soldados mongoles eran mucho más ágiles que sus contemporáneos. Esto derivó en una mejor exploración del terreno y aprendizaje de rutas, una rápida asimilación del conocimiento local de cada territorio y el reconocimiento de los mejores lugares para situar trampas en el campo de batalla. La superior movilidad de los mongoles, junto con la velocidad de la caballería, dio lugar a una compleja y eficaz red de inteligencia y comunicaciones, que les permitía siempre contar con el campo de batalla a su favor. Se establecían puestos permanentes de postas (yams), colocados cada 35 km, esto permitía a los comandantes mongoles enviar mensajes a una distancia de cerca de 200 kilómetros diarios.
Las tropas de exploradores iban hasta 150 km delante de la fuerza principal para evitar emboscadas. Los mongoles establecían contacto con el enemigo a 70 km del grueso, estableciendo una fuerza de cobertura que iba proporcionando una fuente constante de información. Cada jinete mongol llevaba consigo varios caballos, por lo que podía cambiar de animal en cuanto este se cansaba, pudiendo recorrer en un día entre 80 a 110 km, algo impensable para los demás ejércitos de su tiempo. A veces los ejércitos mongoles se presentaban semanas antes de lo esperado por el enemigo, atacándoles por sorpresa.
Lo que es sorprendente acerca de los movimientos de combate se realizaban en un perfecto y siniestro silencio. Las instrucciones y órdenes se daban subiendo y bajando banderas blancas y negras, y por la noche con faroles y linternas. En el momento de la carga los mongoles golpeaban los “gran náccara” o tambores de guerra que eran transportados en camello. Al oírlo, todos los mongoles se lanzaban a la cargo gritando salvajemente.
Utilización de señuelos
Los mongoles crearon falsos guerreros a caballo, como cada soldado mongol tenía más de un caballo, dejaban que los prisioneros y los civiles montasen sus caballos con el fin de crear una falsa superioridad numérica, aterrorizando a los enemigos antes de la batalla; porque suponían que se enfrentan a un ejército muy numeroso y distraían al enemigo durante la batalla. También usaron ramas arrastradas por jinetes para levantar polvo, y simular el movimiento de grandes unidades. Otra táctica era levantar muchas tiendas de campaña o encender un gran número de hogueras para impresionar al enemigo.
Guerra psicológica
Gengis Kan utilizó con éxito la guerra psicológica en muchas de sus batallas, especialmente para sembrar el terror y el miedo en los pueblos y ciudades. Él siempre ofrecía a sus enemigos la oportunidad de rendirse y pagar tributo (él siempre promovía lo que llamaba la «rendición honorable de una ciudad«, pero si su oferta era rechazada, asaltaba y exterminaba la ciudad que rechazaba su oferta, dejando vivos a los ingenieros, si los había, para incorporarlos a su ejército, y dejaba unos pocos civiles vivos para dejarles marchar a las siguientes ciudades y contasen lo sucedido. Generalmente, los mongoles destruían a la primera ciudad que se resistiera durante una campaña para dejar un mensaje a las demás ciudades en su camino.
Si un poblado o ciudad se rendía pacíficamente, Gengis Kan lo dejaba intacto y les garantizaba protección, pues le podían proveer de recursos para futuras campañas. Lo peor ocurría si una ciudad se rendía y luego se rebelaba, porque entonces era asaltada, los hombres, mujeres y niños prisioneros se distribuían entre cada tuman, y se los decapitaba. Después las cabezas se colocaban en enormes pirámides, que servían como monumento a la crueldad mongola y servía de aviso a los enemigos.
Empleo de escudos humanos
Los mongoles no tenían reparos en usar civiles prisioneros como escudos humanos a los que denominaron kharash, colocándolos delante de su primera línea de caballería o delante de las fuerzas que asaltaban las murallas durante los asedios.
Técnicas de asedio
Los mongoles desconocían las técnicas de asedio. Los ingenieros para la construcción de las máquinas fueron reclutados entre los prisioneros, en su mayoría de China y Persia.
Las máquinas de asedio no eran desmontadas y transportadas para ser reconstruidas en el lugar de la batalla, como en los ejércitos europeos. Si no que la horda mongola viajaría con ingenieros calificados que construían las máquinas de asedio con materiales recogidos en la zona del asedio.
Logística de los mongoles
El sistema mongol de logística se destacaba por ser móvil y práctico. La mayoría de unidades eran autosuficientes a corto plazo. Los mongoles, por ser nómadas, dependían mucho de la tierra, razón por la cual asaltaban y robaban a los civiles y ciudades en su camino. Cada jinete mongol contaba con tres o cuatro caballos, para no cansarlos, y en su mayoría eran yeguas, de modo que podían subsistir a base de su leche cuando surgía la necesidad. En casos de extrema necesidad, el guerrero mongol era capaz de beber cierta cantidad de sangre de sus caballos. Esto le permitía viajar a gran velocidad, cambiando de montura muy a menudo. Cada guerrero era responsable de su propia alimentación y equipamiento, reduciendo el tamaño del suministro y eliminando la necesidad de montar un campamento. Aprovechaba al máximo la tierra, llevando consigo medios para cazar, pescar y recolectar, también llevaba pellejos herméticos que le servían para llevar agua, en caso de cruzar un río los usaban como flotadores, ya que no sabían nadar.
Durante la marcha, la comida más común de los mongoles era la carne seca o «Borts«, es un tipo de carne deshidratada cortada en largas tiras que se colgaban a secar en la sombra que todavía es común en la cocina de Mongolia hoy. Borts es ligero, fácil de transportar, puede durar años y se puede cocinar con agua. También se alimentaban de mijo
Cuando tenían que transportar equipo pesado, utilizaban carretas y vagones, muy bien organizados. El principal factor logístico que limitaba su avance era tener que encontrar suficiente agua y alimentos para sus animales. En todas las campañas, los soldados llevaban a sus familias consigo.