Edad Media Los primeros otomanos Guerras de los otomanos contra húngaros y valacos

Antecedentes

Mientras que Hungría estaba en un estado de caos y Segismundo intentaba consolidar su poder, el Imperio otomano ampliaba sus dominios y en 1389 derrotaba a Serbia, que era un vasallo de Hungría en la batalla de Kosovo. Serbia se convirtió en un vasallo otomano bajo el déspota Stefan Lazarevic.

El Imperio otomano se había convertido en una de las potencias más importantes de los Balcanes, amenazando a los restantes estados independientes de Europa central: Valaquia, Moldavia, el reino de Hungría, así como las colonias venecianas en el mar Egeo. Mircea de Valaquia previamente aseguró una alianza con varios príncipes karamánidas de Anatolia, que eran enemigos de Bayaceto (Bayezid) I. Sin embargo, Bayaceto a pesar de derrotar a karamánidas, tenía que planear y actuar cada acción cuidadosamente, puesto que tenía más enemigos que amigos entre la aristocracia turca musulmana. Su oportunidad llegó cuando los valacos y los húngaros invadieron los débiles estados del sur del Danubio, que eran vasallos de Bayaceto. Los valacos dirigidos por su voivoda Mircea cel Bătrân ocuparon el principado de Karvuna y la ciudad de Silistra aparentemente con el consentimiento de Ivan Shishman, mientras que los húngaros trataron de conquistar el despotato de Vidin. Estas acciones en las tierras de sus vasallos dieron a Bayaceto autoridad empezar a moverse.

Batalla de Karanovasa o de las Trincheras (1394)

En 1393, el Sultán expulsó a los valacos de Silistra y de Dobruja, y declaró que el reino de Turnovo (Turnovo Tsardom), era incapaz de defenderse por sí mismo, era ahora un vasallo (pashalik) otomano. El debía realizar un ataque final contra Valaquia para acabar con la amenaza.

En el otoño de 1394, después de una campaña de incursión a lo largo de la orilla derecha del Danubio, Bayaceto lanzó el ataque a Valaquia. Comandaba el ejército rumelio otomano y los ejércitos de sus vasallos balcánicos, la mayoría de los cuales eran búlgaros y serbios bajo el mando de Steban Lazarević, hijo del difunto príncipe serbio Lazar. Los ejércitos cruzaron el Danubio en Nicópolis, avanzando a lo largo del río Argeş con la intención de capturar Curtea de Argeş, la capital de Valaquia. Después de una semana de marcha en la que los constantes ataques de los valacos les causaron numerosas bajas, el ejército de Valaquia se encontró con el otomano el 10 de octubre. Los valacos tendieron una emboscada repentina desde los bosques, empujando lentamente a los otomanos a la orilla del río Argeş. Los combates más sangrientos tuvieron lugar alrededor del campamento otomano, reforzado con muros de tierra, empalizadas y zanjas (hendek en turco). Por lo tanto, el nombre con el que esta batalla aparece en crónicas serbias, como la batalla de las Trincheras (o de Karanovasa). Rodeados, los otomanos lograron resistir hasta el amanecer, cuando Bayaceto logró a duras penas escapar de la batalla, huyendo por el Danubio. Sin embargo, la mayoría de su ejército y el de sus vasallos perecieron, incluyendo al hijo de los reyes serbios, Marko Kraljević.

Curiosamente, los vasallos otomanos sufrieron más de la «ayuda» del sultán que de los valacos y húngaros. El reino de Turnovo no solamente cesó su existencia, sino que Ivan Shishman fue acusado de colaborar con el enemigo y ejecutado por orden del Sultán. Bayaceto pasó el invierno y la primavera en guerra en Anatolia con los príncipes selyúcidas, sitiando Constantinopla, y dejando las tierras al sur del Danubio en manos de Mircea, que entonces logró provocar una rebelión anti-otomana tan al sur como Rumelia.

Batalla de Rovine o de los Pantanos (1395)

Un ataque mucho mejor preparado, en el que participó todo el ejército otomano, así como la totalidad de los vasallos otomanos, fue iniciado por el sultán en mayo de 1395. Los documentos de la alianza firmados en Braşov el 7 de marzo entre Mircea y Segismundo de Luxemburgo, rey de Hungría, revelan que hacia 1395, una enorme concentración de fuerzas otomanas tuvo lugar en el sur de Dobruja. El ejército otomano lanzó un ataque bidireccional a través de Nicópolis, y vía Vidin-Craiova. Otro grupo del ejército otomano, encabezado por Vlad I de Valaquia, sobrino de Mircea, que estaba intentando tomar el trono con el apoyo turco, estaba invadiendo a lo largo del río Ialomiţa. Frente a una fuerza mucho mayor, Mircea aplicó tácticas de guerrilla y retrasó la confrontación directa con el ejército otomano hasta que recibió la ayuda de su aliado Segismundo.

La batalla probablemente tuvo lugar el 17 de mayo, posiblemente cerca del río Argeş, pero la ubicación exacta es objeto de disputada. El ejército otomano, que tenía unos 40.000 efectivos, se enfrentó a una fuerza mucho más pequeña de Valaquia y Hungría, que posiblemente tuvieran unos 10.000 efectivos. Cuenta la leyenda que en la víspera de la batalla, vestido como un emisario de la paz, Mircea habló con Bayaceto y le pidió que se fuera de Valaquia a cambio de un salvoconducto para regresar. El sultán habría insistido en la lucha.

Durante la batalla un papel táctico clave fue jugado por los arqueros de Valaquia que aniquilaron las filas del otomano durante su ataque inicial. Los vasallos de Bayaceto, el déspota Esteban Lazarević (que todavía era solo un gran príncipe) y Marko Mrnjavčević, el más poderoso señor feudal serbio, sufrieron la peor parte, muriendo Marko y su Andreja Mrnjavčević.

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Batalla de Rovine o de los Pantanos (1395). Los valacos empujan a los otomanos a su campamento. Autor Radu Oltean
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Batalla de Rovine o de los Pantanos (1395). Los jenízaros defendiendo el campamento otomano. Autor Paul Atanasiu

Una visión histórica alternativa es que la confrontación dramática no duró un solo día, sino una semana entera, siendo en la primera etapa una guerra de posiciones. La feroz batalla terminó con bajas extremadamente fuertes en ambos bandos, eventualmente cada ejército se retiró del campo de batalla. Aunque los valacos rechazaron al enemigo, los otomanos fueron capaces de defender mejor su nueva posición atrasada, confiando en la guardia personal del sultán compuesto de jenízaros.

El ejército de Mircea, sufrió fuertes bajas, y ante la imposibilidad de romper la defensa del campamento del Sultán, finalmente decidió a retirarse. Debido a que el Imperio otomano no fue capaz de conquistar Valaquia en este punto, Rovine sigue siendo una de las batallas más importantes de la historia rumana.

Batalla de Nicópolis o de Nigbolu (1396)

Antecedentes

En 1392, después de una incursión otomana grave, Segismundo rey de Hungría organizó un contraataque a gran escala. Se ordenó que participasen todos los nobles y además pidieron ayuda extranjera. Su ejército se vio reforzado por caballeros de Bohemia, Silesia y Austria. Incluso el cuñado de Segismundo, Ricardo II de Inglaterra, envió un notable contingente de caballeros. Este considerable ejército se encontró con el ejército del sultán Bayaceto I (el Rayo) en Keve. El sultán otomano evitó la batalla y se retiró. Segismundo le persiguió un rato, y luego regresó a Hungría. La campaña no trajo la solución al conflicto otomano, pero convenció a Segismundo y a los líderes cristianos que el Imperio otomano no era rival para un ejército de caballeros. Esta es la razón por Segismundo comenzó a organizar una gran cruzada internacional para aplastar el poder otomano.

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Avance otomano hacia el Danubio

En 1393, el gobernante de Bulgaria, Iván Shishman, perdió su capital (temporalmente) frente a los turcos, mientras su hermano Iván Sratsimir ayudó a la ciudad de Vidin pero fue reducido por un vasallo otomano. La frontera entre el Islam y el cristianismo se estaba acercando poco a poco hacia Hungría. El rey Segismundo de Hungría, decidió elaborar una estrategia para librar del peligro del ataque de los turcos a su reino. Por otra parte, la república de Venecia, también temerosa de que la presencia de los otomanos en los Balcanes redujese su control solo sobre el mar Adriático, se puso también a la disposición para la organización de una ofensiva contra los musulmanes.

En 1394 los otomanos expulsaron a Mircea el Viejo que era el voivoda de Valaquia y Segismundo condujo un ejército a Valaquia para expulsar al vasallo otomano Vlad y ayudar a Mircea para recuperar su principalato.

Este mismo año, el Papa Bonifacio IX proclamó una nueva cruzada contra los turcos, aunque en este tiempo el Cisma de Occidente había partido el Papado en dos, siendo rivales Aviñón y Roma. El Papa tuvo que esperar largo tiempo para proclamar la cruzada. Después de diversos llamamientos, Inglaterra y Francia, sumidas en la que se llamaría guerra de los Cien Años, pactaron una tregua y Ricardo II y Carlos VI financiaron la empresa. Los franceses negociaron con los húngaros, algo que llevaban haciendo ya desde 1393.

Marcha cruzada a Nicópolis

El plan original fue realizado por Juan de Gante, Luis de Orleans y Felipe de Borgoña, que partirían en 1395 para preparar la campaña, y los reyes Carlos y Ricardo les seguirían al año siguiente. Sin embargo, a comienzos de 1.396 los planes ya habían sido abandonados.

En vez de lo planeado, Juan de Nevers (Juan sin Miedo) heredero de Borgoña, tomó la iniciativa con aproximadamente 10.000 efectivos que incluía, un contingente inglés de unos 1.000 hombres mandados por Enguerrand VII de Coucy, las fuerzas francesas mandadas por el almirante Juan de Vienne y el condestable Felipe d’Artois conde d’Eau, el mariscal Boucicault, Juan de Maingre y fuerzas hospitalarias mandadas por el gran maestre Ruprecht Pfalzgraf. También se unieron unos 6.000 soldados llegados desde el Palatinado, Baviera y Núremberg. Mientras, Segismundo había reunido sus fuerzas que serían unos 10.000. Las fuerzas francesas salieron de Montbéliard en abril de 1396, llegando a Viena en mayo sin ningún contratiempo. Se reunió una flota de 70 barcos y barcazas con suministros que zarparon hacia Buda, seguidos por el ejército principal cruzado, que llegó a primeros de julio, y se reunieron con el rey Segismundo en Buda, reuniendo en total unos 25.000 efectivos.

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Avance cruzado a la ciudad de Nicópolis (1396).

A partir de aquí los cruzados avanzaron con Nicolás de Gara, condestable de Hungría, dirigiendo la vanguardia; detrás franceses y burgundios; y el rey Segismundo de Hungría, a retaguardia. Avanzaron por la orilla izquierda del Danubio hasta alcanzar Orçova a finales de agosto, continuando el avance por la margen derecha del Danubio. La flota de suministro continuó desde aquí con buques más pequeños.

A partir de aquí comenzó a haber problemas entre franceses y burgundios y la población ortodoxa que era vasalla de los otomanos.

Los cruzados llegan a Ro y la saquean, desde aquí probablemente realizaron un raid sobre Kozel, después siguieron hasta Vidín llegando a primeros de septiembre, conquistan la ciudad y masacran la guarnición otomana, desde aquí realizan otro raid sobre Belogradcik. Continuaron la marcha a Orjahovo, llegando días más tarde, la ciudad estaba fortificada y era un puerto fluvial muy importante, siendo asaltada y saquead, después de dejar una guarnición, llegaron por fin a Nicópolis el 9 de septiembre.

Una flota que se había reunido en el mar Negro bajo las órdenes del almirante veneciano Tomás Venecigo el 29 o 30 de agosto, inició el camino a Nicópolis (Niğbolu en turco, Nikopol  en búlgaro) llegando el 10 de septiembre.

También se unieron efectivos húngaros que habían realizado la marcha a través de los Cárpatos, entrando en Valaquia, aunque Mircea gobernante del principado de Valaquia era ortodoxo, participó en la cruzada aportando un contingente de soldados, que expulsaron al pro-otomano Vlad y tomaron la ciudad de Nicópolis Menor.

Los franceses y burgundios establecieron el campamento frente a la ciudadela, mientras que los húngaros y otros contingentes lo hicieron frente a la ciudad.

Asedio de Nicópolis

Se reunieron en total unos 25.000 efectivos cruzados, la ciudad estaba bien defendida y abastecida, y los cruzados no estaban pertrechados de máquinas de asedio, lo único que pudieron hacer fue fabricar escalas. El 12 de septiembre realizaron un asalto que fue un completo fracaso, así es que decidieron asediar la ciudad y esperar al ejército de Bayacid (Bayaceto), que se encontraba preparando el asedio de Constantinopla.

Bayaceto envió inmediatamente al general griego a su servicio Gazi Evrenos con un contingente de caballería ligera para reconocer las posiciones cristianas y al mismo tiempo ordenar a las fuerzas de los Balcanes que no atacasen a los cruzados a sino que se reuniesen en las ciudades de Edirne y Plovdiv, en esta última Stefan Lazarevic de Serbia, se reuniría con él. La zona de reunión de ambos ejércitos tuvo lugar en la ciudad de Kazanlak junto al río Tundzha, el 18 de septiembre el 20 cruzaron el paso de Shipka llegando a Tarnovo el 22 de septiembre. Allí una patrulla cruzada detectó al ejército otomano.

El 24 de septiembre llegaron a Nicópolis e instalaron el campamento al sur de la ciudad.

Despliegue inicial

Al amanecer del 25 de septiembre los combatientes comenzaron a organizarse bajo las banderas de sus líderes. Antes de que comenzara el combate, unos 1.000 prisioneros capturados en Rahova fueron ejecutados por los franceses sin ninguna razón. En este punto, Segismundo informó al almirante francés Jean de Nevers que sus exploradores habían avistado la vanguardia otomana, y pidió que la ofensiva fuese aplazada dos horas, hasta que sus exploradores hubiesen regresado con la información precisa sobre el número y la disposición del enemigo.

Segismundo convocó un consejo de guerra, donde él y Mircea el Viejo, príncipe de Valaquia, sugirieron un plan, en el que los soldados de a pie, con experiencia en batallas contra los turcos, se enviarían en el primer ataque para arrollar a la vanguardia turca. Mircea el Viejo era el único mando con experiencia que se había enfrentado y derrotado a los otomanos. El inglés Enguerrand VII de Coucy y el almirante Juan de Nevers estaban de acuerdo con Segismundo, pero el condestable Felipe d’Artois, conde d’Eau, afirmó que esta vanguardia no era digna de la atención de los caballeros y propuso que la vanguardia fuese constituida por franceses e ingleses, y atacar inmediatamente, esta opción fue apoyada por los caballeros más jóvenes. De Coucy hizo el famoso comentario “cuando la verdad no puede ser oída, la arrogancia impera”.

De esta forma las tropas cruzadas desplegaron con vanguardia, alas, cuerpo principal y retaguardia:

  • La vanguardia constituida por los caballeros ingleses y franceses mandada por el condestable Felipe d’Artois conde d’Eau, con Juan de Nevers (Juan sin Miedo) mandando los burgundios y de Coucy mandando los franceses e ingleses.
  • El cuerpo principal o centro mandado por el rey Segismundo y las tropas húngaras.
  • El ala izquierda mandada por el príncipe Mircea el Viejo, con los valacos.
  • El ala derecha mandada por Esteban II Lackovick con las fuerzas de Transilvania.
  • La retaguardia estaba mandada por Nicola de Gora con fuerzas de diversa procedencia, como alemanes, venecianos, navarros, castellanos, etc. con la misión de impedir un ataque desde la ciudad.

El sultán Bayacid (Bayaceto) apodado el Rayo, tenía unos 30.000 efectivos, se puede considerar más o menos igualados a las de los cruzados, y los desplegó la manera tradicional turca:

  • El ala izquierda mandada por su hijo Mustafá Çebeli con las fuerzas provinciales timarlı sipahis o timariots de Anatolia. Delante había una fuerza de cobertura de azab a caballo o akincis.
  • El centro mandado por el propio sultán, con las fuerzas profesionales o kapiculi. Los jenízaros tras una posición reforzada con estacas de tres metros, estaban en lo alto de una pequeña colina, delante como fuerza de cobertura tenía de dos líneas de arqueros a pie azab o hamidid. En segunda línea situó a los jinetes kapikuli (los Silahtars en el centro y los Ulufecis a sus costados y los Garips a ambos flancos).
  • El ala derecha estaba mandada por su otro hijo Suleyman Çebeli, y estaba formada por las tropas provinciales timarlı sipahis o timariots de Rumelia (los Balcanes) y las fuerzas de serbias vasallas de Esteban Lazarević. Delante había una fuerza de cobertura de azab a caballo o akincis.
  • La reserva a retaguardia del Sultán la componía los kapikuli sipahis.
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Batalla de Nicópolis 1396. Despliegue inicial

Desarrollo de la batalla

700 caballeros franceses y borgoñones que formaban la vanguardia estaban divididos en dos cuerpos de batalla, iniciaron la carga a los gritos de Viva San Dionis y Viva San Jorge. Cuando se acercaron a la posición central turca, fueron recibidos por una lluvia de flechas de los arqueros azabs o hamidids que formaban la cobertura de la posición, al mismo tiempo los akincis de las alas les atacaban por los flancos. Los hamidids fueron rebasados rápidamente e iniciaron la subida de la pendiente donde se encontraban la posición de los jenízaros que les recibieron con otra lluvia de flechas, cuando llegaron a la posición vieron las estacas que les impedían el paso.

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Batalla de Nicópolis 1396. Desarrollo de la batalla
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Batalla de Nicópolis (1396). Carga de la caballería francesa que formaba la vanguardia. Autor Christa Hook

Algunos caballeros desmontaron y empezaron a quitarlas, los jenízaros se lanzaron contra ellos; los franceses y borgoñones los derrotaron y consiguieron perforar la posición jenízara. Una vez rebasada la posición jenízara, de Coucy y de Vienne recomendaron hacer un alto y esperar refuerzos, antes de continuar el avance, pero los caballeros más jóvenes les impulsaron a seguir adelante. Los arcos compuestos turcos tenían menos potencia que los arcos largos ingleses y disparaban flechas más pequeñas, es muy posible que no pudiesen atravesar las armaduras de los caballeros cruzados.

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Jenízaro otomano contra un caballero cruzado posiblemente francés.

Cuando siguieron avanzando, se encontraron con la caballería kapikuli del Sultán, que los superaban en número, quedando completamente rodeados. Algunos caballos sin jinete consiguieron regresar solos al campamento.

Segismundo, que mandaba la segunda línea, viendo la situación desesperada de los franceses y borgoñones, mandó una carga general para rescatarlos.

Las alas cruzadas, la derecha de Lackovic con sus transilvanos y la izquierda de Mircea con sus valacos, atacaron. Consiguieron derrotar a los akencis que formaban la cobertura y chocaron con las fuerzas timariots, entablando combate con las fuerzas provinciales turcas de Rumelia y Anatolia respectivamente.

En el centro, Segismundo atacó las posiciones jenízaras que se habían vuelto a organizar, pero cuando rompió la formación jenízara, había llegado tarde.

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Batalla de Nicópolis (1398). Ataque de la división del rey Segismundo de Hungría, rompe la línea de infantería y se enfrenta a los kapikuli otomanos. Autor Christa Hook

En su desigual lucha los franceses y borgoñones habían sido totalmente derrotados. Juan de Vienne y Juan de Corrouges murieron, Juan I de Borgoña, Enguerrand VII, conde de Coucy, y Jean le Maingre, Juan Sin Miedo, Felipe d’Eu que eran la flor y nata del ejército francés, se rindieron y fueron hechos prisioneros.

Segismundo se encontró de frente con la caballería kapikuli turca y entabló combate con la misma, el combate estaba igualado hasta Esteban Lazarevic con sus serbios que se encontraban en el ala derecha, atacaron a los húngaros de flanco. Segismundo, al ver que las alas habían abandonado y su situación posición estaba comprometida, decidió replegarse.

Segismundo dio la orden de replegarse, Mircea con sus valacos se dirigió al Danubio para cruzar con los barcos de suministro valacos, y los transilvanos posiblemente se replegaron en dirección a Orsova a Transilvania.

Al principio el repliegue hacia el Danubio parece ser que se realizó con orden. En las orillas del Danubio había un bote de los caballeros hospitalarios que llevaron al rey al buque insignia del almirante veneciano Monicego. Cuando iba a desmontar para embarcarse, un grupo de jinetes otomanos se abalanzó sobre el rey, un soldado llamado Tutus Fey le salvó la vida.

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Batalla de Nicópolis (1398). Titus Fay salva a Segismundo de Hungría. Autor Ferenc Lohr

Muchos soldados, cuando vieron que el rey había huido, se precipitaron sobre las barcas, muchos de las cuales se hundieron por el sobrepeso, y otros intentaron cruzar el Danubio nadando, dado que la corriente estaba baja y había muchas islas. Unos se ahogaron y otros consiguieron alcanzar la orilla opuesta, incluidos algunos fugitivos de la vanguardia que según las crónicas se vieron obligados a cortar las puntas de sus poulaines con el fin de poder huir de los soldados otomanos.

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Batalla de Nicópolis (1398). Los cruzados intentando cruzar el Danubio y llegar hasta los barcos venecianos. Autor Radu Oltean
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Batalla de Nicópolis (1398). Los supervivientes cruzados intentan abordar los barcos venecianos en el Danubio, pero son rechazados por las bravas para evitar que el sobrepeso hundiese las naves. Autora Christa Hook

Secuelas de la batalla

Se desconoce el número de bajas en ambos bandos, pero debieron ser importantes en ambos bandos, los otomanos consiguieron más de 2.000 prisioneros y un cuantioso botín. El 26 de septiembre Bayaceto ordenó que los prisioneros fueran ejecutados como respuesta a los asesinados de Rahova; a los prisioneros más valiosos se les respetó la vida para obtener el rescate, fueron trasladados a Galípoli y, después de dos meses, a Bursa en la orilla asiática. Reclutó los prisioneros más jóvenes para su ejército; aquellos que pudieron escapar volvieron a sus casas, pero la mayoría vivieron empobrecidos.

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Batalla de Nicópolis (1396). Ejecución de prisioneros ordenada por Bayaceto. Autor Radu Oltean

También el Sultán estaba disgustado por las bajas recibidas, especialmente al principio de la batalla.

El rey Carlos VI de Francia se enteró de la derrota en Navidad, y pronto continuó su lucha contra Inglaterra en la guerra de los Cien Años.

Segismundo tomó el camino del retorno a su sede imperial por la ruta del mar Negro, sin pasar por el principado de Valaquia, sospechando que le habían traicionado. Al poco tiempo, los nobles húngaros aún descontentos se alzaron contra Segismundo en 1401 y en 1403, siendo derrotados en ambas ocasiones. Tras vencerlos, Segismundo continuó en el poder durante los cuarenta años siguientes sin ninguna clase de obstáculo sucesorio, conteniendo los ataques turcos otomanos, que ya realizaban incursiones en territorio magiar. De esta forma, el reino de Hungría siguió conteniendo los embates del expansivo Imperio otomano.

Valaquia siguió frenando expediciones de los otomanos como en 1397 y 1400. Mircea tomó ventaja para organizar una nueva campaña con ayuda del reino de Hungría contra los turcos.

Batalla de Smederevo (1440)

En 1440, el Imperio otomano intentó aprovechar las disputas entre Ladislao e Isabel y el sultán Murad II no dudó en enviar en abril de 1440 una fuerza a asediar la ciudad de Belgrado. Sin embargo, la fortaleza resistió y los otomanos tuvieron que levantar el sitio.

Al año siguiente, Ishak pachá, comandante turco de Smederevo decidió volver a atacar Belgrado, posiblemente confiado en que las defensas de la ciudad continuarían en mal estado después del asedio del año anterior. Juan Hunyadi era un militar que había participado en las guerras husitas, se encontraba al mando de la fortaleza y cuando recibió informes de que una fuerza otomana avanzaba contra Belgrado decidió atacar en campo abierto. Aunque las fuerzas otomanas superaban en número al ejército húngaro, Hunyadi explotó eficazmente la capacidad de la caballería pesada e hizo retirarse al ejército turco con muchas bajas.

Batalla de Marosszentimre o de Sibiu o Szeben (1441)

A comienzos de la primavera de 1442,  Murad II envió a Mezid bey con unos 17.000 efectivos a Transilvania con la intención de vengarse de la derrota anterior y saquear la región. Al ejército de Mesid bey se le unió Shehabbedin beyler bey de Rumelia. Sus fuerzas combinadas alcanzaron unos 25.000 efectivos, casi todos eran fuerzas provinciales, pero con algunos profesionales o kapikuli.

Juan Hunyadi se encontraba en Belgrado y tras reunir sus tropas marchó hacía Gyulafehérvár (actual Alba Lulia, Rumania) donde debía reunirse con las tropas de los nobles húngaros, pero estos acudieron con lentitud, lo que dificultó la tarea de Hunyadi de evitar el saqueo que estaba realizando Mezid bey. Los motivos de la lentitud eran las grandes distancias que debían recorrer las tropas y al tamaño del ejército otomano que con frecuencia derrotaba a los contingentes húngaros antes de que pudiesen concentrarse y formar un contingente potente.

Juan Hunyadi, consiguió reunir unos 10.000 efectivos húngaros, transilvanos, valacos e incluso jinetes polacos en Gyulafehérvar, e instigado por el obispo de Transilvania y se dispuso a atacar pese a la inferioridad numérica.

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Hunyadi y sus aliados principios del siglo XV. (1) Hunyadi Janos; (2) jinete ligero bosnio; (3) infante arquero griego Autor Angus McBride.

La vanguardia estaba mandada por el obispo György Lepes, que había sido el responsable del estallido de la revuelta campesina de Transilvania en 1437.

El 18 de marzo de 1441, la vanguardia húngara del obispo Lepes (2.000 efectivos) se enfrentaron con la vanguardia de Mesid cerca Marosszentimre (actual Sântimbru).

En la batalla de Marosszentimre la vanguardia húngara derrotó a la otomana y la persiguió por un valle circundado por colinas. Cuando las tropas húngaras se habían introducido lo suficiente en el valle, Mezid bey, ordenó a las tropas que estaban escondidas tras las colinas que atacasen por los flancos a los húngaros por lo que Hunyadi, en situación desesperada, tuvo que ordenar la retirada de sus tropas.

Los otomanos ganaron por la fuerza de los números y Hunyadi se vio obligado a retirarse, pero Mesid no persiguió a Hunyadi. El obispo Lepes fue hecho prisionero y mandado decapitar por Mesid.

Se desconoce las bajas en ambos mandos, pero fueron muy superiores en el bando húngaro.

Batalla de Gyulafehérvár (1442)

A pesar de las bajas de la batalla de Marosszentimre, Juan Hunyadi había podido mantener gran parte de su ejército y en la semana siguiente se unieron a él contingentes de tropas suficientes para que pudiera de nuevo lanzarse a la ofensiva. Gracias a la labor de sus espías se enteró de que Mezid bey había tenido conocimiento de las características de su armadura y vestidos y que había ofrecido una recompensa por su cabeza. Mezid bey había decidido su plan de batalla con la intención de capturar al líder húngaro. Juan Hunyadi, una vez conocidos los planes enemigos, aprovechó la oportunidad y planeó un ardid.

Pidió a uno de sus lugartenientes, de comprensión física parecida, llamado Simón Kemény, que llevase en la batalla su armadura con la intención de atraer a los otomanos hacia una emboscada.

El 25 de marzo de 1442 Hunyadi dividió sus fuerzas en dos. El cuerpo principal se trasladó al norte de Gyulafehérvár y estaba dirigido por Simón Kemény, con la armadura y estandarte de Juan Hunyadi. El segundo cuerpo, al mando de Juan Hunyadi, se ocultó en una zona de colinas más al oeste. La batalla de Gyulafehérvár comenzó con un ataque de la caballería ligera Szekler que atrajo a los otomanos hasta la posición de Simón Kemény. Los otomanos se lanzaron contra quien ellos creían que era el comandante húngaro, consiguiendo darle muerte, a pesar de que Juan Hunyadi había destinado 500 de sus mejores soldados para protegerlo.

Mientras las fuerzas otomanas atacaban al cuerpo principal, Juan Hunyadi condujo al resto de las tropas húngaras contra el flanco turco, lo que creó la confusión en el ejército de Mezid bey, el cual comenzó a huir. Hunyadi no desaprovechó la ocasión y ordenó a la caballería húngara que persiguiese al enemigo. Las tropas otomanas tuvieron un total de 15.000 bajas (entre los que se contaban Mezid Bey y su hijo) frente 3.000 húngaras (entre los que se encontraba el hermano menor de Juan Hunyadi)

Tras la batalla de Gyulafehérvár, Juan Hunyadi consiguió convencer a los voivodas de Valaquia y Moldavia que cambiasen su lealtad a favor del rey de Hungría.

Batalla de Vaskapu o de las Puertas de Hierro (1442)

El sultán Murad II no podía consentir perder influencia en los Balcanes, por lo que envió otro ejército de 80.000 soldados bajo el mando de Sahebaddin beyler bey. En junio el ejército otomano llegó hasta Valaquia lleno de confianza y comenzó a saquear el territorio valaco sin tener pérdidas significativas. Tras esquilmar Valaquia, el ejército turco se dirigió a Transilvania.

Cuando Juan Hunyadi conoció la noticia ordenó al ejército húngaro que se concentrase, reuniendo a principios de julio cerca de 15.000 soldados. Para solventar la inferioridad numérica, Hunyadi decidió dar batalla en un lugar angosto donde el ejército otomano no pudiera desplegarse correctamente ni pudiera flanquearlo. El lugar elegido fue la entrada a las Puertas de Hierro.

Sahedabbin beyler bey desplegó a su ejército de la forma tradicional, las tropas profesionales o kapikuli en el centro, los jenízaros delante y detrás los jinetes; en las alas las tamariots precedidos de los akincis.

Hunyadi dispuso a la infantería en el centro, delante de la infantería colocó a la caballería pesada, dividida en tres bloques. En los flancos, colocó a la caballería ligera y detrás de la caballería ligera situó carros de guerra en los que había arqueros, tropas ligeras con picas y artillería.

Juan Hunyadi inició la batalla de Vaskapu (también conocida como batalla de las Puertas de Hierro) con un ataque de la caballería contra el centro otomano. Los jenízaros, a pesar de sufrir grandes bajas, resistieron el ataque húngaro y los timariots empezaron a hacer retroceder a la caballería ligera en las alas.

Sahedabbin beyler bey ordenó a los timariots que atacasen a la caballería pesada por el flanco, por lo que Juan Hunyadi dándose cuenta del peligro hizo retroceder a la caballería pesada para que se reagrupase tras los carros de guerra. Al llegar las tropas turcas contra los carros de guerra sufrieron una total derrota y empezaron a replegarse, lo que fue aprovechado por Hunyadi para contraatacar con la caballería pesada y la infantería que cargó contra el centro turco. Comenzó a cundir el pánico entre el ejército otomano y las tropas huían en desbandada, pero la caballería húngara actuó con eficacia y solamente la mitad de las tropas otomanas pudieron rebasar el Danubio y escapar de los húngaros.

Batalla de Kunovica (1443)

Tras estas victorias, el Papa Eugenio IV envió al cardenal Giuliano Cesarini a Hungría con el objetivo de poner en marcha una cruzada que terminase con la amenaza de los otomanos. A principios de 1443, Ladislao III obtuvo el apoyo de Durađ Branković, el déspota serbio, quien pretendía aprovechar el éxito de Hunyadi frente a los otomanos para liberar a su país del sometimiento turco. El déspota aseguró a Ladislao que el sultán tendría problemas en Anatolia y en Morea.

Se intentó que los reinos cristianos occidentales apoyaran la cruzada, pero apenas obtuvo respuesta. Federico III de Habsburgo negó su participación en referencia a la amenaza de Bohemia y Suiza contra su imperio; Francia e Inglaterra seguían enfrentados en la guerra de los Cien Años; Castilla y Aragón sufrían un periodo de luchas intestinas, mientras que Italia se encontraba fragmentada y los distintos estados enfrentados entre sí. Sin embargo, se cree que un importante contingente de caballeros franceses y alemanes apoyó la cruzada y participaron a título personal.

El 22 de julio de 1443, el rey Ladislao decidió iniciar la campaña y dejó Buda con un ejército de 35.000 soldados. La mayoría de las tropas fue aportada por Juan Hunyadi y Nicolás Újlaki. El plan de campaña era similar a la cruzada de Nicópolis de 1396. Juan Hunyadi se puso en vanguardia y dirigió la logística de la campaña. Hunyadi estaba situado a un día de distancia del cuerpo de Ladislao. Después de ocupar Nis (3 de noviembre de 1443), Hunyadi, recibió la noticia de la aproximación de tres ejércitos otomanos desde tres direcciones diferentes. Hunyadi decidió enfrentarse a cada ejército por separado.

Ishak pachá (al que había derrotado en 1.441) llegaba desde el norte, la segunda fuerza turca llegaba desde Sofía y la tercera fuerza llegaba desde el sur. En  Leskovac (Serbia). Hunyadi se enfrentó primero a las fuerzas de Ishak pachá, al que obligó a retirarse. Después se volvió hacia el este y venció a la segunda fuerza. Por último venció a la fuerza que avanzaba desde el sur.

Tras vencer a las tres fuerzas, supo que un nuevo ejército otomano se dirigía contra la posición de Ladislao. Las fuerzas otomanas, dirigidas por Kasim pachá, no esperaban la participación de las tropas de Hunyadi en la batalla y el ataque inesperado de la caballería pesada hizo huir a los turcos.

Estas batallas tuvieron lugar en noviembre, sin embargo, el ejército húngaro no llegó hasta los pasos montañosos, que se deben cruzar para llegar a Edirne, hasta mitad de diciembre. La lentitud de la marcha dio tiempo a Murad II para que transportase tropas desde Anatolia hasta Rumelia y estableció su cuartel general en Filipópolis (actual Plovdiv, Serbia). Las tropas de infantería turca ocuparon los pasos de montaña y los húngaros fracasaron al intentar atravesar los pasos de Zlatica. Lo angosto del camino impedía explotar la capacidad de la caballería pesada y el mal tiempo dificultaba la logística.

Ante la imposibilidad de poder cruzar los pasos de montaña, el rey Ladislao decidió ordenar la retirada del ejército. Juan Hunyadi era consciente de que el Sultán intentaría perseguir al ejército húngaro en su retirada, por lo que ideó un plan. Dejó la retaguardia dirigida por Brankovic, con la misión de atraer a las fuerzas otomanas. Los turcos reaccionaron como Hunyadi había intuido y Kasin pachá fue enviado por Murad II para perseguir la retaguardia húngara.

Al mismo tiempo que esto ocurría, Juan Hunyadi colocó a la caballería polaca entre los densos bosques que rodeaban el campo de batalla y el resto del ejército, preparado para la batalla frente al avance enemigo. Cuando la retaguardia llegó pudo pasar entre el resto del ejército que inmediatamente después cargó contra los turcos. Si los turcos ya estaban desorganizados ante este contraataque inesperado, cuando aparecieron los caballeros polacos desde los flancos comenzaron a huir en desbandada hacia las montañas. La batalla de Kunovica, que tuvo lugar el 25 de diciembre de 1443, terminó con la victoria húngara, pero el ejército ya no era capaz de sostener una campaña ofensiva; por lo que Ladislao, que había sido levemente herido, ordenó el regreso del ejército a sus bases húngaras donde llegaron en febrero de 1444.

Tras esta campaña, Murad II se vio obligado a aceptar una tregua de diez años, la conocida como la «Paz de Szeged«, entre Hungría y el Imperio otomano. En el tratado el delegado otomano declaró que el sultán devolvería el territorio y las fortalezas ocupadas, en Valaquia y Serbia, si las fuerzas húngaras no intervenían en territorio otomano. Con esta tregua, Durad Brankovic consiguió varias fortalezas en Serbia y Hungría recuperó un estado tapón sólido en su frontera sur. Esto ofreció a Hungría la oportunidad de estabilizar los conflictos internos y regenerarse después de la continua lucha contra los turcos.

Batalla de Varna (1444)

Antecedentes

Juan Hunyadi recibió parabienes de toda Europa por el éxito de la campaña y volvió a considerarse la organización de una nueva cruzada, a pesar de la tregua que había en vigor. Sin embargo, hubo oposición a una nueva guerra. La nobleza polaca tenía preocupaciones acerca de la ausencia de su rey de Polonia y algunos de los nobles húngaros sostenían que esta nueva campaña llegaba demasiado pronto y el país no estaba preparado para apoyar la nueva ofensiva.

El cardenal Julián Cesarini asistió a la Dieta en Buda, en abril de 1444 y elaboró un ambicioso plan que integraba a varias naciones. Se levantaría un ejército cruzado que seguiría el curso del Danubio, mientras una flota veneciana impediría el tránsito de soldados turcos de Anatolia a Europa y los griegos realizarían ataques de distracción en el Peloponeso. Los cristianos aniquilarían a los turcos que estaban en Europa salvando Constantinopla y llegando a evaluarse la “liberación” de Jerusalén.

Los planes pronto empezaron a desmoronarse. Juan VIII Paleólogo intuyó que no era lo más adecuado apoyar la cruzada y Durađ Branković, cuya hija se había casado con el Sultán, pensó que tendría más ganancias por la vía de la diplomacia que por las armas. Ambos instaron a Skanderbeg que los albaneses tampoco apoyaran la cruzada. Sin embargo, el cardenal Cesarini persuadió a Ladislao I de que un juramento prestado a un musulmán carecía de valor y cuando una delegación turca llegó a Szeged para ratificar la tregua, el rey exclamó que había decidido: “obligar a la infiel secta de Mahoma a retroceder al otro lado del mar”.

El rey Ladislao comenzó los preparativos para una nueva cruzada y atravesó el Danubio y comenzó a moverse hacia el sur en septiembre de 1444.

El ejército cruzado que atravesó el Danubio en Orşova constaba de 6.000 húngaros, 4.000 polacos y 1.000 cruzados occidentales reclutados por el cardenal Julián Cesarini. Juan Hunyadi se unió al contingente con 5.000 soldados y Mircea II de Valaquia con 4.000. En total, las fuerzas cruzadas ascendían a 20.000 soldados, lo que parecen unas fuerzas algo escasas para expulsar a los otomanos de Europa.

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Campañas de Hunyadi 1944-56 contra los otomanos

El príncipe valaco Vlad que acompañaba la expedición hizo referencia al reducido tamaño del ejército cristiano y advirtió al rey Ladislao I de Hungría de que incluso la partida de caza del sultán contaba con más hombres que el ejército cruzado.

El plan de operaciones pretendía evitar los desfiladeros y pasos de montaña que habían detenido al ejército en la Campaña Larga y tenía como objetivo avanzar a lo largo del Danubio hasta Varna, desde donde se dirigirían por la costa del mar Negro hacía Edirne.

El ejército cruzado ocupó varios pequeños castillos y fortalezas a lo largo de su marcha y el 6 de noviembre se encontraban a 30 km de Varna. Juan Hunyadi recibió allí la noticia de que no se había podido evitar que las fuerzas otomanas cruzaran de Anatolia a Europa, Murad II consiguió incluso sobornar a los genoveses para que transportaran a su ejército a Europa.

El 9 de noviembre, un gran ejército otomano de unos 60.000 efectivos se aproximó a Varna desde el oeste, se habían reunido en Provadia y avanzaron hasta establecer el campamento al oeste de Varna.

Los cruzados celebraron un consejo militar y el cardenal Cesarini insistió en una rápida retirada. Los cruzados estaban encajonados entre el mar Negro, el lago de Varna, y el enemigo, Juan Hunyadi aconsejó a Ladislao permanecer cerca de Varna en posiciones defensivas, usando los carros de guerra hasta que llegara la flota cristiana.

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Batalla de Varna (1444). Consejo de guerra antes de la batalla. Ladislao III Varnenchik reúne a sus mandos la noche antes de la batalla, al que asiste el cardenal Cesarini. Autor Peter Stanimirov

Despliegue inicial

En la mañana del 10 de noviembre de 1444, ambos ejércitos desplegaron frente a frente, Juan Hunyadi, conocedor de que contaba con una desventaja de 4 a 1, pretendió equilibrar su desventaja eligiendo el terreno favorable, desplegó en forma de arco entre el lago de Varna y la meseta de Frangen; el frente cubría unos 3,5 km de longitud:

  • El ala derecha estaba apoyado en el mar, y lo componían 6.500 hombres organizados en cinco estandartes. El obispo Han Domenik de Varadin, con su estandarte personal, lideraba esta fuerza; Cesarini comandaba un estandarte de mercenarios alemanes y bosnios. El obispo de Eger mandaba su propio estandarte, y el gobernante militar de Eslavonia, Franco Talotsi, se hallaba al frente del estandarte croata. Detrás, cerca del mar, se habían colocado los carros de guerra tipo husita, defendidos por unos 300 a 600 checos y rutenios bajo el mando de Ceyka. Cada carro tenía entre 7 y 10 hombres y estaba equipado con bombardas.
  • El ala izquierda, se apoyaba en el lago Varna, tenía unos de 5.000 efectivos en cinco estandartes, y estaba mandado por Miguel Szilágyi, cuñado de Hunyadi, lo formaban mercenarios transilvanos, búlgaros y alemanes de Hunyadi, así como estandartes de la alta nobleza húngara.
  • El centro estaba mandado por Hunyadi, disponía de 3.500 efectivos en dos estandartes, mercenarios reales y la nobleza húngara. El rey Ladislao I con los guardaespaldas se encontraba a retaguardia.
  • La reserva estaba mandado por el rey valaco Mircea II y sus 4.000 jinetes, Hunyadi no confiaba demasiado en los valacos por lo que los puso en esta posición.

Murad II desplegó a su ejército en la forma tradicional otomana.

  • El centro situó las fuerzas profesionales o kapikuli ocuparon en centro, mandadas directamente por el sultán; delante los jenízaros que cavaron zanjas y colocaron empalizadas, detrás los jinetes kapikuli y los kapikuli sipahis como reserva.  
  • El ala izquierda con las fuerzas provinciales de Anatolia y aliados árabes mandados por Karadzha pasha. Situó los akincis y camelleros árabes en como cobertura, situó la infantería azab delante y los jinetes timariots detrás.
  • El ala derecha las fuerzas provinciales de Rumelia y vasallos europeos, mandado por Dawud pasha, Situó los akincis como cobertura, situó la infantería azab delante y los jinetes timariots detrás.

Mandó ocupar la meseta de  Frangen con fuerzas akincis. Murad II mandó levantar su tienda en lo alto de una colina y junto a ella había clavada una lanza donde estaba insertado el tratado roto por los húngaros.

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Batalla de Varna (1444). Despliegue inicial

Desarrollo de la batalla

Justo antes de comenzar la batalla se levantó un gran vendaval que derribó todos los estandartes cristianos, excepto el del rey, lo que fue interpretado como un mal augurio por los cristianos.

Hunyadi esperaba que los turcos comenzaran la batalla. Los turcos realizaron sendos ataques con los akincis por ambas alas, con el fin de traerlos. En el flanco derecho cruzado los otomanos comenzaron con un ataque de los akincis y árabes en camellos se acercaron al ala derecha cruzada y lanzaron una lluvia de flechas. Talótci mandó a sus soldados croatas a permanecer en la formación, pero los obispos Eger y Várad perdieron los estribos por el acoso continuo y mandaron cargar a sus unidades, se les unió el cardenal Cesarini.

Los jinetes ligeros turcos no podían hacer frente a la caballería pesada cruzada, y se replegaron de tras de la infantería azab, atrayendo a los obispos hacia los timarots o caballería provincial de Anatolia, que los atacaron de flanco y retaguardia, destruyéndolos. Muchos de los jinetes emboscados trataron de escapar a la pequeña fortaleza de Gálata, en la otra orilla de la bahía de Varna, muriendo muchos en los pantanos alrededor del lago, donde también cayó el enviado del Papa, el cardenal Cesarini. Con los pocos efectivos que quedaban en el flanco, Talótsi comprendió que no podía resistir la presión otomana y se retiró al refugio de los carros de guerra husitas.

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Batalla de Varna 1.444. Primera fase ataque del ala derecha cruzada

Murad mandó atacar las dos alas al mismo tiempo, pero fueron rechazados por la caballería pesada de los cruzados y por fuego de artillería.

Decidió enviar a los kapikuli para que reforzaran su ala izquierda. Mientras estaban atacando los carros, Hunyadi decidió atacarlos de flanco con la fuerza de reserva, los kapikuli y los tamariots fueron derrotados, su comandante Karadzha pachá murió y sus tropas fueron dispersadas. Los valacos se dirigieron a saquear el campamento otomano, y después de haber conseguido el botín, abandonaron la batalla. El resto de las fuerzas persiguieron a los desperdigados jinetes del ala izquierda turca hasta que abandonaron el campo de batalla, algunos de ellos alcanzaron el río  Kamchiya que estaba a unos 30 km, otros se refugiaron detrás de los jenízaros.

Mientras tanto, Szilágyi y el ala izquierda cruzada, cargó contra el ala derecha turca provincial de Rumelia, que había sido reforzada con jinetes kapikuli. Los timariots tenían poco espacio para la maniobra y no pudieron aguantar la carga de la caballería pesada cruzada, apoyada desde el flanco con parte de la caballería pesada de Hunyadi del centro. Aunque Szilágyi no consiguió romper su formación, obligó a las fuerzas turcas de Dawud pasha a retirarse, siendo empujadas lejos del campo de batalla.

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Batalla de Varna (1444). Carga de Szilágyi contra el ala derecha otomana.
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Batalla de Varna (1444). Fase Final

Murad II viendo todos sus esfuerzos frustrados, creyó llegado el momento de retirarse. Hunyadi tenía sus fuerzas dispersadas y decidió reorganizarlas y reforzar el flanco izquierdo, y se fue a inspeccionar el flanco izquierdo.

El rey Ladislao de Hungría, convencido de que la batalla estaba ganada sin que él hubiese participado, aprovechando que Juan Hunyadi no se encontraba en el puesto de mando, ya que había ido a comprobar el estado del flanco izquierdo; algunos caballeros polacos, próximos al rey, urgieron al monarca a que ganase algo de gloria para sí.

El Rey se puso al frente de 500 de sus caballeros y cargó contra el centro otomano, intentando hacer prisionero a Murad, se abalanzó contra los jenízaros, consiguiendo romper su formación, pero siendo rodeado por estos. Hunyadi cuando vio a Ladislao entre los jenízaros intentó rescatarlo, pero al poco tiempo la cabeza del Rey, con su casco de plata aún puesto, coronaba la punta de una lanza turca. Tras la muerte del Rey, la desmoralizada caballería polaca fue aplastada por los otomanos.

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Batalla de Varna (1444). La carga final del rey húngaro Ladislao con 500 jinetes, siendo muerto durante la misma. Autor Jan Matejko

A su regreso, Hunyadi trató frenéticamente de rescatar el cuerpo del Rey, pero todo lo que pudo hacer fue organizar la retirada del resto del ejército. El ejército otomano estaba tan destrozado que fueron incapaces de perseguir al ejército cristiano y continuar la campaña en la Europa Central. Los infantes fueron dejados atrás y se refugiaron en los carros, fueron asaltados al día siguiente. Muchos de los prisioneros europeos fueron asesinados o vendidos como esclavos.

Secuelas de la batalla

Las consecuencias de la batalla fueron graves, los cruzados sufrieron de 11.000 a 13.000 bajas, los otomanos perdieron de 15.000 a 20.000 soldados,  mientras que la mitad de los cruzados no regresó a Hungría. Políticamente, los otomanos se aseguraron el dominio de los Balcanes y Constantinopla quedó a merced de los otomanos.

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Batalla de Varna (1444). El rey Ladislao muerto en la batalla. Autor Stanisław Chlebowski

Estratégicamente, la campaña había fracasado en el momento en que las tropas turcas pudieron atravesar los estrechos y los griegos y albaneses no quisieron participar, incluso a pesar de ello solamente la imprudencia de Ladislao I pudo evitar que Juan Hunyadi consiguiera la victoria en Varna.

Batalla de Rigómezői o Segunda de Kosovo (1448)

Los otomanos habían invadido Albania, lo que junto con las incursiones turcas obligaron a Juan Hunyadi a iniciar una nueva campaña. Juan Hunyadi quiso unirse a al ejército albano de Skanderbeg, para juntos poder derrotar al sultán otomano.

Sin embargo, el déspota serbio Durad Brankovic informó a Murad de los movimientos húngaros. Hunyadi reunió su ejército de unos 20.000 efectivos y se dirigió a Kovin, a las afueras de la capital serbia de Smederevo (Belgrado). Durante un mes completo de los húngaros se asentaron allí a la espera de los cruzados alemanes, valacos y bohemios se unieran. Cuando hubo reunido los efectivos unos 30.000 en total, cruzó el Danubio del día 28 de septiembre y se dirigió hacia el sur.

Los cruzados penetraron en Serbia saqueando y quemando a su paso. El déspota serbio Đurađ Branković, dio la orden explícita de dejarles el paso libre, negándose a realizar acciones. Sin embargo, no solo informó al sultán Murad II del avance de los cruzados, sino que también le dio asesoramiento estratégico táctico respecto a la mejor manera de derrotar a los cruzados, un plan que los otomanos siguieron.

La idea era dejar que los europeos avanzaran profundamente en territorio serbio, muy lejos de su tierra natal y después cortar sus vías de suministro, y cerrarles el paso por todos lados y capturarlos.

Cuando Juan Hunyadi llegó a Rigómezői (actual Kosovo Polje) desconocía que los turcos se estaban acercando desde el sur y desde el este. Decidió establecer un campamento fortificado en Pristina, donde esperaría la llegada de Skanderbeg y sus albanos. Sin embargo, fue el ejército otomano el que primero llegó a Rigómezői.

El ejército otomano tenía entre 40.000 y 60.000 efectivos, superaba al húngaro en una proporción 2 a 1,  por lo que Hunyadi estableció a sus tropas en lo alto de una colina con los carros de guerra tipo husita alrededor. Murad II intentó hacer abandonar al ejército húngaro la posición defensiva que había adoptado, llevando a cabo una lenta retirada, devastando los alrededores para que no pudiese forrajear ni abastecerse.

Hunyadi no podía permanecer mucho tiempo a la defensiva por lo que tuvo que presentar batalla. Colocó a la caballería pesada en el centro bajo su mando y a la caballería ligera en las alas, a la derecha los valacos unos 8.000. Tras la caballería colocó a los carros de guerra con la artillería y la infantería. Y a retaguardia una reserva.

Los turcos desplegaron de la manera tradicional: con el ejército profesional o kapikuli en el centro, con los jenízaros delante y los jinetes kapikuli detrás; en el ala izquierda las tropas de Anatolia mandadas por el sucesor del sultán Mehmed; y en ala derecha las tropas de Rumelia y vasallos europeos.

Batalla el primer día

La batalla comenzó con un ataque de la caballería ligera húngara a ambas alas del ejército otomano, la batalla estuvo indecisa hasta que los jinetes akincis reforzaron las alas, haciendo retroceder a los cruzados a sus posiciones iniciales.

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Batalla de Rigómezői o Segunda de Kosovo (1448).

Hunyadi encabezó una carga con la caballería pesada atacando a los jenízaros, pero fueron rechazados por la artillería y por las defensas jenízaras.

La suerte de la batalla cambió varias veces de lado, pero al final del día no había ningún resultado claro, ambos habían empleado las reservas.

Ya anocheciendo, Juan Hunyadi, lanzó un último ataque contra el centro otomano, pero Murad II movilizó los kapikuli y los atacantes fueron rechazados.

Batalla el segundo día

A la mañana siguiente Juan Hunyadi ordenó a su ala izquierda reforzada con caballería pesada atacar a la caballería de Anatolia en el ala derecha turca. El ala otomana no pudo contener el ataque, comenzando a retroceder. Mientras tanto, Hunyadi dirigió una carga en la que participaron arcabuceros alemanes y bohemios con la caballería pesada contra el centro de las tropas otomanas. Los cuerpos de jenízaros no pudieron contenerlos y la caballería pesada avanzó por el centro otomano, siendo detenidos por los carros de guerra otomanos. Estos habían fundado cuerpo militar especial para usar carros de guerra tipo husita llamados Tabur Arabacıları Ocagi, que habían copiado de los húngaros.

El Sultán mandó a parte de sus kapikuli atacarlos, y al mismo tiempo, los jenízaros reorganizaron sus líneas y les hicieron retroceder. Entonces Murad II envió a los sipahis contra el flanco izquierdo húngaro. Hunyadi, que dirigía las fuerzas que atacaban el centro, no tuvo constancia de lo que sucedía en su ala izquierda ni en su retaguardia; no pudo reorganizar sus tropas y las tropas húngaras quedaron aisladas en grupos. Los valacos cambiaron de bando en el momento decisivo, Hunyadi dio la orden de retirada, hacia el campamento al refugio de los carros. Muchos nobles murieron durante la retirada, el mismo Hunyadi estuvo a punto de perder la vida.

Durante la noche, los infantes arqueros turcos dispararon flechas contra los húngaros, estos respondieron con fuego de cañones.

Al día siguiente, un asalto final aniquilado totalmente el ejército húngaro restante.

Secuelas de la batalla

En la batalla los cruzados perdieron unos 17.000 hombres, los otomanos sufrieron unas 30.000 bajas y posiblemente el alto número de bajas fue lo que empujó a Murad II no ordenar la persecución del ejército húngaro. Además, de regreso a Hungría, Hunyadi fue detenido y encarcelado por el déspota de Serbia, teniendo que pagar un rescate de 100.000 florines, así como las fortalezas serbias que se hallaban bajo control húngaro.

Políticamente, la batalla de Rigómezői o Segunda de Kosovo tuvo, tuvo consecuencias políticas para Juan Hunyadi. Aunque continuó ejerciendo el cargo de regente de Hungría, la derrota en la batalla le costó el apoyo de muchos nobles y además perdió influencia en la esfera militar.

Al regresar a casa, se fijó como meta el reforzar el poder central en Hungría, así como la unificación de los ejércitos regionales, teniendo como uno de sus más cercanos colaboradores a Juan Vitéz, el obispo de Varad.

En 1480, Kinizsi levantó Serbia y fue varias veces derrotado por el bey Ali Kodsha. La batalla Breadfield fue una gran victoria psicológica para los húngaros, y como resultado, los turcos otomanos no atacaron el sur de Hungría y Transilvania durante muchos años.

Entrada creada originalmente por Arre caballo! el 2017-08-19. Última modificacion 2022-06-17.
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