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Antecedentes
Los Pueblos del Mar es la denominación con la que se conoce a un grupo de pueblos de la Edad del Bronce que migraron hacia Oriente Próximo durante el 1200 y el 900 AC. Convirtieron al Mediterráneo Oriental en el sangriento escenario de una masacre, perpetrada por inmigrantes que llegaban a millares en oleadas sucesivas. Estos pueblos eran independientes unos de otros, aunque se coaligaban para atacar objetivos importantes, como Micenas, Egipto, Cannaan, y el Imperio hitita. Esta época es lo que se conoce como la Edad Oscura.
Existen diferentes motivos o factores que tuvieron lugar para el desencadenamiento de estas invasiones:
- La invasión de los dorios (1200 AC) que eran mucho más toscos y bárbaros que los habitantes de Grecia; pero que poseían hierro en gran cantidad; lo extrajeron hasta de las laderas de las montañas epirotas y macedonias a medida que avanzaban hacia el Sur en su marcha de conquista, y con él se proveyeron de armas contra las cuales las armas de bronce de los aqueos podían bien poco. Eran altos, de cráneo redondo y ojos azules, de un valor y una ignorancia a toda prueba. Se trataba, ciertamente, de una raza nórdica.
- La guerra de Troya (1200-1190 AC) que se puede considerar la primera guerra mundial de la antigüedad. Los aqueos se desgastaron durante diez años para conseguir derrotar a Troya. El ejército sitiador (130.000 hombres incluyeron beocios, focenses, atenienses, micénicos, cretenses, etc.) el ejército sitiado (troyanos, frigios, tesalianos, tracios). Total que el final, esta guerra debilitó a todos los imperios y pueblos y provocó cientos de miles de desplazados. El caos provocó que florecientes civilizaciones se lanzaran a la piratería y el bandidaje como único medio de subsistencia. Eran pueblos navales, por lo que, con sus tierras destruidas por los diez años de guerra, el mar se convirtió en su nuevo hogar. Los ataques provocaron más ruina y caos, como una bola de nieve rodando cuesta abajo. Los griegos micénicos quedaron debilitados de tal modo, que sucumbieron a la presión doria. Con lo que nuevos contingentes de desesperados que nada tenían, se unieron a la bola de nieve que tras destruir toda la costa turca y Siria, entonces se dedicaba a atacar el Imperio hitita, que se encontraba entre estos pueblos y los asirios, y al poco tiempo sucumbió, siendo despedazado.
- Un cambio meteorológico en la zona y que habría producido que los pueblos agrícolas pasaran hambre y buscasen nuevas tierras para asentarse.
- La erupción del volcán Hekla (Islandia) que arrojó una impresionante nube de cenizas al aire, impidiendo la llegada de luz solar al suelo. Resintiendo la producción ganadera y agrícola, en consecuencia, los pueblos hambrientos se dirigieron a los países ricos para saquearlos
Las distintas tribus o pueblos que aparecen en estos textos son los siguientes:
- Peleset o filisteos procedentes de los Balcanes. También eran llamados captorim o gente procedente de Captor (Creta), aunque es posible que fueron los que se adueñaron de la isla, y la hicieron su base de operaciones.
- Tjeker o teucros procedentes de la zona de Cilicia en Anatolia, su capital era Tarhuntassa y Olbe-Ura su principal puerto. Son representados con el gorro con plumas, una armadura de cuero laminado pegado al cuerpo y una falda parecida a la de los peleset o filisteos
- Shekelesh relacionados con Sicilia. Otras fuentes que procedía de Salagasos en Pisidiorntre la provincia hitita de Tarhuntassa y Lukka.
- Denyen procedentes de Anatolia.
- Ekwesh procedentes del mar Egeo.
- Weshesh que podrían estar relacionados con los troyanos. Otras fuentes los relacionan con los oscos en Italia
- Sherden o sardana se supone procedentes de Sardis en el Cáucaso (otras fuentes dicen de Sardinia, Italia). Se caracterizaban por tener un casco con dos cuernos y un disco en medio.
- Lukka de la zona de Licia.
- Teresh o tursha procedían de Anatolia. También se los relacionan con Tarsis (capital de los tartessos).
Destrucción del Imperio hitita
Hattusili III rey de Hatti, después de una breve guerra civil, y n respuesta a la creciente anexión asiria del territorio hitita; concluyó una paz y alianza con Ramsés II, también temeroso de Asiria, presentando la mano de su hija en matrimonio al faraón. El tratado de Kadesh, uno de los tratados más antiguos que han sobrevivido completamente en la historia, fijó sus límites mutuos en el sur de Canaán y fue firmado en el año 21 de Ramsés (1258 AC). Los términos de este tratado incluían el matrimonio de una princesa hitita con Ramsés.
El hijo de Hattusili, Tudhaliya IV (1237-1209 AC), fue el último rey hitita fuerte capaz de mantener a los asirios fuera del corazón hitita al menos hasta cierto punto, aunque también perdió mucho territorio para ellos, y fue fuertemente derrotado por Tukulti-Ninurta I de Asiria en la batalla de Nihriya (1237 AC). Incluso anexó temporalmente la isla griega de Alasiya (Chipre), antes de que también cayera en Asiria.
Los reinos de lubitas en Asia Menor occidental desempeñaban un papel activo en el comercio de larga distancia y dependía de Chipre como puerto de escala. Al mismo tiempo, rara vez eran verdaderamente leales al rey hitita, incluso cuando estaban destinados como vasallos. Es posible que Hatti hubiera ido demasiado lejos al conquistar Chipre y arruinar el comercio a larga distancia. Ninguno de los pequeños reinos lubitas podía enfrentarse a las fuerzas hititas por sí solo, pero unidos tenían la oportunidad de deshacerse de sus opresores.
Por lo tanto, los lubitas entraron en una alianza militar y construyeron una flota de naves rápidas y ágiles para las invasiones. En lugar de moverse contra las fuerzas hititas por tierra, se precipitaron a través del mar y alcanzaron rápidamente las importantes tierras fronterizas hititas de Chipre y Siria. Aparentemente de la noche a la mañana, los aclamados ejércitos mercenarios de Lukka y Sherden se habían convertido en fuerzas marinas que ya no luchaban junto al rey hitita, sino contra él: habían formado la coalición conocida como los Pueblos del Mar.
El último rey, Suppiluliuma II (1207-1178 AC) también logró algunas victorias, incluida una batalla naval contra Alasiya frente a la costa de Chipre. En una de las últimas inscripciones de Hattusa el rey se jactaba de cómo derrotó a los atacantes: “Yo, Suppiluliuma, el Gran Rey, llegué inmediatamente al mar. Los barcos de Alasiya me salieron al encuentro en el mar tres veces para la batalla, y los derroté; y agarré los barcos y les prendí fuego en el mar. Pero cuando llegué a tierra firme, los enemigos de Alasiya vinieron en multitud contra mí para la batalla”.
Por primera vez en la historia del Imperio hitita, las fuerzas del rey tuvieron que entablar batallas navales, incluso tres seguidas. Estos pueden haber terminado indecisas, porque los dos oponentes más tarde se enfrentaron en tierra.
Los hititas no solo se enfrentaban a los Pueblos del Mar, sino también a los asirios, bajo Ashur-resh-ishi I (1132-15 AC). Por entonces se habían anexado mucho territorio hitita en Asia Menor y Siria, expulsando y derrotando al rey babilónico Nabucodonosor I en el proceso, que también tenía los ojos puestos en tierras hititas.
Los Pueblos del Mar ya habían comenzado su avance por la costa mediterránea, comenzando desde el Egeo y continuando hasta Canaán, fundando el estado de Filistea, alejando a Cilicia y Chipre de los hititas en ruta y cortando sus codiciadas rutas comerciales. Esto dejó a las tierras natales hititas vulnerables a los ataques desde todas las direcciones, y Hattusa fue quemada hasta los cimientos en algún momento alrededor del 1180 AC, tras un ataque combinado de nuevas oleadas de invasores: los kaskas desde el norte, los frigios desde el oeste después de cruzar los Dardanelos y los bryges también procedentes de los Balcanes, los ataques de los arameos desde el Este. Así, el reino hitita desapareció de los registros históricos y Asiria se apoderó de gran parte del territorio.
Tras saquear Hattusa, una parte de los frigios se dirigieron hacia el sur saqueando las principales ciudades hititas a su paso, llegando hasta Tarso. Karkemish sobrevivió a los ataques de los Pueblos del Mar para continuar siendo la capital de un importante reino neo-hitita en la Edad del Hierro y un centro comercial. La ciudad debió de ser atacada, pero sobrevivió al ataque desde el 1175 hasta el 975 AC, cuando comenzó a perder el control de sus posesiones más lejanas y se convirtió gradualmente en una ciudad-estado más local.
Otro grupo de frigios se dirigieron contra Asiria, cuyo rey Tiglat-Pileser I, estaba haciendo frente a los ataques arameos. Los frigios habían llegado a las puertas del alto Tigris, arrebatando algunos territorios al control asirio, el rey asirio se dirigió contra ellos y les derrotó en 1115 AC. Terminando con la amenaza frigia.
Conquista por los Pueblos del Mar de Canaán
La correspondencia entre el gobernante vasallo hitita de Ugarit y el rey de Alasiya (Chipre) reveló que flotas hostiles de los Pueblos del Mar y otros merodeadores marítimos en esa región, realizaban incursiones costeras inmediatamente antes del 1200 AC.
Poco después los Pueblos de Mar conquistaron Alasiya (Chipre) que estaba muy debilitada y después el turno le llegó a Ugarit, que se encontraba indefensa, ya que sus tropas se encontraban luchando en los Zagros junto a los hititas y su flota estaba luchando contra los lukka.
Desde allí se lanzaron ataque contra las ciudades de Amurru (Canaán) vasallas de los hititas, que también fueron atacadas por tierra. Otros Pueblos del Mar atacaron y destruyeron las ciudades Alalakh, Alepo, Emar y Ugarit en la Siria actual.
Una vez arrasadas se dirigieron hacia el sur, hacia las ciudades de Tiro y Sidón, que eran vasallas del Imperio egipcio y que eran las ciudades más ricas. En ese ataque se unieron los que avanzaban por tierra y desembarcados desde Alasiya (Chipre). La primera en caer fue Biblos, seguido de Sidón y Tiro.
Los filisteos (peleset) ocuparon la isla de Creta, y desde allí lanzaron sus ataques a diferentes lugares, como Libia, Egipto y Canán. Ashkelon (Ascalón) fue ocupada desde 1175 AC hasta 604 AC, cuando la ciudad fue saqueada por el rey neo-babilónico Nabucodonosor. Dominaron otras cuatro ciudades importantes de la región casi al mismo tiempo, Gaza, Ashdod, Gath y Ekron en la llanura costera del Israel y Palestina actual.
Entre las cosas interesantes que los arqueólogos han desenterrado en Ashkelon del período filisteo se encuentran una gran bodega con un almacén y un cementerio para perros. Una gruesa capa de madera carbonizada y escombros marca el saqueo de la ciudad por parte de los babilonios. En un edificio se encontró el esqueleto de una mujer, cuyo cráneo había sido aplastado por un instrumento contundente. Se dice que Nabucodonosor destruyó Ascalón para enviar una advertencia a las ciudades de la región de lo que les aguardaría si se pusieran del lado de los egipcios.
Los artefactos que los arqueólogos han entregado en Ashkelon del período filisteo muestran que los filisteos eran un pueblo muy avanzado. Mientras los israelitas hacían cerámica tosca y sin adornos.
La palabra Palestina fue acuñada por los romanos y derivada de Pelestea, o «tierra de los filisteos». La Biblia es la única fuente escrita extensa sobre los filisteos. La mala reputación que reciben los filisteos parece estar basada en el hecho de que pelearon con los israelitas durante la mayor parte de dos siglos.
La resistencia ofrecida por esas ciudades, proporcionó al faraón de Egipto tiempo para preparar la defensa.
Los pueblos del Mar en Egipto
La primera mención del pueblo llamando sherden o shardana aparece en los pergaminos de Amarna, la correspondencia de Rib-Hadda de Biblos, al faraón Akenatón, hacia el 1350 AC. Durante esta época ya se les describe como incursores marítimos y mercenarios, dispuestos a ofrecer sus servicios a cambio de dinero.
Ramsés II (1279-13 AC), derrotó a los sherden o shardana en 1277 AC, cuando intentaron atacar la costa de Egipto aliados con los lukka y los shekelesh, en una batalla marítima en el Mediterráneo.
Estos pueblos estaban causando estragos en la costa mediterránea de Egipto al atacar buques cargados de carga que viajaban por las rutas marítimas. Ramsés colocó tropas y barcos en puntos estratégicos a lo largo de la costa y permitió pacientemente que los piratas atacaran a sus presas antes de atraparlos hábilmente por sorpresa en una batalla naval y capturarlos a todos en una sola acción. La batalla naval tuvo lugar algún lugar en el delta del Nilo, Ramsés los venció y los reclutó a los prisioneros como soldados para su ejército, participando en la batalla de Kadesh.
Una inscripción del reinado de Ramsés II en una estela de Tanis registra el ataque y posterior derrota de los piratas sherden y la continua amenaza que representan para las costas mediterráneas de Egipto: «Los implacables sherden, que nadie sabía cómo combatir, venían de forma atrevida en sus barcos de guerra desde los mares, sin que nadie consiguiera resistirlos.»
Después de que Ramsés II consiguiera derrotar a los invasores y capturar a algunos, muchos cautivos sherden son representados entre la guardia del faraón, donde destacan por sus yelmos con dos cuernos y un disco en el medio, sus escudos redondos y sus largas espadas. También son representados en inscripciones de la batalla del faraón contra los hititas en la batalla de Kadesh, donde formaban parte de la guardia personal de Ramsés II. Poco más de un siglo después, muchos sherden aparecen cultivando terrenos propios; sin duda se trata de recompensas por sus servicios militares. También existe evidencia de la presencia de los sherden en Beth Shean, la guarnición egipcia de Canaan.
Batalla de Pi-ire o Pi-yer (1209 AC)
El faraón Merenptah (1213-03 AC) se enfrentó a una invasión de libios y de los Pueblos del Mar (luka, akiwasha, tursha, sharden, shekelesh) dirigidos por el rey Meryey. Avanzaron hacía Egipto desde el oeste y marchaban con mujeres e hijos, de lo que se deduce que marchaban con la intención de asentarse. Cerca de la ciudad de Pi-ire (Pi-yer), probablemente situada en el margen occidental del Delta se enfrentaron en el año 1209 AC. En la batalla que duró seis horas, el faraón derrotó a todos los invasores, matando a 6.000 soldados enemigos y tomando a 9.000 prisioneros algunos era miembros de la familia real libia, según relata en la estela de Merenptah.
Batalla de Menfis (1182 AC)
Durante el reinado de Ramsés III (1184-1153 AC) durante el quinto año de su reinado (1179 AC), hizo frente a un intento de invasión de los libios reforzados por Pueblos del Mar. Esta coalición empezó a amenazar la zona del Delta del Nilo, por lo que Ramsés III tomó las primeras medidas. Aprovechó las distintas fortalezas que construyera en su momento Ramsés II, como la fortaleza de Tchemeh, para poder hacer frente a los planes conquistadores de estos pueblos. Los pueblos invasores empezaron a ocupar las orillas del brazo canópico del Nilo, zona conocida como el Gran Río, que comprendía toda la región de Menfis hasta Qerben, amenazando las ciudades egipcias de esa vertiente.
Ramsés III reaccionó rápidamente ante la invasión y preparó una enorme flota de guerra y un gran ejército terrestre, formado por la infantería egipcia, los mercenarios (arqueros nubios, sherden y peleset), y los carros de combate.
No se sabe con exactitud dónde se produjo la batalla, pero debió tener lugar muy cerca de Menfis. Ramsés III y su ejército derrotaron a sus enemigos causándoles numerosas bajas. Según fuentes textuales, murieron 12.535 enemigos, si bien los mismos documentos no señalan las bajas habidas en el ejército egipcio. Una vez terminada la batalla se procedió al recuento de manos y falos pertenecientes a los enemigos, y dieron las escabrosas cifras de 3.000 manos y 3.000 falos.
Batalla de Djahi (1176 AC)
En el octavo año (1176 AC), los Pueblos del Mar intentaron invadir Egipto por mar y por tierra. Los pueblos del Mar estaban capitaneados por los peleset, que ya habían ocupado Palestina. Se produjeron dos batallas una naval y otra terrestre. La batalla terrestre fue la primera.
El ejército egipcio estableció su campamento en la zona oriental del delta del Nilo, en territorio de Canaán, con el propósito de detener a los invasores de que llegaran al Delta. Según su templo mortuorio en Medinet Habu el faraón dice “Equipé mi frontera en Zahi (Djahy) preparada antes que ellos”.
Este ejército egipcio estaba perfectamente organizado, posiblemente estaba compuesto por las 4 divisiones tradicionales con sus correspondientes carros de guerra y les estaba esperando. La coalición estaba formada por peleset, wesesh, teresh, lukka, sherden y shekelesh. Se dirigían hacia Egipto por el camino de la costa, estaba compuesto por infantería y carros de guerra tirados por bueyes, mucho más lentos.
El enfrentamiento estuvo protagonizado por la carga de carros egipcios, dirigida por el propio faraón.
En las escenas de batalla terrestre, los pueblos del mar y los egipcios están representados en un combate caótico, mientras el faraón dispara flechas contra el enemigo, los egipcios atacan con sus carros y espadachines, los Pueblos del Mar resisten con jabalinas; se muestran cayendo, atravesados por muchas flechas disparadas por las tripulaciones de los carros, mientras que la infantería egipcia y sus mercenarios matan sin piedad a guerreros, mujeres y niños en un sangriento ataque. El faraón tomó del campamento enemigo, además de los tesoros de las tribus confederadas, algunos de los carros que se habían utilizado para el transporte de sus familias. Los supervivientes de los Pueblos del Mar se abrieron paso apresuradamente al noroeste hacia el mar para alcanzar el apoyo de sus barcos, mientras eran perseguidos por los egipcios victoriosos. La batalla fue muy dura con muchas bajas en ambos bandos.
Batalla naval del Nilo (1176 AC)
Una vez vencida la coalición de los Pueblos del Mar en la batalla de Djahi, un nuevo grupo perteneciente a estos invasores se adentró por el Delta con una gran flota de barcos. Su objetivo de instalarse en Egipto, mientras que el ejército del faraón se estaba recuperando de la batalla terrestre. No se sabe con exactitud el momento en el que ocurrió la batalla naval, pero se supone que fue al poco tiempo de producirse la batalla terrestre.
La batalla naval ha sido objeto de mucho estudio. Los barcos del enemigo reflejan una tradición del Egeo, que se basaba en viajes marítimos relativamente largos a través de una gran extensión de agua. En otras palabras, no eran meras embarcaciones comerciales. Los cascos de la flota enemiga eran angulares y las proas y los postes de popa verticales. Además, parece que la flota egipcia bloqueó las salidas del río para evitar que el enemigo escapara. Esta novedosa interpretación implica que Ramsés esperó deliberadamente hasta que el enemigo estuvo cerca de desembarcar y luego, después de haberlo atrapado entre la costa y el mar, atacó. En las escenas de batalla, las naves enemigas están estacionarias y dentro del alcance de los arqueros terrestres. Los hombres del mar solo tenían armas de cuerpo a cuerpo, y eso supuso un error fatal.
Esta batalla naval se representa en el templo mortuorio de Medinet Habu, donde el relieve representa el combate cuerpo a cuerpo entre los Pueblos del Mar (en cinco barcos) y los Egipcios (en cuatro barcos que, naturalmente, eran más grandes que sus homólogos de los Pueblos del Mar).
A pesar de que llevaban armadura, los arcos compuestos de los egipcios los masacraron antes de que pudieran llegar al cuerpo. De nidos de cuervos (castillos que llevaban a proa y a popa) en los barcos egipcios, los honderos y arqueros dispararon abajo. Cuando estuvieron muy debilitados, los egipcios abordaron los barcos enemigos, para ello arrojaron ganchos de agarre al enemigo, tras lo cual los egipcios abordaron los barcos de los Pueblos del Mar en una feroz pelea.
Batalla de Hatso (1173 AC)
Años más tarde, en el año 11 de su reinado, Ramsés III tuvo que hacer frente de nuevo a otro grupo de invasores. En este caso la oleada invasora estuvo formada por los mashauash, habían organizado una coalición con tribus libias y tenían como objetivo destruir las fortalezas creadas en la zona occidental del delta, y a partir de allí, invadir Egipto. Estos asaltantes estaban dirigidos por un líder llamado Mashar, hijo de Kapur. Este enfrentamiento estuvo precedido por la invasión de la tribu de los tchehenu, pueblo perteneciente al desierto occidental que habían sido arrastrados a la guerra por los mashauash.
Los relieves del templo de Medinet Habu que narran la batalla, dicen que se produjo aparentemente junto a la fortaleza llamada Hatsho, defendida por soldados egipcios. Según los textos y las representaciones de esta batalla, Ramsés III luchó en persona contra sus enemigos. En el desarrollo de la misma se logró capturar al jefe de los pueblos invasores, Mashar. Según las fuentes, el ejército egipcio llegó a causar 2.175 bajas en el ejército enemigo, y logró tomar a 2.052 prisioneros. Al igual que en las demás batallas, las fuentes no señalan las bajas sufridas por el ejército egipcio.
Tras el combate, al igual que había ocurrido en los enfrentamientos anteriores, los mejores soldados del ejército enemigo fueron incorporados, y acantonados en las fortalezas que formaban el sistema defensivo egipcio. El resto de los invasores, junto con mujeres y niños, fueron marcados con metal al rojo vivo, con el nombre de Ramsés III y fueron destinados a las explotaciones de los egipcios.
Las consecuencias del ataque de los pueblos del mar para los egipcios sufrieron enormes pérdidas, prácticamente se quedaron sin población masculina. Así que Ramsés no tuvo más remedio que permitir a los peleset (filisteos) que se instalaran en lo que hoy es la franja de Gaza. A partir de ese momento los siguientes faraones fueron marionetas de los sacerdotes y Egipto cayó prácticamente en la anarquía.
Los carros a partir a partir de esta fecha cayeron en desuso debido a la aparición de los jinetes mucho más ágiles y cada vez se hicieron más grandes y pesados, solo se mantuvieron porque daban prestigio.