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Composición del ejército
El ejército de la Rus de Kiev tenía generalmente entre 15.000 y 25.000 efectivos y solamente rara vez alcanzó de 40.000 a 60.000, por ejemplo, durante la campaña de Sviatoslav Igorevich en Bulgaria en el siglo X.
Incluía efectivos de los varegos o vikingos suecos, la druzhina, la milicia urbana y los capuchas negras o chernye kobluki.
Los varegos
Entre las tropas más notorias de la Rus estaban los varegos. Estos mercenarios escandinavos servían solo a los príncipes más ricos. Muchos llegaron a Rusia como ejércitos ya constituidos por miembros exiliados de la aristocracia escandinava, a menudo con sus propios barcos y armamento.
Algunas de las primeras bandas de varegos se asemejaban a hermandades con su propia jerarquía religiosa pagana. A algunos líderes Varegos se les otorgó el cargo de comandantes de un ejército, incluso en el siglo XI cristiano. Uno de los mejor conocidos fue Harald Hardrada, que acabó convirtiéndose en rey de Noruega, y murió durante la invasión de Inglaterra en 1066. Sin embargo, el flujo de guerreros escandinavos casi había cesado a principios del siglo XII, mientras que los descendientes de los que se asentaron en Rusia fueron asimilados.
La druzhina
Menos exóticos pero más importantes eran los ejércitos permanentes o druzhina (amigos o compañeros en ruso) que seguían a todo príncipe ruso. Los hombres de una druzhina estaban ligados por un juramento a su príncipe y entre sí, y estas cadenas de lealtades tenían más en común con el sistema de patronazgo de los primeros ejércitos medievales islámicos que con el sistema de vasallaje de Europa Occidental. A cambio, la druzhina constituía una fuerza montada de gran movilidad capaz de cubrir enormes distancias. El estatus de una druzhina queda descrito en «Las aventuras del príncipe Igor» un texto épico de finales del siglo XII: «Y mis hombres de Kursk son guerreros gloriosos, envueltos en trompetas, acunados bajo sus yelmos, amamantados a punta de lanza. Para ellos, los caminos son perfectamente conocidos y los valles familiares; tensados están sus arcos, abiertos sus carcajes y afiladas sus espadas«.
No todos los miembros de una druzhina eran de origen noble. Algunos tenían un origen humilde, e iban ascendiendo gracias a su destreza, lealtad y buena suerte. Otros provenían de familias que habían servido a un clan principesco concreto durante generaciones, bien en su druzhina o como posadnik (gobernadores de una ciudad). La mayoría hablaban eslavo desde el siglo XI, aunque probablemente prestaban servicio hombres de diferente origen étnico (incluidos escandinavos, turcos, kosogo-circasianos y osetios del Cáucaso).
La druzhina permanecía junto a su príncipe en los años de mala fortuna, privaciones o incluso en el exilio. En términos puramente militares, una druzhina formaba una fuerza de combate pequeña pero bien entrenada y equipada. Su vida estaba dominaba por el desplazamiento de un lugar a otro más que al combate, puesto que un príncipe podía gobernar varios principados diferentes. Además, sus hombres cobraban tributos. Las druzhina adaptaron la forma de caballería a raíz de su experiencia en la lucha contra los nómadas de las estepas del sur.
La milicia urbana
Otro grupo importante era la milicia urbana, las ciudades a partir del siglo XII estaban dirigidas por los consejos municipales o veches. La milicia urbana eran principalmente infantes, formaban en unidades de 100 hombres llamadas tysiacha que estaban mandadas por un tysiatchi. Las primeras se reclutaron entre los eslavos y otras tribus. Por ejemplo, en la zona de Chernigov del siglo X, la defensa de la zona estuvo en manos de una milicia local, mientras que la élite de guerreros rusos se dedicaba en hacer incursiones en otras partes. La clase comerciante de eslavos, fineses y escandinavos que dominaban en los consejos municipales rusos pudieron ser los mismos hombres que integraban las filas de esta milicia. Ciertamente, las milicias eran leales a sus ciudades, y ningún príncipe podía dar su apoyo por seguro, especialmente si una campaña iba dirigida contra otros rusos y no contra un invasor extranjero.
En Nóvgorod, y probablemente en otras ciudades, la milicia tenía su base en cuarteles casi autónomos, cada uno de los cuales era responsable de la defensa de la parte de la muralla que tenía asignada. El príncipe local normalmente proporcionaba armas a las milicias, armaduras y caballos, quizá debido a ello su armamento era muy simple, aunque las ciudades más ricas probablemente armaban a sus propias milicias en el siglo XIII. En el siglo XI las levas tribales combatían a pie con lanzas y hachas. Aunque su importancia había caído en picado en el siglo XII, el reclutamiento en el campo seguía siendo necesario para los príncipes de menor importancia, si bien solo reunían a los campesinos en caso de emergencia. A finales del siglo XII y a principios del XIII, el campesinado armado prácticamente desapareció, y aquellos campesinos que sí tenían un papel militar lo desempeñaban realizando tareas de apoyo como trabajo, comida y transporte.
Los capuchas negras o chernye kobluki
Aunque algunas tribus eslavas tenían tradición en el arte de la equitación, y los rusos pronto aprendieron a combatir a caballo, pero la falta de caballería siguió siendo un problema. Por eso, alistaron a jinetes de pueblos nómadas de las estepas. Mientras, entre sus primeros aliados fueron los «torkis«, que acompañaron a un ejército ruso a finales del siglo X mientras que los pechenegos les proporcionaron jinetes y arqueros montados en el siglo XI. El gran príncipe de Kiev buscó mercenarios a caballo en cualquier parte: se menciona a polacos, germanos y húngaros.
Los hombres originarios de las estepas eran mucho más importantes; sin embargo, y después de que los cumanos expulsaran a los pechenegos, se convirtieron, a su vez, en los auxiliares de los rusos. Los «chernye kobluki» o «capuchas negras» eran diferentes. Cuando una tribu de la estepa era derrotada por otra, la élite militar de los derrotados, por tradición, se pasaba al bando del vencedor o aceptaba un puesto inferior bajo los nuevos gobernantes.
Cuando esos hombres llegaron al extremo occidental de las estepas ya no tenían ningún otro lugar al que ir. En consecuencia, parte de los derrotados pechenegos, torkis, y berendos buscaron refugio en las boscosas fronteras del sur de Rusia, donde, en general, fueron bien acogidos por los príncipes rusos. Durante finales del siglo XI, estos inmigrantes militares se convirtieron en los chernye kobluki o capuchas negras, así llamados por sus característicos gorros. Su papel fue defender las fronteras de sus patrones frente a los nuevos invasores y frente a ellos mismos. Durante un tiempo, los torkis constituyeron el principal elemento de las comunidades guerreras de los capuchas negras. Su organización social y militar era diferente a la de los rusos, quienes reconocieron a su líder como príncipe, y conservaron gran parte de su estructura tribal. Al parecer, eran muy numerosos, estaban bien armados y eran un pueblo próspero. Sus líderes solían llevar tocados de seda, cadenas de plata y pendientes. La mayoría se habían convertido al cristianismo antes del siglo XII.
Equipamiento
El equipamiento de la Rus de Kiev varió a lo largo del tiempo y tuvo diferentes influencias. En un primer periodo su principal influencia fue vikinga, y su equipamiento fue similar. Su principal medio de transporte era los barcos que se desplazaban por las rutas fluviales e incluso por mar. También influían las estaciones, en el norte en invierno se helaban los ríos y por los tanto se utilizaban como autopistas de hielo, se han encontrado clavos de hierro que se ponían los hombres en los pies y en los cascos de los caballos. Para garantizar las comunicaciones construyeron fuertes a lo largo de las mismas, estos fuertes estaban hechos con terraplenes de tierra rodeados por un foso y coronados por una empalizada de troncos. Se empleaban defensivamente, pero también como base de operaciones para ofensivas.
Un rasgo característico de los métodos de combate ruso fue la brutalidad que empleaban, consiguieron aterrorizar a los bizantinos, jázaros y árabes.
La descripción bizantina de Sviatoslav tras su captura en 971 afirma que llevaba una túnica sencilla al igual que sus seguidores, pero más limpia y un pendiente de oro en una oreja; tenía la cabeza afeitada excepto un mechón que se cree que era indicativo de nobleza. Este estilo era común en los pueblos asiáticos. En cuanto al armamento era también típico vikingo: Escudo de madera reforzado y redondo, casco vikingo tipo spangenhelm, espada vikinga larga o hacha de un solo filo. Los eslavos por su parte en los siglos VIII y IX iban menos protegidos, llevaban casco de cuero o no lo llevaban, portaban escudos de madera cuadrados o redondos, lanzas, jabalinas, arcos y hachas, pero en el siglo X se equipaban igual que los vikingos.
La táctica en esta época era la de formar un muro de escudos como los escandinavos, y la infantería prevaleció en el combate hasta el siglo X.
A finales del siglo X la caballería empezó a ser predominante, aparecieron una mezcla de estilos orientales y occidentales; los mejores armados llevaban un casco de hierro bañado en oro o en plata, cota de malla o cota de placas, un arco y un carcaj de cuero, un sable con su vaina adornada en plata, una maza con un baño de plata y una lanza de hierro. Los arneses de los caballos son de estilo oriental, principalmente bizantino, hasta el siglo XII, cuando las druzhinas adoptaron estilos occidentales.
Durante el siglo XII aparecen ya dos tipos de jinetes: los arqueros a caballo, que probablemente serían chernye klobuki o capuchas negras y auxiliares procedentes de las estepas; y los lanceros a caballo para el choque o cuerpo a cuerpo pertenecientes a las druzinas que combatían en unidades similares a las bizantinas o a los caballeros occidentales.
La táctica evolucionó y se pasó de los muros de escudos a los laager o fortificación con los carros de transporte, también se empezó a dar importancia a las negociaciones para evitar el derramamiento de sangre.
Los trabajos de fortificación estaban poco desarrollados, copiaron los sistemas empleados por los eslavos de terraplenes y empalizadas. La fortificación más ambiciosa fue la de Kiev, donde Yaroslav planeó un escudo exterior de fuertes y uno interior de muros defensivos de 3,5 km de longitud. Las murallas de Kiev tenían 30 metros de base y una altura de 11, y otros 5 más de empalizada de madera. El muro costaba de tres puertas de entrada: la puerta del Judio, la puerta del Polaco ambas de madera y la puerta Dorada de piedra, su nombre viene porque en encima había una iglesia con una cúpula dorada.
Las tácticas de asedio eran muy rudimentarias, pero en el siglo XII habían desarrollado técnicas de asedio defensivas.