Horda de Oro o Dorada en Rusia

Orígenes de la Horda de Oro

La Horda de Oro, también conocida como Horda Dorada, también recibió el nombre de kanato Cumano, fue un estado mongol que ocupó parte de las actuales Rusia, Ucrania y Kazajistán. Su nombre proviene de la traducción al español de la palabra turco-mongola ordo, sinónimo de campamento grande; y el adjetivo de oro o dorada se le adjudicó teniendo en cuenta la forma de definir en la estepa los puntos cardinales, es decir, norte-negro, sur-rojo, este-azul, oeste-blanco y el centro amarillo o dorado.

Antes de morir, Gengis Kan dividió el Imperio mongol entre sus cuatro hijos. Jochi, el mayor, había fallecido, así que la porción que le tocaba (sur de la actual Rusia) se repartió entre sus hijos Batú, jefe de la Horda Azul (este), y Orda, jefe de la Horda Blanca (oeste).

Batú, no conforme con sus territorios, se expandió hacia las tierras de su hermano, incorporando varios pueblos turcos y la zona correspondiente al sur del mar Negro. Sus brillantes ataques le sirvieron para atacar a los estados sucesores del Rus de Kiev: en 1.237 saquearon la mayoría de las ciudades del Principado de Vladímir-Súzdal. Tres años después hicieron lo propio con Kiev; siguiendo hacia el oeste, tras las batallas de Legnica y Mohi, entraron en Polonia, Bohemia, Hungría y el valle del Danubio, alcanzando la costa del Adriático.

En 1241, teniendo asediada y prácticamente tomada la ciudad de Viena, Batu Khan abandonó el asedio, dado que había muerto en Mongolia el Gran Khan Ogodei y se trasladó hacia allí participar en las deliberaciones en el kurultai sobre la sucesión.

La Horda de Oro, quedó establecida definitivamente a partir de 1242, cuando Batu estableció su capital tributaria en Sarai, desde la que controlaba el curso inferior del Volga, y desde la cual sus sucesores dominaron el actual sur de Rusia hasta finales del siglo XV. Utilizaron formas administrativas y de impuestos similares a las usadas por la sociedad china, introducidas en el Imperio mongol por la Horda Roja.

La Horda de Oro perdió rápidamente su carácter exclusivamente mongol. Los descendientes de los guerreros de Batú Kan formaban la clase dirigente, mientras la mayoría de la población estaba compuesta por cumanos, tártaros, búlgaros, kirguises y otros pueblos túrquicos.

Batú Kan murió en 1255. Le sucedió su hijo Sartak, quien, sin embargo, no gobernó la Horda, ya que murió camino a Mongolia, donde fue a recibir la aprobación para el trono. El joven Ulakchi, designado sucesor de Sartak, también murió pronto, y luego subió al trono el hermano de Batú, Berkay o Berke (1257-66). Berkay fue seguido por Mengu-Timur (1266-80 u 82). Bajo su mando, el nieto de Jochi, Nogai, que dominó las estepas del Don y capturó una parte de Crimea, obtuvo una influencia significativa en los asuntos internos del kanato. Fue el principal sembrador de malestar tras la muerte de Mengu-Timur. Después de conflictos civiles y varios reinados breves, en 1290 el hijo de Mengu-Timur, Tokhta (1290-1312), tomó el poder. Entró en una lucha con Nogai y lo derrota. En una de las batallas, Nogai murió.

El sucesor de Tokhta fue el nieto de Mengu-Timur Uzbek (1312-40). La época de su reinado puede considerarse la más brillante de la historia de la Horda de Oro. Uzbek fue seguido por su hijo Dzhanibek (1340-57). Después de él, los tártaros ya no enviaban sus propios baskaks (recaudadores) a Rusia: los propios príncipes rusos comenzaron a recaudar tributos de la población y se los llevaban a la Horda, lo que era mucho más fácil para la gente. Siendo un musulmán celoso, Janibek, sin embargo, no oprimió a los que profesaban otras religiones. Fue asesinado por su propio hijo Berdibek (1357-59). Entonces comenzaron los disturbios y el cambio de kanes. En el transcurso de 20 años (1360-80), 14 kanes fueron reemplazados en la Horda de Oro. Se conoce sus nombres solamente gracias a las inscripciones en las monedas.

Organización de la Horda de oro

El jefe supremo de la Horda era el kan, escogido por un kurultái entre los descendientes de Batú Kan. El primer ministro, también era de etnia mongola, conocido como «príncipe de príncipes», o beqlare-beq. Los ministros eran denominados visires. Los gobernantes locales, o baskak, eran responsables de la recaudación de los impuestos y de aplacar el descontento popular. No había separación entre la administración civil y la militar.

La Horda fue perdiendo progresivamente su cultura nómada, transformándose Sarái, la capital, en una urbe populosa y próspera. A principios del siglo XIV, la capital se trasladó a cierta distancia río arriba, a la nueva Sarái (Sarái Berke), que llegaría a ser una de las mayores ciudades del mundo medieval, con una población estimada de 600.000 habitantes.

Pese a los esfuerzos rusos por cristianizarlos, los mongoles mantuvieron sus creencias animistas hasta que Uzbeg Kan (1312-1341) adoptó el Islam como religión oficial. Varios nobles rusos, entre ellos Miguel de Chernígov y Miguel Yaroslávich, fueron asesinados en Sarái por su rechazo a adorar ídolos paganos; sin embargo, en general los kanes fueron tolerantes e incluso eximieron a la Iglesia Ortodoxa rusa del pago de impuestos.

La Horda exigía tributo a los pueblos sometidos (rusos, armenios, georgianos y romanos orientales de Crimea). Mientras pagaran sus tributos, no les prestaban mayor atención. De hecho, los estados vasallos nunca se incorporaron a la Horda, y los señores rusos pronto obtuvieron el privilegio de recaudar el tributo tártaro por sus propios medios. Para mantener el control sobre Rusia, los señores de la guerra mongoles llevaban a cabo periódicamente campañas de castigo contra los principados rusos (las más graves fueron las de 1252, 1293 y 1382).

Principado de Moscú

La influencia de la invasión mongola en los territorios de la Rus de Kiev fue desigual: centros como Kiev nunca se recuperaron de la devastación del ataque inicial; en cambio, la República de Nóvgorod consiguió salir adelante, y otras entidades nuevas, las ciudades de Moscú y Tver, comenzaron a prosperar bajo los mongoles. Moscú se recuperó y se convirtió en 1327 en la capital de un principado independiente, el Principado de Moscú.

En 1304, Yuri de Moscú impugnó a Mijaíl de Tver para el trono del Principado de Vladímir. La ciudad de Tver como centro político del Principado de Vladímir-Súzdal se convirtió en el único recolector de los impuestos para los gobernantes tártaro-mongoles, tras la invasión mongola de Rusia.

En 1332 Ivan I de Moscú rindió homenaje a Uzbeg kan de la Horda de Oro. Ivan esperaba que impusiera el orden entre los rusos, y con la aprobación de su señor mongol, asoló los territorios de Alejandro, Gran Príncipe Tver, con cerca de 50.000 hombres, en nombre del Kan y después de que los habitantes del Principado masacraran a sus cobradores de impuestos. Tras la hazaña, el Kan le concedió el título de Gran príncipe de Moscú, de Vladímir y de toda Rusia.

En los siguientes años apareció un nuevo enemigo, la Peste Negra, que llegó a Escandinavia en 1349, Pskov a principios de 1352 y Nóvgorod en agosto de 1352; a finales del año está documentado que habían muerto dos tercios de habitantes de Pskov. La misma pauta se repitió en Lituania y en Rusia nororiental. En 1353 la epidemia llegó a Moscú, matando a la familia del gran duque de Moscú.

Batalla de las Aguas Azules o del río Sinyukha (24 y 25 de diciembre de 1362)

Después de la muerte de su gobernante Berdibek Kan en 1359, la Horda Dorada experimentó un período de disturbios y guerras que duró dos décadas (1359-1381), llamada la «Gran Zamyatnya». La horda comenzó a desintegrarse en uluses separados. Aprovechando los disturbios internos de la Horda, el gran duque de Lituania; Olgerd, organizó una campaña contra las tierras tártaras. Buscó consolidar y expandir los territorios del sur del gran ducado de Lituania, en particular para anexar el principado de Kiev, que ya no estaba bajo control lituano después de la batalla del río Irpin a principios de la década de 1320, pero aún rendía tributo a la Horda.

En 1362, Olgerd con un ejército pasó entre el bajo Dniéper y el Bug. Primero, se apoderó de los territorios restantes del principado de Chernigov, la mayor parte del territorio, incluida la capital en Briansk.

Los lituanos atacaron Korshev (Korshov), una fortaleza desconocida ubicada en los tramos superiores del río Fast Sosna, un afluente del río Don. Se cree que Olgerd posteriormente conquistó los territorios del antiguo principado de Pereslavl. La zona pertenecía al ulus de Crimea, que estaba involucrado en una campaña contra el Viejo Saray, y no pudo organizar una resistencia efectiva. En otoño, el ejército lituano avanzó hacia el oeste y cruzó el Dniéper hacia Podolia. Tres beys tártaros de Podolia reunieron un ejército para resistir el ataque. Se supone que las tropas se reunieron en la actual Torchovice.

Solo ha sobrevivido una breve descripción de la batalla de un trabajo posterior de Maciej Stryjkowski, publicado en 1582. Según Stryikovsky, Olgerd dividió su ejército en seis grupos y los dispuso en un semicírculo. Los tártaros comenzaron la batalla disparando flechas hacia las alas lituanas. Tales ataques no tuvieron mucho efecto.

En la segunda etapa de la batalla, los lituanos y rusos, armados con lanzas y espadas, avanzaron y atravesaron las líneas del frente del ejército tártaro. Los hijos de Koryat con destacamentos de Novogrudok atacaron los flancos tártaros con ballestas. Los tártaros no pudieron mantener la formación y comenzaron una huida desordenada. La batalla terminó con las tropas de Olgerd persiguiendo a los restos de la horda.

Como resultado de la victoria, Olgerd incluyó en su estado, que en ese momento ocupaba territorios significativos en ambas orillas del Dniéper, el principado de Kiev y Podolia; capturados por los tártaros a mediados del siglo XIII y parte del territorio de los Campos Salvajes, expandiendo así sus posesiones hacia el sur hacia el mar Negro.

Batalla del río Piana (2 de agosto de 1377)

En 1365, el príncipe Tsarevich Tagai, de la Horda Dorada, realizó una incursión devastadora en el principado de Riazán, quemando Pereyaslavl-Riazán. El príncipe de Riazán, Oleg Ivanovich, no estaba en el Principado. Pero al enterarse de la incursión, reunió tropas con Vladímir de Pronsky y Tit Mstislavich de Kozelsky, y alcanzaron a Tagay, cerca del bosque Shishevsky, derrotándole.

Después de la derrota en la batalla del bosque Shishevsky, las posesiones de Tagai pronto cayeron bajo el gobierno de Mamai, quien comenzó la unificación de la Horda Dorada bajo su propio gobierno y el gobierno de los kanes títeres.

En 1375, Dimitri consiguió acabar con su conflicto con Miguel II de Tver sobre Vladímir a su favor. La Horda de Oro se hallaba severamente debilitada por la guerra civil y las rivalidades dinásticas. Dimitri se aprovechó de esta debilidad en la autoridad mongola para desafiar abiertamente a los tártaros, atacando devastando al año siguiente la Bulgaria del Volga, un aliado de la Horda de Oro.

En 1376, el ejército ruso de Dmitry Bobrok Volynsky hizo una campaña en las cercanías de la moderna Kazan y derrotó al ejército búlgaro e incluso recibió un tributo de 5.000 rublos de los secuaces de Mamai.

Para humillar a los príncipes rusos, que mostraban cada vez más desobediencia al dominio de la Horda. En ese momento, Tsarevich Arapsha (Arab Shah), de cuerpo pequeño, pero guerrero hábil y feroz, llegó desde la Horda Azul o Zayaitskaya (más allá de Yaik – Ural). Mamai le dio un ejército y lo envió al principado de Suzdal-Nizhny Novgorod en la primavera de 1377.

Informado sobre esto por su suegro, el príncipe Dimitry Konstantinovich de Nizhni-Novgorod, Dimitry Ivanovich de Moscú acudió en su ayuda con un poderoso ejército. Después de pasar un tiempo en Nizhny y no recibir noticias sobre Arapsha, el gran duque Dimitri regresó a Moscú, dejando una parte importante de su ejército a su suegro. Conectándo con la milicia de Suzdal, este ejército fue a buscar a los tártaros y cruzó el río Piana (un afluente del Sura) hacia el territorio de Mordovia. El mando principal fue entregado al hijo de Dimitry Konstantinovich, Ivan. Luego, los rusos recibieron noticias falsas de que Arapsha se había detenido en algún lugar lejano en las aguas de Volchie y que temía una batalla con Rusia.

Confiando en tales noticias, sin esperar una batalla pronto, los gobernadores rusos se entregaron al descuido de los borrachos al otro lado del río. Era un clima caluroso de julio. Los guerreros pusieron sus armaduras, escudos y yelmos en los carros y caminaban con túnicas y vestidos de verano; los jinetes también se despojaron de sus protecciones y dejaron las armas en los carros. Los propios boyardos y gobernadores dieron ejemplo de libertinaje y, olvidándose de las precauciones militares, se divertían en las orillas del Piana cazando animales, como si no estuvieran en guerra.

Arapsha no estaba lejos del río Piana y sabía lo que estaba pasando en el campamento ruso. Los vengativos habitantes mordovianos lo condujeron por caminos ocultos. El príncipe dividió su ejército en cinco regimientos, que el 2 de agosto de 1377 de repente, desde diferentes lados, atacaron al ejército ruso. Tomados por sorpresa, los rusos, corrieron al río Piana, para cruzarlo, pero se ahogaron en el intento. Muchos boyardos y gobernadores murieron en la batalla; entre los muertos estaba el jefe de la milicia, el joven príncipe Ivan Dimitrievich, quien, siguiendo a los demás, quiso cruzar el río Piana a caballo, pero se ahogó.

Después de esta victoria, que fue difícil incluso llamar una batalla, Arapsha se apresuró a Nizhni-Novgorod. Cuando se acercó, el príncipe Dimitry Konstantinovich, habiendo perdido su ejército, ya no pensó en resistir y cabalgó hacia Suzdal; parte de los ciudadanos corrieron a los barcos y escaparon por el Volga a Gorodets. Los tártaros irrumpieron en el indefenso Nizhni-Novgorod, capturaron a las personas restantes, saquearon la ciudad, las iglesias, los monasterios y, prendiéndoles fuego, se fueron con una gran multitud y todo tipo de botín. El ejemplo de los tártaros fue seguido por los mordovianos; se reunieron y golpearon repentinamente la región de Nizhni-Novgorod y saqueó lo que quedaba del pogromo (devastación) de Arapsha.

Cuando Dimitri Konstantinovich logró restablecer algo de orden en su reinado y reunió un nuevo ejército, lo primero que hicieron los príncipes rusos fue vengarse de los insidiosos mordovianos. El ejército de Suzdal, bajo el mando de Boris Konstantinovich Gorodetsky y Semyon, uno de los hijos de Dimitry Konstantinovich, se unió al gobernador de Moscú, Fedor Andreyevich Svibl, y el siguiente invierno lucharon brutalmente contra los mordovianos; además, robaron y quemaron sus aldeas y casas de invierno, y se llevó en cautiverio a un gran número de mujeres y niños. Muchos mordovianos fueron llevados vivos a Nizhni-Novgorod, donde fueron sometidos a varias ejecuciones; por cierto, fueron arrastrados por el hielo del Volga y envenenados por perros. El príncipe Iván, que se ahogó durante la batalla en Pyan, fue sacado del agua y enterrado en la Catedral de Nizhni-Novgorod en agosto, poco después de la partida de Arapsha.

Batalla del río Vozha (1378)

En respuesta, en 1376, el ejército tártaro devastó el pequeño principado de Novosilsky, y en 1377 derrotó al ejército moscovita-Suzdal en el río Pyanee e hizo una incursión devastadora en el principado de Nizhny Novgorod.

Mamai, kan de la Horda de Oro, trató de castigar a los rusos por desobediencia, enviando un ejército de 5 tumenes (50.000 efectivos) mandado por Murza Begich.

Los dos ejércitos se encontraron cerca del río Vozha, un afluente del río Oka. Después de un reconocimiento exitoso, Dimitri logró bloquear el vado que los tártaros pretendían utilizar para el cruce del río. Él ocupaba una buena posición para sus tropas en una colina. La formación de los rusos tenía la forma de un arco con Dimitri dirigiendo el centro y los flancos bajo el mando de Daniel Pronsky y Andrei de Polotsk, las fuerzas de cobertura estaban mandadas por Timofey Velyaminov.

Después de esperar mucho tiempo, 11 de agosto de 1378, Begich decidió cruzar el río y atacar a los rusos. La fuerza de cobertura mandada por Timofey Velyaminov, retrocedió, siendo perseguida por los tártaros.

El gran príncipe atacó de frente, Timofey dio la vuelta y se unió al ataque, mientras el príncipe Daniel Pronsky con las fuerzas de Riazán, y Andrei de Polotsk les atacaban por los flancos. Los tártaros inmediatamente arrojaron sus lanzas y cruzaron el río corriendo hacia Vozha, y los rusos comenzaron a perseguirlos, cortando y apuñalando, y muchos los mataron, y muchos de ellos se ahogaron en el río. Y aquí están los nombres de sus príncipes muertos: Khazibey, Koverga, Karabuluk, Kostrov, y el propio Begich.

La batalla en Vozha fue la primera victoria seria de las tropas del noreste de Rusia sobre un gran ejército de la Horda de Oro y tuvo un gran significado psicológico. Se eliminó la amenaza militar de un ataque de la Horda en profundidad en el noreste de Rusia, los principados de Riazán y Pronsky. Demostró la vulnerabilidad de la caballería tártara, que no pudo resistir una defensa firme y ataques de represalia decisivos. Para Mamai, la derrota en Vozha fue un duro golpe, después de lo cual comenzó a perder rápidamente su posición a favor de Tokhtamish, así como el motivo de la ruina del principado de Riazán en 1379 y la campaña contra Dimitri.

Batalla de Kulikovo o de Kulikovskaya (8 de septiembre de 1380)

Antecedentes

El ascenso del gran duque de Moscú, Dimitri Ivánovich, coincidió con la decadencia de la poderosa Horda de Oro. Dimitri inició su reinado con varias incursiones sobre los principados vecinos, ocupando ciudades como Starodub, Dimítrov y Gálich. Mientras tanto, el príncipe Mijaíl de Tver, volviéndose a levantar de la derrota infligida por Moscú y la Horda de Oro en vida de Iván II, intentaba realizar una alianza fallida con el kan de Sarai (capital de la Horda), para vengarse del ducado Moscovita. Al no obtener éxito en esta tentativa, el príncipe de Tver optó por aliarse con el duque Olgierd de Lituania.

En el verano de 1380, el príncipe Dimitri Ivánovich recibió una terrible noticia en Moscú: el kan tártaro, temnik Mamai, con toda la Horda Dorada, se dirigía a Rusia. No satisfecho con el poder de los tártaros y cumanos, el Kan contrató más destacamentos de besermen (musulmanes transcaspianos), alanos, circasianos y frailes de Crimea (genoveses). Además, entró en una alianza con el enemigo de Moscú, el príncipe lituano Jagiello, hijo del Olgerd, quien prometió unirse a él. La noticia agregó que Mamai quería exterminar por completo a los príncipes rusos y plantar sus propios baskaks en su lugar; incluso amenaza con erradicar la fe ortodoxa y reemplazarla por la musulmana. El mensajero del príncipe Oleg de Riazán anunció que Mamai ya había cruzado al lado derecho del río Don y se dirigía a la desembocadura del río Voronezh, hasta los límites de Riazán.

Pronto, un mensajero de Zakhary Tyutchev llegó con nuevas malas noticias. Tyutchev, habiendo llegado a los límites de Riazán, descubrió que Mamai se dirigía a las tierras de Moscú y que no solo Jagiello el lituano, sino también Oleg de Riazán se había adherido a él. Oleg invitó a Jagiello a dividir los volosts de Moscú y le aseguró a Mamai que Dimitri no se atrevería a ir contra los tártaros y huiría hacia el norte. El Kan acordó con Jagiello y Oleg converger en las orillas del río Oka el primero de septiembre.

La noticia de la traición de Oleg Riazán no sacudió su determinación, el príncipe Dimitri. En el consejo general, decidieron ir hacia Mamai en la estepa y, si era posible, evitar su conexión con Jagiello y Oleg. Dimitri envió mensajeros con cartas a los príncipes y gobernadores que aún no habían tenido tiempo de llegar a Moscú para que se dirigieran a Kolomna, que fue designado como el lugar de reunión de todas las milicias. De esta reunión surgió una Santa Alianza.

El Gran Duque equipó destacamentos de vigilantes (reconocimiento ecuestre), bajo el mando de Rodion Rzhevsky, Andrei Volosaty y Vasily Tupik. Tenían que ir a la estepa del Don para detectar la Horda de Mamai para hacer prisioneros, de los cuales sería posible obtener información sobre la intención del enemigo.

Sin esperar noticias de estos exploradores, Dimitri equipó otro destacamento vigilante. En el camino, se encontró con Vasily Tupik, quien había sido despachado desde el principio. Los exploradores llegaron a Moscú e informaron al príncipe que Mamai se dirigía a Rusia con toda la Horda, que los grandes duques de Lituania y de Riazán estaban aliados con él, pero que el Kan no tenía prisa: estaba esperando la ayuda de Jagiello, y estaba esperando el otoño, cuando los campos en Rusia fueran cosechados y la Horda pudiera usar las reservas.

Movimientos previos

El 24 de agosto, Dimitri Ivánovich llegó a la ciudad de Kolomna. Allí el Gran Duque fue recibido por los gobernadores de los regimientos ya reunidos, así como por el obispo de Kolomna Gerasim y los sacerdotes. Al día siguiente, tuvo lugar una gran revisión principesca de todo el ejército en un amplio prado. Dmitry luego dividió a toda la milicia en los cuatro regimientos habituales y asignó líderes a cada uno:

• El regimiento principal o grande lo dejó bajo su mando; además de su propio escuadrón de Moscú, en este regimiento principal había gobernadores que mandaban los siguientes escuadrones: Kolomna bajo Nikolai Vasilievich Velyaminov, Vladímir bajo el príncipe Roman Prozorovsky, Yuriev bajo el boyardo Timofey Valuevich, Kostroma bajo Ivan Rodionovich Kvashnya, y Pereyaslav bajo Andrey Serkizovich.
• El regimiento de la derecha bajo su primo Vladímir Andreevich Serpukhov con los escuadrones de Yaroslavl bajo el príncipe Vladímir, los boyardos Danilo Belous y Konstantin Kononovich, el príncipe Fedor Yeletsky, Yuri Meshchersky y Andrei Muromsky.
• El regimiento de la izquierda bajo el príncipe Gleb de Bryansk.
• El regimiento avanzado a los príncipes Dimitri Olgerdovich de Bryansk y Vladímir Andréyevich el Valiente de Sherpukov.

Allí, Dimitri Ivanovich finalmente se convenció de la traición de Oleg de Riazán, quien hasta ese momento había sido astuto y continuó comunicándose con Dimitri en términos amistosos. Probablemente, esta circunstancia indujo a este último, en lugar de cruzar el Oka cerca de Kolomna y entrar en los límites de la tierra de Riazán, a desviarse un poco hacia el oeste para pasarlos. Quizás, al hacer esto, le dio tiempo a unirse a los destacamentos de Moscú que aún no se le habían incorporado.

A la mañana siguiente, los príncipes emprendieron una nueva campaña a lo largo de la orilla izquierda del río Oka. Cerca de las bocas de Lopasna, Timofei Vasilievich Velyaminov se unió al ejército; con los guerreros que se habían reunido en Moscú posteriormente. Dimitri ordenó que el ejército en ese lugar cruzara el Oka. Después del cruce, ordenó contar toda la milicia. Nuestros cronistas obviamente exageran, diciendo que contaron más de 200.000 guerreros. Lo más probable es que fueran la mitad. Pero en cualquier caso, está claro que en la tierra rusa nunca se había desplegado un ejército tan grande.

El ejército se trasladó al alto Don, siguiendo las fronteras occidentales de Riazán. El Gran Duque ordenó estrictamente que los guerreros en campaña no ofendieran a los habitantes, evitando cualquier motivo que irritara a los riazanes. Toda la transición se completó de forma rápida y segura. El clima en sí lo favoreció: aunque comenzaba el otoño, había días claros y cálidos, y el suelo estaba seco.
Durante la campaña, dos hermanos lituanos Olgerdov llegaron con sus escuadrones: Andrei Polotsky, que entonces reinaba en Pskov, y Dimitri Koribut de Bryansk. Este último, como su hermano Andrei, después de haber peleado con Jagiello, se unió temporalmente al número de asistentes del príncipe de Moscú. Los lituanos eran famosos por su experiencia militar y podían ser útiles en caso de guerra con su hermano Jagiello.

El Gran Duque recogía constantemente noticias sobre la posición e intenciones de los tártaros. Envió al boyardo Semyon Melik con una caballería seleccionada, para obtener información del kan tártaro. Al acercarse al Don, Dimitri Ivánovich detuvo los regimientos y, en el lugar llamado Bereza, esperó al rezagado ejército de infantería. Entonces se le aparecieron los nobles, enviados por el boyardo Melik con un tártaro capturado del séquito del propio Mamai. Dijo que el Kan estaba detenido en Kuzminskaya Gati; avanzaba lentamente, porque estaba esperando a Oleg de Riazán y Jagiello; aún no conocía la proximidad de Dimitri, confiando en Oleg, quien había asegurado que el príncipe de Moscú no se atrevería a enfrentarse con él. Sin embargo, en tres días, Mamai se movería hacia el lado izquierdo del río Don. Al mismo tiempo, llegaron noticias de que Jagiello, que se había propuesto conectar con Mamai, ya estaba parado en Upa, cerca de Odoev.

Las opiniones estaban divididas. Algunos se inclinaron a no cruzar el río y no dejar a Lituania y Riazán en su retaguardia. Pero otros tenían una opinión contraria, incluidos los hermanos Olgerdov, quienes insistieron de manera convincente en cruzar el Don. Finalmente, el Gran Duque aceptó la opinión de los Olgerdov, decidió cruzar el río Don.

El 7 de septiembre de 1380, el ejército ruso avanzó hasta el mismo Don. El Gran Duque ordenó construir puentes para la infantería y buscar vados para la caballería: el Don en esos lugares no difiere ni en el ancho ni en la profundidad de la corriente.

De hecho, no había ni un solo minuto que perder. Semyon Melik galopó hasta el Gran Duque con sus vigilantes e informó que ya habían luchado con las avanzadas tártaras; que Mamai ya estaba en el vado Goose; entonces se conoció la llegada de Dimitri y se apresuró al Don para bloquear el cruce ruso hasta la llegada de Jagiello, que ya se había movido de Odoev hacia Mamai.

Al caer la noche, el ejército ruso logró cruzar el río Don y se asentó en las colinas boscosas en la confluencia del río Nepryadva. Detrás de las colinas había un amplio campo de 10 verstas (10,67 km) llamado Kulikovo; en medio fluía el río Smolka. Detrás de ella, la horda de Mamai asentó su campamento, había llegado allí al anochecer y no tuvo tiempo de interferir con el cruce ruso. En el punto más alto del campo, la colina Roja, se instaló la tienda del Kan. Los alrededores del campo de Kulikovo representaban una zona de barrancos, estaban cubiertos de arbustos y en parte de matorrales de bosque en lugares húmedos.

Entre los principales comandantes de Dimitri Ivánovich estaba Dimitri Mikhailovich Bobrok, un boyardo de Volonia. En aquellos días, muchos boyardos y nobles del oeste y sur de Rusia llegaron a Moscú. Uno de los príncipes de Volinia, Dimitri Bobrok, que estaba casado con la hermana del príncipe de Moscú, Ana, pertenecía a esas personas. Bobrok ya había logrado distinguirse con varias victorias. Tenía fama de ser un hombre muy hábil en asuntos militares, incluso un curandero. Sabía cómo adivinar por varios signos, y se ofreció como voluntario para mostrar los signos del Gran Duque mediante los cuales uno podría averiguar el destino de la próxima batalla.

Cuenta la crónica que por la noche el Gran Duque y Bobrok fueron al campo de Kulikovo, se interpusieron entre ambos ejércitos y empezaron a escuchar. Oyeron un gran grito y un golpe, como si se estuviera realizando un mercado ruidoso o se estuviera construyendo una ciudad. Detrás del campamento tártaro, se escucharon los aullidos de los lobos; en el lado izquierdo, águilas y cuervos jugaban; y en el lado derecho, sobre el río Nepryadva, bandadas de gansos y patos se arremolinaban y batían sus alas, como antes de una terrible tormenta.

Bobrok finalmente dijo: “Señor Príncipe, hay dos señales: una para su gran alegría y la otra para su gran tristeza. Escuché la tierra llorar amarga y terriblemente en dos: de un lado, era como si una mujer gritara con voz tártara sobre sus hijos; y del otro lado parece que una niña está llorando y con mucho dolor. Confía en la misericordia de Dios: vencerás a los inmundos tártaros; pero tu ejército cristiano caerá en gran número”.

Según la leyenda, esa noche los lobos aullaron terriblemente en el campo de Kulikovo, y eran tantos como si hubieran llegado de todo el universo. Durante toda la noche también se escucharon los cuervos y el croar de las águilas. Los animales depredadores y las aves, por así decirlo, olían el olor de numerosos cadáveres.

Despliegue de fuerzas

La batalla tuvo lugar el 8 de septiembre en el campo Kulikovo, cerca del río Don. Las tropas rusas (unas 36.000) formaron en orden de batalla en un estrecho frente de 1,5 km. Tomaron una posición tal que su lado derecho descansaba contra los barrancos y las selvas del río Nizhny Dubik, que desemboca en el Nepryadva, y con su lado izquierdo apoyándose en la escarpada orilla del río Smolka.

• En vanguardia situó el regimiento avanzado bajo el mando de Dimitri Olgerdovich de Bryansk y compuesto en su mayoría por caballería ligera para proteger el despliegue y controlar el acercamiento de las tropas tártaras.
• Flanco derecho el regimiento de la derecha bajo los hermanos lituanos Vsevolodov.
• Flanco izquierdo el regimiento de la izquierda bajo Vasili Yaroslavsky y Theodore Molozhsky.
• En el centro el gran regimiento bajo Dimitri Ivánovich, que posteriormente intercambiaría la ropa Mikhail Brenok (o Bryanok).
• Reserva la caballería de élite de Vladímir Andreyevich, príncipe de Volinia.
• Oculto parte de la caballería en el bosque bajo el mando de Dimitri Bobrok, príncipe de Serpukhov (primo de Dimitri) con el fin de tender una emboscada.

Mamai organizó sus tropas (unas 50.000) con la infantería desplegada en todo el frente (20.000), en línea también. Detrás de la infantería se encontraban 5.000 infantes genoveses contratados. En los flancos puso tropas de caballería de la Horda y otros mercenarios. Detrás situó la caballería pesada de reserva.

Inicio de la batalla

Una espesa niebla cubría el campo Kulikovo. La niebla comenzó a aclararse hacia las 11:00 horas, momento en el que los tártaros comenzaron a avanzar.

A las 12:00 horas los tártaros establecieron el contacto. La batalla comenzó con varias pequeñas escaramuzas de los destacamentos avanzados, tras las cuales tuvo lugar el famoso duelo entre dos guerreros, el monje ortodoxo Aleksander Peresvet, y el campeón tártaro Temir-Muza (Chelubéi). La leyenda cuenta que los guerreros se mataron uno al otro en la primera embestida, pero según la leyenda rusa, Peresvet se mantuvo herido de muerte sobre su silla, lo que supone que ganó.

Primer ataque

Después del duelo, comenzó la batalla con una carga frontal de 20.000 infantes tártaros contra el centro de los rusos, tras los infantes venían 6.000 jinetes arqueros en cada flanco con órdenes de descargar una tormenta de flechas para apoyar el ataque de los infantes. Dimitri Ivánovich se fue el primero en el regimiento avanzado y luego se unió a las filas de un gran regimiento. La infantería tártara mandada por Telyak empujaron al regimiento avanzado ruso y estableció contacto con la infantería rusa.

La batalla en el centro fue prolongada y larga. En el centro y en el flanco izquierdo, los rusos estaban a punto de romper sus formaciones de batalla, pero ayudó un contraataque local, cuando «Gleb Bryansky con los regimientos de Vladímir y Suzdal pasaron por encima de los cadáveres de los muertos» y restablecieron la situación.

Segundo ataque

Mamai, que se encontraba en su puesto de mando en la colina Roja, reagrupo las fuerzas y decidió lanzar una nueva carga, esta vez situó a la caballería en los flancos y la infantería genovesa en el costado derecho.

El flanco derecho, impulsado por la infantería genovesa y la caballería, desintegró rápidamente a su contraparte rusa e hizo retroceder poco más de 1 kilómetro a la infantería rusa. Dimitri intercambió su armadura con la de un joven noble Mikhail Brenok para no ser identificado por los tártaros, su suplente moriría y el propio Dimitri acabaría gravemente herido e inconsciente en el campo de batalla.

Creyendo ya perdida la batalla, dio la orden al ejército emboscado dirigido por Dimitri Bobrok de lanzarse al combate. Sin embargo, el príncipe de Sérpujov (primo hermano del Gran duque), intervino enérgicamente:

¡No, Dimitri Ivánovitch, espera que el sol hiera los ojos de los tártaros! Entonces soltaremos a Bobrok…

Después de haber perdido muchos de sus soldados, el ala izquierda rusa comenzó a retirarse y los mongoles penetraron por la brecha. Mamai decidió impulsar el avance, sobre las 14:00 horas, lanzó su reserva (8.000 jinetes pesados) por el flanco derecho para profundizar sobre las fuerzas rusas que estaban en verdadero peligro de derrumbarse y ser envueltas.

Desenlace de la batalla

En este momento la reserva rusa (unos 5.000 jinetes pesados) dirigida por Vladímir Andreyevich, príncipe de Volinia, atacó para cerrar la brecha, se produjo un choque frontal entre ambas caballerías pesadas, consiguiendo parar el avance.

Cuando estaban agotados por el esfuerzo, la caballería emboscada de Dimitri Bobrok y apareció y atacó por retaguardia. Esta participación inesperada de las tropas rusas de refresco cambió radicalmente la situación. En 30 minutos destrozaron la caballería mongola y cargaron contra la infantería genovesa que se puso en fuga.

Las fuerzas de Mamai se desbandaron y fueron perseguidos hasta la noche.

Secuelas de la batalla

El Kan, herido por el príncipe de Kozelsk, logró escapar a Crimea, donde fue finalmente asesinado por sus enemigos, dejando la Horda al mando de Toqtamish.

Las bajas se estiman de 5.000 a 8.000 rusos muertos y 10.000 mongoles. El penoso levantamiento de cuerpos de los rusos duró 7 días, que actualmente se celebran con fiestas para honrar a aquellos valientes.

El significado de la batalla de Kulikovo, tuvo sobre todo una gran importancia simbólica al ser la primera gran derrota de los tártaro-mongoles en Rusia. No obstante, a nivel militar no fue una derrota definitiva. Apenas dos años más tarde, en 1382, Tokhtamish atacó a los rusos y Moscú fue saqueada y casi destruido por las llamas. Los rusos, que no pudieron alinear un número suficiente de hombres para luchar contra él, indica que no se recuperaron fácilmente de la batalla, mientras que los tártaros lo hicieron rápidamente.

Sin embargo, la batalla tuvo una importancia espiritual para la unificación de Rusia más importante. Los rusos fueron a la batalla de Kulikovo o de  Lulikovskaya como ciudadanos de varios principados y volvieron como una nación rusa unida.

Esta victoria es considerada como el inicio del fin del dominio mongol sobre Rusia, que estaba regido por la Horda Dorada.