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Canuto el Grande (1016-1035)
Acompañó a su padre el rey Svend durante su exitosa invasión a Inglaterra (agosto de 1013), y a la muerte de éste (3 de febrero de 1.014), fue nombrado rey de Inglaterra por los daneses. Su regreso a Noruega fue aprovechado por el rey Etelredo II el Indeciso para volver a ser proclamado rey por la Witenagemot o asamblea de nobles ingleses.
Canuto el Grande después de resolver los asuntos en Noruega, regresó a Inglaterra en agosto de 1.015. Los daneses poseían dos tercios de Inglaterra (Danelaw, norte de la ribera del Támesis a lo largo de Lee, noroeste entre Midlands y el este de Mercia hasta Chester y el río Dee). Los sajones dominaban al sur del Támesis y al oeste de Wessex y Mercia occidental.
Canuto devastó Wessex (el sur de Inglaterra) antes de trasladarse a Mercia (la región central). Su hijo Edmundo trató de ofrecer resistencia, pero Eteraldo regresó a Londres, posiblemente herido, y el ejército se negó a luchar sin su rey presente.
Sin embargo, los sajones disfrutaron entonces de buena fortuna cuando Eteraldo murió en Londres el 23 de abril de 1016. Como resultado, Edmundo II Ironside fue elegido el nuevo rey y añadió un ímpetu muy necesario y conducir a la defensa de Inglaterra. Canuto llegó al sur para sitiar Londres, pero Edmund había logrado escapar a tiempo y se dirigió a Wessex para reclutar un ejército.
Batalla de Assandun o de Essendune (18 de octubre de 1016)
El 9 de mayo de 1016, Canuto desembarcó en Greenwich, poco después se enfrentó a Edmundo II en la batalla de Ashingdon, en la que los ingleses fueron rechazados.
Canuto llegó a Londres y lo puso bajo asedio con el apoyo mayoritario de la nobleza inglesa contra la jerarquía anglosajona; en particular los nobles de Southampton.
El asedio fue una respuesta a la reconquista de Edmundo de la ocupada Wessex y las continuas ofensivas contra el ejército de Canuto. Londres resistió el asedio y Edmundo rechazó a los daneses, pero necesitaba tropas después del triunfante ataque contra los daneses en Mercia.
Edmundo II abandonó Londres y se arriesgó a viajar hacia el interior, al territorio dominado por sus enemigos y con alto riesgo de ser atacado por el ejército vikingo. Canuto tenía una buena red de espionaje y estaba al tanto de los movimientos de los ingleses.
Edmundo II Ironside era claramente un líder determinado e inspirador que los sajones habían necesitado y los meses siguientes vio una serie de los encuentros en pequeña escala (pero duros) entre Ironside y los vikingos. Los dos primeros encuentros (Penselwood en Somerset y Sherston en Wiltshire) no parecen haber sido decisivos para ninguna de las partes, aunque para los sajones las derrotas al menos se habían visto. Más significativo fue su éxito en aliviar el sitio de Londres, expulsando a los vikingos y luego derrotándolos en la batalla de Brentford. Las fuertes pérdidas lo obligaron a regresar a Wessex para levantar otro ejército y permitieron a los vikingos reanudar su sitio, pero Edmund regresó pronto para expulsarlos de nuevo y derrotarlos en Otford (Kent).
Edmundo II Ironside persiguió a Canuto y a su ejército mientras regresaban a sus naves después de devastar a Mercia, los daneses presentaron batalla.
El ejército de Edmundo fue interceptado por los daneses de Canuto. El enfrentamiento tuvo lugar en Essex, posiblemente en Ashingdon (cerca de Rochford en el sur del condado), aunque no se descarta Ashdon (cerca de Saffron Walden en el norte).
El ataque sorpresa desconcertó a los ingleses, y al parecer durante la batalla un tal Eadric Streona abandonó Edmundo y se unió a Canuto, como lo hizo otro poderoso guerrero vikingo, Thorkell el Alto.
Tras la derrota, Edmundo II se vio forzado negociar con Canuto. Ambas partes se entrevistaron en una isla del río Severn cediendo toda Inglaterra a excepción de Wessex y pactando que a la muerte de uno de los soberanos, el otro dominaría toda Inglaterra y que el hijo del rey superviviente sería heredero de la corona. El 30 de noviembre, murió Edmundo y Canuto fue aclamado rey por la Witenagemot en enero de 1.017. Por primera vez, gobernaría un territorio no muy distinto en extensión a lo que hoy es Inglaterra.
Canuto tenía por costumbre construir una iglesia, capilla u otro lugar santo tras vencer en una batalla, para recordar y honrar a los caídos en el campo de batalla. Pocos años después, en 1.020, finalizó una iglesia conocida como Ashingdon Minster, localizada en una colina cercana al presunto emplazamiento donde tuvo lugar la batalla.
Gobierno ce Canuto I el Grande
En 1018, al morir su hermano Harald II de Dinamarca, Canuto ocupó también el trono de Dinamarca. Al recaer en él la herencia danesa, Canuto gobernó sobre ambos países, pero centró su atención en Inglaterra (allí residió la mayor parte del tiempo, en Winchester). Se apoyó firmemente en su guardia personal, la Thingmannalidh, cuyos miembros, llamados húskartar, recibieron posesiones en suelo británico.
Canuto I instauró una sensata política de apaciguamiento entre daneses y sajones, para lo que contó con el apoyo del sajón Godwin, a quien nombró conde de Wessex. La conducta de Canuto, de notable crueldad con sus enemigos, cambió radicalmente tras erigirse en monarca de los ingleses: respetó las leyes anglosajonas y a todos sus súbditos, tanto anglosajones como daneses; organizó un ejército común; favoreció los matrimonios mixtos para unir ambos pueblos; apoyó y protegió a la Iglesia anglosajona, que le dio su apoyo una vez convertido a la nueva fe; codificó la legislación eclesiástica inglesa; y mantuvo las costumbres nacionales. Todo esto hizo que fuera altamente apreciado y pasara a la historia como un magnífico gobernante.
En política exterior, procuró mantener buenas relaciones con el Sacro Imperio Romano Germánico, casando a su hija Gunhild con el futuro emperador Enrique III, hijo del emperador Conrado II, quien a su vez renunció a sus derechos sobre la región situada entre los ríos Eider y Schleie; de este modo, el río Eider trazó en adelante la frontera meridional del reino de Dinamarca. Peregrinó además a Roma, donde asistió, precisamente, a la coronación imperial de Conrado II (1028), al que apoyó también en su lucha contra los eslavos centroeuropeos.
Con la conquista de Noruega, llevada a cabo entre 1020 y 1028, y que tuvo su punto álgido en la victoria sobre el rey Olaf II el Gordo y sus aliados suecos en la desembocadura del río Helgea en Blekinge (1026); Canuto I obtuvo el control de los territorios del mar del Norte, desde el mar Báltico a las costas de Groenlandia.
Sucesión de Canuto II el Grande
A la muerte de Canuto I el 12 de noviembre de 1035, se repartió entre sus tres hijos. Del primer matrimonio de Canuto con Elwigis de Northampton (no reconocido por la Iglesia Católica por haberse realizado según las leyes danesas) habían nacido Sven y Harald, a quienes correspondieron, respectivamente, los reinos de Noruega e Inglaterra. Su hijo menor, Hardeknut, habido de la unión con Emma de Normandía, viuda de Etelredo II, heredó el reino de Dinamarca.
Hardeknut dejó a su medio hermano Haroldo Harefoot (pie de liebre), el gobierno del reino de Inglaterra, mientras él no pudiera tomar posesión efectiva del mismo, pues se encontraba en plena lucha con el rey Magnus I de Noruega.
En 1037 Harefoot se proclamó a sí mismo rey de Inglaterra; durante su reinado ordenó cegar y matar a Alfredo Atheling, hermano de Eduardo el Confesor, cuando ambos regresaron a Inglaterra para tratar de recuperar el trono.
Murió en la ciudad de Oxford el 17 de marzo de 1040, a los 24 años de edad, mientras su hermano Hardeknut preparaba la invasión de Inglaterra. Fue sepultado en la abadía de Westminster, pero una vez que Hardeknut ocupó el trono, ordenó que lo desenterraran y arrojaran sus restos a un corral con animales.
Su gobierno fue impopular, provocando los impuestos excesivos con los que gravó a sus nuevos súbditos la célebre rebelión de Worcester en 1041 ante tales abusos. La revuelta fue sofocada duramente y la ciudad devastada; el relato de Lady Godiva montada desnuda sobre un caballo paseando por la ciudad de Coventry para protestar por los excesivos impuestos se habría dado durante esta época.
En 1041, Hardeknut invitó a su hermanastro Eduardo a volver al país a gobernar como su corregente, después de su prolongado exilio en Normandía. Murió en la ciudad de Lambeth, el 8 de junio de 1042, a los 24 años de edad, finalizando el reinado de los anglo-daneses. Llegando al trono Eduardo III el Confesor