Guerras Napoleónicas Guerra de la Independencia (1812) Operaciones en el sur junio-agosto de 1812

Situación a primeros de año

Habían transcurrido dos meses entre el paso de Wellington del río Águeda en su marcha ofensiva hacia el reino de León y su entrada triunfal en Madrid. Durante este momento crítico se habían producido constantes alarmas e incursiones en Andalucía y Extremadura, pero no había ocurrido nada decisivo. Eso era todo lo que Wellington quería, distraer el ejército francés del Sur, de modo que no tuviera posibilidad de interferir con la campaña en el Duero. La misión principal de Ballasteros y Hill, si fuera posible, era combinar sus operaciones para presionar al enemigo alternativamente. La Regencia en Cádiz había accedido de buena gana a incitar al general español a la actividad: si se manifestaba una vez más (como en abril) contra Sevilla, para atraer la atención de Soult y hacer que se concentrara, Hill debería presionar a Drouet y a las tropas francesas en Extremadura, para obligar al mariscal a alejarse del español. Del mismo modo, si Soult se concentraba contra Hill, Ballasteros volvería a atacar Sevilla o la retaguardia desde las Líneas de Cádiz, lo que llevaría infaliblemente al mariscal de nuevo hacia el sur a toda prisa.

Cuando Wellington cruzó el río Águeda el 13 de junio, Hill hizo reunir su cuerpo en Extremadura central: cuartel general en Almendralejo, las tropas acantonaron alrededor de Ribera, Villafranca, Fuente del Maestre y Los Santos, con la caballería española de Penne Villemur frente a Zafra. Hill tenía a mano su DI-2 y la BRI portuguesa de Hamilton, con dos brigadas de caballería británica y una portuguesa. También podía llamar, si era necesario, a los 3 RIs portugueses (5, 17, 22) que estaban guarneciendo Badajoz hasta que se le proporcionara una guarnición española suficiente. Hasta entonces solo habían aparecido unos pocos cientos de españoles (tiradores de Doyle). A lo lejos, al norte del Guadiana, observando los puestos franceses en el Tajo, había un regimiento de caballería portuguesa destacado en Plasencia.

Esta unidad periférica también fue puesta a cargo de Hill: su misión era avisar con anticipación de cualquier actividad de los franceses, en dirección a Almaráz o al recientemente restaurado puente de Alcántara. La DI de Morillo del ejército de Castaños se encontraba a la derecha de Hill, en el suroeste de Extremadura: Wellington sugirió que el general español se dirigiera a Badajoz, y así liberar a los RIs portugueses que estaban allí. Toda la fuerza que vigilaba a Soult ascendía a casi 19.000 hombres, sin incluir a los españoles. De ese total, unos de 7.500 eran británicos, algo más de 11.000 eran portugueses. Además, Morillo y Penne Villemur contaban con 4.000 efectivos españoles.

Los franceses en Extremadura todavía consistían en contingente de Erlon, que se componía de su propia DI, la DI de Daricau, con la caballería de Lallemand y Perreymond, en total unos 12.000 efectivos. Desde su incursión a Don Benito y Medellín en el momento de la incursión de Hill en Almaráz, Erlon había retrocedido, abandonando todo el sur y la mayor parte del este de Extremadura a los aliados. Él mismo estaba en Azuaga y Fuenteovejuna, en las laderas de sierra Morena, mientras que Daricau estaba más al norte, cerca de Zalamea, demasiado lejos para brindar apoyo inmediato a su jefe. El destacamento de Daricau en esa dirección parece haber sido causado por el deseo de facilitar la comunicación con el ejército de Portugal, si este último volviera alguna vez hacia el sur desde el Tajo.

https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/coraceros-franceses-descansando-en-un-pueblo-de-espana-mientras-hierran-los-caballos-1024x657.png 1024w, https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/coraceros-franceses-descansando-en-un-pueblo-de-espana-mientras-hierran-los-caballos-300x192.png 300w, https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/coraceros-franceses-descansando-en-un-pueblo-de-espana-mientras-hierran-los-caballos-768x493.png 768w, https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/coraceros-franceses-descansando-en-un-pueblo-de-espana-mientras-hierran-los-caballos-1536x985.png 1536w, https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/coraceros-franceses-descansando-en-un-pueblo-de-espana-mientras-hierran-los-caballos-100x64.png 100w, https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/coraceros-franceses-descansando-en-un-pueblo-de-espana-mientras-hierran-los-caballos.png 2034w
Coraceros franceses descansando en un pueblo de España mientras hierran los caballos. Autor Domingo Muñoz y Cuesta.

Batalla de Cartama (16 de febrero de 1812)

El día 10 de febrero, Ballesteros se encontraba en Yunquera (Málaga) con sus tropas, desde donde marchará a Ardales como maniobra de distracción. Al mismo tiempo, una columna española avanzó sobre Álora, atacando a la guarnición de 200 soldados del RI-9 polaco que se encontraban allí, quienes, contra todo pronóstico, consiguieron resistir y rechazar a la columna atacante. El 14 de febrero, otra columna española atacó a la guarnición francesa de Alhaurín el Grande, pero la caballería imperial consiguió ponerla en fuga.

Al amanecer del 16 de febrero, Ballesteros se encontraba frente a Cártama, desplegando a sus tropas en el siguiente orden:

  • Flanco derecho: BIL-I de Cataluña, RI de Cangas de Tineo.
  • Centro: RI Inmemorial del Rey, Cía de gastadores y artillería.
  • Flanco izquierdo: RI de Lena y caballería.
  • Reserva: RI de Sigüenza.

Según el informe escrito por Maransin, el ejército español ascendía a 3.000 infantes y 400 jinetes.

En cuanto a las tropas francesas estarían formadas por:

  • Infantería: RI-58 (700), RI-6 Fijo de Málaga (100) (juramentados), y RI-9 polaco.
  • Caballería: RD-21 (105) y 20 escopeteros a caballo.

De acuerdo al informe de Ballesteros, el ejército de Maransin sumaría un total de 2.000 soldados de infantería y 400 de caballería.

Ballesteros realizó a la cabeza de sus hombres tres furiosas cargas, causándole numerosas bajas a los franceses, como la del comandante Thyrel o la del capitán de granaderos, Ducase, pero los franceses aguantaron.

A las ocho de la mañana la batalla estaba indecisa: los franceses no podían pasar a la ofensiva y los españoles no podían romper la línea enemiga. Fue entonces cuando haciendo un alarde de valor, Maransín se lanzó con la mitad de sus fuerzas a capturar los cañones españoles, pero una bala destrozó las costillas del general francés que cayó del caballo. Este hecho, decisivo a la postre, paró el asalto francés. Maransín fue evacuado a Málaga y los franceses se replegaron al Puente del Rey bajo las órdenes del comandante Ballanger, el repliegue lo hizo en buen orden con la caballería cubriendo la retaguardia.

https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/batalla-de-cartama-16-de-febrero-de-1812--avance-frances-1024x584.png 1024w, https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/batalla-de-cartama-16-de-febrero-de-1812--avance-frances-300x171.png 300w, https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/batalla-de-cartama-16-de-febrero-de-1812--avance-frances-768x438.png 768w, https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/batalla-de-cartama-16-de-febrero-de-1812--avance-frances-1536x876.png 1536w, https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/batalla-de-cartama-16-de-febrero-de-1812--avance-frances-100x57.png 100w, https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/batalla-de-cartama-16-de-febrero-de-1812--avance-frances.png 1899w
Batalla de Cartama (16 de febrero de 1812). Avance francés. Reproducción de la batalla.

Ballesteros lo persiguió, hasta 5 km de Málaga, momento cuando apareció el general Rey y obligó a Ballesteros a retirarse. El general Rey lo persiguió hasta Monda, pero no pudo entrar en combate con sus fuerzas. Reforzó Alhaurín el Grande y ocupó Coín con un destacamento de caballería. El cinturón francés de seguridad quedó de nuevo restablecido.

Las bajas españolas fueron 124 hombres, capturando el enemigo 120 (7 de ellos oficiales). Por su parte, los franceses tuvieron 150 muertos e hicieron 70 prisioneros.

Batalla de Bornos (1 de junio de 1812)

Después de su éxito en la batalla de Cartama en febrero, y su subsiguiente persecución por las columnas volantes de Soult, Ballasteros se había refugiado, como solía hacer cuando estaba en apuros, bajo los cañones de Gibraltar. Los franceses se retiraron cuando habían consumido sus provisiones y retrocedieron a sus puestos habituales en Málaga y Ronda, y a lo largo de la línea del río Guadalete. Cuando se fueron, el general español emergió en mayo y reinició sus acostumbradas incursiones, recorriendo todas las montañas del Sur.

Habiendo recibido los despachos de la Regencia, en los que se le ordenaba ejecutar una distracción a favor del ejército aliado en Extremadura, obedeció con inesperada celeridad y tomó en sus manos una empresa muy atrevida. El general Conroux, con la columna que tenía como misión cubrir la retaguardia de las Líneas de Cádiz, estaba en Bornos (Cádiz), detrás del río Guadalete, en un campamento un poco atrincherado. Tenía con él unos 4.500 efectivos que incluían El RIL-9, RI-96, RI-5 de cazadores, y RC-2 de cazadores a caballo.

Ballasteros resolvió intentar sorprenderlo, en la madrugada del 1 de junio. Habiendo reunido todas sus tropas disponibles 8.500 de infantería y algunos escuadrones; realizó una marcha forzada y, favorecido por una espesa niebla al amanecer, vadeó el río Guadalete el 1 de junio, por el vado que existe al oeste de Bornos, con la ciudad de Arcos a sus espaldas, y atacaron los cerros donde los franceses estaban construyendo las fortificaciones. Juan de la Cruz Mourgeon con la DI de vanguardia y el Príncipe de Anglona la DI-3 atacaron por sorpresa por la derecha, mientras que por la izquierda atacaba el general José Aymerich y el marqués de las Cuevas.

Al principio obtuvieron un éxito considerable, pero los franceses se recuperaron y, tras una dura lucha, rompieron su línea con una carga general, los franceses hicieron retroceder el flanco derecho español, que eran las tropas más bisoñas. El contraataque de la caballería francesa sobre ese punto, sobrepasando a la caballería española donde estaba el escuadrón de Ubrique, hizo cundir el pánico que enseguida se contagió al resto de las fuerzas. El desordenado repliegue no fue un desastre aún mayor gracias a que la caballería española, al mando de Luis del Corral, pudo contener a la enemiga y el príncipe de Anglona, con sus tropas y la artillería, contuvo el contraataque de la infantería francesa.

Conroux estaba demasiado agotado para perseguir, y Ballasteros permaneció en posición, al parecer preparando un segundo ataque, cuando al ver que algunos destacamentos de caballería se acercaban para unirse al enemigo, se retiró rápidamente. Había perdido 1.500 hombres y 4 cañones, los franceses más de 400. La primera nota de alarma de Bornos había hecho que Soult enviara todas las reservas que pudiera reunir de las Líneas de Cádiz y Sevilla: 6 BIs y 2 regimientos de caballería, y como Ballasteros había sido derrotado, pero no destruido, pensó que era necesario prestar atención inmediata hacia él. Acto seguido el español se retiró primero a Ubrique, y cuando se vio amenazado en esa posición, a su antiguo refugio en las líneas de San Roque delante de Gibraltar.

https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/fuerzas-francesas-en-andalucia-1024x670.png 1024w, https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/fuerzas-francesas-en-andalucia-300x196.png 300w, https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/fuerzas-francesas-en-andalucia-768x503.png 768w, https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/fuerzas-francesas-en-andalucia-1536x1005.png 1536w, https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/fuerzas-francesas-en-andalucia-100x65.png 100w, https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/fuerzas-francesas-en-andalucia.png 2020w
Guerra de la Independencia. Bailando para los franceses. Autor Domingo Muñoz y Cuesta.

Batalla de Maguilla (11 de junio de 1812)

A Soult le hubiera gustado acabar con él, y también le habría gustado dirigir un nuevo ataque sobre Tarifa, que servía de segunda base al cuerpo español itinerante. Pero su atención se desvió de Ballasteros y del Sur por el rápido avance de Hill, quien como se había establecido, presionó a Drouet en el momento adecuado. El 7 de junio adelantó su cuartel general de Almendralejo a Fuente del Maestre y dos días después a Zafra. El 11 de junio, la BRD de Penne Villemur avanzó desde Llerena hacia Azuaga, mientras que la BRD de Slade, avanzando paralelamente al general español, avanzaba desde Llera en Maguilla, una aldea a unos 25 km por delante del cuartel general de Drouet en Fuenteovejuna.

Slade después de algunas horas de marcha comenzó a ponerse en contacto con las patrullas francesas de dragones, y luego, después de empujarlos, se encontró frente a la BRD de Lallemand. Sus fuerzas eran casi iguales, Slade (RD-1 Reales y el RD-3 de Guardias) y Lallemand (RD-17 y RD-27), cada uno con unos 700 efectivos. El general francés mostró considerable cautela y se retiró a cierta distancia, hasta casi llegar a Maguilla (Badajoz), donde se volvió para luchar. Slade lo atacó de inmediato, con el RD-1 Royal en primera línea y el RD-3 de Guardias. El primer choque fue completamente exitoso, la línea francesa se rompió y más de 100 hombres fueron capturados.

https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/dragones-pesados-britanicos-de-la-guardia--participaron-el-el-combate-de-maguila-851x1024.png 851w, https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/dragones-pesados-britanicos-de-la-guardia--participaron-el-el-combate-de-maguila-249x300.png 249w, https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/dragones-pesados-britanicos-de-la-guardia--participaron-el-el-combate-de-maguila-768x924.png 768w, https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/dragones-pesados-britanicos-de-la-guardia--participaron-el-el-combate-de-maguila-1277x1536.png 1277w, https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/dragones-pesados-britanicos-de-la-guardia--participaron-el-el-combate-de-maguila-100x120.png 100w, https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/dragones-pesados-britanicos-de-la-guardia--participaron-el-el-combate-de-maguila.png 1409w
Dragones pesados británicos de la Guardia. Participaron en el combate de Maguila. Los 3 de la izquierda son de 1810, el montado es de 1812, y el de la izquierda con casco es de 1813. Autor Richard Knötel.

Pero Slade luego persiguió a los escuadrones derrotados con una temeridad precipitada, cada RD compitiendo con el otro para ver quién se distinguía más. La persecución muy imprudente durante varios km. Después de que los franceses hubieran pasado un desfiladero más allá de Maguilla, recibieron la carga de flanco de un ED que Lallemand había dejado en reserva y se abalanzó contra la masa desordenada. Cargados en diagonal por una pequeña fuerza, pero una en buen estado, los dragones británicos cedieron. El cuerpo principal de Lallemand regresó y cargó hacia ellos, y toda la BRD huyó en el mayor desorden. La huida terminó cerca de Valencia de las Torres, un pueblo a unos 6 km de Maguilla cuando ambos bandos habían agotado a sus caballos. Slade finalmente puso a sus supervivientes en formación y se retiró más allá de Llera.

En este desacreditado asunto, Slade perdió 22 muertos, 26 heridos y 118 prisioneros, la mayoría de estos últimos heridos, el total de bajas fue 166. Lallemand reconoce en su informe una pérdida de 51 efectivos, de los cuales 1 oficial muerto y 4 oficiales heridos. La mayoría de los franceses que fueron capturados al comienzo de la acción escaparon.

El combate de Maguilla, aunque insatisfactorio en sí mismo, no influyó en la estrategia general de la campaña. Drouet, habiendo retrocedido ante el avance de Hill, envió mensajes a Soult en el sentido de que, a menos que fuera fuertemente reforzado, debía retirarse de Sierra Morena y cubrir los caminos a Córdoba en el lado andaluz de las montañas. Informó que solo tenía 6.000 hombres a mano, y que Hill venía contra él con 30.000, incluidos los españoles.

Enfrentamiento de Hill con Drouet

Soult envió la petición de Erlon a Madrid, con el comentario de que el avance de Hill demostraba que la principal intención de Wellington era sin duda atacar Andalucía y no caer sobre Marmont. Pero que no consideraba tan inminente un ataque de este tipo, lo demuestra suficientemente el hecho de que, en la ayuda de Drouet, solo envió la DI de Barrois; que componía su reserva central, y la caballería de Pierre Soult, un total de 6.000 de infantería y 2.200 de caballería, tal refuerzo habría sido inútil si realmente hubiera creído que Wellington marchaba contra Sevilla. Su real opinión puede deducirse de su estimación de la fuerza de Hill en 15.000 anglo-portugueses y 5.000 españoles, un total muy alejado de los informes alarmistas de Drouet, y no muy lejos de la verdad.

El refuerzo enviado bajo Barrois daría al destacamento de Extremadura una igualdad numérica con Hill, y una gran superioridad en calidad. Las órdenes enviadas a Drouet eran que debía avanzar contra Hill, esforzarse por llevarlo a un enfrentamiento, en todo caso para contenerlo, para no separar tropas al norte del Guadiana para unirse a Wellington o manifestarse contra Madrid. Si las cosas iban bien, Drouet investiría Badajoz y ocuparía Mérida, desde donde intentaría ponerse en comunicación vía Trujillo con las tropas del ejército del Centro. El párrafo final de sus instrucciones indicaba que el objetivo principal de Drouet debía ser realizar una distracción tan formidable que Wellington tendría que reforzar a Hill. Wellington cruzó el río Águeda con 7 de sus 8 DIs para atacar Marmont, al día siguiente de que se escribiera este interesante despacho.

A Erlon se le había prometido que Barrois marcharía en su ayuda el 14 de junio, pero no fue hasta el día 16, cuando la columna de Sevilla empezó a unirse a él, y luego no marchó por la ruta de Constantina y Guadalcanal, como Erlon lo había solicitado; sino por la carretera de Andalucía a Badajoz, vía Monesterio. Si Hill hubiera estado presionando a las tropas frente a él con vigor, los franceses habrían estado en una posición incómoda, ya que estaban en caminos separados, y podrían haber sido separados. Pero el general británico tenía órdenes de atraer la atención de Soult y de contener a tantos enemigos como fuera posible, en lugar de arriesgar nada.

Resolvió, al enterarse de la llegada de Barrois, retirarse a las alturas de Albuera, que Wellington le había señalado como la posición más adecuada para mantenerse a la defensiva, si se le presionaba mucho. En consecuencia, retrocedió por etapas desde Zafra hacia Badajoz, cubriéndose la retaguardia con su caballería, que sufrió pocos ataques. Barrois se unió a Drouet en Bienvenida cerca de Zafra el 19 de junio, y su fuerza unida, debía de ascender a más de 18.000 hombres, aunque Drouet en un informe al rey Jos declara una cifra más baja. Avanzaron con cautela hasta Villafranca y Fuente del Maestre, que su infantería ocupó el 21 de junio, mientras su numerosa caballería se encontraba un poco al frente, en Villalba, Azeuchal y Almendralejo. El mismo día Hill asumió la posición de Albuera, en la que se habían atrincherado varios puntos.

Como Hill acababa de llamar a los 3 RIs portugueses de guarnición de en Badajoz, tenía de 18.000 a 19.000 efectivos a su disposición, además de la caballería española de Villemur. Este último, junto con los escuadrones de Long y Slade, fueron enviados frente al río Albuera, con sus patrullas en Santa Marta, Almendral y Corte de Peleas, a solo de 1 a 3 km de los puestos avanzados franceses. Se les ordenó no ceder hasta que estuvieran fuertemente presionados, ya que Hill deseaba evitar a toda costa cualquier tipo de sorpresa.

Drouet permaneció inactivo delante de la posición de Albuera desde el 21 de junio hasta el 2 de julio. Este fue un momento muy difícil para el cuerpo de Hill, el clima era excesivamente caluroso, el suelo era espantoso con los cadáveres insuficientemente enterrados de la batalla del año pasado y las enfermedades eran muy frecuentes en algunos regimientos.

El 1 de julio, Drouet mandó realizar un reconocimiento minucioso, con tres brigadas de caballería bajo la dirección de Pierre Soult: la de Vinot en el centro, la de Sparre a la derecha y la de Lallemand a la izquierda. La DI de Barrois apareció en apoyo. Vinot empujó a un regimiento de caballería portugués de la BRC de Campbell de Corte de Peleas, pero se retiró cuando lo encontró apoyado por los dragones ligeros de Long frente a la posición de Albuera. Lallemand encontró Santa Marta en manos de la caballería de Penne Villemur, y los sacó de allí con una pérdida considerable, porque el general español imprudentemente ofreció la batalla y fue derrotado después de una contienda muy corta. Se retiró al bosque de Albuera, cuyo borde estaba ocupado por los dragones pesados de Slade, apoyados por los piquetes de la brigada de infantería BRI de Byng. Una tropa de la del RD-3 de Guardias hizo una valiente carga para cubrir la retirada de los españoles, y sufrió algunas pérdidas al sacarlos.

Al anochecer, Lallemand siguió adelante y cortó a un pequeño grupo de los Buffs, que habrían sido hechos prisioneros si una tropa del RH-2 KGL no los había rescatado con un contraataque repentino. La brigada de Sparre a la derecha no hizo más que escaramuzas con los puestos avanzados aliados a lo largo del curso inferior del río Albuera. Por la noche, toda la caballería francesa se retiró, y Erlon escribió a Soult que su reconocimiento había cumplido completamente su objetivo, asegurándole que Hill tenía 25.000 infantes, 3.000 caballos y una fuerza de artillería muy fuerte en posición, por lo que sería una locura atacarlo.

A la mañana siguiente, el 2 de julio, Hill decidió hacer uso del permiso de Wellington para iniciar una acción, si juzgaba que Drouet no era lo suficientemente fuerte para enfrentarlo. La debilidad de la demostración francesa lo había convencido de que los franceses no estaban preparados para luchar. Reuniendo a todo su ejército, avanzó desde la posición de Albuera hacia Santa Marta, desafiando a Drouet a una batalla.

Las patrullas francesas resistieron y se retiraron cuando las empujaron. Al llegar al cerro de Santa Marta se detuvo por la noche en orden de batalla, y en la mañana del 3 de julio, retomó su movimiento, que iba encaminado a cortar a Drouet de la gran carretera de Sevilla. Mientras Erskine con la caballería ligera (Long y la portuguesa de J. Campbell) avanzaba por la carretera a Villalba, apoyado por una BRI británica y una BRI portuguesa. El propio Hill, con el resto de su ejército, ejecutó una marcha de flanco hasta Feria y, habiéndose puesto detrás del ala izquierda francesa, se volvió hacia adentro y avanzó hacia Los Santos. El grueso del enemigo, en Villafranca y Fuente del Maestre, se vio así impedido de utilizar la carretera principal a Sevilla y colocado en una posición que obligaba a Drouet a luchar o retirarse hacia el sureste hacia Usagre y Llerena.

A la mañana siguiente del 4 de julio, Hill esperaba una batalla, porque la DI de Barrois y toda la caballería de Pierre Soult se encontraba en una posición fuerte en Fuente del Maestre, y el resto de los franceses seguían de cerca en Almendralejo. Pero cuando continuó su movimiento hacia la derecha, flanqueando a Barrois en lugar de atacarlo, el enemigo cedió y se retiró, protegido por su caballería, retirándose sobre Ribera, Hinojosa y Usagre. Hubo una animada escaramuza entre los escuadrones de la vanguardia británica y los de la retaguardia francesa, pero ningún enfrentamiento serio.

El mismo plan de acción general continuó el 5 de julio, Hill, manteniendo su ejército bien concentrado, se movió en dos columnas sobre Usagre y Bienvenida, el grueso de su caballería cabalgando a la cabeza de su columna de la izquierda y presionando a la caballería francesa. Drouet se instaló en Valencia de las Torres, donde había encontrado un terreno fuerte, y pensó arriesgarse el 6 de julio a una batalla defensiva. Pero Hill, en lugar de marchar hacia él, continuó su movimiento de flanqueo hacia Llerena. Entonces Drouet, al ver que quedaría aislado de Andalucía si permanecía en la posición elegida, la evacuó y retrocedió por Maguilla sobre Berlanga y Azuaga el 7 de julio. Los dos ejércitos habían vuelto así exactamente a las mismas posiciones en las que se habían estado el 19 de junio, antes de la retirada de Hill a La Albuera.

El 10 de julio. Drouet pensando que el avance de Hill podría detenerse con la misma eficacia asumiendo una posición en su flanco como por oposición directa en el frente; cambió su ala derecha (la DI de Daricau y la caballería de Sparre y Vinot) de regreso a Zalamea y sus alrededores, donde Daricau había estado en mayo y junio. Él mismo retomó su antiguo cuartel general de Fuenteovejuna. Justo en ese momento Hill recibió una carta interceptada del rey José a Drouet, fechada el 21 de junio, en la que repetía en términos airados la orden de marchar a Toledo sin demora.

La captura de este despacho coincidió con la noticia de que Drouet había empujado a Daricau y un gran cuerpo de caballería hacia Zalamea. Hill dedujo naturalmente que los franceses que estaban frente a él estaban por fin a punto de obedecer las órdenes del Rey y de marchar hacia el Tajo, vía Zalamea, Medellín y Trujillo. Si Drouet se dirigía hacia el norte hacia el Rey, Hill estaba dispuesto a seguir las instrucciones originales que Wellington le había dejado, y si no podía detener al enemigo, se movería en paralelo a él.

Unos días más tarde se hizo evidente que no estaba en curso ningún movimiento general de los franceses hacia el Tajo. La infantería de Daricau y la caballería adjunta se establecieron en Zalamea y sus alrededores, y no empujaron nada más que reconocimientos en dirección al Guadiana: aparecieron grupos de caballos en torno a Don Benito y Medellín, pero sin columnas sólidas de apoyo.

Por lo tanto, Hill se detuvo, con su cuartel general en Zafra y su retaguardia (que un momento antes había sido su vanguardia) en Llerena: solo unos pocos de los escuadrones portugueses de J. Campbell se trasladaron a Mérida, aunque alguna infantería española se acercó a la misma dirección. Las cosas permanecieron muy tranquilas, Hill sabía que estaba deteniendo a Drouet, cuando era muy esperado en Madrid. Drouet sabía que estaba impidiendo que Hill se uniera a Wellington en el Duero. Pero la ventaja estaba del lado de los aliados: Hill, con solo 8.000 británicos y 11.000 portugueses, estaba llamando la atención de 3 DIs veteranas del ejército del Sur y de la mayor parte de la caballería de Soult. Los franceses en Andalucía habían quedado tan débiles por la ausencia de 18.000 hombres más allá de Sierra Morena, que no pudieron molestar a Cádiz ni al ejército de Murcia.

La caza de Ballesteros

Ballasteros, aunque sus fuerzas estaban mermadas tras su derrota en la batalla de Bornos, partió de nuevo desde las líneas de San Roque con entre 5.000 y 6.000 hombres. Manteniéndose por caminos de montaña y disimulando su marcha, sorprendió, el 14 de julio, a la gran ciudad portuaria de Málaga, entrando en la ciudad; aunque no logró capturar su ciudadela, Gibalfaro, a la que escaparon los restos de la guarnición. Ballasteros consiguió dinero, provisiones y reclutas de la ciudad capturada, pero sabía que no se atrevía a quedarse allí por mucho tiempo. Porque Soult, naturalmente enfurecido por una incursión tan audaz y exitosa, dirigió tropas hacia él de todos lados. Leval, el gobernador de Granada, marchó contra él con cada BI que pudo reunir desde el lado oriental de Andalucía, unos 5.000 efectivos. Villatte, al mando delante de Cádiz, llegó desde la otra zona con 6.000 hombres. Tenían órdenes de atrapar a Ballasteros entre ellos, interceptar su retirada sobre Gibraltar y aniquilarlo.

Para aislar al español de su habitual lugar de refugio, Villatte dio un giro hacia el sur, apareció a la vista de Gibraltar el 20 de julio, y luego, manteniéndose entre la fortaleza británica y Ballasteros, avanzó hacia el norte para esperarlo. Leval debía empujar a Ballesteros hacia Villatte, avanzando desde Antequera y presionando la caza hacia el sur. Pero Ballesteros, en lugar de retirarse en la dirección esperada, se deslizó sin ser visto a través del frente de Villatte por Álora y se dirigió a las llanuras de Andalucía central. El 25 de julio, en la madrugada apareció, de la manera más inesperada, en Osuna y sorprendió a la pequeña guarnición francesa allí. El gobernador, coronel Beauvais, se abrió paso por las calles hasta un convento fortificado, donde resistió. Pero Ballasteros, satisfecho de haber capturado una cantidad de provisiones, mulas y bagajes, y algunos prisioneros, desapareció.

Leval seguía su pista y tuvo que evadir a su perseguidor con una marcha de flanco, primero a Grazalema y luego a Ubrique. Esto lo estaba acercando peligrosamente a la posición de Villatte. Pero ese general no tenía un conocimiento preciso de lo que estaba sucediendo en el norte, y después de haber esperado diez días en las montañas más allá de Gibraltar por una presa que nunca apareció, agotó sus provisiones.

El día 30 de julio, emprendió su regreso forzado hacia las Líneas de Cádiz, y había llegado a Medina Sidonia cuando Ballasteros, que había superado bastante a Leval, bajó a salvo a Jimena el 1 de agosto y se puso nuevamente en contacto con Gibraltar. Entonces Leval, viendo que era inútil empujar al español (por décima vez) bajo los cañones de la fortaleza británica, y encontrando su columna completamente agotada, regresó a su cuartel general en Granada.

Así, Ballasteros prestó una gran ayuda a la causa aliada distrayendo a unos 11.000 o 12.000 soldados franceses durante una larga quincena, mientras Hill detenía a Drouet en Extremadura. Para cuando la caza del español evasivo había llegado a su fin, la batalla de Salamanca o de los Arapiles se había librado y el aspecto de los asuntos peninsulares había cambiado por completo. Incluso Soult, que había cerrado los ojos durante tanto tiempo ante lo obvio, tuvo que reconocer por fin que había surgido una nueva situación.

https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/fuerzas-francesas-en-andalucia--se-observa-husares-ulanos-polacos-y-cazadores-1024x635.png 1024w, https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/fuerzas-francesas-en-andalucia--se-observa-husares-ulanos-polacos-y-cazadores-300x186.png 300w, https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/fuerzas-francesas-en-andalucia--se-observa-husares-ulanos-polacos-y-cazadores-768x476.png 768w, https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/fuerzas-francesas-en-andalucia--se-observa-husares-ulanos-polacos-y-cazadores-1536x952.png 1536w, https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/fuerzas-francesas-en-andalucia--se-observa-husares-ulanos-polacos-y-cazadores-100x62.png 100w, https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/fuerzas-francesas-en-andalucia--se-observa-husares-ulanos-polacos-y-cazadores.png 1915w
Fuerzas francesas en Andalucía. Se observa húsares, ulanos polacos y cazadores. Autor Jack Girbal

Evacuación francesa de Andalucía

La evacuación de Andalucía se inició por el extremo occidental, porque la retirada del ejército debía dirigirse hacia el este. La evacuación del Castillo de Niebla el 12 de agosto fue su primera señal: las tropas del Condado se habían retirado a San Lucar, cerca de Sevilla, el 15 de agosto. Poco después, las guarniciones del extremo sur, en Ronda y Medina Sidonia, volaron sus fortificaciones y se retiraron. Fueron pequeños movimientos, pero el desmantelamiento de las Líneas de Cádiz era un asunto formidable y duró varios días. Soult lo cubrió ordenando un furioso bombardeo de la ciudad y el fuerte de Puntales desde sus baterías al otro lado de la bahía; durante cada salva de los cañones pesados uno o dos de ellos quedaban inutilizados, otros disparaban en ángulo contra sus bocas, de modo que se partían. Muchos se rompieron por sobrecarga intencional, a otros se les arrancaron los muñones, pero a muchos solo se les clavó o fueron arrojaron al agua. La munición que quedaba después de dos días de bombardeo intensivo se explotó. Las tiendas o almacenes fueron incendiadas. La flotilla de cañoneras se hundió, pero tan chapuceramente que una treintena de ellas fueron recuperadas sin dificultad y halladas todavía en condiciones de navegar. Esta orgía de destrucción se prolongó durante todo el 24 de agosto, por la noche el cielo estaba rojo en toda la bahía, desde Rota hasta Chiclana, con almacenes y polvorines en llamas, y las explosiones eran frecuentes.

Este fue el momento en que la gran fuerza aliada en Cádiz bien podría haber realizado una salida general, con el propósito de cortar al enemigo mientras estaba absorto en la obra de destrucción. Wellington había escrito una semana antes, al general Cooke, entonces al mando del contingente británico en la Isla de León, para pedirle que cayera sobre el enemigo cuando tuviera la oportunidad. Debería haberlo realizado, considerando que las tropas francesas en las Líneas se vieron reducidas al mínimo por el destacamento de la división que había salido a cazar a Ballasteros.

Wellington sugirió que los aliados cruzaran el río Santi Petri y atacaran Chiclana, teniendo cuidado, sin embargo, de no ser cortados de su retirada. Lamentablemente, esa carta del 16 de agosto llegó demasiado tarde, porque Cooke, después de consultar con las autoridades españolas, se había comprometido con otra expedición más tortuosa para molestar a los franceses. El general Cruz Murgeon, con una DI española de 4.000 hombres (que originalmente había sido destinada como refuerzo de Ballasteros) había desembarcado en el puerto de Huelva, en el condado de Niebla, el 11 de agosto.

Cooke lo reforzó con una selección del contingente británico: 6 Cías de Guardias, la mitad del BI-II/87, 2 Cías de fusileros, parte del RI-20/P portugués, y un ED del RH-2 KGL, que era la única caballería a su disposición. Esas fuerzas, puestas a cargo del coronel Skerrett, sumaron 1.600 efectivos en total; desembarcaron en Huelva, se unieron a Cruz Murgeon y avanzaron con él hacia Sevilla. El 24 de agosto, descubrieron los puestos franceses en San Lucar la Mayor y los expulsaron de ese pueblo. Pero vacilaron ante la idea de atacar Sevilla, donde las tropas francesas se estaban reuniendo desde todos los cuarteles, aunque aún no habían llegado las DIs de Conroux y Villatte de las Líneas de Cádiz.

Batalla del Puente de Triana (27 de agosto de 1812)

Sin embargo, en la noche del 26 al 27 de agosto, Soult, al enterarse de la proximidad de su columna desde las Líneas, evacuó Sevilla con la mayor parte de su fuerza, escoltando a una vasta horda de refugiados españoles, que temían quedarse atrás para enfrentarse a sus compatriotas. Se formó una larga fila de carros y carruajes cargados con el botín acumulado de tres años de rapiña en Andalucía. Dejó una retaguardia para ocupar las afueras de la ciudad, que iba a ser recogida y trasladada por Villatte cuando se presentase al día siguiente.

Al enterarse de la salida del mariscal, Cruz Murgeon y Skerrett resolvieron atacar Sevilla, sabiendo que las tropas dejadas atrás para vigilarla eran insuficientes para manejar eficazmente toda su larga línea de defensas. Al encontrarse en la vertiente occidental del Guadalquivir, primero tenían que conquistar el gran arrabal transpontino de Triana, por el que solo se podía acceder a la ciudad.

A los aliados se les unió John Downie, un aventurero escocés que había formado un ejército privado de extremeños, la Leal Legión Extremeña, para combatir en la Guerra de la Independencia apoyando a Wellington. Downie usaba la espada de Pizarro y entabló un vínculo muy especial con su Legión; originalmente se llamó Cuerpo Volante de Leales de Pizarro, que llamó la atención por su uniformidad de la época imperial del tiempo de Pizarro y que posteriormente pasó a llamarse la Leal Legión Extremeña, su cuerpo reorganizado (4 BILs, 3 ECs de lanceros, 1 Bía de artillería a caballo y 1 Cía de zapadores).

https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/lanceros-de-la-leal-legion-extremena-1812-1024x656.png 1024w, https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/lanceros-de-la-leal-legion-extremena-1812-300x192.png 300w, https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/lanceros-de-la-leal-legion-extremena-1812-768x492.png 768w, https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/lanceros-de-la-leal-legion-extremena-1812-1536x983.png 1536w, https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/lanceros-de-la-leal-legion-extremena-1812-100x64.png 100w, https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/lanceros-de-la-leal-legion-extremena-1812.png 1868w
Lanceros de la Leal Legión Extremeña 1812. Inicialmente la unidad se llamó Cuerpo Volante de Leales de Pizarro, y causó furor en Cádiz por su uniformidad copia de las fuerzas imperiales en tiempos de Pizarro, que causó gran admiración en Cádiz, a la izquierda la uniformidad tras la reorganización.
https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/lanceros-de-la-leal-legion-extremena-1812-a-1024x630.png 1024w, https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/lanceros-de-la-leal-legion-extremena-1812-a-300x184.png 300w, https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/lanceros-de-la-leal-legion-extremena-1812-a-768x472.png 768w, https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/lanceros-de-la-leal-legion-extremena-1812-a-1536x944.png 1536w, https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/lanceros-de-la-leal-legion-extremena-1812-a-100x61.png 100w, https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/lanceros-de-la-leal-legion-extremena-1812-a.png 1916w
Lanceros de la Leal Legión Extremeña 1812 (A). Están hablando con paisanas que realizan tareas agrícolas. Autor Augusto Ferrer-Dalmau.

En las primeras horas del día 27 de agosto las tropas aliadas estaban llegando a Castilleja de la Cuesta, en la comarca del Aljarafe, pueblo limítrofe con la ciudad. En Castilleja tuvo lugar el primer encontronazo serio con los franceses, que intentaban detener el avance español. Esta contingencia se saldó con una victoria española gracias a la DI de Cruz.

La comarca del Aljarafe limita al Noreste con Sevilla en la zona de la Vega de Triana, una extensión junto al río Guadalquivir, que se encuentra a 5 kilómetros al este de Castilleja de la Cuesta. Al ver Soult que los españoles se dirigían a la Vega de Triana, decidió reforzar sus tropas en el Altozano, en Triana y en la entrada del puente de Barcas, para evitar así que tomasen el puente que les permitiría cruzar el río y acceder a la ciudad. Hay que tener presente que la batalla tendría lugar en un tiempo estival y que en Sevilla, en agosto, fácilmente se alcanzan los 40 grados centígrados a la sombra.

Los franceses fueron atacados en varios puntos y asaltados, pero luego se aferraron al gran puente sobre el río Guadalquivir que une Triana y Sevilla, y allí hicieron una larga resistencia. El puente había sido atrincherado, se habían levantado parte de sus tablas y se había apuntado artillería desde el otro lado. A pesar de estos obstáculos, los españoles atacaron; el coronel Downie cargó tres veces de forma suicida al frente de su Leal Legión Extremadura. Repelido dos veces por el fuego pesado. Pero poco después los aliados llevaron cañones por las calles de Triana y golpearon tanto la barricada que los franceses se vieron obligados a evacuarla.

Skerrett envió a los guardias al otro lado, pasaron por las vigas que no se habían roto, y muchas tropas españolas lo siguieron. Después de una contienda en las calles de la ciudad, en la que participaron algunos de los habitantes, la guarnición fue expulsada por completo y huyó por la puerta de Carmona hacia Alcalá. Los vencedores capturaron 2 piezas de campaña, unos 200 prisioneros y un rico convoy de botín, que debía ser escoltado por la retaguardia francesa. La columna de Villatte, acercándose a la ciudad en su marcha desde las Líneas de Cádiz y Jerez, la encontraron en manos de los aliados, por lo que se desviaron hacia el este y siguieron a Soult, recogiendo a la guarnición expulsada por el camino.

https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/batalla-del-puente-de-triana-27-de-agosto-de-1812.png 952w, https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/batalla-del-puente-de-triana-27-de-agosto-de-1812-300x176.png 300w, https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/batalla-del-puente-de-triana-27-de-agosto-de-1812-768x449.png 768w, https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/batalla-del-puente-de-triana-27-de-agosto-de-1812-100x59.png 100w
Batalla del Puente de Triana (27 de agosto de 1812). Dibujo de William Heath. Grabado de T. Sutherland.

Downie resultó herido en la cara, perdió un ojo y cayó del caballo, terminando hecho prisionero; al parecer, antes de que le atraparan logró lanzar la emblemática espada de Pizarro a sus hombres para ponerla a salvo y por lo que actualmente se exhibe en la Real Armería (Palacio Real de Madrid). Una versión dice que Wellington le rescató mediante un canje de prisioneros mientras que otra cuenta que los propios franceses le dejaron abandonado en su retirada, herido y maltrecho.

Persecución de Soult

Cruz Murgeon y Skerrett no persiguieron, no se creían lo suficientemente fuertes como para entrometerse con los franceses, sino que solo enviaron a su caballería hacia delante para vigilar su retirada. Se quedaron en Sevilla, donde el 29 de agosto se proclamó con gran entusiasmo la Constitución de Cádiz. En el otro flanco de los franceses, Ballasteros intentaba en ese momento molestar a la columna formada por las guarniciones que se retiraban de Ronda, Málaga y Antequera en Granada. Los siguió durante 10 días, y luchó contra su retaguardia en Antequera el 3 de septiembre y en Loja el 5 de septiembre; pero aunque capturó a muchos rezagados, algún bagaje, y 3 cañones; no pudo hacer ningún daño material al cuerpo principal, que el general Sémélé llevó para unirse a Leval en Granada el 6 de septiembre.

Soult, mientras tanto, con las tropas de Cádiz y Sevilla, tuvo que detenerse en Córdoba durante algunos días, para la reunión con Drouet desde Extremadura. Ese general tenía que reunir sus tropas y recoger destacamentos de lugares tan lejanos como Don Benito y Zalamea, antes de que pudiera concentrarse y marchar a través de Sierra Morena para reunirse con su jefe. Drouet mantuvo una actitud atrevida frente a Hill hasta el último momento, incluso después de recibir órdenes de Soult de prepararse para una retirada repentina.

De hecho, en agosto tuvo lugar uno de los más animados de los muchos enfrentamientos de caballería librados en Extremadura durante el verano de 1812. El día 1 de agosto, cuando Hill ya esperaba que la noticia de Salamanca hubiera ahuyentado a su oponente, Pierre Soult intentó una incursión en Ribera del Fresno (Badajoz) con 2 EDs y 2 BIs. Condujo al RH-2 KGL, que mantuvo una larga y valiente lucha de escaramuzas, hasta que el general Erskine llegó con la brigada de Long, y los franceses se retiraron. Se pensaba que Erskine había perdido una buena oportunidad de cortar el destacamento.

El 18 de agosto, Soult hizo otro reconocimiento en fuerza, con cuatro regimientos, en la misma dirección, ante un falso informe de que Hill se había desplazado desde Ribera y Almendralejo. Esto produjo otro largo día de enfrentamientos, sin resultado definitivo. En uno de ellos el ayudante de campo de Erskine, Strenowitz, el oficial más atrevido para las incursiones y reconocimiento en la KGL, fue capturado mientras exploraba. Prevaleció el temor general de que los franceses le fusilaran, ya que había servido durante un corto tiempo en el ejército francés y podría haber sido tratado como un desertor. Drouet lo envió con gran amabilidad al campamento británico en libertad condicional, con la solicitud de que lo cambiaran por un oficial suyo, que había sido detenido unos días antes. ¡Un enemigo sumamente cortés y liberal!.

No fue hasta el 26 de agosto, cuando todas las tropas francesas frente a Hill desaparecieron repentinamente. Drouet había recibido órdenes de mantener su posición hasta que Sevilla estuviera lista para ser evacuada; pues Soult temía que si retiraba demasiado pronto sus fuerzas en Extremadura, en dirección a Córdoba, las tropas aliadas pudieran hacer una marcha forzada sobre Sevilla y llegar allí antes de que hubieran pasado las divisiones de las Líneas de Cádiz. Por tanto, Drouet mantuvo posiciones delante de Hill hasta el día en que Soult dejó Sevilla. Luego se retiró por Sierra Morena, pasando por la remota carretera de la montaña por Belalcazar (Córdoba) con tal rapidez que llegó a Córdoba 4 días después el 30 de agosto. No fue perseguido por Hill, cuyas órdenes de Wellington eran subir al Tajo y unirse al ejército principal, y no involucrarse en operaciones en Andalucía.

https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/lanceros-de-sevilla-tambien-llamados-lanceros-de-aguado.png 942w, https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/lanceros-de-sevilla-tambien-llamados-lanceros-de-aguado-300x222.png 300w, https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/lanceros-de-sevilla-tambien-llamados-lanceros-de-aguado-768x568.png 768w, https://archivos.arrecaballo.es/wp-content/uploads/2023/08/lanceros-de-sevilla-tambien-llamados-lanceros-de-aguado-100x74.png 100w
Lanceros de Sevilla también llamados Lanceros de Aguado. En honor a su coronel, Alejandro María de Aguado y Ramírez de Estenoz, fueron creados en la capital hispalense el 4 de octubre de 1810, tomando como base, personal del RC-7 de lanceros polacos (conocidos también como “Legión el Vístula”), completado por voluntarios españoles. Estos lanceros sirvieron en las provincias de Huelva y Sevilla, hasta mediados de 1812, pasando posteriormente, después de la caída de Sevilla (27 de agosto) y Andalucía, al centro de España, hasta su disolución en marzo de 1813. Autor Augusto Ferrer Dalmau

Las fuerzas francesas unidas marcharon luego sobre Granada, donde las guarniciones de Andalucía oriental, al mando de Leval, se habían concentrado con el mariscal. Hasta ese momento Soult no estaba seguro de si debía retirarse por La Mancha o atravesar el reino de Murcia. Su decisión se resolvió con la noticia llevada por Drouet, que había oído en Extremadura de la evacuación del rey José de Madrid y Toledo. Como ya se sabía que el ejército del Centro estaba en camino a Valencia, para unirse a Suchet, sería demasiado peligroso atravesar La Mancha en su busca.

Wellington podría descender de Madrid con fuerza, sobre un enemigo que se atreviera a cruzar su frente. Por lo que Soult resolvió que su retirada debía realizarse a través del reino de Murcia. Era cierto que el ejército de O’Donnell estaba ocupando el interior en esa dirección, pero era débil y desorganizado. Además, Suchet le había infligido últimamente una severa derrota en la batalla de Castalla el 21 de julio, y O’Donnell era prácticamente un problema insignificante. Un factor mucho más importante para determinar la ruta exacta de Soult fue la noticia de que la fiebre amarilla había estallado en Cartagena y se estaba extendiendo hacia el interior, y había llegado a la ciudad de Murcia. Por tanto, el ejército francés evitó la costa y tomó los caminos interiores a través de la parte norte de la provincia.

Soult, una vez que había concentrado 45.000 hombres en Granada, no tenía nada que temer de ningún enemigo. La sombría imagen de una retirada acosada por 60.000 enemigos, con la que había intentado asustar al rey José un mes antes, resultó ser pura imaginación. Hill se había desviado hacia el Tajo: Cruz Murgeon y Skerrett se quedaron en Sevilla, esperando la aparición de los 10.000 hombres que quedaban en Cádiz. Pero eran lentos en moverse, porque habían estado en servicio de guarnición durante muchos años y tenían que proveerse de transporte. Solo Ballasteros merodeaba por Granada, luchando con los puestos avanzados del ejército francés, y como no tenía más de 5.000 o 6.000 hombres no era peligroso, solamente molesto.

Por lo tanto, Soult pudo pasar muchos días en Granada, haciendo preparativos deliberados para la laboriosa marcha que tenía por delante. Comenzó la marcha, después de destruir las fortificaciones de la Alhambra y otros puestos, el 16 de septiembre. Su ruta fue por Baza (Granada), Huéscar (Granada), Caravaca de la Cruz (Murcia) y Hellín (Albacete), a través de un país montañoso y escasamente poblado, donde sus tropas sufrieron considerables privaciones. Pero estos no fueron nada comparados con la miseria del inmenso convoy de afrancesados de todas las edades y de ambos sexos, que se habían unido a su tren y tenían que ser llevados a un lugar seguro. Tampoco los 6.000 enfermos y heridos que llevaba consigo disfrutaron de un agradable viaje.

Sin embargo, solo el calor de septiembre y los caminos de montaña acosaron al ejército y a su tren; Ballasteros no siguió más allá de las fronteras de Andalucía; los murcianos se acobardaron ante la llegada de una gran fuerza, y algunos de ellos se desplazaron al norte hacia Madrid, otros al sur hacia Alicante. El contacto con las avanzadas de Suchet se aseguró antes de que terminara el mes de septiembre, y con la aparición de todo el ejército de Andalucía cerca de Valencia, se produjo una nueva situación militar el 1 de octubre.

Entrada creada originalmente por Arre caballo! el 2023-08-28. Última modificacion 2023-08-28.
Valora esta entrada
[Reduce texto]
[Aumenta texto]
[Ir arriba]
[Modo dia]
[Modo noche]

Deja tu comentario

Tu comentario será visible en cuanto sea aprobado.

Tu email no se hará público.