Avance del Ejército de Silesia

Llegada del ejército aliado

El ejército del mariscal de campo austríaco Schwarzenberg planeó un avance a través de Suiza para flanquear a Francia. Su jefe de EM, Josef Wenzel Radetzky, elaboró planes para ello.

Radezky no tuvo reparos en ignorar la neutralidad suiza. Esta era una de las gracias de Napoleón de todos modos. La Confederación continuaba proporcionando cuatro regimientos para su ejército. Recientemente, el emperador de los franceses había solicitado 8.000 refuerzos de Suiza, que entonces se preparaba para reclutar tropas contra una amenaza aliada.

El poderío suizo militar, debilitado por los impuestos a Francia, quedó encomendado al mando del general Niklaus Rudolf von Wattenwyl, quien ya en 1805 había mandado un contingente confederado. Subordinado a él estaba el coronel Johann Anton von Herrenschwand, que debía defender la línea del Rin entre Basilea y Laufenburg con unos 8.000 hombres.

Su cometido también incluía la defensa de Basilea, que era una misión imposible. Las tropas de la milicia suiza no eran rivales para las fuerzas aliadas numéricamente superiores. En diciembre, Herrenschwand instaló su cuartel en la Casa Blanca en Rheinsprung. Basilea era particularmente importante por el puente y la cercana fortaleza francesa de Hüningen.

Basilea esperaba que las tropas suizas la protegieran de una invasión aliada. Pero Herrenschwand y Wattenwyl pronto reconocieron la situación. Se interpusieron en el camino del ejército de Schwarzenberg con casi 200.000 hombres y 30.000 caballos. Tropas probadas como la Guardia Ruso-Prusiana bajo el príncipe Barclay de Tolly marchaban en él.

Detrás del poderoso telón de fondo militar, el príncipe Klemens Wenzel Lothar von Metternich hizo todo lo posible con su astuta diplomacia para asegurar la marcha a través de Suiza. Convenció a los comandantes federales de la inutilidad de cualquier resistencia. Los confederados no eran espartanos y Basilea no era las Termópilas.

En la noche del 20 de diciembre de 1813, Metternich se apareció al mariscal de campo Schwarzenberg y le informó que su ejército podía ponerse en marcha. Al mismo tiempo, las tropas suizas se retiraron de Basilea, que habían fortificado para la defensa durante semanas. Basilea se vio sorprendido por esta retirada y se sintió traicionada por Suiza.

Schwarzenberg formó 9 columnas para la invasión:

• Columna 1: compuesta por el CE-II de A. Liechtenstein y la DML-2 de Bubna, cruzó el Rin en Basilea y Grenzach. La DML-2 se separó de la ruta del CE-II en Berna y se dirigió hacia el sur hasta Ginebra, que fue ocupada el 30 de diciembre. El CE-II avanzó hacia el oeste ocupando Neuchâtel y enviando una avanzada para bloquear el fuerte de Joux. El mando del CE-II pasó al Príncipe Heredero de Hesse-Homburgo (estaba al mando de la Reserva de Austria) el 31 de diciembre, momento en el que se congregó cerca de Pontarlier.
• Columna 2: compuesta por la DML-/III de Crenneville (del CE-III de Gyulai) reforzada por la DG de Bianchi (parte de la Reserva de Austria); cruzó el Rin en Basilea moviéndose hacia el sur hasta Lauffen, luego hacia el oeste hasta Bienne (Biel) antes de moverse hacia el norte hasta Porrentruy donde Bianchi llegó a Montbéliard, Crenneville pasó al sur por Arcey. Una columna volante se movió hacia el oeste desde Porrentruy y se encontró con los franceses en Clerval-sur-Doubs antes de cruzar el Doubs en Baume-les-Dames y enfrentarse a los franceses solo para volver a cruzar el Doubs en Clerval.
• Columna 3: compuesta por el CE-I austriaco de M. Liechtenstein y la DML-2 de Colloredo, cruzaron el Rin en Laufenberg y el río Aare en Aarburg moviéndose hacia el suroeste hasta Berna, antes de dirigirse hacia el norte a través de Tavannes llegando a Moutier el 31 de diciembre.
• Columna 4: compuesta por el resto del CE-III austriaco de Gyulai, también cruzó el Rin en Laufenberg permaneciendo al norte del río Aare hasta Bienne y envió fuerzas hacia Saint-Imier y Porrentruy el 31 de diciembre.
• Columna 5: compuesta por las reservas de Austria (menos la DG de Bianchi) bajo el mando del príncipe heredero de Hesse-Homburgo, cruzó el Rin en Schauffhausen y no llegó a Berna hasta el 30 de diciembre. El Príncipe Heredero recibió el mando del CE-II el 31 de diciembre.
• Columna 6: Compuesta por el CE-V bávaro de Wrede cruzó en Basilea, enviando la DI-II/V de Rechberg a Belfort, la DI-3/V de Lamotte a Porrentruy, la BRI de Zollern para invadir Huningue, con la DI austríaca de Fromont como reserva. El coronel Scheibler se movió en el camino a Colmar y Cernay. El 24 de diciembre, el castillo de Landskron cayó en manos de Wrede y al día siguiente Blâmont cayó en manos de la DI-3/V de Lamotte. Al intentar trasladarse a Colmar desde Ensisheim, el coronel Scheibler fue rechazado en Sainte-Croix el 31 de diciembre.
• Columna 7: Consistía en el CE-IV del príncipe heredero de Wurtemberg, todavía se movía de su posición el 22 de diciembre después de ser relevado por los rusos en Kehl. Cruzaron el Rin en dos puentes de pontones en Märkt e Idstein el 27, capturando Emmendigen. El CE se movió a la derecha de Wrede en dos columnas entre el Ill y el Rin al nivel de Ensisheim y Blodelsheim.
• Columna 8: compuesta por el CE de Wittgenstein (CEC de Pahlen, CE-I Gorchakov y CE-II de Eugenio), que relevó a la DI Stockmeyer del CE-IV antes de Kehl con CE-II ruso de Eugenio de Wurtemberg el 22 de diciembre. Extendidos desde Estrasburgo a Mannheim, debían cruzar el Rin en Plittersdorf y se estaban concentrando en ese punto el 31 de diciembre.
• Columna 9: compuesta por las reservas rusas bajo Barclay de Tolly. El Emperador ruso les ordenó trasladarse a Lörrach (cuartel general de Schwarzenberg) desde Rottweil el 26 de diciembre. Se reunieron antes de Basilea el 31 de diciembre.

Las fuerzas francesas se concentraron en gran parte en Estrasburgo y consistían en el CE-II. Extendido más cerca del río desde Huningue hasta Landau estaba el CEC-V de Milhaud. El general Jordy con 6 BIs mantuvo la ciudad de Ginebra retrocediendo sobre Chambéry, aunque el general Laroche había enviado apoyo en la forma de la BRI italiana del general Saint-Paul.

Durante las negociaciones en Lörrach, Herrenschwand había logrado que los austriacos retrasaran la invasión 24 horas. Mientras las tropas suizas abandonaban Basilea, los cañones de la cercana fortaleza francesa de Hüningen eran temidos en la ciudad. En venganza por entregar su flanco sur sin luchar, siempre podían bombardear la ciudad.

Desde su cuartel general en Lörrach, el mariscal de campo Schwarzenberg envió, el 20 de diciembre, las órdenes de movimiento para las distintas columnas del Ejército de Bohemia.

El 21 de diciembre de 1813, por la mañana, las tropas del Ejército de Bohemia cruzaron el Rin por el puente de Basilea.

Los cañones de la fortaleza callaron cuando las primeras tropas austriacas al mando del mariscal Liechtenstein aparecieron a las puertas de Kleinbasel sobre las 09:00 horas del 21 de diciembre. Una delegación del consejo de Basilea lo esperaba y lo acompañó a desayunar en el Gasthof zu den Drei Königen. Mientras tanto, un ejército atravesaba la ciudad.

La vanguardia del mariscal de campo austríaco Littitz marchaba al frente. Le seguía el CE-I austro-wurtemberguese bajo el mando del mariscal Colloredo-Mansfeld, seguido por el CE-V austro-bávaro de Wrede.

No solo en Basilea sino también en Rheinfelden, Laufenburg y Schaffhausen, un total de cinco columnas aliadas penetraron en Suiza. En la noche del 21 de diciembre, tres regimientos de cosacos rusos llegaron desde Aargau a través de la puerta de Saint-Alban a la ciudad. No se quedaron mucho tiempo, sino que se apresuraron a cruzar la Freie Strasse hacia el Spalentor y luego a Alsacia.

Solamente el 21 de diciembre, alrededor de 80.000 hombres cruzaron el puente del Rin cerca de Basilea. Atravesaron la ciudad.

Batallas de Sainte-Croix-en-Plaine (24 al 31 de diciembre de 1813)

El día 22 de diciembre, la sexta columna, formada por el CE-V austro-bávaro del general de Wrede, cruzó el Rin en Basilea. Hizo bloquear Huningue el mismo día por la BRI Zollern de la DI-2/V de Beckers, dirigió la DI de Rechberg a Belfort y la DI-3/V de Lamotte a Porrentruy. Los austriacos de Frimont formaron su reserva y el destacamento volante de Scheibler cubría su derecha.

Este último avanza por la carretera de Colmar más allá de Ensisheim y sobre la carretera de Épinal, entre Cernay y Thann.

Posiciones del Ejército de Bohemia el 22 de diciembre por la tarde

eran: Bubna estaba en Solothurn, el general Scheither en Büren, el general Zechmeister en Bettlach. El CE-I en Aarau, el CE-II en Balsthal. Crenneville, formado ante Huningue con una DI del CE-V, se trasladaría al día siguiente a Solothurn después de unirse a Bianchi en Lauffen. El CE-IV todavía estaba muy atrás, marchando hacia el Alto Rin, y debería haber estado entre el 3 y el 6 de enero en Belfort para enlazar con el CE-V y cubrir su derecha. El CE-II ruso de Eugenio de Wurtemberg bloqueaba Kehl. Los cosacos del coronel Liubomirskii, apoyado por el GD Dekhterev con el RH de Olviopol estaba apostado en Ottenheim, vigilaba el Rin desde Kehl hasta Vieux-Brisach; el MG Musin-Pushkin, apoyaba al MG Rudinger en Rastatt, y el RH de Grodno hacía lo mismo desde Kehl a Mannheim, con los RCs cosacos de Iaroslav y Vlassov-II.

Finalmente, Wittgenstein, para obtener noticias del enemigo, había enviado al general Seslavin con el RH de Soumy y el RC cosaco de Rebrikov-III, una orden para tratar de avanzar río arriba desde Estrasburgo, en la margen izquierda del Rin, y operar como partisanos en la retaguardia de Víctor. La línea formada a lo largo del Rin por las posiciones de observación del CE-VI medía menos de 180 kilómetros.

El mismo día, el mariscal Víctor, al enterarse de que el enemigo estaba cruzando el puente de Basilea, decidió destacar todo el CEC-V de Milhaud a Colmar, con el apoyo de algunos BIs del RI-1. Este movimiento fue ejecutado sin demora por la infantería, la caballería por estar dispersada en numerosos destacamentos a lo largo del Rin, necesitó algunas horas para unirse. El CEC-V de Milhaud marchó el 23 y pasó la noche en Sélestat.

CEC-V de Milhaud con unos 3.700 de caballería en 40 Escóns:

• DD-5/V de Briche (por ausencia de Beaumont) con 1.628 efectivos en 15 EDs: RD-2 (3, 349), RD-6 (3, 321), RD-11 (4, 382), RD-13 (2, 220) y RD-15 (3, 336).
• DD-6/V de Heritier con 1.114 efectivos en 12 EDs: RD-18 (2, 218), RD-19 (22, 246), RD-20 (2, 154), RD-22 (3, 283) y RD-25 (3, 263).
• DCL-9/V de Pire con 950 efectivos en 13 Escóns:
  • BRCL-I/9 de Subervie con 485 en 6 Escóns; RH-3 (3, 278) y RC-26 (3, 207) de cazadores.
  • BRCL-II/9 de Dermoncourt con 465 en 7 ECs: RC-14 (3,234) y RC 27 (4, 231) ambos de cazadores.
• Artillería CEC-V bajo el coronel Etchegayen; Bía-4/2 y Bía-2/3 (8-6 y 4 obuses).

El 23 de diciembre, el destacamento volante de Scheibler estaba en Ensisheim; por la tarde ordenó al capitán Schell, del EH de Hesse-Homburgo, que avanzara hasta Colmar y requisara alimentos allí con su EH, 100 cosacos y un pelotón del RCL-7 de caballos ligeros. Lo logró e incluso empujó a un destacamento más allá, capturando un convoy de 12 cajones de municiones en el camino.

El destacamento volante del coronel Scheibler se componía: RH de Szekler (1, 100), RH de Hesse-Homburgo (½, 50), RCL-7 de caballos ligeros (1, 90), RC cosaco de Elmorsin (2, 279), RC cosaco de Korin (3, 353).

El día 23, informado del acercamiento de la caballería de Milhaud, el coronel Scheibler, después de reunir a su vanguardia, decidió acercarse a Sainte-Croix.

Sainte-Croix es una ciudad grande que se extiende a ambos lados de la carretera principal de Basilea a Colmar, 7,8 km por delante de esta última ciudad; de forma circular, está rodeada por un amplio foso pantanoso, que se cruza por un puente hacia la entrada por el lado de Colmar. Se encuentra en una llanura abierta que se extiende hasta Ensisheim.

Dejando Ensisheim el 24 de diciembre sobre las 07:00 horas, Scheibler llegó a las 10:00 a Sainte-Croix, donde se le unió un destacamento al mando del capitán Eberle, a quien había enviado el día anterior para rastrear la zona en dirección a Neuf-Brisach.

Informado de este hecho, el coronel Scheibler avanzó inmediatamente con el EH de Szekler y los cosacos de Elmorsin, y estaba a punto de aplastar a estos jinetes con su masa cuando de repente llegaron jadeantes los dragones de Milhaud. El susto fue terrible: Scheibler logró detener y luego hacer retroceder a los RDs 2, 6 y 11 (de la DD-5/V de Briche).

Este éxito tal vez hubiera permitido al coronel Scheibler efectuar su retirada sin demasiada dificultad si, en ese mismo momento, el coronel Korin, a quien había dejado en reserva en Sainte-Croix con su RC cosaco y con los caballos ligeros bávaros, no hubiera creído necesario abandonar su posición sin órdenes de tomar parte en la acción, mientras 2 EDs aparecieron detrás de Sainte-Croix, los RDs 2, 6 y 11 se reagruparon y realizaron una vigorosa carga que hizo que los aliados tuvieran que replegarse sobre el pueblo.

Así tomados por delante y por detrás, la mayoría de los cosacos pensaban solamente en buscar su salvación en la huida. En el camino de Meyenheim fueron retomados los 18 cajones de pólvora que el enemigo habían tomado el día anterior. Finalmente, cerca del puente de ese pueblo, la corneta sonó el regreso, y los dragones de Milhaud reanudaron el camino hacia Colmar, confiando la guardia de Sainte-Croix a algunos de sus compañeros de armas.

El coronel Scheibler se unió a Ensisheim con los restos del destacamento en huida, esta acción le había costado 9 oficiales, la mitad del escuadrón bávaro (de los cuales 21 morirían), para un total de 200 hombres, incluidos 70 prisioneros, casi todos heridos. El coronel Elmorsin, gravemente herido, fue hecho prisionero y sucumbió esa misma noche, el coronel Traugwitz del RC-2 cosaco murió a causa de sus heridas en Colmar al día siguiente. “Solo perecieron tres franceses, treinta y tantos resultaron heridos; sin embargo, solo diecisiete de ellos fueron al hospital a vestirse, el resto se cuidaron solos”.

En la noche del 24 de diciembre, Milhaud estableció su caballería de la siguiente manera: la DD-6/V de Heritier y una BRI de la DI Duhesme ocuparon en segunda línea en Colmar y sus alrededores, mientras que la DD-5/V de Briche, que había luchado durante el día, se instaló en Horbourg.

La DCL-9/V de Pire (a excepción del RC-27 de cazadores destacado en el pueblo de Sundhoffen), fue alojada en Sainte-Croix y así se encontró encerrada como en una trampa; porque en caso de necesidad, solamente podía salir del pueblo por las dos entradas posibles. Piré, insatisfecho con este arreglo, le había pedido a Milhaud que vivaqueara la DIL-9 al norte del pueblo. Su petición no tuvo el éxito que esperaba, y Milhaud, citando el frío excesivo que hacía entonces, pidió que se mantuvieran los caballos en los establos. Los tres regimientos de la división se encerraron en el pueblo, cuya entrada sur había sido atrincherada.

Pire, prudente, colocó lo más lejos posible del lado del enemigo, en el camino de Basilea, un destacamento avanzado para ser advertido a tiempo en caso de alarma. Además, se ordenó a los regimientos que montaran sus caballos una hora antes del amanecer cada mañana, y formar en orden de combate detrás del pueblo, y esperar el regreso de las patrullas de reconocimiento, antes de regresar a sus alojamientos.

En el otro bando, los restos del destacamento volante de Scheibler, recibieron del general de Wrede la orden de servir como punta de vanguardia para los austriacos de Frimont que habían sido expulsados de Mulhouse, tras la resistencia en Belfort y Huningue; para cubrir el lado norte de las tentativas de ataque que se habían realizado sin éxito hasta entonces contra esos dos lugares.

Este combate produjo una profunda impresión en la mente de Schwarzenberg, sobre todo porque no esperaba ver a Belfort y Huningue resistir los esfuerzos de sus tropas.

Toll cuenta: “Mirábamos las cosas de manera trágica en el cuartel general, creíamos que Napoleón había llegado en persona a Estrasburgo; esperábamos ver un cuerpo francés emerger río abajo de Estrasburgo, pasar allí por la orilla derecha para amenazar a la derecha del Ejército de Bohemia allí, tomar la ofensiva contra él y caer sucesivamente sobre sus diversas fracciones esparcidas y diseminadas a lo largo del Rin”.

Por tanto, Schwarzenberg consideró prudente enviar cartas a Wittgenstein y al príncipe de Wurtemberg, para invitarlos a acelerar su marcha y cruzar el Rin lo más rápido posible; ordenar a Frimont, que debía dirigirse a Colmar el 25 de diciembre, que se detuviera entre Ensisheim y Mulhouse; a de Wrede, concentrar a todo sus fuerzas entre Belfort, Mulhouse y Huningue.

El 25 de diciembre, Schwarzenberg escribió a Blücher: “es importante ocupar el ejército enemigo que se encuentra entre Metz y Estrasburgo, de modo que no pueda emprender nada en la margen izquierda contra Huningue, ni intentar un paso en la margen derecha, cerca de Kehl. Wittgenstein está frente a Kehl, pero todavía está demasiado débil para preocupar seriamente al enemigo…”

El 25 de diciembre, las tropas del CE-V austro-bávaro ocuparon las siguientes posiciones: Frimont, con sus austriacos, se extendía desde Ensisheim hasta Mulhouse, cubierta a su derecha en la carretera de Neuf-Brisach por los restantes jinetes del coronel Scheibler que habían sido enviados desde Fessenheim a Blodelsheim. La división del conde Antoine Hardegg estaba en Ensisheim, con una avanzada en Mayenheim y Eguisheim, en el camino a Colmar; fue apoyado por parte de la división del general Spleny, en Baldersheim y Battenheim. Finalmente, los destacamentos aseguraron las comunicaciones con la DI de Rechberg del lado de Belfort, y con la DI de Beckers que sitió Huningue.

El 28 de diciembre, en la orilla francesa, el general Dermoncourt se destacó con el RC-27 de cazadores para cubrir Neuf-Brisach, y se situó en persona en Algolsheim frente a ese lugar, dirigiendo el reconocimiento a orillas del Rin y despejando la gran carretera de Basilea. Al mismo tiempo, se ordenó al general Collaert que enviara un ED a la posición del general Jamin, establecido en Guémar, para enlazar esta DI con el general Dermoncourt.

El 29 de diciembre, los austriacos de Frimont tomaron Thann y Cernay. Una vanguardia ocupó en fuerza Soultz con un pequeño destacamento establecido en Saint-Amarin.

En los últimos días, de Wrede y Frimont solo habían podido obtener información vaga y contradictoria sobre la fuerza real de las tropas francesas que se les oponían en el Alto Rin en general, y particularmente las apostadas en el sector de Colmar. El 30 de diciembre, para poner fin a esta incertidumbre, ordenaron al conde Hardegg realizar reconocimiento en fuerza en Sainte-Croix.

Hardegg, habiéndose informado por los desertores los hábitos adoptados por la caballería de Pire en Sainte-Croix, se ofreció a apoderarse de esta DCL durante su misión. Al amparo de una espesa niebla, el general Hardegg partió a las 02:00 horas de la mañana, al frente de un cuerpo formado por: el RC ulano de Schwarzenberg del coronel Mengen (4, 442), segregado de la DC-2 que estaba destacada en Riedelsbeim, el RH del Archiduque José (6, 758) y 2 compañías del BIL-III del RI de cazadores Tiroleses, formando el conjunto unos 1.200 caballos y 250 de infantería.

Para cubrir durante esta operación la derecha de este destacamento, el coronel Scheibler fue enviado con 150 cosacos y 50 húsares contra las avanzadas francesas de Dessenheim y Weckolsheim. Consiguió rechazarlos a Neuf-Brisach, tras haber capturado 11 hombres y 21 caballos.

Como la llanura no presentaba obstáculos, Hardegg partió en tres columnas; ella central sobre el camino principal, la vanguardia de la caballería, mandada por el coronel Mengen, seguida de la infantería con los carros de bagajes, finalmente a la derecha e izquierda del camino el resto de la caballería.

Mientras tanto, en Sainte-Croix, el general Piré, como hacía todas las mañanas una hora antes del amanecer, hizo alinear sus regimientos fuera del pueblo, en el camino a Colmar, y luego reconoció los alrededores. Pero esa mañana, aunque el reconocimiento no había visto nada, y debido a la espesa niebla que se había levantado, aún no había enviado a los regimientos a sus acantonamientos a la hora habitual.

Sobre las 09:00 horas, llegando cerca de los puestos avanzados franceses, el coronel Mengen lanzó la carga, ejecutando el plan de ataque establecido: el primer escuadrón siguiendo el camino, entraría en el pueblo, dos pelotones del segundo escuadrón rodearían el pueblo por la derecha, mientras que los otros dos pelotones de ese mismo escuadrón debían envolver por la izquierda, para cortar cualquier retirada enemiga.

Los puestos avanzados franceses, al escuchar al enemigo descender sobre ellos en la niebla, inmediatamente retrocedieron en dirección a Sainte-Croix. Los ulanos del primer escuadrón, se lanzaron a la carga contra los que estaban de guardia que huyeron y llegaron al mismo tiempo que el resto de ellos a la puerta del pueblo, cuyas barricadas, habiendo sido movidas por los primeros fugitivos, no pusieron ningún obstáculo y se precipitaron a la calle principal del pueblo.

Unos cuantos cazadores y húsares que se habían quedado en sus aposentos saludaron a estos improvisados enemigos a través de las ventanas con sus rifles. Catorce de ellos, así como algunas docenas de caballos, fueron capturados por los austriacos. Al mismo tiempo, las columnas de derecha e izquierda formadas por el segundo escuadrón habían sorteado Sainte-Croix sin obstáculos, hasta que se unieron en el puente, en el otro extremo de la ciudad, a los ulanos del primer escuadrón.

Después de algunos momentos, estos jinetes austríacos, deteniéndose más allá del puente, vieron tomar forma en la niebla, a cierta distancia frente a ellos, los contornos de una masa de jinetes, acercándose cada vez más.

Era masa es la del general Piré establecida en orden de batalla y que inicia el contraataque. Se produjeron varias cargas de los distintos regimientos de la división para la ocupación de Sainte-Croix. El RC-14 de cazadores consiguió expulsar a los ulanos austríacos del pueblo, pero cuando llegó la infantería tirolesa, el general Piré, al no tener infantería con él, y cumpliendo con las instrucciones recibidas, se retiró y tomó posición al frente de la el desfiladero formado por el bosque frente al antiguo río Thur, a cada lado de la carretera. Allí esperó al general Milhaud, que llegaba de Colmar con la DD-6/V de Héritier.

Mientras tanto, en el pueblo de Sainte-Croix, el recaudador de aduanas, al acecho en el primer piso del ayuntamiento, mató de un tiro de escopeta a un oficial aliado que iba al frente de su escuadrón, antes de refugiarse en el campanario de la iglesia.

Como no se pudo encontrar al tirador, toda la población fue tomada como rehén y encerrada en la iglesia. La localidad iba a ser incendiada con sus bienes y sus seres humanos cuando intervino un oficial herido en los combates del 24 de diciembre, camuflado y cuidado por un vecino en una casa del lugar. La llegada de este oficial jugó un papel importante en el resultado del rescate del pueblo.

Al cabo de unas horas, el general Hardegg decidió retirarse aprovechando de nuevo que la niebla no permitía la persecución. El general Milhaud, habiendo unido sus tres divisiones, hizo un fuerte reconocimiento con toda su caballería, y comprobó que no se trataba de un movimiento del ejército sino de un simple ataque del enemigo. Por la tarde, las tropas recuperaron sus posiciones a excepción de la caballería ligera que, dejando un escuadrón de servicio en Sainte-Croix, se desplazó más hacia la izquierda en el pueblo de Sundhofen.

La pérdida de los austríacos, en esta empresa en que contaba con tomarnos a todos, fue de 8 prisioneros, 100 hombres muertos o heridos, 30 de los cuales quedaron en el campo de batalla. Los otros heridos fueron llevados de vuelta en seis carros, según los campesinos de Ensisheim, que acudieron a informar a los franceses al día siguiente. El capitán Wolf, del RC ulano Schwarzenberg fue muerto.

La DCL-9 de Piré tuvo 19 hombres fuera de combate y los austriacos tomaron 14 prisioneros.

Ocupación de Ginebra

Bubna había continuado con su DML-2 Ginebra. La división de Klopstein estaba en Lausana; la brigada de Zechmeister fue de Morat a Moudon. El propio Bubna con la brigada Hesse-Hombourgo, llegó a Rolle, con la vanguardia del coronel Zichy avanzando hacia Nyon a orillas del lago de Ginebra, ocupando Saint-Cergues y cerrando la carretera de Jura. El coronel Simbschen había recibido las órdenes el 27 para ocupar, con 600 hombres, los pasos de San-Bernardo y Simplon y enviar partidas a través del valle de Aosta hasta Turín.

La ocupación de Ginebra por los aliados era solo cuestión de horas, sobre todo porque una delegación de lugareños se había presentado en el cuartel general de Bubna y les había informado que el general Jordy, aunque desplegando solo 6 batallones, había recibido la orden de resistir hasta el final, pero había prometido que la ciudad de Ginebra capitularía cuando fuera amenazada con bombardeos e invadida por una fuerza considerable.

Bubna continuó su marcha el 29 de enero. Su vanguardia ocupó Versoix y Gex y aseguró el camino de Saint-Claude, mientras que una escuadra enviada al frente de Pouilly-Saint-Genis vigilaba el fuerte de la Ecluse. Su cuartel general estaba ubicado en Nyon: Zechmeister se mudó a Morges.

Al día siguiente, 30 de enero, al alba, Zichy, con dos batallones, dos escuadrones y tres baterías, de las cuales dos eran de artillería a caballo, llegó por el camino de Ferney para ocupar las alturas de Délice y de Saint-Jean, que dominan Ginebra, mientras que el coronel Wieland, marchando con dos batallones, un escuadrón y una batería por el camino del lago, se presentó casi simultáneamente en Suéconex. La división de Klopstein, que la siguió, ocupó poco después las alturas de Petit-Suéconex. El resto de la caballería se desplegó en Ferney.

Bubna no necesitaba hacer provisiones para un ataque. Desde la aparición de las columnas austríacas el 30 de enero, el consejo de defensa había decidido rendirse y sin entrar en negociaciones con Bubna, la guarnición francesa se retiró inmediatamente a Rumilly. Unas horas más tarde, el general Zechmieister entraba en Ginebra al frente de 3.000 hombres que iban a ser la guarnición. En cuanto a Bubna, se desplazó con el resto de sus fuerzas por los pasos del Jura, donde llegó a Poligny, el 5 de enero. Allí empujó su vanguardia a Arbois y otro grupo más a la izquierda a Lons-le-Saunier, para cubrir el ala izquierda del Ejército de Bohemia.

Llegada del tifus

Marchar significaba penurias y escasez para todas las poblaciones donde pasaba un ejército. Era invierno y la leña se estaba acabando. Las tropas extranjeras también trajeron enfermedades. En aquellos tiempos morían más soldados en campaña por enfermedades que por combate. En ese momento, Basilea también contrajo tifus con los aliados. La epidemia mató tanto a guerreros como a civiles.

A finales de enero de 1814 apareció gradualmente en Basilea. En el antiguo monasterio de predicadores, en el Markgräflerhof y en los cuarteles del antiguo monasterio de Klingental, se establecieron hospitales de enfermedades para los soldados enfermos. Había un hospital de fiebre tifoidea para oficiales en el Haus zum Kirschgarten. En el campo, los moribundos yacían en graneros.

Durante las excavaciones en la zona de los cuarteles en 2018/19, Archaeological Soil Research Basel-Stadt encontró una fosa común. En ella yacían los restos enterrados apresuradamente de 27 jóvenes. Se cree que estos eran soldados que murieron durante la marcha a través de Basilea en 1813/14 y fueron enterrados en Notfriedhof cerca del hospital Klingental.

La población de alrededor de 16.500 también se vio afectada. Los farmacéuticos se negaron a suministrar medicamentos a los enfermos. Entonces las autoridades ordenaron que los huérfanos se hicieran cargo de la tarea. Pronto el orfanato estuvo lleno de huérfanos infectados. El padre huérfano Theodor Falkeisen (1768-1814) cuidó incansablemente a sus hijos hasta que la peste también lo golpeó. Cientos de personas murieron en Basilea de tifus en 1814.

Llegada de los tres monarcas

En la tarde del 12 de enero de 1814, el emperador austríaco Francisco I llegó a la ciudad con un gran equipaje. Fue el primer monarca aliado en llegar a Basilea durante la campaña y se instaló en la Casa Azul en Rheinsprung. Al día siguiente cabalgó por los caminos cubiertos de nieve sobre el puente del Rin para saludar al Zar y al rey de Prusia.

Alrededor del mediodía del 13 de enero de 1814, el emperador Francisco se reunió con el Zar y el Rey en Kleinbasel. Juntos cabalgaron, rodeados de tropas, a través del puente de regreso a Grossbasel. Fueron seguidos por los guardias rusos, que eran esperados por la gente. Se decía que si no veías al guardia, no veías nada. Más tarde, los monarcas iban a inspeccionar un desfile de las tropas de guardia frente a una numerosa audiencia en la plaza de San Pedro.

El zar Alejandro I se instaló en el Segerhof am Blumenrain, donde ocupó los pisos superiores, mientras que el cuartel general del ejército ruso se instaló en la planta baja. El 23 de enero, Alejandro hizo celebrar una magnífica misa ruso-ortodoxa en el Seidenhof de enfrente. Desde 2012, una placa conmemorativa en el Seidenhof recuerda la estancia del zar en Basilea.

El rey prusiano Federico-Guillermo III tenía sus aposentos en la Deutschritterhaus en Rittergasse. No disfrutó de la benévola atención de la población de Basilea, que se debió al zar Alejandro o al emperador Francisco. Se decía que los prusianos carecían de la afabilidad que tenían los rusos amantes de la diversión y los austriacos un poco más rígidos.

Asedio de la fortaleza francesa de Hüningen

Los monarcas siguieron adelante, siguiendo la campaña. Pero la guerra se quedó en Basilea. La fortaleza de Hüningen, que había estado tan tranquila al comienzo de la invasión, aún no había caído. El general Wrede los rodeó con sus tropas bávaras el 23 de diciembre de 1813. El comandante de la fortaleza, el coronel Jean Hugues Chancel, había resistido desde entonces.

Pero las tropas de Wrede eran necesarias en Francia contra Napoleón y se trasladaron a mediados de enero. Dejaron atrás a 2.500 hombres para otro asedio, quienes continuaron el asedio luchando durante tres meses más. La fortaleza, con su propia pequeña ciudad en el centro, albergaba tanto a soldados como a civiles. A medida que duraba el asedio, el estado de ánimo se volvió amargo.

En la fortaleza, Basilea era considerada responsable del asedio, ya que la ciudad había permitido el paso de los aliados, lo que los llevó a la fortaleza. En represalia por el fuego enemigo, los cañones dispararon contra Basilea y el pueblo pesquero de Basilea de Kleinhüningen del 8 al 10 de febrero de 1814. En la noche del 8/9 de marzo, los proyectiles cayeron nuevamente sobre Basilea.

Karl Freiherr von Zoller, comandante del cuerpo de asedio, envió un negociador frente a la fortaleza, exigiendo que cesara el fuego en Basilea. Dado que la ciudad era neutral y ajena a la guerra, el bombardeo sería contrario al derecho internacional. El coronel Chancel respondió que Basilea se había confabulado con el enemigo y ahora tenía que pagar por ello.

Lo que se temía en Basilea desde un principio había sucedido. La ciudad fue contada como enemiga por la fortaleza y luchó contra ella. La población de Basilea y Kleinhüningen tuvo que vivir en constante peligro hasta que cayó la fortaleza. Las tropas bávaras finalmente entraron en la fortaleza el 16 de abril, cuatro días después de que Napoleón abdicaría en París.