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Antecedentes
Las guerras pechenegas contra la Rus determinaron que los eslavos de los territorios de Valaquia emigrasen gradualmente a norte del Dniéster en los siglos X y XI, dado que eran capturados para ser vendidos como esclavos.
En el año 915. Los pechenegos atacaron por primera vez la Rus de Kiev. Tras haber concertado la paz con Igor, se fueron hacia el Danubio. En esta misma época Simeón de Bulgaria fue y conquistó Tracia. Los griegos (bizantinos) enviaron a por los pechenegos; cuando los pechenegos llegaron y se disponían a atacar a Simeón, los jefes militares griegos discutieron. Los pechenegos, al ver que ellos mismos tenían altercados entre sí, volvieron a su país.
Asedio de Constantinopla 941
En 941, Igor, con sus aliados pechenegos, reunieron una flota de unos 1.000 barcos y desembarcaron en la costa norte de Asia Menor y se hicieron con Bitinia en mayo de 941. Parece que habían sido bien informados de que la capital imperial estaba desguarnecida y era vulnerable a los ataques: la flota bizantina luchaba contra los árabes en el Mediterráneo, mientras que la mayor parte del ejército imperial se habían estacionado a lo largo de las fronteras orientales.
Lecapeno organizó la defensa de Constantinopla retirando un conjunto de 15 buques equipados con fuego griego. Igor deseaba capturar los barcos griegos y sus tripulaciones, pero desconocían los lanzallamas, y su flota fue rodeada. Luego, en un instante, el fuego griego fue arrojado a través de tubos a los rusos y sus aliados. Liutprando de Cremona escribió: «Los rusos, viendo las llamas, saltaron por la borda, prefiriendo el agua al fuego. Algunos se hundieron, abrumados por el peso de sus corazas y cascos, otros se quemaron«. Los prisioneros fueron decapitados.
De esta manera, los bizantinos lograron dispersar la flota rusa, pero no pudieron impedir que los paganos saquearan las afueras de Constantinopla, se aventuraran al sur, a Nicomedia. Muchas atrocidades fueron reportadas: Se dice que los rusos crucificaron a sus víctimas y que clavaron los clavos en la cabeza.
En septiembre, Juan Tzimisces y Bardas Focas, dos de los mejores generales, regresaron rápidamente a la capital, ansiosos por repeler a los invasores. Los rusos rápidamente trasladaron sus operaciones a Tracia, junto con su flota. Cuando estaban a punto de retirarse, cargados de trofeos, la armada bizantina bajo el mando de Teófanes cayó sobre ellos. Fuentes griegas informan de que los rusos y pechenegos perdieron la totalidad de la flota en este ataque sorpresa, de modo que solamente un puñado de barcos regresaron a sus bases en Crimea. Los prisioneros capturados fueron trasladados a la capital y decapitados. Las fuentes jázaras añaden que el líder ruso logró escapar al mar Caspio, donde encontró la muerte luchando contra los árabes.
Asedio de Constantinopla (945)
En 944/45 Igor reunió a muchos guerreros de diversa procedencia; varegos, rusos, polianos, eslovenos, kriviches, y tivercos, y tomó a pechenegos a sueldo, y tomó rehenes de los suyos, y se dirigió contra los griegos en barco y a caballo, queriendo vengarse de la derrota anterior, se dirigió a Constantinopla.
El emperador bizantino envió a Ígor a sus mejores nobles rogándole y diciéndole: “No nos ataques, si no toma el tributo que cobraba Oleg, y a este tributo añadiré aún más”. También envió a los pechenegos telas preciosas y mucho oro.
Igor les hizo caso, y ordenó a los pechenegos ir a luchar contra la Tierra Búlgara, y él mismo, habiendo cogido de los griegos oro y telas preciosas para todos los guerreros, dio la vuelta y volvió a Kiev, a su casa.
Sviatoslav I de Kiev, en su campaña contra Bulgaria del Volga en el 964/65, contrató mercenarios oguzes y pechenegos para contrarrestar la caballería superior de los búlgaros.