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Marcha de Moore de Lisboa a Salamanca
A principios de octubre de 1808, tras el escándalo en Gran Bretaña por la Convención de Sintra y la retirada de los generales Dalrymple, Burrard y Wellesley; John Moore tomó el mando de la fuerza británica de 30.000 hombres en Portugal.
Entre el 18 y el 26 de octubre, la fuerza de Moore de unos 20.000 efectivos partió en 4 columnas hacia Salamanca, el motivo eran los escasos recursos de la zona para alimentar a todo el ejército:
• Columna de la izquierda formada por las BRIs de Beresford (2.200) y Henry Fane (2.200), siguiendo el eje Leria-Coimbra-Viseu-Ledesma y Salamanca.
- Columna centro-izquierda mandada por Fraser y formada por las BRIs de Bentick (3.000) y Hill (2.500) seguiría el eje Santarem-Abrantes-Villa Velha-Castello Branco-Guarda-Ciudad Rodrigo-Salamnca. Moore seguiría esta ruta pero pasando por Almeida.
- Columna centro-derecha formada por las BRIs de Alten (1.750) y Anstruther (1.800). Seguiría el eje Elvás-Alcántara-Coria-Ciudad Rodrigo-Salamanca.
- Columna derecha formada por la BRI de Hope, la caballería de Stwart y la artillería, seguiría el eje Elvás-Almaráz-Talavera-El Escorial y Salamanca.
La marcha estuvo lleno de problemas, sobre todo por el mal tiempo y la falta de suministros, un contratista portugués entró en bancarrota y se negó a entregar suministros. Algunos hombres murieron de disentería durante la marcha.
Moore inició la marcha el 26 de octubre, llegó a por Almeida el 8 de noviembre, y llegó a Ciudad Rodrigo el 11 de noviembre, continuando hacia Salamanca, donde llegó el 13 de noviembre, donde instaló su cuartel general y esperó a las otras columnas.
El 4 de noviembre, el teniente-general David Baird desembarcó en La Coruña, con 9.000 infantes y 4.000 jinetes, y emprendió el camino siguiendo la Nacional VI en dirección a Astorga, para unirse a Moore.
El 19 noviembre, la Junta Central dejó Madrid y se trasladó a Córdoba, Baird llegaba a Astorga y Hope se encontraba en El Escorial con unos 5.000 efectivos. Moore estaba el Salamanca con 15.000 efectivos.
Las indecisiones de Moore
Cuando Moore recibió noticias de que las fuerzas españolas habían sufrido varias derrotas, y que Napoleón se dirigía a Madrid, consideró que para evitar el desastre debía retirarse a Lisboa. Ordenó a Hope que se incorporase inmediatamente, y a Baird que se volviera a La Coruña.
Mientras esperaba a Hope, antes de retirarse, recibió inteligencia de la posición aislada y dispersa de 16.000 hombres del CE-II de Soult en Carrión de los Condes (Palencia) y que los franceses desconocían la posición del ejército británico. Moore canceló sus planes de retirada a Portugal.
El 5 de diciembre, Moore envió órdenes a Baird para detener su retirada a Coruña y retornar a Astorga y luego a Benavente (Zamora). La intención de Moore era reunir los dos ejércitos británicos en Valladolid. Baird cumplió la orden y envió por delante la caballería bajo Paget.
El 11 de diciembre, las columnas del ejército de Moore marcharon a Toro, donde se reunieron con Paget al frente de la caballería de Baird.
En la noche del 12 de diciembre, actuando en información de los locales españoles, un EH del RH-18 rodeando Rueda, sorprendió a un grupo de caballería francesa, matando a 18 soldados y capturando a otros 35.
La intención de Moore entonces era avanzar hacia Burgos y amenazar las líneas de comunicación del ejército de Napoleón que amenazaba Madrid.
Moore entendió, a partir de las diversas comunicaciones engañosas recibidas de fuentes españolas y británicas, que el ejército francés en el norte de España contaba entre 80.000 y 90.000 hombres.
El 13 de diciembre, Moore se trasladó su cuartel general a Alaejos, en la carretera entre Salamanca y Tordesillas.
El 14 de diciembre, Moore recibió un despacho interceptado del mariscal Berthier al mariscal Soult. Dicho despacho contenía información sobre las diversas formaciones francesas, lo que mostraba que su fuerza era significativamente mayor de lo que le habían hecho creer a Moore. Berthier declaraba que se pensaba que Moore se estaba retirando a Lisboa y ya no estaba en España. Soult recibió instrucciones de dirigirse a León, Zamora y Benavente.
Moore ordenó a Baird que marchara a Benavente y redirigió a sus propias tropas hacia Toro, con el objeto de unirse a Baird lo antes posible. El plan de Moore era atacar el CE-II de Soult aislado en el río Carrión, siendo su fuerza la mitad de los británicos.
Los enfrentamientos entre las patrullas de caballería revelaron las intenciones de Moore a los franceses, lo que provocó que la brigada de caballería francesa de Franceschi se retirara de Tordesillas a Valladolid.
Moore cruzó el Duero en Toro, siguió por Villalpando, llegando a Mayorga el 20 de diciembre, allí se reunió con Baird. Durante este avance, la caballería británica estuvo en acción casi constante contra los piquetes franceses.
Un ED del RDL-18 llegó a Valladolid y capturó al intendente español, un oficial francés y una cantidad sustancial de dinero. Un oficial de caballería francés capturado, el mayor Antignac, reveló que el ejército francés era muy grande e incluía a la Guardia Imperial, información que Moore no conocía previamente. También se le reveló que lejos de proponerse resistir al máximo, las autoridades españolas estaban negociando con Napoleón la rendición de Madrid.
Una vez que el ejército británico se reunió, se componía de unos 23.500 de infantería, 2.400 de caballería y 60 cañones.
El mariscal Soult no conocía las acciones de Moore, debido a la eficacia de la pantalla de la caballería británica. Soult todavía esperaba que los ejércitos británicos se combinaran en Valladolid y ordenó a sus 2 DIs de infantería que se concentraran en Carrión de los Condes y Saldaña en el río Carrión.
Mientras tanto, Soult le escribió al mariscal Junot pidiendo refuerzos que le permitieran atacar a los británicos.
Las fuerzas reunidas de John Moore consistían en:
- DC de William Paget con:
- BRH-I de Slade con RH-10 y RH-15.
- BRH-II de Stewart con RH-7, RH-18 y RH-3 de la KGL (King German Legion)
- Artillería a caballo: Bías de Dawman y Evelagh.
- DI-1 de David Baird con:
- BRI-I/1 de Warde con BI-I/1 y BI-III/1 de Guardias.
- BRI-II/1 de Bentinck con BI-I/4, BI-I/42 highlander Black Watch, BI-I/50.
- BRI-III/1 de Manningahn con BI-III/1 de Guardias, BI-I/26, y BI-I/81.
- Artillería: Bía a pie de Bean.
- DI-2 de John Hope con:
- BRI-I/2 de Leith con RI-51, BI-II/59 y RI-76.
- BRI-II/2 de Hill con RI-2, BI-I/5, BI-II/14 y BI-I/32.
- BRI-III/2 de Catlin Craufurd con BI-I/36, BI-I/71 y BIL-I/92
- Artillería: Bía a pie de Drummond.
- DI-3 de Alexander Fraser con:
- BRI-I/3 de Beresford con BI-I/16, BI-I/9, BI-II/23 y BIL-I/95.
- BRI-I/3 de Fane con BI-I/38, BI-I/79 y BI-I/82.
- Artillería: Bía a pie de Wilmot.
- DI-R (reserva) de Edward Paget con:
- BRI-I/R de Anstruther con RI-20, BIL-I/52 y BI-I/95.
- BRI/II/R de Disney con BI-I/28 y BI-I/91
- Artillería: Bía a pie de Carthew.
- BRIL-I de flanqueo de Robert Craufurd (Black Bob) con BI-I/43, BI-II/52 y BIL-II/95.
- BRIL-II de flanqueo de Alten con BILs I y III de la KLG.
- Artillería bajo Tcol Harding con 5 Cías
Combate de Sahagún (21 de diciembre de 1808)
El ejército de Moore avanzó hacia el sur para cruzar el río Cea en Mayorga.
La BRCL-I de Slade (RH-10 y RH-15), acompañada por William Paget, al mando de la DC, tras cruzar el río Cea, dobló por la carretera fluvial hacia el noreste, rumbo a Melgar de Abajo.
En algún lugar de la ruta, Paget recibió información de la población española local de que había una BRC francesa en Sahagún, donde había estado alojada en el monasterio durante unas dos semanas. Se trataba de la BRC de Debelle, que comprendía los RD-8 y el RCP-1 de cazadores.
Paget decidió enviar la BRCL-I de Slade, que atacaría con RH-10 y la artillería a caballo para fijar a los franceses de frente, mientras él con el RH-15 les envolvía para evitar la retirada.
Las condiciones eran atroces. Estaba nevando mucho y el camino estrecho estaba helado, lleno de baches. Varios caballos de caballería resbalaron y cayeron durante el viaje. Poco después de que la caballería británica abandonara Melgar de Abajo, la nieve se detuvo.
En la marcha hacia Sahagún, la columna de caballería británica tuvo que pasar en fila india por dos largas calzadas, estrechas y sin barandillas, donde la carretera cruzaba el río Cea, por lo que Slade con el RH-10 llegó tarde.
Cuando el RH-15 acercaba a Sahagún se encontraron con un fuerte piquete francés, que atacó sin demora a los británicos. Muchos de los jinetes franceses fueron derribados o capturados, pero varios escaparon y pudieron advertir de la llegada de los dragones ligeros británicos.
La RH-15 alcanzó Sahagún justo antes del amanecer y tomó una ruta por la ciudad a la carretera principal de Carrión.
Al llegar a la carretera principal, el RH-15 vio a la caballería francesa formada en el lado opuesto de la carretera. Era la brigada de caballería francesa formada y lista para la batalla.
Habían formado en dos líneas: en primera línea el RC-1 de cazadores mandado por el coronel Tascher, pariente de la emperatriz Josefina, y el RD-8 en segunda línea. Sorprendentemente, la caballería francesa recibió la carga inglesa parados y con descargas de carabina.
El RH-15 rápidamente formó en la línea a su izquierda y cargó a galope contra la caballería francesa que estaba a unos 400 metros.
Los franceses les recibieron con la descarga de sus carabinas, que no consiguió detener la carga, tras lo cual se produjo el choque contra los cazadores, que fue terrible y el ímpetu de los ingleses rompió las filas napoleónicas. Los franceses iniciaron la desbandada hacia el este, perseguidos por los británicos. Muchos de ellos fueron hechos prisioneros, lo que supuso la desaparición en la práctica del regimiento de cazadores.
Los dragones tomaron la carretera del noreste hacia Saldaña, mientras que el resto de los cazadores continuaron por la carretera del este hacia Carrión de los Condes.
Durante los días siguientes, la infantería británica ocupó las aldeas circundantes y encontró a muchos soldados de caballería franceses heridos de la BRC de Debelle, que fueron hechos prisioneros.
Los británicos capturaron el equipaje de la BRC francesa, con los papeles confidenciales del general Debelle.
Las bajas británicas fueron 2 muertos y 18 heridos. Las bajas francesas fueron varios hombres muertos y 12 oficiales y 145 hombres hechos prisioneros, algunos heridos. Ambos coroneles de regimiento fueron capturados Dudhuit del RD-8 y Dugens del RCP-1 de cazadores.
Poco después, Moore recibió noticias de que el grueso de las tropas francesas se hallaban mucho más cerca de lo que él pensaba, por lo que la acción sobre CE-II de Soult fue abandonada.
Persecución de Napoleón
El emperador Napoleón estaba llevando a cabo una gran revisión de sus tropas en Madrid el 19 de diciembre de 1808, cuando fue informado del avance de Moore.
Napoleón inmediatamente abandonó la revisión, envió órdenes a sus comandantes a través del noroeste de España, antes de avanzar sobre las montañas Guardarrama para dar caza a Moore y deshacerse del único ejército británico, poniendo fin a la participación de Gran Bretaña en la guerra.
Fueron tres días de tormentas de nieve en la sierra de Guardarrama que causaron considerables dificultades a las tropas francesas para cruzar las montañas.
En la Nochebuena de 1808, el ejército de Napoleón enfiló hacia el puerto del León (una de las carreteras más modernas y transitables de la época), pero una gran nevada y ventisca se levantaron en la sierra. Pese a las advertencias de los habitantes, conocedores de los peligros del temporal en la montaña, Napoleón sometió a sus tropas, a sus caballos y a la impedimenta de cañones, bueyes, mulas y carros a una cruel ascensión al puerto. Los testimonios de los oficiales y mandos del ejército son elocuentes hablando de que el frío era mayor que el que habían soportado en Polonia.
El propio Napoleón pasó unas horas angustiosas, ateridos de frío y con muchas dificultades para no ser arrastrados por el terrible viento, el hielo y la nieve. Una vez coronado el puerto, y tras proveer a sus hombres, descendió hacía el Espinar a descansar del terrible paso de la sierra.
La información le confirmó a Napoleón que Moore se proponía retirarse a La Coruña, pero que por el momento todavía estaba en Valladolid.
El CE-VI del Ney llegó a Medina del Campo el 23 de diciembre, con Napoleón y la Guardia Imperial siguiendo de cerca.
Soult estaba convencido de que el ejército británico estaba frente a él a lo largo de la línea del río Carrión e instó a Napoleón a atacar y hacer avanzar al CE-VI de Ney hacia Benavente para cortar la retirada británica.
Napoleón fue informado por Ney de que se había visto una fuerza británica en Villada, al sureste del río Esla, y otra en Mansilla, al noroeste de Villada.
Napoleón canceló un día de descanso para el ejército, después de la travesía agotadora de la Sierra de Guadarrama, fijada para el 26 de diciembre y ordenó a una concentración de Medina de Rioseco, a 32 km al noroeste de Valladolid.
El mismo día un enfrentamiento tuvo lugar entre la caballería francesa y la británica RH-15 y RH-3 KGL.
Napoleón concluyó que el ejército de Moore todavía estaba en posición en la zona de Sahagún. Trasladó su cuartel general a Medina de Ríoseco y ordenó al cuerpo de Ney que avanzara para atacar hacia Valderas y Mayorga.
Batalla de Benavente o carrera de Benavente (29 de diciembre de 1808)
El día 23 de diciembre, Moore se enteró de que Napoleón le perseguía con una fuerza de 32.000 infantes y 8.000 de caballería, y decidió iniciar la retirada, pero realizó escaramuzas con la caballería con el objeto de hacer creer a Soult un ataque inminente, justo cuando se disponía a hacer lo contrario. El plan era dividir sus tropas en dos frentes. Uno se dirigiría a Valencia de Don Juan (en la provincia de León) y el otro a Benavente (Zamora).
El 26 de diciembre, los enfrentamientos tuvieron lugar en torno a Mayorga entre la caballería ligera británica y la caballería francesa, los británicos a pesar de ser superados en número, consiguieron hacer más de 100 prisioneros franceses.
Al día siguiente, la DC de Paget marchó hacia el cruce del río Esla en Castro-Gonzalo, a 8 km al sur de Benavente. Era perseguida de cerca por la caballería de Soult, que los británicos mantuvieron bajo control con varios de los que Fortescue llamaba “pequeños y brillantes ataques”.
Durante la noche del 27 de noviembre, 4 regimientos de Paget estaban al otro lado del puente en Castro-Gonzalo, para que la BRIL-I de flanqueo de Craufurd demoliera el puente medieval.
El 28 de diciembre, Bessières acudió la totalidad de la caballería de la Guardia Imperial, pero no hizo ningún intento de interferir con los trabajos de demolición británica en el puente.
Por la noche, el general Lefebvre-Desnoëttes lideró un ataque desmontado en el puente que falló.
Las tropas británicas que llegaron a Benavente, como apenas tenían dinero, algunos soldados se arrancaban los botones de sus casacas rojas para hacerlos pasar por monedas inglesas con las que adquirir licor. Otros lo hicieron por la fuerza. Se dirigieron a las bodegas y tras sacar los toneles a la calle los acribillaron a tiros de mosquete para abrir agujeros en la madera. Sin embargo, los toneles se hicieron pedazos y el vino se derramó por las calles. Fue el comienzo de dos días de borracheras, destrucción y pillaje que cambiaría de manera notable el futuro patrimonial de Benavente.
Los disturbios derivados de la borrachera no se hicieron esperar. Moore escribió “Indignados ante la escasa ayuda concedida por los españoles, los soldados aprovecharon la oportunidad que les brindaba esta retirada para perder la compostura y para actuar según les vino en gana”.
El propio general Moore, que marchaba con la reserva del ejército, quedó horrorizado ante las escenas presenciadas al entrar en Benavente y trató de poner coto al pillaje, aunque no lo consiguió. Este fue el comienzo de 48 horas de desazón por la, no obstante, sorprendente actitud de los benaventanos.
Entretanto una brigada de caballería vigilaba los accesos a Castrogonzalo y protegía el puente mientras se preparaba su voladura. Pero la demolición no resultó fácil. La estructura resultó ser especialmente sólida. “El puente había sido construidos de material tan sólido que se requirieron grandes esfuerzos para desmontar los bloques de piedra” relató un abanderado del RI-28.
A las 22:00 horas de ese día, los franceses atacaron las posiciones avanzadas de los ingleses y se produjeron refriegas en Castropepe. Mientras la caballería francesa avanzaba, un BI británico les disparaba parapetados tras carros y carretas.
A la mañana siguiente, bajo una tormenta de lluvia y granizo, el general Lefebvre-Desnouëttes continuó lanzando ataques contra el puente, que siempre fueron repelidos. De hecho, el puente pudo demolerse y la noche del 28 de diciembre, las DIs 2 y 3 británicas dejaron Benavente camino de Astorga. Moore, a decir de Christopher Summerville, ganó la “carrera hacia Benavente” y frustró las intenciones de Napoleón, que aguardaba en Valderas y más tarde se desplazaría a Villalpando.
Pero antes de que la retaguardia del ejército inglés abandonara la ciudad, los húsares ingleses asestarían una sangrienta derrota a la caballería imperial francesa.
Al despuntar el 29 de diciembre, la DI de reserva y las BRILs inglesas siguieron a la vanguardia por el camino que conducía al norte en dirección a La Bañeza y Astorga. Summerville recoge el triste espectáculo que mostraba Benavente, con las calles plagadas de restos arrojados por los soldados en retirada y el castillo, saqueado la tarde anterior, incendiado y arrasado que “ofrecía el aspecto de una pobre ruina chamuscada”. En Benavente solo quedaba el general Moore y su EM, los funcionarios de intendencia y la caballería de Paget, cuyas patrullas aún montaban guardia en el puente de Castrogonzalo y en las orillas del río Esla.
El último regimiento de Paget, el RH-3 de la KGL (legión germana del Rey), cruzó el puente y los restos del tramo del puente fueron volados. Dejando piquetes en la orilla para impedir el cruce.
A los franceses les pareció que el ejército de Moore había continuado su retirada, ya que no se podían ver tropas británicas en Benavente.
Temiendo la retirada, Napoleón ordenó al general Lefebvre que cruzase el Esla con la caballería de la Guardia Imperial. Descubrió un vado a poca distancia del puente demolido, y con 3 ECs cazadores a caballo, 1 EC de caballos ligeros y un destacamento de mamelucos (unos 600 efectivos en total) y se dispuso a cruzar las gélidas aguas del río Esla, cuyo cauce había aumentado por la reciente lluvia.
A las 09:00 horas, Lefebvre-Desnouëttes, cruzó el río Esla, los franceses obligaron a los piquetes periféricos de la caballería británica a retroceder donde estaba el puesto de mando del coronel Loftus Otway del RH-18. Otway reunió sus fuerzas y los piquetes que se replegaban y se situó en una zona donde sus flancos estaban cubiertos por muros de piedra para proteger sus flancos, y espero la llegada de los franceses.
Otway con unos 150 efectivos, vio que tenía más hombres que el escuadrón de cazadores francés que se había detenido frente a él, a la espera de refuerzos. Sin pensarlo, cargó y el escuadrón francés, que recibió la carga parado, quedó completamente destrozado, matando a su comandante.
El segundo escuadrón francés se acercó y, galopando en el combate, revirtió la situación, los hombres de Otway sufrieron pérdidas considerables y fueron rechazados.
Se acogieron en su huida a un RH del RH-3 KGL, que rechazó a los perseguidores que se replegaron para reorganizarse.
Paget y el general Stewart llegaron a la escena, Paget regresó a Benavente, para traer el RH-10, mientras que Stewart tomó el mando de Otway.
Stewart cargó contra los 2 ECs de cazadores, que nuevamente recibieron la carga parados. Esta carga no fue tan decisiva y el combate se dividió en una serie de peleas individuales con sable.
Lefebvre-Desnoëttes se acercó con el EC-III de cazadores y mamelucos, y cargó de flanco contra los británicos que estaban en una lucha cuerpo a cuerpo.
Los hombres de Stewart se vieron obligados a retroceder hacia la ciudad, hasta que el resto de RH-3 KGL se acercó y restableció la paridad en los números.
Paget llegó con el RH-10 y lanzó un ataque sorpresa contra la fuerza francesa, mientras avanzaban, logró ocultar sus escuadrones de la vista de los franceses y cargar sobre su flanco izquierdo. Muchos de húsares de otros regimientos británicos, el RH-7, RH-15 y RH-18, tomaron parte en este ataque.
La caballería francesa dio media vuelta y se apresuró a regresar al río, en considerable confusión, con soldados individuales perseguidos por húsares británicos y alemanes, en lo que Fortescue describe como una “carrera por el río”.
En la orilla del río, los franceses se apiñaron en el agua y muchos fueron arrastrados por la corriente que fluía rápidamente. Los que se quedaron atrás fueron muertos o capturados.
Una vez cruzado el río, los cazadores franceses desmontaron y abrieron fuego de carabina contra la caballería ligera británica en la otra orilla, hasta que aparecieron 2 cañones de artillería a caballo británicos y dispararon varias rondas de metralla contra los jinetes franceses, finalmente dispersándolos.
El caballo de Lefebvre-Desnouëttes resultó herido y no pudo cruzar el río, siendo capturado. Hay dos versiones de su captura. Según los británicos fue capturado por Levi Grisdale del RH-10, que fue felicitado y ascendido a sargento. La versión alemana es que fue capturado por un soldado de 18 años llamado Bergman del RH-3 KGL, que se enfrentó al francés y lo rindió, momento en que un jinete inglés se llevó al prisionero, el soldado alemán recibió la medalla Guelphic. Lo más probable es que fueran varios soldados los que participaron en la captura.
Paget informó que los franceses habían sufrido 30 muertos, 25 heridos.
La victoria obtenida sobre la élite de la caballería ligera francesa elevó la moral de los húsares británicos; subrayaba la ascendencia moral que habían logrado sobre la caballería francesa en la anterior batalla de Sahagún. La retirada del ejército británico, sin embargo, continuó. Napoleón había visto la acción desde una altura que dominaba el río; sus reacciones fueron bastante silenciosas y tomó en cuenta las pérdidas y la humillación de Guardia Imperial.
Aquella noche, Lefèbvre-Desnouëttes, que había sufrido una herida superficial en la cabeza, fue agasajado a la mesa del comandante en jefe británico John Moore; que le dio su propia espada para reemplazar la que entregó cuando se rindió. El general francés fue encarcelado en Inglaterra, donde finalmente rompió su libertad condicional, un pecado imperdonable según la opinión pública inglesa, y escapó de regreso a Francia.
Al atardecer del 29 de diciembre la intendencia británica completó la labor de destrucción. Se vaciaron barriles de ron en las alcantarillas, mientras en los jardines del monasterio (posiblemente el ubicado en la antigua carretera de León) que habían servido como almacén principal, se elevaban las hogueras alimentadas por el material bélico y los comestibles abandonados. Puestos a no dejar nada de valor a los franceses, los ingleses invitaron a los benaventanos a unirse a la liquidación final de las provisiones del ejército. “Los incrédulos españoles, delirando ante la posibilidad de recibir suficiente comida y ropa para todo un año, se sumieron en un arrebato que duraría hasta bien entrada la noche”, afirma Summerville. Un intendente alemán narró esta peripecia: “Todos los habitantes del pueblo se congregaron rápidamente en el lugar y fueron invitados una y otra vez a coger lo que pudieran. ¡Vaya una orgía que se armó entre los españoles, tan dados a arrebatar cosas”.
Más adelante, el mismo testigo relata como a las doce de esa noche “el tumulto en los depósitos de suministros llegó a su apogeo y ya nadie se sentía seguro. El grueso del ejército había partido”. Los franceses se esperaban en cualquier instante “mientras la muchedumbre intentaba divertirse comiendo y bebiendo, entregándose al delirio y a los gritos, discutiendo y destruyendo cosas a su paso”.
Batalla de Mansilla de las Mulas (30 de diciembre de 1808)
Mientras Moore se retiraba hacia La Coruña desde Benavente, La Romana se retiraban contaba con unos 8.000 efectivos hacia León, y decidió dejar en el río Esla, en Mansilla de las Mulas a la DI-2 de Rafael Martinengo con unos 3.000 efectivos para proteger la retirada del resto.
Matinenego que contaba con un contingente regular estaba formado por 2 BIs de los RIs Nápoles y Navarra, 2 ECs del RC Reina y un EC del RC Montesa, BIs milicianos de Pontevedra y Segovia y los voluntarios de la Victoria fue una unidad recién creado. También tenía 1 Cía de zapadores para destruir el puente y 2 cañones. Desplegó sus fuerzas delante de la ciudad con el puente a su espalda.
Soult había concentrado su CE-II entre Saldaña y Carrión de los Condes, teniendo unos 18.000 efectivos, e inició el movimiento hacia Astorga para cortar la retirada de Moore.
La vanguardia francesa estaba formada por la BRCL de Jean-Baptiste Franceschi-Delonne, con 2.200 jinetes del RD-8, RH-1, RC-22 de cazadores, y RC de cazadores de Hannover.
A última hora del 29 de diciembre, el ejército del mariscal Soult llegó al Esla. A la mañana siguiente, Soult lanzó un ataque con la caballería que rompió las líneas españolas y se apoderó del puente, antes de que los zapadores pudieran volarlo, 1.500 soldados españoles fueron capturados cuando quedaron atrapados en la orilla oriental del Esla. Las tropas restantes escaparon, La Romana se vio obligado a abandonar León y se retiró al hacia Astorga, ya que el puerto de Pajares estaba cerrado por la nieve, y el paso era impracticable, allí esperaba unirse a Moore y los británicos en retirada. El 30 de diciembre, los franceses Franceschi entraron en León encontrándose con gran número de enfermos y heridos abandonados a su suerte por el marqués de la Romana, y detrás llegó el general Soult con el grueso de las tropas, más de 15.000 hombres.
Llegada a Astorga
La llegada de La Romana con lo que quedaba del Ejército de la Izquierda español a Astorga, causó sorpresa a Moore que las situaba en Asturias, llegaban en un estado lamentable, diezmadas por el hambre y el tifus. La reunión de las fuerzas creaba un problema logístico tremendo, si era muy difícil alimentar a sus propias fuerzas, el problema se aumentó con la llegada de los españoles.
La Romana instó a Moore para presentar batallar contra el Emperador en Astorga y los puertos colindantes de Foncebadón y Manzanal, pero Moore siguió con su idea de dirigirse a La Coruña y embarcar sus tropas.
Al final decidieron separarse, Moore seguiría por el puerto del Manzanal, y La Romana se dirigiría a Vigo por el puerto de Foncebadón con las BRILs de flanqueo de Craufurd (1.900) y Alten (1.700), partiendo ambos el día 31 de diciembre, dejando una retaguardia en Astorga para frenar a los franceses.
Repartieron los almacenes de suministros y munición entre la tropa, y el resto lo destruyeron, continuaron la marcha sin perder tiempo dejando 400 enfermos y heridos que no podían continuar viaje en Astorga. Los vagones de suministros eran lentos y engorrosos, y los animales de tiro se estaban muriendo como moscas. Prefirieron prender fuego a los carros que dejarlos caer en manos del enemigo.
El 1 de enero de 1809, el emperador Napoleón llegó a Astorga, acompañado por su EM y el grueso del ejército, unos 80.000 soldados, se había quedado desperdigado a causa de la durísima marcha. La convirtió en su cuartel general. La mayoría de la ya diezmada población había huido hacia los pueblos y montañas colindantes. Se alojó en el palacio Episcopal de entonces (el actual es el palacio de Gaudí), de donde expulsó al prelado.
Napoleón escribiría a su hermano José el 31 de diciembre: “Mi vanguardia está cerca de Astorga; los ingleses están huyendo tan rápido como pueden… son aborrecidos por todos; se han llevado todo y luego han maltratado y golpeado a los habitantes. No podría haber mejor sedante para España que enviar un ejército inglés”.
Cuando quedó claro que no podía llevar a Moore a la batalla, Napoleón dejó la persecución de los británicos al CE-II de Soult (3 DIs, 1 BRCL, 2 DDs de dragones). El CE-VI- de Ney se concentraría en Astorga para apoyar a Soult y Napoleón se llevó el grueso del ejército, unos 45.000 hombres, de regreso a Madrid. Napoleón decidió dejar España para atender otros asuntos urgentes; los austríacos estaban a punto de declarar la guerra a Francia y pronto invadirían Italia y Baviera.
El mariscal Soult persiguió a los franceses y dividió sus fuerzas de vanguardia en dos con la DC de Colbert (3.000) por el puerto del Manzanal y la BRCL de Franceschi (2.000) por el puerto de Foncebadón el mismo día 31 de diciembre.
La dureza del viaje hizo que la disciplina se colapsara en todo el ejército, aparte de ciertos regimientos mantenidos bajo estricto control por sus oficiales. Un fusilero llamado Howans protestó deairadamente delante del Robert Craufurd (BRIL-I), maldiciendo los ojos del oficial. Craufurd condenó al sinvergüenza a 300 latigazos, que recibió sin siquiera estar atado. Howans sobrevivió a la terrible experiencia y estaba listo para marchar nuevamente en cuestión de minutos. Dejó que su esposa irlandesa le llevara la chaqueta verde, la mochila y la bolsa, la única concesión que haría a su espalda lacerada y sangrando profusamente.
Batalla de Cacabelos (3 de enero de 1809)
El ejército británico continuó su retirada a La Coruña siguiendo el puerto del Manzanal que estaba nevado, dejó en su retaguardia a la DI de reserva de Edward Paget.
Los civiles españoles huían de los británicos, que entonces se parecían más a una horda bárbara que a un ejército moderno. Los aldeanos que se quedaban a menudo eran robados, maltratados y, en ocasiones, incluso asesinados.
El 2 de enero, los británicos tras la dura marcha por el puerto del Manzanal, entraron en el pueblo de Bembibre, famoso por sus bodegas, unos 200 soldados británicos se emborracharon tanto con el vino, que no podían andar, teniendo que ser abandonados y fueron capturados o sableados por los dragones franceses que los perseguían.
El 3 de enero, la reserva británica estaba todavía en Cacabelos, ya que el grueso del ejército se puso en marcha hacia Villafranca del Bierzo, más arriba de la carretera.
Tres soldados británicos, fueron sorprendidos saqueando a los aldeanos españoles, fueron llevados al general Paget en Cacabelos. Paget hizo formar a sus batallones en cuadro para observar el ahorcamiento de estos tres hombres. En dos ocasiones, durante los preparativos para el ahorcamiento, llegaron húsares para informar a Paget de la inminente llegada de los franceses. Finalmente, Paget pidió a las tropas reunidas que se comprometieran a portarse bien y liberó a los tres condenados.
El general Colbert se acercaba a Cacabelos con una brigada de caballería francesa, que comprendía el RH-3 y el RC-15 de cazadores, que eran, la vanguardia del ejército del mariscal Soult, en la tarde del 3 de enero. Colbert se enfrentaba a 5 Cías del RIL-95 y el RH-15. Una vez que se estableció contacto con los franceses, las Cías del RIL-95 se retiraron a la localidad de Cacabelos.
En el lado oeste del río Cua, el RIL-52, RI-20, BI-I/28 y BI-I/91 desplegaron con una Bía a caballo.
Los jinetes franceses llegaron y se enviaron patrullas a lo largo del arroyo, buscando un lugar para cruzar el torrente crecido fuera del pueblo.
Después de una hora de observación, Colbert vio las Cías del RIL-95 comienzan a volver al pueblo para cruzar el río Cúa. Colbert puso en marcha rápidamente su brigada y ordenó una carga contra el RH-15. El RH-5 británico huyó al galope por el camino en Cacabelos, poniendo al RIL-95 en desorden, lo que permitió a la caballería francesa perseguirles y la captura de 48 tiradores, con algunos muertos. Los fusileros restantes escaparon al pueblo y cruzaron el puente.
Colbert intentó asaltar el puente, pero su brigada se encontró con ráfagas de disparos canister de los cañones británicos y descargas de la infantería, que la hicieron retroceder con bajas significativas.
Casi al mismo tiempo, Moore llegó y tomó el mando, desplazando el RI-20 y BIL-I/52 en las alturas vistas al río.
Colbert decidió esperar la llegada de la infantería francesa antes de realizar cualquier otro ataque sobre el puente, desplegando jinetes desmontados a lo largo de la orilla del Cua para mantener la lucha con los fusileros británicos que estaban en la otra orilla del río.
La Houssaye encontró un vado y envió algunos escuadrones a la orilla oeste. Sobre las 16:00 horas, la RIL-4 de la DI de Merlé llegó a Cacabelos y se enfrentó al RIL-95. Colbert cabalgó hacia el río, dirigiendo la línea de voltigeurs franceses, una figura a caballo que destacaba entre la infantería. En ese momento, un francotirador irlandés famoso, Thomas Plunket, mató al joven general francés de un tiro en la cabeza a una distancia a una distancia de unos 250 metros. Las tropas napoleónicas se vieron obligadas a retirarse y los ingleses recuperaron el puente.
Sobre las 17:00 horas, llegó la división de Merle, los regimientos de infantería franceses cruzaron por el vado encontrado por La Houssaye y realizaron un asalto a la derecha británica, que fue rechazado. Moore montó un campamento para hacer ver a los franceses que iban a pasar allí la noche, y los franceses decidieron esperar la llegada de refuerzos y atacar al día siguiente. Durante la noche, Moore dejó los fuegos encendidos y se retiró.
Al día siguiente los franceses iniciaron un nuevo ataque. Avanzaron pero no recibieron fuego de los británicos, se dieron cuenta de que los ingleses habían huido.
Las bajas fueron de unas 60 en cada bando, casi todos en el duelo entre el RIL-95 británicos y el RIL-4 francés, aparte de los 48 tiradores capturados.
De los protagonistas de la batalla, el general de caballería Auguste François-Marie de Colbert-Chabanais tenía 31 años, se dice que sus últimas palabras fueron: “Todavía soy muy joven para morir; pero al menos mi muerte es la de un soldado del gran ejército, porque, al expirar, veo huir a los últimos y eternos enemigos de mi país”. Era una de las estrellas en ascenso del ejército imperial francés, se había distinguido en Egipto y en las batallas de Marengo, Elchingen, Austerlitz, Jena, Eylau y Friedland.
Cuando Ney se enteró de su muerte, envió a un ayudante a recoger sus efectos personales. Escribió: “Su esposa e hijo algún día valorarán tener lo que le pertenecía. Además, es la única y definitiva prueba de amistad que podría darle a este valiente joven”. Por decreto del 1 de enero de 1810, Napoleón decidió que se colocara una estatua de Colbert en el puente de la Concordia, aunque este proyecto nunca se concretó. El nombre Colbert está grabado en la columna 38 en la cara oeste del Arco de Triunfo.
El otro héroe de la jornada, Thomas Plunket, no solo mató al general sino también a su ayudante a unos 250 metros con un rifle, con un rifle Baker, todo un récord en la época, ya que el alcance eficaz de los rifles era 80 metros. Curiosamente el récord mundial en 2009 fue batido por el cabo 1º británico Craig Harrison de Blues and Royals a una distancia de 2.475 metros con un fusil Barrett .50, que sería superado por un canadiense a una distancia de 3.450 metros con un fusil McMillan TAC-50.
Plunket continuó sirviendo a los RIL-95 en la guerra peninsular y fue herido en la batalla de Waterloo. Era un bebedor empedernido y no logró la promoción. Después de emigrar sin éxito a Canadá, Plunket y su esposa regresaron al Reino Unido y, casi indigentes, se ganaba la vida como comerciantes itinerantes. Plunket murió repentinamente en Colchester en 1839. Varios oficiales retirados de la ciudad se enteraron de la muerte y reconocieron su nombre; como resultado, hicieron una colecta para su viuda y pagaron su funeral y su lápida.
Mientras se desarrollaba la batalla, en Villafranca del Bierzo, turbas de soldados borrachos saquearon el pueblo y luego se negaron a obedecer las órdenes de volver a sus colores. Muchos se escondieron en las bodegas o yacían tirados en un estupor inducido por el vino. Unos 1.000 de estos soldados fueron capturados por la caballería francesa.
La retaguardia y la caballería, marchando detrás del resto del ejército, hicieron lo que pudieron para despertar a los borrachos, pero muchos se quedaron atrás para ser asesinados o capturados por los perseguidores franceses.
Batalla de la Coruña o de Elviña (16 de enero de 1809)
Llegada a la Coruña
El 5 enero, Moore ordenó una marcha forzada de 36 horas. Durante la misma, los carros que transportaban las reservas de efectivo del ejército, unas 25.000 libras en total; se rompieron y el dinero tuvo que ser arrojado por la ladera de la montaña, parte de lo cual sería recuperado por los dragones franceses que los perseguían, la población civil e incluso por los seguidores civiles del ejército. Un caso fue la señora Maloney, esposa del sastre del RI-52, que llenó su vestido con monedas. Cuando fue embarcada se cayó de la pasarela y se ahogó por el peso del vestido.
Las columnas de vanguardia dejaron Constantino hacia Lugo, los franceses presionaban muy cerca, Moore mandó situar artillería en el puente protegida por efectivos del RI-28 y RIL-95, cuando llegaron los franceses, los cañones abrieron fuego de metralla, deteniendo la vanguardia durante cierto tiempo antes de retirarse, ganando un tiempo precioso.
El día 6 enero, Moore con la reserva entró en Lugo por la mañana. Se le unieron la brigada de Leith y Baird, y los rezagados iban llegando a poco a poco. Sus tropas estaban muy fatigadas y decidió darlas un descanso.
El 7 de enero, Moore eligió un lugar elevado y ventajoso para presentar batalla a los franceses, los cuales aparecieron las alturas opuestas. Se pasaron ese día y el siguiente en refriegas que realizaron las unidades de reconocimiento. Las unidades francesas iban llegando poco a poco, Soult al estar en inferioridad numérica, no quería empeñarse en una batalla campal antes de que se le uniesen más tropas, fueron llegando poco a poco, primero la caballería de Merle, Lahousalle y Franceschi, detrás la infantería de Loges, Delaborde y Mermet.
Los ingleses, por su parte, se mantuvieron hasta el 8 de enero sin moverse de su posición, pero sobre las 10 de la noche, y encendidas hogueras en las líneas para cubrir su intento, emprendió la continuación la retirada, que se produjo en un temporal de lluvia y viento.
Soult cuando descubrió que losbritánicos se habían marchado, mandó inmediatamente a Franceschi en su persecución, mientras el resto les siguió. Los franceses fueron detenidos por la voladura de un puente sobre el río Miño a 13 km al norte de Lugo.
Después de padecer muchas penalidades, empezaron los ingleses a llegar a Betanzos en la tarde del 9 de enero, en un estado lamentable. La retaguardia situó fuerzas en las alturas para acoger a los rezagados, que iban llegando poco a poco. Los británicos perdieron 1.000 hombres desde Lugo, la mayoría capturados por quedarse atrás. En Betanzos las autoridades españolas, avisados por la caballería británica, habían situado un puesto de suministro para alimentar a las fuerzas británicas.
El ejército británico entró en el puerto de la Coruña en la noche del 11 de enero, muchos de los soldados en un estado de agotamiento. Los franceses estaban a cierta distancia, pero la flota no estaba en el puerto. Los transportes no llegaron a La Coruña desde Vigo, donde habían recogido a las dos BRILs de flanco, hasta el 14 de enero.
El 12 de enero, Moore se embarcó a los enfermos y algunas de las tiendas en los barcos en el puerto de La Coruña y se preparó para dar batalla a los franceses, mientras esperaba la llegada de la flota principal.
Despliegue de fuerzas
El 13 de enero, Moore rearmó su infantería con nuevos fusiles de la tienda (almacén) almacenados en La Coruña. Explosionó el polvorín que contenía 4.000 libras de pólvora en 1.500 barriles, junto con 300.000 cartuchos de rifle y otros equipos que no podían ser utilizados, para evitar que cayeran en manos de los franceses. La explosión fue tan violenta que rompió todos los cristales de las ventanas de La Coruña. También clavaron los 50 cañones pesados que defendían La Coruña, y cuyos afustes fueron arrojados al mar.
Tres puentes daban acceso a La Coruña para el ejército perseguidor del mariscal Soult; el puente de El Burgo en la carretera principal de Madrid a La Coruña, el puente más al sur de Cambria y el puente más al sur de Cela.
Los franceses tuvieron que reparar los puentes en El Burgo y Cambria, dañados por ingenieros británicos, antes de que Soult pudiera lanzar un ataque contra el ejército de Moore. Infantería francesa comenzó a infiltrarse a través del puente de El Burgo a última hora del 13 de enero, ocuparon el pueblo de El Burgo.
El 14 de enero, casi todo lo que era útil para el ejército inglés en La Coruña había sido usado o destruido. Al caer la tarde de aquel día, un centenar de barcos de transporte llegó escoltado por doce barcos de guerra. Solo entonces el embarque pudo empezar. Los primeros en embarcar fueron los soldados de caballería, y algunos de sus caballos, la mayoría fueron sacrificados de una manera chapucera y cruel, fueron llevados a los acantilados y, una vez allí, les dispararon. Muertos o moribundos, eran despeñados hasta la playa allí abajo, donde otros soldados, con martillos, remataban a aquellos que todavía podían moverse. Algunos heridos huyeron de la tortura y acabaron por las calles de La Coruña, acabando por morir en cualquier parte.
Ese mismo día, la caballería y cañones franceses fueron capaces de utilizar el puente y comenzar la acumulación de efectivos para el ataque contra el ejército de Moore, que esperaba en La Coruña para embarcar.
Se mantuvieron en tierra 8 cañones británicos y 4 españoles, que se distribuyeron en la línea en parejas.
La vista de los barcos británicos que llegaban, Soult se apresuró para comenzar su ataque, después de algunas haberlo evitado anteriormente.
En la madrugada del 15 de enero, todos los hombres de la caballería estaban embarcados, pero Moore sabía bien que la infantería no podría entrar en los barcos sin ser hostigada por los franceses. Desde La Coruña, los exploradores podían ver bien que las DIs de Merle y Mermet, claramente tras haber reparado el puente de El Burgo, habían pasado hacia la otra orilla de la ría y ocupaban las alturas de Palavea y de Penasquedo. El propio Moore habría querido ocupar esas dos alturas, pero había tenido que reconocerse que eran demasiado anchas como para poder defenderse con eficacia con las tropas de que disponía.
Así pues, optó por defenderse desde el monte Mero, de oeste a este, desde el pueblo de Elviña hasta la ría de Burgo desplegando sus fuerzas con 8 cañones británicos y 2 españoles:
- Flanco derecho: la DI-1 de Baird que mantenía el terreno alrededor de Elviña. A la izquierda la BRI-II/1 de Bentinck con 1.800 efectivos (BI-I/4, BI-I/42 highlander Black Watch, BI-I/50). A su derecha la BRI-III/1 de Manningahn con 1.400 efectivos (BI-III/1 de Guardias, BI-I/81 y detrás BI-I/26). En segunda línea la BRI-I/1 de Warde con 2.000 efectivos (BI-I/1 y BI-III/1 de Guardias).
- Flanco izquierdo: la DI-2 de Hope. La BRI-I/2 de Leith con 1.300 efectivos (RI-51, RI-76 y detrás BI-II/59), mantenía el terreno hasta la carretera de La Coruña. BRI-II/2 de Hill con 1.800 efectivos (BI-II/14 y BI-I/5, detrás RI-2 y BI-I/3) la carretera y el estuario de Burgo. La BRI-III/2 de Catlin Craufurd con 1.700 (BI-I/36, BI-I/71 y BI-I/92) de reserva en una altura detrás.
- Reserva: la DI de reserva de Edward Paget con 3.000 efectivos: La BRI-I/R de Anstruther (RI-20, BIL-I/52 y BI-I/95) y la BRI/II/R de Disney (BI-I/28 y BI-I/91), estaba situada en el pueblo de Oza.
- Alturas de Santa Margarita: la DI-3 de Fraser con 3.000 efectivos: La BRI-I/3 de Beresford (BI-I/16, BI-I/9, BI-II/23 y BI-I/95) y la BRI-I/3 de Fane (BI-I/38, BI-I/79 y BI-I/82), con el fin de proteger el flanco derecho de Moore y el acceso a La Coruña desde el oeste.
Los enfrentamientos comenzaron el 15 de enero en las alturas de Palavea, que corre paralela a la a Monte Mero a su sur. Cuando la infantería de las DIs de Merle y Mermet, con el apoyo de los dragones de la Lorge y La Houssaye se dirigieron a las alturas, haciendo retroceder a los piquetes avanzados británicos.
Una lucha a paso ligero se desarrolló entre 3 Cías franceses de voltigeurs, apoyados por artillería a caballo y los británicos del RI-5. El coronel M’Kenzie jefe del RI-5, decidió tomar unos soldados y realizar una carga sobre el lugar donde estaban los cañones, que supuso estaban sin protección. Atravesó Pedralonga con sus hombres y luego, en la falda de la colina desplegó los hombres para la carga; pero apenas avanzaron. De unos muretes bajos surgieron infantes franceses que realizaron una devastadora descarga de fuego cruzado que le costó la vida al propio coronel y a la mayoría de quienes le habían acompañado. Los supervivientes se vieron obligados a retroceder con fuertes bajas.
A lo largo de las alturas, las avanzadas británicas fueron rechazadas y las alturas de Palavea y Peñasquedo fueron ocupadas por las DIs francesas de Merle y Mermet, se unieron en la tarde siguiente división de Delaborde. Diez cañones franceses pesados se asentaron en los Altos de Peñasquedo, listos para bombardear el pueblo de Elviña en apoyo de Merle.
El mariscal Soult inspeccionó el campo de batalla desde las alturas de Palavea y Peñasquedo, pudo ver en las laderas del monte Mero, las líneas de la DI-1 de Baird y gran parte de la DI-2 de Hope. La BRI-III/2 de Craufurd estaba fuera de la vista detrás de la cresta del monte Mero. La DI de reserva de Paget y la DI-3 de Fraser estaban en la distancia y probablemente no fueran visibles.
El CE-II de Soult disponía de 3 divisiones de caballería y 3 DIs de infantería, en total unos 16.000 efectivos con 40 cañones:
- Ala izquierda en una elevación a la derecha del monte Mensoiro la DCL-2/R de Franceschi con unos 800 efectivos (RH-1, RD-8, RD-22 de cazadores, RC de cazadores hannoveriano), En el monte Mensoiro la DD-3/R de Lahoussaye con unos 1.500 efectivos (RDs 17, 18, 19 y 27).
- Flanco izquierdo la DI-2/II de Mermet con 6.000 efectivos con RIL-31 (4), RI-47 (4), RI-122 (4), RI-2 Suizo (2) y RI-3 suizo (1), apoyada por 10 cañones pesados.
- Centro la DI-1/II de Merle con 6.000 efectivos con RIL-2 (3), RIL-4 (4), RI-15 (3) y RI-36 (3).
- Flanco derecho la DI-3/II de Delaborde con 5.000 efectivos RIL-17 (3), RI-76 (4), RI-86 (3) y RI-4 suizo (1).
- Ala izquierda la BRD-II/4/R de Vialannes con 800 efectivos (RD-22 y RD-25), al otro lado del estuario.
- Reserva la BRD-I/4/R de Fournier con 800 efectivos (RD-13 y RD-15), detrás a caballo de la carretera.
Fortescue comentó sobre Soult el contraste entre su considerable talento estratégico y su falta de resolución frente a la batalla. El día 15 no realizó el ataque a pesar de tener el ejército desplegado, y la indecisión de Soult se mostraría en el 16 de enero, cuando el ejército francés desplegado esperaba la orden de ataque, perdiendo la oportunidad de capturar un número significativo de tropas británicas mientras Ebbing cargaba de los barcos.
Desarrollo de la batalla
A la mañana siguiente, ambos ejércitos estaban desplegados, Moore a las 12.00 horas, viendo que Soult no se decidía a atacar, ordenó al ejército de reserva moverse al puerto para embarcar.
A la 13:30 horas, Soult viendo que las tropas británicas se dirigían a embarcar, dio la orden de atacar. Mermet a la izquierda, Merle en el centro y Delaborde a la derecha. Al mismo tiempo mandó a la caballería de Franceschi y los dragones de Lahoussaye contra la reserva para impedir el embarque.
Los 5 BIs de la DI de reserva Paget se movieron rápidamente y habían llegado al borde de Monte Mero mientras los dragones franceses se encontraban con un laberinto de muros de piedra y arroyos entre Elvina y San Cristóbal en el valle de abajo.
Los dragones franceses desmontaron y avanzaron a pie, incapaces de cargar o incluso cambiar de frente en ese terreno accidentado, los dragoness franceses lentamente cedieron hasta que Lahoussaye les ordenó desmontar y luchar como tiradores. La lucha se degeneró hasta convertirse en un combate de fusilería. Los dragones estaban en desventaja, ya que sus mosquetes de tipo dragón tenían un alcance más corto que los mosquetes de infantería, y los jinetes nunca igualaban a los infantes en puntería.
En la extrema izquierda, la BRCL de Franceschi había logrado pasar San Cristóbal con su caballería, para encontrarse con tropas frescas de la DI-3 de Fraser, debido al terreno y al fuego de los británicos, fueron repelidos con relativa facilidad.
En el flanco izquierdo francés el general Jardon con su BRI (RIL-31 y RI-47) encabezó el ataque a Elviña con una masa de 500 voltigeurs. En frente tenía la BRI-II/1 de Bentinck con el BI-I/4 del Rey a la izquierda, BI-I/50 detrás de Elviña, y el BI-I/42 highlander Black Watch a la derecha. Jardon avanzó a Elviña, empujando a los piquetes británicos fuera del pueblo, los cañones de grueso calibre francés disparaban contra las líneas británicas en la ladera.
Una característica de la dirección general de Moore, era que ejercía una estrecha supervisión en los puntos de crisis, al igual que Wellington. Vio esos movimientos y se dio cuenta de la maniobra francesa, ordenó a Fraser que ocupase alto de Santa Margarita, mientras que Paget recibió órdenes de desplazarse hacia el oeste, desde Eirís hacia las alturas de San Cristóbal. Ordenó al coronel Charles Napier, jefe del RI-50, que reforzase los piquetes en Elviña.
Para contrarrestar la amenaza de flanquear la línea británica por la derecha, Moore ordenó al RI-4 del Rey que llevara su ala derecha en ángulo recto. Moore parece ser que dirigió la batalla en el flanco derecho desde su comienzo, el general Baird fue en algún momento alcanzado por una bala de cañón y quedó fuera de combate.
El RIL-31 entró en Elviña y expulsó a los piquetes ingleses, a la salida se articuló en 2 columnas de 2 BILs. La columna de la derecha se detuvo para desplegar en el lado oriental de Elviña y Moore ordenó al RI-42 highlanders atacarlos. El RI-42 avanzó, realizó una descarga y cargó contra los franceses del RIL-31, rechazándoles de vuelta a la parte inferior de la colina, donde el RI-42 se detuvo detrás de un muro.
Poco después, la segunda columna del RIL-31 emergió desde el extremo norte de Elviña y fueron atacados por el RI-50, cuando trataban de formar después de su avance a través del pueblo. El RI-50 empujó a la infantería francesa a través del pueblo en la lucha muy fuerte, un destacamento de voltigeurs fue capturado después de intentar mantener la iglesia del pueblo.
Los franceses se reagruparon y se volvieron contra los perseguidores, derrotándolos e infligiéndoles «grandes pérdidas». Los casacas rojas huyeron a sus líneas donde Moore las reagrupó. El RI-42 highlanders estaba tan presionado que Moore llevó la BRI-I/1 de Warde 2 BIs del RI-1 de la Guardia para apoyar a los escoceses. Después de una lucha más encarnizada, los franceses finalmente retrocedieron desde la cresta hacia Elviña.
Mientras los BIs del RI-1 de la Guardia avanzaban, el RI-42 highlander comenzaron a retirarse, Moore los consiguió reagrupar y los llevó de vuelta a la línea en persona. Mientras conducía al RI-42 hacia delante, Moore fue alcanzado por una bala disparada por los cañones franceses en las alturas de Peñasquedo y arrojado de su caballo, su brazo izquierdo casi cortado y su pecho y pulmones severamente dañados. Moore fue colocado en un banco antes de ser evacuado a retaguardia, mientras que un oficial fue a buscar al general Hope y le informó que estaba al mando, tanto Moore como Baird estaban heridos.
Mientras tanto, no había ningún oficial superior para dirigir el ala derecha británica. Los franceses persiguieron al RI-50 británico a través de Elviña y solo se detuvo por el BI-II/1 de la Guardia y conducido de nuevo en el pueblo.
Caía la noche y ambos bandos de la zona de Elviña, ya agotados, se retiraron del pueblo.
Mientras los combates se desarrollaban en torno a Elviña, en el extremo izquierdo del ataque francés, los 4 BIs del RI-47 envolvieron al RI-4 del Rey situado en el extremo del flanco derecho de la línea de Moore. El RI-4 desde posiciones detrás de un muro, aguantó el ataque francés hasta que llegó la división de reserva de Paget para relevarlos. El BI-I/91 y el RI-20 avanzaron por la margen derecha del río Monelos, mientras que el BIL-I/52 y el BIL-I/95, con el BI-I/28 en apoyo, vinieron directamente hacia el valle y se atacaron a los franceses del RI-37 de flanco, obligando al regimiento francés a retirarse.
Dos de los RDs de Lahoussaye intentaron dos veces para cargar contra el BIL-I/95, pero fueron rechazados por la dificultad del terreno y el fuego constante de la BIL-I/95.
Paget estableció la línea británica, aunque la BIL-I/95 puede haber intentado, sin éxito, asaltar los cañones franceses. Se afirma que el BIL-I/95 tomaron 150 prisioneros durante su ataque.
La BRI-I/1/II de Merle, en el centro, comenzó el ataque contra el RI-42 mientras los highlanders avanzaban, pero a su vez fueron tomados en el flanco por la BRI-III/1 de Manningahn.
Merle se volvió para enfrentarse Manningham y las dos fuerzas pasaron el resto del día en un combate furioso, que envolvió a la BRI-I/2 de Leith y solo se desvaneció con la caída de la oscuridad.
En la derecha francesa, hubo escaramuzas de poca envergadura, hasta que la BRI-I/3/II del general Foy (RI-76 y RI-86) inició su ataque contra el pueblo de Piedralonga, con vistas al estuario de El Burgo, a última hora de la tarde. El BI-II/14 y el BI-I/92 disputaron el pueblo, con avances y retrocesos, hasta que también se detuvieron con la caída de la oscuridad, sin que ninguna de las partes hubiera ganado ventaja significativa.
Sobre las 18:00 horas, cesó la lucha en toda la línea. Hope decidió romper el contacto con el ejército francés y acelerar la evacuación del ejército hacia los transportes británicos. Después de consultas con los oficiales de la Royal Navy, el ejército inició su retirada de Monte Mero a las 21:00 horas, dejando las fogatas encendidas y marchando hacia La Coruña, para ser llevadas a los barcos.
El embarque prosiguió durante la noche y, al amanecer, los últimos piquetes retrocedieron del campo que rodeaba La Coruña para embarcar.
Al amanecer del 17 de enero de 1809, los franceses descubrieron la ausencia de las tropas británicas y avanzaron a las alturas de Santa Margarita, con vistas a Coruña, donde asentaron los cañones y abrieron fuego contra los buques.
Este fuego interrumpió la ceremonia que se desarrollaba en un bastión de la ciudadela. Un grupo de soldados de la RI-9, con un capellán y 4 oficiales, Anderson, Colborne, Stanhope y Percy, llevaban el cuerpo de John Moore a una tumba recién cavada. El entierro fue acelerado por los disparos franceses que se abrieron sobre la flota británica.
La BRI-II/2 de Hill que era la fuerza de cobertura, fue embarcada y la flota zarpó hacia Inglaterra. La salida, el día 18 de enero, no fue nada fácil, pues se produjo bajo el bombardeo de los franceses, las fragatas británicas respondieron al fuego francés.
La guarnición española luchó con valentía, negándose a rendirse hasta que sus aliados británicos estuvieran a salvo y lejos.
Secuelas de la batalla
Las bajas británicas durante la retirada a La Coruña eran alrededor de 4.000 hombres muertos, heridos y capturados, de los cuales 800 a 900 fueron heridos en la batalla de La Coruña.
Los regimientos británicos que sufrieron las mayores bajas en la batalla fueron: el BI-I/50 con 5 oficiales y 180 de tropa, el BI-I/42 Black Watch con 6 oficiales y 140 de tropa, el BI-II/81 con 11 oficiales y 139 de tropa. Estos regimientos sufrieron particularmente por el fuego de los 10 cañones franceses posicionados en los Altos de Peñasquedo, al que no hubo respuesta británica.
Las bajas francesas en la batalla fueron alrededor de 900 hombres muertos, heridos y capturados. El RIL-31 perdió 330 muertos, heridos y capturados.
La expedición llegó a Inglaterra entre el 21 y el 23 de junio, la llegada de aquella tropa de soldados extremadamente delgados, sucios, agotados (algunos de ellos, según las crónicas, ni siquiera se despertaron durante los varios días de viaje) fue un trauma para Inglaterra. El resultado de aquella campaña fue considerado por la prensa local como “a shameful disaster” (desastre vergonzoso). Los ingleses habían perdido a 8.000 de sus 35.000 hombres.
Meses después, la corriente de la opinión pública había cambiado. Seguía habiendo pesimistas euroescépticos, que consideraban que la batalla de La Coruña demostraba que ningún soldado inglés debía volver a poner un pie en el continente; pero la mayor parte de los ingleses consideraban que era su obligación lavar su honor. El 15 de abril, Arthur Wellesley navegó hacia Portugal.
Tras la capitulación de La Coruña, El general Mermet con la DI-2/II se dirigió a la gran base naval de El Ferrol, donde la armada española tenían uno de sus importantes puertos; sin embargo, la ciudad estaba defendida tan solo por milicianos y 300 soldados de los fuertes de Palma y San Martín. Tras cuatro días de asedio, los franceses tomaron los fuertes, viéndose los defensores a firmar una humillante capitulación, reconociendo al rey José y entregando los buques de la bahía, 8 barcos de guerra, 3 fragatas, dotación artillera y enormes arsenales de equipo, incluidos 20.000 mosquetes británicos.