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Preparación de la batalla
Desde las 04:00 horas de la madrugada del 15 de junio, Napoleón y su Estado Mayor, reunidos en su cuartel general al norte de Charleroi, estudiaban la siguiente acción de su campaña en Bélgica tras haber introducido a su Ejército del Norte en una cuña entre los ejércitos aliados emplazados al sur de Bruselas.
Bonaparte decidió aprovechar la separación de las fuerzas aliadas atacando a ambos para distanciarlas aún más. Ney deberá desalojar a los anglo-holandeses de Quatre Brass empujándoles hacia el noreste, contando inicialmente con el CE-II de Reille, el CEC-I de Pajol y la caballería ligera de la Joven Guardia; en total 25.000 infantes, 3.000 jinetes y 60 cañones. Poco después de iniciar su ataque será reforzado con el CEC-I de Erlon y el CEC-III de Kellermann.
Mientras Ney realiza el ataque principal en Quatre Brass, el mariscal Grouchy, con el CEC-IV de Gérard y DCL, presionaría a los prusianos que se hallan al oeste, en el sector de Ligny y Sombreffe. Napoleón pensaba en emplear toda su Reserva, formada por el CE-VI de Lobau y la Guardia Imperial, en apoyar la marcha de Ney hacia Bruselas una vez roto el frente anglo-belga en Quatre Brass.
El duque de Wellington decidió montar una línea defensiva entre Nivelle y Quatre Brass, en espera de las acciones del Ejército Prusiano que se estaba congregando al este. En la última localidad, el general belga Perpocher contaba de momento solamente con su DI-2 y la DI del general Bylant, en total unos 8.000 infantes, 16 cañones y 50 húsares, emplazados en torno a la villa, el camino a Bruselas y la granja de Gemioncourt.
A las 01:00 horas de la madrugada, la Reserva aliada comenzaba a abandonar las inmediaciones de Bruselas camino de Nivelles y Quatre Bras, abriendo la marcha la DI de Picton, que partió de sus campamentos a las 04:00 horas; Wellington y su Estado Mayor partieron a las 08:00 horas.
La DCL-/G del general Levebvre-Desnouettes se acercó a Frasnes y fue recibida con fuego de artillería de la batería a caballo holandesa y fuego de mosquete del DI-II/2 de Nassau. El general Lefebvre-Desnouettes pidió el apoyo de la infantería. Un solo batallón de la división de Bachelu tardaría en llegar a las afueras de Frasnes. Mientras tanto, el escuadrón de Lanceros Rojos (compuesto por polacos) rodeó el este de Frasnes y avanzó, acercándose a Quatre-Bras sin encontrar resistencia seria.
A las 05:00 de la mañana en Quatre Bras, el general Perponcher dio órdenes a sus tropas. Los hostigadores cubrieron el borde sur del bosque Bossu. Dos compañías del BI-II/2 de Nassau fueron enviadas a reconocer. También había 50 húsares prusianos al mando del teniente Zehelin, habían sido aislados del ejército prusiano en los combates del día anterior cerca de Gossieles. Los húsares se enfrentaron con los flanqueadores enviados por los lanceros rojos. Sin embargo, el combate de caballería fue breve y ambos bandos se retiraron después de bajas leves. La batería de Bijleveld abrió fuego contra los lanceros rojos.
Un intento de dos compañías de Nassau de avanzar hacia Frasnes fue repelido. Llegó la artillería francesa y grandes grupos de escaramuzadores hicieron demostraciones a lo largo de la línea del frente.
El príncipe de Orange-Nassau se personó en Quatre Brass a las 06:00 de la madrugada, asumiendo el mando de la DI-2 de Perponcher; el resto de unidades del CE-I belga venía de camino, la más cercana era la DI angloholandesa del general Alten, y, aun así, no llegaría hasta media tarde; hasta entonces los aliados estarían en absoluta inferioridad frente a los franceses.
La DI-2 de Perponcher constaba de 10 BIs (5 de Nassau, 4 holandeses y 1 belga) y 16 cañones (8 holandeses y 8 belgas). La BRI-I/2 de Bijlandt estaba formada por el RIL-27 jäger holandés y los RIs 5, 7 y 8 de milicianos holandeses y el RI-7 belga. La BRI-II/2 de Sajonia-Weimar estaba formado por el RI-2 (3) de Nassau y el RI-28 (2) de Orange-Nassau.
Despliegue de la artillería en Quatre Bras:
- Bía a pie belga capitán Stevenaart (8) tenía 6 cañones de a pie belgas apostados entre el bosque y Gemioncourt y 2 destacados en la esquina suroeste del bosque.
- Bía a caballo holandesa del capitán Bijleveld (8) tenía 5 cañones parados en una pequeña colina, y 3 cañones cerca de Quatre Bras.
- Todos los carros de artillería fueron retirados detrás de Quatre Bras.
Despliegue de infantería en Quatre Bras:
- RIL-27 jäger holandés se encontraba entre Gemioncourt y Pireaumont. También custodiaban el puente cerca del estanque Materne. Una compañía apoyaba a la artillería.
- RI-5 de la milicia holandesa se encontraba en la cima de una colina al noroeste de Gemioncourt, una compañía fue destacada en la granja.
- RI-8 de la milicia holandesa se situó en el bosque y un pequeño destacamento defendía el Grand Pierrepont.
- RI-7 de la milicia holandesa se mantuvo en reserva, pero pronto se le ordenó entrar en el bosque.
- RI-7 belga llegó antes de las 15:00 horas, y se mantuvo en reserva por un corto tiempo, y luego se le ordenó entrar en el bosque.
- Los BIs I/2 y III/2 Nassau y el BI-I/28 de Nassau-Orange ocuparon el bosque. Los lanceros rojos no les permitieron formar al aire libre)
- El BI-II/2 Nassau y el BI-II/28 de Nassau-Orange se mantuvieron en reserva.
Las tropas británicas, alemanas y más holandesas se dirigían a Quatre Bras. Muchos de ellos podían escuchar el ruido de la batalla. Sin embargo, hubo caos en los diversos puntos de estrangulamiento en la línea de marcha. El camino a Nivelles estaba bloqueado por el bagaje de la DI-3 británica de Alten. Nadie parecía estar a cargo del control del tráfico. Constant Rebeque encontró un estado de confusión en el camino a Quatre Bras, ya que la DI-3 de Alten y la DI holandesa de Chasse habían llegado al mismo tiempo.
La caballería que Wellington había predicho con confianza a Blücher y Gneiseanu que estarían en Nivelles al mediodía, sin que nadie lo supiera, en algún lugar entre Enghien y Braine-le-Comte, fue atrapada en la confusión infernal que había sumido a gran parte del ejército británico-holandés. Las órdenes de Wellington habían hecho descender a la caballería desde Ninove hasta Enghien, donde comenzaron a perderse en la maraña de unidades de infantería entremezcladas. El embotellamiento fue espantoso.
El caos en las carreteras era tal que gran parte de la fuerza de Wellington no llegaría hasta última hora de la tarde, cuando la batalla había terminado.
Napoleón dictó sus órdenes a las 06:00 horas, el personal de su Estado Mayor no las transcribió hasta dos horas después, Ney no las recibe hasta las 10:30 horas, muestra de la incompetencia de la ayudantía del cuartel general. De hecho, en ellas no quedaba claro si Ney podrá contar con el CE-I o si le podrá apoyar en el combate la Reserva al mando de Napoleón; solo se le dcía que debería aguardar a su llegada para avanzar a Bruselas.
El duque de Welligton y su grupo partieron a las 08:00 horas y se detuvieron en la granja de Mont Saint-Jean, al borde del bosque de Soignes, donde conversó con Thomas Picton, cuya DI-5 se había detenido a la sombra de los árboles para cocinar. Después, el comandante aliado y su séquito continuaron su viaje y llegaron a Quatre Bras poco después de las 10:00 de la mañana. Habiendo reconocido el campo y felicitado al Príncipe Heredero de Orange-Nassau por el despliegue de las tropas, Wellington escribió una breve carta a Blücher, describiendo la situación con el ejército aliado; pero al encontrar todo sorprendentemente tranquilo, a las 12:30 decidió cabalgar hasta el cuartel general prusiano en el molino de viento de Bussy en Brye, para acordar verbalmente las medidas para una estrategia conjunta contra el Ejército del Norte.
Primer ataque francés a Quatre Brass
A las 11:00 de la mañana, Ney ordenó a sus tropas avanzar desde Charleroi por el camino de Bruselas para tomar posiciones ante Quatre Brass. El CE-II de Reille se hallaba disperso en un área de unos 25 km, y debía reagruparse antes de marchar, perdiendo mucho tiempo; los hombres del mariscal Reille llegaron a su destino pasado el mediodía. El CE-I de Erlon no recibió ninguna orden de maniobra y se quedó cerca de Gosselies.
- CE-II de Honoré-Charles Reille estaba compuesto de 3 DIs y 1 DCL:
- DI-5/II de Gilbert Bachelu con 5.485 en 11 Bóns: RIL-2 (4, 2.294), RI-61 (2, 830), RI-72 (2, 970), RI-108 (3, 1.072); Bía-18/6 a pie (6×6 y 2 obuses).
- DI-6/2 de Jerónimo Bonaparte con 6.804 en 10 Bóns: RIL-1 (3, 1.850), RIL-3 (2, 1.200), RI-1 (3, 1.850), RI-3 (2, 1.175); Bía-3/2 a pie (6×6 y 2 obuses).
- DI-9/II de Maximilien-Sebastien Foy con 5.043 en 10 Bóns: RIL-4 (3, 1.604), RI-92 (2, 1.029), RI-93 (2, 943), RI-100 (3, 1.093); Bía-1/6 a pie (6×6 y 2 obuses).
- DCL-2/II de Hipólito Piré con 2.000 en 12 Escóns:
- BRCL-I/2/II de cazadores de Hubert con RC-1 (4, 485) y RC-6 (4, 560) de cazadores.
- BRCL-II/2/II de lanceros de Wathiez con RC-5 (4, 412) y RC-6 (4, 381) de lanceros.
- Bía-2/4 a caballo (4×6 y 2 obuses)
- Artillería CE-II: Bía-7/2 de posición (6×12 y 2 obuses).
- DCL-/G de Lefebvre-Desnouettes con 2.200 en 10 ECs:
- BRCL-I/G RC de cazadores de Lallemand (5, 1.200)
- BRCL-II/G de lanceros de Chabanais (5, 880): RC-1 (1) lanceros polacos y RC-2 (4) lanceros rojos.
- Bía-1 y Bía-2 a caballo de la Vieja Guardia (12×6 y 4 obuses)
La DI-9 de Foy salió de Gosselies hacia el mediodía, seguida de las dos divisiones de caballería pesada y la DI-6 de Jerónimo Bonaparte, y eran las 13:00 horas antes de que la primera de estas tropas llegara a Frasnes. Sin esperar a que se uniera toda la fuerza a su disposición, el mariscal Ney ordenó a Piré (DCL-2) y a Bachelu (DI-5) que desplegaran sus divisiones entre la carretera principal y el bosque de Hutte; y a Foy (DI-9) que formara sus tropas a su izquierda, en disposición para avanzar.
Hacia las 14:00 horas, el CE-II y la DCL-/G de Lefebvre-Desnouettes avanzaban por el camino a Bruselas en dos columnas:
- Columna occidental formada por la DI-9/II de Foy y la BRCL-II/2 de lanceros de Wathiez (RC-5 [3] y RC-6 [4]).
- Columna oriental por la DI-5/II de Bachelu, BRCL-I/2 de cazadores de Hubert (RC-1 [4] y RC-6 [4] de cazadores); más atrás les seguía la DI-6/II de Jerónimo.
Marchaban hacia los puestos avanzados belgas, ubicados en el bosque de Bossu, al oeste, pasando por el sur de la granja Gemiencourt, al sur de Quatre Brass, y el pueblo de Piermont, al sureste. Reille temía caer en cualquier momento en una emboscada y maniobraba con mucha precaución.
Poco antes de las 14:00 horas, los primeros batallones de los RIs Nassau-Usingen y Nassau-Orange recibieron la orden de avanzar por la carretera principal hacia Charleroi y tomar posiciones en el hueco de la derecha, junto al bosque. Apenas se habían desplegado cuando los franceses avanzaban para atacar Quatre Bras, bombardeando el bosque a su izquierda con cañones y obuses. Protegidos por la artillería y flanqueados por los cazadores a caballo y los lanceros de la DCL-2 de Piré, los franceses avanzaban en dos columnas hacia el este de la carretera principal.
El mero peso de los números hizo retroceder a los escaramuzadores aliados y una nube de tiradores franceses se movió rápidamente contra las tropas que defendían Grand y Petit Pierrepont y el bosque de Bossu. Mientras la DI-9 Foy fijaba con el RI-92 (2) y el RI-93 (3) la meseta cerca de la granja de Lairalle, el RIL-4 (3) y el RI-100 (3), atravesaban el valle hacia la granja de Gémioncourt. En el flanco derecho, la DI-5 de Bachelu, se enfrentaba a los aliados en Pireaumont y sus alrededores y los hizo retroceder.
Los cazadores y lanceros cargaron contra los escaramuzadores del RI-27 jäger en campo abierto antes de que se volvieran a formar y los rompieron por completo. El batallón perdió muchos hombres entre muertos y heridos, incluido el Tcol Willem van Grunebosch, y otros fueron hechos prisioneros. La infantería francesa avanzó rápidamente y tomó posesión de Pireaumont y la mayor parte del terreno inmediatamente frente a la posición aliada. Entonces podían dirigir sus esfuerzos hacia el centro.
El Barón Perponcher-Sedlnitsky había sido testigo de estos hechos, y al darse cuenta de que los franceses habían obtenido una ventaja significativa, ordenó al RI-7 (1) que apoyara a sus camaradas en el centro. El batallón avanzó hacia el campo abierto entre el bosque de Bossu y la carretera principal a Charleroi y se extendió en línea. En ese momento, el RI-5 (1) de milicias (solo unos 20 de sus 450 hombres habían visto acción alguna vez) avanzó en columna y desplegó a la derecha de la granja de Gémioncourt bajo un intenso fuego de metralla y mosquete.
Los edificios de la granja habían sido ocupados por dos compañías del RIL-27 jäger, por lo que las dos compañías de flanqueo del RI-5 de milicias fueron rápidamente enviadas hacia delante y desplegadas frente al complejo. Pero allí sufrieron el fuego enemigo a corta distancia, ya que los tiradores franceses utilizaron el maíz alto como cobertura, y su número se vio gravemente reducido.
La caballería francesa se había vuelto a formar en el terreno hueco al sur de la granja de Gémioncourt, y ahora lanzaron cuatro cargas consecutivas contra los milicianos. Cada una fue repelida, pero el fuego incesante de la artillería francesa y el fuego de fusilería finalmente obligaron al RI-5 de milicias a retirarse a cierta distancia más allá de la pequeña granja de ovejas de La Bergerie hacia la encrucijada. El Tcol Jan Westenberg, el oficial al mando, gritó palabras de aliento para tratar de estabilizar a sus hombres, a lo que siguió un acto de gran valentía. El Príncipe Heredero de Orange-Nassau se colocó a la cabeza del batallón, y agitando su sombrero en el aire y llamando a las tropas, las condujo hacia delante.
Mientras tanto, el RI-8 (1) de milicias se había visto obligado a retirarse de su posición en el extremo derecho frente al bosque de Bossu, debido al feroz cañoneo al que fue sometido por parte de una batería francesa situada en las alturas cercanas a la finca de Delsot. La artillería aliada se retiró debido a las grandes pérdidas que había sufrido y la continua amenaza de los cañones franceses, muy superior. El capitán Emanuel Stevenart, que comandaba la batería de artillería de a pie, murió y los oficiales y hombres restantes encontraron tremendas dificultades para mover los cañones a una posición a la izquierda del cruce a lo largo de la carretera a Namur.
La batería de artillería a caballo también se retiró a una posición más cercana a Quatre Bras. A lo largo de este período, el príncipe Bernardo de Sajonia-Weimar había permanecido en reserva a la derecha del bosque de Bossu con el BI-I/28 de Orange-Nassau, donde se le había unido el RI-7 (1) de milicias. Pero cuando los tiradores franceses invadieron, se vio obligado a destacar dos compañías para escaramuzar con ellos y evitar que forzaran un paso en el bosque.
Juntos con los jägers voluntarios de Nassau y las tropas del BI-I/2 de Nassau-Usingen, los escaramuzadores aliados pudieron mantener la línea a lo largo del borde del bosque, pero también fueron sometidos a un incesante bombardeo de artillería de los cañones franceses en las alturas en Delsot.
Con el éxito de sus ataques, el RIL-4 francés ocupó la granja de Gémioncourt, mientras que el RI-100 tomó una posición inmediatamente en la parte trasera del complejo. Juntos, los dos batallones cubrieron los movimientos de la DI-5, que se formó en columnas de batallón y avanzó hacia Quatre Bras. El RC-6 de cazadores y el RC-5 de lanceros apoyaron ese movimiento, y el vigor del ataque puso a la caballería en el camino del RI-5 (1) de milicias una vez más.
Los jóvenes milicianos nerviosos apenas respondieron a tiempo formando en cuadro. Los jinetes franceses lanzaron cuatro ataques separados y causaron un desorden considerable, y el movimiento se convirtió en una completa derrota. El Príncipe Heredero de Orange-Nassau escapó por poco de ser hecho prisionero por el RC-5 de lanceros, al buscar refugio en dos compañías del RI-7 (1) de milicias. Sin embargo, la caballería francesa persiguió los restos del RI-5 de milicias hacia la línea aliada.
El duque de Wellington regresó a Quatre Bras cuando la vanguardia de la DI-5 de Picton llegaba a la encrucijada e inmediatamente envió a las veteranas tropas británicas del BIL-I/95 para asegurar la izquierda de la línea aliada y el vulnerable pueblo de Thyle. Los soldados vestidos de verde armados con rifles Baker, bajo el mando de Andrew Barnard, marcharon por la carretera a Namur y se extendieron por los campos al norte de Piraumont para evitar que los franceses siguieran avanzando en esa dirección.
Afortunadamente para el Duque, los refuerzos continuaron llegando. Además, cuando los holandeses retrocedieron hacia el cruce de caminos, Wellington ordenó a los hombres de Picton que marcharan por la carretera a Namur y se tumbaran en las zanjas, donde estarían protegidos del fuego de artillería francesa de los cañones apostados entre la granja de Gémioncourt y Piraumont.
Wellington inspeccionó la zona, y tras comprobar que era de fácil defensa, con un bosque y altos maizales, instaló su cuartel general al norte de la villa, decidido a defender los vitales cruces de caminos con parte de su Reserva y del CE-I belga.
Ney aprovecha la desbandada belga para desplegar a sus tropas en una línea desde el bosque de Bossu, pasando por granja de Gemiencourt hasta el pueblo de Piraumont. Por el flanco derecho, avanza hacia el bosque la DI-6 de Jerónimo; en el centro, ante la granja, está la DI-9 de Foy con 3 baterías y la DCL-2 de Pire, y en el flanco derecho, en pueblo, estaba la DI-5 de Bachelu. Ney montó su cuartel general al sureste.
Contraataque del príncipe de Orange
El combate en Quatre Bras llevaba más de una hora en acción, cuando la BRCL-III (RDL-5 [4, 420] y RH-6 (4, 640]) mandada por el barón Jean-Baptiste Merlen, un ex oficial de la guardia imperial de Napoleón, llegó al cruce y se desplegó a la izquierda de la carretera principal a Charleroi, con la media batería de artillería a caballo bajo el mando del capitán Adrian Geij. Fueron los primeros de la caballería aliada en llegar al campo de batalla y, habiendo cabalgado una distancia considerable bajo el calor sofocante, tanto los hombres como los caballos estaban cansados. Sin embargo, se les dio poco respiro.
El príncipe heredero de Orange-Nassau cabalgó de inmediato hasta el barón Merlen y ordenó apresuradamente que detuvieran la marea francesa. La tarea fue encomendada al teniente coronel Willem Boreel y al RH-6 holandés. Sin tiempo suficiente para formarse, cargaron y chocaron con el RC-6 de cazadores al norte de Gémioncourt. La caballería holandesa fue rechazada y sufrió grandes pérdidas. El RDL-5 belga entró en la refriega, pero también fueron rechazados y se retiraron en confusión hacia el cruce de caminos.
El príncipe de Orange-Nassau estuvo a punto de ser capturado, escapando de un grupo de jinetes franceses hacia la seguridad de un cuadrado formado por el RI-7 belga. Le dio a su abanderado la estrella bordada de la Orden Militar de Guillermo, arrancada de su propio pecho, diciendo: “Mis valientes belgas, tómenla, la han ganado limpiamente. ¡Se lo han merecido!”
La retirada desordenada fue cubierta por el RI-92 highlander, que disparó a la caballería enemiga a una andanada devastadora. Pero los jinetes franceses continuaron hacia la artillería situada en la carretera principal y pasaron rápidamente entre las casas de Quatre Bras. Invadieron los cañones pertenecientes a la batería de artillería de a pie del capitán Stevenart y se lanzaron sobre la del capitán Geij. La caballería francesa sableó a los oficiales y hombres, que se deslizaron bajo los cañones para protegerse, y probaron sus espadas en los caballos pertenecientes a los equipos de artillería, antes de que ellos mismos fueran rechazados.
Durante el transcurso de los diversos ataques, los franceses habían avanzado en todos los frentes y casi habían llegado a la carretera de Namur, que unía al ejército aliado con los prusianos en Sombreffe. La situación en Quatre Bras era peligrosa para el duque de Wellington, que tuvo que huir de la caballería francesa y refugiarse en el RI-92 higlander que estaba llegando.
Mientras la BRI-I/9 de Gauthier (RI-92 y RI-93) atacaba el borde sur del bosque de Bossu, pero fue rechazada por BI-I del RI Nassau-Orange y el RI-8 de milicia holandesa. Luego, los dos batallones retrocedieron 250 m hacia el bosque por un nuevo ataque francés. Durante esta batalla, el valiente coronel de Jongh del RI-8 de la milicia holandesa resultó herido y ordenó a sus ayudantes que lo ataran a la silla de montar para que pudiera quedarse con su batallón. El duque Bernhard dirigió a los voluntarios del RI-I/2 de Nassau y 2 compañías del RI-7 de la milicia en un contraataque, y empujaron a los franceses fuera del bosque.
Aunque los franceses siguieron presionando en todo el frente, Ney y Reille concentraron sus esfuerzos en Gemioncourt. La granja era un punto fuerte y el príncipe de Orange ordenó al RI-5 de la milicia que la defendiera.
La fuerza atacante estaba formada por el RIL-4 y el RI-100 (un total de 6 batallones). Mientras algunos de los franceses apuntaban a las paredes, otros se precipitaron contra la puerta. Las paredes estaban erizadas de mosquetes. El fuego fue ligero al principio y luego estalló en intensidad y volumen. Antes de que los atacantes pudieran rodear Gemioncourt por todos lados, los defensores retrocedieron. Los franceses se precipitaron con bayonetas y entraron en la granja.
Con RI-5 de la milicia desalojado, el BI-I/28 (de la BRI-VIII/5 de Kempt), también retrocedió. Sin embargo, el RI- 5 holandés permaneció al norte de Gemioncourt. Al ver la llegada de nuevos refuerzos, los milicianos contraatacaron y despejaron a los escaramuzadores franceses de los campos circundantes. Sin embargo, los franceses aguantaron en la propia granja.
Llegada de refuerzos
Empezaban a llegar la DI-5 del general Thomas Picton y el CE de Brunswick bajo el mando de Federico-Guillermo, duque de Brunswick conocido como el Duque Negro.
- DI-5 británica de Thomas Picton con 5.104 efectivos, estaba compuesta por:
- BRI-VIII/5 británica de James Kempt con 2.515: BI-I/28 de Galucester (609), BI-I/32 de Cornwall (649), RI-79 highlander de Cameron (702) y BIL-I/95 (542).
- BRI-IX/5 británica de Dennis Pack con 2.310: BI-III/1 Royal Scots (640), RI-42 higlander Black Watch (589), BI-II/44 East Essex (463) y RI-92 highlander de Gordon (615).
- BRI-IV Landwehr hannoveriana de Charles Best con 2.584: BI Lüneburg (606), BI de Münden (627), BI de Osterode (656) y BI de Vercen (600).
- Artillería DI-5 bajo el mayor Hesse: Bía-2/3 británica de Rogers (6), Bía-2 hannoveriana del capitán Rettber (8)
- CE de Brunswick con 5.900 efectivos:
- BRI-I del Tcol Wilhelm Treusch von Buttlar con 2.691 efectivos: BIL-I (672), BIL-II (673), BIL-III (672) y BI de la Guardia (677).
- BRI-II del Tcol Frederich von Specht con 2.019 efectivos: BI-I (672), BI-II (673) y BI-III (673).
- BRCL del mayor Cramm con 922 efectivos. RH-2 (4, 690) y EC ulano (1, 232)
- Artillería CE del mayor August Mahn: Bía a caballo de Heinemann (8) y Bía a pie de Moll (8).
Cuando Wellington volvió al cruce de caminos, descubrió que los franceses ocupaban Piraumont y la granja de Gémioncourt, y que habían hecho retroceder a las tropas holandesas en el centro.
Ordenó a la BRI-VIII/5 de Kempt (menos el BIL-I/95 que había sido empeñado) que avanzara hacia los campos de trigo alto en el ala izquierda, mientras que Pack se trasladaría con la BRI-IX a los campos adyacentes de centeno, más cerca de la carretera principal de Charleroi. El RI-92 highlander permaneció en su posición junto a la carretera, mientras la DI-5 avanzaban hacia las columnas francesas de la DI-5/I francesa de Bachelu.
Los BIs Landwehr de Hannover, pertenecientes a la BRI-IV del coronel Carl Best, avanzaban junto a la carretera a Namur. El BI Verden fue desplegado en posición por Thomas Picton personalmente, mientras que los tiradores de la brigada formaron una cadena de escaramuzadores en la ladera de las alturas. Los BIs Osterode y Münden se trasladaron a un prado estrecho bordeado por un seto alto en un ligero ángulo con la carretera. Esta posición ofrecía a los batallones cobertura del fuego enemigo, aunque los setos y cultivos dificultaban la visión del terreno que tenían delante. El BI Lüneburg se mantuvo en reserva. En ese momento, la Bía-2 a pie de hannoveriana, mandada por el capitán Carl von Rettberg, desmontó en una posición a la izquierda de la granja en Quatre Bras e inmediatamente abrió fuego contra el enemigo.
En el bosque Bossu la lucha se intensificó. Los tiradores franceses se abrieron paso por el bosque por encima del flanco izquierdo del BI-I/28 de Orange-Nassau, y las tropas mandadas por el príncipe de Sajonia-Weimar (BRI-II/2) fueron obligadas a retroceder gradualmente hasta una posición cercana a un pequeño arroyo. La maleza y el espeso humo de los mosquetes hacían que el combate fuera cada vez más confuso, ya que a excepción de la compañía de jägers, que habían gastado casi todas sus municiones en la contienda; ni los de Nassau ni los soldados holandeses defendiendo el bosque estaban instruidos en maniobras como infantería ligera en orden extendido.
El príncipe Bernardo envió un mensaje urgente al Príncipe Heredero de Orange-Nassau de que se requerían refuerzos adecuados. Afortunadamente, el primero del contingente de Brunswick había comenzado a llegar a Quatre Bras, incluidas las dos compañías jägers armados con rifles, que fueron enviados a apoyar a sus asediados aliados en el bosque de Bossu.
Cuando las tropas de Brunswick llegaron al campo de batalla, se lanzaron a la acción. El BIL-II al mando del mayor Heinrich von Brandenstein se destacó rápidamente en dirección a Piraumont, para ocupar el bosque de Cense.
Las dos compañías ligeras, vestidas de negro y armadas con mosquetes, junto con el BI de la Guardia y el BI-I, se desplazaron a posiciones al sur del cruce, entre la carretera principal y el bosque de Bossu, donde las primeras podían comunicarse con sus compatriotas armados con rifles en el bosque. El BI-2 y el EC ulano tomaron posiciones un poco más atrás, mientras que el duque de Brunswick condujo al RH-2 por la carretera a Namur hasta donde se había asentado la batería de Thomas Rogers.
Contraataque de Picton
El calor era insoportable y el polvo de los cultivos asfixiaba a los oficiales y hombres de la DI-5 de Picton mientras se abrían paso a través de los campos hacia las columnas francesas entre Gémioncourt y Piraumont. Los tallos de trigo y centeno eran tan altos que los que iban a pie no podían ver a su enemigo, y era imposible mantener el orden en tales circunstancias. Finalmente, la línea rezagada emergió a los campos abiertos de hierba más allá.
A la derecha, más cerca de la carretera principal, estaba el RI-42 highlander Black Watch. En el extremo izquierdo, junto a la hacienda y caserío de Piraumont, estaban sus compatriotas del RI-79 highlander. Su repentina aparición reveló la proximidad de la infantería francesa, y fueron asaltados instantáneamente por una lluvia de fuego mientras intentaban restablecer el orden en las filas. Las tropas holandesas ahora pasaban apresuradamente entre los regimientos en su huida del campo. Estos eran rezagados del RIL-27 jäger y el RI-5 de la milicia. Sin un momento para considerar a las tropas de Brunswick se enfrentaron con los franceses entre el bosque de Bossu y la carretera principal.
Sin considerar las consecuencias, Picton tomó una decisión audaz y ordenó a los de la derecha disparar una sola andanada y cargar al enemigo con las bayonetas caladas. El aire se llenó inmediatamente de humo espeso y gritos de guerra, mientras los británicos atacaban a sus adversarios con un celo desprevenido.
Picton envió un mensaje para que el RI-79 avanzara por la izquierda, para cubrir el flanco de los tres batallones que estaban involucrados en el ataque, y para que los RIs 28 y 32 se formaran como una reserva en la retaguardia. La compañía ligera, junto con la compañía 8, fueron lanzadas hacia delante desde el RI-79 para escaramuzar con los tiradores franceses, mientras que el resto del batallón avanzó.
El RIL-2 formó delante de la DI-5/I de Bachelu, como lo había hecho desde la primera mañana de la campaña. Los oficiales y los hombres habían demostrado su valor habitual y habían expulsado a la delgada línea de soldados holandeses del campo de batalla mientras avanzaban en columna hacia el cruce de caminos. Pero lo repentino y vigoroso del ataque de los hombres del RI-42 highlander les hizo vacilar momentáneamente.
Esto fue suficiente para que los escoceses tuvieran la oportunidad de disparar y cargar. Los franceses retrocedieron hacia Piraumont, donde volvieron a formar. Ahora les tocaba a ellos iniciar una violenta descarga contra las tropas highlanders, que fue apoyada por la artillería adscrita a la división. Los hombres del RI-42, que los habían perseguido con tanta energía, sintieron toda la fuerza de la salva francesa y, en cuestión de minutos, muchos cuerpos leyeron el suelo.
Mientras se intensificaba el encuentro, los cazadores a caballo y lanceros de la DCL-2 de Piré avanzaban, aprovechando las ondulaciones del terreno y la altura de los cultivos para cubrir su movimiento. Cuando aparecieron desde un terreno bajo y cargaron por el flanco izquierdo, los tres batallones británicos formaron en cuadro tan notable que no pudieron lanzar un ataque serio y fueron repelidos. Las andanadas subsiguientes desde los cuadros británicos enviaron a un número considerable de soldados de caballería al suelo. Sin embargo, expuestos como estaban en campo abierto a la continua amenaza de la infantería, la artillería y la caballería enemigas; se ordenó al RI-42, junto con el RI-44 y el RI-1, que estaban un poco más atrás, que se retiraran a sus posiciones anteriores.
Picton había cabalgado hacia delante con las tropas británicas cuando atacaron la cabeza de la columna francesa. Aunque montado a caballo, era menos llamativo que muchos oficiales aliados, ya que vestía una levita azul abotonada hasta el cuello, pantalones oscuros, botas y un gran sombrero redondo. Pero sin que los hombres de la DI-5 lo supieran, había recibido un impacto de una bala de cañón. La herida era grave, pero el valeroso galés no reveló la naturaleza de la herida a sus subordinados y permaneció con su división para animar a las tropas durante el transcurso del día.
La situación a la que se enfrentaban los heridos que salían del campo de batalla para buscar atención médica se hacía cada vez más difícil. La mayoría fueron atendidos al costado de la carretera que va de Quatre Bras a Nivelles, que ya estaba muy congestionada con municiones y vagones de equipaje. Una vez vendados, los pertenecientes a la DI-2 holandesa que podían caminar fueron dirigidos a la plaza del mercado de Nivelles, ya que el hospital de campaña se había establecido en el ayuntamiento. Los heridos graves fueron colocados en carretas para su transporte, aunque este fue un viaje lento y doloroso dadas las circunstancias. Más al norte, en la carretera de Bruselas, los cirujanos británicos, de Hannover y de Brunswick habían preparado un hospital temporal en el último de los edificios de Quatre Bras, y comenzaban a recibir a los primeros heridos de sus respectivos contingentes. Pero incluso aquí no fueron inmunes a la fuerza de los cañonazos franceses.
El duque de Wellington era muy consciente del desequilibrio en la contienda entre la artillería aliada y la francesa. La batería de artillería a pie de Hannover del capitán Rettberg, que estaba ubicada a la izquierda de Quatre Bras, la batería británica comandada por el mayor Rogers, que estaba situada en la carretera a Namur, junto con los tres cañones restantes de la artillería a caballo holandesa del capitán Bijleveld, bajo el mando temporal del segundo teniente Wijnand Koopman, que cubría la carretera de Namur, era todo lo que el duque tenía para llamar, ya que el resto de la artillería holandesa había sufrido en la contienda y se había retirado a posiciones detrás de Quatre Bras. En consecuencia, el duque llamó a George Wood, al mando de la artillería británica, y le ordenó que enviara un mensaje a las baterías de artillería que se dirigían al cruce de caminos para que se apresuraran a reforzar a sus camaradas en apuros.
Ataque de Ney
El nuevo plan de Bonaparte consistía en que Ney arrollase a los aliados en Quatre Brass, para luego girar hacia el este y atacar el flanco derecho prusiano en una maniobra envolvente coordinada con Grouchy. Ligny pasa a ser el objetivo principal francés y una vez derrotados los prusianos, ambos atacarían a los anglo-holandeses supervivientes.
Ney se percató de que para derrotar a los defensores de Quatre Brass necesita más tropas, y mandó un ayudante a buscar al CE-I, que había estado inactivo toda la mañana. Su comandante, el mariscal Erlon, recibió cerca de Frasnes a un ayudante de Napoleón dándole una orden que le exhortaba a acudir a Ligny, pero Bonaparte negaría haber redactado nada al respecto. Ney no podrá contar en breve con el CE-I.
Poco después de las 16:00 horas llegó otro correo de Napoleón, firmado por el mariscal Soult a las 15:15 horas, pidiendo a Ney que hostigara sin demora a los prusianos situados en las colinas de Byre y en Saint-Amand. El mensajero que llevo la nota, el coronel Forbin Janson, dijo antes de entregarla que se debe tomar inmediatamente Quatre Bras; Ney se enfureció decsobremanera y expulsó al oficial sin leer el mensaje.
Ney intentó tomar Quatre Brass y sus importantes cruces con las tropas a su disposición, enviando a las 16:15 a la DI-9/I de Foy y a la caballería de Pire contra el cruce de caminos al sur de la villa, defendido por la DI-5 de Picton; mientras la DI-6/I de Jerónimo Bonaparte se abría camino por el bosque de Bossu, donde se ocultan las tropas belgas de Perponcher.
Contra la fuerza de Ney, Wellington desplegó 7 BIs británicos a 500 m al sur de Quatre Bras y 4 BIs de Hannover en la carretera de Namur. A ellos se unieron el RIL- 95 y la batería de Roger. El RI-28 británico había sido enviado para apoyar a las tropas holandesas en Gemioncourt.
El BI de la Guardia y BI-I de Brunswick sufrieron severamente por el implacable bombardeo de la artillería francesa, al igual que los otros batallones. El mayor Friedrich von Cramm de los húsares fue muerto, mientras que el mayor Adolph von Rauschenplatt de la vanguardia fue herido severamente, perdiendo su brazo izquierdo. Pero se mantuvieron firmes frente al terrible ataque durante un tiempo considerable.
Desde su posición avanzada, el mariscal Ney ordenó a Jerónimo Bonaparte que avanzara contra las vulnerables cuadros de Brunswick con los dos BIs del RI-3. El duque de Brunswick percibió el ataque de las dos columnas francesas y ordenó a los húsares, que se veían obstaculizados por el terreno y la proximidad del bosque, retirarse al otro lado de la carretera hacia Quatre Bras. Reunió a los ulanos y cargó contra el enemigo, pero el ataque fracasó por completo, debido a la fuerza y composición de la infantería francesa. Los ulanos se tambalearon por una tremenda andanada y se vieron obligados a retirarse hacia Quatre Bras.
Un cuerpo considerable de dragones (que muchas de las tropas aliadas confundieron con coraceros) de la reserva de caballería mandado por Kellermann, avanzaba por la carretera principal y amenazaba a los dos batallones de infantería de Brunswick. Como la fuerza enemiga era muy superior en fuerza, el duque Federico-Guillermo ordenó a los dos batallones que se retiraran mientras formaban en cuadro. El BI-I retrocedió hacia el cruce de caminos, pero el BI de la Guardia, bajo el mando del mayor Friedrich von Pröstler, con quien estaba destinado el duque, se colocó a la izquierda de La Bergerie.
Las tropas de Brunswick ejecutaron este movimiento mejor y más lentamente posible bajo el violento cañoneo. Pero el impacto de las balas de cañón y el posterior avance de los dragones crearon un pánico momentáneo dentro del batallón. El duque intentó restablecer el orden y, mientras cabalgaba solo fuera del cuadro para reunir a los hombres, fue herido de muerte por una bala de mosquete que le atravesó la muñeca izquierda y el abdomen.
El duque Federico-Guillermo se derrumbó en el suelo sobre el lado derecho de su caballo, a medio camino entre el cuadro de Brunswick y la columna enemiga. Al ver caer a su líder herido, varios hombres corrieron hacia adelante. Levantándolo con el mayor cuidado posible, llevaron al duque en una manta a la carretera de Namur, donde habló brevemente antes de su muerte con el mayor Friedrich von Wachholtz, el ayudante general, y el mando del CE de Brunswick pasó al coronel Elias Olfermann.
A pesar de la pérdida de líder, los diversos batallones de Brunswick volvieron a formar en la parte trasera de los edificios en Quatre Bras, donde esperaron la llegada del BIL-I y el BIL-III y la artillería bajo el mando del mayor Carl von Moll. Los cañones aliados apostados a lo largo de las alturas continuaron disparando sobre el enemigo. Sin embargo, los franceses se inspiraron y avanzaron con renovado coraje hacia la encrucijada de caminos.
El mariscal Ney animó a las tropas de la DI-6 para continuar su avance. El BIL-II/1 había entrado en el bosque de Bossu detrás de una nube de escaramuzadores, mientras que el BIL-I/1 y el BIL-III/1 permanecieron en el borde del bosque. El RI-3 (2) formó en columna y avanzó entre el bosque y la carretera principal a Charleroi. El RI-1 (3) y el RI-2 (3) se colocaron en reserva al sur, junto a las granjas de Grand y Petit Pierrepoint.
En el centro, el terreno inmediatamente alrededor de Gémioncourt estaba ocupado por la infantería de la BRI-II/9 (RI-100 [3] y RI-3 [3]), mientras que la BRD-I/11 de Picquet (RD-2 [4, 585) y RD-7 [4, 516]) avanzaban trotando amenazadoramente en la carretera. En el lado opuesto de la carretera, entre Gémioncourt y Piraumont, estaban los cañones adjuntos a la DI-9, y al sur, en las alturas de Delsot, estaba BRI-I/9 (RI-92 y RI-93) y la artillería de reserva.
El conde Pire había sido dirigido originalmente hacia la derecha, donde el terreno era muy difícil de maniobrar para la caballería, por lo que fue llamado de regreso al centro y dejado para actuar bajo las órdenes inmediatas del mariscal Ney. Sin embargo, la batería de artillería a caballo adscrita a la DCL-2/II permaneció cerca del estanque Materne. Unos 500 pasos por detrás de los cañones estaban el RI-72 (2) y el RI-108 (3) de la DI-5 de Bachelu, con los que se posicionaron Reille y su EM.
A la derecha, El RIL-2 (4) desplegó en Piraumont y en los campos inmediatamente al frente. Detrás del complejo agrícola, actuando como reserva y cubriendo la artillería divisional, estaban el RI-61 (2) de la DI-5/I. La DI-7 de Girard, no estaba presente porque había sido separada del CE-II y estaba envuelta en los intensos combates en el pueblo de Saint-Amand y sus alrededores.
Los lanceros Rojos de la Guardia Imperial se habían mantenido en reserva en Frasnes junto con las dos baterías de artillería a caballo que los habían acompañado, y no se habían comprometido en la contienda, de acuerdo con los deseos del Emperador. A ellos se unieron en las cercanías del pequeño pueblo el RCC-8 y RCC-11 del CEC-III de Valmy. Sin embargo, los carabineros y coraceros de la DCC-12 estaban con el emperador en Fleurus. Junto con las diversas divisiones del CE-I de Erlon, constituían una parte importante del mando del mariscal Ney que aún no había llegado al campo de batalla.
Al este de la carretera principal, el RH de Brunswick (6) se había reagrupado bajo el mando del mayor Anton von Oeynhausen y observaban ansiosamente la aproximación de la caballería francesa. En su flanco derecho estaban el RD-2 y el RD-7 de la BRD-I/11 de Picquet, que casi habían llegado a La Bergerie, mientras que a solo 1.000 pasos de su izquierda estaban los RC-5 y RC-6 de lanceros de la BRCL-II/9 de Wathiez. Los húsares de Brunswick se movieron hacia la derecha, sintiendo que los dragones cargarían, pero cuando se acercaron a sus oponentes fueron severamente rastrillados por el fuego de la artillería francesa apostada en Gémioncourt. La conmoción fue absoluta, ya que decenas de hombres y caballos cayeron, y los húsares se vieron momentáneamente atenazados por el miedo. En lugar de continuar hacia los dragones, giraron a la derecha y comenzaron a regresar a la relativa seguridad de los batallones de infantería de Brunswick apostados en el cruce. Pero en su huida, los húsares galoparon hacia la posición ocupada por el RI-92 highlander, que bordeaba la zanja al sur de la carretera de Namur.
Los dragones aprovecharon su ventaja y cargaron, y una masa de jinetes avanzó por el camino principal. El Tcol John Cameron, que comandaba el RI-92 higlander, ordenó a la compañía de granaderos que se desplegara en ángulo recto con el resto del batallón, para disparar de forma oblicua a la caballería enemiga. Esta maniobra se llevó a cabo en el mismo momento en que el duque de Wellington y su personal llegaron a la retaguardia de los escoceses. Wellington dio instantáneamente la orden cargar y, cuando el jefe de la caballería de Brunswick despejó la línea, siguió la orden de disparar. Los mosquetes respondieron al unísono, pero afortunadamente para los dragones franceses, habían observado a las tropas británicas y viraron rápidamente hacia la izquierda. Con la excepción de un solo oficial, que se había adelantado demasiado a sus hombres, ninguno resultó muerto o herido, pero se perdió el impulso de la carga.
A pesar de este hecho, el ataque francés no había sido frustrado, ya que la primera de las dos densas columnas del RI-3 había avanzado hasta La Bergerie. El duque ordenó a Edward Barnes, el ayudante general, que cabalgara hasta el extremo derecho del RI-92 para obtener una vista sin obstáculos de la infantería francesa y sus movimientos. Habiendo corrido hacia el ala derecha, pudo ver que el enemigo se había apoderado de los edificios y recintos de la granja de ovejas a solo 300 pasos del cruce. Al juzgar que se requería una acción inmediata, Barnes se quitó el sombrero y, agitándolo por encima de su cabeza, pidió a los montañeses que lo siguieran.
Hacia el centro de la línea, el duque de Wellington, que había estado observando de cerca, se volvió hacia Cameron y le dijo: “Ahora, Cameron, es tu momento, toma ese camino”. El batallón camino salió de la zanja se dirigió al camino de Charleroi, donde las compañías de granaderos y la N° 1 estaban formadas en columna. Las compañías restantes formaron en línea ligeramente hacia atrás, y el conjunto avanzó rápidamente.
Casi tan pronto como los oficiales y hombres del RI-92 salieron al terreno despejado, fueron asaltados por el fuego de los tiradores franceses. El alférez John McPherson, que llevaba el color del regimiento, murió, pero los highlanders siguieron adelante. En cuestión de minutos habían hecho retroceder al enemigo hasta los edificios de la granja y los setos y muros que rodeaban el jardín. Sin embargo, el fuego que emanaba de estos puntos estratégicos era tremendo y, por un instante, los escoceses vacilaron.
Cameron ordenó a las dos compañías en cabeza que avanzaran y pasaron al oeste del recinto en el terreno adyacente a la carretera principal. Cameron conspicuo a caballo, cuando se dirigía hacia una elevación en la carretera, fue herido de muerte por una bala de mosquete de un tirador francés que estaba a corta distancia, se desplomó hacia delante sobre su montura.
Al darse cuenta de que su coronel estaba gravemente herido, los escoceses avanzaron. Augustus Frazer de la artillería a caballo aliada, que estaba cerca, y dos soldados del RI-92, escoltaron al animal de regreso al cruce de caminos, donde bajaron a Cameron al suelo. Fue atendido antes de que un grupo de hombres lo subieran suavemente a un carro que le llevó con los heridos a Genappe.
La pérdida de su valiente oficial al mando provocó la mayor ira entre los highlanders, y trataron de tomar represalias contra su enemigo. Con las bayonetas caladas, avanzaron hacia la feroz descarga con tal determinación que la infantería francesa se retiró. Sin embargo, este éxito se obtuvo a un alto precio, y el mando del batallón cambió de manos cuatro veces en rápida sucesión antes de que finalmente recayera en el capitán Peter Wilkie. Entones las mermadas filas fueron sometidas a un bombardeo violento de los cañones franceses posicionados en Gémioncourt, y al estar aisladas de la línea principal y amenazadas por la caballería enemiga, se dio la orden de retirarse al bosque de Bossu. Los highlanders continuaron sufriendo grandes pérdidas, pero una vez que los restos del batallón llegaron al refugio del bosque, pudieron avanzar lentamente hacia el norte, hacia la carretera que conducía a Nivelles.
Mientras los combates se desarrollaban alrededor de La Bergerie, las tropas británicas pertenecientes a la DI-5 de Picton se habían retirado gradualmente de sus posiciones expuestas hacia la carretera de Namur. El RI-44 se había retirado a la suave pendiente al pie de las alturas, pero recibió la orden de Denis Pack de avanzar en línea, de dos en fondo, hasta un punto a unos 200 pasos más allá de la granja de ovejas. Esto se logró y se detuvieron con su flanco derecho apoyado cerca de la carretera principal a Charleroi. El Tcol George O’Malley, el segundo al mando, cabalgaba detrás de las tropas junto al general Pack, cuando notó un cuerpo de caballería en el lado opuesto de la carretera. Los viejos soldados de la compañía de granaderos, que eran los más cercanos a la carretera principal, estaban convencidos de que se trataba de lanceros franceses. Sin embargo, tanto Pack como O’Malley creían que eran belgas y se emitió la orden de no disparar contra ellos.
Los highlanders pudieron ver a la caballería acercándose desde el terreno bajo entre el bosque de Bossu y la carretera principal, e inmediatamente expresaron su preocupación a los oficiales, especialmente porque los escaramuzadores se separaron en orden extendido. Los oficiales aseguraron a sus hombres que la caballería era amiga, pero varios de los veteranos insistieron en que eran del RC-6 de lanceros. Con el consentimiento del teniente George Munro, se disparó una ronda para provocar una respuesta y la caballería se movió instantáneamente hacia el flanco derecho del batallón. Cualquier duda persistente fue disipada por un dragón alemán, que se acercó galopando y exclamó: ¡Franchee! Franchee!’ antes de dar media vuelta y marcharse.
Habiendo permanecido en línea, las tropas de las tierras altas no estaban formadas adecuadamente para recibir a la caballería enemiga, por lo que cuando los escaramuzadores más cercanos al cuerpo principal del batallón entraron corriendo, resonaron los gritos para formar en cuadro. La parte trasera de la formación fue rápidamente completada por las compañías 4 y 5, mientras que los lados de la plaza estaban casi en su lugar. Pero la cara delantera, donde deberían haber estado estacionadas las compañías de granaderos y 1, estaba abierta, ya que la primera había sido destacada. De hecho, las compañías de granaderos y la 1 en llevar la peor parte del ataque de la caballería.
Los oficiales y hombres de la compañía de granaderos lucharon por sus vidas mientras los lanceros se abalanzaban sobre ellos. El capitán Archibald Menzies había optado por luchar a pie y estaba en medio de la refriega. Finalmente, se derrumbó en el suelo cubierto de heridas. Los jinetes franceses sablearon a sus desventuradas víctimas, y continuaron hacia el cuadro incompleto. Reconociendo la necesidad de cerrar filas de inmediato, se ordenó a gritos que las compañías 1 y 8 retrocedieran y crearan así una cara frontal improvisada. De algún modo, en la confusión, varios lanceros penetraron en el corazón de la formación antes de que pudiera terminarse la maniobra, y por un momento reinó el caos. Pero los franceses fueron bayonetados o fusilados, ya que no se les dio cuartel.
Robert Macara, que mandaba el RI-42 highlander, resultó herido durante la amarga lucha y, como la lucha había disminuido un poco, se ordenó a un grupo de cuatro hombres que lo envolvieran en una manta y lo llevaran a la retaguardia. Habían recorrido una corta distancia cuando otro escuadrón de lanceros los atropelló y los mató hasta quedar reducidos a un solo hombre. Al igual que sus camaradas del RI-42 higlander, los Black Watch (Guardia Negra) habían sufrido severamente en la contienda, que estaba lejos de estar acabados.
En su posición cerca de La Bergerie, el RI-44 se había mantenido en línea, ya que Denis Pack creía que el cuerpo de caballería en el lado opuesto de la carretera estaba compuesto por belgas, a pesar de las protestas de un número considerable de sus hombres. El error de juicio se confirmó, porque el RC-5 de lanceros perteneciente a la DCL-2 del Piré se acercó rápidamente a ellos. El Tcol John Hamerton, el oficial al mando, se dio cuenta de que sería imposible formar en cuadro con tiempo suficiente para repeler el ataque, por lo que sin dudarlo ordenó a la fila de retaguardia que se volviera. La orden fue obedecida con rapidez y los hombres se pararon en dos filas espalda con espalda.
Cuando los lanceros se acercaron, los hombres de la retaguardia apuntaron sus mosquetes y lanzaron una andanada devastadora contra la caballería. Un jinete particularmente decidido se lanzó hacia el color del Rey, que estaba a cargo del alférez James Christie. El oficial recibió una terrible herida en la cara cuando el francés se abalanzó con su lanza y Christie se desplomó en el suelo, aún tenía agarrado su color. Aunque el lancero logró arrancar un pequeño triángulo de seda del estandarte, como muchos de sus compatriotas, pagó su valor con la vida. La caballería fue repelida y se retiró al santuario de la línea francesa.
Agotados por sus esfuerzos y sin municiones, el RI-42 y el RI-44 se retiraron lentamente al terreno abierto adyacente a la carretera a Namur, donde formaron un solo cuadro. A su izquierda, unos 200 pasos más adelante, el RI-1 Royal Scots y el RI-28 hicieron lo mismo, y se les unieron las tropas de del RI-79 highlander. Cada uno de los regimientos se vio obligado a retirarse de sus posiciones avanzadas. Se acercaban las 17:00 horas y los soldados aliados necesitaban desesperadamente refuerzos.
Llegada de la DI-3 de Alten
La DI-3 anglo-hannoveriana de Charles Alten contaba con 5.491 efectivos encuadrados en:
- BRI-V/3 británica de Colin Halkett con 2.232 efectivos: BI-II/30 (630), RI-33 (555), RI-69 (523) y BI-II/73 (510).
- BRI-I/3 hannoveriana de Friedrich von Kielmansegge con 3.316 efectivos: BI de Bremen (533), BI de Osnabrück (632), BIL de Grubenhagen (643), BIL de Lüneburg (617), BI de Verden (559) y 2 Cías jäger (331).
- Artillería DI-3: Bía de William Lloyd (5×9 y 1 obús) y Bía-4 KGL del capitán Andreas Cleeves (5×9 y 1 obús).
Los hombres de la DI-3 habían sufrido durante la ardua marcha hacia Quatre Bras. El calor sofocante era sofocante, pero no hubo oportunidad de descansar mientras se acercaban al campo de batalla por la concurrida carretera a Nivelles. Alten se había adelantado con su personal y el Príncipe Heredero de Orange-Nassau le ordenó que desplegara los diversos batallones en el momento en que llegaran al cruce de caminos.
La primera en llegar fue BRI-V británica de Halkett, a la cabeza de la columna estaba el RI-30, seguido del RI-33, RI-69 y RI-73 respectivamente. Cuando llegaron las tropas británicas, se les ordenó que tomaran posiciones en los campos de hierba pisoteados adyacentes al bosque de Bossu. Los RIs 30, 33 y 73 ejecutaron esta orden y se unieron a los BIs I y II de la Guardia de Brunswick, que habían avanzado poco tiempo antes para apoyar al RI-92. Sin embargo, el RI-69 se destacó en el lado opuesto de la carretera principal, donde tomó una posición ligeramente al norte de La Bergerie. La batería de Lloyd, envió 2×9 cañones hacia adelante, a la derecha del RI-69, mientras que los 3×9 y el obús restantes se asentaron cerca de la carretera principal, inmediatamente frente a la granja en Quatre Bras.
A la Bía-4 KGL del capitán Cleeves se le ordenó desmontar a la derecha de la línea y disparar contra un cuerpo de caballería enemiga. Esto se llevó a cabo con notable precisión. Sin embargo, posteriormente se ordenó a la batería que avanzara unos 500 pasos por la carretera de Namur y que disparara contra una batería francesa situada frente a Piraumont, que estaba infligiendo daños considerables a las tropas aliadas en esta zona con su fuego oblicuo. Los cañones se volvieron a enganchar a los equipos y los artilleros se subieron a los ágiles, para facilitar la rápida maniobra de la batería a lo largo de la carretera.
Mientras los cañones pasaban al trote por los diversos batallones de hannoverianos pertenecientes a la BRI-IV, mandada por el coronel Best, que bordeaban las zanjas y los setos al norte de la carretera principal, los hombres intercambiaron mensajes. Pero al acercarse al punto de la carretera adyacente a la aldea de Piraumont, la batería fue objeto de un intenso fuego. La mayoría de las balas no llegaban al camino, se alojaban en las zanjas y arrojaban lodo al aire. Pero algunas alcanzaron su objetivo, matando e hiriendo gravemente a varios de los conductores y artilleros. Los cañones pertenecientes a la BI-2 hannoveriana del capitán Rettberg ya estaban desplegados en este punto y combatían activamente al enemigo.
Los soldados estaban encantados de ver a sus compatriotas. El capitán Cleeves dio inmediatamente la orden de que sus cañones se salieran de la carretera hacia la pequeña meseta del sur y se desmontaran cerca de la BI-2 hannoveriana. Una vez que las dos unidades se unieron, su potencia de fuego combinada silenció los cañones franceses y permitió que la infantería aliada avanzara desde sus posiciones ocultas hacia los campos abiertos.
Las tropas de la BRI-I hannoveriana de Kielmansegge llegaron después al cruce y se les ordenó continuar su marcha por el camino hacia el flanco izquierdo, para reforzar a los británicos y las tropas de Brunswick que defendían esa parte de la línea aliada. El BIL de Lüneburg avanzó al frente de la BRI y fue objeto de un fuego mortificante por parte de los tiradores franceses pertenecientes al RIL-2. El Tcoll August von Klencke ordenó al BIL que desplegase para un ataque, que se llevó a cabo con tanta firmeza que el enemigo fue desalojado de sus posiciones detrás de los setos y en los campos en la ladera debajo de la carretera a Namur. Los hannoverianos avanzaron a paso ligero hacia la aldea de Piraumont. El fuego de artillería era considerablemente más débil en ese punto, por lo que dos cañones de la DI-5/I de Bachelu avanzaron a la izquierda del pueblo. Sin embargo, la velocidad con la que avanzó el BIL de Lüneburg casi ocasionó su captura.
Un km hacia atrás, el BI de Grubenhagen y una de las dos compañías de jägers adscritas a la brigada recibieron la orden de marchar por la suave pendiente hacia los campos de maíz pisoteados, y luego a través de la brecha entre el estanque y los espesos setos. Los 3 batallones restantes se protegieron del fuego de artillería tumbándose en el camino. Más al este, el BIL-II de Brunswick y el BIL-I/95, que se habían instalado dentro de los edificios y los campos adyacentes en Thyle, se unieron al ataque contra Piraumont. Los tiradores franceses fueron rechazados y el ímpetu del avance llevó a las tropas aliadas a la granja en el centro de la aldea y más allá al extremo norte del bosque de Hutte. Pero allí encontraron una tenaz resistencia del RI-61 (2) francés y se vieron obligados a desistir.
Los franceses habían sufrido pérdidas sustanciales durante los diversos encuentros, mientras que el revés en Piraumont por la derecha también debilitó su control sobre el centro. El mariscal Ney dedujo que los aliados habían sido reforzados y sabía que sus tropas cansadas también tendrían que ser mejoradas si quería cumplir las órdenes del emperador. Por lo tanto, envió un mensaje al conde de Erlon para que avanzara con el CE-I.
La carga de Kellermann
Napoleón ordenó a Erlon que llevara su CE-I con sus cuatro divisiones de infantería, su caballería y artillería a las alturas de Saint-Amand de inmediato, y al hacerlo salvaría a Francia y se cubriría de gloria. La orden fue llevada por su ayudante de campo, el conde de la Bédoyère, quien encontró a Erlon y su séquito en el cruce de carreteras cerca de Villers Perwin hacia las 17:00 horas. Cuando Erlon fue informado del movimiento ordenado, envió inmediatamente al barón Delcambre para informar al mariscal Ney que, de acuerdo con la orden del Emperador, todo el cuerpo se dirigía hacia Sombreffe.
Sobre las 17:00 horas, el barón Delcambre encontró al mariscal Ney montado en su corcel en las alturas de La Balcan. Ney se asombró cuando supo que el CE-I había sido enviado a Saint-Amand, pero se dio cuenta de que Erlon podría tener algún papel que desempeñar en los eventos en ese punto, por lo que instruyó al barón Delcambre para que regresara al cuerpo y explicara los puntos críticos de la situación a la que se enfrentaban los franceses en Quatre Bras, para que el propio Erlon pudiera juzgar cómo servir mejor a la nación.
Desesperado y obnubilado por la frustración, Ney ordenó a Kellermann un ataque de sus coraceros sin ningún apoyo contra las líneas de infantería del centro aliado, con el objetivo de tomar los cruces de caminos al sur y al sureste de Quatre Bras. El general cuestionó la orden por considerarla suicida, pero el mariscal insistió.
Kellermann al darse cuenta de la situación desesperada se colocó al frente del ECC-1/8, junto al barón Marie-Adrien Guiton, y sin permitir que los jinetes tuvieran tiempo para objetar, dirigió los 5 ECCs de la BRCC-II/11/III (RCC-8 [3, 525] y RCC-11 [2, 325]) al valle. Debido a la posición de Gémioncourt, los coraceros avanzaron en columnas de escuadrones a la izquierda inmediata de la carretera principal, los 3 ECCs del RCC-8 estaban a la derecha, mientras que los 2 ECCs del RCC-11 estaban a la izquierda.
Durante el avance, Kellermann observó un RI en un hueco, delante del complejo de la granja, que por alguna razón estaba cambiando de su formación en cuadro a línea. Se trataba del RI-69, al que se le había ordenado ocupar esa posición para apoyar a los BIs pertenecientes a la BRI-9/5 de Pack. Inmediatamente, ordenó al RCC-8 (3) que cruzara la carretera principal, hacia las vulnerables tropas británicas del RI-33 que huyeron al bosque de Bossu.
El RCC-11 (2) continuó avanzando por la izquierda de la carretera principal, donde pronto se encontraron con el RI-30 de la BRI-V/3 británica de Halkett, que estaba formada en cuadro. Los jinetes cargaron vigorosamente, pero fueron rechazados por una descarga de fuego bien dirigida, aunque el impulso de la carga amenazó al RI-73 de la misma BRI.
El batallón casi había completado su en cuadro, pero tenía una vista muy limitada del campo debido al maíz alto, y cuando los oficiales dieron a conocer la presencia de la caballería francesa, algunos de los hombres entraron en pánico y buscaron refugio en el bosque de Bossu. Afortunadamente para la infantería británica, los coraceros no continuaron el ataque, pero en el lado opuesto de la carretera el resultado fue diferente.
A medida que se acercaban los coraceros, los oficiales del RI-69 lograron formar el batallón en una columna abierta. Las compañías de granaderos, 1 y 2 estaban en proceso de cerrar el cuadro cuando el mayor Henry Lindsay cometió un grave error. Ordenó a las tres compañías que se detuvieran, girasen y dispararan contra los jinetes franceses. La salva hizo tambalear al ECC-1/11, pero fue insuficiente para evitar que los coraceros penetraran en el cuadro incompleto, donde se intensificó la lucha. Los británicos fueron abatidos o huyeron en desorden a uno de los cuadros adyacentes.
Una lucha dramática ahora tuvo lugar en torno a los colores. Un grupo de jinetes, que incluía al brigadier Antoine Borgne y dos coraceros, se abrieron paso hacia el grupo a cuyo cuidado se habían puesto los colores. Durante el enfrentamiento, el alférez George Ainslie, que llevaba la bandera del regimiento, resultó gravemente herido. Pero de alguna manera logró proteger el preciado emblema. El alférez Henry Duncan, que llevaba la bandera del rey, tuvo menos suerte. Estaba cubierto de heridas y pisoteado bajo los cascos del caballo perteneciente al coracero Pierre Henry, quien le arrancó el color de las manos y lo llevó victorioso a la retaguardia con varios de sus camaradas, por este hecho recibió la Legión de Honor.
Entusiasmados por su éxito, el RCC-8 volvió a formar y luego barrió hacia los dos cuadros que albergan los restantes oficiales y hombres de los RI-42 y RI-44, y de los RI-1 y RI-28. Pero cuando pasaron junto al seto de bayonetas, la caballería francesa fue recibida por una fulminante descarga desde el primer cuadro. Kellermann ordenó apresuradamente que los 3 ECCs del RCC-8 atravesaran la línea y dirigieran sus ataques al cruce de caminos. En esa parte, el BI Landwehr de Verden, que se había destacado para escaramuzar con los tiradores franceses, no pudo retirarse lo suficientemente rápido, y la mayor parte fue derrotada o hecha prisionera. Sin embargo, los principales destinatarios de la carga fue el BI Landwehr de Lüneburg, que ocupó el puesto que ocupaban formalmente las tropas del RI-92 highlander. Los hannoverianos esperaron hasta que los dragones estuvieran a 30 pasos y luego lanzaron una andanada devastadora. Los hombres y los caballos cayeron al suelo, y el conjunto quedó sumido en una confusión irreparable. A Kellermann le dispararon contra su caballo y, como muchos de sus seguidores, se vio obligado a retirarse a pie a la línea francesa.
Habiendo amenazado a las formaciones británicas y de Brunswick entre el bosque de Bossu y la carretera principal, el RCC-11 también cargó contra las unidades aliadas en el cruce. Pero también fue sometido a un fuego abrumador de munición canister disparada a corta distancia por los cuatro cañones de la batería de Lloyd, apostados inmediatamente frente a la granja en Quatre Bras; así como un bombardeo de la batería de artillería a caballo KGL de Kuhlmann, que había llegado antes que la DI-1. De hecho, los dragones sufrieron pérdidas tan tremendas que abandonaron el ataque y se retiraron a Frasnes. Asustaron en su retirada a una unidad francesa, que les confundió con caballería británica.
Llegada de la DI-1 británica de Guardias de Cooke
Los guardias llegaron a Nivelles a primera hora de la tarde y todas las ventanas estaban abiertas para presenciar su avance. Fue entonces cuando recibieron una orden del mayor Egbertus van Gorkum, un oficial que servía en el Estado Mayor General del CE-I, para que se apresuraran a llegar a Quatre Bras.
La DI-1/I de guardias estaba mandada por el MG George Cooke disponía de 4.330 efectivos:
- BRI-I/1/I de guardias del MG Peregrine Maitland con 1.971 efectivos: BI-II/1 de guardias (954) y BI-III/1 de guardias (1.020).
- BRI-II/1/I de guardias del MG John Byng con 2.018 efectivos: BI-II de guardias Colstream (932) y BI-II/3 de guardias (1.083).
- Artillería DI-1: Bía del capitán Sandman (5×9 y 1 obús), y Bía KGL del capitán Kuhlmann (5×9 y 1 obús).
Después de dejar Nivelles marcharon por la carretera y poco después de las 17:00 horas llegaron a Houtain-le-Val. El sonido de los cañonazos era inconfundible, por lo que se ordenó a los hombres que desataran diez cartuchos y calaran las bayonetas, mientras los oficiales desmontaban y se reunían en fila, a excepción de los oficiales de campo. El subalterno mayor y el alférez menor, como era costumbre, tomaron los colores del rey y del regimiento respectivamente de los sargentos de colores; y con las dos compañías ligeras de la BRI-I al mando del Tcol Alexander Fraser en la vanguardia de la DI-1/I, prosiguieron con toda la rapidez debida hacia el campo de batalla.
El camino estaba repleto de carros de equipaje, y comenzaron a encontrar oficiales y hombres heridos, cada uno de los cuales les informó que se requería su presencia. Cuando se acercaron a Quatre Bras, el Príncipe Heredero de Orange-Nassau galopó por la carretera y ordenó a la BRI-I/1/I que girara a la derecha y entrara en el bosque de Bossu de inmediato.
Poco después de las 17:00 horas, el príncipe Bernardo de Sajonia-Weimar había ordenado que las últimas tropas de Nassau se retiraran, ya que los tiradores pertenecientes al RIL-1 francés habían empujado a los de Nassau y a los escaramuzadores de Brunswick más allá del pequeño riachuelo que cruzaba el bosque de Bossu. El príncipe de Nassau formó a unos 300 o 400 pasos del bosque y observó que las dos compañías ligeras al mando del Tcol Freiser entraban en el bosquecillo en el punto en que colindaba con la carretera de Nivelles y se movían oblicuamente hacia el enemigo. Cuando el resto de la BRI-I/1/I llegó al cruce de caminos, se empleó de inmediato para apoyar a las tropas aliadas.
El MG Maitland dirigió el BI-III/1 de la Guardia a lo largo del camino hacia el oeste del bosque, y se ordenó al BI-II/1 que entrara, de dos compañías a la vez, hasta que todo el batallón se comprometiera en la contienda. Sin embargo, la espesa maleza alteró todo el orden y la confusión prevaleció cuando las compañías de granaderos y la Cía-1 se encontraron con el jefe del BIL-II/1 francés. Durante el intercambio de fuego que siguió, las compañías en vanguardia sufrieron el fuego de sus camaradas del RI-1, que llegaron en sucesión y se enfrentaron al enemigo. El BI-III/1 se trasladó al bosque a la derecha del BI-II/1 y los franceses se retiraron posteriormente.
Mientras tanto, las dos compañías ligeras dirigidas por el Tcol Freiser despejaron a los franceses de su camino, que ofrecieron muy poca resistencia, y desembocaron en el bosque adyacente a la granja de Gémioncourt; había un profundo barranco a su derecha y un seto bajo a su izquierda, detrás del cual se envió al RI-33. Se unieron a los BIs II/1 y III/1, que emergieron del extremo sur del bosque de Bossu, acompañados por rezagados de varios regimientos que habían estado involucrados en la lucha por la posesión del bosque antes de que llegaran los guardias, y el conjunto intentó formar en línea.
Sin embargo, el certero fuego de la artillería francesa, que estaba posicionada en las alturas cercanas a la finca de Delsot, les obligó a retirarse por el bosque hasta el pequeño riachuelo, y gran número de guardias resultaron muertos o heridos cuando algunas copas de los árboles se derrumbaron sobre ellos. Los dos oficiales al mando, los coroneles Henry Askew del BI-II/1 y el William Stuart del BI-III/1, resultaron gravemente heridos y el mando recayó en los Tcols Richard Cooke y Edward Stables, respectivamente.
La BRI-II/1/I de Byng llegó a Quatre Bras y la batería de artillería de a pie del capitán Sandham avanzó y tomó una posición inmediatamente a la derecha de la granja. Mientras se ordenaba a las diversas compañías del BI-III/1 que se tumbaran en el suelo junto a la carretera, las cuatro compañías en vanguardia de los guardias Coldstream al mando del Tcol Daniel Mackinnon marcharon hacia el cruce. Simultáneamente, las dos compañías ligeras comandadas por el Tcol James MacDonell avanzaban por la carretera y pasaron frente a las piezas de artillería que disparaban contra el enemigo. Fueron conducidos alrededor de la linde norte del bosque y hacia los campos de maíz pisoteados más allá, después de lo cual una sección del RI-33, que se había separado del cuerpo principal del RI-33 durante las anteriores cargas de caballería francesa, salió del bosque de Bossu y formó en el camino a Nivelles.
A pesar de los cañonazos muy fuertes, las dos compañías ligeras continuaron su avance hacia el centro de la posición aliada y la granja de La Bergerie. Cargaron sus mosquetes y avanzaron apresuradamente por el terreno elevado hasta el corral y a través del recinto y el jardín contiguo. Los disparos de los numerosos escaramuzadores rebotaron libremente en las paredes, mientras MacDonell dirigía a los hombres a través de un hueco en el seto más cercano al enemigo. El mayor Kuhlmann apoyó a las compañías ligeras con la batería a caballo adscrita a la DI-1/I, moviéndose por el exterior de la granja y tomando una posición a la derecha de las tropas. Los cañones ligeros proporcionaron un excelente fuego de cobertura mientras los guardias se movían sobre los coraceros y caballos muertos, que yacían en montones alrededor de la granja y en el camino.
Wellington comenzó a sentir que la fuerza de sus unidades era superior a la de los franceses y, en consecuencia, ordenó al BI-II y BI-III de Brunswick que avanzaran desde su posición entre el bosque de Bossu y la carretera principal. Se unieron a la persecución de la infantería francesa con entusiasmo desenfrenado. Sin embargo, al ser amenazados por la caballería enemiga ambos batallones formaron en cuadro, y el BI-II, con el coronel Elias Olfermann entre ellos, completó la maniobra de una manera que suscitó la admiración de su líder y de todos los que la presenciaron. La caballería fue repelida, pero los 3 BILs del RIL-4 de la brigada del barón Jean-Baptiste Jamin abrieron fuego devastador sobre las filas abarrotadas, y las tropas de Brunswick sufrieron grandes pérdidas en muy poco tiempo.
Los refuerzos aliados avanzaron en apoyo. Halkett comandante de la BRI-V/3 condujo personalmente a los RI-30 y RI-73 hacia una posición cercana al riachuelo que atravesaba el campo de batalla, mientras que la batería de artillería de Lloyd se unió y avanzó 600 pasos hasta una nueva posición entre el bosque de Bossu y la carretera principal a Charleroi. Sin embargo, la artillería francesa siguió disparando con implacable precisión y el Piré avanzó con toda la caballería a su disposición.
Picton y los oficiales y hombres de su DI-5 habían soportado un momento tórrido en el campo de batalla, pero su calvario estaba destinado a continuar. Mientras Picton y su séquito cabalgaban hacia adelante para observar los movimientos de la caballería francesa, su caballo fue alcanzado por un disparo y fue abatido. El valiente galés, que había sido gravemente herido antes en la acción, quedó momentáneamente atrapado debajo del animal muerto. Fue llevado a un lugar seguro por su ayudante de campo, el capitán Charles Gore, e inmediatamente trasladado al refugio del cuadro cercano formado por el RI-1 y el RI-28.
El conde Pire trotó hacia adelante con los RC-1 y RC-6 de cazadores, cuyo número había disminuido considerablemente debido a sus esfuerzos anteriores. Se dirigieron hacia la finca de Gémioncourt y el descampado al norte, que estaba ocupado por las tropas de la DI-5. En esta ocasión los soldados británicos estaban preparados para la inminente llegada de la caballería francesa, aunque los hombres dentro del cuadro combinado formado por los RI-42 y RI-44 habían gastado casi todas sus municiones. En consecuencia, se había emitido una orden para que los escaramuzadores regresaran a la formación para mejorar la potencia de fuego. Pero los pertenecientes al RI-44, bajo el mando del teniente Alexander Riddick, no pudieron hacerlo, ya que fueron cortados por la velocidad con la que avanzaban los cazadores, y se vieron obligados a ocultarse tirados en la hierba alta a 30 pasos del cuadro.
Cuando la caballería pasó por delante de la cara frontal de la formación, sufrieron más pérdidas por el fuego intermitente de los mosquetes, pero continuaron hacia el cuadro adyacente del RI-1 y el RI-28 a pesar de todo. Charles Belson, que mandaba el RI-28, cabalgaba de un lado a otro en su caballo ensangrentado dentro del cuadro, instando a sus hombres a permanecer firmes frente a la carga. Sin duda, quedó satisfecho con su conducta, ya que lanzaron una salva reveladora contra los cazadores franceses que los obligó a retirarse sobre sus reservas, que estaban estacionadas justo al norte de Gémioncourt. Durante el episodio, Picton gritó: “¡Veintiocho! ¡Recordad Egipto!”, una referencia al glorioso pasado del regimiento británico y un reconocimiento del hecho de que el rumbo de la batalla había cambiado.
Wellington toma la iniciativa y contraataca
A lo largo de la tarde los combatientes pudieron escuchar claramente el rugido de la artillería en Sombreffe. Posteriormente, el duque de Wellington expresó su deseo al MG Karl Freiherr von Müffling, un oficial de enlace prusiano adscrito a su cuartel general, de recibir un informe sobre el estado de la contienda, y hacia las 19:00 horas el segundo teniente Johann von Wussow, un oficial sirviendo en el Estado Mayor Prusiano, llegó al cruce de carreteras. Como Freiherr von Müffling sabía que el joven oficial hablaba francés con fluidez, le ordenó que repitiera el mensaje que le había dado directamente al Duque. El mensaje fue conciso y confirmó que cuando abandonó el campo de batalla a las 18:00 horas, los prusianos habían ocupado la mayoría de los pueblos detrás del arroyo Ligne, que atravesaba la posición, incluidos los de Ligny, Saint-Amand la Haie y Wagnelée. Lo habían conseguido a pesar de los decididos ataques franceses que habían resultado en la pérdida y recuperación de las aldeas. Sin embargo, las pérdidas prusianas habían sido muy graves durante el enfrentamiento y la perspectiva de apoyo de CE-IV había desaparecido por completo, lo mejor que los prusianos podían aspirar a lograr era mantener sus posiciones hasta el inicio de la noche.
Habiendo explicado esto al Duque, von Wussow solicitó, en nombre del alto mando prusiano, que los británicos emprendieran una fuerte ofensiva, que creían que evitaría que Napoleón realizara más ataques contra sus posiciones. El duque de Wellington escuchó atentamente y luego respondió en francés. Pidió al oficial de EMr que informara al Graf Neidhardt von Gneisenau, en cuyo nombre se había entregado el mensaje; que le había resultado muy difícil resistir el ataque de las superiores fuerzas francesas hasta ese momento, pero como había sido reforzado adecuadamente y creía que con las tropas a su disposición tomaría la ofensiva y se esforzaría por apoyar a los prusianos en Sombreffe según lo solicitado. El oficial de EM prusiano partió y el Duque inmediatamente dio órdenes a las tropas en Quatre Bras.
Poco después, el BIL-I y el BIL-III de Brunswick y la artillería de Brunswick llegaron al cruce. Estas fueron las primeras de las tropas aliadas en ser puestas en movimiento. Los 2 BILs avanzaron para apoyar a las tropas de Brunswick entre el bosque de Bossu y la carretera principal, mientras que la artillería tomó una posición ligeramente hacia la parte posterior de la carretera a Namur, a la izquierda de la granja de Quatre Bras.
A la izquierda de la línea aliada en Piraumont, la BRI-I hannoveriana de Kielmansegge atacó al RI-61(2) que defendía la linde del bosque de Hutte. Habiendo sido reforzados por los BILs de Bremen, Lüneburg, Grubenhagen y una compañía de jägers empujaron constantemente a los franceses hacia el bosque y luego se desplegaron de una manera que les permitiría mantener la posición sin aventurarse más.
A lo largo de la línea, los aliados tomaron la iniciativa y la infantería francesa se vio obligada a retirarse. Las compañías ligeras de la BRI-II/1/I de guardias persiguieron al enemigo por el campo, pero la caballería francesa se opuso a su avance. El Tcol James MacDonell de la Guardia de Coldstream, quien comandaba las dos compañías, consideró necesario contrarrestar la amenaza formando a los hombres en un cuadro compacto. Desde su posición elevada a caballo en el centro del cuadro, dirigió a los guardias, mientras la caballería se hacía a un lado y la artillería francesa disparaba contra su cuadro.
Los proyectiles cayeron a varios pasos de las filas exteriores del cuadro, pero el fuego francés fue frustrado por la llegada a batería de artillería a caballo de la KGL del capitán Kuhlmann se unió a la refriega, habiendo avanzado desde La Bergerie, se asentaron tres cañones entre la carretera principal y el bosque de Bossu, adyacente al cuadro compacto, mientras que los tres cañones restantes se asentaron más al este, en el lado opuesto de la carretera, para disparar de forma oblicua sobre la infantería francesa en la parte posterior de Gémioncourt. En cuestión de minutos, los cañones respondieron al fuego de la artillería francesa.
En el bosque de Bossu, el BI-II/1 y el BI-III/1 de guardias habían vuelto a formar cerca del pequeño riachuelo, y con la vanguardia de Brunswick a su izquierda, avanzaron en línea a través del bosque hasta llegar al camino hueco que discurría a lo largo del borde este. Mientras los experimentados tiradores de Brunswick permanecían detrás de la protección de los árboles, los guardias se trasladaron a los campos de maíz entre el bosque y la carretera principal. Los oficiales corrieron una corta distancia hacia un seto suelto, y los hombres emergieron del bosque y se extendieron en línea en el mismo terreno.
Sin embargo, los tres batallones del RIL-1 francés, que estaban al acecho en los campos adyacentes, abrieron inmediatamente un fuego continuo sobre los británicos. El alférez James, lord Hay, ayudante de campo del MG Peregrine Maitland, murió y el Tcol William Miller del BI-III/1 resultó herido de muerte. Los oficiales que portaban los colores fueron un objetivo particular, y el suelo pronto se cubrió de muertos y heridos. Prevalecía un estado de considerable confusión.
El conde Piré observó el encuentro y ordenó a sus lanceros restantes que cargaran desde su posición oculta en el terreno bajo al este de Grand Pierrepont. A ellos se unieron los dragones del cuerpo de caballería de reserva mandado por Kellermann y los lanceros rojos de la Guardia Imperial. Los jinetes irrumpieron sobre los guardias e infligieron graves bajas. Instintivamente, las tropas británicas buscaron protección en el camino hueco a lo largo de la linde del bosque y, con el apoyo del fuego de la vanguardia de Brunswick, lograron hacer retroceder a la caballería francesa.
El breve enfrentamiento amenazó momentáneamente con detener el avance aliado, pero la gran cantidad de efectivos a los que podía recurrir el duque de Wellington, junto con el tiempo que la infantería francesa había estado en el campo, había comenzado a notarse.
Poco después de las 20:00 horas, el RDL-23 británico de la BRC del MG Wilhelm von Dörnberg estacionada en Mons, llegó al cruce. Los dragones ligeros habían cabalgado ese día desde la frontera donde habían estado en servicio de avanzada, e inmediatamente después de su llegada se envió un destacamento para reconocer al enemigo y sus movimientos al sur del bosque de Bossu. Llegaron más refuerzos aliados en forma del BI-I/1 y el BI-II/1 de Nassau-Usingen, bajo el mando del barón August von Kruse. La infantería tomó posición a la derecha de la carretera principal, cerca de los edificios de Quatre Bras, donde esperaban la llegada de sus compañeros del BI-III/1.
La granja de Gémioncourt había sido el punto desde donde los franceses habían lanzado sus ataques contra el centro aliado, pero se había convertido en el foco de atención del duque de Wellington. Con el apoyo del BIL Landwehr de Lüneburg, la BRI-V/3 de Halkett, avanzó. Este movimiento fue apoyado por el RI-30 y dos de los cañones de la batería a caballo al mando del capitán Kuhlmann. Los 3 BILs del RIL-1 francés, al oeste del Gémioncourt, entre la carretera principal y el bosque de Bossu, se retiraron lentamente hacia el complejo agrícola para ganar apoyo en su flanco derecho del RIL-4, y este movimiento permitió que el resto de las tropas de Halkett, junto con los BI-I y BI-II de Brunswick, avanzaran de manera constante.
Mientras la Guardia británica y la vanguardia de Brunswick se alineaban en el camino hueco a lo largo del borde suroeste del bosque. Los aliados podían avanzar en línea sin temor a ser asaltados por fuego de enfilada, aunque la amenaza que la caballería francesa representaba para la infantería había quedado admirablemente demostrada durante el transcurso del día, y los aliados se mantuvieron extremadamente precavidos. Sin embargo, los franceses no estaban dispuestos a continuar la contienda. Se retiraron lentamente de los edificios de la granja y de las inmediaciones, y fueron reemplazados apresuradamente por la infantería ligera británica.
Situación final
A todos los efectos, la batalla de Quatre Bras había terminado y las tropas aliadas se habían mantenido firmes, aunque con un grado de buena fortuna y sin poder brindar ninguna ayuda directa al ejército prusiano. Hacia las 21:00 horas, el duque de Wellington y su numeroso séquito se retiraron a Genappe, donde se estableció su cuartel general en el Hotel du Roi d’Espane. Allí dictó varias órdenes relativas al despliegue de puestos avanzados y la comunicación entre las dos alas del ejército aliado durante la noche. El príncipe heredero de Orange-Nassau abandonó el campo de batalla al mismo tiempo que el duque y cabalgó con el barón Constant-Rebècque hasta el cuartel general de la DI-2 de los Países Bajos en Nivelles, antes de retirarse a sus aposentos en la residencia de madame de Robin.
Tras comprobar que las órdenes del duque de Wellington se habían cumplido en su totalidad, los distintos comandantes de división y de brigada se retiraron, pero en el campo de batalla las tropas depusieron las armas en medio de los muertos y agonizantes. En Piraumont, los hannoverianos del BIL de Verden reemplazaron a los BIs de Grubenhagen y Lüneburg, que habían estado en apuros en la contienda anterior. Dos compañías del BI de Osnabrück establecieron un puesto de avanzada al norte del bosque de Hutte, mientras que las tropas restantes de la BRI-I hannoveriana de Kielmansegge se mantuvieron en reserva. El BIL-II de Brunswick tomó una posición más al norte, en los campos entre la aldea y el pueblo de Thyle.
En el centro, al oeste de la carretera principal, las tropas de la DI-5 de Picton fueron relevadas por varios batallones Landwehr pertenecientes a la BRI del coronel Carl Best. Los RIs 28, 32 y 79 tomaron posiciones al sur de la carretera de Namur, mientras que los oficiales y hombres restantes de los RIs 1, 42 y 44 se retiraron completamente detrás del cruce. Los Brunswickers se desplegaron inmediatamente al sur de Quatre Bras, cerca del bosque de Bossu, listos para avanzar hacia Gémioncourt, si fuera necesario.
A la derecha de la línea aliada, el MG Maitland condujo al BI-III/1 de guardias hasta el borde sur del bosque de Bossu. Después de expulsar piquetes ordenó al BI-II/1 que se retirara a la carretera de Nivelles, como consecuencia de las graves pérdidas que había sufrido el batallón durante los combates. Posteriormente, los guardias del RI Coldstream se movieron hacia abajo a través del bosque y se formaron a la izquierda de sus camaradas del RI-1 de guardias. La vanguardia de Brunswick, que había jugado un papel tan importante en el apoyo a la Guardia británica durante la lucha, se retiró a una posición más cercana a los otros batallones de Brunswick al sur del cruce.
Mientras la oscuridad envolvía lentamente el campo de batalla, el mariscal Ney ordenó a toda la fuerza a su disposición que se retirara a las alturas de Frasnes y estableciera una fuerte línea de puestos avanzados. A partir de entonces, se retiró a su cuartel general en la casa de Dumont en Gosselies, donde a las 22:00 horas escribió un breve relato de los hechos al mariscal Soult. Ney elogió el valor de las tropas bajo el mando del conde Reille y los coraceros dirigidos por Kellermann, pero declaró que se había visto privado de una buena victoria por la orden que convocó el CE-I de Erlon a Saint-Amand.
Mientras tanto, llegaron informes de Reille y Kellermann sobre el papel de sus tropas durante la batalla. Después de leer esto, el cansado mariscal cenó con el conde de Flahaut, el ayudante de campo del Emperador, que había permanecido con él en Quatre Bras durante todo el día. Esperaron sus instrucciones del cuartel general imperial en Fleurus y los detalles del resultado de la lucha con los prusianos.
Durante la jornada, los franceses habían sufrido 4.300 bajas y los aliados unas 4.700, de ellas 2.275 ingleses, 819 brunswicknianos, entre ellos su general, 369 hannoverianos, y 237 belgas y holandeses; un millar de belgas desertaron durante su retirada inicial.
Cuando Erlon regresó al campo de batalla de Quatre Bras, fue convocado a una entrevista con el mariscal Ney en su cuartel general en Gosselies, para explicar las circunstancias que rodearon los movimientos que había emprendido con el CE-I. Antes de partir, Erlon ordenó a la DI-1/I y la DI-2/I que relevasen a los exhaustos soldados del CE-II, que posteriormente se retirarían a Frasnes y encendieron sus fogatas.
Las noticias del enfrentamiento en Quatre Bras y la difícil situación de las tropas aliadas llegaron a Bruselas, cuando llegaron a la capital los primeros heridos que caminaban. Los residentes se sorprendieron al enterarse del enfrentamiento y las pérdidas resultantes. Un número considerable de los heridos graves fueron trasladados a Nivelles, mientras que otros recibieron tratamiento en los hospitales de campaña que se habían establecido en los pueblos cercanos. Sin embargo, el campo de batalla estaba sembrado con los cuerpos de cientos de hombres y caballos muertos y moribundos, y el espeluznante silencio de la noche solo se rompía con los gritos de los heridos que en sus diferentes lenguas pedían agua.
Durante el transcurso de la noche, el ejército aliado se vio reforzado por la constante llegada de la caballería británica. La BRI-II de KGL mandada por el barón Christian von Ompteda, también llegó al campo de batalla durante las horas de oscuridad, pero los caminos a Bruselas y Nivelles permanecieron obstruidos por los carros y resonaron con el traqueteo constante de la artillería que se movía hacia posición.
Hacia las 04:00 de la mañana, los batallones franceses del RI-54 y RI-55 forzaron un paso hasta el borde del bosque de Hutte y se enfrentaron al destacamento de Osnabrück y las tropas del BIL-II de Brunswick apostadas detrás de espesos setos al norte del bosque. El ataque fue seguido por varios otros. En cada ocasión, los aliados permitieron que los franceses avanzaran hasta 500 pasos de sus posiciones antes de iniciar un contraataque y perseguir al enemigo a corta distancia. El BIL de Bremen avanzó para apoyar a sus camaradas, pero comenzaron a quedarse peligrosamente cortos de municiones, hasta que enviaron más en pequeños barriles. Con la luz gris del amanecer, la lucha se calmó lentamente.
Desde su cuartel general en el Hotel de le Roi d’Espagne, el duque de Wellington emitió órdenes complementarias al ejército aliado. La DI-2 y la artillería de reserva se dirigieron a Quatre Bras, mientras que la DI-4 recibió la orden de avanzar hacia Nivelles. A partir de entonces se retiró a pasar la noche, listo y dispuesto a unirse a los prusianos y reanudar la contienda a la mañana siguiente. Sin que el Duque lo supiera, los prusianos habían enviado un correo con los detalles de su retirada la noche anterior, pero una patrulla francesa disparó contra el desafortunado oficial mientras intentaba entregar el mensaje. En consecuencia, Wellington y sus subordinados desconocían la precaria situación en que se encontraban.
Esta batalla, que supuso una tenue victoria estratégica para Wellington, pudo haber sido ganada por Ney, pero perdió mucho tiempo al inicio de la operación, a lo cual se sumó un malentendido sobre el destino de los 20.000 hombres del CE-I de Erlon, si estos hubiesen intervenido, el resultado del enfrentamiento y los sucesos a continuación habrían sido distintos.
Al día siguiente, el ejército de Wellingon retrocedió, las tropas francesas quedaron dueñas del campo de batalla. “Wellington informó de Quatre Bras como una victoria inglesa, venció a fuerzas superiores”. En realidad, el duque disfrutó de una ventaja de 2 a 1.