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En el año 720 los musulmanes habían ocupado casi toda la península Ibérica, sólo la región montañosa del norte estaba fuera de su control. Desde allí los cristianos se lanzaron a reconquistar su territorio. Desde este periodo hasta 1.492 en que los reyes Católicos conquistaron Granada, se le conoce como la Reconquista.
Fue un proceso lento y laborioso con avances y retrocesos, en el que hubo muy pocas batallas campales, apenas unas 30 en 700 años, hubo más batallas entre los reinos cristianos que entre éstos y los musulmanes; también hubo batallas que no existieron como la batalla de Covadonga en el 722, que no fue más que una simple escaramuza, pero que tuvo un significado psicológico muy importante. La batalla de Clavijo en La Rioja en el año 844 en que según la tradición tomó parte el Apóstol Santiago montado en un caballo blanco y los musulmanes fueron derrotados por Ramiro I de Asturias. La batalla de Calatañazor donde según la tradición “Almanzor perdió el tambor”, supuestamente ocurrida en 1002 en Soria, en la que Almanzor cuando realizaba su última razia se puso enfermo, teniendo que ser transportado en litera; su ejército se retiró rápidamente hacia Córdoba para atenderle lo antes posible, es muy posible que hubiese una escaramuza entre su retaguardia y algunas fuerzas cristianas, pero en ningún caso puede considerarse una batalla. Curiosamente, estas batallas inexistentes se produjeron cuando las fuerzas cristianas estaban en sus peores momentos, y, por tanto, estas supuestas batallas sirvieron para subir la moral.
Las causas de la lentitud en la reconquista en la primera fase se deben a que las fuerzas de ambos bandos saqueaban los territorios enemigos, con lo que favorecían de las zonas fronterizas; y para frenarlas no tuvieron más remedio que crear castillos o fortalezas para guarnecerse de estos ataques, de ahí el nombre de Castilla o tierra de castillos. La toma de un castillo era una tarea larga y trabajosa cuyo botín no valía en muchas ocasiones el esfuerzo realizado.
Al final de la reconquista después de las Navas de Tolosa en el 1212, se podía haber acelerado la reconquista, pero la falta de recursos humanos para repoblar las nuevas tierras; hizo que los reinos cristianos no estuviesen interesados en nuevas conquistas, sino en recibir tributos de los reinos musulmanes, también influyeron las luchas entre los distintos reinos cristianos.
También en la repoblación hay grandes diferencias, de los siglos VIII-X, las zonas despobladas son ocupadas por colonos libres, a los que se concede tierra (presura) como compensación. Estos eran hombres muy duros que tenían que hacer frente a las razias musulmanas, dando lugar a los caballeros villanos, que a veces ellos mismos realizaban incursiones. La frontera se estableció en el río Duero, dando lugar al desierto del Duero por su escasa población.
Los siglos XI y XII los territorios son divididos en alfoces (términos municipales), cada concejo o (municipio) reparte tierras entre sus habitantes, y el concejo tiene tierras comunales. El Reparto de estos territorios se hacía de acuerdo con las Cartas Pueblas. La defensa se hace en común y dan lugar a las milicias concejiles.
A principios de siglo XIII, con la frontera en el Tajo, aparecen las órdenes militares, que se hacen cargo de la defensa frente a los musulmanes, recibieron como compensación extensos territorios para administrarlos y protegerlos, dando lugar a los grandes latifundios.
Finales del XIII y principios del XIV con la frontera en el Guadalquivir, se reparten grandes extensiones de tierra reconquistada a las órdenes militares, la Iglesia y a la nobleza, continuando con los latifundios.