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Los guerreros eslavos
Guerreros eslavos eran altos y bien constituidos. Estos hombres valoraban la fuerza física, la puntería y la rapidez de pensamiento. Su estilo de vida solamente puede ser llamado espartano, pero sus ánimos eran calientes como el fuego. Antiguos registros de la historia afirman que los eslavos se apresuraban a iniciar una pelea, y trasladaban esta cualidad al campo de batalla, explotándolo con maestría.
Su forma de vida impidió a los guerreros la acumulación de riqueza, ya que tenían que ser capaces de salir en cualquier momento. Esta es la razón de sus alojamientos estaban por lo general libre de cualquier decoración, además de los trofeos de guerra que crecían en número según la expansión eslava avanzaba.
El honor era inmensamente importante para todos los guerreros, puesto que era de la familia. El instituto de «hermandad«, también tuvo un lugar muy especial en la cultura eslava. Estos hermanos en todo, nacieron a través de luchas feroces que los hombres tenían que pasar. Uno debía estar seguro de que puede tener un socio de confianza para cubrirle la espalda, y esto es lo que los «hermanos» eran.
Armamento
Procopio escribió que los eslavos «pelean a pie, avanzando sobre el enemigo, llevando en sus manos pequeños escudos y lanzas, pero nunca llevan armadura«. El Strategikon dice que los eslavos “Están armados con lanzas cortas, cada uno lleva dos, uno de ellos con un gran escudo”.
Los primeros eslavos llevaban como armamento principal tres jabalinas o lanzas cortas, y como armamento secundario un cuchillo o un hacha, uno de cada dos llevaba un gran escudo y no llevaban protecciones, también algunos llevaban onda y arco. Los arcos y flechas eran de tres palas similares a las utilizadas por los nómadas de la estepa.
Durante los siglos VI y VII cada guerrero tiene su propio escudo, bien de madera o mimbre, aparecen las primeras espadas y el uso de la lanza y las primeras protecciones, posiblemente capturadas a los enemigos.
Las lanzas se fueron alargando y haciéndose más pesadas hasta que desarrollaron la rogatina, distinta de las lanzas en el servicio europeo en tamaño y en peso, que era la evolución de un arma de caza mayor. Mientras que la mayoría de las puntas de lanza pesaban no más 400 gramos, el arma eslava llevaba una cabeza de metal formidable que pesaba hasta 1 kilo y casi medio metro de longitud. Dos tercios consistían en una hoja de doble filo con forma de hoja de laurel y con un espesor de hasta medio centímetro. Una pequeña travesaña perpendicular funcionaba como tope, y el arma era en algunos aspectos una poderosa daga fijada a un hasta de madera más alta que una persona, capaz de cortar y apuñalar, y dejar heridas abiertas en el hombre o en la bestia.
También empezaron a introducir protecciones como el yelmo, principalmente tipo spangenhelm y la cota de malla.
Tácticas
Las primeras bandas de guerreros bárbaros, típicamente de doscientos o menos, estaban destinadas a una rápida penetración en territorio enemigo y una retirada igualmente rápida. Según el Strategikon, los eslavos favorecían las tácticas de emboscada y de guerrilla y a menudo atacaban el flanco enemigo: «Están armados con lanzas cortas, cada uno lleva dos, uno de ellos con un gran escudo«. Fuentes también mencionan el uso de la caballería. Theophylact Simocatta escribió que los eslavos «desmontaban de sus caballos para refrescarse» durante un raid, y Procopius escribió que los jinetes eslavos y hunos eran mercenarios bizantinos. En sus tratos con sármatas y hunos, los eslavos pudieron haberse convertido en jinetes expertos, explicando su expansión. De acuerdo con el Strategikon, los eslavos eran un pueblo hospitalario que “no mantenía prisioneros indefinidamente, sino que establecen un cierto período después del cual pueden decidir por sí mismos si quieren regresar a sus antiguos países después de pagar un rescate, o quedarse entre los eslavos como hombres y amigos libres”.
Fueron diseñados para ayudar a la agilidad de los combatientes y hacer más fácil el traslado a un pequeño número de guerreros para un ataque sorpresa. Como los eslavos eran bárbaros, esta fue su método preferido de lucha. Las tácticas de guerrilla que empleaban mantuvieron su estrategia predominante, incluso después de las tribus se unieron en el gran país de la Rus de Kiev. Por lo general, centran sus ataques en los flancos del enemigo.
Los primeros ejércitos consistían en solamente unos cuantos centenares de hombres que podían moverse rápidamente en territorio enemigo y retirarse rápidamente.
Los antiguos eslavos fueron prolíficos y eficientes en la construcción de fortificaciones. Usaron madera y tierra en la construcción de fortificaciones, pero se aprovechaban de los obstáculos naturales para aumentar la defensa como las colinas, los cursos de agua y los pantanos, a los que reforzaban con construcciones.
Aunque implacable y a menudo literalmente imparable en una pelea, los guerreros eslavos eran conocidos por ser muy amables y hospitalarios, incluso con sus prisioneros. Se dice que después de pasar algún tiempo en cautiverio, sus antiguos enemigos se les daba la opción de pagar un rescate y volver a sus hogares, o quedarse a vivir entre los eslavos. Aquellos, que decidían continuar su vida en la nueva tierra, fueron tratados como iguales.
El historiador antiguo Procopio de Cesarea nos dice en guerras VII.14, 25, que los eslavos «luchaban a pie, avanzando hacia el enemigo, en sus manos llevan pequeños escudos y lanzas, pero nunca usan protecciones«.
Procopio de Cesarea sobre una de las primeras invasiones eslavas en la mitad del siglo VI:
(…) Un ejército eslavo, no era mayor de unos de 3.000 hombres, se reunieron y después cruzaron el río Istro (Danubio), sin encontrar resistencia, y más tarde con la misma facilidad cruzaron el río Heuros, se dividió por dos partes. Una parte con unos 1.800 hombres, la otra parte con el resto. Los comandantes de guarniciones romanas en Iliria y Tracia combatieron contra ambas partes ya por separado, los romanos sufrieron, contrariamente a sus expectativas, una derrota, y algunos de ellos cayeron muertos en el acto, mientras que otros encuentran la salvación en la huida. Esto sucedió a pesar de que los bárbaros eran menos numerosos que los romanos. Después de todas las guarniciones habían sufrido tales derrotas a manos de una u otra de las unidades bárbaras, una de las bandas enemigas lucharon contra las tropas de Asbados, Éste era un miembro de la guardia personal del emperador Justiniano (…) y lideró una fuerza numerosa y la caballería de élite, que había estado guarnecida por un largo tiempo en el interior la fortaleza tracia de Tdzurulon. Pero también se vieron obligados a retirarse por los eslavos, y la mayoría de ellos escaparon vergonzosamente, siendo matados, mientras que el propio Asbados fue capturado y temporalmente dejaron con vida, pero poco después de que los eslavos le desollaran vivo y lo arrojaran a una hoguera en llamas. Después de que los eslavos saquearon todas las tierras tracias e ilirias vecinas sin ningún tipo de obstáculos y ambas unidades capturaron muchas fortalezas. (…)
Según se expandieron comenzaron a usar tácticas de armas combinadas, con arqueros, caballería e infantería trabajando al unísono. Sus ejércitos utilizan la velocidad en su propio beneficio y empleaban las emboscadas y también usaron tácticas de guerrillas.
La caballería
Caballería eslava era una fuerza a tener en cuenta. Las lanzas que los guerreros llevaban la hizo aún más poderosa. Se cree que la habilidad de sus jinetes era una de las principales razones que explican el éxito de la expansión eslava.
Ejércitos eslavos tempranos tenían gran proporción de caballería. Según Constantino Porphyrogennetos entre la proporción Chrobats de guerreros montados a los guerreros del pie era como 6 a 10.
Ejército polaco del rey Boleslao Chrobry en el año 1.000 (Congreso de Gniezno) tenía 3.900 loricati y 13.000 clipeati. Si se asume que los loricati eran jinetes mientras que los clipeati infantes, entonces del 23% al 24% era la proporción de caballería.
Ingenieros
Aprendieron a tomar ciudades fortificadas utilizando armas de asedio de los bizantinos, así participaron en el asedio de Constantinopla con los ávaros y a numerosas ciudades bizantinas.
En el norte aprendieron a utilizar barcos largos de estilo vikingo, e incluso atacaron Escandinavia. Los eslavos pudieron haber intercambiado sus conocimientos sobre la construcción de puentes con los escandinavos a cambio de conocimiento de la construcción de buques.