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Una vez que se separaron, los eslavos orientales o antes se ubicaron en la zona de Ucrania, Bielorrusia y norte de Rusia de la que emergieron nuevas ciudades. El más importante fue la Rus de Kiev, se sabe que era un estado poliétnico y va a servir de base para las futuras nacionalidades ucraniana, rusa y bielorrusa.
En los alrededores de Kiev estaban los polianos, al norte de ellos los drevlianos, que eran de los bosques y más al norte estaban los viatiches y kriviches, todas estas tribus y algunas más, van a ser la base de la Rus de Kiev. Tenían una economía agraria, pero a partir del siglo IX comenzaron a comerciar con otros pueblos y otras zonas. Incluso los príncipes intentaron abrir sus fronteras.
Durante la primera mitad del siglo IX, las luchas entre tribus eslavas por el control de la actual zona septentrional de Rusia fueron constantes. Dichas tribus acudieron a los “varegos” (vikingos suecos) para pedir protección, estos aceptaron con gusto esa llamada.
Los varegos ya llevaban tiempo merodeando estas tierras, buscando rutas fluviales que unieran sus tierras con el rico y próspero imperio Bizantino. Los varegos irán esclavizando a los eslavos, y lograron instaurar una dinastía que es considerada con origen escandinavo.
Bajo Rurik (saga ruríkida) se unificó todo el área septentrional de Rusia y surgió el Principado de Novgorod.
En el año 858, Askold y Dir, secuaces de Rurik, llegan a Kiev, en el 860 los varegos apoyados por los rusos llegan a las puertas de Constantinopla, pero fracasan en este primer ataque.
En el año 882, Oleg el Sabio (879-912) unifica el norte (Novgorod) y el sur (Kiev), esta última se convierte en la capital del nuevo estado, la Rus.
El príncipe Igor (912-945), tras fracasar en una incursión a Constantinopla, decide firmar un tratado comercial, abrió las puertas del Cristianismo a su Estado. Focos de población comienzan a cristianizarse de forma espontánea, pero todavía son una gran minoría. En el 957, se bautizó Olga, la viuda de Igor.
Sviatoslav (961-972), fue famoso por sus campañas militares: destruyó el khanato de los Jázaros en el 966, y el reino búlgaro del Danubio 967-972. Sometió también a los búlgaros del Volga, a los alanos y a otras tribus eslavas orientales, aliándose con los magiares y los pechenegos.
En el verano del 969, Svatioslav abandonó la Rus de nuevo, dividiendo sus dominios en tres regiones, cada cual dejó bajo la regencia de uno de sus hijo. Comandó un ejército que incluía mercenarios pechenegos y magiares, que invadió Bulgaria de nuevo, devastando Tracia y capturando la ciudad de Filipópolis.
Nicéforo respondió reforzando las defensas de Constantinopla y entrenando nuevos regimientos de caballería, pero durante este proceso fue asesinado y destronado por Juan Tzimisces, que se proclamó emperador.
Juan Tzimisces intentó en primera instancia persuadir a Sviatoslav de que abandonase Bulgaria, a lo que el líder de la Rus respondió retando a la autoridad imperial, asediando la ciudad de Adrianópolis (970). Ese mismo año, el Emperador preparó la contraofensiva, cuyo liderazgo lo dejó a su paladín Bardas Skleros, por tener que solventar una revuelta en Anatolia. La coalición de la Rus, pechenegos, magiares y búlgaros fue derrotada en la Batalla de Arcadiópolis (970). Cuando el Emperador logró aplacar la revuelta, se puso a la cabeza de una armada que liberó Bulgaria de Sviatoslav, capturando la ciudad de Marcianópolis, donde la Rus tenía cautivos a numerosos príncipes búlgaros.
Sviatoslav se retiró de Silistra, que las tropas bizantinas habían sitiado durante 65 días. Vencido y rodeado, el Príncipe tuvo que firmar un acuerdo con el Emperador, en el que prometía abandonar los Balcanes, renunciar a sus derechos sobre Crimea y volver al oeste del Río Dnieper.
Al contrario que su madre, el príncipe Sviatoslav siguió adorando a los dioses paganos, pensaba que sus soldados le perderían el respeto si abrazaba a la nueva fe.
Yaropolk (972-978), su reinado pareció ser de tendencia aperturista hacia la nueva fe cristiana, pero tuvo grandes problemas internos derivados no solamente por este aperturismo sino por las constantes intrigas que querían despojarlo del poder. Sobre todo las encabezadas por su hermanastro defensor del paganismo Vladimir, quién ordenó su asesinato.
Vladimir I el Santo, (978-1015), subió al trono gracias a los apoyos de los escandinavos que le ayudaron a eliminar a sus hermanos. Consiguió consolidar al estado de la Rus de Kiev y convertirlo en el más grande por territorio en Europa. Era un hombre de Estado y a pesar de su defensa a ultranza del paganismo, muy pronto comprendió que si quería que su estado tuviera un papel relevante en el nuevo orden creado en Europa, sabía que tenía que adoptar el cristianismo. La Rus de Kiev, tenía una estructura administrativa creada por los normandos, las clases estaban también bastante definidas (príncipes, boyardos-nobles y pueblo que trabajan para las clases más ricas).
En esa época las ciudades (exceptuando Kiev y Novgorod) eran muy pequeñas, estas estaban habitadas por pequeños comerciantes y artesanos. En los primeros años de reinado Vladímir siguió abrazando al paganismo y eligió a Perún como la principal deidad del panteón eslavo y colocó una estatua suya en unos de los principales lugares de la ciudad de Kiev.
Pero muy pronto iba a entender que para realzar su figura y poder beneficiarse de alianzas comerciales y militares debía abrazar al monoteísmo. Según nos cuenta la Crónica de Néstor, a partir del año 986, el príncipe Vladímir mandó a delegaciones de sus boyardos a que conocieran y le informaran sobre el resto de religiones monoteístas para poder decidir cuál de las grandes religiones sería más apropiada y beneficiosa para su estado.
Vladímir en una visita a Constantinopla quedó maravillado de esta capital (500.000 habitantes), con sus catedrales y sus cúpulas doradas, y cuentan que Vladímir soñaba con convertir a Kiev en otra capital como Constantinopla.
Además de las relaciones comerciales, de las relaciones culturales (descendientes de Cirilo y Metodio ya realizaban sus misiones en tierras de la Rus). Ofrecían la liturgia en su propia lengua (elemento fundamental) y además el emperador bizantino ofreció la mano de su hermana, la princesa Ana, previo apoyo militar de la Rus a Bizancio con un ejército de 6.000 hombres que pasaría a llamarse Guardia Varega, para suprimir una revuelta de dos generales bizantinos. Este matrimonio supondría el reconocimiento internacional del príncipe Vladímir.
Finalmente, en el año 988, en una ceremonia, el príncipe Vladímir se bautizó y se casó con la princesa Ana y con él a todo su estado, decisión nada fácil y muy trágica para su estado. Kiev se convierte en centro religioso autónomo. Se construyeron catedrales en Kiev y Novgorod. Esto aceleró un proyecto cultural muy importante para Kiev. En el año 997 se instaura el arzobispado de Kiev.
Con Yaroslav I, el Sabio (1019-1054), la Rus de Kiev vivió su época de esplendor, se construyeron muchas iglesias, hizo algunas conquistas en territorio polaco (Castillo de Czerwin) y ayudó a restaurar la dinastía de los Piast en ese país. En 1036, derrotó a los pechenegos.
En 1043 dirigió un asalto naval contra Constantinopla. Aunque el ejército ruso fue derrotado, Yaroslav decidió terminar la guerra con un tratado favorable y el casamiento prestigioso de su hijo Vsévolod con la hija del emperador Constantino IX. Se sugirió que la paz fue ventajosa debido a que los rusos tomaron posesión de Crimea y Quersoneso.
Bajo su reinado, Kiev y Novgorod se convirtieron no solamente en las dos principales de la Rus, sino también en dos sedes fundamentales para el comercio entre norte y sur, y oriente y occidente, ciudades que incluso pueden competir con las occidentales. Eliminó a los corregentes varegos y fue el auténtico creador del estado unitario ruso. Kiev se convirtió en la capital intelectual y comenzó a difundirse el monaquismo en ese estado. El monje Hilarión, fundó una escuela de copistas y traductores de gran importancia para el desarrollo cultural de la Rus. Bajo el gobierno de Yaroslav, se aprobó la primera compilación legislativa (Russkaya Pravda), combinación de leyes bizantinas con costumbres consuetudinarias de origen eslavo o varego (la venganza de sangre fue sustituida por un sistema penal).
Tras la muerte de Yaroslav I comenzó el declive en el que influyeron diferentes factores. Por un lado las tribus esteparias saqueaban ciertas poblaciones fronterizas, que provocan olas migratorias; y un factor más decisivo fue la división del territorio de la Rus de Kiev entre sus cinco hijos, con la condición de que todos debían obedecer al mayor de ellos, que tenía el territorio de Kiev. Este hecho nunca se produjo y a finales del siglo XI, el estado estaba enfrentado y fragmentado.
Posteriormente, cada sucesión de cada principado supuso una nueva repartición de este, lo que fragmentaba aún más los diferentes principados. En el año 1079, en la ciudad de Liubej, se celebró una asamblea de príncipes (riuríkidas) para intentar una reconciliación que termina en una redistribución de poderes. Años más tarde, Vladímir Monomax (1113-25) y Metislav el Grande (1125-32) iban a mostrar su firmeza e hicieron sendos intentos de unificar todas las tierras rusas; pero conflictos internos y externos iban a provocar una decadencia paulatina de los principados rusos, sus vecinos bizantinos, polacos y húngaros van a aprovechar esta situación para influir en la política de alguno de estos príncipes.
A finales del siglo XII, los ataques de las hordas tártaro-mongolas eran continuos sobre las ciudades rusas más meridionales, estos ataques provocaron un paulatino movimiento migratorio de poblaciones eslavas orientales hacia el norte.
El último factor que influyó en el ya devastado Principado de Kiev y en otros Principados Meridionales, fue la cuarta cruzada (1204) como consecuencia de la fundación del Imperio Latino en Constantinopla y en la que los principados rusos perdieron su hegemonía en el comercio con esta zona (mar Negro), que pasó a manos de Venecia.
Los siglos XII y XIII fueron de declive político, económico y cultural, la ciudad de Kiev quedó arrasada en dos ocasiones por los ataques de las hordas tártaro-mongolas, la última en 1240, que además simboliza la caída definitiva de esa ciudad.
Ya durante los siglos anteriores, otras ciudades toman el relevo de Kiev, Novgorod en el aspecto económico-comercial y Vladímir y Suzdal en el aspecto religioso-cultural. Además, se fundaron otras ciudades como Moscú (1147), Tver, Tula, Kostroma, etc.