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Organización del ejército parto
El Imperio parto o arsácida era menor que el Aqueménida y también mucho menos centralizado. Carecía de un ejército permanente. Había por supuesto, las guarniciones de las ciudades y fortalezas, así como mesnadas o ejércitos del Gran Rey o Shah an Shah, de los reyes subordinados o sátrapas que eran unos 18, de los jefes tribales y de los señores feudales o azats, pero eran limitados y estaban desunidos.
Cuando surgía una necesidad, el Gran Rey hacía un llamamiento a sus sátrapas, y estos a su vez a los azats o nobles feudales y comandantes de guarnición, para que reuniesen sus mesnadas o hamspāh y las llevasen a un lugar determinado. En ocasiones las fuerzas se complementaban con mercenarios extranjeros.
El ejército parto no tenía una clara estructura organizativa. Por lo que se sabe, el ejército parto era liderado por un comandante supremo, que era o bien el propio rey, el príncipe, o un spahbod, (deriva de las palabras spah que significa armas y bod que significa maestro), lo que sería actualmente un mariscal de campo. Los spahbods eran elegidos si el rey o príncipe no estaban disponibles y eran escogidos de una de las grandes casas (Shahrbaraz, Surena, Rostam Farrokhzd, Shahin Vahmanzadegan,y Bahrm son buenos ejemplos).
A partir ahí el ejército se dividía en gunds (divisiones), que fueron divididos en drafsh (de unos 1.000 efectivos), que fueron divididos en washt (unidades pequeñas tipo compañía). La unidad básica parta según Luciano era el draco o dragón que eran 1.000 hombres.
El ejército parto más grande fue el que se enfrentó a Marco Antonio que era de 50.000 efectivos, mientras que el de Surena era solo de 10.000.
Cada gran unidad tenía su propio estandarte, los más comunes eran el Sol, la Luna, la espiga de oro, el draco o dragón, el caballo blanco y la Mitra de Mitrídates.
El ejército parto se organizaba en caballería que era el arma principal e infantería, dentro de la caballería había dos cuerpos principales los arqueros y los catafractos.
Dion Casio dice: «Son realmente formidables en la guerra. Los partos no hacen uso del escudo, pero sus ejércitos consisten en arqueros y lanceros montados, la mayoría con armadura completa. Su infantería es pequeña, constituida por los hombres más débiles; pero también éstos son todos arqueros. La tierra, al ser llana en su mayor parte, es excelente para criar caballos y muy adecuada para montar a caballo; en cualquier caso, incluso en la guerra, llevan amplias manadas de caballos, así que pueden utilizar caballos distintos en diferentes momentos, pueden cabalgar con rapidez desde una gran distancia y retirarse lejos también rápidamente.»
Caballos partos
Los partos no se interesaron en los elefantes como hicieron los seléucidas, Pirro e incluso Aníbal y en su lugar se centraron en el único medio de éxito que les funcionaba en la guerra, la caballería. La caballería de Alejandro Magno fue el factor decisivo en muchas de sus batallas contra los persas y sus aliados. Y los escitas, los grandes jinetes de las estepas, fueron responsables de parte de las bajas persas. Los jinetes-arqueros montados en veloces caballos robados originalmente a los medos, a los escitas y sus tribus afines; fueron responsables de la muerte y derrota de Ciro el Grande, el fundador del Imperio persa, y el rey Darío, que aprendieron la manera dura que la rana, la flecha y el pájaro representaban al rey Idymanthrus de Escitia.
Los partos también adoptaron el arco escita, de doble curvatura, un arma ideal para ser manejada a caballo. El arco persa original era de curvatura simple, que siguió siendo utilizado por hombres a pie. Los partos sí parece que prefirieron el uso de lanzas cuando se montaba, ya que no requería tanta habilidad.
Una cosa que los partos no adoptaron de los escitas fue sus caballos pesados. Los escitas utilizaban varias razas de caballos siendo el Akhal-Teke su montura preferida para jinetes pesados. Su obsesión con los caballos de color dorado dio lugar a un gran número de capas doradas castañas y bayas que se encuentran entre las tribus y en las tumbas de hielo escitas. La zona del río Don en Rusia, una vez gobernada por los escitas, predominaba las capas doradas castañas y baya.
Los medos criaron este animal, sin embargo, el Akhal-Teke, mientras que posee una gran resistencia y algo de velocidad, no era tan rápido como querían los partos. El niseo o gran caballo de los persas fue la montura que eligieron para sus jinetes pesados, procedían de la región de Nisa al pie de los montes Zagros, siendo criados por los medos; durante el reinado de Ciro el Grande se criaban desde Armenia hasta Sogdiana. Era un magnífico animal que se criaba en todos las capas incluyendo el palomino y el appaloosa que eran los más deseados. Era un caballo rápido, fuerte y hermoso. También estos animales tenían facilidad para desarrollar el paso de andadura, o amblar o ramblar, es decir moverse por bípedos paralelos que fueron muy buscados por todo el mundo debido a su comodidad y facilidad para el jinete. Esta raza de caballos se extinguió en el saqueo de Constantinopla en el 1204.
Durante el reinado de Mitrídates II (123 – 88 AC), Han Wu Ti (156 – 87 AC) de China fue en busca de un aliado contra los xiong-nu, una tribu que estaban haciendo estragos en China. En 138 AC, un enviado bajo la dirección de Zhang Qian se dirigió al oeste para buscar aliados entre los yuezhi, un grupo de personas que antes habían habitado China. En su primera salida Zhang Qian llevó noticias a su vuelta a la corte de un pueblo más al oeste, un pueblo que criaba una raza de caballo que sería ideal para la caballería Han. Enviado de nuevo, Zhang Qian sufrió fue capturado por los temidos xiongnu y no volvió a casa hasta el 125 AC, aún sin caballos. Decidido, Han le envió de nuevo y esta vez llegó a la región de Ferganá, una zona famosa por sus caballos Akhal-Teke.
De acuerdo con las crónicas de los tres reinos, Qian (en algún momento entre 105-115 AC) se encontraron caballos en el castillo de Erhshih, al que tuvo que poner bajo asedio. Cuando Qian finalmente regresó a China con una docena de caballos niseos y otros 2.000, muchos de estos del tipo Akhal-Teke, Wu Ti fue tan impresionado con los caballos niseos que les había dado el nombre de Caballos Celestiales. Con los años, una leyenda creció que estos caballos eran descendientes de los dragones. De hecho, el nombre chino para el caballo de los partos es soulun, el dragón vegetariano. También se alegó que los soulun sudaban sangre, que puede haber sido causada por un parásito, un parásito interesante que no infectaba a ninguna otra raza de caballo.
Mitrídates II extendió el Imperio parto a sus rincones más lejanos. Conquistó Characene y recapturó Babilonia y Mesopotamia a los seléucidas. Derrotó a los sakas occidentales, una tribu escita relacionada con los masagetas, liberando el imperio de sus depredaciones. Un enfrentamiento entre los sakas y los partos debió haber sido una verdadera lucha terrible, y se puede suponer que la presencia de los caballos partos fue el factor decisivo en el resultado de la batalla, ya que ambos bandos luchaban con las mismas tácticas y medios.
Los dos empleaban jinetes arqueros y lanceros que cargaban entre sí en el fragor de la batalla, realizando disparos rápidos, mortales y eficaces. Tanto los sakas como los partos utilizaban protecciones en sus caballos, y la armadura de los partos era muy similar a la armadura escita. La única diferencia importante entre los dos combatientes era del tamaño de sus caballos. Los sakas montaban en sus robustos ponis de tipo mongol o en los elegantes Akhal-Tekes, pero los partos montaban en sus caballos más rápidos y más fuertes tipo niseo. El ejército parto demostró ser superior a los sakas, que nunca volvieron a amenazar de nuevo a Partia.
Infantería parta
La infantería era un arma secundaria y casi toda era ligera, la pesada rara vez la usaban en campaña y cuando los hacían, dependían en gran medida de mercenarios (griegos sobre todo y en su mayoría eran empleados solo como guarniciones de ciudades importantes).
La gran mayoría de infantería parta eran shivatir o arqueros a pie, ya que no poseían caballos por diferentes motivos, a los que se sumaban arqueros escitas, mardos, árabes y asirios. Iban con arco de simple curvatura y flechas, cuchillos y lanzas.
Algunos partos y persas que eran pobres y simples campesinos, eran lanceros o nizagan, estaban equipados con un escudo rectangular o gerrón y una lanza, protegidos solo con sus ropas, algunos llevaban casco de cuero o metal y una espada o hacha. Otras partes del imperio proveían de distinta infantería pero de pobre calidad. Los mejores eran reclutados en las montañas de la actual Irán y Afganistán, estos montañeses tenían fama de agresivos y fuertes, armados con hachas y escudos ovalados pequeños, a veces con jabalinas. Muchos de la provincia de Hicarnia (actual provincia de Gilan en Irán, era conocida por sus fieros guerreros).
Jinetes-arqueros partos
Los arqueros a caballo o pahlava shivatir eran de origen escita, los partos eran magníficos jinetes y mejores arqueros. Habían perfeccionado su arco tradicional, aumentando la rigidez de los extremos de las palas compuestas y recurvadas. Esto permitía lanzar flechas con más fuerza sin riesgo de que se rompiera el arco. Además, buscaron como aliados otras tribus salvajes de las estepas (y no tanto de los territorios dominados por ellos, ya que no les interesaba que dichos pueblos adquirieran experiencia en la guerra).
Los arqueros a caballo componían la mayoría de las tropas partas, y desarrollaron brillantemente las tácticas con ellos. Sus enemigos podían ver como las masas desordenadas de arqueros a caballo, avanzaban a toda velocidad hacia ellos, para cambiar la dirección 90 grados a unos 50 metros del frente enemigo, girando a la derecha casi al unísono. De esta forma correr así en paralelo el frente enemigo lanzando flechas a una velocidad endemoniada. También solían lanzarse a la carrera hacia un punto del frente enemigo, y a la distancia adecuada, parar en seco, volver grupas, y mientras comenzaban a alejarse, disparar hacia atrás. Esta técnica se conoce desde entonces como “tiro parto”, y es verdaderamente espectacular.
Sus unidades llevaban el conocido «Draco» o dragón, que sería adoptado por los romanos. Era una especie de estandarte con la forma de la cabeza de una serpiente o animal mitológico parecido con una cola, que se supone servía para determinar la velocidad y dirección del viento, y así aprovecharlo mejor para posicionarse y disparar sus flechas a largas distancias. También servía para agrupar sus unidades, identificándose por su color.
En cuanto a su vestimenta, los jinetes arqueros partos no solían llevar casco o yelmo, en su lugar llevaban una simple cinta en la frente o bien un gorro alto de tela llamado bashlyk con protección de orejas; un kaftán de piel o fieltro abrochado de derecha a izquierda, con reborde de adorno y unos pantalones amplios y unas botas hasta el tobillo. Colgado de su cinto en el lado izquierdo, llevaba el gorytos o funda de arco y flechas.
Jinetes pesados o catafractos partos
Los catafractos o zradha pahlavanseran, viene de la palabra griega kata (completamente) y phraktos que significa cubierto, es decir completamente cubiertos, era la evolución del lancero pesado acorazado desarrollado por otros pueblos de las llanuras, los masagetas, desde el siglo V AC. Este tipo de tropas solamente pudieron ser desarrolladas después de que empezara a criarse una nueva raza de caballos los llamados caballos niseos, cuyos secretos consiguieron los persas, y que fueron criados en las satrapías orientales de su imperio. Solo los más nobles y ricos partos podían permitirse el costosísimo equipo del catafracto: casco de bronce o hierro; armadura de escamas o de láminas de hierro, cosidas sobre prendas de cuero, permitiendo la movilidad de brazos y piernas; guanteletes acorazados, protector para cuello; botas de cuero con refuerzos metálicos lamelares y barda para el caballo, desde la cabeza hasta casi los cascos, de armadura de escamas o lamelar. No llevaban escudos, sino el contos, o lanza de acometida de unos tres metros y medio de larga, que se blandía con ambas manos.
Cabe pensar que la sola carga de los catafractos era decisiva, pero los partos sabían bien que no era así. Para empezar, los caballos soportaban mucho peso y no podían galopar. Las cargas de catafractos se hacían al trote o amblando, manteniéndose pegados unos jinetes a otros, sin dejar huecos. Además, nunca fueron tantos como para ser decisivos.
Cargar contra un frente de infantería bien establecido en defensiva era muy difícil. Sin embargo, si elegían el momento de atacar, con el frente desorganizado y disperso por los disparos previos de los arqueros a caballo, los catafractas podían entrar por los huecos y causar un devastador efecto psicológico.
Lo mejor era desordenar a las tropas enemigas con arqueros, lanzar a continuación a los catafractos y, si los enemigos se reagrupaban para detener a los catafractos, volvían a disparar a las concentradas y desconcertadas tropas enemigas de nuevo. Si estos no volvían a agruparse, se repetía los disparos hasta que quedaban desorganizados, este era el momento para que cargaran los catafractos, y probablemente, pondrían en fuga al resto de sus enemigos.
La élite de los catafractas era conocida como Ashkanian Savaran, procedían de las clases nobles, eran los más protegidos y se empleaban en el momento decisivo.
Los partos llegaron incluso a usar jinetes catafractos a camello, y camelleros como músicos de su ejército, llevaban grandes tambores a lomos de estos animales, que hacían sonar antes de la batalla para producir efectos psicológicos en el adversario. También los emplearon en logística para transportar flechas para los arqueros