Batalla de Laftel o de Lauddeldt (2 de julio de 1747)

Antecedentes

La victoria en la batalla de Rocoux en octubre de 1746 confirmó el control francés de los Países Bajos Austriacos, pero no logró obligar a Gran Bretaña a salir de la guerra. Declarar la guerra a los holandeses empeoró la situación inmediata, ya que su neutralidad previa significaba que eran los principales transportistas de las importaciones y exportaciones francesas.

Para 1747, el sistema financiero francés estaba al borde del colapso, acompañado de una grave escasez de alimentos; poner fin a la guerra se había convertido en un imperativo.

Francia comenzó las negociaciones bilaterales con Gran Bretaña en Breda en agosto de 1746, pero avanzaban lentamente, ya que el enviado británico lord Sandwich tenía instrucciones de retrasarlas, con la esperanza de que su posición en Flandes mejorara. La guerra continuó únicamente porque los británicos estaban preparados para subsidiar a sus aliados; en la Convención de La Haya de enero de 1747, Gran Bretaña acordó financiar las fuerzas austriacas y sardas en Italia y un ejército aliado de 140.000 en Flandes, aumentando a 192.000 en 1748.

Aunque la economía británica también se vio afectada por el costo de la guerra, el gobierno estaba mucho mejor equipado para financiarla. El duque de Newcastle quería continuar la guerra y recuperar el terreno perdido en los Países Bajos Austriacos. También esperaba que la muerte de Felipe V en julio de 1746 brindara una oportunidad para que Gran Bretaña atrajera a España para poner fin a su alianza con Francia; ambas suposiciones resultaron incorrectas.

Con el fin de la rebelión jacobita en la batalla de Culloden, el 16 de abril de 1746 que supuso la supresión de los clanes en las tierras altas de Escocia; el gobierno británico fue capaz, a principios de 1747, para enviar una fuerza más grande de tropas británicas a Flandes a tomar parte en la lucha contra el ejército francés, dirigidas por el duque de Cumberland como su comandante en jefe.

El contingente, al mando del duque de Cumberland, junto con las tropas de Hannover y Hesse sumaban 35.000 efectivos. Además, habría contingentes holandeses y austriacos que elevaron el ejército de campo pragmático a un total de alrededor de 130.000 efectivos.

El príncipe de Waldeck fue elegido para mandar las tropas holandesas. El mariscal Batthyani para mandar a los austriacos.

Los franceses estaban atrincherados en Bruselas, Gante y Lovaina, ciudades de los Países Bajos austriacos que habían capturado durante el invierno anterior, vigilados por algunos irregulares enviados por el general Ligonier. La fuerza francesa era de 240 Escóns y 190 Bóns, unos 160.000 hombres en total.

El Ejército pragmático se reunió en la zona de Roermond, en la parte baja del río Mosa, donde se les unió el duque de Cumberland. El plan aliado era capturar Amberes en febrero, pero el mal tiempo, la falta de transporte y el cansancio de la guerra significaron que los aliados no estuvieron listos para salir de campaña hasta primeros de marzo. El ejército aliado tuvo que pasar otros dos meses en acantonamientos difíciles y mal tiempo en los alrededores de la ciudad de Breda.

Economizando las fuerzas francesas en otros lugares, Sajonia pudo reunir un ejército de campo de 120.000 hombres para la campaña de 1747. Sajonia envió un destacamento bajo el mariscal Contrades para tomar el fuerte llamado “la Perla” en Liefkenhock, al norte de Amberes, mientras que un segundo bajo el conde Löwendahl se apoderó de Sas van Gent, Ijzenijke y Eekels en la provincia holandesa de Zelanda. Mediante estas maniobras rápidas y oportunas, de Sajonia no solo había comprometido seriamente las comunicaciones de Cumberland, sino que también causó tal pánico en toda Holanda que obligó a los holandeses a ignorar cualquier noción que pudieran haber tenido de discutir los términos de paz con los franceses.

Esto significaba que Amberes estaba demasiado bien defendida para ser atacada, mientras que el traslado de las operaciones a Zelanda amenazaba las líneas de suministro de Cumberland, obligándolo a proteger la clave ciudad holandesa de Maastricht.

Entonces respaldado por la firme resolución de los holandeses de continuar la guerra, Cumberland una vez más se movió para amenazar a Amberes, que esperaba obligaría a Sajonia a una batalla campal. El mariscal francés era demasiado bueno para ser atraído por movimientos falsos y mantuvo a su ejército principal detrás del río Dyle cerca de las ciudades de Malinas y Lovaina, enviando un fuerte destacamento para reforzar la guarnición en Amberes. Ambos comandantes sabían que el objetivo principal era la ciudad de Maastricht, cuya captura por parte de los franceses haría insostenible a las Provincias Unidas, y para este fin, Sajonia ya había colocado un pequeño ejército bajo el mariscal Clermont-Tonnerre en el río Mosa al sur de Maastricht. Por lo tanto, Cumberland no tenía más remedio que arriesgarse a presentar para evitar que el ejército francés tomara Maastricht.

En junio, Clermont movió sus fuerzas hacia la ciudad de Tongres, mientras que Sajonia expulsaba destacamentos a lo largo de la orilla sur del río Demer. Cumberland interpretó esos movimientos como si Sajonia y Clermont estaban a punto de unir sus fuerzas, y, por lo tanto, decidió aplastar al ejército de Clermont antes de que esta unión pudiera tener lugar. Cumberland suponía que Sajonia no intentaría atacar las potentes fortificaciones de Maastricht hasta que tuviera toda sus fuerzas reunidas.

Manteniendo su marcha con gran secreto, Cumberland marchó con su ejército hacia el sur. Tan pronto como Clermont se dio cuenta de que estaba a punto de ser atacado por el ejército principal aliado, comenzó a enviar mensajes frenéticos a Sajonia para que acudiera en su ayuda, y estaba considerando seriamente retirar su pequeño ejército cuando llegó un mensajero a su campamento. Calmando los temores de Clermont, Sajonia le ordenó que mantuviera su posición, diciéndole que no solo estaba a punto de ser reforzado, sino que todo el ejército francés marchaba para unirse con él.

El mismo día que Cumberland había comenzado a mover su ejército contra Clermont, de Sajonia había ordenado, al llegar el 30 de junio, de repente se dio cuenta de que en lugar de solo tener que lidiar con Clermont, si no que tenía todo el ejército francés unido ante él. No solo esto, sino que los franceses mantenían las alturas de Heerderen con vistas a la llanura de Rosmeer desde donde tenían una buena vista de las columnas aliadas cuando llegaron al campo.

Un destacamento bajo von Daun con 28 Bns recibió instrucciones de avanzar hacia Tongeren, Daun llegó a la zona de un edificio llamado ‘Commanderie‘, que formaría el ala derecha del ejército Pragmático en la próxima batalla. Ligonier y la caballería aliada fueron enviados a ocupar la carretera Tongeren-Maastricht, que corría a lo largo de una cresta paralela al río Mosa. Ocuparon una posición de cobertura a través de la llanura, permitiendo a la infantería moverse a posiciones defensivas que se extendían desde la aldea de Bilsen a su derecha, hasta la aldea de Wilre en las afueras de Maastricht en su izquierda.

Cuando el ejército de Cumberland llegó al campo de batalla, tomaron posiciones con los austriacos en el flanco derecho (la posición de honor que el mariscal Batthiyani había ocupado en la batalla de Rocoux en 1746, causando gran indignación), ocupando la Commanderie y las aldeas gemelas de Grosse y Kleine Spouwen (actualmente parte de la ciudad belga de Bilzen); había un empinado barranco inmediatamente al frente que les protegía de un asalto directo. Los holandeses ocuparon el terreno entre Spauwen y Vlytingen y la infantería británica, de Hannover y de Hesse ocuparon las aldeas clave de Vlytingen y Lafelt (Lauffeldt o Lawffelt).

La caballería de Ligonier una vez acabado el despliegue, se dirigió hacia el flanco izquierdo y tomó posición frente a la aldea de Kisselt.

La noche del 1 al 2 de julio los aliados las pasaron en los pueblos de su zona. Durante la noche debatieron sobre el sistema de defensa, el general Ligonier era partidario de utilizar las aldeas como posiciones fortificadas, Cumberland era partidario de utilizar las aldeas como un rompeolas, desplegando a retaguardia de las mismas. Finalmente se impuso el criterio de Cumberland. Durante la noche, los cañones más pequeños se distribuyeron en dos entre los batallones de infantería y los cañones pesados establecidas en baterías en las aldeas defendidas.

Despliegue de fuerzas

Despliegue de las fuerzas pragmáticas

La posición adoptada por los aliados en la mañana del 2 de julio de 1.747 tenía unos 6,5 km de longitud e incorporaba varias aldeas salpicadas en la llanura ondulada. Gran parte del terreno eran cultivos, y muchas de las granjas y casas estaban rodeadas de huertos y jardines, que, a su vez, estaban rodeados de terraplenes en caso de inundación. Los aliados disponían de unos 71.000 efectivos, de los cuales 48.500 eran infantes encuadrados 38 RIs, 7.500 fuerzas ligeras, 15.000 jinetes en 13 brigadas y 70 cañones de los cuales 20 eran de grueso calibre, que desplegaron en línea detrás de las aldeas en la llanura abierta:

Ala derecha, los austriacos al mando del mariscal húngaro Károly József Batthyány tenía las aldeas de Grosse y Kleine Spauwe. Su posición era casi inexpugnable para un ataque frontal directo, ya que estaba protegida por un barranco empinado.

• Primera línea a la derecha de Grosse Spauwe,
  • Cubriendo el barranco, las fuerzas ligeras mandadas por el señor de Baranyaý con 3 RIs croatas y 3 RHs.
  • Entre Grosse y Kleine Spauwe la infantería en 2 líneas: Primera línea izquierda el señor de Gaisruck con 5 RIs (Leopoldo Daun, los Ríos, Emperador, Gaisruck y Carlos de Lorena); primera línea derecha el señor de Merci con 4 RIs (Salm, Teustchmeister, Baden-Burlach, y Ligne). Segunda línea junto a la Commanderie mandado el señor Daun con 3 RIs (Saxe-Gotha, Gyulai, y Sprecher) y 2 RCCs (RCC Saxe-Techen y RCC caballos de Élite); en
• Segunda línea detrás de la infantería 4 RCs mandados por el señor de Palffỳ (Deux Ponts, Archiduque Leopoldo, O’Donnell, y Saboya).

Centro-derecha las tropas holandesas bajo mando del príncipe Carlos Augusto de Waldeck, algunas unidades que cubrían Grosse Spauwe.

• Primera línea, 3 RIs mandados (Pechman, Gardes te Voet, y la Lippe), y 2 regimientos de caballería mandados por el señor Coendres (el RC Heisse y el RD Blues).
• Segunda línea infantería austriaca mandada por el príncipe de Wofenbuttel con 3 RIs (Sincére, Forgatsh, y Haller).

Centro-izquierda la infantería británica, de Hannover, de Hesse y de Baviera, mandada por  Federico II de Hesse-Casselcon.

• Detrás del pueblo de Vlytingen se situaron las fuerzas alemanas por el señor de Dalwick se situaron detrás del pueblo de Vlytingen:
  • En primera línea 2 RIs hannoverianos (Spörchen y Wangenhim), y 2 RIs hessianos (de Corps y granaderos).
  • En segunda línea 2 RIs hannoverianos (Kielmannsseg y Block) y 2 RIs hessianos (Hereditaire y Wutgian).
• Detrás del pueblo de Lafelt (Lauffeldt) se situaron los británicos mandados por el señor de Sommerfeld:
  • En primera línea los RIs británicos (1º de Guardias, Conway, Howard y Wolfe).
  • En segunda línea los RIs británicos (3º de Guardias, Douglas, Johnson, fusileros galeses y fusileros escoceses).

Ala izquierda la caballería británica bajo el mando del general Ligonier, situada detrás de los pueblos de Lafelt (Lauffeldt) y Kissel.

• Primera línea 3 RDs británicos (Roudes, Richt y Scott Greys).
• Segunda línea 2 RDs (Cumberland y Cope).
• Tercera línea 3 RCs: 2 RCs hannoverianos (Hammerstein y Reden) y 1 RC hessiano (Pruschenck).

Despliegue del ejército francés

Los franceses disponían de unos 85.000 efectivos, de los cuales 59.000 eran de infantería en 40 RIs, 7.000 de tropas ligeras, 19.000 de caballería en 14 brigadas y 110 cañones de los cuales 30 eran de grueso calibre:

Ala izquierda mandada por el mariscal de Sonnetierre:

• En primera línea 15 BIs: (RIs Picardie, Champagne, Dufort, Tuarraine Piémont) con 10 piezas de artillería.
• En segunda 2 RIs (Augvergne y el suizo Diesbach en segunda línea).
• Caballería bajo el mando del duque de Chartress con 36 Escóns de los RCs de Maestre de Campo y Clermont, y el RD de Apcchon; tenían que atacar entre Spouwen y Lafelt.

Centro mandado por Clermont-Tonerre.

• Columna centro-izquierda mandada por el marqués de Salières con los RIs (Borbón, Rey, Tournais y Rouergue), atacaría el pueblo de Vlijtingen a la izquierda de Spouwen.
• Columna centro-derecha mandada por el señor Claire con los RIs irlandeses (Berwick y Bulkeley) RIs franceses (Condé y Aquitania), para atacar Lafelt.
• Caballería estaba mandada por el conde de Baviera con los RCs de Royal Cravates, la Reina, Fitz-James, Conti, Borbón, y Rey). En segunda línea el RC alemán Royal-Deux-Ponts, y RC el suizo Lochmann.

Ala derecha mandada por el príncipe Clermont

• Vanguardia mandada por el conde d’Estrées, con fuerzas ligeras de voluntarios, 4 BGs reales, 33 Escóns (RD de Caramán, y RC cazadores de Fiher) y 4 cañones.
• Infantería con los RIs (Briqueville, Velzunce, la Corona, Anhalt y Delfín), con 10 cañones.
• Caballería mandada por el conde de Ségur con 2 RHs (Nassau y Orleans), 1 RC de carabineros y 2 RCCs.

Reserva la caballería de la Casa Real (Maison du Roi) y la Gendarmería, y los granaderos de Francia.

Desarrollo de la batalla

El día siguiente estaba nublado y luego comenzó a llover fuertemente, haciendo que el movimiento fuera lento y difícil. El intercambio de fuego de artillería comenzó a las 06:00 horas, que continuó hasta las 08:30 horas. La infantería británica y alemana abandonaron las aldeas donde habían pasado la noche, primero les prendieron fuego para evitar su uso por los franceses, y se formó en campo abierto como estaba previsto.

Ligonier logró volver a convencer a Cumberland de la conveniencia de ocupar las aldeas, de acuerdo con el dicho militar de que “orden y contraorden solo genera desorden”; Cumberland dio la orden de volver a ocupar las aldeas llegando solo una hora antes de que los franceses comenzaran su asalto, y les dio poco tiempo para que los hombres pusieran las casas y granjas en un estado de defensa. Durante la confusión, Cumberland también había enviado órdenes de que las aldeas fueran destruidas, y no pudo revocar estas instrucciones antes de que algunos de los edificios fueran incendiados. Por lo tanto, los defensores no solo se vieron en apuros para asegurar las aldeas contra el ataque, sino que también estaban parcialmente cegados y sofocados por espesas nubes de humo.

Desde su posición privilegiada en las alturas de Heerderen, Sajonia había estado observando el campo a través de su telescopio desde las 06:00 horas. Y no daba crédito de los movimientos aliados, pensaba que estaba tratando de confundirlos sobre su verdadera intención, y que incluso podría estar considerando abandonar el campo y colocar a su ejército bajo los cañones de Maastricht.

Decidió ordenar un reconocimiento armado de 9 BIs, contra el centro izquierdo aliado en Lafelt. Y simultáneamente, se realizaría un movimiento de flanqueo de la caballería francesa contra el flanco izquierdo aliado alrededor del pueblo de Wilre para ubicarse entre las columnas en retirada de Maastricht y Cumberland. Los granaderos de Clermont apoyados por dos BRIs de voluntarios, avanzaron hacia Lafelt, esperando recibir fuego esporádico de sus supuestos enemigos en retirada. Ambas fuerzas fueron rechazadas.

Sajonia dio la orden de ataque, el marqués de Salieres con sus 4 RIs fue enviado contra Vlijtingen, y conde de Baviera con 4 RIs atacaba Lafelt, siendo apoyado por el señor de Segur.

La batalla por las dos aldeas fue un asunto mortal. La determinación del mariscal francés de atravesar el centro aliado se encontró con la determinación igualmente decidida de Federico II de Hesse-Kassel, quien comandaba a la infantería alemana y británica en este sector, para mostrarle lo inútil que esto resultaría contra sus BIs incondicionales.

La lucha se prolongó durante 4 horas con los franceses obligando a los aliados a abandonar de las aldeas cuatro veces, solo para ser desalojados en cada ocasión a la bayoneta calada. Mostrando una chispa de inteligencia militar, Cumberland mantuvo a sus tropas de combate abastecidas con un flujo constante de refuerzos desde su segunda línea, e incluso ordenó 9 BIs austriacos fueran transferidos desde su flanco derecho.

Mientras los BIs destrozados de Clermont retrocedían por cuarta vez, Sajonia envió los RIss de La Fére, Ségur, Borbón, Bettens, Monnin, Mónaco, Royal Marine, Vaisseaux y Aubeterre, junto con la BRI Irlandesa los «Gansos Salvajes». Mientras el marqués de Saliéres que también atacaría Lafelt con 12 BIs nuevos con el fin de realizar un último y definitivo ataque. El señor Dillon, al mando de la valiente BRI irlandesa, resultó mortalmente herido y hecho prisionero, mientras que el conde de Aubeterre cayó, junto con 22 de sus oficiales y decenas de sus hombres dentro de las ruinas humeantes, pero finalmente se alojó Lafelt.

La presión también comenzaba a notarse en Wiltingen, donde la infantería aliada estaba siendo obligada a retroceder casa por casa. Al ver la posibilidad de atravesar el centro enemigo por fin, de Sajonia ordenó cargar a la caballería.

Para agravar sus problemas, Cumberland recibió noticias de que los franceses habían tomado la posición para cargar en esa parte de la línea aliada.

El general Ligonier que estaba al mando del ala derecha, vio el desorden en la caballería francesa, y cargó antes de que se organizasen. El enfrentamiento involucró a unos 60 Escóns aliados que atacaron a 140 del enemigo, arrojando a este último de vuelta en tal desorden que 5 estandartes franceses fueron capturados y la aldea de Wilre fue retomada.

La carga también permitió un momento de respiro para que la infantería aliada en el centro se reagrupara y comenzara a retroceder en buen orden.

Para cubrir la infantería en retirada, Ligonier obtuvo permiso para otra carga, esta vez con solo tres regimientos. Detrás de su caballería, Sajonia había colocado varios BIs y estos, junto con la llegada de nueva caballería francesa los RCs de Anjou, Carabineros, Royal y de Broglie, que diezmaron las filas de los ya agotados dragones de Ligonier.

El general fue rodeado mientras intentaba adelantar algunas unidades de caballería hessiana para ayudar a liberar a sus dragones. Fue hecho prisionero, mientras que los Scots Greys, una de las unidades involucradas, perdieron casi el 40 % de su fuerza. Sin embargo, esto le dio al comandante austriaco Karl Josef Batthyány tiempo suficiente para colocar su infantería entre los franceses y las formaciones aliadas en retirada, permitiendo una retirada ordenada.

El Ejército Pragmático pudo retirarse, marchar hacia la izquierda y llegar a Maastricht. En el curso de la retirada precipitada de las dos aldeas, los británicos abandonaron 9×3 y 7×6 cañones. Los hannoverianos perdieron 6 cañones.

El coste en ambos bandos había sido considerable. Más de 2.000 bajas británicas, 2.500 hannoverianos y casi 2.000 de los demás contingentes aliados. Los victoriosos franceses habían pagado un precio aún mayor en muertos y heridos, totalizando 10.000 hombres.

Secuelas de la batalla

Después de la batalla de Lufelt, el mariscal Sajonia presentó al rey Luis XV a John Ligonier, prisionero de los franceses. El rey francés trató bien a Ligonier, para irritación de los oficiales escoceses e irlandeses al servicio francés, que estaban seguros de que el rey Jorge II no los trataría tan amablemente si se convirtieran en prisioneros de los británicos.

El rey Luis envió a Ligonier en libertad condicional al duque de Cumberland con un mensaje de que deseaba, si era posible, poner fin a la guerra.

Lauffeld fue otra victoria táctica francesa que no logró resultados decisivos, a pesar de la captura de Bergen-op-Zoom en septiembre y Maastricht en mayo de 1748. Entre 1746-47, los ingresos aduaneros franceses cayeron dramáticamente debido al bloqueo naval británico, que también se aislaron de las pesquerías de bacalao de Terranova, un suministro de alimentos clave para los pobres. A lo largo de 1747-48, el ministro francés de Finanzas, Machault, advirtió reiteradamente a Luis XV del inminente colapso de su sistema financiero.

A pesar del éxito en Flandes, la posición estratégica francesa continuó debilitándose en 1747 y se volvió crítica después de que la Royal Navy atacara un convoy grande en el cabo Finisterre en octubre. La mayoría de los mercantes escaparon, pero a costa de sacrificar a su escolta; combinado con otras pérdidas, la armada francesa ya no podía proteger sus colonias o rutas comerciales. En noviembre, Gran Bretaña y Rusia firmaron una convención para el suministro de tropas adicionales y en febrero de 1748, un cuerpo ruso de 37.000 efectivos llegó a Renania.