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El ejército acadio
En pleno auge de las ciudades-estado, es cuando aparece Sargón de Acad, un personaje que tiene una historia muy similar a la de Moises en Egipto. Al parecer era hijo de una sacerdotisa que al no poder tener hijos por su condición, dio a luz en secreto y uso su hijo en una cesta para que lo arrastrara la corriente. La cesta fue encontrada por un jardinero de Kish que lo adoptó, y consiguió introducirlo en la corte real, llegando a ser copero del rey. Mediante un golpe de estado consiguió ser nombrado rey de Kish.
Lo primero que hizo fue reformar el ejército y crear un ejército profesional dotados con un buen armamento. Estaba compuesto por diferentes cuerpos: arqueros y honderos para el combate a distancia; lanceros y portadores de hacha o siparru (espada-hoz) para el cuerpo a cuerpo.
Los arqueros era lo que más diferenciaba de los ejércitos sumerios, adoptó el arco compuesto conocido tiempo atrás por los nómadas semitas. Estaba realizado con láminas de una madera muy fuerte reforzadas en su parte externa por tendones de animales y por su parte interna por piezas de cuernos de animales. Todo ello estaba unido por un pegamento especial hecho de tendones hervidos y pieles de pescado.
A diferencia del arco sumerio que no sobrepasaba las 30 o 35 libras de tensión, el arco acadio superaba holgadamente las 55 libras, lo que les daba casi el doble del alcance de los arcos sumerios, lo que unido a su punta de bronce podía perforar los mantos reforzados de la infantería sumeria.
Gracias a este arma, la falange acadia avanzaba hacia el enemigo apoyada por un contingente de arqueros que disparaban desde retaguardia, lanzando flechas que quebraban su formación. Los arqueros eran profesionales altamente cualificados. Que requería años de entrenamiento para alcanzar la fuerza y pericia en el manejo del arco.
Los lanceros disponían de dos tipos de lanza, una larga de unos 2,5 metros y otra más corta posiblemente para ser arrojada, estaban protegidos como los sumerios por mantos reforzados. Las hachas tienen el mango recto o el mango curvo.
La siparru o espada-hoz era usada por los generales sumerios, pero fue ampliamente difundida por los acadios. Estaba construida en bronce por lo que hacía que fuera cara, ya que no se disponía de gran cantidad de dicho metal. Se utilizaban para enganchar el escudo del adversario que tenía en frente y permitir descubrir su cabeza y su garganta, para que un compañero pudiera alcanzarlo con su lanza. El hacha también se usaba para esto mismo.
Como protección llevaban un casco que era de dos tipos: uno redondeado de fieltro o de cuero, y otro puntiagudo de cobre, a veces llevaban cuernos adosados al casco se desconoce si eran para intimidar a sus enemigos o como signo de una divinidad. El pecho estaba protegido por dos anchas bandas de cuero cruzadas, unidas por un disco. También portaban escudos ligeros de cuero.
Mantuvo la falange como formación principal, la táctica de asalto básica pudo haber tenido tres fases:
- Combate a distancia en la que se lanzarían flechas, proyectiles de hondas y venablos disparadas a distancia.
- Carga de los lanceros en formación de falange y una vez usadas sus lanzas.
- Ataque de refuerzos de la infantería ligera (portadores de hachas o espadas) por los flancos.
Tenían carros de guerra tirados por onagros de uno o dos ejes, pero no dependían de ellos para la victoria. Se han encontrado textos acadios y modelos de arcilla que prueban su existencia. Al no depender de los carros, se explica la movilidad y su capacidad para atravesar terrenos accidentados, por donde ningún ejército sumerio había pasado. En batalla se emplearon para envolver los flancos del enemigo.
La logística de una fuerza de campaña de miles de personas en terreno árido o montañoso presentaba un desafío que los acadios resolvieron de dos maneras: primero preparaban la campaña adquiriendo una información precisa del objetivo y de las fuentes de agua. Luego reunían el armamento y suministros adecuados, y encargaban a las ciudades sumerias por donde tenían que pasar para que suministraran alimentos principalmente pan y cerveza.
El ejército profesional se componía de 5.400 hombres, tenía diferentes cargos como el shakkanakkum (general), que podía mandar varios batallones. En total había 9 regimientos mandados por un nubunda (coronel) que mandaba unos 600 hombres, cada uno formado por 10 compañías cada una de 60 hombres mandada por un ugula (capitán), estaba compuesta por infantería regular (lanceros), arqueros e infantería ligera o nim (mosca). El ejército tenía otros cargos como saperum (intendente), médico, adivino, pastor de asnos, y varios escribas.
Tras la batalla las tropas enemigas eran contadas y despojadas; los supervivientes eran ejecutados, mutilados o esclavizados. Los enemigos muertos en la batalla eran enterrados en un túmulo como monumento de la victoria. Los muertos acadios eran enterrados por separado.
Sargón perdonaba a los soldados enemigos y acto seguido los encuadraba en un regimiento profesional, al ver su manutención asegurada, estos soldados se convertían en los más fieles y dedicados soldados.
Cuando Sargón tomaba una ciudad situaba en ella una guarnición de soldados profesionales para instruir las tropas locales y también funcionarios de la administración con escribientes. Pudo reclutar un ejército de unos 35.000 soldados, un ejército de dimensiones desconocidas en aquella época. Tanto los funcionarios como los oficiales ascendían por méritos y no por su posición social.
El imperio estaba unido por carreteras, a lo largo de las cuales había un servicio postal regular
Formación del Imperio acadio
Cuando Sargón (nombre que significa verdadero rey) pudo reunir un ejército, marcho sobre la ciudad de Kish y derrotó al rey Lugalzaguesi en una batalla y le hizo prisionero, obligándole a caminar hasta el templo de Enil en Nippur con una argolla al cuello.
Hacia el 2340 AC fundó la ciudad de Acad (o Agadé) en las proximidades de Kish, posiblemente al norte de la misma, aunque se especula que podría haber estado en la confluencia de los ríos Diyala y Tígris, en las afueras del actual Bagdad.
A partir de entonces se lanzó a la conquista de las ciudades-estado del sur. Tomó Ur, Lagash, y Umma con lo que controlaba las mismas tierras que Lugalzaguesi.
Con el dominio de la Baja Mesopotamia asegurado, continuó sus campañas atacando a los elamitas en los montes Zagros (actual Irán) y realizó incursiones a Mari (actual Siria) y Ebla a pocos km del Mediterráneo, llegando a las montañas de los Cedros (actual Líbano) y tal vez a Anatolia.
Sargón tuvo que hacer frente a numerosas revueltas para mantener el imperio. En el 2771 AC la ciudad de Uruk se levantó. Sargón acudió con su ejército y la destruyó. Los supervivientes huyeron y se unieron a una fuerza de cincuentena de ciudades al mando del rey Lugalzagesi de Umma, antiguo rival de Sargón. En la batalla campal de la que no hay muchos datos, los aliados fueron derrotados, la falange sumeria no fue rival para los nuevos arcos acadios, y además empleó los carros para atacar la formación sumeria. Lugalzagesi fue hecho prisionero y conducido a Nippur encadenado con un aro en el cuello.
Bajo Naram-Sin (2260-2623 AC), tercer sucesor y nieto de Sargón I, el imperio acadio alcanzó su cenit. Comenzó su reinado con una gran sublevación de más de veinte reyes mesopotámicos a los que venció con contundencia.
A partir de entonces Naram-Sin se lanzaría a la conquista del mundo conocido.
Por el oeste, además de dominar Mari, saqueó Armanum y capturó a su rey Rid-Adad, a la par que conquistaba y destruía Ebla. Luego pasó a Ulisum en la costa mediterránea, enclave del que se apoderó. Tras alcanzar otras poblaciones del Éufrates sirio, llegó al Amanus, a la Montaña de los Cedros. De acuerdo con la leyenda, en estas zonas habría sometido a diecisiete reyes, entre ellos Khuwaruwa de Amurru, Madakina de Armanum, Pamba de Hatti y Zipani de Kanish. Descendió hasta el Sinaí, que fue arrebatado a Egipto.
Hacia el norte llevó sus armas contra los hurritas, según se deduce de una estela de diorita con la efigie de Naram-Sin hallada en Pir Hussein, cerca de Diyar Bakir en el Alto Tigris. Recuerdo de su paso por estas zonas norteñas fue la construcción de un palacio-fortaleza en Tell Brak en el Valle del Khabur, enclave que funcionó como centro de impuestos en aquella región.
Naram-Sin hubo de resolver problemas fronterizos en el nordeste, causados por los lullubi y los uman-manda, pueblos montañeses que periódicamente amenazaban la estabilidad del Imperio acadio con sus rapiñas y ataques por sorpresa. Según se sabe por la escultura rupestre de Darban-i-Gawr (al sur de Sukaimaniyah), y sobre todo por la famosa estela de Naram-Sim o de la Victoria. La estela fue construida en el 2225 AC y tiene 2 metros de altura. Fue encontrada en Susa y actualmente en el museo del Louvre (París). Fue construida para celebrar la victoria sobre los lullubi, a cuyo rey le perdonó la vida. En la estela se autoproclamó dios, siendo el primer rey mesopotámico en proclamar su divinidad, y el primero en ser llamado «rey de las cuatro partes del mundo«, es decir, del universo.
En la leyenda del rey de Kutha, de época paleobabilónica, se recoge la victoria que alcanzó sobre los uman-manda, una horda belicosa dirigida por siete hermanos, hijos de Annu-banini, a quien el relieve rupestre de Sar-i-Pul en Irán lo hace rey de los lullubi.
Según la mitología mesopotámica, la diosa Inanna abandonó a la ciudad de Agadé (Acad) y provocó la caída de Acad debido al sacrilegio cometido por Naram-Sin al llevarse algunas estatuas divinas de Ekur (es decir, el templo de Enlil en Nippur, el dios supremo del panteón sumerio). Enlil hizo salir a los gutis de las montañas como si fueran una plaga y destruyeron el Imperio de Acad. Se dice que poseía el ejército más grande hasta el momento: 360.000 hombres a su mando.
Lo cierto que al final de sus días tuvo que hacer frente a los gutis que desde los montes Zagros realizaban incursiones en el valle. También tuvo que enfrentarse a revueltas internas.
Colapso del Imperio acadio
Tras la muerte de Nuram-Sin subió al poder su hijo Sarkalisarri (2223-2198 AC), la presión sobre el imperio se vio incrementada. Tuvo que hacer frente a la rebelión en Elam, y sufriría una invasión de los amorreos, a los que logró vencer y otra invasión de los gutis a los que logró rechazar.
El imperio estaba muy debilitado, y tras su muerte las ciudades del sur se independizaron y el imperio quedó reducido a los alrededores de la capital Acad.
La desaparición del imperio de Acad se dice que se debió al cambio climático. Durante el periodo de Sargón y sus sucesores inmediatos, hubo un periodo de clima especialmente benigno que resultó en buenas cosechas, lo que suponía recursos para la guerra.
Cuando Shar-Kalli-Sarée subió al trono se produjo un cambio en el clima y la región sufrió una sequía. El comercio se interrumpió, el descontento se generalizó y el imperio no pudo hacer frente a sus propios ciudadanos que se habían convertido en refugiados. Los enemigos exteriores al ver el estado de debilidad, atacaron al mismo tiempo que se producían las revueltas internas.
El imperio quedó reducido a lo que era Acad y sus alrededores.
Carros ligeros en Anatolia
Los primeros carros ligeros evolucionaron en Mesopotamia y según la impresión de los sellos hallados en el asentamiento asirio de Kanesh Kultepe (Anatolia), que datan del 1900 AC, se puede ver carros ligeros con ruedas de radios. Los conductores no van sentados en la lanza, sino de pie, se ve también que los onagros están dirigidos mediante las anillas nasales, lo que indica que aún no conocían el bocado.