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Infancia de Pirro
Pirro apodado el Águila por sus soldados, era hijo de Eácides, rey de Epiro, pertenecía a una dinastía que se autoproclamaban descendientes de Aquiles, los molosos.
Su padre ascendió al trono al morir su primo Alejandro, que era hermano de Olimpia la madre de Alejandro Magno, durante una campaña en Italia en el 326 AC.
Eácides se casó con Ftía, hija de Menón de Farsalia, con la que tuvo tres hijos: Pirro, el único varón que nació en el 318 AC, y dos hijas, Deidamia y Troyas.
Tras la muerte de Alejandro Magno, comenzaron las guerras de los Diádocos. Su hermana Olimpia le forzó para tomar partido poniéndose de lado de Poliperconte en su lucha contra Casandro por el control de Macedonia, y de los herederos Alejandro hijo de Roxana y Filipo Arrideo casado con Eurídice. Poliperconte fue derrotado y huyó a Épiro donde se encontraba Olimpia y su nieto Alejandro, mientras que Casandro se hizo con Macedonia y con Filipo Arrideo.
El rey Eácides I de Épiro, y Olimpia condujeron su ejército a Macedonia, derrotando al ejército de rey Filipo Arrideo. Éste fue capturado y asesinado, pero pronto Casandro regresó del Peloponeso consiguiendo rodear a Olimpia en una ciudad, esta pidió ayuda a Eácides, que acudió con su ejército a socorrerla, pero todos los pasos estaban ocupados. Casandro capturó a Olimpia, y la asesinó en 316 AC, tomando a Roxana y al joven Alejandro bajo su custodia.
El rey Eácides I de Epiro y Olimpia condujeron su ejército a Macedonia, derrotando al ejército del rey Filipo Arrideo. Este fue capturado y asesinado, pero pronto Casandro regresó del Peloponeso consiguiendo rodear a Olimpia en la ciudad de Pidna, esta pidió ayuda a Eácides, que acudió con su ejército a socorrerla, pero todos los pasos estaban ocupados. Casandro capturó a Olimpia, y la asesinó en 316 AC, tomando a Roxana y al joven Alejandro bajo su custodia.
Cuando Eácides regresó, se encontró con que los epirotas, que se habían opuesto a la expedición, se habían levantado contra él y le habían expulsado del trono, asesinando a su familia. Pirro, que solamente tenía dos años, se salvó de ser asesinado gracias a varios sirvientes leales, que le llevaron a Iliria donde el rey Glaucias, cuya esposa Beroe era pariente de Pirro, le acogió y le crio junto a sus propios hijos.
Los epirotas, cansados del yugo macedonio, llamaron a Eácides de vuelta en 313 AC. Casandro envió inmediatamente un ejército contra él, al mando de Filipo, quien le derrotó en dos batallas el mismo año, en la segunda de las cuales murió.
Eácides fue sucedido por su hermano mayor Alcetas II, quien previamente había sido excluido del trono a causa de su temperamento ingobernable. Casandro envió un ejército contra él también, pero luego prefirió llegar a un acuerdo con Alcetas en lugar de restaurar a Neoptolemo II al trono.
Aproximadamente en el 310 AC, Casandro hizo asesinar al hijo de Alejandro Magno, Alejandro IV y su madre Roxana, eliminando así al último rival legítimo por el trono.
En 307 un enemigo jurado de Casandro, Antígono el Tuerto, sucesor de Alejandro Magno como gobernante de Asia Menor, envió a su propio hijo DemetrioPoliorcetes, a invadir Grecia. Comenzó con Atenas, y la posición de Casandro estaba severamente debilitada. Los molosos, cansados de los ultrajes cometidos por el inestable Alcetas, se levantaron y mataron a él y a sus dos hijos. Pirro entonces con 11 o 12 años, fue restaurado al trono de epirota por su protector Glaucias y su hermana Deidameia fue casada con Demetrio Poliorcetes.
Sin embargo, después de gobernar como menor hasta 302 AC. Ese año los molosos, la misma tribu que había derrocado a su padre, se volvieron a rebelar. En ese momento Pirro se encontraba de viaje en la boda de uno de sus hermanos adoptivos. Gracias a esa circunstancia no fue asesinado, pero se encontró sin reino ni poder alguno. Casandro le había reemplazado por Neoptolemo II.
Pirro fue nuevamente conducido al exilio.
Regreso de Pirro a Épiro
Pirro que entonces tenía 17 años, decidió unirse a Demetrio Poliorcetes, casado con su hermana Deidamia; le acompañó a Asia y tomó parte en la batalla de Ipsos (301 AC) durante la cual ganó un gran renombre por su valor. Antígono murió en el combate, y Demetrio se convirtió en fugitivo. Sin embargo, Demetrio aún poseía una gran armada y tenía guarniciones en las ciudades de Grecia, donde Pirro pudo haber servido brevemente como uno de los principales de su cuñado.
Cuando Demetrio acordó una paz con Ptolomeo I, Pirro se ofreció a ir a la corte egipcia de este último como rehén. En el año 299 AC, Deidameia la esposa de Demetrio murió, y las relaciones entre Ptolomeo y Demetrio habían comenzado a derrumbarse.
En el año 299 AC, Pirro con menos de 20 años, llegó a Alejandría, la capital de estilo griego del antiguo país del Nilo. Al parecer el faraón Ptolomeo realmente le gustó el joven valiente, que dio prueba de su fuerza y el valor durante las fiestas de caza y otros ejercicios. También fue lo suficientemente hábil o afortunado para ganarse el favor de Berenice, esposa de Ptolomeo, y recibió como esposa a Antígona, hija de Berenice y su primer marido.
Con el tiempo, el rey Ptolomeo decidió restaurar a Pirro a su reino. En el 297 AC, Ptolomeo financió una expedición a Épiro, enviando a Pirro que contaba con 23 años, al frente de un ejército de mercenarios de vuelta a Épiro. Pirro debía convertirse en rey de Épiro y actuar como organismo de control de Ptolomeo en Europa, protegiendo los intereses egipcios contra Casandro de Macedonia.
Desembarcó para derrocar a Neoptolemo, rey que ocupaba en ese momento el trono y que había sido puesto por los molosos, y que se había vuelto impopular. Pirro jugó sus cartas con cuidado. Anunció que iba a compartir el poder con Neoptolemo, que creyó en las promesas del hombre que era, después de todo, su pariente.
En el 295 AC, Neoptolemo planeó matar a Pirro y para ello convenció al copero real de Pirro para envenenarle. Viéndose ya como único rey, se dedicó contar su plan en tertulias con poca cautela, con lo cual Pirro se enteró y acabó con él durante un banquete. Pirro ya contaba con el apoyo de muchos de sus súbditos y no le costó justificar su acción preventiva, contaba con solamente 23 años y ya era dueño todo Épiro.
Reinado de Pirro (297-288 AC)
Pronto se convirtió en uno de los príncipes más queridos de su edad. Su atrevimiento y coraje le granjearon el respeto de las tropas, y su afabilidad y generosidad aseguraron el amor de su pueblo. Su carácter se asemejaba en muchos aspectos al de su antepasado Alejandro, al que parece que convirtió en su modelo a temprana edad. Sus intenciones se dirigieron primero hacia la conquista de Macedonia.
La oportunidad le llegó tras la muerte de Casandro, que dejó como heredero a Filipo IV, que murió de muerte natural a los pocos meses. Sus hermanos Antípatro y Alejandro se repartieron el reino, siendo la frontera el río Axios. El segundo, en clara desventaja, acudió a Pirro y a Demetrio en busca de ayuda. Pirro accedió con la condición de que recibiría todos los territorios que habían sido arrebatados a Épiro por Filipo II de Macedonia, y la ciudad de Ambracia (actual Arta), que se convertiría en la capital de Pirro. Pirro cumplió sus compromisos con Alejandro y expulsó a su hermano Antípatro de Macedonia en 294 AC, aunque al parecer, este pudo conservar una pequeña porción del reino.
Poco después, Demetrio llegó, el rey Alejandro fue a saludarlo y agradecerle (por nada), durante un banquete de agradecimiento murió a manos de Demetrio (una repetición del tratamiento de Pirro a Neoptolemo). Casi inmediatamente, el ejército macedonio proclamó rey a Demetrio. Luego pasó a atacar al segundo hermano Antípatro, que huyó y nunca regresó. Demetrio fue el nuevo rey de Macedonia.
Mientras tanto, Antígona la mujer de Pirro murió, y este contrajo triple matrimonio para fortalecer sus lazos con príncipes extranjeros. De estas esposas, una era hija del rey Audoleón de Peonia, otra era hija del rey Barcilis de Iliria y la tercera Lanassa, hija de Agatocles de Siracusa, a quien concedió la isla de Córcira (actual Corfú) como dote. A través de estos lazos matrimoniales, Épiro estaba entonces en paz con todos sus vecinos incluyendo la poderosa Macedonia, donde el nuevo rey Demetrio estaba casado con Deidamia la hermana de Pirro.
Enfrentamiento entre Pirro y Demetrio
Mientras Pirro estaba organizando su nueva capital y reorganizando su estado, Demetrio expandió su poder. Él ya controlaba muchas ciudades griegas, había añadido Macedonia, y obtuvo Tesalia y varios estados en Grecia central en 293 AC. Las únicas partes que no poseía eran Esparta en el sur y Etolia en el oeste. Sin embargo, tuvo que hacer frente a las insurrecciones en Tesalia y Beocia, y existían fuertes indicios de que Pirro estaba involucrado.
Ambos amigos fueron enemistándose poco a poco. Deidamia, que podía haber actuado de mediadora entre su marido y su hermano, murió. Peor aún, Lanassa, ofendida ante la atención que Pirro dispensaba a sus esposas bárbaras, huyó a su isla de Córcira, y desde allí envió una invitación a Demetrio para casarse con ella, con Córcira como dote. Este acudió y se casó con ella en el 209 AC, dejaron una guarnición en la isla, y posteriormente se dirigieron al palacio de Demetrio.
La guerra estalló finalmente en 291 AC. Durante este año, Tebas se rebeló por segunda vez contra Demetrio, probablemente instigada por Pirro. Mientras el monarca macedonio se dirigía en persona sofocar la rebelión, Pirro efectuó un movimiento de diversión invadiendo Tesalia, pero fue obligado a retirarse a Épiro ante las fuerzas superiores de Demetrio.
En 290 AC capituló Tebas, dejando a Demetrio libertad de acción para enfrentarse a Pirro y sus aliados etolios. Siguiendo esta estrategia, invadió Etolia en la primavera de 289 AC. Tras arrasar los campos prácticamente sin oposición, marchó hacia Épiro, dejando a Pantauco con un poderoso destacamento al cargo de Etolia. Pirro avanzó a su encuentro, pero por un camino diferente, de modo que Demetrio entró en Épiro y Pirro en Etolia prácticamente al mismo tiempo.
Pantauco le ofreció inmediatamente batalla, durante la cual retó al rey a combate singular. El reto fue inmediatamente aceptado por el joven, quien derribó a Pantauco, aunque el rey de Epiro fue herido, este le pudo asestar dos terribles golpes a su oponente en la pierna y el cuello, de hecho Pantauco pudo salvarse gracias a la acción de su escolta personal. El resto del ejército de Pirro al ver el arrojo de su rey, cargó como uno solo haciendo huir despavoridos a los macedonios y capturando 5.000 de ellos, este dato da una idea de la magnitud del enfrentamiento.
Pirro no continuó hasta la capital macedonia, sino que se volvió a Épiro, Demetrio, mientras tanto, no había encontrado oposición en Épiro, y durante la expedición conquistó la isla de Córcira, una vez saqueado el país, se volvió a Macedonia.
Esta victoria, no obstante, reportó más ventajas que las que parecerían obvias: los movimientos impetuosos y el atrevido arrojo del rey epirota recordaron a los veteranos del ejército macedonio a Alejandro Magno, allanando así para Pirro el camino al trono macedonio.
Después de celebrar la victoria y la restitución de su reino, Pirro se enteró de que Demetrio se encontraba gravemente enfermo, era una oportunidad que no podía dejar escapar, y se lanzó a una pequeña campaña de saqueo para debilitar al macedonio. Ante el peligro, Demetrio sacó fuerzas de donde pudo y se dirigió a enfrentarse con Pirro que se retiraba con el botín, aunque consiguió escapar, en la huida perdió a todos los rezagados de camino de Épiro. Pero se libró de la ira de Demetrio, ya que, lo que este realmente anhelaba era unificar el antiguo imperio de Alejandro bajo su gobierno, por lo tanto, firmó una rápida paz con Pirro y volvió su mirada hacia el este, avivando de nuevo el avispero del mediterráneo oriental.
Aunque el reino de Demetrio era menor que el de los reyes Lisímaco de Tracia, Tolomeo de Egipto o Seleuco de Asia, su ejército era tan grande como el de Filipo o Alejandro, y su marina era más fuerte. Por lo tanto, instaló a su hijo Antígono II Gonatas como gobernador de Grecia, y decidió lanzar un ataque frontal hacia el Este contra el reino de Lisímaco, como si se tratara de un nuevo Alejandro.
Como respuesta, Ptolomeo embarcó su ejército y se dirigió hacia las costas griegas, mientras que Lisímaco atacaba por Tracia, cerrando una especie de cepo en torno a Macedonia. Pirro fue instado por los diádocos contrarios a Demetrio a que rompiera su pacto y lo atacara, como se puede imaginar no pudo resistirse.
Mientras Demetrio estaba fuera, Pirro invadió Macedonia, tomó Berea y se posicionó allí con su ejército. Demetrio, que tenía que enfrentarse con reyes a su juicio más poderosos y con ascendencia macedonia, pensó que sería más fácil para su ejército combatir primero contra un rey más débil como era Pirro, bueno eso él pensaba. La fama de Pirro ya era más que conocida y gran parte del ejército macedonio lo veía como el sucesor natural del Magno, sus cualidades guerreras y su benevolencia con los cautivos y prisioneros ya era una garantía para su prestigio.
Aprovechando la situación, Pirro envió espías al campamento enemigo para terminar de convencer a los indecisos, y Demetrio cada vez más asustado temía realmente por su vida, no le quedó más opción que huir disfrazado para no caer en manos enemigas o algo peor.
Pirro acudió al campamento ataviado como un dios y luciendo un yelmo con cuernos de macho cabrío, los macedonios le aclamaron como su nuevo rey. Lisímaco no estaba lejos y mandaba un ejército temible, por supuesto también quería la parte que le correspondía. De nuevo Macedonia se dividió en dos, ya que Pirro sabía que la euforia del momento pasaría y lo que menos le apetecía era una guerra abierta contra Lisímaco, Seléuco o Ptolomeo.
Hizo un viaje a Atenas para hacer un sacrificio a la diosa de la ciudad por sus nuevos territorios y títulos, pero con Demetrio desaparecido de escena, Lisímaco se volvió contra Pirro y le arrebató con suma facilidad lo que él había conseguido. La cuestión era que no dejaba de ser un rey foráneo y no tenía la fidelidad absoluta de sus territorios en Macedonia. No se arriesgó, había conseguido botín, prestigio y algunos territorios nuevos, ya habría lugares que conquistar y anexionar a su reino.
En 286 AC, Pirro, inquieto como siempre, invadió Tesalia, que hasta entonces había permanecido leal a Demetrio y su hijo Antígono Gónatas. Puede que hubiese un cierto grado de coordinación con los atenienses, que atacaron la guarnición de Gónatas en el Pireo y se liberaron del dominio extranjero. Gónatas con su reino reducido a la Grecia Central y el Peloponeso, y se vio obligado a firmar un tratado de paz con Pirro, en la que tuvo que ceder la mayor parte de Tesalia. Pirro estaba ya en la cúspide de su poder.
Más tarde ese año, Lisímaco, Pirro, y Gónatas conocieron que Demetrio había sido tomado prisionero por Seleuco. Este le trató manera justa y se encargó de que nunca le faltase de nada. Demetrio dio a la bebida hasta la muerte.
Alianza con Ptolomeo Cerauno
Con su enemigo común muerto, los antiguos aliados de Pirro empezaron a pelearse entre ellos. El sur de Macedonia y Tesalia eran entonces parte del imperio de Lisímaco, que se extendía desde las Termópilas hasta el Danubio y desde el mar Jónico hasta el río Halis, en el centro de Turquía. Mientras que Seleúco controlaba Asia.
Al final resultó que era un imperio construido sobre arena. Seleuco solo necesitó una batalla, la de Corupedio en 281 AC, para derrocar a Lisímaco, que murió en el combate. Seléuco sería asesinado a su llegada a Europa, por un usurpador llamado Ptolomeo Cerauno. Ese mismo año obtuvo Corcira de nuevo, subyugó alguna de las tribus vecinas en las fronteras del Épiro septentrional e Iliria y probablemente también ganó el control de Apolonia, la colonia fundada por Corcira.
Cerauno era hijo de Euridice, la hija de Antipatro, y de Ptolomeo I. Huyó con su madre a la corte de Lisímaco en Macedonia, debido a disputas con su padre sobre la sucesión, aunque era el primogénito, su padre se la concedió a su hermano debido a su mal carácter.
Tras la muerte de Seleuco había cuatro pretendientes al trono de Macedonia: Cerauno, Pirro, Antíoco hijo de Seleuco y Antígono hijo de Demetrio.
Antígono trató de conquistar la Macedonia gobernada por Cerauno desde Grecia, reunió una gran flota y un potente ejército, pero ambos fueron derrotados.
Cerauno propuso casarse con Arsinoe, la hija de Lisímaco, adoptando a sus hijos como suyos, después de la ceremonia mató a los dos hijos de Arsínoe. Esta huyó a Egipto y se casó con el otro hermano Ptolomeo II Filadelfos.
Pirro firmó una alianza con Cerauno, por el que este le proporcionaría 5.000 infantes, 5.000 jinetes y 50 elefantes para su aventura en Italia.