¡Ayúdanos a mejorar el blog!
Si ves alguna palabra mal escrita, o frase que no tenga mucho sentido, es muy fácil hacérnoslo saber. Sólo tienes que seleccionar las palabras que te resulten sospechosas y pulsar las teclas CONTROL y ENTER. Se abrirá un formulario con el texto seleccionado, y con pulsar enviar recibiremos tu notificación.
También puedes abrir el formulario pulsando el siguiente botón
La llamada dinastía de los Ángelos, Ángelles o Angeli de emperadores bizantinos gobernó desde el año 1.185 hasta 1.204. El peso cada vez mayor de la aristocracia terrateniente a expensas de la autoridad imperial, continuó agravándose bajo esta dinastía.
Isaac II Ángelo (1185-1195)
Isaac II se proclamó emperador con 29 años después de derrocar a Andrónico I Comneno. Enseguida fortaleció su posición organizando matrimonios dinásticos en 1185 y 1186. Casó a su sobrina, Eudoxia Angelina con Esteban I Nemanjić, hijo de Esteban Nemanja de Serbia. Teodora, hermana de Isaac, se casó con Conrado de Montferrato. En enero de 1186 Isaac se casó con Margarita de Hungría (renombrada Maria), hija del rey Bela III.
Guerra con los normandos
Con el pretexto de la usurpación del trono, el rey de Hungría había invadido los Balcanes y había llegado hasta Sofía. Incapaz de hacer frente a este peligro a la vez que al de los normandos que habían invadido Tesalónica y avanzaban hacia Constantinopla, Isaac decidió negociar con Bela III, negoció el enlace matrimonial del emperador con la hija del rey Bela sirvió de tratado de paz con Hungría; por otra parte, sella asimismo una alianza con los venecianos.
Isaac empezó su reinado con una guerra contra el rey normando de Sicilia, Guillermo II, quien había invadido los Balcanes con 80.000 hombres y 200 barcos. Confió el mando de su ejército al general Alejo Branas, que logró derrotar a los normandos en la batalla de Estrimón el 7 de septiembre de 1185, de la que hay pocos datos.
La atención del basileo se dirigió después al este, donde varios usurpadores pretendían reclamar el trono.
Guerra con los búlgaros
Estalló una sublevación de búlgaros y valacos en la región del Danubio, a causa de un impuesto sobre el ganado. En 1185 Pedro y Asen aprovechando el descontento, encabezaron una revuelta contra el dominio bizantino y Pedro mismo se declaró zar Pedro IV (también conocido como Teodoro Pedro), reclamando con firmeza a heredar la autoridad del Primer Imperio Búlgaro. Después de poco más de un año de guerra los bizantinos se vieron obligados a reconocer la independencia de Bulgaria, aunque la lucha continuó.
Los pueblos que participaron en la rebelión y formaron parte del nuevo estado ciertamente incluían búlgaros de habla eslava y, junto a ellos, valacos (y en pequeña medida, griegos y cumanos): Pedro se nombró así mismo «zar de los búlgaros, griegos y valacos«.
Entre el otoño de 1185 y la primavera de 1186 todo el norte de Bulgaria, con la excepción de Varna, fue liberada. En verano, el emperador bizantino Isaac II Ángelo logró superar los pasos de montaña e invadió Mesia. Asen se retiró al norte del Danubio, cuando los bizantinos volvieron a Constantinopla, volvió con más auxiliares cumanos y pronto la guerra continuó hasta el sur de Tracia. Un general hábil, Asen golpeó de manera rápida y permanentemente hostigando a los enormes ejércitos bizantinos.
Hasta 1189, las dos naciones cumplieron el tratado. Los búlgaros utilizaron este tiempo para organizar su administración y su poder militar. Cuando los soldados de la Tercera Cruzada llegaron a las tierras búlgaras en Nis, Asen y Pedro ofrecieron ayudar al emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Federico I Barbarroja con una fuerza de 40.000 búlgaros, valacos y cumanos contra los bizantinos. Sin embargo, las relaciones entre los cruzados y los bizantinos se calmaron y la propuesta búlgara fue rechazada.
Batalla del paso de Tryavna (1090)
Los bizantinos prepararon una tercera campaña de venganza por las acciones de Bulgaria. Al igual que las dos anteriores invasiones se las arreglaron para superar los pasos de los montes Balcanes. En un principio, los bizantinos pensaron en pasar por la costa, cerca de Anquilao, pero luego decidieron cruzar el peligroso paso Rishki y pasar por la ciudad de Preslav. El ejército macharía rumbo a la capital búlgara, Tarnovo. El ejército bizantino estaría compuesto de 20.000 a 30.000 hombres. Al mismo tiempo, los bizantinos habían enviado a su flota a bloquear el río Danubio, para evitar que a través de este llegaran los auxiliares cumanos que habían ayudado a los búlgaros durante las primeras campañas bizantinas en Mesia.
El sitio de Tarnovo fue estéril. La defensa de la ciudad fue dirigida por el mismo Asen. Los bizantinos combatían con desgana a pesar del entusiasmo de Isaac II, que mandaba al ejército en persona, junto con muchos de sus cortesanos, generales y sirvientes. Con trabuquetes y pedreros bombardearon las murallas de Tarnovo, pero no consiguieron tomarla.
Asen decidió poner en acción su trampa. Envió al campamento bizantino a un falso desertor, el cual venía con malas noticias para Isaac; le dijo que a pesar de los esfuerzos de la flota bizantina por bloquear el Danubio, los cumanos habían cruzado el río y estaban en camino a Tarnovo, para liberarla del asedio y aniquilar al ejército imperial. Ante estas noticias, el Emperador ordenó la retirada inmediata del ejército bizantino de las murallas de Tarnovo, eligiendo el camino más rápido que era el peligroso paso Tryavna, que había sido fortificado por los búlgaros y sus laderas ocupadas.
Cuando Isaac II Ángelo entró en el paso, y fueron atacados por los búlgaros y valacos que estaban en ellas laderas, el Emperador ordenó a la Guardia Varega abrir paso para facilitar su fuga, Isaac consiguió huir, pero perdió muchos hombres y sus enseres.
Batalla de Arcadiópolis (1194)
Después de la gran victoria búlgara en la batalla de Tryavna en 1190 sus tropas lanzaron ataques frecuentes en Tracia y Macedonia para liberar todas las tierras búlgaras. Los bizantinos no podían enfrentarse a la rápida caballería búlgara que atacaba desde diferentes direcciones en una vasta área. Hacia 1194 Iván Asen I había tomado la importante ciudad de Sofía y sus alrededores, así como el alto valle del río Struma desde donde sus ejércitos avanzaron intensamente en Macedonia.
Para distraer su atención los bizantinos decidieron atacar en dirección al este. Se reunieron el ejército oriental bajo su comandante Alejo Gidos y el ejército occidental bajo su domestikos Basilio Vatatzes para detener el peligroso aumento del poder búlgaro. Cerca de Arcadiopolis en el este de Tracia se encontraron con el ejército búlgaro. Después de una feroz batalla los ejércitos bizantinos fueron aniquilados. La mayor parte de las tropas de Gidos murieron y tuvieron que huir para salvar su vida, mientras que el ejército occidental se había sacrificado totalmente y Basilio Vatatzes fue asesinado en el campo de batalla.
Después de la derrota Isaac II Ángelo tuvo que pedir la ayuda del rey húngaro Bela III.
Para más información ver el capítulo “Los búlgaros” – “Segundo Imperio Búlgaro”
Conflicto con Federico I Barbarroja
El emperador Federico I Hohenstaufen, apodado “Barbarroja”, inició su cruzada en marzo de 1188 y se propuso seguir la ruta terrestre de la Primera Cruzada. Los cruzados germanos penetraron en el imperio a través de la frontera húngara, y cruzaron sus territorios. El basileo Isaac, mantenía una alianza con Saladino para contrarrestar la amenaza selyúcida tanto en su Imperio como en el sultanato de Siria y Egipto.
Saladino pidió al Basileo que atrasara en lo posible la llegada de los germanos a Siria, por lo que Isaac puso muchas trabas en el paso de los cruzados por Tracia. Barbarroja, viendo la actitud de Isaac, tomó la gran ciudad de Filipópolis (actual Plovdiv, Bulgaria), donde era gobernador Nicetas Choniates. El emperador germánico despachó embajadores a entrevistarse con Isaac II, y llegar a un acuerdo en el transporte de los cruzados germanos a Anatolia.
Isaac, enfurecido por la altanería de Barbarroja y la captura de Filipópolis, decidió arrestar a los embajadores de Federico, creyendo que este se sometería a su autoridad. Mientras que en Filipópolis, Federico recibía a los embajadores de los hermanos Asen y del príncipe Esteban Nemanja de Serbia. Al enterarse de que sus embajadores habían sido encarcelados, el germánico, ordenó a su hijo Felipe, que tomara la ciudad de Demótica, cercana a Adrianópolis, y escribió una carta a su hijo Enrique para que preparase una flota contra Constantinopla.
Al enterarse de tales eventos, y bajo la amenaza de una cruzada contra Bizancio, Isaac se doblegó ante Barbarroja y le guió hasta Gallípoli, donde este y su gran ejército, cruzaron vía marítima hacia Anatolia.
La cruzada de Barbarroja tendría un comienzo arrollador, conquistando el 18 de mayo de 1190 la capital de los selyúcidas, Iconio, la cual ni el poderoso basileo Manuel Comneno había podido tomar. Trágicamente, Barbarroja murió ahogado en las aguas del río Salef en Cilicia, con lo cual, la cruzada perdió a su más valiente y experimentado líder.
Alianza con Saladino
En el año 1186, el Basileo decidió liberar a su hermano Alejo Ángel, que se encontraba prisionero en las mazmorras de la ciudad de San Juan de Acre, principal puerto del reino cruzado de Jerusalén. A costa de un gran esfuerzo económico, Isaac costeó la creación de una nueva flota de 80 buques, para atacar Acre. Sin embargo, la flota bizantina fue derrotada estrepitosamente por la potente flota normanda, que protegía las ciudades marítimas de los estados cruzados; a causa de esto, en el año 1189, el Basileo se alió Saladino, sultán de Siria y Egipto, al que prometió una flota de 100 barcos cuando este decidiera ponerle sitio a Antioquía, capital de un principado cruzado. Saladino prometió a Isaac II atacar conjuntamente el sultanato de Iconio, enemigo común tanto del Basileo como de Saladino. La alianza con el sultán le valió al Basileo, el desprecio de todo occidente, que le vio como un traidor a la cristiandad.
También durante la Tercera Cruzada, Ricardo I de Inglaterra tomó Chipre a Isaac Comneno; quien gobernaba independientemente la isla desde los tiempos del emperador Andrónico y al cual Isaac II intentó inútilmente doblegar tras el envío de 70 galeras en el año 1191, las cuales fueron derrotadas por Isaac con ayuda normanda.
También en la ciudad de Filadelfia, en Asia Menor, el duque Teodoro Mangafas se había proclamado emperador, creando su propio territorio con Lidia y Filadelfia. Para expulsarlo de esas tierras, el Basileo recurrió al duque de los tracios, Basilio Vatatzes, Mangafas fue obligado a abandonar Filadelfia y refugiarse con los selyúcidas. Teodoro Mancafás fue derrotado y pidió refugio al sultán selyúcida de Iconio, con cuyas tropas asolaron las provincias bizantinas. Isaac II acaba obteniendo, mediante pago, que se le entregue a Teodoro Mancafás.
Caída de Isaac II Ángelo
No hay duda de que Teodoro Branas odiaba a Isaac por la ejecución de su padre, el general Alejo Branas, y que apoyó concretamente la revuelta de Alejo III Ángelo a modo de venganza. Una personalidad importante durante el destronamiento de Isaac II fue su cuñada, la ambiciosa e inescrupulosa Eufrosina Ducas Camaterina. Fue una de las primeras personas en entrar al palacio imperial junto a los rebeldes, y arrestar a la familia del Basileo (es decir, María de Hungría y sus hijos, aún infantes, y al príncipe heredero Alejo).
Isaac había salido de caza con su guardia personal hacia Stagira, cerca de Constantinopla. Fue entonces cuando, Alejo, aprovechando la ausencia de Isaac, se proclamó emperador, ayudado por varios generales, y ordenó la detención de Isaac II, que sería capturado, cegado y encerrado en la Torre de Anemas. Alejo fue proclamado emperador con el nombre de Alejo III Ángelo.
Sería restablecido por la Cuarta Cruzada en 1203 y gobernó con su hijo Alejo IV Ángelo hasta que Alejo Ducas Murzuflos los asesinó en prisión el 12 de enero de 1204, proclamándose emperador con el nombre de Alejo V.
Alejo III Ángelo (1195-1203)
Llegó al poder con 40 años. Su reinado fue una sucesión de motines y conspiraciones que siguieron mermando el Imperio. Los diferentes gobernadores decidieron separarse del Imperio uno tras otro, y se perdieron así regiones enteras. Los rebeldes no intentaron apoderarse de Constantinopla, sino, simplemente, hacerse con el poder en un territorio dado.
Guerra con los búlgaros
Batalla de Serres (1196)
Iván Asen I tras la batalla de Arcadiópolis, demandó la devolución de todas las tierras búlgaras, sabiendo que era imposible que los bizantinos aceptaran, por lo que continuó la lucha. En marzo de 1.195 Isaac II logró organizar una campaña contra Bulgaria, pero fue depuesto por su hermano Alejo III Ángelo y la campaña falló también.
Ese mismo año, el ejército búlgaro avanzó hacia las profundidades del suroeste y llegó a las proximidades de Serres tomando muchas fortalezas en su camino. Durante el invierno, los búlgaros se retiraron hacia el norte, pero al siguiente año reaparecieron y derrotaron a un ejército bizantino, bajo el mando de Isaac Sevastokrator cerca de la ciudad. En el curso de la batalla, la caballería búlgara rodeo a los bizantinos que sufrieron fuertes bajas y su comandante fue capturado.
De regreso a la capital búlgara Tarnono, poco antes de llegar a la ciudad, Iván Asen I fue asesinado por Ivanko su primo que había sido sobornado por los bizantinos. Sin embargo, sus intentos de detener a los búlgaros fracasaron: Ivanko no pudo tomar el trono y huyó a Constantinopla.
Asedio de Varna (1201)
El zar Kaloyan Asen (1197-1207) fuera coronado emperador a principios de 1197, inmediatamente mostró su decisión de continuar la guerra con los bizantinos por todos los medios y liberar todas las tierras búlgaras.
A comienzos de 1200 se apoderó del fuerte castillo de Constancia y luego dio un golpe en dirección contraria y sitió la última fortaleza bizantina al norte de las montañas de los Balcanes, Varna.
Varna estaba defendida por una numerosa guarnición, incluidos los mercenarios occidentales que se sabía que eran los soldados más valientes del ejército bizantino. Para tomar la fortaleza, los ingenieros búlgaros construyeron una enorme torre de asedio que era más amplia que el foso exterior. Con la ayuda del equipo de asedio, el ejército búlgaro fue capaz de cruzar el foso y llegar a las murallas de la ciudad y al tercer día del asedio, el 24 de marzo 1201 los búlgaros penetraron en la fortaleza. Kaloyan no dudó en matar a todos los defensores a pesar de que era la Pascua. Los bizantinos fueron arrojados en una fosa y enterrados vivos. Quería venganza por los 14.000 soldados búlgaros que fueron cegados por Basilio II llamado Bulgaroktonos (mata búlgaros).
Kaloyan y se llamó a sí mismo Romanoktonos (mata romanos).
Después de eso, destruyó los muros de la ciudad y regresó a la capital Tarnovo. A finales del año, Bulgaria y Bizancio comenzaron la negociación que concluyó con un tratado de paz a principios de 1202. Los búlgaros aseguraron sus nuevas conquistas y entonces eran capaces de enfrentarse a la amenaza de Hungría al noroeste. Después de varias batallas en el valle del río Morava, los húngaros fueron derrotados.
Cuarta Cruzada
La Cuarta Cruzada, proclamada por el papa Inocencio IV para la contraofensiva cristiana en Egipto, fue utilizada por el príncipe Alejo Ángelo para reponer a su padre en el trono. En verdad, Alejo deseaba ocupar el puesto de su padre, ya que este estaba ciego, y en Bizancio los ciegos eran incapaces de gobernar.
Desde Alemania, donde se hallaba refugiado Alejo, en la corte de su cuñado, Felipe Hohenstaufen, duque de Suabia y emperador de Germania, Alejo entró en contacto con los cruzados, especialmente con su líder, el marqués Bonifacio de Montferrato, y con el Dux de Venecia, Enrico Dandolo.
Tras una serie de acuerdos y tratados entre los que aparecían una inmensa suma de marcos de plata (200.000?), el retorno de la iglesia griega a la romana, y el mantenimiento de 500 caballeros bizantinos en el Santo Sepulcro, los cruzados aceptaron y tomaron un nuevo destino: en vez de dirigirse a Egipto, irían a Constantinopla.
El 24 de junio de 1203, el ejército cruzado llegó a Constantinopla, su flota consistía en 450 buques y otros barcos menores. Al día siguiente Alejo IV se presentó ante la ciudad desde un barco, no solo fue atacado por las catapultas de la ciudad, sino también por los ciudadanos que se subieron a las murallas para abuchearle.
El 5 de julio la flota llevó a los 20.000 cruzados a Gálata, donde estaba asentado el barrio judío de la ciudad, y la Torre de Gálata, tomando la torre y bajando la cadena.
Tras un breve asedio, el emperador Alejo III, aterrado por el peligro que corría, huyó de la ciudad, abandonando su esposa y sus hijos, llevando consigo únicamente su hija favorita Irene, algunos miembros de su corte y 10.000 piezas de oro y joyas de incalculable valor. Al ver que la ciudad estaba sin un emperador, los bizantinos sacaron de prisión a Isaac IIy lo restablecieron como legítimo basileo de los bizantinos.
Isaac, sin embargo, era ciego, y en efecto un ciego no podía dominar todo el Imperio bizantino. Los cruzados instigaron la coronación del príncipe Alejo como coemperador. Isaac aceptó la propuesta a regañadientes, y el joven príncipe fue coronado en la magnífica Catedral de Santa Sofía, siendo entonces el basileo Alejo IV Ángel.
El joven Alejo empezó a recaudar todos los objetos de valor de las iglesias para poder pagar la deuda, recorrió el imperio acompañado de cruzados para despojarles de sus tesoros, lo que le hizo impopular.
La tensa situación entre los cruzados y los bizantinos llegó a su fin. El pueblo, harto de los desatinos, arrogancia, y mala administración de los Ángelos, decidió deponerlos y acabar con el reinado de estos. Alejo Ducas (apodado Murzuflo o Cejijunto), aprovechando su posición en el palacio de las Blaquernas, y con apoyo de la Guardia Varega, ordenó el estrangulamiento de Alejo IV, y que Isaac II fuera devuelto a las mazmorras de la capital. Derrocó también al recién escogido basileo Nicolas Canabus, lo apresó y ejecutó con ayuda de los varegos y finalmente se proclamó como nuevo autócrata de Constantinopla.
Así pues, Isaac II murió en las mazmorras de Constantinopla, tal vez envenenado por Murzuflo, o tal vez de un shock producido por la cruel ejecución de su hijo Alejo.
Alejo V Ducas (1204 – 1205)
Alejo V Ducas era un hombre de acción e inmediatamente creó grupos de trabajo para fortalecer e incrementar la altura de los muros y torres que daban al Cuerno de Oro. También tendió emboscadas contra la caballería cruzada que se alejaba demasiado de su campamento en busca de comida o de madera.
Bajo el liderazgo del dogo veneciano Dandolo, se decidió que el siguiente asalto a la ciudad debería realizarse en su totalidad desde el mar. El primer ataque había mostrado que las defensas eran vulnerables por mar, mientras que el ataque desde tierra había sido un fracaso.
Para aumentar las posibilidades de que los ataques contra las murallas defensivas, los venecianos amarraron sus buques en parejas, creando una única plataforma, con dos puentes levadizos que accedían simultáneamente a la muralla.
Sin embargo, el reciente trabajo de los bizantinos habían aumentado las alturas de las murallas, y los puentes levadizos casi no llegaban a la parte superior. No podía haber vuelta atrás para los invasores, sus suministros de alimentos no iba a durar para siempre.
El 9 de abril 1204 los venecianos y los cruzados pasaron a través del Cuerno de Oro hacia las murallas de la ciudad. A medida que la flota cruzada llegaba, comenzaron a arrastrar sus máquinas de asedio contra las murallas. Pero no tuvieron oportunidad, las catapultas bizantinas rompieron los hicieron pedazos y tuvieron que volver a los barcos. Los atacantes se vieron obligados a retirarse.
Los venecianos pasaron los dos siguientes días reparando los dañados de sus naves y preparándose para el siguiente asalto.
El 12 de abril 1204 la flota salió de la costa norte del Cuerno de Oro de nuevo hacia las murallas. Los venecianos habían alargado sus puentes levadizos y pudieron desplegarles contra las murallas; los cruzados consiguieron acceder a las murallas pero la Guardia Varega los hizo retroceder, pero en dos puntos consiguieron hacerse fuerte, en el subsiguiente caos, los cruzados consiguieron hacerse con una pequeña puerta en las murallas y se abrieron paso a través de la misma.
El Basileo cometió el error fatal de no enviar a sus varegos para expulsar a los intrusos que eran unos 60. En su lugar, les llamó para que protegieran su persona. Este error dio a los intrusos tiempo suficiente para hacerse con una puerta más grande a través de la cual entraron caballeros montados.
Con los caballeros montados cargando hacia su campamento en una colina que domina el escenario, Alejo V se vio obligado a retirarse hacia su palacio imperial de Bouceleon junto con su infantería y su Guardia Varega.
Al anochecer, una parte importante de la ciudad estaba en manos cruzadas. Al darse cuenta de que no había ninguna esperanza, Alejo V dejó el palacio y huyó de la ciudad. Otro noble, Teodoro Láscaris, hizo un intento desesperado para motivar a las tropas y al pueblo, pero fue en vano, él también huyó de la ciudad esa misma noche en dirección a Nicea, donde finalmente sería coronado emperador en el exilio.
Esa misma noche, las razones son desconocidas, otro gran incendio se desató, destruyendo completamente otras zonas de la antigua Constantinopla.
Los cruzados se despertaron al día siguiente, 13 de abril, esperando continuar la lucha, solamente para descubrir que tenían el control de la ciudad. No hubo oposición. La ciudad se rindió.
Así comenzó el saqueo de Constantinopla, la ciudad más rica de toda Europa. Nadie controla las tropas. Miles de indefensos civiles fueron asesinados. Las mujeres, incluso monjas, fueron violadas por el ejército cruzado y las iglesias, monasterios y conventos fueron saqueados. Incluso la magnífica Santa Sofía fue saqueada por los cruzados. Obras de tremendo valor fueron destruidas solo por su valor material. Una de ellas era la famosa estatua de bronce de Hércules, creada por el famoso Lisipo, escultor de la corte de Alejandro Magno. La estatua fue fundida para obtener bronce. La pérdida de los tesoros artísticos sufridos durante el saqueo de Constantinopla fue inconmensurable.
El dogo Dandolo que todavía parecía tener control sobre sus hombres. En lugar de destruir arbitrariamente, los venecianos robaron reliquias religiosas y obras de arte que fueron llevadas más tarde a Venecia para adornar sus propias iglesias.
Tras tres días de masacres y saqueos en la ciudad de Constantinopla, finalmente, se restableció el orden y se procedió a un reparto ordenado del botín según lo que se había pactado previamente: tres octavas partes para los cruzados, otras tres octavas para los venecianos y un cuarto para el futuro emperador.
Se decidió crear un estado llamado Imperio Latino de Constantinopla, quien sería sucesor del destruido Imperio bizantino y heredero de él, su primer monarca sería Balduino IX de Flandes.
Venecia pasó a ser la única potencia naval del Mediterráneo, haciéndose de paso con el mercado Egipcio.
Aunque debilitado, no desapareció el Imperio Bizantino, recuperó su fuerza en el año 1261 cuándo Miguel VIII Paleólogo emperador de Nicea tomó el poder e hizo renacer al Imperio de Bizancio. Sin embargo, los cruzados habían establecido una serie de principados latinos en Grecia, como el ducado de Atenas.
Para más información ver el capítulo «las cruzadas» – «Cuarta Cruzada»