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Antecedentes
Los eslavos se dirigieron hacia el sur, y por ello fueron llamados esclavenos o “yugoslavos” en conjunto, aunque entre ellos se distinguía los macedonios, serbios, croatas, eslovenos, montenegrinos, bosnios. Pero todas estas tribus débiles y poco organizadas, pronto se fundieron con elementos culturales búlgaros y bizantinos, aunque lo bizantino influyó más, sobre todo, en aspectos religiosos y culturales.
Los eslavos de los Balcanes no existían como grupo de pueblos definido y dotado de una identidad étnica, cultural y lingüística homogéneas hasta finales del siglo VII. El nombre de “esclavenos” no sería sino la denominación bajo la cual los historiadores bizantinos agruparon a un conjunto de pueblos muy diversos entre sí que habitaban, desde largo tiempo atrás, en el bajo Danubio. El aumento de la presencia bizantina en esta zona durante el reinado de Justiniano y las largas guerras del periodo 570-602, fueron moldeando ese grupo de pueblos diversos que los bizantinos agrupaban bajo el término genérico de “eslavos”. Esos pueblos terminaron por conformar una identidad étnica, cultural y lingüística durante el periodo de invasión, conquista y colonización del territorio situado al sur del Danubio, que comenzaría en los inicios del reinado de Heraclio. El proceso de etnogénesis no concluiría antes del 700 y en él la lengua eslava, que había sido una suerte de lengua franca en el Imperio Ávaro aunque no la lengua única, serviría de aglutinante final.
Los eslavos esclavenos comenzaron a hacer incursiones en la frontera bizantina a pequeña escala, pero de la mano de los ávaros atravesaron el Ister (Danubio) y empezaron a realizar operaciones a gran escala, asentándose en territorio bizantino.
El nombre procede al parecer del dado al pueblo de los esclavenos o eslovenos, un grupo de eslavos que a finales del siglo Vl se encontraban entre los Alpes y el Adriático y el mar Negro. En latín eran denominados sclavini. En el siglo VIII se denominaba Esclavínia el norte de Grecia.
En los siglos VII-VIII ya podemos asegurar que los eslavos meridionales estaban divididos y ocupaban diferentes territorios, aunque es difícil ubicar una cronología exacta por las pocas fuentes escritas con las que se cuenta y por la poca información sobre sus fronteras entre los mismos. Durante toda la Edad Media han sido muchos los pueblos que han tenido muchas relaciones con los eslavos meridionales y han influido en su desarrollo. Los francos, los germanos, los húngaros en la zona noroccidental, Venecia en el oeste y en la costa dálmata y Bizancio en el sur. Además, esta zona va a marcar el límite de influencia de las zonas católica y ortodoxa, que provocó continuos conflictos en esta zona. En el siglo XV, los turcos terminaron por dominar casi toda esta zona.
Para más información ver el capitulo los “avaros” – “irrupción de los ávaros en la historia” y “el periodo temprano ávaro”
Los eslavos alpinos
En el siglo VI, los eslavos comenzarían a poblar las regiones entre los Alpes y el mar Adriático en dos olas de migraciones consecutivas: la primera tuvo su ocasión en el año de 550 y provino de las tierras de Moravia, mientras que la segunda ola, proveniente del sureste, tuvo lugar tras la retirada de los Lombardos hacia Italia en 568.
De 623 a 658, los pueblos eslavos entre el Elba superior y la cordillera de Karavanke se unificaron mediante el liderazgo del rey Samo (Kralj Samo), en lo que entonces sería conocido la «Unión Tribal Samo». La unión tribal se colapsó tras la muerte de Samo, pero un pequeño principado eslavo, Carantania (en esloveno, ‘Karantanija’) sobrevivió, en lo que hoy día se conoce como la parte central de Carintia; dando lugar a los principados de Samo y el de Carintia. La población mayoritaria en estas zonas eran los eslavos alpinos (actuales eslovenos), sin embargo, fueron estados fugaces, ya que muy pronto fueron absorbidos por los francos, y quedaron dentro del Imperio Carolingio bajo la influencia germana, por este motivo se inició un proceso de germanización de esta zona.
Principado de Samo
En el 630, un grupo de comerciantes merovingios llegó a la frontera noroeste del kaganato, donde se habían levantado los eslavos, justo cuando la rebelión había comenzado, y mientras aguardaban ya levantados en armas el retorno de los antiguos amos avaros. Los comerciantes estaban dirigidos por un tal Samo, que dándose cuenta de lo que se estaba gestando, ofrecieron sus servicios como soldados a los líderes tribales. En las primeras batallas, Samo se hizo valer de tal manera, que las tribus lo eligieron como caudillo, y así nació el primer reino eslavo, que sería conocido como “El reino de Samo”. Estaba situado al sur del río Elba, en lo que ahora es parte de la república Checa, Austria y Eslovaquia.
El kaganato avaro dejó de presionar sobre Bizancio, y se concentró en derrotar a los rebeldes de Samo, y en mantener las fronteras con los francos merovingios. Al norte de su territorio, el reino de Samo trataba de consolidarse a toda prisa, estableciendo su capital en Wogatisburgo. Mientras, Dagoberto, el rey merovingio de los francos, al recibir las noticias de los éxitos militares de Samo, trató de exigirle su lealtad para obtener así control de dichas tierras. Pero Samo y sus eslavos, que habían rechazado ya a los avaros, rechazaron la propuesta del merovingio. Así, en el año 631, Dagoberto reunió un ejército e invadió el reino de Samo. Pero los valerosos eslavos vencieron en una desesperada batalla que duró tres días, y expulsaron para siempre a los francos de su territorio. Tras esta victoria, Samo consiguió que más tribus eslavas se uniesen bajo su mando, y se convirtió en una fuerza política y militar importantísima en la región.
Principado de Carintia
En el siglo VII el territorio que conformaría el ducado de Carintia formaba parte del principado eslavo de Carantania, pasó a formar parte del Imperio de Carlomagno entre 788 y 873 y posteriormente se convirtió en parte de la herencia del reino de Luis el Germánico. Desde el año 889 al 976 recibió el nombre de marca de Carintia dentro del ducado de Baviera, pero el conde Berthold fue elevado a la posición de duque por el rey Enrique I en el año 938.
Croacia
Los croatas (chrobati o chravati), estaban asentados en la zona de Galizia y en la Croacia Blanca (en el sur de Polonia), recibieron la oferta del emperador bizantino Heraclio de aliarse contra los ávaros a cambio de las tierras de Panonia y Dalmacia. Los croatas al mando del legendario Zupan aceptaron el trato y lucharon contra los ávaros, atacándoles en la llanura de Panonia y dispersándose por los Balcanes. Una rama de los croatas, los byelochravati (Croatas blancos) permanecieron, sin embargo, en territorios que corresponden hoy al sur de Polonia, conservando una precaria independencia entre checos y polacos.
Los croatas del sur formaron estructuras autónomas bajo el mando de sus jefes tribales (zupani) en las montañas de Bosnia hasta Montenegro (croatas dináricos o croatas rojos); a lo largo de las costas de Dalmacia (croatas de Dalmacia) y en las llanuras del río Sava y el río Drava (croatas de Panonia). De esta época es Radoslav, un gobernante enérgico del que se cantan aún baladas dedicadas a sus hechos y al que se le atribuye la introducción del cristianismo entre los croatas.
En la zona de Panonia y en la costa Dálmata, los croatas llegaron a formar un estado bastante fuerte, se tiene menciones de un tal Porga de finales del siglo VII, pero realmente documentado como primer duque de Croacia-Dalmacia es Višeslav, que gobernó durante el último tercio del siglo VIII. También de finales de ese siglo es el primer duque de Croacia-Panonia, Vojnomir.
En Dalmacia se sucedieron los zupani vasallos de los francos, Vladislav (821-835) y Mislav (835-845), pero su sucesor, Trpimir I (845-864), se independizó y le fue reconocido el título de Dux Croatorum, fundando una nueva dinastía (los Trpimirovic) que gobernaron Croacia hasta la llegada de los húngaros.
En el año 810, el poder de Croacia-Dalmacia pasó a Borna, que a su vez colocó en el otro ducado a su sobrino Ljudevit Posavski (Posavski significa del río Sava). Borma había aceptado ser vasallo de los emperadores francos, mientras que su sobrino luchó contra ellos hasta que en 823 fue derrotado y huyó al ducado de su tío, que por complacer a los carolingios lo encarceló hasta su muerte. Una sublevación contra los carolingios llevó al zupan Ratimir (829-838) a tomar el control de Panonia, pero de nuevo los francos sometieron Panonia en 838.
Panonia continuó bajo el vasallaje de los francos con Pribina (849-60), Kocelj (861-872) y Mucimir (872-73); solamente Braslav (880-97) disfrutó de una precaria independencia que debía soportar el empuje de las hordas magiares, que bajo su rey Árpád conquistaron el norte del ducado (Baranja y Backa), quedando el sur en manos de los croatas de Dalmacia; mientras que el este de Eslavonia (Sirmia/Srjem) fue ocupada también por los húngaros. De este modo, la frontera norte de Croacia quedó fijada en el río Drava.
Pasó en poco tiempo de ser Principado a ser Reino, eso ocurrió bajo el gobierno de Tomislav (910-30). La Iglesia católica prohibió la liturgia eslava, surgiendo el primer conflicto con la población, que prefería su propio idioma como lengua de culto. Este estado se benefició de las continuas luchas entre Venecia y Bizancio por el control del comercio marítimo en el mar Adriático, Croacia comienza su desarrollo comercial y consiguió su primer apogeo, bajo el reinado de Pedro Kreshimir I (1058-74), quién consigue anexionar algunos territorios de Bosnia.
En el año 1054, con el cisma eclesiástico que se produce entre las iglesias Católica y Ortodoxa, Croacia queda bajo la zona de influencia católica. A partir de esa época, Croacia iba a ir perdiendo poder a favor de los estados vecinos, sobre todo en la zona de Panonia, a favor del floreciente Reino de Hungría. El rey Koloman de Hungría se hizo con el trono de Croacia, al morir Pedro Kreshimir sin descendencia, pasan a formar parte de este reino, pero en los primeros años tienen cierta autonomía, aunque sus dirigentes eran nombrados por el rey húngaro para que defendieran sus intereses. Se creó un parlamento, el “Sabor”, donde se discutían todos los asuntos referentes al estado croata.
La zona de la costa dálmata se mantiene independiente y surgen ciudades-estado que evolucionan a imagen y semejanza de Venecia. Las diferencias entre los croatas de la costa dálmata y de la zona de Panonia se hacen mayores.
Serbia
Plinio el Joven con su trabajo Plinii Caecilii Secundi Historia Naturalis a partir del siglo I (69-75) menciona a los serbi, que vivieron cerca de Cimerios, probablemente en el mar Negro y el mar de Azov.
En el siglo II (aproximadamente 175), el científico egipcio Claudio Ptolemeo mencionó en su Geographía (libro 5, 9.21) a los serboi o sirboi, una tribu que habitaba en Sarmacia, probablemente al norte del Cáucaso, junto al bajo Volga, o junto al mar Negro. Contemporáneos de Ptolomeo, como Tácito y Plinio el Viejo (Naturalis Historia, VI) se refieren también a los serboi en las inmediaciones del Cáucaso.
Según el trabajo llamado «De administrando Imperio«, escrito por el emperador Bizantino Constantino VII Porphyrogennetos (912-959), serbios de Balkanic que provienen de serbios blancos paganos que vivieron al otro lado de Turquía (nombre usado para Hungría), en el área que llamaron Bojki. Los vecinos de serbios blancos eran Croacia Grande o Blanca estatal y pagana Fráncica. Porphyrogennetos afirma que después de que dos hermanos heredaron la Serbia (es decir, la Serbia Blanca) de su padre, uno de ellos, con la mitad de la gente, marchó al Imperio bizantino (en los Balcanes). Por su ayuda al emperador Heraclio en sus luchas contra los ávaros, les permitió establecerse en una zona de la provincia de Macedonia, próxima a la actual ciudad griega de Serbia. Posteriormente, se produjo su expansión hacia el norte.
En los Balcanes, los serbios se situaron en la zona de los ríos Tara, Ibar, Drina y Lim (en la zona fronteriza actual de Serbia, Montenegro y Bosnia y Herzegovina), junto con tribus eslavas del Sur circundantes que habían llegado antes a los Balcanes (en el siglo VI)con los ávaros. Con el tiempo, estas tribus también adoptaron el nombre serbio como su propio.
Cuando Simeón I, ocupó el trono de Bulgaria, los territorios serbios pasaron a formar parte de este reino, pero los serbios lucharon por su independencia. Bizancio en muchas ocasiones daba apoyo a los serbios, para que estos intentaran crearles más zonas de conflicto y que tuvieran que defender varios lugares a la vez. En el siglo X, el zar búlgaro Samuel, decidió nombrar gobernador de Zeta al príncipe Vladimir, este territorio ocupaba Montenegro y Herzegovina.
A principios del siglo XI, tuvo unos años de gran esplendor, se hizo fuerte en la península balcánica. El principado de Zeta se convirtió en un núcleo de resistencia antibizantina, marcado por ciertos intereses. Incluso en el año 1077, el príncipe Miguel recibió su corona por parte del Papa de Roma, esto fue toda una provocación. También en esta época, consiguió conquistar algunos territorios de Rascia a Bizancio.
El Rey Bodín de Zeta, el que realizó esta conquista, puso a dos zupanes en este territorio para defender sus intereses: Vukan y Marcos. Con ellos nacería la dinastía de los Nemanja. Medio siglo más tarde, Zeta consiguió la independencia total de Bizancio.
La época de esplendor llegó con Esteban Nemanja, conocido en la iglesia ortodoxa como el Santo (San Simeón). Antes de morir abdicó y se retiró al Monte Athos donde ya estaba su hijo Sava. Esteban pidió al emperador bizantino fundar un monasterio serbio en ese monte y fue concedido, así nació Hilandar.
Justo un año antes de morir, lo iba a suceder su hijo Esteban I, ya que los serbios estaban mucho más cercanos a la iglesia ortodoxa.
En 1204, tuvo lugar la cuarta cruzada que iba a destruir Bizancio, hecho que aprovecharon los búlgaros, principalmente, para fortalecerse en la península balcánica, pero los serbios estaban bastante asentados en la zona y también participaron en la ocupación de algunos territorios bizantinos.