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Antecedentes
Situación en la mancomunidad Polaco-Lituana
Segismundo III Vasa murió en 1632, siendo sucedido, primero por Vladislao IV (1632-48), su hijo de Ana de Habsburgo.
Desde 1640, Vladislao estudiaba enfrentarse con los tártaros de Crimea y con el imperio Otomano. Para desencadenar la guerra, dejó de pagar el habitual tributo a los primeros en 1645, pero no logró que lo atacasen. Si bien contaba con el respaldo del Senado, el Sejm era contrario a la beligerancia del rey. Los intentos de Vladislao de involucrar en la guerra a Rusia, Venecia y el papado fracasaron, pues solo la república adriática le aportó cierta ayuda. En 1646 y 1647 creció la oposición de la nobleza a las ambiciones del soberano, que estaba reclutando tropas sin el permiso del Parlamento; este exigió que se desbandasen las unidades que se estaban preparando para atacar a los otomanos. Las acometidas de los partidarios del rey contra los tártaros no consiguieron que estos contraatacasen y precipitasen la ansiada contienda. Mientras, nuevas tropas cosacas se preparaban para participar en los combates.
Vladislao falleció el 20 de mayo de 1648 de una sobredosis de la medicina con la que le estaban tratando unos cálculos renales. Para entonces el rey había perdido todo interés en la política, tras perecer repentinamente el año anterior Segismundo Casimiro. Falleció el 20 de mayo de 1648 a los 52 años.
El parlamento polaco se reunió en Varsovia en julio de 1648 para tratar la elección del nuevo rey, en medio de la sangrienta rebelión cosaca. Juan Casimiro, hijo de Vladislao y de Constanza de Habsburgo obtuvo el apoyo de la reina viuda, María Luisa de Gonzaga, del canciller Jerzy Ossoliński y del hetman cosaco Bogdan Khmelnitski. El respaldo de este último fue decisivo para que Juan Casimiro obtuviese la corona el 17 de enero de 1649. Gracias a una dispensa papal, en mayo de ese año Juan Casimiro pudo desposar a la viuda de su hermano, que esperaba que el nuevo rey siguiese la línea negociadora del difunto Vladislao con los levantiscos cosacos.
La elección del nuevo rey estuvo marcada por los sucesos en los territorios ucranianos: Juan Casimiro obtuvo el respaldo de la fracción conciliadora, que deseaba tratar con los rebeldes y otorgar a los ortodoxos ciertos derechos. El canciller Ossoliński deseaba mantener la tradicional alianza entre el soberano y los cosacos, que servía de contrapeso al poder de la nobleza polaca. Kysil, por su parte, deseaba que se admitiese la igualdad de la nobleza ortodoxa con la católica y se reconociesen los obispados greco-católicos y se les otorgasen a sus obispos escaños en el parlamento.
Rebelión de Khemelnitski
Una de las primeras medidas de Juan Casimiro fue enviar al principal asesor real en asuntos cosacos, Adam Kysil a Ucrania y confirmar el título de hetman a Khmelnitski. Este se había alzado en la primavera de 1648 contra la nobleza polaca de Ucrania. Los intentos de sofocar militarmente la rebelión habían fracasado y Khmelnitski se había instalado en Kiev casi como soberano de los territorios ucranianos.
El rey entregó el mando de un ejército de 15.000 soldados a su rival en la elección al trono, el mayor hacendado de Ucrania y candidato de los extremistas, Jeremy Wiśniowiecki, que quedó cercado en Zbarazh por cuarenta mil cosacos y tártaros. Juan Casimiro acudió con 25.00 soldados a socorrerlo, pero fue a su vez sorprendido y derrotado por el enemigo. Salió del apuro convenciendo al kan tártaro İslâm III Giray de retirarse del conflicto, lo que obligó a Khmelnitski a tratar con él. El 18 de agosto de 1649, los dos bandos alcanzaron un acuerdo en Zboriv.
Cada uno, sin embargo, lo consideró simplemente una tregua, y trató de reforzar su posición para imponerse al otro. Khemelnitski deseaba proclamarse independiente, ligarse con otras potencias ortodoxas y protestantes y obligar a Juan Casimiro a admitir la independencia ucraniana. Deseaba también arrebatarle el trono polaco-lituano y entregárselo al príncipe transilvano Jorge Rákóczi II
Entre los polacos también los radicales que deseaban acabar por la fuerza con la rebelión ucraniana tomaron el mando. El canciller Ossoliński, considerado responsable del acuerdo de Zboriv, fue destituido, con la aquiescencia del rey. Wiśniowiecki fue nombrado hetman y se le entregó un gran ejército de 100.000 hombres, compuesto por levas de los nobles, ejércitos privados de estos, tropas regulares y milicias provinciales. Este gran ejército venció a otro de igual tamaño de cosacos y tártaros en la batalla de Berestechko el 30 de junio de 1651. La marcha de los contingentes de los nobles y la denodada resistencia de los rebeldes llevó a la firma de un nuevo acuerdo entre el rey y Khmelnitski, menos favorable a este. En 1652, se reanudaron los combates, y al año siguiente Juan Casimiro invadió de nuevo Ucrania, infructuosamente. Hasta entonces ninguna de las partes había conseguido imponerse a la otra.
La firma del tratado de Hadiach en 1658 con el nuevo hetman Iván Vigovski no sirvió para poner fin al conflicto. La oposición de la nobleza polaco-lituana a aceptar a la rutena y a los cosacos como iguales permitió a Rusia atizar el descontento con Vigovski y expulsarlo. A su huida le siguieron tiempos de caos en el hetmanato cosaco por el enfrentamiento de distintos candidatos al cargo de hetman.
Para reforzar su poder, Juan Casimiro y su esposa trataron de crear en el Senado una fracción afín y de aumentar sus recursos económicos mediante la venta de cargos y el nombramiento de partidarios, en ocasiones casados con damas de honor de la reina. El ejemplo más destacado de estos matrimonios con fines políticos fue en del futuro monarca Juan III Sobieski con María Casimira Luisa de la Grange d’Arquien. Estas medidas, si bien alcanzaron su objetivo, disgustaron a muchos nobles, incapaces de pagar los precios que imponían los reyes por los cargos que ansiaban, remisos a hacerlo o incapaces de desposar a las damas de la reina por ya estar casados. Esta hostilidad de parte de la aristocracia allanó las invasiones del país, con las que los adversarios de rey colaboraron con el fin de entregar el trono a un monarca más favorable a sus intereses.
Algunos aspectos del carácter de Juan Casimiro tampoco le favorecieron: mientras que su difunto hermano había tenido facilidad para hacerse querer, él solía resultar antipático; su actitud excesiva altivez, debida al largo tiempo que había vivido eclipsado por Vladislao, tampoco le granjeaba las voluntades. Entre ortodoxos y protestantes tampoco sentaban bien sus demostraciones de piedad católica, entre ellas las numerosas peregrinaciones que realizó. Los tradicionalistas también vieron con malos ojos el acercamiento a Francia que conllevó la boda con la viuda de Vladislao y la importación de la moda francesa, que condenaban por indecorosa. La influencia de la reina en el gobierno y las desavenencias entre ella y su esposo por las aventuras sexuales de este, a veces ventiladas en público, también tenían críticos. Por el contrario, se alabó el patrocinio de la reina tanto de las artes como de las ciencias.
Situación en Suecia
A la muerte del rey Gustavo Adolfo II Vasa, la familia de Carlos Gustavo tuvo fricciones con los Oxenstierna, pues la influencia política de esta familia se incrementó considerablemente cuando Axel Oxenstierna se encargó de la regencia por causa de la minoría de edad de la nueva reina, Cristina.
Carlos Gustavo estudió algún tiempo en la Universidad de Upsala y en 1638 realizó un viaje de estudios al extranjero, concretamente a París, donde se entrevistaría con la corte de ese reino y estudiaría diplomacia.
De vuelta a Suecia, expresó su deseo de participar con el ejército sueco en la Guerra de los Treinta Años. En 1642, partió a Alemania, donde mostró cualidades militares en importantes batallas.
En 1645 regresó a Suecia, donde participó activamente en los debates políticos y se constituyó en uno de los más influyentes hombres del reino, además de ganarse las simpatías de la reina. En enero de 1648 fue nombrado generalísimo del ejército sueco en Alemania. Carlos Gustavo pretendía ganar en la guerra los más grandes honores, pero la firma de la Paz de Westfalia en 1648 se lo impidió. Participó entonces en las negociaciones y en la supervisión del cumplimiento de las condiciones de paz, que se llevaría a cabo en Núremberg en 1650. De esa manera se hicieron notar sus cualidades militares y diplomáticas.
En 1649, pese a la oposición de la nobleza, la reina Cristina, que no se había casado ni tenía hijos, nombró a Carlos Gustavo como su sucesor. En 1650, Cristina logró que el parlamento reconociera a Carlos Gustavo y a sus futuros descendientes como herederos de la corona. En estas circunstancias, Carlos Gustavo se mantuvo al margen de la política y prefirió aislarse en el castillo de Borgholm, en la isla Öland, mientras esperaba tomar posesión del trono. El 6 de junio de 1654, Cristina de Suecia declinó la corona en Upsala, abdicando a favor de Carlos Gustavo, quien fue investido como nuevo rey el mismo día con el nombre de Carlos X Gustavo.
Carlos X había procreado un hijo antes de ascender al trono. Después de convertirse en rey, se apresuró a casarse con Eduvigis Leonor de Holstein-Gottorp. El matrimonio tenía motivos políticos, pues el duque Federico III de Holstein-Gottorp era un enemigo de Dinamarca y buscaba el apoyo sueco.
Causas de la guerra con la Mancomunidad
Carlos X de Suecia quería luchar una guerra. Quería expandir el poder, la gloria y las riquezas del reino, surgió la idea de convertir el mar Báltico en un lago sueco.
El consejo privado de Carlos X (en su mayoría serviles y afines), usó varias excusas y justificaciones para explicar por qué una guerra ya era inevitable. Uno de ellos fue que los soldados ya movilizados para sofocar una rebelión en Bremen debían ser alojados y pagados, ningún país en esos momentos quería hacerlo en su propio territorio o con fondos. Pero Suecia, en particular, tenía finanzas débiles, una agricultura pobre para alimentar a la gente y pagaba a sus ejércitos a través del saqueo oportunista.
Otra excusa fue que los países alrededor de Suecia eran una amenaza. Por lo tanto, había que decidir cuál de ellos debía ser atacado preventivamente primero. Entre Dinamarca, Polonia y Rusia, fue Polonia la que tenía la combinación adecuada vulnerabilidad en esos momentos y oportunidades de saqueo. El país era grande pero estaba fracturado, su nobleza era próspera, se asentaba en ciudades portuarias que sería rentable aprovechar, y ya estaba envuelta en guerras contra los cosacos y con Rusia.
Oficialmente, Carlos X empleó varias justificaciones endebles para la guerra con Polonia, la menos mezquina fue que el rey católico de Polonia todavía seguía reclamaba el reino de Suecia, y Carlos iba a proteger a los protestantes en Polonia (que muy conveniente habían sido asentados en Polonia, en zonas que quería anexar) y hacer que el rey atendiese su reclamación. No podía simplemente decir que estaba invadiendo para saquear el país y conquistar las zonas costeras, por lo que esas razones eran usadas como casus bellis oficiales.
El Diluvio Sueco, operaciones en 1655
En el verano de 1655, el Imperio sueco invadió la mancomunidad de Polaco-Lituana, entrando desde la Pomerania sueca y la Livonia sueca. El 5 de julio de 1655, Arvid Wittenberg concentró sus fuerzas cerca de Stettin y marchó hacia la frontera polaca.
Entraron en la Gran Polonia, una de las provincias más ricas y desarrolladas de la Mancomunidad, que durante siglos no había sido afectada por conflictos militares, y cuyas levas había estaban acostumbradas a luchar. El ejército de la nobleza de la Gran Polonia, ubicado en el valle del río Noteć, cerca de la ciudad de Ujście, se parecía más a una gran fiesta; ya que la szlachta (tropas de la nobleza local), reunida allí para enfrentarse al ejército sueco, estaba más interesada en la bebida. Para empeorar las cosas, el comandante Bogusław Leszczyński, fingió estar enfermo y se fue a Breslau. En ausencia de Leszczyński, el mando fue compartido por voivoda de Poznań Krzysztof Opalinski, y el voivoda de Kalisz, Andrzej Karol Grudziński. Su tarea era defender los cruces del río Noteć hasta la llegada de las fuerzas principales, mandadas por el rey Juan II Casimiro. Los dos voivodas discutían entre sí si luchar o rendirse al enemigo. Las tropas polacas carecían de pólvora, cañones e incluso comida, que era robada en las aldeas locales por los soldados hambrientos.
Con los escasos fondos que aprobó el Sejm en junio de 1655, el ejército polaco, mal mandado, dependía fundamentalmente de la szlachta o levas de los nobles. A los 7.000 soldados de caballería y 6.500 de infantería reunidos con los fondos concedidos por el Parlamento se unieron 33.000 jinetes aportados por los nobles.
Batalla de Ujście (24–25 de julio de 1655)
El ejército de Wittenberg con 17.000 principalmente en mercenarios (6.150 jinetes, 7.500 infantes y 75 cañones), veteranos de la guerra de los Treinta Años, cruzó la frontera polaca cerca de Czaplinek, el 21 de julio. Las fuerzas polacas, concentradas cerca de Ujście, consistían en 13.000 nobles, más 1.400 de infantería elegida.
El 24 de julio, el ejército de Wittenberg llegó a Ujście, instando a las fuerzas polacas a rendirse. Después de la negativa, Wittenberg asentó su artillería frente a las trincheras polacas y comenzó un bombardeo. Durante cinco horas, la infantería elegida defendió puentes sobre los ríos Noteć y Gwda, retirándose después de quedarse sin municiones. Al mismo tiempo, una unidad de caballería sueca logró capturar un puente cerca de Dziembowo. Frente al cerco, los líderes polacos decidieron negociar. Además, se desató el pánico en el campamento polaco.
Al día siguiente, 25 de julio, los líderes polacos firmaron la capitulación, prometiendo lealtad al rey sueco. Entre los dignatarios que firmaron el acto figuraban tales nombres, como voivoda de Poznań Krzysztof Opalinski, el voivoda de Kalisz Andrzej Karol Grudzinski, gobernador de Międzyrzecz Pawel Gembicki, el gobernador de Krzywin Maksymilian Miaskowski y Andréi Słeckecki. Después del pacto, la nobleza de la Gran Polonia, que se quedó en el campamento de Ujście, fue invitada por los suecos a una fiesta.
Según el documento firmado por los polacos, Carlos X Gustavo recibió el control completo de los dos voivodatos de la Gran Polonia, junto con todas las iglesias y propiedades reales, ciudades reales (Poznań, Kalisz, Kościan, Międzyrzecz) y castillos reales. A la nobleza se le otorgó la garantía de sus libertades (Golden Liberty), y solo los polacos debían ser nombrados para los puestos de funcionarios.
Sin embargo, Wittenberg se dirigió al suroeste, a Poznań, que capturó sin luchar el 31 de julio. A principios de agosto, acampó cerca de Środa Wielkopolska, a la espera de la llegada del ejército mandado por Carlos Gustavo.
Las noticias de la capitulación llegaron a Varsovia el 31 de julio. El agitado y desesperado rey polaco Juan II Casimiro instó al emperador austriaco a pedir ayuda. Además, el 2 de agosto, Juan Casimiro expresó su voluntad de entregar la corona polaca al emperador Fernando III.
Batalla de Sobota (23 de agosto de 1655)
El ejército del rey Carlos Gustavo, entro en Polonia, acampó en Koło. Aquí el rey sueco recibió representantes de Juan II Casimiro de Polonia en un intento de pedir la paz. Los intentos polacos fueron en vano y el rey sueco marchó hacia Varsovia.
El 31 de julio de 1655, el ejército mandado por Arvid Wittenberg capturó Poznań, y el 20 de agosto cerca de Konin, los ejércitos de Wittenberg y de Carlos Gustavo se reunieron y juntos se dirigieron a Varsovia. El 2 de septiembre, los polacos perdieron la batalla de Sobota, y el 4 de septiembre, los suecos capturaron Łowicz. Cuatro días después, el ejército sueco entró en la capital polaca, convirtiéndose en el primer ejército extranjero en la historia polaca en capturar Varsovia. El rey Carlos Gustavo dejó una guarnición en Varsovia, bajo Bengt Gabrielsson Oxenstierna, y se dirigió hacia el sur, en busca de Juan Casimiro.
Batalla de Żarnów (16 de septiembre de 1655)
Después de capturar Varsovia, los suecos comenzaron a perseguir a las tropas polacas, que se retiraron hacia el sur. El 9 de septiembre, cerca de Inowłódz, una unidad bajo Stefan Czarniecki atacó a la retaguardia sueca de 500, comandada por George Forgell. Los polacos lograron matar a unos 200 suecos, pero esto no detuvo el avance de los invasores.
El ejército sueco continuó su marcha hacia el sur, capturando y quemando las ciudades de Inowłódz, Drzewica y Odrzywół. El 12 de septiembre comenzó el asedio de Opoczno. La ciudad, carente de fortificaciones modernas, capituló rápidamente, y fue casi completamente destruida, con solo 20 casas intactas. Un destino similar esperaba a otras ciudades locales, en Drzewica, solo quedaron 21 casas, mientras que en Odrzywół solo 22. Los residentes locales fueron sacudidos por la barbaridad de los invasores suecos, ya que el rincón noroeste de la Pequeña Polonia no había experimentado una destrucción tan grande desde el siglo XIII. Invasión mongola de Polonia.
A principios de septiembre de 1655, las fuerzas polacas leales a Juan II Casimiro se concentraron cerca de Wolborz. Carlos Gustavo decidió enfrentarlos, dejando Varsovia el 12 de septiembre. Las unidades polacas en Wolborz consistían principalmente en fuerzas de la de Mazovia y el norte de la Pequeña Polonia, que no era rival para los experimentados mercenarios suecos. Como la moral entre los polacos era baja, Juan Casimiro planeaba retirarse hacia Cracovia. La nobleza no estuvo de acuerdo con este plan, exigiendo luchar contra los invasores cerca de sus hogares.
El 15 de septiembre, las unidades polacas del ejército real y la szlachta, sumando unos 11.000 efectivos (6.000 jinetes, 1.000 dragones y 4.000 infantes con 6 cañones), llegaron a Żarnów, donde el rey polaco decidió enfrentarse personalmente a Carlos Gustavo. El ejército sueco tenía una fuerza similar (6.000 jinetes, 400 dragones, 4.500 infantes y 40 cañones).
Después de un ataque de caballería polaca, que fue rechazada por los suecos, Carlos Gustavo ordenó a la infantería avanzar, con el apoyo de la artillería sueca. Los suecos avanzaron, capturando una colina, que servía como una posición defensiva polaca. Los polacos intentaron evitarlo, pero ante la superioridad del fuego sueco, tuvieron que retirarse. Poco después, la caballería sueca entró en la contienda, pero la batalla terminó debido a las fuertes lluvias, que impidieron que el ejército polaco fuera destruido por completo. Las unidades polacas en retirada fueron perseguidas por los suecos, quienes capturaron a los mejores soldados, obligándolos a servir en el ejército sueco. La szlachta en masa abandonó el campo de batalla y regresó a sus hogares.
La victoria sueca abrió el camino a la provincia de la Pequeña Polonia. En total, los polacos perdieron unos 1.000 hombres. Las unidades que evadieron la captura marcharon hacia Włoszczowa y Cracovia, comandadas por Stefan Czarniecki y el rey Juan Casimiro. El rey quebrantado y derrotado, llegó a Cracovia el 19 de septiembre. Al principio, planeó quedarse en la antigua capital polaca, y defenderla a toda costa, pero cambió de opinión y abandonó la ciudad, dejándola bajo el mando de Czarniecki. Pocos días después, el monarca polaco cruzó la frontera polaco-silesia.
Una de las colinas ubicadas en Żarnów todavía se llama Szwedzka Góra (Montaña Sueca), ya que, según una leyenda, el Rey Juan Casimiro observó la batalla desde esa colina. El pueblo de Żarnów fue incendiado por los suecos hasta tal punto que 21 años después de la batalla, la población de Żarnów era de solo 120 habitantes, mientras que antes de la batalla, eran más de 1.000. La Pequeña Polonia, que hasta entonces había sido próspera, se convirtió en un desierto, y con otras ciudades de la región, como Opoczno, Inowłódz, Drzewica y Odrzywół, Żarnów nunca se recuperaron por completo: «No es una exageración afirmar que el cataclismo del Diluvio Sueco puede compararse con la barbarie de los nazis en la Segunda Guerra Mundial«
Asedio de Cracovia (25 de septiembre al 13 de octubre de 1655)
El 2 de agosto de 1655, cuando las noticias de las victorias suecas llegaron a la ciudad, el alcalde de Cracovia, Andrzej Cieniowicz, instó a los residentes a organizar la defensa de la antigua capital polaca. También recaudó impuestos para el empleo de 1.000 unidades de infantería. La guarnición de Cracovia recibió la orden de vigilar las murallas de la ciudad y controlar a los extranjeros, especialmente a los alemanes, que residían en la ciudad. Además, los trabajos en las fortificaciones se iniciaron bajo el ingeniero municipal Izydor Affaita y Krzysztof Mieroszewski de la nobleza local. Para cubrir el costo de las obras, la reina Maria Luisa Gonzaga entregó algunas de sus joyas.
El 27 de agosto, el obispo de Cracovia, Pyotr Gembicki instó a los residentes a jurar lealtad al rey y defender la ciudad. El obispo pagó por 300 soldados, que fortalecieron la guarnición, mientras que el consejo de la ciudad creó milicias armadas, que consistían en estudiantes y otros residentes.
El 19 de septiembre, el rey Juan Casimiro llegó a Cracovia, después de la batalla de Zarnowiec. El rey llevaba unos pocos miles de soldados y levas, pero la moral de su ejército era baja. Varios miembros de la nobleza abandonaron al rey, mientras que el ejército, concentrado en Pradnik, se organizó en una confederación, exigiendo dinero y renunciando del hetman, Stanislaw Lanckoronski. El 20 de septiembre, el Consejo del Senado tuvo una reunión en la que se confirmó la lealtad al rey. Poco después de la reunión, la reina, junto con el primado Andrzej Leszczyński, abandonaron la ciudad.
El 24 de septiembre, Juan Casimiro, que inicialmente había planeado quedarse en Cracovia, decidió abandonar la ciudad también. Junto con el obispo Gembicki, el rey se dirigió primero hacia el este, a Wojnicz. Luego giró hacia el sur, hacia Nowy Wiśnicz, Nowy Sącz y la frontera polaca.
La guarnición de Cracovia, bajo el mando del castellano (gobernador de la plaza) Stefan Czarniecki y el coronel de infantería Fromhold Wolff, estaba formada por unos 5.000 hombres, soldados del ejército regular y milicias de la ciudad. Para preparar la defensa, Czarniecki quemó los suburbios de Kleparz, Biskupie y Garbary, y realizó trabajos de movimientos de tierras.
El 25 de septiembre, los suecos atacaron a Kazimierz y lo saquearon después de la captura. El mismo día, intentaron ingresar a Cracovia, pero un contraataque polaco los obligó a retirarse. Al día siguiente, Carlos Gustavo ordenó un bombardeo de artillería, dejando a Arvid Wittenberg con 8.000 soldados. El propio rey sueco se dirigió con un ejército más pequeño hacia Wojnicz.
El rey Juan Casimiro con el general Stanisław Lanckoroński partió de Cracovia cuando la situación de defensa se convirtió en desesperada en dirección a Tarnów. El rey y el séquito continuaron a través de Wiśnicz hasta Nowy Sącz, y las fuerzas de Stanisław Lanckoroński se unieron a las fuerzas del hetman Stanisław Rewera Potocki y en Wojnicz, y decidieron presentar batalla para proteger la retirada del Rey. El ejército polaco incluía el ejército del cuarteto y los húsares de Koniecpolski.
Los jinetes suecos de Boddeker fueron rechazados por los húsares, luego los húsares los persiguieron, pero fueron acribillados por los dragones y mosqueteros ocultos, mientras que se produjo un ataque de la caballería sueca en ambas alas de la caballería polaca. Carlos Gustavo atacó desde el ala izquierda y Sulzbach a la derecha. Húsares, no apoyados por una caballería ligera frente a la abrumadora superioridad numérica de los suecos, y se retiraron detrás del río Dunajec.
El comandante del ejército polaco, el hetman Stanisław Lanckoroński, escapó de la muerte por los pelos, siendo salvado por Stefan Bidziński y Wespazjan Kochowski.
Después de la derrota de los polacos en la batalla de Wojnicz el 3 de octubre. Las noticias de esta batalla llegaron rápidamente a Cracovia, junto con las demandas suecas de capitulación. Dado que las unidades del ejército real polaco, dispersas por la ciudad, no se involucraron en ninguna escaramuza con los suecos, los defensores de Cracovia se sintieron abandonados, sin esperanza de ningún apoyo. Sin embargo, siguieron luchando.
El 6 de octubre, Carlos Gustavo regresó a Cracovia, y mientras inspeccionaba las posiciones suecas, su caballo fue muerto por una bala polaca, cerca de la puerta de San Florián. A medida que avanzaba el asedio, la moral entre los defensores se hundía aún más. Czarniecki, consciente de esto, inició negociaciones el 12 de octubre. Una mayor resistencia significaría la destrucción de Cracovia y el hambre de sus residentes, por lo que al día siguiente, Czarniecki aceptó capitular.
El 17 de octubre se firmó una tregua con los suecos. Garantizaba la libertad de religión, la seguridad del clero católico, los funcionarios públicos y los residentes, manteniendo todos los privilegios de la ciudad y su universidad, y el intercambio de prisioneros de guerra. Los suecos permitieron que las unidades polacas abandonaran Cracovia y marcharan a los cuarteles de invierno en la parte occidental de la Pequeña Polonia, cerca de Oświęcim, Zator, Sławków y Siewierz. Estas fuerzas permanecerían neutrales hasta el 18 de noviembre. Después de esa fecha, debían decidir si unirse al rey sueco o polaco.
El 19 de octubre, las fuerzas de Czarniecki se reunieron en la plaza de armas de Cracovia. Unos 1.800 hombres con 12 cañones abandonaron la ciudad, mientras que Czarniecki fue invitado por Carlos Gustavo a una fiesta. Poco después, 2.500 de infantería sueca más 500 reiters entraron en Cracovia. El rey sueco llegó a la ciudad el 19 de octubre por la tarde. Después de reunirse con el ayuntamiento, Carlos Gustavo visitó Wawel con su iglesia catedral. Los suecos inmediatamente rompieron el acuerdo, imponiendo altos impuestos y robando en las iglesias. En total, el botín robado por los suecos se estimó en 5 millones de zlotys.
Con las tres provincias polacas más pobladas y mejor desarrolladas en sus manos (Gran Polonia, Pequeña Polonia y Mazovia), Carlos Gustavo decidió regresar al norte hacia la Prusia Real, que estaba defendida por el voivoda de Malbork, Jakub Wejher. Los suecos, que en general eran superiores en entrenamiento, disciplina y equipo, avanzaron rápidamente.
Mientras tanto, en el gran ducado de Lituania, cuya parte este había sido ocupada por otro ejército sueco bajo Magnus Gabriel de La Gardie desde agosto de 1655, Janusz Radziwiłł y su primo Bogusław Radziwiłł firmaron la Unión de Kėdainiai (20 de octubre de 1655), que terminó la unión de Lituania con Polonia. La decisión de los Radziwiłs fue el resultado de la invasión rusa de 1654, ya que Janusz Radziwiłł acusó a los polacos de no ayudar a los lituanos con la defensa del Gran Ducado.
La captura rusa de Vilnius (9 de agosto de 1655) y la posterior matanza de sus residentes convenció a la nobleza lituana de que la protección sueca era la mejor solución. La situación de la Mancomunidad era desesperada, pero la esperanza apareció con la tregua de Vilna (3 de noviembre), en la que Polonia y Rusia formaron una alianza anti-sueca. Con las fuerzas rusas atacando a Suecia en Livonia, Polonia finalmente tuvo tiempo de recuperarse y reunir fuerzas nuevas. El 12 de octubre de 1655, con el permiso del rey Juan Casimiro, Federico Guillermo, elector de Brandeburgo firmó el tratado de Rinsk, en el cual la nobleza prusiana real acordó permitir que las guarniciones de Brandeburgo en su provincia la defendieran contra la invasión sueca. El tratado no incluía las ciudades de Gdansk, Elbląg y Toruń. En noviembre y diciembre de 1655, el ejército sueco al mando de Gustavo Otto Stenbock capturó todas las ciudades de la Prusia Real, excepto Danzing (Gdańsk), Puck y Malbork.
El rey polaco, Juan Casimiro Vasa, escapó de Varsovia y vía Cracovia y luego Czorsztyn llegó a Silesia, parte del Reino checo, de donde en noviembre de 1655 dirigió un escrito a la nación en la que invocaba a «personas de todas las condiciones y estación» para luchar por la libertad. La mayoría de la población estaba bastante preparada para aceptar a Carl Gustav como rey, pero los suecos rápidamente demostraron que no eran tan buenos como habían prometido ser, y las violaciones y robos de las posesiones de la nobleza que tenían lugar. En Lituania, el príncipe Pawel Sapieha no se rindió.
Asedio de Jasna Góra o de Clari Montis (18 de noviembre al 27 de diciembre)
Los suecos decidieron asegurar el monasterio fortificado de Jasna Góra, una importante fortaleza cerca de la frontera de Silesia, conocida por sus riquezas.
Al acercarse los suecos, los monjes temían que los protestantes saquearan su santuario católico, ya que la Gran Guerra religiosa europea del siglo XVII, la Guerra de los Treinta Años, apenas había terminado. Así, el icono sagrado fue reemplazado por una copia y el original se trasladó el 7 de noviembre en secreto al castillo en Lubliniec, y más tarde al monasterio en Głogówek. Los monjes también compraron unos 60 mosquetes y municiones, y contrataron a 160 soldados para apoyar a los 70 monjes capaces de luchar. Las fuerzas de defensa también fueron ayudadas por unos 80 voluntarios, entre ellos 20 nobles, entre ellos Stanisław Warszycki. El monasterio tenía buena artillería: unos 15 cañones ligeros (de 2 a 6 libras) y 12 pesados (de 12 libras).
Mientras tanto, los suecos, al ver que no podían tomar por sorpresa el monasterio, intentaron negociar. El 8 de noviembre, los suecos (300 de caballería bajo Jan Wejhard) solicitaron el derecho de guarnecerse en el monasterio; sin embargo, se les negó el derecho de entrada. El prior del monasterio, Augustyn Kordecki, mientras pedía repetidamente ayuda al rey de Polonia, Juan II Casimiro, se ofreció a reconocer a Carlos X Gustavo de Suecia como rey para evitar un conflicto militar. Recibió un documento de los suecos que prometía la seguridad del monasterio, pero el 18 de noviembre se negó a dejar entrar a otra unidad sueca. El comandante sueco, el general Burchard Müller von der Luhnen, con una fuerza de 2.250 efectivos (1.800 de caballería, 100 dragones, 300 de infantería y 50 artilleros) con 10 cañones ligeros (8 de 6 libras y 2 de 4 libras), tras de inútiles negociaciones con Kordecki, decidieron comenzar el asedio el 18 de noviembre.
Los suecos tenían una ventaja numérica, pero una artillería inferior en comparación con la asentada en el monasterio. El 28 de noviembre, los sitiados bajo el liderazgo de Pyotr Czarniecki hicieron una salida por sorpresa y destruyeron dos cañones suecos. Siguieron negociaciones que no dieron frutos: los suecos arrestaron a dos monjes, pero luego los liberaron. Como Kordecki no estuvo de acuerdo en entregar el monasterio, se reanudaron los combates. A fines de noviembre, los suecos recibieron refuerzos, unos 600 hombres con 3 cañones. El 10 de diciembre, los suecos llevaron artillería de asedio pesada: 2 de 24 libras y 4 de 12 libras, con 200 hombres. Los suecos finalmente tenían artillería de asedio, aunque todavía tenían menos cañones que el monasterio. En ese momento, los asediadores suecos estaban en la cima de su fuerza, con 3.200 hombres (incluidos 800 polacos que servían al rey sueco) y 17 cañones. El ejército sueco en Jasna Góra, aunque comúnmente conocido como «los suecos», de hecho estaba compuesto principalmente por mercenarios alemanes. Con la nueva artillería, los suecos dañaron significativamente los muros del norte, así como el bastión de la Santísima Trinidad.
El 14 de diciembre, los polacos hicieron otra salida, destruyendo uno de los reductos de los suecos, así como uno de los de los cañones de 24 libras. Luego, los suecos comenzaron a bombear el lado sur, así como a cavar un túnel. El 20 de diciembre, los polacos dirigidos por Stefan Zamoyski se organizaron nuevamente, esta vez durante el día poco después del mediodía. Destruyeron dos cañones y mataron a la mayoría de los mineros en el túnel. El 24 de diciembre, Kordecki se negó a rendirse una vez más, y los suecos volvieron a bombardear el lado norte. Durante una de sus bombardeos más pesados, el segundo cañón de 24 libras funcionó mal y quedó destruido.
Luego, los suecos exigieron un rescate de 60.000 talares para levantar el sitio, pero Kordecki respondió que aunque hubiera pagado antes de los combates, el monasterio ahora necesitaba el dinero para reparaciones. Finalmente, los suecos decidieron levantar el asedio y retirarse, pero antes hicieron varios pequeños intentos de tomar por sorpresa el monasterio en las siguientes semanas, ya que la fortaleza se convirtió en un centro cada vez más importante para los guerrilleros anti-suecos locales.
El monasterio fortificado de Jasna Góra fue el único bastión en Polonia que los invasores suecos no pudieron capturar. Los historiadores no están de acuerdo sobre la importancia de la defensa de Jasna Góra para cambiar el rumbo de la guerra. El 27 de diciembre, los suecos levantaron el asedio, las fuerzas polacas comenzaron a ganar la delantera, y la defensa de Jasna Góra, fue un símbolo importante para los polacos, que sin duda dio un importante impulso moral.
La administración sueca en territorio ocupado, que impuso confiscaciones y requisas y permitió en ocasiones la profanación y el saqueo de iglesias católicas, atizó la resistencia de polacos y lituanos. Ya en el otoño de 1655, las bandas formadas por nobles, burgueses y campesinos expulsaron a los suecos de algunas zonas remotas del país. El siguiente revés para los suecos fue la sublevación del hetman Stanisław Potocki que, disgustado porque los suecos no pagaban a sus soldados, se rebeló el 29 de diciembre y formó una liga de nobles contraria a la ocupación, la llamada Confederación de Tyszowce.
El Diluvio Sueco, operaciones en 1656
Mientras se encontraba en Krosno, el rey polaco se enteró del fin del asedio de Jasna Góra y de la muerte de Janusz Radziwiłł. El 12 de enero de 1656, Juan Casimiro dejó Krosno y, después de tres días, llegó al castillo de Łańcut, que pertenecía a la familia Lubomirski. El 10 de febrero, el rey llegó a Lwów, que, junto con Danzig (Gdansk), fue una de las dos principales ciudades de la Mancomunidad que no había sido capturada por ninguno de los enemigos de Polonia. Pronto, las unidades del ejército polaco comenzaron a concentrarse en el área de Lwów, incluidas las milicias de la Rutenia Roja, Volinia y Lublin, así como las fuerzas de Potocki y el príncipe Lubomirski, junto con la guarnición de la fortaleza Kamieniec Podolski. Carlos Gustavo, después de enterarse del regreso del rey polaco, ordenó a sus ejércitos concentrarse en Łowicz.
La situación militar polaco-lituana era poco prometedora. Aparte de Danzig y Lwów, todas las ciudades importantes de la Mancomunidad estaban en manos del enemigo. La base operativa de Juan Casimiro se limitaba a una pequeña zona del sureste de Polonia. Los suecos controlaban el Vístula, ocupando Cracovia, Varsovia y Thorn, permitiéndoles cortar la vida comercial de Danzig.
Con gran parte de la Mancomunidad bajo la ocupación, elevar los impuestos en una escala suficiente para pagar las tropas regulares era realmente difícil, y el ejército carecía lamentablemente de infantería, artillería y municiones: a principios de 1656, estaba compuesto por 7.200 tropas regulares bajo Potocki y Lanckoroński , 2.500 lituanos bajo Pawel Sapieha, 3.500 infantes dispersos en guarniciones, y unidades de Lubomirski, 13.500 efectivos fuertes. A pesar de estos problemas, la Mancomunidad montó una campaña enérgica. Para marzo, se habían levantado 2.597 jinetes regulares, mientras que se había comenzado a reconstruir el contingente extranjero, con el reclutamiento de tres nuevos regimientos de infantería, la reconstrucción de un regimiento de dragones y el levantamiento de dos nuevas compañías. Junto con las unidades de Koniecpolski y las levas de los nobles de varios palatinados del sureste, el ejército alcanzó a casi 30.000 hombres. A pesar de que los hetmans tenían el control nominal, Czarniecki y Lubomirski tomaron el control de las operaciones.
Batalla de Gołąb (18 de febrero de 1656)
El rey Carlos Gustavo, después de enterarse de la insurrección anti-sueca en el sur de la Pequeña Polonia menor, decidió mover su ejército allí.
Los polacos al enterarse de la aproximación de los suecos, se dividieron en sus fuerzas en dos grupos; uno mandado por el mismo Czarniecki con unos 1.800 efectivos, otro encabezado por el coronel Sebastián Machowski.
Los suecos cruzaron el río Pilica el 12 de febrero, lo que obligó a Czarniecki a retirarse detrás del río Vístula y acampar cerca del pueblo de Gołab, ubicado al norte de la Pequeña Polonia, cerca de la confluencia de los ríos Wieprz y Vístula. Los suecos esperaban las unidades polacas de Stefan Czarniecki. Las unidades suecas tenían varios soldados polacos, que habían desertado a su lado. Entre los polacos que sirvieron al rey sueco en esta batalla, estaba Jan Sobieski.
El ejército sueco cruzó el río Vístula que estaba helado cerca de Kazimierz Dolny, sorprendiendo a un regimiento polaco que estaba estacionado allí. Luego los suecos se movieron a lo largo de la orilla derecha del río, llegando a Golab, donde sorprendieron a las dispersas fuerzas polacas. La vanguardia sueca, bajo el mando del general Horn y el conde Valdemar Christian de Schleswig-Holstein, abrió fuego, avanzando. Esto causó la retirada de las fuerzas polacas, que fue detenida por Czarniecki, quien ordenó un contraataque.
Al mismo tiempo, unidades suecas adicionales entraron en la refriega, ganando superioridad numérica sobre los polacos. Los regimientos suecos fueron mandados personalmente por el Rey, pero pronto los ataques polacos se detuvieron bajo el fuego sueco. Para evitar que sus fuerzas fueran destruidas por completo, Czarniecki les ordenó retirarse. Varios soldados polacos se ahogaron mientras cruzaban el Wieprz, cuando el hielo se rompió. Sin embargo, las pérdidas totales en Polonia se estimaron en menos de 150, principalmente debido a la orden de Czarniecki al abandonar la batalla y huir.
Carlos Gustavo confiaba en que la batalla terminara en la completa destrucción del ejército de Czarniecki. Pero no lo consiguió, ya que los polacos utilizaron una maniobra que habían observado mientras luchaban contra los tártaros de Crimea.
Batalla de Jarosław (15 de marzo de 1656)
Después de la batalla de Golab, el ejército sueco bajo el rey Carlos X continuaron su marcha hacia Lwów, llegando a la fortaleza de Zamość el 25 de febrero. Al darse cuenta de que sin cañones de asedio era imposible capturar una fortaleza tan fuerte, el ejército sueco abandonó el asedio y se dirigió hacia Bełżec. A principios de marzo, Carlos Gustavo recibió noticias de que unos 20.000 soldados polaco-lituanos se concentraban en la Rutenia Roja. El rey sueco se dio cuenta de que sus fuerzas no eran adecuadas para enfrentarse a un enemigo tan numeroso, por lo que ordenó una retirada hacia el río San, iniciando el movimiento el 3 de marzo. Además, los suecos fueron atacados constantemente por las fuerzas guerrilleras polacas. Al mismo tiempo, la guerra de guerrillas también estalló en Mazovia y Gran Polonia, y las unidades lituanas bajo el gran hetman de Lituania, Paweł Jan Sapieha, comenzaron a avanzar hacia la Rutenia Roja.
El 11 de marzo, las primeras unidades suecas llegaron a la ciudad de Jaroslaw, donde derrotaron a un regimiento del hetman Jerzy Sebastian Lubomirski, que custodiaba los cruces de los ríos. Poco después, la división de Stefan Czarniecki llegó a la zona, sorprendiendo a los suecos, ya que pensaron que había sido destruida en la batalla de Golab.
En el enfrentamiento, que tuvo lugar cerca de Wielkie Oczy, Czarniecki destruyó una unidad de 1.000 reiters, mandada por el coronel Peter Hammerskjold. Luego atacó a Robert Douglas, conde de Skenninge, que avanzaba para rescatar a los reiters. La escaramuza terminó en una derrota sueca, y Douglas con sus soldados huyó a Jaroslaw. Poco después, Czarniecki atacó la ciudad, enfrentándose a la guardia sueca, que daba seguridad a los trabajadores que trabajaban en las mejoras de las fortificaciones de la ciudad. Cuando Carlos Gustavo fue consciente de la presencia de Czarniecki, llamó a refuerzos de unidades estacionadas en aldeas locales. La llegada de las principales fuerzas suecas provocó la retirada polaca a los bosques locales.
La batalla, o más bien la serie de escaramuzas, tuvo un impacto significativo en las unidades polacas, que aún permanecían leales a Carlos Gustavo. Después de la batalla, varios de estos regimientos abandonaron a los suecos, mientras que el rey sueco llegó a la conclusión de que una marcha más hacia el sureste era infructuosa, así que ordenó una retirada táctica hacia Sandomierz.
Batalla de Warka (7 de abril de 1656)
El 22 de marzo, el ejército sueco partió hacia el norte, a lo largo de los ríos San y Vístula, de regreso a Varsovia. Fueron seguidos por unidades de Stefan Czarniecki y Aleksander Koniecpolski, y durante la retirada, las tropas polacas que apoyaban a los invasores cambiaron de bando, uniéndose a las fuerzas de Juan Casimiro. El 30 de marzo, el hambriento, frío y cansado ejército sueco de unos 5.000 efectivos se detuvo cerca de Sandomierz, que ya estaba en manos polacas. Los suecos acamparon entre los bosques de Sandomierz cerca de Gorzyce, donde fueron rápidamente rodeados por aproximadamente 23.000 polacos y lituanos.
El rey sueco ordenó a su hermano, Adolfo Juan, enviar al ejército de Federico VI, margrave de Baden-Durlach, que estaba estacionado en Varsovia. El margrave obedeció la orden real y partió de Varsovia el 25 de marzo, con unos 2.500 reiters y dragones. Su misión era relevar al ejército sueco, que junto con el mismo rey, que estaban atrapados y rodeados por polacos y lituanos en la confluencia de los ríos Vístula y San. El margrave y sus soldados tuvieron que cruzar el denso bosque de Kozienice, donde las fuerzas suecas fueron atacadas constantemente por guerrilleros polacos.
Después de unos días, Federico VI recibió un mensaje de Carles Gustavo, ordenándole que regresara a Varsovia. El rey sueco se dio cuenta de que las principales fuerzas polacas, que lo habían atrapado en el área de Gorzyce, se dirigían hacia el norte, para enfrentarse a Federico. Este obedeció la orden real y comenzó la retirada a través de Kozienice y Warka.
Los hetmans polacos Jerzy Lubomirski y Stefan Czarniecki ya no estaban en la zona, lo que le dio a Carlos Gustavo la oportunidad de escapar de la trampa.
Juan Casimiro había ordenado a las unidades montadas de Czarnecki y Lubomirski que se enfrentaran al margrave. Las fuerzas tuvieron que cubrir la distancia de unos 80 kilómetros, lo cual fue difícil en las condiciones de principios de la primavera, cuando las carreteras se inundaron con la nieve derretida. Las fuerzas de Federico VI pudieron haber escapado de los polacos, pero el margrave cometió un grave error cuando decidió esperar a una columna de soldados suecos junto con carros pesados, que marchaban lentamente hacia Warka desde Radom. Cuando las fuerzas polacas llegaron a Zwolen, después de una rápida marcha desde Sandomierz, la unidad de Federico todavía estaba ubicada al sur del río Pilica.
Después de que ambos grupos suecos se unieron, cruzaron el río Pilica, que duró toda una noche. Al mismo tiempo, las fuerzas polacas bajo Lubomirski capturaron a la retaguardia sueca. La escaramuza, que tuvo lugar cerca de Kozienice, terminó con la destrucción completa de la unidad sueca. Los sobrevivientes, que llegaron a Federico VI, le hablaron sobre el peligro, pero el margrave esperó la destrucción del puente hasta la mañana del 7 de abril.
Tras dejar una retaguardia a lo largo del río, los suecos formaron una columna de 4 kilómetros y comenzaron a marchar hacia Varsovia. Cuando llegaron las fuerzas polacas, la columna se extendía desde Piaseczno en el norte hasta Warka en el sur. Federico VI no se sintió amenazado, ya que el río Pilica estaba desbordado por el deshielo, y no había ningún puente disponible para la caballería polaca. Los polacos, sin embargo, rápidamente encontraron un vado, cruzando el río cerca del pueblo de Winiary, donde atacaron inmediatamente a los reiters suecos. Las fuerzas polacas fueron divididas en tres grupos. Uno bajo el mando de Czarniecki, atacó a los suecos que custodiaban el puente parcialmente destruido. Después de capturar el puente, los ingenieros polacos lo reconstruyeron, lo que permitió que tres regimientos cruzaran el río Pilica. Al mismo tiempo, Lubomirski atacó el regimiento de un oficial llamado Ritter, destruyéndolo.
Federico VI, cuyas fuerzas se habían reducido a unos 2.200 efectivos, ordenó a algunas unidades que vigilaran los carros, mientras que los regimientos restantes tomaron posiciones en el borde de un bosque, esperando a los polacos atacantes con mosquetes cargados. Dado que las tropas suecas estaban frente al bosque, era imposible para los polacos rodearlos, y el ataque frontal era la única solución.
Los primeros en atacar fueron la caballería de Lubmirski, pero fue detenida dos veces por el fuego sueco. Pronto, Lubomirski fue reforzado por Czarniecki con tres regimientos. En total, los polacos tenían 8.000 soldados, divididos en diez regimientos, pero unos 6.000 estuvieron en la batalla principal, mientras que los restantes estaban ocupados persiguiendo a los suecos en retirada o saqueando los carros.
La defensa sueca se rompió en el tercer ataque, llevado a cabo por húsares polacos. Los sobrevivientes huyeron al bosque, tratando de organizar posiciones defensivas allí. Luego, los residentes locales incendiaron la hierba y los arbustos, lo que obligó a los suecos a regresar al campo abierto. La batalla luego se convirtió en una masacre; los reiters y dragones que sobrevivieron fueron matados sin piedad por los campesinos. Un regimiento sueco intentó escapar a un bosque cerca de la aldea de Magierowa Wola, pero fue destruido por los húsares polacos de Zamoyski. Otras unidades polacas esperaban huir de los suecos cerca de Chynow. El mismo Federico escapó a Czersk, donde organizó la defensa en el castillo local. Las unidades polacas, que lo persiguieron, no intentaron capturar el castillo, ya que carecían de infantería y artillería.
Las pérdidas suecas ascendieron a unos 400 entre muertos y prisioneros, mientras que los polacos perdieron 100 muertos y 100 heridos, además de un gran número de caballos entrenados, muertos por los mosquetes suecos. Las fuerzas polacas capturaron unos 220 carromatos con propiedades saqueadas y comida, lo cual era especialmente importante en el país destruido y hambriento.
La caballería polaca tuvo muy poco tiempo, ya que todas las unidades tuvieron que regresar rápidamente al sur, para evitar que el ejército real sueco escapara. Mientras tanto, sin embargo, Carlos Gustavo, en una audaz operación, logró evadir las fuerzas de segunda clase, que lo rodeaban, y cruzó el río San el 5 de abril, y el 13 de abril, llegó a Varsovia. Al mismo tiempo, el rey polaco hizo el Juramento de Lwów el 1 de abril), en el que confió la Mancomunidad a la protección de la Virgen María, y la declaró «La Reina de la Corona Polaca».
Batalla de Kłecko o de Giezno (7 de mayo de 1656)
Después de la batalla de Warka, los hetmans Stefan Czarniecki y Jerzy Sebastian Lubomirski decidieron dirigirse hacia la Gran Polonia y Kujawy, para apoyar a las fuerzas guerrilleras activas allí. Para el 9 de abril, las tropas polacas llegaron a la Prusia Real, capturando a Bydgoszcz y Nakło el 19 de abril. El intento polaco de capturar Toruń, el 17 de abril, fue un fracaso. Después de un breve descanso, Stefan Czarniecki consideró una incursión de la Pomerania sueca, pero otros líderes polacos se opusieron a esta idea.
Carlos Gustavo decidió evitar que los polacos tomaran el control de los distritos del norte del país y partió de Varsovia con un ejército de 10.000 efectivos el 17 de abril. El 21 de abril, los lituanos bajo Sapieha liberaron a Lublin, y el 23 de abril, el ejército lituano llegó a Praga, que hoy es un distrito de la orilla derecha de Varsovia. Llegó a Pakość el 28 de abril. Allí, dividió sus fuerzas en dos grupos. El rey sueco en persona partió con 2.000 soldados hacia la ciudad sitiada de Danzing (Gdansk), mientras que los 8.000 restantes bajo el hermano de Gustavo, Adolfo Juan I, el conde Palatino de Kleeburg, continuaron persiguiendo a los polacos.
El ejército polaco acampó a lo largo de la orilla norte del río Noteć, se concentró el 3 de mayo en Pila. Al día siguiente, los polacos cruzaron el Noteć cerca de Ujście y marcharon hacia Oborniki Wielkopolskie. Después de pasar por Poznań, los polacos llegaron a Gniezno el 5 de mayo, mientras que al día siguiente, Adolfo Juan con su ejército llegó a la aldea de Jablkowo, cerca de Kłecko, a 15 kilómetros al noreste de Gniezno. Cuando las noticias de la partida de Carlos Gustavo a Prusia Real llegaron a los comandantes polacos, decidieron enfrentarse a los suecos en campo abierto.
El ejército polaco tenía 12.000 soldados, en su mayoría caballería, mientras que los suecos tenían 7.000 hombres con fuertes unidades de artillería. De acuerdo con el plan de batalla de Czarniecki, dos regimientos de caballería polacos (bajo Mariusz Stanislaw Jaskolski y Jacek Szemberk) debían atacar a los suecos en un dique a través de un arroyo pantanoso llamado Welnianka, cerca del pueblo de Brzozogaj. El dique era una trampa, detrás de la cual cuatro regimientos polacos experimentados esperaban al enemigo.
El plan inicialmente fue un éxito, ya que después de un intercambio de disparos, los polacos organizaron una retirada simulada hacia el dique. Los soldados suecos comenzaron a perseguirlos, pero la trampa falló, cuando los cuatro regimientos que esperaban entraron a la refriega demasiado pronto. Los suecos se retiraron a sus posiciones bien preparadas, impidiendo la destrucción de su ejército.
Debido al fuerte fuego sueco, los polacos no atacaron su campamento, y la batalla terminó después de cinco horas. De acuerdo con la descripción sueca de la batalla, las fuerzas polacas fueron expulsadas y perseguidas. Las pérdidas polacas en la batalla son muy dispares: Stefan Czarniecki, el comandante polaco, afirmó que había sufrido cerca de 70 entre muertos y heridos. El historiador alemán Samuel von Pufendorf hizo una estimación similar de 600 muertos en el campo, pero con hasta 2.500 muertos durante la persecución. También se perdieron 21 estándares polacos. Las pérdidas suecas en la batalla fueron aproximadamente 428 muertos, y quizás el doble o más heridos.
La batalla confirmó una vez más la idea de que la caballería polaca era incapaz de derrotar a la infantería sueca bien posicionada. El mismo Czarniecki admitió más tarde que, sin infantería y artillería, era imposible ganar batallas con las fuerzas suecas.
Después de la batalla, el ejército polaco marchó hacia Pleszew y Uniejów, donde acampó el 16 de mayo. La situación de los suecos se deterioró, ya que a finales de mayo, los polacos recobraron Leszno, Kościan y Sieradz.
Juan Casimiro volvió a tomar el mando de los nuevos ejércitos, nutridos por una nueva gran leva. Los restos de las tropas regulares al mando de Esteban Czarniecki se dedicaban a desbaratar las líneas de comunicación suecas, evitando en todo momento las batallas campales con las principales fuerzas enemigas. Los polaco-lituanos hostigaban a los suecos con tácticas de guerrilla que las obligaron a encerrarse en las plazas fortificadas. Las victorias polacas hicieron crecer el ejército, que alcanzó los 70.000 hombres, la mitad de ellos soldados regulares.
Asedio de Varsovia (24 de abril al 1 de julio de 1656)
Carlos partió de Varsovia el 17 de abril con un ejército de 10.000 efectivos, dejando una guarnición de unos 2.500, bajo el mando de Arvid Wittenberg.
El 24 de abril, el ejército de Sapieha de unos 6.000 efectivos llegó al suburbio de Varsovia, Praga, ubicado en la margen derecha del Vístula. Los lituanos construyeron un puente de pontones, a través del cual transfirieron varias unidades en la orilla izquierda del río el 30 de abril.
Para evitar esto, Arvid Wittenberg envió una unidad de reiters, que fue aniquilada después de una breve escaramuza. A fines de mayo de 1656, otro ejército lituano, bajo el mando del hetman Wincenty Korwin Gosiewski, se unió a las fuerzas de Sapieha.
Preparativos suecos
A mediados de abril de 1656, la guarnición sueca comenzó a prepararse para el asedio. Varios edificios en Varsovia fueron fortificados, incluyendo la abadía Dominicana, la iglesia del Espíritu Santo, el palacio de los Obispos de Cracovia y la Puerta de Cracovia. A lo largo de las murallas de la ciudad, se cavaron trincheras y se colocaron obstáculos para la caballería. Debido a que las fuerzas suecas eran inadecuadas para cubrir toda la muralla, los defensores concentraron sus fuerzas en un complejo de grandes edificios, con la iglesia del Espíritu Santo en el centro, lo que impedía la entrada al corazón de la ciudad. El comandante sueco, Arvid Wittenberg, ubicó su sede en el Castillo Real.
El 6 de mayo, Wittenberg ordenó quemar varias casas ubicadas en Krakowskie Przedmieście, y en las calles Dluga y Senatorska. El 7 de mayo, los suecos quemaron varios edificios en las calles Freta y Mostowa. Al mismo tiempo, los ingenieros suecos convirtieron monasterios, palacios e iglesias a lo largo de Krakowskie Przedmieście en fortalezas fortificadas. Además, todos los edificios en el distrito de New Town.
Llegada del ejército polaco
El 26 de abril de 1656, el rey Juan Casimiro abandonó Lwow y, junto con el ejército polaco, se dirigió hacia el norte. El 12 de mayo, los polacos llegaron a Zamość y, a mediados de mayo, los primeros regimientos de infantería, junto con la artillería, se unieron a los lituanos. El primer ataque tuvo lugar el 17 de mayo, pero después de seis horas fracasó. Al día siguiente, una unidad sueca al mando del coronel Forgell salió de Varsovia y, en un ataque sorpresa, capturó dos cañones y mató a varios soldados.
El rey Juan Casimiro llegó junto con sus hetmans y sus principales fuerzas el 30 de mayo. El mismo día, la infantería polaca cruzó el Vístula, en un puente de pontones construido por los lituanos, tomando posiciones en Ujazdów. El propio Rey residía en el castillo de Ujazdów. El 2 de junio, Juan Casimiro ordenó a su canciller Stefan Korycinski, que se pusiera en contacto con Arvid Wittenberg con una generosa oferta de rendición. Los suecos lo rechazaron, a pesar de la mediación del enviado austriaco, Franz Paul de Lisola.
Poco después, las fuerzas polacas se vieron fortalecidas por las divisiones de Jerzy Lubomirski y Stefan Czarniecki, que llegaron el 9 de junio. En total, el ejército polaco-lituano estaba formado por unos 29.000 soldados (22.000 polacos, 7.000 lituanos), 18.000 ruszenie pospolite y varios miles de campesinos. Los lituanos permanecieron en Praga, en la orilla derecha del Vístula, mientras que los polacos ocuparon posiciones en la orilla izquierda.
La guarnición sueca de Arvid Wittenberg tenía unos 2.500 soldados: 1.300 de infantería, 300 dragones y 900 reiters. Además de Wittenberg, varios suecos notables estuvieron presentes en Varsovia, entre ellos Bengt Gabrielsson Oxenstierna.
Primer asalto principal
Durante una reunión de comandantes polaco-lituanos, Krzysztof Grodzicki sugirió un asalto desde el norte, el oeste y el sur. El principal esfuerzo polaco se concentró en el suroeste, especialmente en los edificios fortificados de Krakowskie Przedmiescie, cuya captura abrió el camino hacia el Palacio Real. Los líderes polacos esperaban que después de la captura de posiciones suecas externas, Wittenberg llegaría a la conclusión de que su situación era desesperada y capitularía.
El asalto fue precedido por una gran preparación artillera de Grodzicki el 3 de junio. A cambio, Wittenberg envió 200 infantes y dos regimientos de caballería para un ataque sorpresa, que fue rechazado con grandes pérdidas en ambos lados. El comandante sueco era consciente del hecho de que los refuerzos, enviados por Carlos Gustavo estaban en camino.
El asalto principal de las fuerzas de la Commonwealth comenzó en la mañana del 8 de junio, con unos 10.000 campesinos armados. Después del éxito inicial, los polacos se vieron obligados a retirarse. El ataque no fue un completo fracaso, ya que las fuerzas polacas capturaron el Palacio de los Obispos de Cracovia, que se convirtió en un lugar conveniente para la artillería. Otro ataque tuvo lugar el 11 de junio, y nuevamente fue rechazado por los defensores. Después de esto, los comandantes polacos se dieron cuenta de que sin cañones de asedio, que se guardaban en Zamość, la captura de Varsovia era imposible.
Refuerzos suecos
El 13 de junio, la división sueca bajo Adolfo Juan I, el conde Palatino de Kleeburg, enviado por Carlos Gustavo desde la Prusia Real, llegó a Modlin, donde acampó, preparándose para cruzar el Narew. Otra división sueca, bajo Robert Douglas, conde de Skenninge, acampó cerca de la aldea de Pomiechowo. Estas unidades fueron bloqueadas por los lituanos, apoyados por hetman Jerzy Lubomirski, quien se unió a ellos en la noche del 16 al 17 de junio. Las posiciones suecas en la confluencia del Vístula y el Narwobug estaban bien fortificadas y protegidas por ambos ríos. Al mismo tiempo, sin embargo, con 6.000 hombres no eran lo suficientemente fuertes como para arriesgarse a un ataque frontal contra las fuerzas de la Mancomunidad; por lo que el 23 de junio, la mayoría de las fuerzas polacas regresaron a Varsovia, mientras que los ingenieros polacos construyeron un segundo puente de pontones sobre el Vístula.
Segundo asalto principal
En el transcurso del tiempo, la situación de los soldados suecos asediados se deterioró. Los suministros de alimentos eran bajos, y muchos se pasaron al lado polaco. Al mismo tiempo, los polacos fueron reforzados con una división de tártaros de Crimea, bajo el mando de Subchan Gazi Agi, que fue enviado a Varsovia por vizier Sefer Gazi Aga.
El 26 de junio, mientras esperaba la artillería pesada de Zamość, Juan Casimiro instó a Wittenberg a capitular, pero nuevamente la oferta fue rechazada. Al día siguiente, llegaron los cañones pesados, junto con municiones e infantería de Lwow. El bombardeo de artillería comenzó de inmediato, seguido de un asalto el 28 de junio), en el que participaron principalmente campesinos armados. El rey polaco no usó a sus mercenarios extranjeros de primera clase, ya que quería reservarlos para el futuro. Las fuerzas polacas entraron en Varsovia hasta la abadía de Bernardine y el palacio de Kazanowski. Los defensores suecos lograron mantener sus posiciones, pero su situación era desesperada. Dadas las circunstancias, Wittenberg le pidió permiso a Juan Casimiro para enviar un mensaje a su rey, el 29 de junio. Esa petición fue rechazada y el rey polaco exigió la rendición incondicional.
Tercer y cuarto asaltos principales
En la noche del 29/30 de junio, miles de campesinos armados comenzaron el ataque. Después de varias horas de intensos combates, los polacos y los lituanos lograron capturar varios edificios fortificados. El 30 de junio, a las 09:00 horas, Wittenberg solicitó una tregua de dos horas para discutir la capitulación. Durante las negociaciones, que tuvieron lugar en el palacio Ossolinski, la parte sueca presentó varias demandas, mientras que los polacos insistieron en una rendición incondicional. Finalmente, las negociaciones se rompieron y el cuarto asalto comenzó en la mañana del 1 de julio. Este ataque tuvo éxito y los polacos entraron en el corazón de Varsovia. Wittenberg, al darse cuenta de que su situación era desesperada, accedió a capitular.
Las condiciones de rendición, que consistieron en quince puntos, fueron muy moderadas, lo que enfureció a los soldados polaco-lituanos.
Los comandantes suecos, incluidos Wittenberg y Oxenstierna, serían devueltos a su rey, mientras que sus soldados debían regresar al ejército sueco, siempre que no regresaran al servicio durante cuatro meses.
El 1 de julio, los 1.200 soldados suecos comenzaron a abandonar Varsovia. Las esposas y las familias de los oficiales suecos fueron cargados en botes y enviados a Toruń. Antes de que eso sucediera, las damas suecas fueron inspeccionadas, ya que muchas de ellas rompieron las condiciones de capitulación y escondieron objetos de valor robados bajo la ropa. Dado que oficiales de alto rango polacos protestaron con vehemencia contra condiciones demasiado leves, el rey Juan Casimiro decidió cambiarlas y envió a los oficiales suecos, junto con Wittenberg, a un calabozo en Zamość.
Batalla de Varsovia (28 al 30 de julio de 1656)
Las fuerzas polaco-lituanas, comandadas por el rey Juan Casimiro de Polonia, comprendían entre 24 y 25.000 asiduos, que incluían solo 950 húsares alados (8 banderas, 6 polacas y 2 lituanas), 2.000 tártaros y 10 a 13.000 reclutados por los nobles (ruszenie pospolite), en conjunto 36.000 hombres, de los cuales solo unos 4.500 eran infantería y 18 cañones.
Los ejércitos aliados de Suecia y Brandeburgo estaban mandados por el rey Carlos X de Suecia, Carlos disponía de 7.500 jinetes reiters y dragones encuadrados en 36 escuadrones; 2.000 infantes en 6 brigadas. El elector Federico Guillermo de Brandeburgo con 5.000 jinetes reiters y dragones encuadrados en 23 escuadrones, y 3.500 infantes encuadrados en 9 brigadas, el segundo al mando de las fuerzas de Brandeburgo era Otto Christoph von Sparr. En total las fuerzas combinadas eran 18.000 efectivos, con 12.500 soldados de caballería (59 escuadrones), y 5.500 de infantería (15 brigadas), y 1.000 polacos de dudosa lealtad.
Juan Casimiro transportó a su ejército a través del río Vístula y se encontró con la fuerza sueco-brandemburguesa que se aproximaba en su margen derecho, unos cinco kilómetros al norte del suburbio de Praga. Czarniecki fue enviado con 2.000 jinetes por la orilla izquierda para evitar un ataque sueco en ese lado del río.
Carlos X inicialmente había esperado destruir a las fuerzas lituanas y tártaras situadas en la orilla de Praga antes de que los polacos construyeran el puente. Después de la destrucción del ejército lituano y tártaro, planeó regresar a Modlin, cruzar el Vístula cerca de Zakroczym y atacar, a lo largo de la orilla izquierda del río, a las principales fuerzas polacas estacionadas junto a Varsovia.
En la tarde del 27 de julio, las fuerzas sueco-brandenburguesas comenzaron su cruce a través de Narew cerca de Nowy Dwór. Siguieron la ruta a través de Suchocin hasta Jabłonna, donde fueron recibidos por el diputado francés de Lumbres (quien había desertado de Juan Casimiro). Probablemente reveló a los suecos muchos detalles sobre el tamaño del ejército polaco y que el ejército polaco estaba cruzando a la orilla derecha.
Primer día, 28 de julio
Con esa fuerza móvil, Carlos marchó el 28 de julio con su ejército aliado por la orilla derecha (este) del Vístula y decidió atacar al ejército lituano situado en esa orilla.
La zona donde se llevaría a cabo el enfrentamiento ara de unos 10 kilómetros cuadrados, limitada por el río Vístula desde el oeste, los humedales por el norte y las dunas por el este. Estas dunas eran una buena posición para la infantería y constituían una fortaleza natural abierta solo desde el norte por un corredor de aproximadamente 1000 metros de ancho.
A lo largo de la noche del 27 al 28 de julio, las fuerzas polacas habían terminado de construir el puente de pontones sobre el río Vístula, cruzando primero la infantería y la artillería y después el resto. No fue hasta el mediodía cuando la milicia general pudo proceder al cruce.
Juan Casimiro eligió la opción defensiva. Aprovechando el hecho de que el campo polaco solamente podía atacar desde el norte por el pasillo descrito de 1.000 metros protegido por un pequeño fuerte del bosque de Żerański a unos 600 metros. En el pasillo se desplegó la infantería polaco-lituana donde se atrincheró, y se dejaron espacios libres a través de los cuales se suponía que la caballería propia podía pasar.
En vista de la nueva situación, los tártaros, que debían ocuparse por de la retaguardia de las fuerzas aliadas, intentaron unirse a las fuerzas lituanas, pero fueron rechazados por los suecos.
Ese día todo salió de acuerdo al plan Juan Casimiro: suecos atacaron sin éxito los atrincheramientos polaco-lituanos, en ausencia de un mayor espacio, las tropas suecas no pudieron tomar parte en el combate. En un momento dado, el rey polaco decidió realizar una maniobra lateral contra los suecos en Rajtaria, atacándoles por retaguardia. El ataque, en la fuerza de un regimiento de caballería, fue dejar la línea entre el borde del bosque de Białołęka y el fuerte. Sin embargo, el difícil cruce del río Skórcza hizo que se notara la maniobra y el rey sueco efectivamente lo contrarrestó con los cuatro escuadrones caballería. Mientras tanto, otras unidades del ala derecha y la infantería central aparecieron. Las tropas aliadas ocuparon todo el ancho del corredor del río Vístula. La oscuridad cayendo, el polvo y el humo impidieron más ataques. Alrededor de las 20:00 horas, los sueco-brandeburgueses se retiraron por el corredor a una distancia de 2 a 3 km.
El primer día terminó con el éxito del lado polaco. El elector de Brandeburgo, Federico Guillermo, instó al rey de Suecia a retirarse, hay que recordar que los aliados dejaron los campamentos en Modlin y tenían comida solo por tres días. Carlos Gustavo, sin embargo, estaba decidido a continuar la lucha. Se dieron órdenes para construir atrincheramientos frente a las fortificaciones polacas.
Cuando el rey polaco se dio cuenta de que estaba tratando con la fuerza principal sueca, mandó mensajeros para que Czarniecki regresara de inmediato. Desafortunadamente, Czarniecki regresaría el día 29 horas sobre las 18:00 horas (el segundo día de la batalla, y en realidad después de finalizada esta).
Segundo día, 29 de julio
A lo largo de la noche del 28 al 29 de julio, continuó el paso de las fuerzas restantes y el movimiento común hacia la orilla derecha. Hubo mucha confusión en el campo polaco, el despliegue de un número tan grande de tropas de acuerdo con un plan que permitiera su posterior uso eficiente fue un verdadero problema.
En la madrugada, el rey sueco y el elector se dirigieron al reconocimiento en dirección a Białołęka, donde era imposible escapar del frente de las fortificaciones polacas. Carlos Gustavo decidió envolver las fortificaciones polacas y atacar desde el este, habiendo tomado previamente las dunas entre Białołęka y Bródno.
Para que el plan tuviera éxito, era necesario mantener convencidos a los polacos, de que los aliados no renunciaban al ataque principal contra las fortificaciones polacas. Bajo la cobertura de estas actividades, era necesario transferir sus fuerzas a nuevas posiciones.
El fuerte polaco fue fijado para que no interfiriese la maniobra, mientras tanto, las dunas fueron ocupadas por los brandenburgueses después de una marcha de dos horas a las 11:00 horas.
Carlos Gustavo, girando a la izquierda, movió todo su ejército a la derecha polaca, a través del bosque Białołęka en una estrecha llanura, consolidando su posición antes de que los húsares polacos pudieran reaccionar. El despliegue era momento muy peligroso para los suecos, en primer lugar el ejército estaba dividido, y en segundo lugar, se esperaba un ataque tártaro en la retaguardia.
Tal ataque realmente sucedió, pero 2.000 reiters les esperaban en el lado sueco, y forzaron a los tártaros a retirarse.
Mientras los tártaros se retiraban hacia el bosque de Białołęka, las luchas entre los suecos y los polacos se desarrollaban en el Vístula.
Juan Casimiro sorprendido tuvo que cambiar el despliegue todo su ejército para hacer frente a la nueva amenaza, tenía que girar 90 grados todo su ejército. Es difícil describir la confusión que surgió, era necesario transferir no solo los regimientos polaco-lituanos, sino también la artillería. Este cambio tardó mucho tiempo, le dio la oportunidad a los suecos para completar la maniobra.
Despliegue de las tropas sueco-brandenburguesas:
- Ala izquierda, en tres líneas de caballería con tropas suecas. En la primera línea de caballería, desplegó tres brigadas de infantería (1.000 efectivos).
- Centro estaba formado por seis brigadas brandenburguesas, 3 en primera línea, 2 en la segunda y una en la tercera.
- Ala derecha, en tres líneas de caballería brandenburguesa, en la primera había 3 brigadas de infantería. En la segunda línea había caballería sueca y prusiana, y en la tercera solo brandenburguesa.
Sobre las 14:00 horas, comenzó el ataque y ambas fuerzas se enfrentaron. Los polacos con unos 15.000 efectivos atacaron a 5.000 corona de Lituania. La infantería fue lanzada apresuradamente junto con la artillería.
Mientras los tártaros se dirigieron al campamento sueco y se dedicaron a saquearlo.
Los 800 húsares de Aleksander Polbinski se dirigieron hacia las tres líneas de caballería reiter del ala izquierda de Carlos. Los húsares atravesaron la primera línea, pero fueron detenidos por la segunda línea de los regimientos de Uppland y Småland, los húsares sufrieron grandes pérdidas en hombres, pero sobre todo en caballos. La caballería cosaca, la pancerna, no participó en el ataque, siendo mantenido en reserva. Al ver que los aliados sueco-brandenburgueses se mantenían firmes, Juan Casimiro, decidió pasar a la defensiva, la infantería y los dragones, se prepararon para contrarrestar el contraataque sueco. Sin embargo, esto no sucedió, después de las 18:00 horas, las tropas polacas se fortalecieron con el regreso de Czarnieckiego desde Zakroczym. Los aliados se retiraron a Bródno, a su campamento que había sido saqueado.
Tercer día, 30 de julio
En esta situación, Juan Casimiro entendió que el oponente tiene demasiada ventaja en la infantería y la artillería y no se puede contar con la victoria o la defensa a largo plazo.
Decidió poner sus cañones y su infantería a salvo en la orilla izquierda de la Vístula protegiendo la retirada con la caballería. Los suecos-brandenburgueses al ver la retirada, realizaron un fuerte ataque sobre ellos. Sin embargo, esto no dio lugar a la ruptura de las fuerzas polacas. Las pérdidas totales se estiman en 2.000 polaco-lituanos frente a unos 1.000 suecos-brandenburgueses. Sin embargo, esto no cambia el hecho de que la batalla más grande de las guerras polaco-suecas terminó con la derrota de las fuerzas de la mancomunidad Polaco-Lituana.
Casimiro retiró sus fuerzas, admitió la derrota y abandonó Varsovia por segunda vez en 12 meses, dirigiéndose a Kamion, Grochów y Okuniew. Los aliados entraron en Varsovia al día siguiente.
Secuelas de la batalla
Los brandenburgueses y los aliados suecos ocuparon Radom el 10 de agosto, y las guarniciones de Brandenburgo reemplazaron a los suecos en Wielkopolska, pero luego se negaron a apoyar a los suecos más. Dado que el contingente de Brandeburgo de 8.500 efectivos había constituido casi la mitad del ejército aliado en Varsovia, las propias fuerzas de Carlos eran inadecuadas para cualquier campaña sostenida. Retirando sus guarniciones aisladas del palatinado de Sandomierz, fortaleció la guarnición de Cracovia y se retiró al norte a la Prusia Real, donde Danzig todavía estaba resistiendo. Juan Casimiro rápidamente reagrupó sus fuerzas en Lublin.
La batalla de Varsovia se conmemora en la tumba del soldado desconocido, Varsovia, con la inscripción «Warszawa 28–30 VII 1656«.
La victoria sueca no detuvo su retirada. Las alianzas de Carlos Gustavo con los transilvanos, cosacos y brandenburgueses no bastaron para desbaratar por completo la recuperación polaco-lituana.
Batalla de Prostken o de Prostki (8 de octubre de 1656)
A fines del verano de 1656, los ejércitos suecos y brandenburgueses abandonaron Varsovia, retirándose hacia el noroeste. Los comandantes polaco-lituanos decidieron entonces invadir el ducado de Prusia, que había sido un estado vasallo del reino de Polonia y que, como Brandeburgo-Prusia, se habían aliado con el imperio Sueco. El objetivo de la invasión era hacer que el gran elector, Federico Guillermo, pusiera fin a la alianza con Suecia.
Las fuerzas polaco-lituanas estaban mandadas por el hetman lituano Wincenty Korwin Gosiewski. Fueron apoyados por una unidad de tártaros de Crimea, bajo el mando de Subchan Ghazi Aga. En total, el ejército de Gosiewski tenía entre 8.000 y 10.000 hombres (incluidos 2.000 tártaros). A principios de octubre de 1656 cruzaron el río Narew, ya sea cerca de Zomża o Wizna, y se dirigieron hacia el norte a Lyck (Ełk).
El comandante prusiano, el príncipe Jorge Federico de Waldeck, concentró sus fuerzas cerca de Wąsosz. Su ejército tenía probablemente 3.500 hombres, en su mayoría reiters y dragones. Waldeck llegó a Prostken (Prostki) el 6 de octubre y acampó en la orilla oriental del río Ełk, cerca de un puente que planeaba defender. También se puso en contacto con Bogusław Radziwilł, cuya unidad de caballería de 800 efectivos estaba estacionada en Rajgród. Además, unidades prusianas adicionales estaban estacionadas a cierta distancia de Lyck. Al enterarse de la invasión, partieron para ayudar a Waldeck, pero solo unos 1.000 hombres llegaron a Prostken antes de la batalla. Una unidad de 2.000 hombres y 12 cañones abandonó Lyck el 8 de octubre, cuando era demasiado tarde.
En la mañana del 8 de octubre, las unidades de los tártaros y detrás las lituanas llegaron a la aldea, mientras que las fuerzas principales se retrasaron unas dos horas. Gosiewski, que disfrutaba de una superioridad numérica sobre el enemigo, decidió hacer que los prusianos abandonaran sus posiciones detrás del río y destruirlos en un campo abierto. Al mismo tiempo, envió a los tártaros hacia Lyck para enfrentarse a los refuerzos prusianos.
En la primera etapa de la batalla, los lituanos simularon retirarse, después de un choque inicial. Esto funcionó, cuando los prusianos cruzaron el río, mientras que Waldeck, al recibir noticias de los tártaros, envió una unidad de caballería de 500 hacia Lyck. Esta unidad fue reforzada por la caballería de Bogusław Radziwiłł, que poco después se enfrentó con los tártaros.
Cuando la principal fuerza lituana atacó a los prusianos, Waldeck ordenó a sus tropas que regresaran detrás del río. Gosiewski atacó a los prusianos, obligándolos a retirarse. Mientras tanto, los tártaros cruzaron el río Ełk y atacaron el campamento. Poco después se les unieron los lituanos.
La unidad de Bogusław Radziwiłł fue completamente destruida, mientras que Radziwiłł fue capturado. El príncipe Waldeck, con 500 soldados, logró escapar, ya que los tártaros y los lituanos estaban demasiado ocupados saqueando el campamento prusiano. En total, la batalla duró aproximadamente cinco horas.
Después de la victoria, Gosiewski envió una carta a Federico Guillermo, instándole a abandonar definitivamente a los suecos. El gran elector lo rechazó, lo que dio como resultado un saqueo y destrucción generalizada de la esquina sureste del ducado de Prusia, junto con los condados polacos vecinos de Wizna y Rajgród. Gosiewski luego marchó con su ejército a Lituania, mientras que los tártaros regresaron a Crimea.
Batalla de Filipów (22 de octubre de 1656)
Después de su victoria en la batalla de Prostki, las fuerzas lituano-tártaras comenzaron a saquear el ducado de Prusia. Poco después, las unidades tártaras de Crimea, aliadas a Polonia-Lituania, regresaron a su tierra natal, y el ejército de la Mancomunidad se redujo a unos 8.500.
En la segunda quincena de octubre, un ejército sueco- brandenburgués- prusiano de unos 9.000 efectivos, se apresuró hacia los lituanos, que acampaban en la ciudad de Filipow. Los lituanos estaban mandados por Hetman Wincenty Korwin Gosiewski, mientras que las fuerzas sueco-prusianas fueron dirigidas por Gustaf Otto Stenbock y el príncipe Jorge Federíco de Waldeck.
Mientras las principales fuerzas lituanas descansaban en Filipów, el ejército sueco-prusiano llevó a cabo un ataque sorpresa en sus unidades de retaguardia, que estaban estacionadas en Mieruniszki. Con el paso del tiempo, unidades adicionales de ambos bandos entraron en la batalla. Desde el principio, Gustaf Otto Stenbock y Jorge Federico de Waldeck disfrutaron de una ventaja táctica. Los lituanos fueron amenazados con cerco, por lo que Gosiewski ordenó una retirada hacia el norte.
Debido a esta decisión, las pérdidas lituanas fueron bajas, unos 500 muertos y 200 prisioneros entre los que se encontraba el príncipe Bogusław Radziwiłł, que había sido capturado en Prostki, y que sería liberado en Filipów.
Después de la batalla, los lituanos se retiraron del ducado de Prusia, mientras que Stenbock con su ejército se dirigió hacia el sur, hacia el río Vístula.
Primer tratado de Viena (1656)
En noviembre de 1656, las tropas de la Gran Polonia invadieron la provincia de Neumark en Brandenburgo, lo que provocó la retirada de las fuerzas de Brandeburgo de la mayor parte de la Gran Polonia. Calos Gustavo, sabiendo que necesitaba el apoyo del Elector, acordó firmar el Tratado de Labiau (20 de noviembre), que otorgó plena soberanía al gobernante prusiano, a cambio de su apoyo militar completo a Suecia en la guerra en curso. La Mancomunidad, por otro lado, ya había estado negociando con la Casa de los Habsburgo. El 1 de diciembre de 1656, se firmó el Primer Tratado de Viena, al que siguió un Segundo Tratado de Viena, en el que el emperador Leopoldo I prometió ayudar a Juan Casimiro con 12.000 soldados contra la alianza sueco-brandenburguesa. A fines de 1656, las tropas suecas habían sido expulsadas de la mayor parte de la Mancomunidad. Solo ocupaban la mitad derecha de la orilla de Prusia Real, el norte de Mazovia, Łowicz, Cracovia y Tykocin.
El Diluvio Sueco, operaciones en 1657-60
Hacia fines de 1656, el ejército sueco estaba bloqueando al rey polaco Juan Casimiro en Gdansk, que estaba llevando a cabo negociaciones diplomáticas con el enviado del rey francés Luis XIV, Antoine de Lumbres. La reina polaca María Luisa Gonzaga quería unirse a su marido allí, pero necesitaba que los ejércitos polacos abrieran un pasaje a Danzing (Gdansk) a través de los ejércitos suecos bloqueadores. Carleo Gustavo, de Suecia, estaba dispuesto a permitirle que se cruzara con su esposo, pero ella rechazó esa cortesía, confiando en Stefan Czarniecki, estacionado con su división en Piotrków Trybunalski. Czarniecki llegó a Wolbórz donde estaba estacionada y juntos comenzaron la llamada la expedición de Danzing (Gdańsk). Hacia el 1 de enero de 1657, Czarniecki con su división y la reina y sus cortesanos con su propio tren de bagajes llegaron a Chojnice. También se unieron a ellos en Chojnice casi al mismo tiempo las divisiones del ejército polaco del hetman Stanisław Rewera Potocki y del hetman Stanisław Lanckoroński. Las compañías polacas de caballería se asentaron en el campo circundante, ocupando aldeas y separadas unas de otras por la distancia, debido a la necesidad de forraje y comida, y las nieves invernales.
Batalla de Chojnice o de Konitz (2-3 de enero de 1657)
Existen diferentes fuentes que dan diferentes versiones de la batalla.
La versión más verosímil es la siguiente: el rey sueco debe haber recibido información sobre la concentración de las divisiones del ejército polaco en Chojnice durante ese invierno en los últimos días de 1656 y, al parecer, comenzó a marchar hacia ellos con sus propias fuerzas, tal vez con la intención de sorprenderlos en sus alojamientos invernales.
El rey sueco ordenó a Rutger von Ascheberg, estacionado alrededor del castillo en Złotow y que disponía de unos 1.000 jinetes reiters, que explorara y reconociera la zona de Chojnice, tal vez con la intención de sorprender a los polacos en sus alojamientos de invierno, mientras el rey sueco se dirigía a la zona con su ejército. Ascheberg llegó a Chojnice la noche del 2 de enero de 1657, y usando a un campesino capturado para guiarlos, cruzaron un puente y para amortiguar el ruido de los cascos, pusieron paja en el suelo.
Ascheberg atacó inmediatamente las siguientes formaciones polacas: el pułk del príncipe Konstanty Wiśniowiecki, los escuadrones de Jan Sobieski y Koniecpolski, que fueron sorprendidos. Las pérdidas polacas fueron importantes. Los fugitivos del escuadrón de Wisniowiecki difundieron la alarma en toda la ciudad de Chojnice y en los campamentos polacos de los alrededores. Le dio suficiente tiempo a otras unidades polacas para reunirse y enfrentarse al enemigo en igualdad de condiciones y utilizar su superioridad numérica.
En un momento de la noche, los combates llegaron cerca del carromato de la Reina y tuvo que buscar refugio, tal vez en la propia ciudad. Una vez que la Reina estuvo a salvo, le dio la bendición a Czarniecki para que él pudiera acudir al rescate del pulk del príncipe Wisniowiecki. Y tal vez otras divisiones del ejército polaco llegaron para dar una respuesta más coordinada a la arremetida de la vanguardia sueca, y al amanecer del 3 de enero de 1657. Quizás en ese momento el comandante sueco, bastante victorioso, debió haberse dado cuenta de que se había metido en un nido de avispas; y habían empezado a retirarse apresuradamente, hacia la antigua fortaleza de los caballeros teutónicos en Czŀuchów, en manos suecas, y al amparo del ejército de su Rey, todavía en ruta hacia el campo de batalla de Chojnice. El ataque sorpresa nocturno llegó a costarle caro, ya que la división Czarniecki había llegado, comenzó a perseguirlos, y su retirada se convirtió en una desbandada y persecución, y la caballería sueca se convirtió en una presa de la polaca. Tuvieron 300 muertos y muchos prisioneros, incluidos 50 franceses que servían con los suecos, y entre otros trofeos, los polacos capturaron 3 banderines de corneta. La caballería sueca encontró refugio en el castillo de Czŀuchów y los soldados de la fortaleza dispararon su artillería a los perseguidores polacos, que abandonaron su persecución. Poco después de abandonar la persecución de la caballería sueca, los comandantes polacos decidieron evitar cualquier nuevo enfrentamiento con los suecos y retirar su fuerza y sus trenes bagajes, que marchaban de Chojnice hacia Nakło nad Notecią, a los que llegaron el 7 de enero de 1658.
El ejército polaco sufrió bajas leves: menos de 50 muertos y heridos, y 9 prisioneros, y un número de caballos y de carros que fueron capturados el ataque sorpresa inicial.
Según otras fuentes, las tropas de caballería suecas de 950 jinetes llegaron a algunas aldeas fuera de Chojnice a primeras horas del 25 de diciembre de 1656. En esas aldeas, las tropas polacas se habían detenido para pasar la noche. Después de cubrir un puente con paja para disminuir el sonido de los cascos de los caballos, la caballería sueca atravesó el puente y atacó a sus enemigos. Incendiaron las casas y mataron a soldados polacos que salían de ellas sueño. Cuando llegó la mañana, la fuerza sueca había matado a más de 3.000 soldados polacos y había capturado 2.600 caballos. Poco después, el principal ejército sueco llegó a la zona e inició un bombardeo de Chojnice.
Después de la rendición de Chojnice el 1 de enero de 1657, los suecos alcanzaron su objetivo y atraparon al rey polaco en Gdansk.
Como muestra de su aprecio, el rey Carlos Gustavo le dio a Rutger von Ascheberg la espaada que había usado en la batalla, joyas valiosas y una propiedad en Prusia.
Desde su campamento en Kcynia, cerca de Nakło, los comandantes polacos y la Reina tuvieron que regatear con los soldados, sobre la paga que habían exigido. María Luisa Gonzaga decidió pagar a los soldados de sus propios recursos. Como resultado, Czarniecki (con 6.000 de caballería) y la Reina (y su tren de bagajes y cortesanos) completaron su expedición a Danzing (Gdansk) y finalmente se unieron al rey polaco en Danzing (Gdansk) sin ser molestados. Los otros comandantes polacos se quedaron al sur de Gdansk en Pomerania. Debían librar muchas más batallas contra los suecos y sus aliados en los próximos meses y años.
Otras fuentes afirman algo diferente. Después de atrapar al rey Juan Casimiro en Gdansk, el ejército sueco intentó detener a la caballería polaca que intentaba abrirse paso y rescatar al rey. La caballería estaba dirigida por Stefan Czarniecki y financiada por la propia Reina. Ella había tratado de convencer a los líderes del ejército polaco para que rescataran al Rey, pero no habían estado de acuerdo en culpar a los soldados que tenían hambre y no habían recibido su paga. Después de algunos encuentros relativamente pequeños, los polacos detuvieron sus esfuerzos. Luego, las tropas suecas fueron enviadas a relevar a los asaltados en Tykocin. Un intento renovado y audaz de Czarniecki, en el que él y 2.000 jinetes elegidos recorrieron 280 kilómetros en tres días, fue un éxito. Llegaron a Gdansk y rescataron a su rey.
Batalla de Magierów (11 de julio de 1657)
En enero de 1657, el príncipe transilvano Jorge Rákóczi II, a quien Carlos Gustavo le había prometido el trono polaco-lituano, firmó el tratado de Radnot con Suecia, tras el cual invadió el sur de Polonia con 25.000 soldados. A mediados de febrero, cerca de Medyka, los transilvanos se unieron a 10.000 cosacos zapórogos bajo el mando de Antón Zdanowicz.
Dado que las principales fuerzas polacas de la mancomunidad Polaco-Lituana se dedicaban a combatir el imperio Sueco, solo se envió una división de Stanisław Potocki hacia el sur. Mientras tanto, el ejército transilvano de Rakoczi se dirigió hacia Cracovia, y su marcha estuvo marcada por un saqueo y destrucción generalizados. Levantó el cerco de Cracovia, donde los suecos estaban siendo asediados por las fuerzas de Juan Casimiro. En abril, se reunió con el rey sueco Carlos Gustavo, y en mayo, capturaron la ciudad de Brest y, a fines de junio, estuvieron en Varsovia. La campaña de Rakoczi estuvo marcada por un amplio saqueo, asesinato y destrucción.
Mientras tanto en mayo, durante una reunión en Sokal, los líderes polacos decidieron llevar a cabo un ataque de venganza contra el principado de Transilvania. El hetman Lubomirski con 4.000 soldados concentró sus fuerzas en Sambor y, junto con miles de campesinos, invadió Transilvania. Lubomirski permaneció en Transilvania hasta julio, cuando regresó, y se unió a la división bajo Potocki cerca de Stryj.
En junio del mismo año, las fuerzas suecas abandonaron a Rakoczi y se dirigieron a Dinamarca debido al estallido de la guerra Dano-Sueca, lo que obligó al rey sueco a mover la mayor parte de su ejército a Dinamarca.
En estas circunstancias, los ejércitos de Rakoczi decidieron marchar hacia el sur y abandonar la Mancomunidad lo antes posible. El rey polaco Juan Casimiro decidió evitar que los transilvanos, moldavos, valacos y cosacos escaparan de Polonia. Llamó a Stefan Czarniecki para que viniera con su división a Czestochowa, donde se le unieron mercenarios austriacos de caballería, lituanos de Aleksander Hilary Polubiński y una unidad de tártaros de Crimea. El 7 de julio, la división de Czarniecki llegó a Łańcut, donde tuvo lugar un consejo de hetmans polacos. Czarniecki siguió a Rakoczi, mientras que Jerzy Sebastian Lubomirski y Stanisław «Rewera» Potocki sellaron la frontera polaco-transilvana.
Después de la reunión, Czarniecki con un ejército de 10.000 efectivos siguió a Rakoczi, atacando a sus tropas en una guerra de guerrillas, típica del hetman polaco. El 11 de julio, Czarniecki atacó a los transilvanos, cerca de la aldea de Magierów, al norte de Lwów. Después del ataque polaco, los transilvanos se retiraron hacia Żółkiew, dejando atrás unos 2.000 carromatos con bienes saqueados en Polonia. Poco después, los polacos tendieron una emboscada al enemigo en un pantano junto al río Poltva. Cientos de húngaros se ahogaron, y los sobrevivientes continuaron su retirada hacia el sur.
Batalla de Czarny Ostrów (20 de julio de 1657)
El 16 de julio, la división de Czarniecki se unió a las fuerzas de Lubomirski y Potocki, y los hetmans decidieron destruir a Rakoczi. Mientras tanto, los cosacos de Anton Zdanowicz abandonaron a los transilvanos, y su situación se volvió desesperada. Bajo estas circunstancias, Rakoczi envió parlamentarios a los polacos, pidiendo un tratado de paz. Lubomirski y Potocki estaban dispuestos a firmar un tratado, mientras que Czarniecki y sus soldados querían luchar, esperando un rico botín.
El 20 de julio, cerca de la aldea de Czarny Ostrów en Podolia, las fuerzas polacas atacaron el campamento transilvano. Rakoczi decidió abandonar todos los vagones con el botín y se retiró hacia Miedzybóż, donde comenzaron las negociaciones. Czarniecki intentó evitar eso, pero fue rechazado por otros líderes, y el 23 de julio, ambas partes firmaron un tratado. Rakoczi se vio obligado a romper la alianza con el Imperio sueco, sacar sus guarniciones de las ciudades ocupadas de Cracovia y Brest, y pagar 1,2 millones de złotys polacos al tesoro polaco-lituano. Además, se vio obligado a pagar 1 millón de złotys a los hetmans polacos, y 2 millones a los soldados polacos.
Por su parte, también los polaco-lituanos forjaron alianzas con los enemigos de Suecia. Los austriacos enviaron tropas para combatir junto a Juan Casimiro, si bien este tuvo que pagarlas. Los daneses invadieron el sur de Suecia para tratar de recuperar Escania, lo que obligó a Carlos Gustavo a trasladar tropas a Suecia para repeler la acometida. Para remate, el elector de Brandeburgo cambió de bando y se coligó con Juan Casimiro, a cambio de obtener para sí el ducado de Prusia (Tratado de Wehlau del 19 de septiembre de 1657).
Asedio de Toruń (1658)
A mediados de septiembre de 1657, después del asedio de Cracovia (1657), el ejército del Sacro Imperio Romano de 15.000 efectivos, aliado a la mancomunidad Polaco-Lituana, marchó hacia el norte. A finales de septiembre, los austriacos se concentraron cerca de Plock. El rey polaco Juan Casimiro quería usarlos para capturar la ciudad fortificada de Toruń, pero los preparativos austriacos para el asedio fueron muy lentos y no se completaron antes del invierno. Debido a las condiciones climáticas, todas las actividades militares se pospusieron hasta la primavera de 1658, y los austriacos pasaron el invierno en la Gran Polonia.
Los planes polacos para 1658 se concentraron en la recaptura gradual de la provincia de Prusia. Real El primer objetivo fue Toruń, un puerto fluvial estratégicamente ubicado en el Vístula, con fortificaciones modernas. Debido a la guerra Danesa-Sueca, la mayoría de los austriacos, bajo el mariscal de campo Raimundo Montecuccoli, abandonaron Polonia y marcharon a Jutlandia.
El 2 de julio de 1658, la división austriaca de 4.000 efectivos, bajo el mando del general Juan-Luis Raduit de Souches, inició el sitio de Toruń. Los austriacos fueron reforzados por la infantería polaca, mientras que la ciudad estaba defendida por una guarnición sueca de 2.400, mandada por el general Barthold Hartwig von Bulow. Los suecos fueron apoyados por los residentes protestantes de habla alemana de Toruń.
En las primeras semanas, los comandantes austriacos y polacos limitaron sus actividades al bloqueo de la ciudad. El 26 de julio, tras un bombardeo de artillería, se inició un asalto, que dio como resultado la captura de varios puntos fuertes suecos. El 1 de agosto, Krzysztof Grodzicki llegó con 3.000 de infantería. Poco después, Juan Fryderyk Sapieha llevó 1.000 soldados, también la división de Stefan Czarniecki (4.000 de caballería) se unió a las fuerzas polaco-austriacas. Además, la división brandenburgo-prusiana bajo Boguslaw Radziwill, que había cambiado de alianzas, cooperó con los polacos. La división de Czarniecki permaneció cerca de Toruń hasta principios de septiembre, cuando salió de Polonia, marchando hacia Dinamarca. El 12 de octubre, Czarniecki y sus soldados llegaron a Hamburgo.
En septiembre de 1658, las fuerzas polaco-austriacas se reforzaron con una división de Jerzy Lubomirski, y el 23 de septiembre, la reina María Luisa Gonzaga llegó a Toruń, junto con su corte. Para entonces, el ejército polaco estacionado cerca de la ciudad tenía casi 19.000 soldados, mientras que las fuerzas austriacas eran 4.600, con 40 cañones. El asalto principal tuvo lugar la noche del 16 al 17 de noviembre, cuando los soldados polaco-austriacos capturaron tres bastiones, perdiendo 1.000 hombres. La guarnición sueca finalmente capituló el 30 de diciembre. Durante el asedio, los suecos perdieron 1.200 hombres, mientras que los polacos y los austriacos perdieron 1.800 soldados, incluidos 1.500 polacos.
El Diluvio Sueco, operaciones en 1659
En 1659, el ejército sueco que aún permanecía en Polonia bajo Lorens von der Linde fue retirado a las principales fortalezas de Prusia Real: Malbork, Głowa Gdańska, Grudziądz, Elbląg y Brodnica.
En agosto de 1659, el ejército polaco capturó a Głowa y Grudziądz, y poco después, la hambrienta guarnición sueca en Brodnica se rindió. El asedio de Malbork continuó, y las tropas polacas – brandenburgianas bloquearon Elbląg. En diciembre de 1659, comenzó el asedio de Elbląg. Mientras tanto, a finales de 1658, la tregua polaco-rusa terminó cuando las fuerzas rusas bajo Iván Andreyevich Khovansky (Tararui) y Jurij Aleksiejewicz Dołgorukow atacaron nuevamente a las unidades polaco-lituanas. El motivo del ataque fue el Tratado de Hadiach, que creó la Comunidad de Polonia, Lituania y Rutenia. Muscú se opuso a este estado recién establecido, y decidió librar otra guerra. Los rusos lograron capturar grandes partes de la Mancomunidad, pero más tarde fueron derrotados en la batalla de Konotop y en la batalla de Polonka.
Negociaciones y paz
Los suecos entablaron negociaciones con los polaco-lituanos con mediación de Francia. La paz que puso fin al conflicto se firmó el tratado de Oliva (Oliwa) el 3 de mayo de 1660. Juan II Casimiro renunció a sus reclamaciones de la corona sueca, que su padre Segismundo III Vasa había perdido en 1599. Polonia también cedió formalmente a Suecia, Livonia y la ciudad de Riga, que había estado bajo control sueco desde la década de 1620. El tratado resolvió conflictos entre Suecia y Polonia que quedaron en pie desde la guerra contra Segismundo (1598-99), la guerra Polaco-Sueca (1600-29) y las guerras del Norte (1655-60).
La dinastía Hohenzollern de Brandeburgo también se confirmó como independiente y soberana sobre el ducado de Prusia; anteriormente habían ocupado el territorio como un feudo de Polonia. En caso de que terminara la dinastía Hohenzollern en Prusia, el territorio debía volver a la corona polaca. El tratado fue logrado por el diplomático de Brandeburgo, Christoph Caspar von Blumenthal, en la primera misión diplomática de su carrera.
El tratado de Oliva, con el tratado de Copenhague del mismo año y el tratado de Cardis el año siguiente marcaron el punto culminante del Imperio sueco.