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Sucedió en el trono otomano a su padre Mehmed III en 1603 y se convirtió en el primer sultán otomano que llegó al trono a los 14 años de edad. Al contrario que sus antecesores, fue un sultán afectuoso y sensible, y mostró su lado más humano, cuando rechazó asesinar a su hermano Mustafá, quien finalmente le sucedió. Tuvieron renombre sus habilidades en la esgrima, la equitación, y el conocimiento de numerosas lenguas.
Trató de evitar la bancarrota y para ello firmó tratados de paz con sus habituales enemigos: los Habsburgo, los safávidas y los polacos.
El sultán Ahmed o Ahmet I fue el primer soberano que organizó las regulaciones administrativas desde Solimán el Magnífico. Era un genio político, aunque ascendió al trono muy joven administró el imperio con mucho éxito. En la vida de Ahmed, el número 14 era importante. Llegó al trono a la edad de 14 años, reinó durante 14 años y fue el decimocuarto sultán del Imperio otomano. Murió a la edad de 28 años a causa del tifus (22 de noviembre de 1617)
Guerra otomano-safávida (1603-11)
Batalla de Urmia o Urmiyah (1604)
Tras la paz firmada en 1590, el Sah Abbas I encargó a dos ingleses Roberto Sherley y su hermano Antonio, que le ayudaran a reorganizar su ejército en uno permanente y profesional similar al modelo europeo (que los otomanos ya habían adoptado), adoptando también el uso de la pólvora. Las divisiones del ejército fueron: ghulams o infantería similar a los jenízaros, por lo general reclutados de georgianos y circasianos, tofangchis (mosqueteros), y topchis (artilleros). Abbas trasladó la capital a Isfahan, más en el centro de Irán, construyendo una nueva ciudad al lado de la antigua. A partir de este momento en que el estado comenzó a adquirir un carácter más persa. Los safávidas tuvieron finalmente éxito en establecer una nueva monarquía persa nacional.
En 1603, Abbas I lanzó una ofensiva que retomó Tabriz, Azerbaiyán y Georgia en el mismo año. Los otomanos, distraídos por guerras con los Habsburgo, fallaron en ofrecer una resistencia efectiva. Un ejército otomano de unos 100.000 efectivos bajo el mando Cagaloglu Yusuf Sinan pachá, que era de origen genovés, penetró en territorio persa, el sah Abbas I reunió un ejército de unos 60.000 efectivos.
El encuentro tuvo lugar cerca del lago Urmia en el noroeste de Persia entre los imperios safávida y otomano que dio como resultado una decisiva victoria persa. Los otomanos fueron engañados en una emboscada donde muchos de ellos fueron muertos o capturados en una maniobra de cerco. Durante los siguientes tres años, toda la región occidental y septentrional de Persia fue recapturada y los safávidas incluso restablecieron su soberanía sobre sus antiguos vasallos en el Cáucaso.
- Allahvardi kan cargó con su caballería contra el ejército otomano y asalta sus flancos agresivamente.
- Los otomanos atacan y Allahvardi fingió la retirada, animando al general otomano a unirse a la persecución con una gran parte de su ejército.
- Abbas dio la orden a su ejército oculto que marchase sobre la colina y cayera sobre los otomanos, persiguiendo a las fuerzas de Allahvardi que dieron media vuelta y atraparon a los otomanos en una pinza.
- Otro contingente de las tropas persas ocultas marchó contra la línea otomana que ahora debilitada defendió su campamento, siendo superados fácilmente.
Posteriormente, una parte del grupo antes mencionado vuelve a cerrar a los otomanos en una bolsa, matando y encerrando a casi todos en la trampa.
Los otomanos sufrieron 20.000 muertos, entre ellos Sinan pachá y como consecuencia perdieron Azerbaiyán, el Kurdistán, Bagdad, Mosul y Dierbekh.
Tratado de Nasuh pachá (1611)
Imperio pudo levantar otro ejército contra Persia, su comandante Kuyucu Murat pachá murió de causa natural en 1611 en Diyarbakir, campamento de invierno, el ejército otomano sufrió la falta de un comandante capaz. Finalmente, el gran visir Nasuh pachá aceptó firmar un tratado con los persas. El tratado de Nasuh pachá tenía los siguientes puntos:
- El Imperio otomano acordó devolver todo el territorio ganado por el tratado de Constantinopla de 1590.
- La línea fronteriza se convirtió en la línea dibujada en la paz de Amasya en 1555.
- A su vez, Persia acordó pagar un tributo anual de 200 cargas (5.9000 kilogramos) de seda.
- La ruta de los peregrinos persas a la Meca fue cambiada (sobre Siria en lugar de Irak).
Este tratado es el primer tratado en la historia otomana en el que acordó perder territorio. Fue un gran éxito para Abbas. Mediante el tratado, ambos aumentaron su reino y restauraron el prestigio safávida. Sin embargo, Abbas se negó a pagar el tributo. Entonces la guerra se renovaría en 1615.
Guerra habsburgo-otomana
Paz de Zsitvatorok o tratado de Sitvatorok (1606)
Fue un tratado de paz que puso fin a la guerra de los Trece Años o Larga Guerra entre el Imperio otomano y la monarquía de los Habsburgo. El tratado se negoció entre el 24 de octubre y el 11 de noviembre de 1606, y se firmó en la desembocadura del río Zitava (en húngaro Zsitva) con el Danubio. La paz duraría un período de 20 años y estabilizó las condiciones en la frontera de los Habsburgo-Otomana durante medio siglo en beneficio de ambas partes. Los Habsburgo enfrentarían una seria oposición interna durante los siguientes años, y los otomanos, aparte de una rebelión interna, tuvieron conflictos abiertos en otras partes de sus fronteras como Polonia y Persia.
Batalla naval del cabo Corvo (1613)
Aunque habían firmado la paz de Zsitvatorok o tratado de Sitvatorok en 1606, las guerras habsburgo-otomanas continuaron por el control del mar Mediterráneo.
Cuando el duque de Osuna Pedro Téllez-Girón fue nombrado virrey de Sicilia en 1610, su principal objetivo después de la eliminación del bandidismo generalizado en la isla fue la reconstrucción de sus fuerzas navales. A su llegada, la escuadra española de Sicilia no tenía galeras en condiciones de navegar, y la población temía una invasión turca.
En julio de 1612, ocho galeras y algunas embarcaciones de vela habían sido construidos siguiendo las instrucciones de Osuna, siendo las últimas asignadas a tareas de transporte. El virrey confió el mando de esta pequeña flota al palermitano Octavio de Aragón, su comandante naval favorito.
Aragón realizó algunas incursiones sobre territorio otomano, atacando por sorpresa La Goleta y Cherchell. Antonio Pimentel incendió siete naves a vela lideradas por un renegado inglés en el puerto de Túnez ese mismo año. El mayor choque, así como la mayor victoria de Osuna en 1612, ocurrió cuando en agosto repelió a una enorme armada turca que trataba de tomar Mesina. Dos galeras y tres galeotas fueron capturadas, y un barco de Cartagena tomado como presa fue recuperado. Las partidas de desembarco otomanas, aisladas de sus naves, se rindieron a la caballería española o intentaron huir hacia el interior.
A mediados de 1613, Aragón desembarcó 200 mosqueteros, 50 arcabuceros y 100 piqueros en Chicheri, donde asaltaron y demolieron un castillo otomano, pereciendo 800 turcos. Al regreso de su almirante, Osuna le encomendó preparar una campaña para enfrentarse a la escuadra otomana en sus propias aguas. El virrey había sido advertido de la partida de un gran número de embarcaciones desde Estambul, y aunque sus informantes no habían detectado preparativos de ningún ataque contra la isla, prefirió asegurarse.
Las galeras de Aragón se reforzaron, cada una con 100 mosquetes, 50 espontones, 20 broqueles y 150 chuzos para el caso de que fuera necesario armar a los remeros para que ayudasen a los soldados de la galera en el combate. El buque insignia de Osuna, mientras tanto, fue reforzado con 160 mosqueteros y siete cañones. De acuerdo a los espías de Osuna, la flota turca estaba compuesta por 12 galeras a las órdenes de Mahomet pachá, un teniente de Nasauf Bajá, quien permanecía en Estambul para consultar con el sultán Ahmed I las cuestiones relativas a la guerra con el Imperio safávida.
Octavio de Aragón zarpó hacia el mar Egeo al mando de sus ocho galeras. Al sur de Samos, el almirante fue informado por pescadores griegos de la presencia de las diez galeras turcas de Sinari pachá (bajá) en los alrededores. El escuadrón cruzó el estrecho de Mícala gracias a la ayuda de un piloto griego y llegó a las cercanías del cabo Corvo, donde estaba anclada la armada otomana, con dos galeras posicionadas en vanguardia, dos formando el grupo de batalla principal y tres en la retaguardia. Aragón, habiendo sido advertido de la presencia de los barcos de Sinari Pachá por una faluca previamente destacada al frente de su armada, ordenó el ataque, y seguido de su escuadrón se aproximó a la formación turca y embistió a su buque insignia. Después de tres horas de combate, Sinari pachá rindió su galera, siendo seguido por su segundo al mando y otras cinco galeras. Las tres restantes lograron escapar.
Cerca de 400 soldados y marinos otomanos resultaron muertos, y otros 600 capturados. Entre los prisioneros más prominentes estaban Sinari pachá, que murió de pena poco después, y Mahamet, bey de Alejandría e hijo de Muezzinzade Alí pachá, quien había dirigido la flota turca en Lepanto. Por otra parte, 1.200 galeotes cristianos fueron liberados.
Las bajas en el campo español fueron muy bajas, consistentes en 6 hombres muertos y 30 heridos. Pronto regresaron a Sicilia junto con sus siete presas, que fueron incorporadas a la escuadra virreinal a su llegada a Mesina. Incluso otro navío enemigo fue capturado por el camino, un bergantín tripulado por 17 turcos. La flota española al completo corrió el peligro de ser destruida por una tormenta cerca del cabo Solanto, a 10 leguas de Mesina, pero todos los buques consiguieron finalmente entrar al puerto con la ayuda de unas 70 gabarras.
Batalla naval del cabo Celidonia (1616)
El gran duque de Osuna, virrey de Sicilia y Nápoles, reorganizó la penosa flota española, y creó, con su dinero y esfuerzo; una flota poderosa compuesta de galeones y naos, para hacer el corso y perseguir a los otomanos en cualquier parte, poniendo al frente de la misma a un experto capitán llamado Francisco de Rivera.
A mediados de 1616, una flota española a las órdenes del capitán Francisco de Rivera y compuesta de cinco galeones y un patache. Partió del reino de Sicilia hacia las aguas del Mediterráneo Oriental con el objetivo de hostigar con acciones de corso a las naves y puertos turcos en la zona entre la isla de Chipre y la histórica región de Cilicia. Dicha flota la integraban el galeón Concepción, con 52 cañones y buque insignia de Rivera; el galeón Almiranta, con 34 cañones y mandado por el alférez Serrano; la nao Buenaventura, de 27 y bajo Íñigo de Urquiza; la nao Carretina, de 34 y bajo Valmaseda; la nao San Juan Bautista, de 30 y dirigido por Juan de Cereceda; y el patache Santiago, de 14 cañones y bajo Garraza. A bordo de los barcos había unos 1.600 soldados españoles, de los cuales 1.000 eran mosqueteros.
Ribera partió el día 15 de junio a Chipre por recibir un aviso de que por aquella zona había cinco buques corsarios enemigos. Reconoció los puertos de Bafa y Lemaso el día 18, pero no los encontró por allí. Sin embargo, el 21 llegó a las Salinas y descubrió que allí había 10 bajeles, uno muy grande flamenco. Ribera entró en el puerto con su escuadra y se puso entre medias, donde solo dos buques lucharon, aunque poco. Se sacaron cinco buques y se quemó uno, quedando los demás encallados.
Las presas llevaban sal, algo de arroz y plomo. Como no eran gran cosa, se optó por embarcar el plomo y vender algunos por 2.100 reales de a ocho. Tuvo noticia de los corsarios enemigos por Famagusta y allí se dirigieron. El 24 de junio, capturaron algunas barcas griegas, para buscar busca de información, y estas les contaron que los corsarios que buscaban estaban en el puerto de Famagusta, protegidos por una cadena y que era imposible pasar en barca. Ribera estuvo por la zona, esperando a que salieran. Mientras tanto, tomaron dos barcas con 30 esclavos, que dieron mucha pelea, matando a un alférez y ocho soldados.
El gobernador otomano de la isla, que había sido rápidamente informado de las algaras españolas, pidió la ayuda de la armada del Sultán. Rivera, advertido de la inminente llegada de esta fuerza de socorro gracias a la captura de un navío mercante procedente de Estambul, decidió aguardar a sus perseguidores en las cercanías del cabo Celidonia, con la intención de regresar a Sicilia con la noticia de una gran victoria. Al cabo de unos pocos días, el 14 de julio, apareció ante el cabo una flota enemiga de 55 galeras con cerca de 275 cañones y 12.000 efectivos a bordo.
El enfrentamiento comenzó a las 9 de la mañana, cuando las galeras musulmanas recibieron la orden de avanzar hacia los barcos españoles y abrir fuego sobre ellos.
Previamente, habían realizado una formación de media luna, dispuesta para rodear a las naves hispanas. Para evitar que sus buques quedasen aislados entre sí y fuesen derrotados uno a uno con las condiciones meteorológicas de vientos leves, Rivera mandó unirlos mediante cadenas de un extremo a otro. De esta manera, el Concepción fue situado en vanguardia, seguido del Carretina, el Almiranta y el patache Santiago, mientras que los dos barcos restantes permanecían en estado de alerta. El fuego de la artillería pesada española contuvo el asalto de los turcos y los mantuvo a raya hasta el ocaso, cuando los atacantes se replegaron a sus posiciones iniciales con ocho galeras a punto de hundirse y otras muchas dañadas.
El ataque se reanudó a la mañana siguiente, cuando, después de un consejo de guerra nocturno, los otomanos se lanzaron a la ofensiva en dos secciones que de manera separada intentaron apresar al Concepción y al Almiranta. Atravesado el espacio de alcance de los mosquetes españoles, las galeras fueron sometidas también al intenso cañoneo de los bajeles cristianos e, incapaces de abordarlos, se vieron abocadas a retirarse por la noche con otras 10 galeras escoradas.
Aquella noche tuvo lugar un nuevo consejo de guerra en el cual los turcos decidieron volver a intentar un asalto al amanecer. Después de un discurso con el que incrementaron la moral de sus tripulaciones, los otomanos acometieron con gran determinación y lograron aproximarse a la nave capitana de Rivera desde el ángulo más favorable para explotar su punto ciego. Sin embargo, el comandante español, que ya había previsto esa posibilidad, dio al Santiago la orden de trasladarse a la proa de su barco. Esta maniobra expuso de nuevo a las galeras turcas al fuego artillero, que les infligió daños severos y finalmente las forzó a abandonar el escenario de la batalla a las 3 de la tarde, con otra galera hundida, dos desarboladas y otras diecisiete gravemente dañadas o escoradas.
La flota otomana sufrió enormes pérdidas humanas y materiales, con 1.200 jenízaros y 2.000 marineros y remeros muertos, y 10 galeras hundidas y otras 23 inutilizadas. Por su parte, los españoles contaron 34 muertos y 93 heridos, así como daños en los aparejos del Concepción y el Santiago, los cuales tuvieron que ser remolcados por las otras naves. A raíz de su triunfo, Rivera fue promovido a almirante por el rey Felipe III, que también lo recompensó concediéndole el hábito de la Orden de Santiago. Los soldados y marinos de Rivera fueron también agasajados por el virrey de Sicilia, el duque de Osuna.
Paz de Busza (1617)
También conocida como de Busha, o de Bose también conocido como el tratado de Jaruga fue negociado por Stanisław Zołkiewski de la mancomunidad polaco-lituana e Iskender pachá del imperio Otomano en Busza (Bose) cerca de los ríos Jaruga y Dniester el 23 de septiembre de 1617. Los ejércitos polaco y otomano se encontraron, pero decidieron negociar, en lugar de luchar. En este tratado de paz, la mancomunidad de Polonia y Lituania acordó ceder el Khotyn a los otomanos y no interferir en los asuntos internos de los vasallos otomanos en Transilvania, Moldavia y Valaquia, la Comunidad debía evitar que los cosacos asaltaran tierras en el Imperio otomano. A cambio, el Imperio otomano prometió detener las incursiones tártaras. El Imperio otomano también retenía el derecho seleccionar los gobernantes en Transilvania, Moldavia y Valaquia.
El tratado sería violado por ambas partes, ya que los cosacos y los tártaros seguirían atacando las tierras fronterizas. Esto llevaría a una nueva guerra, pero el status quo de la paz de Busza se confirmaría después de la guerra Polaca-Otomana (1620-21) por el tratado de Khotyn.