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Ascenso al poder
La dinastía Qin o Ch’ing gobernó China desde el 221 al 206 AC. El nombre Ch’ing es uno de los posibles orígenes de la palabra China.
Tras la batalla de Changping en el 262 AC contra el estado Zhao, ambos reinos quedaron agotados, pero Zhao no pudo recuperarse. Poco después los Qin empezaron el asalto a los otros estados. Primero atacaron a Han, directamente en el este, y tomaron la ciudad de Xinzheng en 230 AC. Luego arrasaron el norte; el estado de Zhao se rindió en el 228 AC, y el estado más septentrional de Yan siguió a esta lista de conquistas, cayendo en el año 226 AC. A continuación, los ejércitos Qin lanzaron ataques al este, y más tarde al sur, así; tomaron la ciudad de Wei en Daliang (actualmente conocida como Kaifeng) en 225 AC y obligaron al estado de Chu a rendirse en el año 223 AC. Por último, depusieron al resto de la dinastía Zhou en Louyang y en 221 AC, Qin conquistó el único estado de guerra no sometido, Qi que no había contribuido anteriormente a los esfuerzos para contrarrestar el creciente poder de Qin y cuando se quedaron solos, simplemente se rindieron. El rey Zheng, que tenía 9 años cuando asumió el trono del estado de Qin, se convirtió en el gobernante efectivo de toda China.
El rey Zheng, al fundar una nueva dinastía, cambió el título de wang (rey) por el de huangdi (emperador), título que en adelante usarán todos los emperadores de China, asumiendo el nombre Qin Shi Huangdi, nombre que podría traducirse como «El primer emperador de los Qin» asumió el trono tenía tan solo 12 años y medio, por lo cual necesitó de un regente hasta el año 238 AC. Cuando cumplió los 21 años y por medio dio un golpe de Estado y se hizo con el poder, destituyendo a su primer ministro, Lü Buwei.
Organización del Imperio
El emperador recién declarado ordenó que todas las armas que no estuvieran bajo la posesión de la dinastía Qin fueran confiscadas y fundidas. El metal resultante fue suficiente para construir doce grandes estatuas ornamentales en la recién declarada capital de la dinastía Qin, Xianyang. Con el objetivo de prever el resurgimiento de los señores feudales, también destruyó los muros y fortificaciones que habían separado previamente a los seis estados.
En su proyecto de unificación de la China, Qin Shi Huangdi tomó otras medidas eficaces. Qin impuso en todo el país el estilo zhuanshu como sistema de escritura, haciendo así la base para la evolución de los caracteres chinos y facilitando con ello la difusión de la cultura china. Anteriormente, cada reino tenía su propio sistema de escritura, a pesar de su origen común, pero se diferenciaban en los detalles, circunstancias que obstaculizaban los intercambios culturales. Se adoptó como oficial una de las escrituras usadas en la época, el estilo zhuanshu era el más suelto y más apto para escribirse con pincel y que ha perdurado hasta nuestros días.
Una de las consecuencias más importantes del mandato de Qin fue la centralización del gobierno con el Emperador a la cabeza ayudado por dos funcionarios, uno civil y otro militar. Al no entregar tierras y feudos a miembros de la familia real y a dignatarios se dio un golpe mortal al feudalismo. Para efectos administrativos el Imperio fue dividido en 36 comandancias (jun) gobernadas, cada una de ellas, por un gobernador civil, un gobernador militar y un inspector imperial o delegado del gobierno. Cada comandancia estaba subdividida en distritos o prefecturas (xian), gobernadas por un prefecto. Ninguno de estos cargos era hereditario: quienes los detentaban podían ser destituidos en cualquier momento, con lo que se pretendía evitar la acumulación de privilegios y el enriquecimiento personal por esa vía. Con este sistema se intentó anular la posibilidad de creación de pequeños estados y, sobre todo, reforzar la idea del poder central, sustentado en un sistema administrativo fuerte y eficaz.
Se suprimieron los títulos de nobleza y se crearon otros que no eran hereditarios. En el año 221, aproximadamente 120.000 familias nobles fueron obligadas a trasladarse a la capital a fin de controlarlas mejor y disponer de sus tierras. La tierra podía ser enajenada y los campesinos ya no estaban atados a ella.
Estableció un amplio aparato burocrático, estandarizó pesos y medidas y estableció la unidad monetaria. Acuñó una única moneda bimetálica (de oro y bronce), redonda de orificio cuadrado, lo cual tenía un claro significado simbólico: la parte de fuera representaba el cielo redondo mientras que el orificio interno representaba la tierra cuadrada.
Promovió también la construcción de una gran red viaria que, convergiendo en la capital Xian, hiciese posible los intercambios y contactos. Unificó también la longitud del eje de las ruedas de los carros y las vías para vehículos se estandarizaron para facilitar el transporte a lo largo del país.
Para evitar alzamientos futuros, Qin Shi Huangdi ordenó confiscar las armas y almacenarlas en la capital. Con el objetivo de prever el resurgimiento de los señores feudales, también destruyó los muros y fortificaciones que habían separado previamente a los seis estados. Se ideó un servicio militar nacional: todo varón entre las edades de 17 y 60 años era forzado a servir un año en el ejército.
Quema de libros
Una de las características de Qin fue el anti-intelectualismo del que hizo alarde el primer Emperador. Influido por la doctrina legalista, que no creía en el código moral confuciano ni en el ejemplo del pasado, ordenó la destrucción de casi todos los libros. Estas acciones se iniciaron después de la victoria de Qin sobre el resto de China, aparece una ola de persecuciones con el lema «quemar libros y ejecutar los literatos» (Fenshu kengru).
De acuerdo con los informes de Sima Qian, la purga se inició en 213 AC en un banquete de la corte imperial junto a varios estudiosos. Un confuciano habló para desafiar la política centralizadora del Emperador; su crítica se centró en el hecho de que no le daba importancia a los miembros de su familia cercana, a diferencia de lo que lo hicieron los antiguos reyes Zhou, idealizada por los confucianos. Li Si respondió entonces mediante el desarrollo de una teoría que justificase el rechazo de los modelos anteriores. Por eso para hacer un barrido limpio de las viejas ideologías, ordenó la quema de libros (fenshu) de las diferentes corrientes de pensamiento que se oponían legalismo y podrían mantener viva la memoria de las antiguas dinastías, tales como el libro de los documentos y el libro de las odas que afirmaban la tradición Zhou. La gente que leía en público se le castiga con la muerte.
Solamente los textos para su aplicación práctica se mantienen, los relativos a la agricultura, la adivinación o la medicina. La importancia de la destrucción de libros tiene un carácter simbólico y bastante discriminada fue la selección de material: muchos sobrevivieron a estas medidas y es posible que otros eventos, la quema de la biblioteca imperial después de la caída de la dinastía hayan contribuido a la desaparición de material valioso.
La ejecución de los estudiosos (kengru) ocurrió en el año 212 AC, cuando el Emperador ordenó la matanza de 460 estudiosos sospechosos de criticar su crueldad y exceso. En general se acepta que fueron enterrados vivos (que es uno de los significados de Keng y un castigo común en la antigua China), pero puede ser solamente una deducción de forma retrospectiva informada por Sima Qian o añadida en su libro después de su muerte, para unirse al registro de crueldades del primer Emperador. De todos modos, se conserva al menos el hecho como parte de la política de estado de Li Si, a raíz de los pensamientos de Han Fei, una gran figura del legalismo que trató de disciplinar al grupo de intelectuales, para integrarlos en la administración estatal y sacar provecho de sus habilidades por el bien del estado. La acción ha sido considerada por muchos historiadores tradicionales como la peor inquisición literaria, aunque en épocas posteriores habría persecuciones aún más despiadadas.
Expansión hacia el Sur
En 214 AC, en emperador Qin Shi Huang aseguró las fronteras al norte con una fracción de su ejército (unos 100.000 hombres), y envió a la mayoría (500.000 hombres) al sur para conquistar el territorio de las tribus sureñas. Antes de los acontecimientos que condujeron al dominio Qin sobre China, ellos habían ganado la posesión de gran parte de Sichuan, al suroeste. El ejército Qin no estaba familiarizado con el terreno de la selva, y fue derrotado por tácticas de guerra de guerrillas de las tribus sureñas, dando como resultado la muerte de más de 100.000 hombres. A pesar de la derrota, Qin tuvo éxito en la construcción de un canal en el sur, que se utilizó en gran medida para el suministro y movimientos de sus tropas durante su segundo ataque al sur. Sobre la base de estos logros, los ejércitos Qin conquistaron las tierras costeras que rodean Guangzhou, y se conquistó las provincias de Fuzhou y Guilin. La influencia Qin llegó tan al sur como Hanoi. Después de estas victorias en el sur, Qin Shihuang movió más de 100.000 presos y exiliados a colonizar las zonas recién conquistada. En cuanto a la ampliación de las fronteras de su imperio, el Primer Emperador tuvo un gran éxito en la consolidación de sus conquistas en el sur.
Guerra con los xiongnus
A pesar de que el imperio Qin logró expandirse hacia el norte rara vez lograba mantener los territorios conquistados por mucho tiempo. Las tribus de estos lugares, colectivamente llamadas Hu por Qin, estuvieron libres de la dominación china durante la mayor parte de la dinastía. Ante la negativa de negociar con los campesinos de la dinastía Qin, la tribu de los xiongnus, que habitaba la región de Ordos en el noroeste de China, a menudo los asaltaban y producían grandes saqueos, lo que provocó las represalias de Qin. Después de una campaña militar dirigida por el general Meng Tian, la región fue conquistada en 215 AC, y estableció la agricultura; los campesinos, sin embargo, estaban descontentos con los altos impuestos y más tarde se rebelaron.
La dinastía Han continuó con éxito expandiéndose hacia la región de Ordos, pero debido a la sobrepoblación, terminó agotando sus recursos en el proceso. Owen Lattimore hablaba acerca de los intentos de ambas dinastías por conquistar y consolidar su dominio en la región de Ordos, «La conquista y expansión eran ilusorias. No había ningún tipo de éxito que no creará su propia reacción.» De hecho, este fue el caso de las fronteras de la dinastía en múltiples direcciones; el actual Xinjiang, Tíbet, Manchuria, Mongolia Interior, y las regiones al sudeste eran ajenas a los Qin, e incluso en las zonas sobre las que tenían control militar eran culturalmente distintas.
Construcción de la Gran Muralla
En el 214, se aseguró su frontera norte. Nombró a Meng Tian para dirigir un ejército de cerca de 100.000 hombres para ahuyentar a los xiongnus nómadas. Como parte de la estrategia defensiva en contra de ellos, Meng Tian estudió la geografía, y supervisó la construcción de un muro grande y fuertes a lo largo de la frontera. Él utilizó cientos de miles de obreros. El límite que se eligió para la Gran Muralla que demarcó las tierras del imperio y los nómadas del norte era a menudo el límite de los sucesivos imperios y reinos. Las obras de defensa se extendieron a más de 10.000 li o más de 4.000 kilómetros que sería finalizada con la dinastía Ming. De esta manera, las zonas del sureste se habían añadido al Imperio.
La muralla de Qin debió de ser de adobe con torres de vigilancia cuadradas, de madera, escalonadas a cierta distancia. La mayoría era una construcción modesta hecha con tierra apisonada y madera, uniendo las murallas de tierra que se habían levantado en el periodo de los Reinos Combatientes llegando a una longitud total de unos 2.000 kilómetros. Lattimore cree que su construcción no se debió a las presiones de los nómadas de la estepa, sino al intento por parte del primer emperador de estabilizar las conquistas logradas.
El general Meng Tian utilizó a un gran ejército de convictos cuyo número ascendió a 300.000 con casi 700.000 obreros y esclavos. Durante mucho tiempo se pensó que la Muralla había sido construida en este período. Su carácter era eminentemente defensivo y dividirá a los chinos del resto de las poblaciones bárbaras del norte. Se dice que la construcción de la Muralla terminó con un saldo de 2 millones de muertos.
Intentos de asesinato al emperador
Un joven príncipe, el Príncipe Rojo, tenía entre manos un plan para matar al emperador Qin, para ello eligió a un espadachín frecuentemente metido en reyertas llamado Jing Ke. Los consejeros vieron a Jing Ke capaz de mantener la calma, a pesar de haber huido de combates y de ser un tremendo lujurioso. El arma sería una daga envenenada. El veneno, lento pero eficaz, haría que la muerte fuera segura, y la daga era fácil de esconder, lo que permitiría meterla fácilmente en el palacio de Ying Zheng, y como ayudante se eligió a un tal Qin Wuyang, un hombre agresivo que cometió su primer asesinato a los 13 años.
El pretexto para entrar a palacio acercarse al Emperador era que Jing Ke llevase la cabeza de Ychi, un general rebelde. El militar aceptó morir a cambio de que se vengaran del Emperador, siendo degollado y decapitado. Se dirigieron a Xianyang, la capital y solicitaron una audiencia al primer ministro Li Si para ofrecer la cabeza de Yuchi y mapa del territorio enemigo.
Cuando les concedieron la audiencia, Wuyang llevaba el mapa con la daga dentro, Jing Ke llevaba una caja con la cabeza del general. Wuyang estaba nervioso y empezó a levantar sospechas, pero Jing Ke dijo que era por la presencia del emperador. El emperador pidió ver el mapa. Los asesinos empezaron a desdoblar el mapa, y cuando llegó a la daga, la cogió y se abalanzó sobre el Emperador. Este esquivó el golpe y desenvainó su espada, mientras un médico que formaba parte de la perpleja multitud lanzó un objeto a Jing Ke, distrayéndole. Entonces vino la guardia de Ying Tzeng, y el Emperador asestó ocho golpes a Jing Ke, matándole. Se desconoce que pasó con Wuyang.
Tras esto, el reino de Yan fue invadido. El padre del Príncipe Rojo, tratando de calmar a Ying Tzeng, ordenó matar a su propio hijo.
El Emperador sufriría tres intentos fallidos de asesinato más, que lo llevaron a convertirse en un paranoico obsesionado con su seguridad, para evitar ser asesinado, cambiaba constantemente de aposento sin que se supiera en cuál de sus 260 palacios se encontraba, también empleaba dobles para despistar a sus posibles asesinos.
Final del imperio Qin o Ch’in
El trabajo sin fin en los últimos años del reinado de Qin Shi Huangdi comenzó a provocar un descontento extendido. Sin embargo, el emperador fue capaz de mantener la estabilidad gracias a su firme control en cada aspecto de vida de los chinos.
Durante su reinado hizo cinco viajes de inspección por el país en busca de la inmortalidad. Durante su último viaje con su segundo hijo Huhai en el 210 AC, Qin Shi Huangdi murió repentinamente a la edad de 49 años, en la prefectura de Shaqiu durante un viaje a los confines orientales de su Imperio en un intento de conseguir un elixir de la inmortalidad por parte magos taoístas, que afirmaban que el elixir estaba atrapado en una isla custodiada por un monstruo marino.
Huhai, siguiendo el consejo de dos altos oficiales, el secretario imperial Li Si y el jefe eunuco Zhao Ghao, falsificaron el testamento del Emperador. El falso decreto ordenaba que el primer hijo de Qin Shi Huangdi, el heredero Fusu, se suicidara, nombrando en su lugar a Huhai como el próximo emperador. El decreto también arrebataba la dirección de las tropas del militar Meng Tian, un fiel partidario de Fusu y sentenciaba a la familia de Meng a muerte. Paso a paso, el eunuco Zhao Ghao se apoderó del poder de Huhai, convirtiéndole, en efecto, en un emperador títere.
A los tres años de la muerte de Qin Shi Huangdi, las extendidas revueltas de los campesinos, presos, soldados y descendientes de los nobles de los siete Reinos Combatientes surgieron por toda China. Cheng Sheng y Wu Guang, dos de un grupo de 900 soldados asignados para la defensa contra los xiongnu, se convirtieron en los líderes de la primera revolución de plebeyos.
Xiang Yu venció al ejército Qin en 207 AC, en la batalla de Julu. A comienzos de octubre del 207 AC, Zhao Ghao obligó a Huhai a suicidarse y le reemplazó con el hijo de Fusu, Ziying. Hay resaltar que el título de Ziying era «rey de Qin» para reflejar el hecho de que Qin ya no controlaba por más tiempo la totalidad de China.
Ziying mandó matar a Zhao Ghao el mismo día de su coronación, e intentó salvar al Imperio de manera desesperada, pero era ya muy tarde. Cuarenta y seis días después, las tropas de los ejércitos rebeldes marcharon hasta las murallas de Xianyang, conducidas por Liu Bang, uno los líderes militares que dirigía la banda de la Serpiente Blanca, mató entonces a Ziying e incendió el palacio imperial a finales de enero del 206 AC.
Liu Bang se enfrentó con Xiang Yu otro líder por el poder del imperio, la guerra se prolongó durante cinco años, entre el 206 y 202 AC, y es conocida como la guerra de Chu y de Han, y concluyó con la victoria total de Liu Bang, que se declaró emperador Gaozu de la nueva dinastía Han el 28 de febrero de 202 AC.
Aunque la dinastía Qin fue de corta vida, su gobierno legalista tuvo un profundo impacto en las posteriores dinastías chinas. El sistema imperial que se inició durante la dinastía Qin creo un esquema que se desarrolló durante los siguientes dos milenios.
El ejército de la dinastía Qin o Ch’in
El ejército que permitió efectivamente la unificación de China utilizaba la tecnología más avanzada del momento. Las diferentes divisiones se encuentran notablemente representados en el mausoleo del primer emperador. La infantería constituía la gran mayoría de las tropas y probablemente la componían cientos de miles de personas. Su ascenso fue imparable bajo el periodo de los Reinos Combatientes donde los carros de guerra ya no eran decisivos y la caballería se había desarrollado recientemente en las regiones del norte de China que estaban en contacto con los pueblos de los jinetes de la estepa; sin embargo, esta no jugaba un papel importante todavía.
El ejército estaba formado por infantería, caballería y carros de guerra.
La infantería era la base de los ejércitos de la época. Del choque de estas fuerzas dependía la suerte de las batallas. Las crónicas nos hablan de fuerzas que van desde unos 100.000 hasta unos 400.000 soldados. Los infantes iban ataviados con una túnica y encima de esta una cota de placas de hierro o cuero cosidas que cubrían todo el tronco, eran más robustas y sofisticadas para los oficiales de alto rango. Se cubrían el cuello con una especie de bufanda para protegerse de los ataques del enemigo, así como de las rozaduras de la armadura.
Entre los soldados de infantería estaban los soldados que portaban armas de largo alcance. Son arqueros y ballesteros. Las ballestas (nu) tenían un mecanismo de disparo de bronce. Sus piezas eran de tipo estándar intercambiable, es decir, las tropas tenían repuestos, pudiendo ser arreglada enseguida. Junto con las puntas de las flechas, los mecanismos de disparo se fabricaban en serie. Normalmente, los ballesteros formaban en tres hileras a vanguardia, cuando el primer ballestero había disparado, retrocedía a la última fila donde recargaba el arma y esperaba su turno. Las ballestas tenían un alcance de entre 200 y 400 metros de distancia y con unas puntas con gran capacidad de penetración, las crónicas nos hablan de nubes de flechas que oscurecían los cielos.
El resto de los infantes eran piqueros armados con picas o largas lanzas (mao) que tenían una longitud de hasta 5,5 metros, con una punta de 35 cm. Los alabarderos con una alabarda de unos 2,5 m, terminaban en una especie de hacha-puñal (ge). Los piqueros y alabarderos formaban a vanguardia con una profundidad de cinco filas. Finalmente, estaban los espadachines que llevaban una espada de hierro de 80 centímetros y que llevaban un escudo para su protección, normalmente desplegaban en segundo escalón rodeando al carro de retaguardia.
Como armamento secundario iban equipados con dagas (bishou), cuchillos (dao) o una especie de espada corta (wu gu). pero la espada se empleaba cada vez más en el siglo III AC con la mejora de los procesos de fabricación que se utilizaban para alargar los metales (hasta 80 centímetros). El arma más devastadora era la ballesta (nu) cuyas flechas punzantes podían alcanzar objetivos a más de 300 metros.
Los carros de guerra eran más bien un símbolo de prestigio. En el período de los Reinos Combatientes, había cientos o miles de carros de dos o cuatro caballos conducidos por un auriga, en el que iban un lancero y un arquero de origen noble.
Durante esta época había dos tipos de carro uno ligero a vanguardia y uno pesado a retaguardia. Las unidades que se emplean en combate se articulan en batallones de 1.000 hombres, con 10 compañías con 100 hombres cada una. El jefe de la compañía combatía subido en un carro ligero, alrededor del cual luchaban 75 soldados, detrás se colocaban los otros 25 hombres alrededor de un carro pesado o lou cubierto de cuero y mimbre, en el que se subían 10 soldados como una fortaleza móvil como un segundo escalón y como una barrera para evitar las deserciones.
Los jinetes eran ligeros normalmente armados con arcos y los jinetes pesados armados con lanzas, también había jinetes armados con ballestas. Serían unidades móviles, cuya táctica consistiría en acercarse al enemigo y descargar las ballestas y huir.
Tras la unificación hubo pocas batallas, más de 500.000 soldados del reino de Chu murieron en el frente de batalla cuando se atrevieron a desafiar al ejército del Emperador.
El ejército de terracota de Xian
El emperador dedicó cerca de 38 años a construir el mausoleo, dejándonos el legado de su ejército de terracota en Xian cerca de su tumba. Este ejército de unos 10.000 hombres estaba compuesto de ballesteros (300), arqueros (300) que llevaban un carcaj con 100 flechas, jinetes (100), infantería (7.000) y carros (250). Las tropas llevaban arcos, espadas, lanzas y ballestas auténticas, las aleaciones de metal eran muy sofisticadas para la época, todavía estaban afiladas cuando se descubrieron y las puntas de flecha contenían plomo para hacerlas venenosas.
Fueron encontrados también arreos y accesorios de latón y los caballos han podido ser identificados como de la raza Gnasu y Xinjiang. Todos fueron representados con dientes para dar muestra de que se trata de animales jóvenes.
Este ejército sería un fiel reflejo de su ejército en vida o de su guardia personal.